Capítulo 4

- "De donde sacaste esa historia? Es preciosa…", preguntó Ginny. Afuera, el sol se estaba ocultando ya. Harry sintió desesperación al saber que la noche llegaría pronto y con ella el devastador sueño que acabaría con los recuerdos de Ginny… como pasaba todos los días desde hacía cuatro meses…

- "Yo sé que es una linda historia…", contestó Harry. Miró a los ojos de Ginny… le sorprendió descubrir una luz… un brillo extraño. Se veía tan diferente…sus ojos no estaban

opacos ni nublados… algo pasaba…

- "De donde sacaste esa historia?", preguntó Ginnu de nuevo, esta vez con lágrimas en los ojos.

- "La inventé… yo… yo… la inventé…", dijo Harry con tristeza. No quería herir a Ginny, no en estos momentos…

- "Quien eres tu?", preguntó Ginny sin poder evitar las lágrimas. Harry se quedó helado. Jamás había pasado esto… nunca habían llegado tan lejos.

- "Yo… yo soy tu asistente, el que te cuida", dijo Harry. No podía revelarle la verdad de golpe, no quería afectarla.

- "Ningún asistente te cuenta historias como esas…", contestó Ginny. "Ningún asistente está contigo todo el día…ningún asistente llora contigo…", dijo Ginny, quebrándosele la voz.

- "Yo no soy más que eso…", dijo Harry.

- "Quien soy yo, como me llamo?", preguntó Ginny. Harry se dio cuenta que no podía mentirle a esa pregunta. Mentir sería ofender su nombre.

- "Tu eres…eres…", Harry no se atrevía. Sabía lo que esa respuesta significaba.

- "No me mientas más, Harry… por favor… sólo ayúdame a recordar!", Ginny estalló en sollozos. Harry no lo podía creer. Lo había llamado "Harry"? Era verdad lo que había escuchado?

- "Harry, ayúdame por favor… no quiero olvidarte…no ahora…", suplicó Ginny sin dejar de llorar. Harry se acercó a ella. La abrazó. Lo había podido recordar, pero…¿Por cuánto tiempo?

Harry se sumió en un recuerdo que parecía tan lejano ahora...

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Nevaba. Estaba muy frío. Pero a pesar de esto, dos figuras se movían por la nieve. Llegaron bajo un árbol y se sentaron.

- "Vamos Harry, que me quieres enseñar? Hace mucho frió!", dijo Ginny con las mejillas sonrosadas por el viento helado.

-"Te mueres de impaciencia, no es así?", dijo Harry sonriente.

- "Me muero de frío…brrrr", dijo Ginny dándole un beso en la mejilla.

Ginny y Harry cumplían 3 meses ese día.

- "Quiero regalarte esto, Ginny, quiero que lo tengas.", dijo Harry entregándole un paquete envuelto en papel finamente decorado.

Ginny sonrió y comenzó a desenvolver el regalo. Parecía una cajita. De pronto se quedó inmóvil. No podía ser.

- "Harry, no puedes darme esto…", dijo Ginny sacando una desgastada pero hermosa cajita musical. Había pertenecido a la madre de Harry.

- "Yo quiero que la tengas, Ginny, además, es como si los dos la tuviéramos, no veo la diferencia", dijo Harry sonriente.

- "Harry, yo…no sé que decir!", dijo Ginny viéndolo con ternura. Esos ojos verdes que tan bien conocía le sonrieron. A pesar de conocerlo tan bien, no pudo evitar sonrojarse. Era por eso que lo amaba. Que nunca lo pudo olvidar. El la hacia sentir diferente…

- "La llave para abrirla está en la cadena. Te lo puedes colgar al cuello…", dijo Harry señalándole una pequeña llavecita que colgaba de un collar.

Ginny la tomó entre sus manos. Tenía los ojos húmedos. Harry le estaba entregando uno des sus tesoros más preciados. En realidad le estaba confiando su pasado. Ella lo guardaría para siempre. Lo atesoraría como a su propio pasado. Para recordar siempre ese momento.. para recordar siempre a Harry…

- "Vamos! Abrela!", dijo Harry soplándose las manos y frotándoselas.

Ginny tomó la pequeña llave y la introdujo en la pequeña cerradura. Sonó un clic metálico y la tapa de la cajita se aflojó. Ginny la abrió lentamente. Casi inmediatamente salieron miles de pequeñas lucecitas que los envolvieron a los dos. Eran pequeñas chispas de colores brillantes.

- "Esa magia se la debemos a Hermione, y la idea a Ron!", dijo Harry feliz.

Ginny sonrió. Su mejor amiga, imposible olvidarla. Y su hermano, siempre buscando lo mejor para ella. Entonces una hermosa melodía comenzó a sonar. Las lucecitas comenzaron a tintinear al son de la lenta y armoniosa melodía. El sonido era muy fino. Agudo y sin embargo tan agradable. Harry y Ginny se miraron en silencio. Ninguno rompía la magia del ambiente.

La música acabo, y entonces las lucecitas desaparecieron. Ginny abrazó a Harry.

- "Gracias por confiar tanto en mi, Harry… te amo", dijo Ginny. Harry sonrió y la besó. Un beso para guardar en la memoria. Un beso inolvidable.

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Las manos de Ginny se movieron inconscientemente hacia la pequeña llave que pendía de su cuello. La agarró entre sus manos. Entonces su cara se iluminó. Volteó hacia la mesita de noche. Harry la veía absorto. Su sueño se estaba cumpliendo…ese sueño tan esperado y tan lejano al mismo tiempo…

Ginny tomó la cajita entre sus manos. Acercó la llave a la cajita. Sonó un clic metálico y la tapa se aflojó.

La abrió lentamente. Una hermosa melodía comenzó a sonar. Ginny le sonrió a Harry.

- "Ahora no hay lucecitas", dijo Ginny mirándolo con ternura. Harry sintió que se ahogaba. No estaba preparado para esto. Se quedó sin habla. Por un momento no pudo respirar y su corazón se detuvo.

- "Harry, como los extraño, Harry…como extraño a Herm y a Ron…Harry… mi familia…como pude olvidarlos…", Ginny estaba en un shock. Había recordado todo en esos momentos. La neblina que cubría su memoria por fin se había esfumado. Harry se estremeció. Después de tantos días muriendo por ella, por fin… ella había regresado con él. Se sintió feliz… tan feliz que una vez más no supo que decir.

- "Harry¿Por qué te quedaste conmigo?", Ginny preguntó mirándolo a los ojos. Ahora recordaba esos ojos verdes que siempre la había hecho sonrojarse y no pudo evitarlo de nuevo. El reconoció esa mirada que hacía que sintiera que las piernas le fallaban.

Y por primera vez estuvo seguro de la respuesta a una de sus preguntas.

- "Porque te amo Ginny. Jamás podría olvidarte. Jamás podría vivir lejos de ti, ni estar tranquilo sabiendo que tu sufres…", contestó Harry abrazando a Ginny.

- "Gracias, Harry, gracias por ayudarme a recordar. Gracias por quedarte conmigo y ayudarme…siempre te amaré… mucho más ahora", dijo Ginny. Los dos lloraban de felicidad. Jamás podrían recobrar a Hermione, a Ron o a su familia, pero ahora sabían que no existía el temor de olvidar todo en una noche y que a través de ellos la memoria de todos seguiría viva. Después de todo, un sentimiento como el que sentían ellos era algo difícil de olvidar aún en toda una vida.

Y es que su amor era un amor para recordar. Un amor más allá de la memoria.