¡Hola a todos!
¡Volví! Aunque no lo crean, aquí está el siguiente capítulo de Esa chica es mía. Disculpen el larguísimo retraso, pero es que en un inicio no me gustaba como estaba quedando, luego no terminaba el capítulo de celebración anterior y finalmente la U no me deja tiempo de casi nada, así que me había dedicado a terminar de publicar SFP&SFB. Pero lo prometido es deuda y aquí está la continuación de la historia.
La canción de este capítulo es SI TÚ NO ESTAS del conocido cantautor Franco de Vita, aunque la versión utilizada es la que aparece en el disco del guapo cantante español Miguel Nández, uno de los favoritos de mi hermana.
Los personajes que reconocen del mundo de Harry Potter no son míos, pertenecen a JK Rowling, Warner Brothers y empresas asociadas.
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Si tú no estás.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–
Sirius miraba fijamente la bóveda de los Black en el exclusivo cementerio mágico central de Londres. Ahí estaban enterrados sus antepasados paternos, aquella línea de sangre con la que trataba de guardar tan poco en común… Se preguntaba si su cadáver descansaría ahí algún día, aunque lo dudaba. Ya lo habían desconocido, y dudaba que alguna vez lo admitieran de nuevo, es más: ni siquiera le interesaba que lo hicieran.
Alguien se acercó a él y puso una mano en su hombro.
–Paddy…
–¿Sí, Andy?
–Ya están aquí los de la funeraria.
La bóveda de los Black desapareció inmediatamente de la mente del chico, quien se dirigió con paso firme hacia las personas que traían el ataúd de su tío.
–La bóveda de los Carter está en esta dirección. Síganme.
Los hombres se miraron entre sí con sorpresa antes de seguir al decidido adolescente.
Andrómeda sonrió tristemente al verlo alejarse. En esos dos días Sirius había tomado una actitud poco común en él y se había hecho responsable absolutamente de todo. Verlo hablar con los abogados, los funcionarios del gobierno y los de seguridad había sido sorprendente. Nadie habría dicho que era sólo un chiquillo de 16 años quien peleó con todos aquellos que se oponían a la extradición del cuerpo. Alphard habría estado orgulloso.
Bueno, Alphard siempre había estado orgulloso de su sobrino.
El lugar, listo para el funeral, empezaba a llenarse de gente. Sirius se había opuesto a una gran ceremonia, pero igual hicieron acto de presencia representantes del Ministerio. Alphard Carter era una persona muy importante en el mundo mágico.
Sin embargo, a Sirius sólo le importaba ver llegar a dos grupos de personas. El primero era una pareja que hizo aparición minutos después que los de la funeraria. Los señores Potter se acercaron al chico y lo abrazaron. Entre los brazos de Edna Potter, Sirius se permitió sentirse débil, solo y desamparado una vez más. Se estrechó a ella por más de un minuto. Luego le sonrió y les agradeció a ambos su presencia. Andrómeda fue la siguiente en saludarlos.
El segundo grupo llegó un poco después, era la delegación de Hogwarts. Saludó a Dumbledore y luego a la profesora McGonogall, quien había asistido en calidad de jefa de la casa de Sirius y ese día sus ojos carecían de la expresión severa que solía dedicar al merodeador.
Posteriormente los profesores se retiraron para dejar a Sirius con sus amigos.
Al verlos llegar Sirius había recorrido el grupo con la mirada y una extraña sensación de decepción se había atravesado en su garganta. Claro, él había pedido expresamente a Dumbledore que sólo asistiera un grupo de sus amigos cercanos, pero había tenido la lejana esperanza de que Marian asistiera. Por supuesto, la chica brillaba por su ausencia. ¿Por qué iba a asistir? Después de todo, seguro se había despedido de él a la salida del castillo porque había recibido la noticia estando con ella.
Las cosas con ella tendrían que cambiar pronto. Se lo había repetido a sí mismo numerosas veces durante las largas noches en la oficina de la ACLS. Había empezado a comprender a la chica, a saber cuando sus gritos no eran más que una señal de estrés y cuando sus ironías eran una nota de humor… pero aún no sabía si él le importaba o no.
La última noche había tenido la sensación de que era así. Ese abrazo desinteresado, la suavidad en su voz, incluso lo había llamado por su nombre… Pero eso no quería decir nada ¿no¿No era lo que debía esperarse de alguien quien se encuentra con una persona trastornada por una noticia semejante?
Se reprendió mentalmente por estar pensando en Marian cuando el entierro de su tío estaba a punto de empezar. Abrazó a sus amigos, dejando a Arya de última, quien no se separó de él. James, Peter y Remus también abrazaron a Andrómeda, y fue el buscador quien no se separó ya de la chica.
La ceremonia se realizó con mucha sencillez, tal como Alphard lo hubiera querido. El día anterior había tenido una ceremonia mucho más larga y agobiante en Francia, el país en el que había hecho casi toda su gran labor.
Cuando la ceremonia terminó y el ataúd fue introducido a la bóveda, el grupo de personas trató de acercarse a Sirius y Andrómeda, por lo que sus amigos se dispersaron un poco.
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Y me lo he dicho una y otra vez
sé que las cosas tienen que cambiar
porque a este punto todavía no sé
si es que te importo o todo te da igual
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El grupo de chicos de Hogwarts esperaban a un lado a que Sirius y Andrómeda intercambiaran despedidas de cortesía de los asistentes. Estaban inmersos en una conversación sobre las personalidades del mundo mágico que estaban presentes. Entonces fue cuando Lily se dio cuenta de que James no estaba con ellos. Miró a ambos lados pero no había rastro del chico.
–¿Buscas a alguien? – le preguntó Arya.
–No, es sólo que no había notado que James no estaba aquí – dijo la pelirroja extrañada.
–Debe estar en su bóveda familiar¿no? –dijo Arya.
Entonces Lily lo recordó. Claro, sus padres.
–Sí… voy a buscar un poco de agua – dijo Lily mirando a su alrededor.
Arya la vio alejarse y pensó en seguirla, pero un comentario de Peter la hizo volver a su conversación. Genial, se había quedado a solas con Peter… y Remus.
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–Hola mamá… hola papá. Sé que tengo mucho de no venir… pero ustedes me entienden ¿verdad?
James estaba de cuclillas frente a las tumbas de sus padres. Generalmente pensaba que hablarle a las tumbas era una tontería, pero extrañamente siempre lo hacía sentir mejor.
–Lastimosamente no vine acá solo para verlos. Vine a acompañar a Sirius en el entierro de su tío. Supongo que recuerdan a Alphard, claro, ustedes se llevaban muy bien con él. Estuvo en casa las últimas navidades… No hay mucho nuevo que contar de mi vida.
