DISCLAIMER: Ojala fuera mío, pero no. Yo sólo tomo prestado los personajes y algunos lugares de JK Rowling. Las fechas fueron extraídas de la línea de tiempo de "Lexicon". Todo lo que no reconozcan.... mi imaginación (algo tenía que aportar, ¿no?)



ADVERTENCIAS: Este ff es SLASH. Si no te gusta o no sabés lo que es (relación entre hombres) mejor que vayas desapareciendo de acá. Habrá algo parecido a "muerte de un personaje".

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HARRY POTTER Y EL PRINCIPE MESTIZO

CAPITULO 2: GRIMMAULD PLACE.

Hacía cuatro días de la carta de Dumbledore y nadie había aparecido por él. ¿El mago habría cambiado de opinión? ¿Lo dejarían allí por el resto de las vacaciones? No era muy ilógico pensarlo, después de todo, allí tenía la protección de su tía. Y... y no quería volver a la "Ancestral Casa de los Black".

La calma del atardecer no reflejaba en absoluto su humor o estado de ánimo. Deseaba ver a sus amigos, y deseaba olvidarse que ellos existían. Deseaba regresar al cuartel de la Orden, y deseaba prender la casa en llamas. Deseaba que Voldemort desapareciera y deseaba morir.

Al parecer, su tía tampoco estaba de buen humor, a juzgar por el grito que acababa de vociferar. Grito.

Harry se tensó inmediatamente, sabiendo que había muy pocas cosas que hacían gritar a su tía de esa manera. Una mancha especialmente dificil de limpiar y... magia. Había magos en la casa, estaba seguro. Sólo quedaba averiguar de que bando estaban.

Con cautela, tomó su varita y, consciente de que no podía hacer magia, emprendió su camino hacia la cocina, lugar de donde había provenido el ruido. Bajó las escaleras con cuidado, saltando por reflejo el tercer escalón, ese que chillaba cuando lo pisaba.

Se asomó a la cocina y respiró al ver una masa de cabello rojo junto a su tía. Un Weasley. Ya no había dudas de que no eran Mortífagos. Un sencillo carraspeo tras él lo sacó de su ensoñación.

-Hola Harry. -dijo la amable voz de Remus.

-Profesor Lupin -saludó cordialmente Harry -¿Vienen por mi?

-Así es Potter. -dijo una tercera voz.

Kingsley Shakkelbot y Tonks se unieron a ellos en la cocina, mientras Charlie Weasley susurraba unas palabras a su tia. Harry los saludó austeramente, sin esperarse el efusivo abrazo de Tonks.

-¿Cómo has estado Harry? -preguntó la mujer, que en esa ocasión, llevaba el cabello corto y de un furioso azul.

-Bien, gracias.

-Es hora de irnos. Buscaré tus cosas Potter -dijo el auror negro al fin -¿Charlie?

-Aquí está el traslador. -dijo el pelirrojo entregándole a Harry una taza de te rota -Remus irá contigo y nosotros nos apareceremos en la plaza frente al cuartel.

Harry asintió, sintiendo la mano de Remus posarse en su hombro y el tirón en el centro del estómago, característico de un traslador. El mundo a su alrededor se convirtió en un torbellino de luces de colores y Harry tenía toda su energía enfocada en no recordar a donde se dirigía.

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El arribo al cuartel general de la Orden del Fénix no era algo que Harry deseara realmente. el sólo hecho de estar frente a los números 10 y 14 le revolvía el estómago. Y cuando creyó que no podía sentirse peor, una ola de náuseas lo sorprendió viendo a la casa hacer su aparición, desplazando las otras dos.

-¿Harry? -Lupin lo tomó de un brazo -¿Estás bien?

Pero Harry no pudo contestar pues la oleada de náuseas se volvió mas fuerte. Cayó de rodillas al suelo y apoyó las manos en él, para evitar golpearse, mientras su estómago se vaciaba por completo y dolorosas lágrimas abandonaban sus ojos.

Podía escuchar la voz de Lupin tratándo de confortarlo y calmarlo, pero sencillamente no podía. Prefería pasar el resto de su vida con los Dursley, pero no regresar a la casa de los padres de Sirius. Eso fue lo último que pensó antes de perder la consciencia.

