Hola a todos!!!!!!!!!!!!!

Mil perdones por haber durado taaaaaaaaaaaaaannnnnnntooooooooo en seguir con esta historia. Casi no he tenido tiempo en la U para poder escribir en estas historias, pero no las tengo olvidadas (amsp14 NUNCA me dejará olvidar esta historia)

Los personajes no son míos, sólo Arya, Marian, Monique, Hillary y Elisa.

Perdón por no contestar los reviews, la verdad dudé mucho de subir el chap sin haberlos contestado, pero es que sino quien sabe cuando podría haber publicado. Ya tengo el siguiente casi listo, en ese prometo contestar reviews.

La canción de este chap se llama "Me pierdo junto a ti" y la canta Natalia en su disco "No soy un ángel"

Quiero dedicarle este fic a mi querida hermana que tanto ha insistido por él y a Andrea, además de agradecerles su ayuda en la revisión.

Ahora ya dejo de atrasarlos y los dejo con el chap.

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Me pierdo junto a ti

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Lily despertó de repente. No había dormido particularmente bien. Ese día era la visita a Hosgmeade y por primera vez se arrepentía de haberle que dicho que no a Potter cuando la había invitado a ir con él.

¿Le gustaba James Potter? Era la primera vez que se planteaba eso seriamente… Apartó el pensamiento de su cabeza, además, el cuarto no presentaba el mejor ambiente para pensar.

-¡Pásame mi cola rosada!

-¿Dónde está mi suéter blanco?

-¿Alguien ha visto mi poción para el pelo?

-Lily, ¿se me notan las ojeras?

Lily tuvo que ponerle atención a Arya, quien al ver que estaba despierta había corrido a pedirle su ayuda. Ella sí que no había podido dormir nada. Iba a salir con Sirius Black… ¡tenía una cita con Sirius Black!

-No Arya, para nada…

-Estoy tan emocionada… aún no lo puedo creer –decía la chica entusiasmada- ¿Me veo bien?

-Claro que sí, dejarás a Black encandilado. ¿A dónde van a ir?

-Pues no lo sé –dijo Arya de repente- ¿crees que vayamos a algún lugar en especial? ¿Estaré bien vestida?

-¡Arya, contrólate! –le dijo Lily- estás perfecta. Si Sirius quisiera que fueras de alguna forma en particular te lo habría dicho.

Lily cruzó los dedos debajo de las sábanas, la verdad dudaba que Sirius tuviera tanto tacto.

-Tú sólo ve a pasarlo bien con Sirius –continuó Lily- has esperado por esta cita mucho tiempo… Mientras Jessica y yo veremos en que perder el tiempo.

-¿Jessica y yo? –repitió la aludida acercándose- yo no sé que te diga Lily, Arya va a pasar el día con ese… sujeto –Jessica reprimió un gesto de disgusto, estaba tratando de no arruinarle la ilusión a Arya, pero estaba difícil- pero yo también tengo una cita.

-¿Con quién? –preguntó Lily contrariada, no había esperado tener que pasar el día sola.

-Con Amos –dijo Jessica al tiempo que se miraba en el espejo- yo que tú me alistaba Lily, los carruajes salen a Hosgmeade dentro de poco.

Lily se alistó de mala gana. De no ser porque necesitaba hacer algunas compras no habría ido a Hosgmeade.

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-¡Vamos Padfoot! ¡Déjanos usar el espejo! –peleaba Peter- te levantas desde temprano y duras hora y media bañándote, no es justo, el resto de nosotros también tiene que…

-Ya deja de quejarte Wormtail –dijo Sirius al tiempo que agitaba un poco su cabeza para ver si los mechones de su cabello se acomodaban correctamente.

-Padfoot, te ves muy bien –dijo Remus tratando de ser conciliador- Arya quedará maravillada cuando te vea…

-Gracias Moony, ya lo sabía –dijo Sirius sonriéndole a su reflejo- pero no está de más asegurarse. ¿Ya se despertó Prongs?

-No he dormido en realidad –dijo la voz de James desde su cama- pero no tenía ganas de hablar con todos los "yo-tengo-una-cita" que hay aquí.

-Vamos Prongs, no vas a estar solo en Hosgmeade, tienes a tu club de fans que estarán encantadas de acompañarte –le dijo Peter acercándose- además, puedes comer con Susana y conmigo si quieres.

-Gracias Wormtail –dijo James sonriéndole- pero paso de arruinarles la cita. Moony, ¿tú con quien vas?

-Con Monique –respondió el aludido- aunque ya estoy algo cansado de ella. Tal vez hoy lo deje.

-Si lo haces, puedes buscar a Prongs y hacerle compañía –sugirió Sirius- bueno caballeros, me voy que he quedado con Arya para el desayuno. ¡Chao!

Una vez que Sirius dejó la habitación Peter aprovechó el espejo y James miró a la puerta pensativo.

-¿Creen que esto de Sirius y Arya esté bien? –preguntó al fin. Remus lo miró sorprendido.

-Tiene chicas mucho más guapas tras él –respondió Peter- Arya es simpática, pero no creo que duren mucho. Ya saben como es Sirius, nunca dura con ninguna.

