Venga, lo de siempre, Harry Potter y cualquiera de los personajes que aparecen en esta historia no son míos, pertenecen a J.K. Rowling y a la Warner… No gano dinero con esto y lo hago por diversión.
Capítulo II: Hemos llegado
- Estamos en la estación de Hogsmeade- gritó el revisor.
Hemos llegado, poned vuestras cosas juntas que vendrá un elfo a encargarse de todo. Vamos chicos- les sonrió Marina- Ni que tuvierais miedo.
El tren fue parando lentamente en la estación, y como si de un video se tratase, su mente rebobinó hasta el primer día, hasta el principio de lo que ella después llamó su vida. Recordaba sus pasos inseguros al bajarse del tren, por primera vez, ella no era aquella mujer fuerte y osada que llevaba la contraría a todos y a todo. Tenía miedo, si, mucho miedo y seguramente algunos de los que antes sufrieron sus bromas, se reirían, Marina nunca tenía miedo. De repente una mano se paró en su hombro, y cuando se giró puedo observar unos ojos azules, bondadosos que la interrogaban con la mirada.
Marina, dame un abrazo.
Abuelo.
Y se perdió se perdió en su abrazo, como le gustaba sus brazos, la hacían sentirse segura, protegida y sus ojos, sus ojos trasmitían una paz y una sabiduría.
Marina, Marina,…- de nuevo su nombre.
No necesito girarse para saber que él que venía corriendo hacia ella era su confidente, uno de sus mejores amigos Remus Lupin. Como deseaba, volver atrás, volver al momento en que su abuelo ponía su mano en su hombro y la arrastraba con 11 años a lo que sería su vida. Si supiera en ese momento lo que iba a pasar, seguramente no hubiera seguido, seguramente hubiera dado marcha atrás. Pero entonces, como ella muchas veces se repetía en momentos así, entonces no hubiera vivido.
De repente se encontró rodeada por unos brazos fuertes, ese era Remus.
Marina, no sabes las ganas que tenía de volver a verte.
Y yo Remus y yo. ¿Cómo estás?
.-Perfectamente, a ti ya se te ve como siempre inmejorable.
Una sonrisa cansada asomó a los labios de Marina. Y entonces, se fijó de nuevo en su abuelo, Albus con su sonrisa siempre eterna, con ese andar calmado y esos ojos azules como el mar, unos ojos que hoy reflejaban miedo, resignación pero también confianza. Albus, el hombre en quien confió cuando lo había perdido casi todo, y lo volvió a abrazar, como hacía mucho tiempo que no abrazaba a nadie, y en esos brazos seguros, lloró, lloró por todo lo que no había llorado en estos siete años. Lloró porque tenía miedo a seguir, porque no sabía lo que se iba a encontrar. Y porque por mucho que le costara admitirlo, debía seguir, solo enfrentando el pasado, sería capaz de construir su futuro.
No le dijo nada, simplemente la abrazó y dejó que en sus brazos ella volviera a sentir. Lo había notado en sus ojos tan pronto como se había bajado del tren, había aprendido a vivir de nuevo, pero no había podido olvidar. Siempre recordaría los ojos de aquella niña cuando la vio por primera vez, unos ojos dulces y llenos de vida, unos ojos que representaban un desafío para todo aquel que la mirara, ese bebe que desde la cuna había demostrado tener dos cosas, la astucia y maldad de los Slytherins pero combinado con el gran corazón y la valentía de los Gryffindors. Cuantas veces deseó sumergirse en esos ojos y saber que era lo que pasaba por su mente, era muy expresiva y sus ojos eran capaces de manifestar la mayor de las alegrías como una gran tristeza. Ahora, veía resignación en esos ojos, veía derrota, y eso no lo iba a permitir. Sabía cuanto se arriesgaba pidiéndole que volviese, pero también sabía que era ella o ninguna.
Se lo planteó muchas veces a lo largo de estos años, se planteó el llamarla y pedirle que volviera, como le decía Remus, a veces hay que sacrificar nuestras vivencias personales por un fin mucho más importante. Se lo preguntaba en la soledad de su cuarto, y finalmente decidió llamarla. Si ella no quería volver perfecto, pero no podía permitir un nuevo fracaso en sus planes, no podía permitir que el gran amor que sentía por ella le enturbiara el verdadero fin que se proponían. Había cosas más importantes en el mundo mágico, que un maldito orgullo de juventud.