Lily se detuvo. Se había acercado tan lentamente que James no la había escuchado, pero al oírlo hablar supuso que querría algo de privacidad, así que se dio la vuelta para irse sin molestarlo, pero se detuvo al oír su nombre.
–¿Qué ha pasado con Lily? Bueno… ha pasado mucho. Claro que voy a contárselos, vengo hablándoles de ella desde… ¿tercero¿O ya la mencioné cuando vine a finales de segundo? Vale, es igual… Me he hecho muy amigo de ella. Bueno, me había hecho muy amigo de ella. Hasta un día de estos que le dije la verdad, que no podía ser sólo su amigo. Debería dejar de darle vueltas a esto, pero no puedo…
Lily estaba congelada, escuchaba las palabras de James a pesar de que su conciencia le decía que no debía estar ahí y que se tapara los oídos con fuerza para no oír las íntimas confidencias del merodeador, pero su conciencia no gritaba lo suficientemente alto para callar las palabras del chico.
¿Desde segundo hablándoles de ella?
Poco a poco escuchó el relato de lo que había sucedido entre ellos desde el baile de Halloween cuando él la había salvado de los Slytherin, cuando lo mandó a la enfermería, las salidas a Hosgmeade, la fiesta de Navidad…
–Fue un beso de verdad. ¡Por un momento estuve tan seguro de que ella me quería! Sé que no debo hacerme ilusiones tan fácil, pero es que parecía algo tan seguro. Ahora sólo me queda esperar. Ya soy especialista en eso¿no? Acercarme pero contenerme y mantener la calma mientras espero a que ella me acepte. Tal vez estoy equivocado y no le importo un comino, digo¿quién puede decir que lo sabe todo sobre alguien¿Cómo puedo decir que una chica es mía y esperar que ella esté de acuerdo? Pero es que eso sentí desde que la vi y aún no logro quitarme esa sensación cuando la veo. Tal vez deba resignarme de una vez. No quiero hacerlo, pero tal vez no tengo remedio…
"¡No¡No por favor!" – Lily se extrañó de ese anhelante pensamiento que atravesó su mente en ese momento.
–En fin… creo que hoy me he enrollado más de la cuenta con la historia de Lily¿no? Debería tener más cuidado, anda por ahí en este momento. Me gustaría que pudieran verla. Igual que me gustaría saber que oyeron algo de esto. Me pregunto si hablo para ustedes o sólo lo hago para mí… Como sea, creo que debo ir a rescatar a Sirius del protocolo. Es mi turno de estar para él como lo estuvo para mí cuando ustedes se fueron. Adiós mamá… adiós papá… Volveré. No sé si pronto, pero lo haré.
James se incorporó y volvió al grupo del funeral. De camino vio que unas plantas se movían aunque no había brisa. Miró a su alrededor pero no vio a nadie. Se encogió de hombros. Mejor no hacerse demasiadas preguntas en un cementerio.
No sabía que Lily acababa de correr por ahí para evitar que él la viera alejarse.
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Y yo que trato siempre de acercarme,
de contenerme y mantener la calma
porque entiendo que somos humanos
y nadie tiene la verdad en sus manos
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Arya no prestaba en realidad atención al largo monólogo de Peter sobre los personajes importantes que estaban en la ceremonia. Dudaba que eso le importara a nadie. No a ella por lo menos. En ese momento tenía un pensamiento mucho más importante al que dedicarse.
"No te sorprenda… me enamoré de ti"
Remus Lupin estaba enamorado de ella. ¿Cómo podía haber sido tan ciega¡Era demasiado obvio! Tanto que se había negado a sí misma la posibilidad de aceptarlo. Él había estado para ella en los momentos más difíciles del último año, y bien pensado, era el único de los merodeadores que la había valorado desde antes de conocerla, el que le había dado la oportunidad de conocerlos y hacerse un lugar entre ellos.
Remus… siempre atento, siempre con una sonrisa y una palabra de aliento para ella. ¿Hacía cuanto la quería¿Sería aquella extraña reacción a la noticia de que iba a salir con Sirius un indicio de aquello¿O sería algo más reciente?
Qué insensible que había sido ella al no darse cuenta. Aquel día en la casa de los Potter, la conversación sobre los licántropos… ¿podía haber sido más claro? Pero ella se había distraído con lo de Sirius y Marian.
Sirius… había sido su amor platónico muchos años, y definitivamente tenía el lugar irremplazable del primer amor. Pero ese día, abrazándolo y estrechando suavemente su mano mientras el cuerpo de su tío era enterrado para siempre, había llegado a la conclusión de que realmente no era para ella más que un amigo, un gran amigo y una persona muy especial en su vida, pero ya no estaba enamorada de él.
Tal vez había dejado de estarlo hacía más tiempo, pero no se había dado cuenta.
Igual que había ignorado a Remus.
No merecía lo que ella le había hecho. Sabía lo que dolía era ser amigo de la persona que quieres. Esas horas en su cuarto hablando, los paseos por el pueblo y los terrenos de Hogwarts… ¡la conversación en la Torre de Astronomía! Nunca nadie había sido tan especial con ella como Remus Lupin.
–Arya… ¡Arya! – la chica se volvió hacia Remus, quien la estaba llamando – Dumbledore nos está llamando. Vamos, no querrás quedarte aquí. Tenemos que volver al colegio.
La chica asintió y empezó a caminar. Él la espero para caminar a su lado. La tomó del brazo para ayudarla a pasar una zanja algo enlodada que había a la salida del lugar. Se despidieron de Sirius y Andrómeda. El chico acompañaría a su prima al Ministerio, donde retornaría a Francia, a terminar su sétimo año. Acabaría de arreglar unas cosas con el señor DuBois, que había venido al país a terminar de tramitar los papeles de Alphard Carter y dejarlo todo en orden.
Después de despedirse de Sirius, Arya continuó su camino al lado de Lily, pero mirando de reojo a Remus. No había hecho ninguna alusión a lo sucedido al día anterior. Arya esperaba alguna mirada de interrogación, tal vez algún gesto de impaciencia, pero no era más que el mismo Remus que había estado con ella día a día durante ese año, cuidando cada detalle para que ella no sufriera más… para que fuera feliz.
Y bien pensado, era difícil que lo fuera sin él.
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Así que trato no tocar el fondo con precaución,
guantes de seda para no arañarte el corazón
callarme cuando a veces tengo ganas de reventar,
pero el silencio sería más inmenso
si tú no estás
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Marian no había descansado en todo el día. Entre clase y clase se pasaba a la oficina de la ACLS para seguir trabajando en la manifestación. Prefería estar ocupada todo el día, para pensar menos.
A buena mañana Elisa se había acercado a ella muy misteriosamente. Marian se estaba arreglando frente al espejo, así que no se volteó para verla sino que hizo contacto visual con ella a través del reflejo.