-Pues yo creo que con Arya tiene posibilidades –dijo Remus.

-No es eso lo que me preocupa… -dijo James en voz baja- sería normal. Más bien me preocupa que vaya tan en serio con ella.

-¿Por qué? –preguntó Remus un poco a la defensiva.

-Pues… porque no sé si es el tipo de chica para Padfoot… De cualquier modo no importa, voy a alistarme yo también, no quiero que Lily me vea todo trasnochado.

-¿Lily? Creí que había dicho que no iba a ir contigo –comentó Peter.

-Eso dijo, así que la veré allá –respondió James con seguridad al tiempo que entraba al baño. Peter salió al rato, mientras Remus se quedaba pensativo. No podía soportar la idea de que Sirius le hiciese una de las suyas a Arya. Ella no se lo merecía… y sería culpa de él. James tal vez tenía razón. Arya no parecía el tipo de chica de Sirius, parecía más el tipo de… él.

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Sirius llegó a la Sala Común al mismo tiempo que Arya salía del cuarto de las chicas.

-¡Wow! Estás guapísima –dijo Sirius con sinceridad.

-Tú también te ves muy bien –dijo Arya algo sonrojada, complacida por la expresión de Sirius.

-¿Vamos a desayunar?

-Como quieras.

Sirius le ofreció galantemente el brazo. Todos en el colegio los miraron con atención. Muchas de las chicas miraban a Arya con envidia, pero ella estaba demasiado feliz para ponerles atención. Todas las que la habían estado molestando tenían que tragarse sus palabras: ella era la cita de Sirius Black.

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¡Hey!

Ven acércate,

Vamos, háblame,

Verás

Para ti yo seré

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Marian estaba desayunando y releyendo sus apuntes de Aritmancia tranquilamente cuando escuchó el rumor.

-¿Arya? ¿La Gryffindor con la que ha estado haciendo trabajos estos días? –cuchicheaba el grupo de chicas de Ravenclaw que tenía a su lado, a las que Berta acababa de poner al tanto.

-Sí, la castaña… dice Rosie que la trae del brazo y que está muy cariñoso.

-¿Desde cuando están saliendo? –preguntó otra de ellas llamada Karla con ansiedad.

-Esta es la primera cita, pero se viene viendo desde hace tiempo…

-¿Cuánto tiempo creen que durarán? –la preocupación de la rubia al lado de Marian era latente. Marian sintió una gran repugnancia en ese momento. ¿No había tenido ella que soportar a Karla llorando toda una noche cuando Sirius había cancelado su segunda cita con ella a finales del año anterior?

-No creo que haya problema –dijo Bertha- para el baile ya estará disponible de nuevo.

Los suspiros y risas tontas eran demasiado para Marian.

Recogió sus cosas de la mesa y se apresuró a salir. En el momento en que pasaba por la puerta del Gran Comedor venían entrando Sirius y Arya (la noticia había llegado antes que ellos). La chica le sonrió a Arya con una expresión que ésta no pudo interpretar (¿era lástima o ironía?) y luego fulminó a Sirius con la mirada.

-¿Y a esa qué le pasa? –preguntó Arya frunciendo el entrecejo.

-Nada nuevo –dijo Sirius encogiéndose de hombro- estar molesta conmigo es su estado natural.

Sirius le sonrió con complicidad y al acercarse a la mesa de Gryffindor le dio paso como todo un caballero. Arya no podía dejar de sonreír. Sirius era tal como lo había soñado.

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el chico que soñé,

que siempre imaginé,

mi sol

para cada amanecer

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James no fue al Gran Comedor a desayunar. Bajó a las cocinas y pidió a los elfos algo para llevar. Luego se dirigió hacia los carruajes que salían a Hosgmeade.

-¡James! ¡James! –el chico reconoció la voz de Hilary, una de las chicas de su club de fans- ¿vas solo a Hosgmeade?

-¡Hola preciosa! –la sonrisa de James sonrojó a la chica- la verdad es que tengo un plan para hoy y tal vez tu puedas ayudarme. ¿Recuerdas a esa chica de Gryffindor, Lily Evans?

-¿Por la que te subiste en la mesa de los profesores? ¿La que te mandó a la enfermería por el rumor de que…

-La misma. –James la interrumpió antes de que rememorara todo lo sucedido con Lily desde primer año- Quiero verla hoy en Hosgmeade, pero si ve que ustedes se acercan a saludarme no creo tener mucha oportunidad…

-Esa chica está loca o es tonta –dijo Hilary con convicción- ¿cómo va a atreverse a rechazarte?

-Hilary cariño, -dijo James poniendo su mejor sonrisa- ¿podrías decirle a las otras chicas que las quiero mucho pero que hoy necesito que me dejen trabajar por mi cuenta? ¿No quieren que yo sea feliz y logre llegar a Evans?

-Por supuesto que sí, Jamsie –dijo Hilary sonriendo- yo me encargo… ¡qué suerte tiene esa Lily Evans!

Hilary se alejó para acercarse un grupo de chicas. Al verlas juntarse y empezar a cuchichear James supo que estaba cumpliendo su palabra. Ahora tenía que ponerse camino a Hosgmeade.

.-.-.-.-.

