CAPITULO 19
Ginny vio con alivio cómo Oliver salía con rapidez de la habitación. En cuanto esto ocurrió, la chica se levantó corriendo y se acercó a la cuna de Jack, donde el pequeño lloraba. Cogió a su hijo entre sus brazos y lo acercó a sí misma. Asustada, se agachó contra la pared y miró hacia la puerta, temiendo el momento en que se volviera a abrir.
Oliver mantuvo una larga conversación con los hermanos de Ginny. Estos parecían más nerviosos de lo que trataban de ocultar. No paraban de moverse por la habitación y hablaban con rapidez, tratando de explicar lo más rápidamente posible lo ocurrido. Oliver escuchaba en silencio, aparentando preocupación; aunque lo único que sentía era una enorme contradicción. Deseaba volver a la habitación de Ginny, deseaba volver a sentir la piel de ella nuevamente contra la suya, pero… ¿estaba dispuesto a todo para que eso volviera a ocurrir? Sabía que lo único que conseguiría haciendo eso era que le odiara todavía más.
-¿Wood?
-lo siento, perdona –se disculpó por su falta de atención mientras miraba a los chicos que tenía ante él- estaba pensando de dónde podríamos sacar algo de información.
-nosotros debemos volver. Solo queríamos avistarte y confiamos en que estés alerta a cualquier cosa
-por supuesto, avisadme si necesitáis algo
Acompañó a los hermanos Weasley hasta la puerta. Se despidieron con un apretón de manos y palabras de consuelo para la familia de los chicos. Oliver les siguió con la mirada hasta que se perdieron de vista entre la marea de casas que continuaba en hileras ordenadas hasta el final de la ciudad. De repente sintió algo, un mal presentimiento. Sintió que perdía a Ginny. Estaba parado en el umbral de la puerta, la luz de la luna iluminaba su cuerpo y su mente pensaba con rapidez lo que haría si sus pesadillas llegaran a hacerse realidad y ella se fuera de su lado. No lo permitiría. Podía darle más tiempo, pero no dejaría que se fuera. Con un toque de varita un elfo doméstico apareció ante él, haciendo una profunda reverencia.
-¿si, amo? –pregunto con voz temblorosa
-avisa a los guardias, que pongan soldados en todas las puertas las puertas de entrada en la ciudad y me avisen si alguien se acerca, sobre todo si vuelven los Weasleys.
-ahora mismo
-el que se equivoque lo pagara con su vida
Draco y sus padres cabalgaron día y noche sin detenerse. Cuando llegaron a los límites del reino Weasley comenzaron a percibir en la gente la impaciencia y el temor que sentían al verles. No prestaron atención a nada más que al deseo de ver cuanto antes el castillo de los weasleys. Las calles estaban plagadas de soldados que no se atrevieron a detener a Draco al verle a caballo. Cuando por fin divisaron a lo lejos el castillo de los Weasleys aumentaron el ritmo de los caballos. Se encontraron cerradas las puertas del castillo y tuvieron que llamar a gritos a los guardias.
-¿señor Malfoy? –un soldado se acercó hasta donde estaban al oírles. No se extrañó de ver a Draco, ya que al trabajar ahí conocía perfectamente lo que ocurría en el interior del castillo.
-necesito que abra la puerta ahora –su voz sonaba apurada y su cólera lo embargó cuando vio que el joven se quedaba quieto en el sitio, sin dar muestras de movimiento.
-el señor Weasleys nos ha…
-¡sabemos donde está la princesa! Así que como no abras rápido la puerta romperé la ventana con tu cabeza y entraré por ella –las palabras de Narcisa sorprendieron al soldado, si bien no consiguió el mismo efecto en su marido y su hijo, que conocían el carácter de la mujer.
El hombre sacó un enorme llavero de su bolsillo al tiempo que se acercaba a la enorme puerta que se elevaba sobre ellos. Con un enorme crujido comenzó a moverse, dando paso a un hall enorme y oscuro que Draco conocía muy bien.
-avisa a los Weasleys –dijo con rapidez el joven mientras se quedaba esperando en la gran sala, impaciente.
-pero están durmiendo…
-he dicho que los avises!
No tuvieron que esperar demasiado hasta que se reunieron con los hermanos de Ginny, la primera en bajar fue Hermione, con la bata puesta y el pelo enmarañado.