–Hey Marian, tengo algo que decirte.
–¿Qué pasa?
–El funeral de Alphard Carter es hoy a medio día.
–¿Y el club de fans de Black ya tiene listas las pancartas para ir? – preguntó Marian con indiferencia
–¡Marian! Estoy hablando en serio –le reprochó Elisa –parece que Black pidió que fuera sólo un grupo de personas cercanas al funeral. Si hablas con alguno de sus amigos ahora podrías ir.
Marian se giró violentamente soltando el pelo que estaba a punto de amarrar en una cola alta.
–¿Y quién dice que quiero ir?
–¡Marian! Puedes jugar a la dura todo lo que quieras, pero ¿en esta ocasión?
–Mira Elisa, Black dijo que quería que fueran solo personas cercanas¿no? Pues yo no entro en esa categoría.
–¿No? –dijo Elisa escépticamente.
–De todos modos¿cómo te enteraste?
–Hablé con Arya hace un momento. Si sólo hablaras con ella, te harían un campo en el grupo.
–Claro que voy a hablar con Foley – dijo Marian – para decirle que deje de meterse en lo que no le importa. Igual que tú Elisa. Tengo mucho trabajo para tener listo el plan para la otra semana.
–¡Tú estabas con él cuando recibió la noticia!
–Sí, hice lo que tenía que hacer en ese momento. Igual que ahora.
Marian salió del cuarto olvidando por completo la cola. A medio día se había encontrado mirando el reloj y pensando en el funeral. Ella odiaba los funerales. Dudaba que a alguien le agradaran, pero ella simplemente no podía soportarlo. Recordaba el funeral de su madre… ella era tan pequeña, pero recordaba a todos con las caras sombrías, la ceremonia lisa y escalofriante y sobretodo el largo y grande ataúd. No, si ella podía evitarlo no iría a un funeral hasta la muerte de su padre, aunque bien pensado también le gustaría faltar a ese.
¿Debería ir? A Sirius le encantaría verla ahí. Claro, y se burlaría de que ella finalmente cayera, de que se preocupara por él. Tal como Nick lo había hecho un día. ¡Maldito Nick y toda su calaña!
Después de clases estaba en la oficina, revisando una lista de gastos necesarios para la manifestación. Elisa se había ofrecido a hacerle compañía, al igual que Kinsgley y Amos. La chica se había negado, no necesitaba ayuda para eso, pero había otras cosas de las que ocuparse, como le recordó Elisa, así que aceptó a regañadientes la compañía que le ofrecían.
Mientras estaba en su escritorio, tratando de concentrarse en las cifras los oía hablar entre sí.
–¿Podrían hacer algo de silencio? – pidió la chica tratando de no sonar grosera– estoy tratando de concentrarme.
Amos y Kinsgley le dirigieron una mirada sorprendida, pero Elisa sólo le sonrió. Estaba acostumbrada a los desplantes de su amiga. Marian miró como ella y Kinsgley estaban juntos en la biblioteca. No trabajaban en nada específicamente, se limitaban a lanzarse miradas románticas…
"Qué ridículos", pensó Marian antes de dirigir su mirada a Amos, quien acababa de recostarse en el sofá, poniendo el almohadón detrás de su cabeza. "¡Hey, ese es el almohadón de…!"
Se puso roja de lo que había estado a punto de pensar y se reprendió mentalmente. Se obligó a volver a los papeles. Un sonido empezó a distraerla. ¿Qué era ese incesante y nada rítmico golpeteo que escuchaba?
Trató de no ponerle atención. Unas risitas contenidas le llegaron de donde estaban Elisa y Kinsgley. Resopló disgustada. Trató de concentrarse en los números.
Sirius le habría dicho en ese momento que estaba empezando a ponerse histérica, que se tomara un descanso. Ella le habría dicho que no se metiera en lo que no le importaba, y…
"Por Merlín¡deja de pensar en Black!"
¿Es que no podía estar sola en esa oficina sin acordarse del merodeador? Parecía que se había acostumbrado a la compañía de ese incompetente. Cualquiera diría que no podía concentrarse si Sirius no estaba ahí. ¡Vaya idea más ridícula!
Empezó a leer de nuevo, pero otra vez el golpeteo la hizo levantar la cabeza. Entonces lo identificó. Era Amos golpeando con un lápiz la pared mientras leía.
–¿Quieres dejar de hacer eso? – le dijo molesta, en tono elevado.
–¿Qué cosa? – preguntó Amos sin volverla a ver.
–Golpear la pared.
–¿Por qué? Ni siquiera molesta.
–A mí me molesta –dijo Marian acentuado sus palabras.
–Ahorita te acostumbras –dijo Amos sin darle importancia. Continuó golpeando.
–¡No me da la gana acostumbrarme! – dijo Marian levantándose – vamos, levántate de ahí. Y acomoda ese almohadón y esa cobija, no te pedí que vinieras a estorbar y a desordenarlo todo.
–Marian, tranquilízate – le dijo Elisa ya algo sorprendida de la brusquedad de su amiga.
–Vale lo siento –dijo Amos de mala gana – dejo de golpear la pared.
–No –dijo Marian tratando de controlarse – no, fuera. Los tres.
–Pero…
–¡Largo! – dijo dirigiéndose a la puerta y abriéndola.
Elisa la miró con reproche. Marian respiró profundo para no gritar. Se giró a ver a su amiga.
–Necesito estar sola. No puedo trabajar con alguien en la oficina.
–¿De verdad? –dijo una voz incrédula a su espalda – Está bueno saberlo.
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Si tú no estás mi vida se me va, ay se me va detrás de ti
si tú no estás mi vida yo no se que haré, si tu no estás aquí
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–¡Hola Sirius! – saludó Elisa saliendo primera de la oficina con una sonrisa – ¿cuándo regresaste?
–Hace unos minutos –dijo el chico saludándola con un beso en la mejilla – me perdí la reunión de la ACLS y decidí darme una vuelta por la oficina a ver si había alguien que me informara de que había sucedido. Creo que topé con suerte.
Sirius les sonrió. Claro que sabía que toparía con suerte, se había fijado en el mapa antes de venirse. Había pensado detenidamente si esperar a que se vaciara la oficina, pero pensó que el encuentro con Marian sería menos violento si habían más personas.
Marian no pudo evitar sonrojarse un poco. Sirius había escuchado sus últimas palabras y eso no presagiaba nada bueno.
–Oh, Marian podrá explicártelo – dijo Elisa afablemente – los chicos y yo estábamos por irnos.
–Puedo volver después –dijo Sirius mirando a Marian – si no puedes trabajar con nadie en la oficina…
Marian lo fulminó con la mirada y se hizo un lado dejando el paso de la puerta libre.