Qué más da si te vas amor, te persigo

Qué más da, quieras verme o no.

.-.-.-.-.-.

Lily se bajó del carruaje en Hosgmeade y se dirigió a hacer las compras que necesitaba. Volvería al castillo a penas terminara de hacerlas. No le llamaba la atención quedarse en el pueblo sola.

Primero fue a la tienda de artículos de librería a comprar tinta, plumas y pergamino. Luego, se dirigió a Honeydukes donde compró nuevas provisiones de ranas de chocolate y grageas de todos los sabores.

Tiroslargos moda fue su siguiente parada. El cumpleaños de Jessica se acercaba y quería comprarle un suéter de los que ella adoraba.

Su última parada, la librería del pueblo, Lavodnas & Adevop. No podía dejar de ir allí, pero siempre iba de último, pues sino gastaría todo su dinero antes de hacer ninguna otra compra.

-¿Siete libros, señorita Evans? -preguntó el dueño de la tienda cuando Lily puso los volúmenes frente a él.

-No, son diez, pero es que no pude alcanzar los otros tres, ya vengo con ellos. –respondió la pelirroja con una sonrisa- Sé que son pocos, pero es que ya gasté parte de mi dinero en un regalo…

Lily se devolvió, tomó uno de los bancos para alcanzar los libros puestos en alto y se dirigió al estante donde estaban los tres tomos de "Las marcas antiguas de sacrificio", pero ya no estaban en él. Un chico los sostenía y se los estaba ofreciendo.

-¡James!

-Me pareció que querías alcanzar estos.

-¿Qué haces aquí?

-Buscaba un libro para mi abuelo, cumple años en una semana –contestó James con naturalidad- ¿y tú?

-Siempre vengo aquí cuando hay visita a Hosgmeade –respondió Lily- creí que ya lo sabías.

Lily se dirigió de nuevo hacia la mesa donde ya la esperaban los otros siete libros que había elegido.

-Parece que lees mucho –comentó James- ¿qué tipo de libros te gustan?

-Casi todo tipo –respondió Lily- tengo gustos muy variados.

-Y dime… ¿por qué marcas de sacrificio?

-No lo sé, me llamó la atención cuando lo vi –dijo Lily encogiéndose de hombros.

-A veces los libros escogen a sus dueños –comentó el señor Lavodnas.

-Pues ninguno parece muy dispuesto a ser el nuevo libro de mi abuelo –dijo James contrariado.

-¿Qué tipo de libros le gustan a tu abuelo? –preguntó el señor Lavodnas pacientemente.

-Pues… no sé, lee de todo un poco.

-Tal vez Lily pueda ayudarte. Ella conoce la tienda casi tan bien como yo.

-¿Lo harías Lily? –preguntó James mirándola con una expresión de total expectación.

La chica dudó un momento, pero la verdad, no tenía nada mejor que hacer. ¿Por qué no ayudarlo?

-Está bien. Vamos a ver… ¿qué tipo de libro quieres darle?

Pasaron un buen rato en la librería. James no se decidía por ningún libro. Lily empezaba a sospechar que lo había hecho a propósito, pero parecía tan entusiasmado cuando encontró el libro "perfecto para mi abuelo" que no pudo más que sonreírle.

Con las compras hechas salieron de la tienda.

-James, de verdad que yo puedo llevarlos…

El chico llevaba los libros que había comprado la pelirroja junto con la mayoría de los otros paquetes de sus compras. Sólo le había dejado a ella la bolsa de Tiroslargos moda.

-Claro que puedes, pero si alguien va a tener un espasmo en la espalda de tanta carga mejor que sea yo, ¿no lo crees?

-¿El buscador de la casa de Gryffindor? ¿Estás loco? ¿Quieres que todos en la casa me odien?

-No te odiarían. Es imposible odiarte.

Lily no supo que contestar. James le sonrió.

-¿No quieres ir a tomar algo a las Tres Escobas? –propuso el chico una vez que estuvieron cerca.

-James… -la chica miró el local algo incómoda- creo que te había dicho que no iba a salir contigo…

-Vamos Lily, ¿un par de amigos no pueden ir a tomarse una cerveza de mantequilla en la salida del fin de semana?

-Bueno… pero tenlo claro James: como A-M-I-G-O-S.

-Como amigos… -repitió el chico. Se quedaron mirando unos momentos. Lily rehuyó su mirada sonrojada –mejor entramos antes de que no haya espacio.

.-.-.-.-.

Porque…

Siempre pensando en ti mi vida estoy

Te siento muy dentro ayer, mañana y hoy,

Cada semana siete días junto a ti.

No sé si sabes que me haces temblar

Con esa forma tuya de mirar,

Mi cuerpo se agita, se estremece así,

Me pierdo junto a ti.

.-.-.-.-.-.

Entraron y encontraron una mesa cerca de la parte trasera del local. Dos mesas más allá estaban Remus y Monique.

-Pero Remus… ¿por qué?

-Monique preciosa, no es tu culpa… -decía el licántropo en voz baja. No había pensado decírselo en el bar, pero ella era la que había traído a colación el tema de "formalizar la relación".

-Me quieres dejar… es por algo. Mejor dicho, por alguien… ¿quién?

