AVISO: Este capítulo contiene lemon(relaciónes sexuales)así que eres homófogo o no soportas este tipo de cosas, estas avisado y nadie te obliga a leerlo-aunque no es un lemon tan fuertecillo, para los amantes del puro yaoi XD)
Es cuando escucho un gemido, que sobresale inconscientemente de mi boca, que me doy cuenta de lo que está pasando…¡No! ¡No puede ser! ¿Qué es lo que estoy…
¡Anakin!- exclamo al instante, separándome de él y de sus atrayentes labios.- ¡Basta! ¡Si quieres luchar, hay mejores formas de hacerlo!- desenvaino de nuevo la espada.- ¡Vamos! ¡No pienso dejar que juegues conmigo!
¿Luchar?- repite, como si le hubiese dicho algo realmente estúpido.- ¿Qué te hace pensar que en estos precisos momentos, lo que quiero hacer contigo es luchar, maestro?
¡Cállate! ¡Te he dicho que no dejaré que juegues con mis sentimientos!
¿Acaso acabo de hacerte sentir algo…..con ese profundo beso, mi maestro?- comienza a caminar hacia a mí…Es imposible que me aleje…él siempre vuelve a mí…con su imponente figura, tan perfecta y su mirada…tan…penetrante…tan hipnotizadora…es imposible…me tiene completamente a su merced…
¡N-No! ¡No he dicho eso! ¡Antes sí que significabas algo para mí! ¡Eras mi hermano, como bien te dije! ¡Pero ahora es diferente! ¡Ahora no eres tú, Anakin! ¡Eres…eres…
….Soy la persona que está enamorada de ti...- me interrumpe, volviéndome a agarrar del brazo, lanzando mi espada láser a lo lejos, acariciando, al mismo tiempo, mi sorprendido rostro, con aquella caracterización tan…tan…ni siquiera existe la palabra...- …y la que muy pronto te va a poseer en cuerpo y alma.
¿¡Qué estas diciendo, Anakin? ¡Déjalo ya!
¡No! ¡Déjalo ya, tú!- grita, furioso, agarrándome del cuello y atacando mis indefensos labios, con furia, como asegurándose de que no volviera a abrir la boca para hablar, haciendo que cada beso que me propagaba fuese algo bestial…pero una bestialidad que no me desagradaba…no…al contrario…aquellos…aquellos besos…me mataban de placer…me quitaban las fuerzas y hacían que me dejara llevar…aquellos besos…¡Aquellos besos son algo peligroso!
¡No! ¡Anakin! ¡Detente!- logro decir, apartando mi boca de la suya, a duras penas.
¡De ninguna manera, maestro! ¡Ya te lo he dicho, voy a poseerte en cuerpo y alma!- me reprocha, agarrándome fuertemente de los brazos, para que no me pueda escapar, que es lo frenéticamente intento hacer…pero mi cuerpo aún sigue respondiendo al suyo…mi cuerpo me traiciona…y no lo puedo detener… Con toda su fuerza, me recuesta sobre el duro suelo en contra de mi voluntad y empieza a lamerme el cuello…con determinación y lentitud…haciendo que toda mi piel se erice y mi cuerpo se estremezca…Sus manos, veloces como nunca hubiese imaginado, me acarician todo el abdomen, y sin previo aviso me arrancan toda la ropa que lo oculta, dejando libre a su lujuriosa vista, todo mi pecho desnudo.
¡Anakin! ¡De…tente! Por favor…- suplico, girando la cabeza a un lado, con vergüenza en ella y un rubor inaguantable en las mejillas.
Jeje… Lo siento, maestro, pero no puedo complacer a tus suplicas.- sonríe, al observarme. Agacha su cabeza sobre mi pecho, lamiéndolo también y mordiendo mis pezones erectos.- Me limitaré a complacer a tu cuerpo…y al mío.- y yo grito y grito…sin cesar…y Anakin tampoco lo hace…tampoco cesa…Su boca desciende por mi abdomen y se detiene en las caderas, las cuales acaricia con sus labios y con sus manos, haciendo que mis chillidos se conviertan en gemidos…No…no es posible…mi cuerpo…¿Se está excitando?…¡No puede ser así!
¡A…Anakin! ¡Para! ¡Te he dicho que pares!- grito, agarrando mis manos a la firme espalda de mi padawan.- ¡¡Para! ¡No…quiero! ¡NO!
Es inútil, si me lo dices con esos gemidos, no puedo interpretar que esto no te guste.- me responde, alzando su rostro y mirándome sonriente a los ojos. ¡Es verdad! Lo cierto es que no estoy gritando…¡Estoy gimiendo! ¡Y es porque no deseo que Anakin pare!