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Harry podía escuchar susurros a su alrededor y, aunque tenía los ojos cerrados, sabía a quien pertenecían. Podía reconocer las voces de Madamme Pomfrey y Albus Dumbledore en cualquier parte del mundo, sin necesidad de verlos.

Abrió los ojos con dificultad, sintiendo pesar en sus párpados. intentó sentarse en la cama, pero sólo logró moverse casi imperceptiblemente. Nadie lo hubiera visto si la enfermera no estuviese pendiente de él en todo momento.

-Señor Potter. -le dio la bienvenida -¿Cómo se siente?

-¿Qué.... qué sucedió? -preguntó cerrando los ojos.

-Moody lo desmayó. -la enfermera parecía bastante incómoda -Tuvo un colapso nervioso cuando llegó al cuartel.

Harry abrió los ojos nuevamente y se sentó en la cama de golpe. Había supuesto que estaba en Hogwarts, pero ahora podía ver que no. Estaba en la habitación que él y Ron habían compartido el verano anterior.

-¿Harry? -Dumbledore se acercó a su cama con cautela. Aún presentes los sucesos del pasado junio. -¿Cómo te sientes?

-Yo... mi cabeza....

-Tome señor Potter -Poppy no le dejó opción al acercar una poción a sus labios. -Con esto se sentirá mejor.

-Gracias -dijo Harry con voz rasposa.

-Harry -Dumbledore llamó su atención -¿Te sientes bien?

-Si Señor. -respondió automáticamente. -Bien. Remus está afuera, esperando para verte.

Dumbledore se levantó y se acercó a la puerta. Al abrirla, Remus Lupin pasó a su lado velozmente, mientras Molly Weasley evitaba que sus hijos y Hermione ingresen tras él.

Remus se sentó con cuidado en la cama de Harry y le tomó una de sus manos, mientras que con la otra retiraba el azabache cabello de su frente. El hijo de uno de sus mejores amigos se negaba a mirarlo a los ojos, pero él podía ver las lágrimas haciendo fuerza para salir de ellos.

-Harry... -lo llamó con suavidad -Harry mírame.

-Prof...

-No fue tu culpa -dijo Lupin con firmeza, pero sin abandonar su tono cálido y amable -No fue tu culpa que Sirius cayera tras el velo. Él no debería haber ido al Ministerio.

-Él fue por mi. -Harry estaba haciendo grandes esfuerzos para no llorar.

-Si. Él fue porque lo mas importante de su vida estaba en peligro. -Remus susrpiró audiblemente. A él también se le hacía difícil hablar de Sirius -No fue tu culpa. Tu creíste que Sirius estaba en peligro y fuiste a salvarlo. Él hizo lo mismo por ti.

-Pero si yo no hubiera ido....

-Basta Harry -Remus lo tomó por los hombros y lo obligó a mirarlo a los ojos -Deja de culparte por algo de lo que no fuiste responsable. ¿Quieres culpables? Yo debería haber hablado con Severus para que continúe con las clases de Oclumancia.

-Usted no tuvo nada que ver. Yo... yo entré en sus recuerdos y...

-Harry, Ron y Hermione están afuera -dijo Remus en un desesperado intento de cambiar el rumbo de la conversación -Ellos quieren verte y saber como estás. Y también están junto a ellos Ginny y los gemelos. ¿Crees que puedo dejarlos pasar?

-Ron y Hermione solamente.

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Unas horas después, los tres amigos charlaban animadamente de temas sin importancia y triviales. Su conversación se asemejaba mucho a la que podía tener cualquier chico de sus edades, y eso le quitó un gran peso de encima a Harry, que ya no deseaba hablar de sirius, ni Voldemort, ni la profesía. Sólo quería ser un chico normal.

-Y... ¿Recibiste tus MHBs? -preguntó Hermione tentativamente.

-Oh si. -dijo Harry sonriendo -He obtenido siete.

-¡Harry! -Hrmione se lanzó a sus brazos -Eso es genial. ¡7 MHBs!