Cuando ella se fue, hacía ya siete años, pensó que era lo mejor para todos, para ella, para él mismo y para Severus. Pero el tiempo, los años le demostraron que quizás se había equivocado, que todos se equivocaron aquella noche cuando ella cogió el tren para no volver. Ella por no ser valiente y exigirle a Severus algo mejor que el trato humillante y degradante de los últimos siete años, Albus por no evitar que el miedo al rechazo y a la desilusión alejaran de él a lo que más quería, y Severus.. Severus por no querer ceder ni un ápice de su orgullo ante una fogosa leona, como él le llamaba.
Y de repente cuando la magnitud del castillo se hizo presente una mueca de dolor cruzó el rostro de Marina. Siempre pensó que el irse, era una buena forma de olvidar de conseguir que el pasado quedase atrás, hoy tras siete años ya no era la cría joven e ilusionada que había huido de Hogwarts. Hoy sabía con esa sabiduría que da la experiencia, que el pasado solo se vence enfrenándolo, nunca dejándolo atrás.
Albus vio su rostro contraerse, el dolor cruzar su mirada por un momento, y supo que estaba luchando con fantasmas del pasado. Recuerda, recuerda y vuelve a sentir solo así serás capaz de volver a vencer.
Mientras tanto Harry observaba el dolor que cruzaba la cara de Marina y se preguntaba que podría haber vivido esa mujer para sentirse así que más tenía que contarle, que misterios escondía su nueva tutora. Otra vez, el fantástico Albus, tejiendo sus hilos a su alrededor sin importarle lo que los demás pensarán, sin importarle si estaba haciendo bien o haciendo mal. Aún no lo había perdonado, aún no había podido olvidar la última conversación que tuvieron. Pero si lo que Remus le había dicho la noche que le comunicó que tendría un nuevo tutor era verdad, si Albus había condenado a su propia nieta a un trato denigrante, y fuera de lo común, que podía esperar él, una simple marioneta en el juego de la guerra que habían montado. Harry miraba a Marina mientras tanto, le gustaba, si le gustaba su forma de tratarlo, de incluirlo en las decisiones que lo involucraban. Podía confiar en ella, había una especie de conexión entre ambos que se había establecido tan pronto como se habían conocido. Llevaban unas horas juntos, tenía un mes y medio de vacaciones por delante y un curso en el que la conocería mejor.
Los carruajes pararon a las puertas del castillo, y como si estuviera todo perfectamente preparado estas se abrieron para dejar pasar a Ron, Ginny, los señores Weasly, y como no el profesorado de Hogwarts, allí estaban todos, todos y también él. Su oscura capa, sus negros ojos y su negra cabellera era apreciable desde lejos, Marina bajó la vista, sabía que la estaba mirando, volvía a sentir sus insondables ojos negros puestos en ella. No le dio tiempo a pensar en nada más cuando quiso ser consciente de lo que estaba pasando, se sintió apretada entre los cálidos brazos de Minerva. Y la abrazó, y fue consciente de lo mucho que la había echado de menos, de lo mucho que necesitaba a esa mujer.
Se insufló de valor, y saludó a los miembros del profesorado, exceptuando a Snape, ya no estaba allí… Seguramente habría huido a encerrarse en sus queridas mazmorras. Agradeció no tener que saludarlo personalmente, y tras esbozar unas cuantas palabras de agradecimiento por la bienvenida, de comentar lo cansados que se encontraban y demás, entró en el colegio. Harry y Hermione la acompañaban, los demás tenían previsto pasar un lindo día de campo… No fueron inmunes al estremecimiento que recorrió a Marina cuando pisó el hall, ni la mirada temerosa que lanzó a las escaleras que llevaban a las mazmorras. Subió con ellos hasta la torre de Gryffindor, les instó a descansar hasta mañana, aún quedaba mucho verano, muchas cosas por hacer…
Bajó lentamente las grandes escaleras, recreando su mirada en cada cuadro, cada puerta, cada recuerdo. Llegó a sus aposentos en el segundo piso, entró y cerró la puerta, apoyada sobre ella empezó a derrumbarse de nuevo, cayendo lentamente al piso y dejando que todo el dolor albergado en estos años saliera a la superficie…. Ya había pasado lo peor, ahora solo quedaba enfrentar el futuro, venciendo para ello el pasado.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
Gracias a todas las personas que me han dejado reviews, siempre ayuda a mejorar lo que se escribe.