-Yo no he dicho que haya nadie más. Además, tú no eres mi novia para reclamarme nada.

-¡No puedo creerlo Remus!

-Monique… entiéndelo, no vamos a ninguna parte… ¡Monique!

James y Lily vieron como la chica dejaba la mesa y salía del local rápidamente. Parecía a punto de llorar.

James miró a Lily, quien tenía el entrecejo fruncido.

-No sabía que Lupin se había unido a las costumbres de Black de dejar a las chicas llorando al terminar con ellas.

-No es propio de Remus, –dijo James mirando pensativo a su amigo que se dirigió a pagar a Madame Rosmerta y luego salió del lugar lentamente- algo le pasa… Además, Sirius no las deja llorando.

Lily prefirió no replicar. Madame Rosmerta se acercó sonriente. James era de sus clientes favoritos.

-¿Qué desean tomar?

-Una cerveza de mantequilla –dijo Lily. James asintió dando a entender que él quería lo mismo.

-¿Dónde está Sirius? –le preguntó Madame Rosmerta a James- su encargo lo está esperando.

-Debe venir en camino –dijo James con seguridad- ¿qué está tramando?

-Pues no lo sé… lo que sea será muy especial. ¿Quién es la chica?

-Arya Foley –contestó James- ¿la recuerda?

-¿Una de tus amigas? –preguntó la mujer a Lily- sí, la recuerdo, encantadora niña. Si ves a tu amigo dile que me busque en la parte trasera de la tienda.

-Claro.

Madame Rosmerta se fue. Lily miró a James extrañada.

-¿Cómo te llevas tan bien con ella?

-Bueno, somos sus mejores clientes –dijo James encogiéndose de hombros.

-¿Ya le dijeron lo de la fiesta?

-No, se lo diremos después entre Sirius y yo. A veces creo que tiene más debilidad por Sirius que por mi… pero juntos no nos niega nada.

-Presumidos.

James sonrió pero luego se mordió un labio, otra vez había empezado a presumir… tenía que tener más cuidado.

Madame Rosmerta les trajo las bebidas. En ese momento Sirius entró al lugar y se dirigió a ella, desapareciendo juntos hacia la parte trasera de la tienda. Minutos después salió con un paquete en las manos. Arya lo esperaba sonriente en la puerta, pero con una mirada de profunda curiosidad.

Cuando ambos se fueron Lily miró a James interrogativamente, pero este se encogió de hombros.

-Bebamos por la semana completa que pasamos trabajando juntos –propuso James levantando la cerveza de mantequilla como si fuera a hacer un brindis- porque todas las semanas que siguen sean tan buenas como ésta.

-James… -iba a replicar Lily.

-Pues aún falta un mes para el baile, y tu amiga Marian va a estar llena de ideas para hacernos trabajar como nunca. Más con Remus detrás haciendo "pequeñas sugerencias" que equivalen a kilos extra de trabajo.

Lily rió. Sabía que Remus podía ser muy ocurrente, ya había hecho varios trabajos con él.

-Bueno, está bien. Al menos esta semana no estuvo tan mal –admitió la chica antes de "brindar" chocando las botellas.

-Me alegra que lo admitas –dijo James en voz baja.

Se quedaron viendo en silencio unos momentos. Lily dio otro largo sorbo a su cerveza. La mirada de James la ponía extrañamente nerviosa. Cuando vio que James iba a empezar a hablar decidió tomar ella la palabra: no le gustó la expresión del chico, era la misma de cuando quería hablar de algo serio.

-Espero que a tu abuelo le guste el libro.

-¿Mi abu…? ¡Ah, el libro! Claro que le va a gustar. Siempre ha tenido curiosidad por eso de los significados ocultos de los nombres.

-¿Ah sí? Bueno, es un tema curioso, pero no sé que tan verídico sea. Se supone que las personas que se llaman Lily son muy ordenadas y les gusta servir a los demás.

-Pues sí calza contigo –dijo James- vamos a ver qué significa mi nombre.

James tomó su bolsa de Lavodnas & Adevop y sacó el libro. Era un precioso ejemplar de tapas de cuero color vino.

-¿Vas a abrirlo? –preguntó Lily alarmada- ¿no es un regalo?

-Eh… sí, pero los abro para escribirles en la tapa de adentro un mensaje… "James –empezó a leer antes de que Lily replicara- Desea ayudar y servir a los otros de manera humanitaria, es responsable y generoso, es bueno expresándose y en relacionarse con los demás, la gente confía en él y le pide consejos. Disfruta hacer felices a los demás. Es optimista y no deja que los problemas lo depriman, pero puede embarcarse en situaciones emocionales de las que le puede ser muy difícil salir".

-Vaya… ¿no hay nadie de tu club de fans entre los autores?

James sonrió.

-Vamos a ver… ¿cuál nombre te gustaría ponerle a un hijo tuyo?

-Hum…- Lily pensó un poco antes de dar su respuesta- pues si fuera una niña no lo sé, pero a un niño le pondría Harry.

-¿Harry? –repitió James, y para sorpresa de Lily su rostro se entristeció un poco- yo también lo llamaría Harry.