–Entra y deja de decir tonterías.
Sirius se despidió con una sonrisa de los chicos y entró a la oficina.
Marian entró tras él, cerrando la puerta.
–¿Cómo te fue? – preguntó Marian para romper el silencio tan incómodo que se había formado, pero inmediatamente se arrepintió de la pregunta.
Sirius arqueó una ceja, pero luego sonrió levemente. ¿Sería eso un rastro de preocupación por él de parte de la chica? Se preguntó cómo sería mejor responder. ¿Y si trataba de acercarse a ella? No, mejor no en ese momento… Mejor contestar sensatamente.
–Pues… Se puede decir que bien para las circunstancias. Podría haber sido más deprimente si no hubiera tenido que hablar con tantos funcionarios y abogados. De hecho tengo que hablarte sobre el testamento de mi tío.
–¿A mí? – preguntó Marian extrañada. Sirius se puso serio y empezó a explicarle la situación.
–Sí, dejó parte de su dinero para el financiamiento de las ACLS de Francia e Inglaterra con el entendido de que estas financiarían a las que se formaran posteriormente. Yo debo manejar el dinero de la de Inglaterra, pero como aún soy menor de edad técnicamente está en manos de los señores Potter. Hablé con ellos y dijeron que confiaban en mi criterio. Yo confío en el tuyo. Supongo que ya estás revisando los presupuestos. Cuando lo tengas hablamos y ya.
¡Qué linda se veía esa chica cuando concentraba su mirada en algún punto fijamente mientras pensaba! Parecía estar meditando sus palabras. ¿Qué tal si se acercaba un poco? Podía decirle que cerraran el negocio dándose la mano. Le encantaría sentir la piel de Marian aunque fuera un momento…
–No puedo creerlo –dijo al fin Marian – me habría gustado poder agradecérselo…
–Lo harás haciendo un buen uso del dinero para la lucha –dijo Sirius sintiendo la melancolía y la tristeza por su tío una vez más. Su mirada se entristeció por un momento. Marian titubeó al notarlo. Se acercó a él un poco, tal vez para ponerle una mano en el hombro, pero luego se arrepintió y se dirigió al escritorio sin mirarlo.
–Lo haremos.
–Gracias –dijo Sirius – bueno, creo que eso es todo. Ah, Andy y Sara te mandaron saludos.
–¿Sara? – preguntó Marian violentamente, más de lo que hubiera querido. No tenía la menor idea de a quien se refería el merodeador, pero había pronunciado ambos nombres con mucho cariño.
–Sara Blackburn, la otra dirigente de la ACLS de Francia – especificó Sirius.
–Ah ya –dijo Marian tomando dos hojas del escritorio – bueno, aquí está el presupuesto para la manifestación, era lo que trataba de revisar cuando esos…
Se calló. No iba volver sobre el tema que tan convenientemente Sirius no había mencionado.
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Y me lo he dicho una y otra vez,
sé que las cosas tienen que cambiar
y mientras tanto yo me como el coco
pensando si te toco o no te toco
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Sirius lo notó pero no dijo nada. Estaba pensando una vez más que las cosas entre ellos tenían que cambiar… ¿si se acercaba lo suficiente…?
Se levantó y se dirigió detrás del escritorio junto a ella. Se inclinó para ver los papeles y pasó la mano por el espaldar de la silla, rodeándola, rozando ligeramente el hombro de la chica.
El rápido movimiento la tomó desprevenida. Logró controlarse y no sonrojarse ni volver a verlo. Trató de actuar con total indiferencia al hecho.
–¿Por qué tienes ya el presupuesto? –preguntó Sirius frunciendo el ceño– ¿Para que fecha planeas la manifestación?
–Dentro de quince días.
–¿Qué? – Sirius se hizo para atrás y la miró como si estuviera loca. Marian se volvió y lo miró retadora.
–Sí. Es una fecha excelente. Se estará celebrando una reunión de líderes del mundo mágico en el ministerio. Dumbledore dijo que si podemos tener las cosas listas para ese día lo hagamos.
Sirius negó rápidamente.
–No estoy de acuerdo –dijo el chico con firmeza.
–No estoy pidiéndote tu opinión –dijo Marian reponiéndose de la impresión de la proximidad del chico y recobrando su expresión de mal humor, en parte por las palabras de Sirius y en parte por la furia de no haber reaccionado ante el contacto del chico como debió haberlo hecho.
–Marian, escúchame. Hablé personalmente con Roland Hower, el ministro de seguridad de Francia. Creen que el grupo de Voldemort es el que ha dejado esas amenazas de muerte y que están cobrándolas todas. Estamos relativamente a salvo mientras estemos dentro del colegio, pero una vez fuera para la manifestación seremos un blanco fácil, muy fácil…
–¡Qué cobarde que eres! –dijo Marian enojada – ¿quieres que cancele la manifestación porque tienes medio de que te maten? La manifestación será en quince días, se oponga quien se oponga y pongas a disposición la plata de tu tío, o no.
Sirius se hizo hacia atrás y se llevó las manos a la cabeza con frustración.
–¡Por qué rayos tienes que ser tan terca!
–¡Y tú tan miedoso! Tu tío no tuvo miedo de seguir luchando a pesar de las amenazas.
–No, pero tampoco fue como un suicida a la boca del lobo. Tomó la amenaza en serio, tomó medidas al respecto. ¡Tú estás actuando irresponsablemente!
–¡Sabes que la ACLS es mi principal preocupación! Creí que confiabas en mi criterio.
–Lo hago, cuando lo utilizas. En este momento estás siendo egoísta Marian. Quieres hacer esta manifestación por tu propia satisfacción¿o me equivoco?
–Sí, te equivocas – dijo Marian levantándose frente a él de manera retadora.
–Bien – dijo Sirius asintiendo nada convencido – si realmente crees que lo haces por la causa te apoyaré. Dame los papeles y se los enviaré a los señores Potter para que envíen el dinero.
–No me importa si lo haces o no –dijo Marian sentándose de nuevo en el escritorio, negando con indiferencia. Sirius la miró un momento.
–Mírame Marian.
–No tengo tiempo para tus necedades Black. Tengo trabajo que hacer y lo que dije es en serio. Me molesta que haya gente en la oficina mientras trabajo.
–Pues supongo que el documento de la protesta no quedó muy bien… estuve contigo casi todo el tiempo.
–¿Y ahora me lo echas en cara? –preguntó la chica con violencia, volviéndose a verlo.
–Mira – Sirius la tomó de la barbilla, estaba muy cerca de ella. Esperó que la chica lo golpeara, lo hechizara o se apartara de él, pero no hizo nada de eso, sólo lo miró con rabia. Sirius tomó aire y siguió – no tengo miedo de que me maten por culpa de esa amenaza. No tengo miedo a la muerte, y si muero luchando contra la limpieza de la sangre será la mejor muerte que pueda tener… pero acabo de perder a una de las personas más importantes de mi vida. No quiero arriesgarme a perder otra.