-Draco! Altezas –dijo con cierto sonrojo al notar la presencia de Lucius y Narcisa, hizo una ligera reverencia, que fue cortésmente contestada por los visitantes-. Me han dicho que tienes noticias de Ginny –su voz era esperanzada y temblaba ligeramente por el miedo que le producía enterarse de que era mentira.
-se donde están. Mi ejército viene hacia aquí. Si Wood no me la devuelve por las buenas, lo hará por las malas.
-¿Wood? –preguntó confusa Hermione mientras con un ademán invitaba a sentarse a los reyes en unos sofás que había a un lado de la habitación. Sabía que Arthur y Molly no bajarían hasta que estuvieron debidamente arreglados y preparados para mostrar toda su riqueza ante sus enemigos-. Eso es imposible. Wood jamás le haría daño a Ginny, no…
-por su bien que no le haya hecho daño. Ni a ella ni a Jack.
Ron fue el siguiente en bajar. Con el mismo aspecto desarreglado de su mujer.
-Malfoy… -no se sorprendió al ver a Draco, ya Hermione le había dicho que estaba ahí; de lo que sí se sorprendió fue al ver a Lucius y su esposa, supuso que eran ellos por el parecido que guardaban con su hijo, y porque ¿Quiénes podrían ser sino?-. Altezas, es un honor tenerles aquí, sobre todo con la información que traen –Ron hizo una reverencia, que fue contestada de la misma manera.
-fue Wood, Ron. Wood tiene a GInny –Hermione se agarró a la manga de su marido mientras su mirada revelaba la angustia y la rabia que sentía.
-Charlie y Bill fueron esta noche a hablar con él. A lo mejor… -comenzó Ron tras un momento, todavía incrédulo ante lo que acababa de averiguar.
Los gemelos y Percy entraron en el salón y tras hacer una reverencia a los invitados se pusieron al día en lo ocurrido mientras escuchaban hablar a su hermano. Draco pudo percibir la misma rabia que él sentía en los rostros de todos los Weasleys cuando se enteraron del culpable de la desaparición de Ginny.
-un ejercito viene hacia aquí, por si Wood no colabora –comunicó Draco, temía que los Wealsyes pensaran que pretendían preparan un ataque contra ellos.
-y el nuestro se unirá al tuyo –dijo Ron con la furia dibujada en sus ojos-.iré a vestirme, en 5 minutos estoy aquí de nuevo. Cabalgaremos hasta la casa de Wood –Ron salió del salón con paso rápido, seguido de sus hermanos. Hermione se sentó al lado de ellos, prefería estar presente cuando Arthur y Molly llegaran.
-todo saldrá bien –dijo en voz alta. Era un mensaje de tranquilidad para sí misma, pero que solo consiguió poner todavía más nervioso a la gente que estaba a su alrededor.
Arthur y Molly llegaron al salón y se quedaron petrificados en la puerta al ver a la familia Malfoy completa ante ellos. Iban ataviados con las batas, a diferencia de lo que todos habían pensado. Nadie dijo nada. Las miradas comenzaron a pasearse por todos los presentes y la tensión comenzó a suplantar al aire que invadía la enorme habitación.
-¿Qué haceis aquí? –preguntó Arthur, al que solo se le había comunicado la llegada de "el señor Malfoy"
-sabemos donde están Ginny y Jack –dijo Draco, que no sentía ningún temor ni respeto hacia el rey
Por un momento el rostro de Arthur se iluminó y Molly dejó escapar un suspiro de alivio. El aire que llevaba guardando desde la desaparición de su hija salió al fin del interior de su cuerpo.
-¿Dónde esta? –preguntaron ambos a la vez, con las manos entrelazadas.
-Wood la tiene
-¿la rescató?
-no, la secuestró –Draco pudo percibir cómo las caras de alivio de Arthur y Molly se transformaban en rostros plagados por la ira y la sorpresa-. Mi ejercito está preparado para atacar y…
-me parece que haces un uso muy rápido del ejercito –replicó el rey
-se han llevado a mi hijo y a mi mujer, haré lo que sea para…
-mi hija no es tu mujer
-pero lo será, y sí es la madre de mi hijo
-Draco –Lucius abrió la boca por primera vez desde la llegada de Arthur-. Ya es suficiente. Lo importante ahora es traerles de vuelta.