¡Pues…pues es la verdad! ¡No quiero! ¡Déjame, maldito sith! ¡No! ¡Nomph- asciende hacia mi rostro para tapar mis labios con otro de sus besos, llenos del sabor de lo prohibido…llenos del más intenso placer… ¡Si lo que quiere es matarme, lo está consiguiendo!
Si continuas gritando, harás que me excite más de lo que estoy.- dice, al separarme sus labios.- Maestro, nada de lo que digas hará que me detenga…¡Y más después de haber esperado tanto!
¡Anakin!- chillo de nuevo, pero mi grito se apacigua y hace que suspire, al sentir como su mano tan suave y masculina desciende por mi cintura, y llegua otra vez a mis caderas…pero no se detiene ahí…sigue desciendo….hasta que llega a mi aclamada entrepierna.- ¡No! ¡Ahí no!
¡Ah, es verdad! ¡Primero hay que deshacerse de esto!- exclama, estirando de mis pantalones, con su otra mano robótica y comenzado a retirármelos.
¡N-No! ¡¡Déjalo, Anakin! ¡¡Detente! ¡¡Detente de una vez!- empiezo a chillar, cada vez más y más rojo, y agarrando mis pantalones con las manos, luchando porque no me los arrancara también.- ¡NO!
¡Luego me llamas a mí cabezón!- exclama.- ¡Tú lo has querido!- con una sola mano se deshace de su capa y de su camisa, quedándose tan desnudo como yo y atándome las manos, con su ropa, alzándolas, sin dejarme resistencia alguna.- ¡Estate quieto, maestro Kenobi, si no quieres sufrir las consecuencias!
¿¡Qué me esté quieto? ¿¡Cómo quieres que haga eso?-protesto.
¡Bueno, en cualquier modo, cuanto más chilles y digas que no quieres, más ganas y más rápido te voy a obligar a que te rindas ante mí!- responde, agarrando mis manos atadas con la mano metálica, y con la otra, retirándome por completo toda la ropa de abajo…acabando de desnudarme enteramente… ¡Nunca! ¡Nunca me había sentido tan humillado! ¡Nunca había estado de tal forma ante nadie! La vergüenza me invade y mi rostro se enrojece como jamás antes, cerrando los ojos, ruborizado y con dolor…aunque…¿Dolor? No…¿Vergüenza? Eso sí…pero...es la vergüenza que me provoca la…- Excitación.- continua Anakin, como si me hubiera leído el pensamiento, y a la vez que repasaba con su perversa mirada, toda mi desnudez.- Es lo que sientes…y es lo que, sin duda, siento yo.
¿¡Excitación? ¡Claro que sí! ¡Quiero librarme de ti!- me quejo, mientras él sigue mirándome.
Mentira…lo que quieres es que yo también me desnude.
¿¡QUÉ?
Muy bien, tus deseos son órdenes, maestro.
¡No! ¡No he querido decir eso!- protesto, pero él ya ha comenzado a quitarse los pantalones, al tiempo que vuelve a colocarse sobre mi cuerpo y a acariciar mis piernas, llegando a mi punto crucial, que al sentir la mano de mi padawan acariciándolo, removiéndolo y jugueteando con él…se…se…- ¡Ah! ¡Anakin! ¡Basta! ¡N-No hagas es…¡Ah! ¡Ani! ¡AH!
¡Bien! ¡Eso es! ¡Ponte a tono! ¡Ya casi está!- me informa, continuando con su labor y sin detener esa mano en mi entrepierna. Asciende de nuevo a mi rostro lleno de placer y excitación y me vuelve a besar, esta vez, introduciendo su lengua por cada rincón de mi boca y haciendo travesuras con la mía.- ¡Eres todo mío, Obi Wan Kenobi! ¡Mío y de nadie más!
¡Anakin! ¡Anakin!- exclamo, cuando de repente, me voltea y coloca boca abajo. Siento como acaricia mis caderas y se coloca encima de mí, y su punto más crucial choca contra mi piel, y más debajo de mis caderas.- ¡No! ¡Espera! ¡¡No lo hagas!- grito, pero demasiado tarde. Se introduce en mí con una fuerza propia del diablo…propia de lo más inexplicable…el dolor se apodera de mi cuerpo, que se siente más a su merced que nunca. Con el paso del tiempo y con sus continuas envestidas, el dolor se convierte en algo muy distinto…en algo que no he parado de sentir…pero que ahora lo hago con la mayor de las intensidades, sobrepasando lo excesivo….Se convierte en placer… Yo…he muerto de placer…le he entregado….mi virginidad…Sus gemidos y los míos alcanzan el paraíso…y nuestro cuerpos se unen en uno solo…Anakin…Anakin…yo…yo te….te….