–Tus amigos estarán bien – dijo Marian golpeando su brazo para que la soltara. Sirius lo hizo y se dirigió a la puerta. Antes de salir se volvió y dijo con firmeza, mirándola a los ojos.
–En realidad estaba pensando en ti.
Salió de la oficina dejando a una atónita Marian Nowak.
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Así que espero que me des luz verde para cruzar
y demostrarte que no soy de piedra, no es verdad
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Después de lo sucedido en la oficina, Sirius y Marian no habían hablado mucho, y nunca solos. Había tanto trabajo que a ninguna hora estaba la oficina de la ACLS sola, y Remus, quien era su pareja de trabajo como se había acordado mucho tiempo atrás, era quien pasaba más rato con ella.
Sirius y Arya estaban muy ocupados diseñando y haciendo las pancartas para la manifestación. Nuevamente Marian les había hecho un pedido muy grande de carteles, aunque esta vez era menos descomunal, y tal vez, menos mal intencionado.
Arya estaba muy inquieta. Los días seguían pasando después de su encuentro con Remus en la lechucería y aún no había hablado con él. No estaba segura de lo que sentía. No quería confundir el cariño que le tenía al merodeador con amor, no quería dañarlo todavía más.
Estaba empezando a desesperarse. No había hablado con Lily al respecto. Ya la pelirroja lo estaba pasando bastante mal con el distanciamiento de James. Normalmente un problema así sería para discutirlo con su mejor amigo, pero Remus no podría ser…
Se detuvo antes de terminar de pintar el cartel y volvió a ver al chico concentrado a su lado.
Sirius dibujaba rápidamente, con expresión concentrada. Una mirada fija en el papel, el pelo negro cayendo desordenadamente por su rostro, una sonrisa cuando el trazo salía perfecto.
Bueno, después de Remus, él era su mejor amigo.
–¡Hey, Sirius!
–¿Qué pasa preciosa? –dijo el chico volviéndose hacia ella. No había perdido la costumbre de llamarla así.
–¿Puedes tomarte un descanso?
–Claro –dijo guardando la varita – ¿qué sucede?
–¿Podemos hablar?
Sirius la miró fijamente, como buscando una trampa en la pregunta.
–Por supuesto que sí – contestó en tono de duda.
–Mejor sentémonos.
Los dos chicos se sentaron en una pequeña banca.
–¿Qué sucede? – le preguntó Sirius algo preocupado.
–Tú y yo quedamos en ser buenos amigos¿verdad?
–Sí… – dijo Sirius sin entender la dirección de la conversación.
–En este momento necesito un amigo.
–Pues yo estoy disponible –dijo Sirius de inmediato – aunque… ¿qué pasa con Remus?
–Es que precisamente es sobre él que quiero hablarte. – dijo Arya lanzándole una mirada muy intencionada. Sirius captó de inmediato.
–¡Oh! –exclamó Sirius sonriendo. ¡Al fin! Esperó a ver que le decía la chica.
–Tengo un pequeño problema – le contó de manera bastante general lo sucedido.
–Ya veo –dijo Sirius al tiempo que se preguntaba si aconsejar a una chica sería igual que aconsejar a uno de sus amigos. No se perdonaría si le arruinaba las cosas a Moony y a Arya. –Entonces… ¿cuál es el problema?
–¡Que no sé lo que siento por él!
–Eso es bueno –dijo Sirius. Ella lo miró sin comprender, así que el chico decidió aclararse– me refiero a que al menos no te aterrorizaste y pensaste que demonios ibas a hacer porque solo es un amigo para ti. Si dudas es porque sientes algo más por él aunque no sepas que es¿no?
Arya miró a ex–novio bastante perpleja por el pequeño discurso que acababa de dar, pero asintió.
–Es un avance –dijo Sirius sin saber que decirle ahora.
–Tengo miedo de confundir las cosas Sirius –dijo Arya mirándolo a los ojos – de confundir el cariño que siento por él con amor y que después las cosas no funcionen.
"Como hice yo" –pensó Sirius automáticamente. Luego miró a Arya con una expresión de entendimiento – Mira¿qué sientes por Remus¿Qué harías si Remus desapareciera para siempre de tu vida en este momento? Vamos, cierra los ojos e imagínatelo.
–Yo… – Arya cerró los ojos e hizo lo que el merodeador le pedía. No pudo explicar la sensación de angustia que apareció en su pecho en ese momento. Sirius empezó a hablar como en un susurro.
–No va a volver… ¿Lo extrañarás¿Llorarás tal vez y al tiempo lo recordarás con mucho cariño¿Cuándo tengas otro amigo muy cercano los compararás mentalmente¿Poco a poco a pesar de la falta que te hace será sólo un recuerdo¿O te sentirás tan desesperada por perderlo que estás dispuesta a cualquier cosa por recuperarlo, y me refiero a cualquier cosa¿Sientes que tu vida se iría con él?
Esa era una descripción bastante exacta. Arya abrió los ojos y miró a Sirius fijamente.
–Sí, eso siento.
Sirius sonrió emocionado.
–Bueno, es un avance¿no?
–Aún así… ¿es eso amor? – dijo la chica nada segura.
Sirius la miró pensativamente y dijo:
–La verdad no lo sé. No soy un experto en el tema del amor – dijo Sirius con resignación – lamento no ser de más ayuda. Sólo puedo decirte una cosa. Estoy seguro de estar enamorado de Marian. No sé como lo supe, solo sé que fue algo superior a mí, lo sentí como si me golpeara, como algo que me abría los ojos de repente y me dijera "hey, tú, sí, estás enamorado de Nowak, acéptalo". Yo sentiría que mi vida termina si pierdo a alguno de mis amigos, como a James o a ti. Pero lo sentiría de una manera muy distinta si pierdo a Marian, eso sin siquiera tenerla en realidad. Me gustaría serte de más ayuda preciosa.
Arya le dio un abrazo y un beso en la mejilla.
–Has sido de más ayuda de lo que crees. Gracias Sirius.
–De nada…
–Tal vez deberías hablar con Marian directamente. – dijo la chica antes de volver a su trabajo. Sirius se acercó al cartel por terminar.
–Lo haré algún día –dijo con resignación – gracias por el consejo. Entonces… ¿hablarás con Remus cuando vuelva, no?
–¿Cuándo vuelva? – la chica miró su reloj y cayó en cuenta demasiado tarde – ¡oh no¡luna llena!
–Sí – dijo Sirius – ¿por qué crees que Marian le pidió a Elisa que la ayudara hoy en la noche? Remus le pidió como mil disculpas porque tenía que volver a casa. Su madre está muy mal, por si Marian te pregunta algo.