Lily iba a decirle que no tenía que decir lo mismo que ella, pero la expresión de él la detuvo. Parecía que era sincero.

-¿Por qué le pondrías Harry?

-Mi padre –respondió James con una sonrisa triste- se llamaba Harold Potter, pero todos le decían Harry: mi madre, mis abuelos, la gente del trabajo… Si yo tuviera un hijo, me gustaría que se llamara Harry Potter, como mi padre.

Lily no supo que decirle en ese momento. Sólo lo había visto así una vez, cuando lo había enfrentado en la Sala Común y él no le había querido decir porqué le interesaba la lucha contra la limpieza de la sangre. Dijo lo primero que se le ocurrió para distraerlo.

-Bueno, nuestro primer hijo se llamará Harry entonces.

James levantó la vista hacia ella con una evidente expresión de asombro y una gran sonrisa, parecía contener una carcajada. Lily pareció comprender entonces lo que había dicho. Se puso totalmente roja.

-¡Vaya Lily! ¡Me alegra oír eso! –dijo James tratando de no reírse.

-¡Sabes que no quería decir eso! –replicó Lily molesta y avergonzada a la vez- mi hijo se llamará Harry y el tuyo también pero…

-Me encanta esto de salir como amigos…

-¡James Potter! Eres imposible.

Lily se levantó y dejó el local rápidamente. James se levantó inmediatamente dejando unos cuantos sickles sobre la mesa.

-¡Lily, espera!

.-.-.-.-.

Oh,

Si te miro sé

Que nada puedo hacer

Oh, no

Perderé mi control

Hey!

Hay algo en tu mirar

Que me hipnotizar

Porque yo siempre tengo que caer

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-Espérame aquí preciosa –le dijo Sirius a Arya cuando llegaron a las Tres Escobas- no vamos a comer en el local.

-Pero…

-Confía en mí.

Sirius le guiñó un ojo y se dirigió hacia Madame Rosmerta, quien acababa de dejar unas bebidas en la mesa donde estaba su amigo con Lily. No iba a acercarse a interrumpirlos, además, él sí que tenía una cita…

-Ya está lista –le dijo Madame Rosmerta con una sonrisa entregándole un paquete bien cerrado- nunca antes me habías pedido algo así. La chica es especial, ¿verdad?

-Sí –contestó Sirius con una sonrisa- muy especial.

-Bueno, espero que lo que sea que planees salga bien…

-Gracias Madame Rosmerta. Me voy, Arya me espera… pero James y yo vendremos a hablar con usted después de negocios.

-Cuando quieran chicos, ya saben que son mis clientes favoritos.

-Claro que lo sabemos.

Sirius le sonrió y luego salió del local rápidamente, llevando a Arya con él.

-Sirius, ¿dónde vamos?

-Sólo sígueme… no vamos lejos, no voy a poner tu vida en peligro, no voy a poner tu integridad física en riesgo, te lo prometo.

Arya rió un poco.

-Estamos llegando al final de la calle principal Sirius.

-Lo sé.

Fue imposible sacarle al chico nada más, brincaron una pequeña cerca de madera y empezaron a subir el pequeño monte que allí había.

-Cierra los ojos –dijo Sirius cuando estuvieron cerca de la cima. Arya dudó un momento- vamos, confía en m

Arya cerró los ojos con una sonrisa de curiosidad. Podía escuchar a Sirius moverse e incluso habría jurado que había pronunciado algunos hechizos.

-Ya está, ya puedes abrir los ojos.

Cuando Arya abrió los ojos vio la escena admirada.

-Creí que lo mejor sería comer alejados del pueblo y de los curiosos –dijo Sirius- además, la vista desde aquí es preciosa.

Y así era. La colina dominaba todo el pueblo de Hosgmeade y estaba lejos de los murmullos que habían tenido que escuchar a su paso todo el día.

Se notaba que Sirius había pensado con mucho cuidado el menú, y Arya pudo comprobar que todo lo que estaba ahí servido era de sus comidas favoritas. Los platos y las fuentes de comida que tenían un hechizo para mantenerse calientes estaban sobre un mantel blanco cubierto de pétalos de flores. Una copa con fresas en leche condensada y una botella de lo que parecía ser algún tipo de vino estaban en el centro.

-¡Carne a la Strogonoff! –exclamó Arya- ¡Queque de chocolate! ¡Sirius, eres maravilloso! ¡Toda mi comida favorita!

-Lo sé –dijo Sirius sonriendo- no es la gran cosa, pero pensé que tal vez te gustaría.

Arya le dio un beso en la mejilla.

-Es perfecto Sirius. Simplemente perfecto.

-Y espera… - Sirius tomó su varita y murmuró un hechizo. Una rosa roja y dos blancas aparecieron en sus manos, se las tendió a Arya con una sonrisa y una ligera inclinación- flores para una bella dama.

-Gracias caballero –dijo Arya riendo y recibiéndolas con otra inclinación- ahora, ¿qué te parece si comemos?

Se sentaron a comer con toda tranquilidad. Realmente nadie llegó a molestarlos a la cima del monte y pudieron hablar sin sobresaltos. Sirius estaba ciertamente maravillado. Era la primera vez que recordaba haber tenido una conversación inteligente con una de sus citas.