Agotado, al fin, éste cae sobre mí, y me abraza, colocando su cabeza sobre mi oído y susurrándome las palabras que estaba apunto de pronunciar.
Te amo…maestro….Te amo….Obi Wan.
Yo también….-logro pronunciar al fin.- Yo también….te amo….Anakin…mi padawan…
Mmm…Anakin…- pronunció, con somnolencia en mis palabras, mientras logro desperezar mis adormilados ojos… ¿Qué era lo que había pasado? ¡Ah, sí! Ya….me acuerdo….nos quedamos dormidos, después de que… ¡En fin! ¡Después de eso!... Pero… ahora estoy vestido…llevo puestas mis ropas jedi…y….mi padawan….no….- ¡¡Anakin!- me incorporo, mirando a todos los lados, buscando la figura de mi aprendiz.- ¿Dónde estás? ¡Anakin! ¡Responde! Me pongo en pie y recorro todo el lugar, dirigiendo la mirada a lo lejos, para ver, aunque sea, si se distingue la sombra de una persona…pero es inútil….no hay nadie, ni cerca ni a lo lejos…..Anakin…se ha ido….Después de haberme…después de haberme hundido…se ha ido…sin más…- ¡¡Maldito seas, Anakin Skywalker! ¡¡Maldito! ¿¡Cómo te atreves?- grito, enfurecido, apretando los puños, y golpeando el suelo donde me ha hecho el amor…Golpeándolo sin tregua…- ¿¡Por qué? ¿¡Por qué te has ido así? ¿¡Por qué me has hecho tuyo, si después nada iba a cambiar, y tú continuarías alejado de mí? ¿¡Por qué has tenido que marcarme de por vida? ¿¡No podías haberte ido, sin tocarme y sin llevarte mi virginidad? ¡¡Si así lo hubieras hecho, todo sería mucho más fácil! ¡¡No tendría que estar sufriendo para toda la vida…como a partir de ahora voy a hacer! ¡¡Te….te…te odio! ¡¡Asqueroso sith…TE ODIO!
Unas lágrimas descienden por mis mejillas y se desploman en la tierra…sembrando mi dolor y mi desesperación… A pesar de todo…él y yo…íbamos a estar separados…pasase lo que pasase…Anakin y Obi Wan…estamos destinados a separarnos…y ni siquiera hay modo de impedirlo…
A unos pasos, mi espada láser se encuentra ahí tirada…y eso me devuelve la cordura, que me lleva a la cruda realidad. Con gran pesar, me levanto y la recojo, colocándola en mi cinto.
Me dirijo, sin expresar emoción alguna en mi rostro, a la nave que conducía Padme…Anakin ni siquiera se ha molestado en destruirla…ni en llevarse a su esposa…Nada se ha movido de su sitio. Me introduzco en la nave y camino hasta la sala del conductor, donde la reina se encuentra recostada en una cama, con la cara empapada de sudor. Me acerco a ella, la cual me pregunta, jadeante y con los ojos cerrados.
O…Obi Wan…¿Y Anakin? ¿Se…se encuentra bien?
Ni siquiera me molesto en responderle, le acaricio la frente, para que caiga en un profundo sueño que apacigüe un poco su dolor. El mismo dolor que yo ahora mismo siento.
Mientras C-3PO, con sus andares y su forma peculiar de hablar, me mira sorprendido, y yo no le hago caso. Me acomodo en el asiento del piloto y despego con la nave, alejándome del sitio y el lugar donde la persona que más amo me arrebató la pureza que nunca nadie me había arrebatado antes.
En otra parte, hay otros ojos que observan como la nave despega y se aleja…unos ojos de un azul metálico que persiguen mi imagen hasta que se pierde en las estrellas.
Una vez más vuelves a equivocarte, mi buen maestro…A pesar de todo, volveremos…a vernos…- pronuncia, dando media vuelta y reuniéndose con Palpatine, el fututo emperador.
Yo continuo con mi mirada fija en las estrellas, sin darme cuenta del objeto que mi padawan había colocado en uno de los bolsillos de mi túnica. Un trozo de japor, tallado y amoldado, que una vez llevó la reina Amidala, como presente de un jovencísimo niño de Tatooine.
De todas maneras…sólo se trataba de tu sustituta…Obi Wan.- fueron los últimos murmullos del recién sith.