Arya asintió distraída.
–¿Cuándo "volverá" Remus?
–El día de la manifestación.
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Si tú no estás mi vida se me va, ay se me va detrás de ti
Si tú no estás mi vida yo no se que haré, si tu no estás aquí
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Finalmente llegó el día de la manifestación. El grupo de chicos de la ACLS, que era bastante grande, viajó en expreso la noche anterior, para llegar a primera hora al ministerio. Tenían permiso de realizar la manifestación en el primer piso del ministerio, el correspondiente a la Fuente de la Hermandad Mágica.
Marian estaba muy satisfecha de cómo habían resultado las cosas. Dumbledore le había dicho que podía ser peligroso, pero la chica le recordó que le había dado su palabra de que si podían tenerlo todo listo daría el permiso. Habrían fuertes medidas de seguridad, la chica realmente no creía que ocurriera nada que lamentar. A ella no la iban a asustar tan fácilmente.
Iba en un compartimiento del tren con otras compañeras de Ravenclaw, sin poner mucha atención a la aburrida conversación que llevaban sobre el último número de "Corazón de Bruja". Repasaba la propuesta, que ella misma tendría que proclamar durante la manifestación.
Estaba algo nerviosa aunque no lo habría admitido ante nadie. No todos los días se habla frente a los líderes de la comunidad mágica. Ese día podrían tener un gran éxito.
Unas voces en el pasillo llamaron su atención. Una en especial.
–¡Moony! Vamos, dale una oportunidad. Tal vez mientras estabas fuera ella decidió hablar contigo.
–No Padfoot. Hablaré con ella y le diré que lo decía en serio, si sólo puede ser mi amiga seremos amigos y ya.
–Pero Moony… ¡Tú la amas ¿no! Mira, estar enamorado resulta que parece ser difícil, pero tratar de ignorarlo trae muchas más complicaciones. Yo soy un vivo ejemplo de eso. Vamos, no deberías renunciar a Arya tan rápido…
–Ya déjalo Paddy.
–No me digas Paddy. – dijo la voz refunfuñando – Haz lo que quieras, pero prométeme algo. Cuando la veas déjala hablar a ella primero¿sí?
–Bueno, yo… Espera un momento. –la voz de Remus adquirió una nota de sospecha– ¿Tú sabes algo?
–¿Algo de qué? – dijo Sirius distraídamente – deberíamos apurarnos. James debe estar harto de estar solo en la cabina con Peter.
–¡SIRIUS BLACK!
Los oyó alejarse rápidamente. Por el sonido diría que Remus perseguía a su amigo. Qué inmaduros que eran… ¿qué habría querido decir Black con eso de que él era un buen ejemplo?
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Si tú no estás mi vida se me va, ay se me va detrás de ti
Si tú no estás mi vida yo no se que haré, si tu no estás aquí
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Marian no era la única que había escuchado unas palabras que no debía, pero no tenía una repercusión tan grande como las que había escuchado Lily Evans quince días antes.
Había esperado que James se acercara a ella durante esos días. Temía que si ella le hablaba se delataría y el chico sabría que la había escuchado en el cementerio. Sus palabras todavía la estremecían. ¿Y si realmente James la estaba olvidando?
Cuando llegaron a Londres se dirigieron al Ministerio de Magia, donde tenían mucho trabajo. Lily se suponía que debía trabajar con James, pero como Remus había vuelto "algo indispuesto" de la visita a su madre, fue ella quien se dedicó a ayudar a Marian a acomodar la tarima desde la que la Ravenclaw leería la propuesta.
Vio que los merodeadores se encargaban de hablar con los asistentes para que se acomodaran y recordarles el tipo de comportamiento que se esperaba de todos durante el acto. No habían ido a gritar contra el ministerio por su mal trabajo, sino a hacer una educada y pacífica propuesta para mejorar las cosas.
Su mirada se cruzó con la de James en varias ocasiones, pero el chico la evitó, o al menos, no se acercó a hablarle.
Cuando terminó con su trabajo buscó a sus amigas. La manifestación empezaría en unos minutos. Al llegar junto a Arya y Jessica, la primera le preguntó qué le molestaba.
–Nada, es sólo que James…
Jessica resopló disgustada con el tema, y Arya la interrumpió:
–Mira, ya sabes cual es la solución al problema con James – dijo Arya con seguridad – búscalo y habla con él. No seas terca.
–Pero Arya… no sé, si…
En ese momento la voz de Marian, ampliada con un sonorus se elevó por encima del bullicio.
–Estamos el día de hoy aquí para presentar una propuesta a los máximos líderes de la comunidad mágica. Somos una asociación…
Las chicas seguían cuchicheando, así que Jessica se inclinó hacia ellas:
–¿Puedo dar mi opinión? – dijo harta de la conversación.
–Claro – dijo Lily, al tiempo que Arya la amenazaba con la mirada. Jessica ignoró la presión de la castaña y se volvió a su amiga:
–¿Quieres a Potter?
–Bueno, no sé si podría decirse que…
–¡Deja esas necedades! Sabes que eso son sólo mentiras – dijo Jessica negando con ambas manos – sé honesta. ¿Lo quieres?
–¡No se puede permitir que esto siga así¡Los movimientos en busca de la limpieza de la sangre operan a todos los niveles de la vida social, política y económica¡La discriminación a los nacidos de muggle…
Lily titubeó un momento.
–Sí.
–¡Pues deja de ocultarte en esa sarta de tonterías y ve a buscarlo! – dijo Jessica.
–… infunden el terror entre la comunidad mágica, que se siente sola y desprotegida. Los pocos movimientos que hacen frente a esas corrientes están bajo amenazas que condicionan su actuación en contra de…
–¿Qué? – preguntó Lily extrañada – ¡creí que odiabas a James!
–Sí, lo odio – dijo Jessica resuelta – pero ¿eso que importa? Tú lo quieres, tú eres la que lo va a ir a buscar, no yo. Tienes que dejar de pensar qué dirán los demás.
–¿Por qué dices que lo voy a ir a buscar?
–Porque aunque te hayas pasado estos días haciendo el idiota a pesar de saber lo que tenías que hacer, sé que eres una chica lista. Aparentemente Potter tiene algo de dignidad y tras años de arrastrarse detrás de ti ha decidido que ya es suficiente. Así que si no lo buscas tú… puedes darlo por perdido.
Jessica terminó su intervención con un tono que no admitía réplica.
–Por eso nosotros, la Asociación Contra la Limpieza de la Sangre del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería queremos exponer la siguiente propuesta en busca de las mejoras de…
Lily miró a Arya con los ojos muy abiertos. La castaña miraba sorprendida por lo que acababa de decir a su compañera. La pelirroja miró a su alrededor.