-Sí, este año es de los más difíciles –decía Arya para el final de la comida. Sirius estaba recostado en las piernas de la chica mientras que ella jugaba con su cabello- no sé como vamos a hacer con tanto trabajo y además la asociación…

-La asociación debe ir primero que todo –dijo Sirius- hay que pelear contra las fuerzas oscuras. Hay que hacer que la gente entienda el horror del que es capaz Lord Voldemort. Le escribí a Tío Alphard, cree que es muy buena idea haber creado la ACLS.

-Sirius, ¿es cierto que escapaste porque… -empezó a preguntar Arya algo cohibida.

-Sí –dijo Sirius interrumpiéndola antes de que hiciera la pregunta que parecía ponerla tan incómoda- sí me fui de la casa por Lord Voldemort. Tenía que unirme o pagar las consecuencias y no me apetecía ninguna de las dos.

Arya notó que no le agradaba lo más mínimo el tema.

-Pero el hecho es que hay que trabajar en la asociación –continuó Sirius- al menos Nowak y Remus se van a encargar de que lo hagamos. En cuanto Remus empiece a tener sus famosas ideas vamos a tener que trabajar como elfos domésticos de una casa de ricos.

Arya rió ante la expresión de Sirius.

-¡Es cierto! ¡Remus es capaz de hacernos trabajar como esclavos! –insistió Sirius. Arya continuó riendo, no podía ser tan terrible. - estaba pensando que ya que nos va a tomar taaaaanto trabajo el baile, deberíamos disfrutarlo mucho.

-Lo vamos a disfrutar mucho –dijo Arya muy segura, riendo un poco todavía. Sirius le tomó una mano y se incorporó hasta estar de frente a ella. La chica dejó de reír casi instantáneamente.

-¿Irías al baile conmigo? – le preguntó con seriedad.

-Sí –contestó la chica sonriendo suavemente- claro que sí.

-Y… ¿Irías al baile conmigo como mi novia?

La chica se quedó de piedra y apartó la vista de él sobresaltada.

-¿Tu novia? Pero Sirius, sólo hemos salido una vez, y…

-Me gustas Arya –dijo Sirius interrumpiéndola- eres distinta a todas las chicas con las que he salido y creo que puede haber algo especial entre nosotros. No sé a que tanto pueda llegar, pero quiero intentarlo. La pregunta es si tú quieres hacerlo. Te prometo que mis días de casanova ya terminaron. Lo último que quiero es hacerte daño. Así que es tu decisión Arya… ¿quieres ser mi novia?

La chica lo miraba sin saber qué decir. Respiraba agitadamente. ¿Ser su novia? ¿Su sueño cumplido? No sabía que tan real podía ser aquello, que tan duradero, pero… ¡Sirius Black estaba pidiéndole que fuera su novia! ¡La estaba mirando casi suplicante! ¿Cómo iba a decirle que no?

-Sí –respondió la chica finalmente. Sonreía. Estaba muy feliz, Sirius podía notarlo – quiero ser tu novia.

Se quedaron mirando fijamente. Sirius se acercó lentamente a ella, quien sentía su corazón latir aceleradamente. Sintió la mano de Sirius en su mejilla, estaba acomodándole unos mechones de pelo tras la oreja. Peinó su cabello un poco hacia atrás y luego, suavemente, la acercó a él. Pareció interrogarla con la mirada, pero ella cerró los ojos. Nada iba a arruinar ese momento. Nada.

.-.-.-.-.-.

Que más da si te vas amor, te persigo

Que más da, quieras verme o no

.-.-.-.-.-.

Realmente algo le pasaba. Remus salió del local sin una idea muy clara de qué hacer. Volver al castillo sería lo más sensato. No tenía compras que hacer y al parecer James tenía muy buena compañía…

Empezó a subir por la calle principal de Hosgmeade. Tomaría uno de los coches y llegaría al colegio rápidamente. Podría adelantar algunas lecturas para la próxima semana. O tal vez no…

-¡Que no Crouch! Ya déjame en paz.

-Pero si es sólo ir a comernos un helado…

-¡Remus!

Remus volvió a ver y se encontró con una muy alterada Marian que parecía estar huyendo de Barty Crouch, un joven de Ravenclaw.

-Marian… ¿cómo estás?

-Bien, tenía que hablar contigo sobre lo del baile. ¿Recuerdas?

La mirada de Marian fue muy clara.

-Claro, lo del baile, te estaba buscando.

Marian le sonrió ampliamente.

-¿Y si te veo después de que acabes de hablar con él? –insistió molesto Barty.

-Piérdete Crouch. –dijo Marian al tiempo que empezaba a caminar junto a Remus.

-¡De acuerdo amante de los sangre sucias! ¡No perderé mi tiempo contigo!

Marian se tensó totalmente y Remus la vio estrechar su varita bajo la túnica, pero no se volvió. Oyeron a Barty alejarse.

-Voy a matar a Elisa –masculló Marian- claro, ella se fue con Whinter y me deja a mi sola con ese idiota cerca…

-¿Elisa? ¿Tu amiga de Ravenclaw?