-es mi hija, no necesito vuestra ayuda –dijo con desprecio
-sin embargo, si no hubiera sido por ellos no sabríamos donde estaban Ginny y Jack –la voz de Ron retumbó en toda la habitación. El joven ya estaba vestido y acompañado por sus hermanos, que estaban listos para enfrentarse a lo que fuera-. Será mejor que vosotros os quedéis aquí –dijo a sus padres y a Hermione-. Nosotros nos encargaremos
-lo mismo digo –opinó Draco mientras iba hacia Ron, dejando a sus padres atrás.
-tened cuidado –Lucius y Narcisa se despidieron de su hijo con una sonrisa. Pronto se verían.
-Ron –llamó Hermione antes de que el chico saliera del salón- cuídate
-siempre lo hago –respondió con una sonrisa, tratando de quitar tensión al momento y robarle una sonrisa a Hermione.
La habitación se quedó en silencio cuando los chicos se fueron de ella. Arthur, Molly, Lucius y Narcisa se miraban sin saber lo que hacer, mientras que Hermione, en el medio de todo, pensaba en que esa noche volvería a ver a su amiga, o al menos eso era lo que esperaba.
-¿quieren tomar algo? –preguntó Molly amablemente, pasando por alto la mirada de su marido
Lucius no respondió. Entre él y Arthru se estaba manteniendo un duelo de miradas, perdería el que antes la retirara.
-yo si, un poco de agua no me vendría nada mal –Narcisa siguió a una sonriente Molly hacia otra habitación, algo más pequeña, donde las dos mujeres se sintieron más cómodas y pudieron charlar tranquilamente sobre todo lo que había ocurrido entre sus familias. Compartieron el temor por sus hijos y su nieto mientras sonreían con satisfacción al darse cuenta de que nada volvería a ser lo mismo entre los Weasleys y los Malfoy. Si sus maridos no se encargaban de ello, lo harían ellas.
Hermione no tardó en abandonar la habitación y reunirse con las mujeres, aunque antes fue a despertar a unos cuantos criados, para que lo tuvieran todo listo para cuando regresaran.
Ron le prestó a Draco otro caballo. A pesar de que el chico le tenía mucho cariño al suyo llevaba toda la noche cabalgando en él y era consciente de que no aguantaría el mismo ritmo que los demás. El único plan que tenían era rogar a Merlín encontrarse por el camino con Charlie y Bill, y junto con ellos ir hasta el castillo de Wood. Los gemelos se encargaron de avisar a los generales para que prepararan el ejército, pero este aun tardaría en estar listo. Algunos de los soldados de la casa les acompañarían, pero no eran demasiados y no tendrían ninguna posibilidad contra el ejercito que probablemente tendría Wood. Los soldados de Draco se acercaban con rapidez, pero tardarían horas en llegar.
Cabalgaron hasta el amanecer y como bien habían previsto se encontraron con Bill y Charlie por el camino, que no pudieron ocultar su cólera al comprobar el engaño al que Wood les había sometido hacía unas horas. Junto con sus hermanos, Draco y algunos de los hombres del castillo volvieron a emprender el camino de vuelta hacia los territorios de Wood.
Oliver no volvió a entrar en la habitación de Ginny durante la noche, pero sentía deseos de hablar con ella. Se juró a sí mismo no tocarla. Con los nudillos golpeó en la puerta de madera. No esperó contestación porque sabía que no la recibiría, así que entró en la habitación. En un primero momento se asustó al no ver a Ginny, su respiración se paró y sintió su sangre golpear dolorosamente en sus oídos; pero su cuerpo se relajó al verla sentada en el suelo, con el niño dormido en brazos.
-Virginia… -su voz sonó apagada y arrepentida, pero la chica todavía conservaba el terror de la noche anterior en el cuerpo y se levantó de un salto, temiendo que volviera a las andadas. Se separó lo máximo que pudo de Oliver, pero sabía que si lo que él quería era acercarse, lo conseguiría.
-aléjate
-no pretendo hacerte daño, te lo juro, confía en mi.
-¿Qué confíe en ti?
-si… por favor
-eres despreciable
-¿Por qué? ¿Por quererte tanto que estoy dispuesto a todo para poder disfrutar de tu compañía?