–Arya¿dónde están los chicos?
–No sé – le dijo la chica – Remus no se sentía muy bien, no deben estar en medio del tumulto…
–¿Ya hablaste con Remus?
–No, hablé con Sirius un momento. Tú eras la que estaba trabajando cerca de James¿hacia dónde se fue?
–Creo que… – la chica frunció el entrecejo – ¿por allá? Como sea, voy a buscarlo.
–¿Ahora? – Arya la sujetó del brazo – ¿por qué no esperas a que acabe la manifestación?
–Porque acabo de decidirme – dijo la pelirroja muy seria – no voy a seguir escondiéndome y mintiendo. Voy a hablar con James.
–¿Le vas a decir que lo quieres? – Arya había hablado muy alto, sorprendida. Algunas personas las volvieron a ver. Se sonrojaron e ignoraron las miradas curiosas. Lily asintió y su amiga le dio un rápido abrazo, para decir en un susurro – eso es, ve a buscarlo.
La pelirroja se perdió entre la multitud.
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Y ahora no, no mentiré,
no puedo seguir escondiéndome
detrás del mismo escudo en la garganta con el mismo nudo
y ahora no, no puede ser,
capaz que se termine todo,
y no estoy seguro
si saltar este muro
si no estás
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–Remus¿te sientes bien?
James y Sirius estaban con su amigo cerca de la tarima de Marian, pero al otro lado de donde estaban las chicas. El licántropo estaba algo pálido, por lo que James le había dirigido esa pregunta.
–Sí, estoy bien…
–No nos mientas – dijo Sirius – ¿quieres algo de agua?
–¿Chocolate? –sugirió James.
–No, chicos, no es necesario – replicó Remus con voz débil. Los dos amigos intercambiaron una mirada y asintieron.
–Ya venimos – dijeron al unísono.
Remus los vio perderse entre la multitud mientras Marian continuaba su discurso.
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Si tú no estás mi vida se me va, ay se me va detrás de ti
Si tú no estás mi vida yo no se que haré, si tu no estás aquí
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Lily no lograba encontrar a los chicos. ¿Dónde se habían metido? Marian había terminado de hablar y la habían hecho pasar al salón donde estaban reunidos los altos mandatarios para que les entregara la propuesta.
Los grupos de alumnos de Hogwarts se habían dispersado un poco, pero Lily vio una concentración de gente en uno de los costados. Se acercó con curiosidad, tal vez los merodeadores estaban ahí.
–¿Qué sucede? – le preguntó a una chica que estaba a su lado, mientras veía como acordonaban la entrada de un pequeño pasillo y unos aurores de situaciones especiales entraban por él.
–No lo sé – le respondió la chica – Remus Lupin llegó con la profesora McGonagall y esos señores que cerraron el pasillo.
–¿Remus? – dijo Lily buscándolo con la mirada. Estaba cerca del pasillo, al lado de la profesora McGonogall. Se acercó a él rápidamente– ¡Remus¿Qué sucede?
El chico volvió a verla con los ojos enrojecidos.
–¿Lily¿Qué haces aquí?
–Tengo que hablar con James… ¿dónde está?
El chico miró de nuevo hacia el pasillo y respondió con desaliento.
–Eso nos preguntamos todos.
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Marian sonrió ante los aplausos entusiastas que respondieron al final de su proclamación. Los líderes de la comunidad mágica que habían escuchado con atención las palabras de la chica le prometieron que se tomaría en cuenta la propuesta de los valerosos estudiantes.
La chica no era muy optimista en cuanto a las promesas de los políticos, pero la propuesta había sido escuchada y el padre de Arya Foley, quien trabajaba en El Profeta, se había comprometido a publicarla en la edición del día siguiente.
Después de intercambiar saludos y palabras con algunos de los líderes y recibir las felicitaciones de algunos de sus compañeros de casa, se adentró entre la gente buscando a Lily, Arya, Remus, James y Sirius. Se suponía que al final de la manifestación debían haber estado cerca de la tarima, por haber participado en la redacción del documento y de esa manera atender junto a Marian a los líderes.
De repente distinguió el cabello color fuego de Lily, estaban lejos, en un extremo del salón, donde había una extraña concentración de gente. Cuando logró llegar junto a Lily vio que estaba con Arya y Remus.
–¿Chicos¿Qué hacen aquí? Se suponía que iban a estar cerca de la tarima. Se perdieron las palabras del señor Herstein – dijo a modo de saludo. Los aludidos se volvieron hacia ella. – ¿Están bien?
–Marian… – Elisa se acercó en ese momento.
–¿Qué sucede? – preguntó la chica algo asustada.
–No sé como decirte esto – dijo Elisa tomando aire – pero James y Sirius desaparecieron.
–¿Desparecieron? – repitió la chica. Por un momento se quedó muda pero luego dijo con aparente tranquilidad – seguro están por ahí¿no? Tal vez están dando una vuelta por el ministerio, a como son de…
–No – la interrumpió Remus – Sirius y James salieron un momento de la manifestación a buscar agua y chocolate para mí, porque no me sentía muy bien. No volvieron después de eso. Salí a buscarlos, supuse que se habían quedado bromeando o algo así… No los encontré pero un guarda dio la alarma al encontrar una nota en el recibidor.
–Estaba –dijo Arya con voz algo temblorosa – dirigida hacia los líderes de la comunidad mágica, a Albus Dumbledore, director de Hogwarts y para Marian Nowak, representante y líder de la Asociación Contra la Limpieza de la Sangre.
–¿Es un secuestro? – dijo Marian palideciendo mortalmente.
–No han pedido ningún rescate, aparentemente. – dijo Elisa con voz suave –Lo consideran el cumplimiento de su amenaza. No sabemos que decía la nota.
–Te esperan en la oficina de aurores – dijo Remus – la carta también iba dirigida para ti.
–Apresúrate – dijo Elisa – Los aurores dicen que tenemos poco tiempo antes de tener un caso de asesinato en lugar de desaparición.
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Si tú no estás mi vida se me va, se me va, ay se me va detrás de ti
si tú no estás mi vida yo no se que haré, no se que haré
si tú no estás aquí si tu no estás mi vida se me va,
se me va, ay se me va detrás de ti
Si tú no estás mi vida yo no sé que haré,
no sé que haré si tu no estás aquí
si tú no estás mi vida se me va, se me va, ay se me va detrás de ti
si tú no estás mi vida yo no se que haré,
no sé que haré si tu no estás aquí
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¡Y ese fue el capítulo!
Ya sé que es algo serio a la par de los otros, pero conforme la oscuridad avanza las cosas se van poniendo un poco más serias… y se va acercando el final de la historia.