-Sí, mi mejor amiga con la que tendré una charla muy seria más tarde –dijo Marian aún de mal humor.

-Parece que aparecí junto a tiempo…

-Sí, gracias Remus. Supiste disimular muy bien.

-No hay problema –respondió Remus sonriendo- supongo que entonces no hay nada del baile de lo que quieras hablar conmigo.

-Varias cosas de hecho –contestó la castaña- pero quería hablar contigo de algo más.

Remus la miró con curiosidad. La última vez habían tenido esa discusión sobre Sirius. ¿Querría volver sobre el tema? Lo dudaba.

-La última vez que hablamos mencionaste a Lord Voldemort –dijo Marian.

-Sí, lo recuerdo.

-Dijiste algo de que amenazaron a Black con unirse a él o que se fuera de casa…

-Así es. Bueno, irse de casa fue la solución a no recibir lo que le daban a cambio de no unirse a él.

-¿Crees que eso sea verdad? Quiero decir… -rectificó al ver que Remus iba a enojarse de nuevo- ¿Crees que eso esté sucediendo con las demás familias de mortífagos?

-No lo sé –dijo Remus- no lo había pensado. Sería más fácil para Sirius responder eso, pero podría ser que s

-Me preocupa Remus. Me preocupa mucho –dijo Marian sinceramente- porque significa que podemos tener Hogwarts lleno de servidores de Lord Voldemort.

Remus la miró abriendo mucho los ojos. No lo había pensado de esa manera.

-Hay muchos hijos de familias sangre limpia en el colegio. Una gran parte de ellos seguidores de la limpieza de la sangre, y al menos gran parte de los Slytherin especializados en Artes Oscuras. De ahí a servir a Lord Voldemort no hay más que un paso…

Caminaron en silencio un rato, hasta que Remus tomó la palabra.

-No necesariamente todos los hijos de sangre limpia van a unirse a Lord Voldemort Marian. No puede estar todo perdido desde ya. Mira a Sirius. Nadie diría que se iba a salvar de ser como el resto de su familia.

-No todos los sangre limpia tienen a Alphard Carter como tío –contestó Marian- sólo conocen lo que sus familias les han transmitido…

-Entonces es labor de la ACLS hacerles conocer la otra parte, ¿no es así? –dijo Remus tratando de sonar seguro de lo que decía- puedes hablar con Sirius, él puede darte mucha información sobre familias sangre limpias con tendencias a la doctrina de limpieza de la sangre y a las artes oscuras.

-Siempre tenemos que volver a caer en el tema, ¿no? –dijo Marian algo molesta- tú podrías hablar con él.

-Vamos Marian… -dijo Remus con algo de desesperación- ¿es que le tienes miedo o qué?

-¿Miedo? ¿Yo? –la indignación de Marian se hizo evidente- ¿por qué le tendría miedo? Simplemente considero que entre menos tiempo comparta oxígeno con él mejor.

-Mira, la verdad no me interesa –dijo Remus sin darle importancia a la reacción de Marian- ya te dije que Sirius no es el monstruo que tú crees, pero es cosa tuya si quieres conocerlo o no. Nada perderías hablando con él un poco. Ya ni siquiera va a tratar de ligarte, está con Arya.

-Merlín sabe por cuanto tiempo –exclamó Marian- su club de fans no cree que lleguen al baile.

-¿Cómo estás tan informada? –preguntó Remus con una sonrisa burlona, a la que Marian contestó con una mueca de desprecio.

-Créeme que no es por gusto. Su club es una plaga… Pero ese no es el tema. Arya me cae bien, pero Black le tiene sorbido el seso. Tal vez entre menos duren mejor para ella.

-Eso no puedes saberlo.

-Vamos Remus, ni tú te crees que Black durará mucho con Arya. Ella no tiene suficiente carácter para manejarlo. Arya es una chica para un chico más pasivo, más como tú.

Remus cerró los ojos ante ese comentario. Era en cierta forma lo que él había estado pensando esa mañana.

Ya casi habían llegado a los carruajes para volver al colegio cuando vieron a Lily pasar rápidamente a su lado con un montón de paquetes y tomar uno de los coches.

Inmediatamente después James pasó tras ella a toda velocidad con otros paquetes en la mano. Se subió en el coche cuando ya estaba en movimiento.

Remus y Marian intercambiaron una mirada de interrogación y sorpresa.

-¿Y eso fue…? –preguntó Marian mirando el coche alejarse.

-Una escena típica de James y Lily- respondió Remus sonriendo un poco.

-¿Vamos de vuelta al colegio de una vez? –preguntó Marian- yo ya acabé las compras, pero está un poco triste volver al colegio casi a medio día por no tener una cita…

-Podemos dar una vuelta por ahí –dijo Remus- ¿qué tal un helado?

-Ok, así podemos hablar más sobre el baile.

-De hecho tuve una idea… -exclamó Remus con entusiasmo mientras se dirigían a la heladería.

Pasaron el resto de la tarde en el pueblo. Comieron juntos y estuvieron haciendo ciertas averiguaciones de precios para la decoración. Luego fueron a Honeydukes pues Remus tuvo un antojo repentino de chocolate y finalmente volvieron al colegio para la cena, como la mayoría de sus compañeros.