-precisamente. Todo tiene un límite
-no te dejaré ir nunca
-nunca te voy a dar lo que me pides
El sonido de la puerta interrumpió su conversación. Oliver creyó que explotaría de rabia, era la segunda vez que le interrumpían cuando estaba con Ginny. Se giró y vio entrar en la habitación a uno de sus hombres.
-¿Qué ocurre? –preguntó temiendo la respuesta
-Malfoy y los Weasleys vienen. Están a las puertas del castillo
En el rostro de Ginny se dibujó una sonrisa de alivio.
-no dejéis que entren. Matadles –gritó mientras golpeaba la pared que tenía tras él. Había dado órdenes claras para que le avisaran en caso que se acercaran a la ciudad ¡no al castillo! Ahora no le daría tiempo a avisar a sus hombres.
-no! Oliver no puedes hacer eso. Me quedaré, te lo juro, pero al menos deja que se lleven a Jack, es muy pequeño. No tiene la culpa de nada. No los mates, por favor
Oliver se acercó a ella y la agarró del cuello, impidiéndole respirar.
-Malfoy no se va a volver a acercar a ti. Tu eres mía ¿me oyes? ¡mía!
-pero Jack… -consiguió articular Ginny, con el aire atrapado en sus pulmones y sin posibilidad de obtener más.
-Jack vendrá con nosotros. Lo educaremos como nuestro hijo, y agradece que lo acepte. Y ahora vamos
-¿irnos? ¿A dónde?
-lejos de aquí, en donde no nos puedan encontrar jamás.
El suelo retumbó bajo ellos. Ambos perdieron el equilibrio y cayeron al suelo. Jack se despertó por el ruido y comenzó a llorar. Ginny trató de calmarle, pero el suelo volvió a retumbar bajo ellos
-ya están aquí. ¡vamos! –agarró a Ginny del brazo y tiró de ella hacia el pasillo. La chica trataba de resistirse mientras buscaba con la mirada indicios de Draco o alguno de sus hermanos.
-suéltame –gritó mientras trataba de soltarse de Wood, pero el la agarraba con una fuerza inusual.
La llevó hasta la planta baja del castillo. Bajaron por unas escaleras que Wood había preparado para situaciones como esas. Ginny estaba asustada al ver lo tranquilo que se encontraba Oliver, caminando sin prisa y con una sonrisa en el rostro. ¿Tan seguro estaba de que todo saldría bien?
Draco y Ron habían entrado juntos en el castillo mientras los demás se encargaban de la plaza frente al castillo, en donde los demás Weasleys se enfrentaban a algunos soldados. Agradecieron al cielo el haber encontrado tan pocos guardias en su camino, al parecer Wood no había pensado que pudieran averiguar lo ocurrido.
-tenemos que encontrarles –gritó Draco para hacerse oír sobre los gritos y gruñidos del exterior
-por ahí –gritó Ron señalando las escaleras que conducían al piso superior.
Miraron en todas las habitaciones que aparecían ante ellos, hasta que por fin llegaron a la que Ginny había utilizado todos esos días, la cuna y el perfume de la chica los delataban. Siguieron el pasillo hasta que se encontraron en un callejón sin salida. Nerviosos, los chicos volvieron al piso de abajo y comenzaron a recorrer el exterior del jardín. De repente escucharon un grito de mujer, solo podía ser Ginny. Provenía del interior de la casa. Corrieron hacia el castillo nuevamente mientras agarraban con fuerza sus varitas. Los gritos de Ginny y el llanto de Jack permitieron que Ron y Draco les localizaran. Con un conjuro hicieron explotar una pared y ante ellos apareció una habitación secreta. En la que había una chimenea. Delante de ella estaba Wood, tratando de empujar a Ginny al interior, mientras esta sujetaba con fuerza a Jack entre sus brazos.
-Draco! Ron! –en el rostro de Ginny apareció una mirada de alivio y a la vez de terror.
Los dos chicos saltaron hacia el interior de la pequeña habitación y encararon a un sorprendido Oliver, que levantó su varita mientras se ponía frente a Ginny y Jack, para evitar que escaparan.