Espero con ansias sus reviews. El próximo capítulo se llama "Si tú no estás aquí", ya estoy trabajando en él, pero ténganme paciencia, pues no sé para cuando podré terminarlo, ya que estoy en la peor parte del semestre.
A continuación contesto sus reviews:
Pau Black¿Te gustó la declaración? A mí en lo personal me gustó bastante. Lastimosamente Arya y Remus aún no han hablado, pero si viste que pasó a la vuelta de Sirius. Espero no haberte matado de impaciencia y que no hayas caído en el riachuelo todavía. Ya Lily se decidió, pero bueno… ahora tendrá que esperar a que James aparezca… Yo no creo que la vida de ningún merodeador fuera fácil…
Licon¡Hola! Me alegra verte en esta historia también. No es que quiera ver a Sirius sufriendo, pero es que es simplemente adorable cuando lo hace. Pero vamos, tendrá sus momentos de felicidad… algún día.
FrandPBL¡Hola! Me alegra que les gustara el fic, si, ya era hora de que Remus hablara. A mí no me parece ni primo de Remus el actor que pusieron, la verdad no se ve ni tan débil, ni tan lindo, ni tan sabio como es, y no tiene pinta de merodeador para nada…
Sakura Diana Black¡De vuelta¡Qué felicidad! Me alegra que te pusieras al día con el fic, tenías bastante para leer… espero que no vuelvas a perderte de vista.
Lucy Diamons¡Gracias por tu gran reviews¡Me encantan! Sí, amo a Sirius y nos pasa lo mismo, Remus es el segundo en mi lista de afectos. Gracias, me halaga mucho tu opinión, hay muchas historias de los merodeadores muy buenas, por lo que me alegra que pienses que la mía también lo es. Trato de reflejar la intensidad de los sentimientos de los personajes, ya que básicamente esto es una historia de emociones, hasta ahora aparece una pincelada de dolor y maldad de Voldemort, así que lo que sostiene la historia no es la acción sino la emoción. Arya es la chica preferida de todo el mundo, parece que es inevitable quererla, pero yo en lo personal le tengo igual cariño a Marian, tienes razón, ella se esconde detrás de esa máscara de rudeza, pero en realidad es una chica muy normal. Creo que eso es lo que más me agrada de ella, todas tenemos un poco de Marian Nowak. Eso mismo digo yo cuando me dicen pobre Arya… ¡si ya tiene a dos merodeadores en la cuenta! No esperaba crear traumas emocionales, pero me alegra saber que les conmueve tanto la historia de Arya. No te preocupes por Remus, que si sufre ya lo consuelo yo, pero le diré que hay más personas dispuestas a hacerlo. No te preocupes por el largo de los reviews, me encantan los reviews largos. Me alegra saber que estas leyendo los otros fics, espero ver algún review tuyo en SFP&SFB, que estoy segura que es mi mejor historia.
Sailor Alluminem Siren: no te preocupes, al menos encontraste que había seguido y lo leíste. Me alegra que te siga pareciendo interesante.
Aiosami: Claro que no puede faltar tu review en esta historia. Sé que siempre seguirás con la idea de Sirius y Arya, pero… No estuvo tan mal el estar con Marian, al menos lo trató bien… Sobre lo de Arya y Remus, no negarás que la chica tiene suerte, primero Sirius y luego Remus. ¿Qué te pareció la escena de Sirius y Arya de este capítulo?
Fabisa¡Hola! Una vez más, espero que te guste la continuación. Me alegra que te guste como manejo a Remus, y en cuanto a Lily, ya viste como está la cosa, se decidió pero no lo encontró… veremos que pasa ahora. ¡Nos vemos!
Carol Lovegood: Parece que tanto Arya como Lily se han aclarado ya, pero nada que aclaran las cosas con ellos. ¿Cuándo será? Habrá que seguir leyendo… Me alegra que te gustara la declaración y la manera en que James le aclaró las cosas a Lily, es que parece que de otra forma la chica no entiende.
Kittyen: Pues creo que tienes razón. ¿Le gusta Remus ahora sólo porque el se le declaró? Es una buena pregunta, y tal vez más importante de lo que crees, pero de hecho que sus sentimientos por Remus simplemente no los había cuestionado hasta este chap. No sabremos qué habría pasado de otra forma, porque no fue así… pero la duda queda ¿no? Claro que Sirius volvía pronto. ¡Yo sin Sirius no puedo seguir!
Vinnesa: me alegra que te gustara la declaración, tenía que ser dulce, como es.
Trixi Black: creo que esta vez no lo dejé en un final mejor… lo siento, pero es que esa es la gracia.
Ishtar Black: Marian sigue siendo Marian… en cuanto a Remus, estoy totalmente de acuerdo¿quién no se puede enamorar de ese chico?
Whiteta Black Potter: Sí, la historia está tomando un curso algo triste, pero es provisional, ya verás. ¡Yo también quiero un Remus, un Sirius y James!
Amsp14¡Hola! Sí, ya pasé los 200, en cuanto a lo del Snape/Hermione… ¿no crees que es un poco como tú escribiendo una de los merodeadores?
Airam: los sentimientos confundidos empiezan a aclararse, pero hay otras complicaciones… la vida no es fácil.
Álgida: Yo perdí a mi abuelo hace años, pero recuerdo que lo pasé muy mal igual… gracias por tus comentarios. En cuanto a cuando hablen las chicas, queda por verse.
Ayda Merodeadora¡Hola! La canción de Rosana es la que sigue de hecho. Me alegra que te gustara el capítulo y este también.
Rodew¡Hola! Sé que este chap está triste también, pero prometo que luego se pondrá mejor y todos esos acontecimientos que esperas se darán. ¡Sigue leyendo!
Ely-Barchu: creo que todas queremos un Remus, (y un Sirius y un James en lo personal). Me alegra que te pusieras al día con la historia y espero que sigas en contacto.
Angie Crowe: Me alegra que te guste como llevo la parte triste de la historia. Ya sabes que el drama se me da bien, SFP&SFB es la prueba de que en realidad ese es mi género. Yo creo que de verdad el consuelo de Marian a Sirius fue un gran paso. James ya tenía que aclararle las cosas a Lily, como dijiste, si no se habrían quedado en sólo amistad, y habría sido autodestructivo para él. Pues habría que estar loca para no querer a un chico como Remus, me alegra que te parezcan tan buena pareja, porque desde un inicio la pensé para él, aunque resultara tan bien con Sirius. Arya se piensa bien las cosas, como viste. No quería equivocarse, y recibió la ayuda de Sirius. ¿Qué te parece si me mandas los archivos de Word de tus one shot? Me quedaría más fácil que entrar a la página. Es sólo una idea. ¡nos vemos!
Saludos desde Costa Rica a todos
Sara Fénix Black