En el recibidor el cartel publicitario del baile llamaba poderosamente la atención. Cuando Remus y Marian entraron ésta se quedó viéndolo atentamente.

-¿Ese chico no se parece mucho a Sirius? –preguntó acercándose un poco.

-Tal vez –dijo Remus sonriendo.

Marian miró atentamente el cartel hasta que la pareja del dibujo al bailar dio la vuelta de manera que quedaba la chica de frente.

-Tengo que admitir que la publicidad quedó muy bien –dijo en un murmullo.

-A Sirius le gustaría oírlo…

-Ni se te ocurra –dijo Marian amenazadoramente. En ese momento entraron al castillo Sirius y Arya, ambos se veían muy felices y venían de la mano. Sirius le dio un corto beso a la chica antes de entrar al Gran Comedor.

-De acuerdo, no le diré nada –dijo Remus- pero de verdad creo que deberías hablar con él.

-Bueno, está bien… -dijo suspirando con resignación- hablaré con Black en algún momento sobre lo de las familias. Ahora creo que deberíamos entrar al Gran Comedor antes de que nos quedemos sin campo… y aún tengo que hablar con Elisa.

-De acuerdo –dijo Remus sonriendo- suerte.

-Elisa es la que va a necesitarla…

Marian entró al Gran Comedor. Remus miró el cartel una vez más y luego entró tras ella.

.-.-.-.-.-.

Porque…

Siempre pensando en ti mi vida estoy

Te siento muy dentro ayer, mañana y hoy,

Cada semana siete días junto a ti.

No se si sabes que me haces temblar

Con esa forma tuya de mirar,

Mi cuerpo se agita, se estremece así,

Me pierdo junto a ti.

.-.-.-.-.-.

Lily subió al carruaje rápidamente. ¿Por qué había dicho eso? Y claro, James no iba a olvidar ese comentario nunca…

El carruaje se puso en movimiento, pero de repente algo cayó dentro de él. Bueno, más bien alguien…

-¡James!

-Lily, saliste tan rápido que no pudimos despedirnos de Madame Rosmerta… -comentó el chico mientras se incorporaba y se pasaba la mano por el despeinado cabello -vamos a tener que ir la próxima vez a disculparnos.

La chica lo miraba aún seria, así que James suspiró y dijo en tono serio.

-Lo lamento Lily, pero no me vas a negar que sonó bastante… cómico.

A duras penas consiguió aguantarse las ganas de reír, pero Lily finalmente sonrió, aunque poniéndose roja de nuevo.

-Está bien… pero tienes que prometerme que no vas a volver a mencionarlo –dijo Lily con firmeza.

-¿Nunca? –James puso ojos de tristeza- pero si era muy bueno… Vale, está bien. Será nuestro secreto.

James se sentó a su lado, y avanzaron en silencio un rato. James le lanzaba miradas de reojo de vez en cuando, pero la chica parecía muy concentrada en el paisaje que se veía desde la ventana.

Aunque no lo admitiera frente a nadie estaba muy nervioso, pero si iba a hacerlo… mejor que fuera ahora.

-Lily… quería hablar contigo de algo –dijo James al fin. La pelirroja volvió a verlo con una expresión algo asustada.

-Oh no James, no me gusta ese tono. Si vas a pedirme …

-¿Te gustaría ir al baile conmigo? –preguntó James interrumpiéndola.

-No –contestó ella precipitadamente, demasiado para que fuera creíble.

James negó y lanzó una especie de gruñido de desesperación.

-¡Quieres pensarlo por lo menos!

-No hay nada que pensar –dijo Lily desviando la mirada hacia la ventana otra vez.

-Sí que lo hay –dijo James tomándole una mano para hacer que lo viera- sabes que nos estamos llevando bien, y tal vez, muy en el fondo te gustaría ir conmigo. No pretendo saber que piensas o quieres, pero sí se que siempre me respondes que "no" sin siquiera pensarlo. No quiero saber tu respuesta hoy. Tómate todo el tiempo que quieras, no voy a presionarte. No pienso invitar a nadie más al baile. Si el mismo día del baile a la hora de entrar al salón decides que sí te gustaría ir conmigo, yo estaré esperándote. Pero si no vas conmigo… ya no insistiré más. Me conformaré con ser tu amigo, si al menos eso me permites.

Lily lo miró con los ojos muy abiertos. James hablaba con total seriedad, y podría haber jurado que en su mirada de determinación había cierta nota de tristeza o de miedo.

-¿Te parece? –preguntó James al ver que ella no decía nada. Lily asintió lentamente y James soltó su mano. En ese momento el carruaje llegó al colegio.

.-.-.-.-.

Me pierdo junto a ti,

Siempre junto a ti.

.-.-.-.-.-.-

¿Qué les pareció?

Espero que les haya gustado, espero con ansias sus comentarios, espero que a pesar de mi atraso todavía haya alguien leyendo esto…

El próximo chap se llama "¿Qué me pasa?", y espero poder subirlo pronto. Salgo a vacaciones en Diciembre, espero poder escribir más de ahí en adelante.

Saludos desde Costa Rica

Sara Fénix Black.