-Wood… -dijo con desprecio Ron, todavía incrédulo ante todo lo ocurrido
-Weasley, encantado de volver a verte. Malfoy… siento no poder decir lo mismo –Draco desvió la mirada hacia Ginny, comprobó que estaba bien y se concentró en el hombre que tenía delante y al que se juró matar en ese mismo instante-. Incantio! –un rayo azul salió disparado de la varita de Wood y fue a dar directamente sobre el pecho de Ginny, todos soltaron un grito de sorpresa y trataron de agarrarla al ver cómo su cuerpo volaba al interior de la chimenea
-no! –Draco alargó el brazo con la intención de agarrar a la chica, pero no fue capaz de agarrar su mano ya que Wood estaba entre ellos. Ginny no pudo sujetar a Jack ante la fuerza del hechizo, y el pequeño se precipitó hasta el suelo mientras su madre se perdía en medio de una oleada de fuego.
Draco vio con horror cómo su hijo caía al suelo y sin saber de dónde sacaba la fuerza se precipitó hacia él para cogerlo antes de que se golpeara. El pequeño comenzó a llorar con fuerza. Ron y Wood observaban la escena en silencio, atentos a lo que ocurría. Oliver aprovechó el despiste de Ron para darle una patada en el estómago y hacer que saliera despedido hacia atrás.
Draco agarró a Jack entre sus brazos, aliviado de poder volver a tener a su hijo junto a el y comprobar que estaba sano y salvo.
-pagarás por todo esto –dijo Oliver mientas le apuntaba con la varita.
Draco vio con horror que su varita estaba en el suelo, y Wood le dio una patada, enviándola todavía más lejos de donde estaba. No podía correr tras ella ya que se arriesgaba a que Oliver hiriera al pequeño.
-adios, Malfoy.
De la varita de Oliver salió un chorro de luz amarilla que impactó contra el cuerpo de Draco, que consiguió girarse en el último momento para cubrir a Jack con su cuerpo. De la boca del chico comenzaron a salir gritos de dolor mientras en su cuerpo entero comenzaban a formarse numerosas heridas que lanzaron despedida la sangre hacia Wood. Draco no tardó en caer al suelo, vomitando sangre y con los ojos en blanco. Oliver se metió en la chimenea con una sonrisa y mirada triunfante, ahora ya nada le impedía tener a Ginny toda para sí.
Ginny trataba de volver a entrar en la chimenea, pero las llamas se lo impedían. Wood la había conjurado para que solo se pudiera salir de ella, no entrar. Ginny era la primera vez que viajaba por chimenea, la mayor parte de la gente no contrataba la red flu, no consideraban seguro que alguien pudiera entrar a través de ella. De repente vio una luz blanca en medio de las llamas y de ella salió Wood, tan alto y poderoso como siempre, pero con una extraña mirada en el rostro que hizo enloquecer de terror a Ginny.
-lo siento, Virginia. Te juro que yo no buscaba sus muertes
-¿Draco? ¿jack? –preguntó para sí misma con la vista en las llamas, esperando a que en cualquier momento alguien la cruzara
-han muerto, y tus hermanos también.
-no te creo –dijo ella con fingida seguridad
-te aseguro que esta sangre no es mía –Ginny miró la ropa de Oliver, teñida de sangre que obviamente no era la suya-. Traté de salvar a Jack, pero Malfoy usó un conjuro demasiado fuerte en una habitación tan pequeña que lo único que consiguió fue que el techo se desmoronara sobre ellos.
Ginny escuchó lo que le decía en silencio. Trató de llorar pero se dio cuenta de que no era capaz. Había perdió completamente el control sobre su cuerpo. Se cayó a sobre el suelo en el que se encontraba y grito con todas sus fuerzas, pero nada podría ayudarla en ese momento. Oliver observó de pie cómo el dolor volvía loca a Ginny, para la que ya no habría consuelo posible. Poco a poco la chica se fue refugiando en su subconsciente, sin dejar de gritar deseó ir tras ellos, pero no podía mover su cuerpo. Sus ojos, llenos de lágrimas, se cerraron y lo último que pudo ver fue la negra y dolorosa oscuridad que invadía su mente.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Termino el capitulo!. Siento mucho la tardanza, tuve unos problemas que me impidieron tocar el ordenador. Fanfiction ha puesto una nueva norma que prohibe contestar rr, corres el riesgo de que te borren el fic si lo haces, ya conozco a gente que le ha pasado, asi que tendre que conformarse dando las gracias a: sarameliss, D potter black lupin MBlack, Luly Malfoy, Malfoy red-haired lover, Andy-Wm, amsp14, Narag Malfoy Black. Muchas gracias a todas por vuestro apoyo en un capitulo más hasta la proxima.