-Hay mas. -dijo ampliando la sonrisa, sabiendo que su amiga estaría orgullosa de él -Tuve la nota mas alta de la historia en Defensa.

-¿Qué... qué nota? -preguntó Ron sorprendido. Hermione sólo lo miraba con los ojos y la boca abiertas.

-Supera Extraordinario. La carta decía que es la nota mas alta que existe y que sólo la pusieron a otro alumno hace años. Su nombre era.... Sig... Sig...

-Signatus Suseldom -dijeron Ron y Hermione a la vez.

-¿Lo conocen?

-No personalmente -dijo Ron -Pero todos en el mundo mágico han oído hablar de él alguna vez. Dicen que es un gran mago.

-"Historia de Hogwarts" dice que fue el mejor alumno que existió en el colegio desde su fundación. Y luego fue profesor de Defensa y Jefe de Slytherin en... -Hermione frunció el rostro en señal de concentración -¡Por Merlín! ¡Fue profesor de tus padres Harry!

-De... ¿Estás segura?

-Fue profesor de Bill también... creo -dijo Ron algo confundido.

-Y... ¿Qué sucedió con él? ¿Por qué se fue de Hogwarts?

-Nadie sabe. -dijo Ron levantando los hombros. -Nadie ha sabido nada de él desde que dejó de enseñar. Si me lo preguntas.... debe haberse unido a Quien Tu Sabes.

-¡Ron! -exclamó Hermione escandalizada -¿Qué te hace pensar eso?

-Era Slytherin Hermione. Y dejó de enseñar cuando "Él" estaba ganando poder. No creo que haya que hacer demasiadas conjeturas.

-No lo creo. -dijo la castaña. -Quiero decir, si se unió a Voldemort, entonces debería haberse quedado en Hogwarts para espiar a Dumbledore, ¿no te parece Harry?

-¿Tenemos que hablar de alguien que no conocemos? -respondió el moreno algo cansado.

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La mañana recibió a Harry con aire renovado. Era cierto que aún odiaba estar anclado en Grimmauld Place, pero encontraba agradable la compañía de Lupin y sus amigos.

Ni Ron ni Hermione habían mencionado su colapso nervioso al ver erguirse frente a él el Cuartel General de la Orden del Fénix y se los agradecía silenciosamente.

Después de despertar a Ron y darse una rápida ducha, se dirigió a la cocina, donde sabía que la Señora Weasley estaba preparando el desayuno.

Cuando estaba alcanzando su objetivo, escuchó una puerta golpearse, alguien maldecir en voz baja y.... los gritos.

-¡CANALLAS! ¡MESTIZOS! ¡MONSTRUOS! ¡ABERRACIONES DE LA NATURALEZA! ¡FUERA DE MI CASA! ¡SANGRES SUCIAS! ¿QUÉ CREEN QUE HACEN AQUÍ? ¡LADRONES! ¡TRAIDORES!

Harry se apresuró a llegar frente al retrato de la Señora Black, mientras vio a Lupin hacer lo mismo, proveniente de la cocina.

Estaba tan furioso con esa mujer que no pensó en lo que hacía ni en sus consecuencias. Sólo sabía que esa mujer había insultado durante un año completo a Sirius y ahora él estaba muerto.

-¡CÁLLESE! -le gritó y, asombrosamente, ella le obedeció -Si quiere permanecer en esta casa, será mejor que no vuelva a escuchar un sólo grito o insulto.

-Sólo eres un niñato mestizo y...

-Un niñato que va a hacer que arda en llamas por la eternidad si no me respeta.

La mujer palideció considerablemente y retrocedió unos pasos dentro del cuadro, negando con la cabeza. Harry sonrió con superioridad y cerró las cortinas fácilmente, ante el asombro de Lupin y Tonks.

-¿Cómo...? -preguntó Tonks, señalando el cuadro mientras caminaban hacia la cocina.

-No lo sé. -dijo Harry sonriendo infantilmente -Sólo se me ocurrió. Mas bien me salió. No había pensado hacerlo realmente.

-No es novedad que no piense Potter. -dijo Snape desde la puerta.

-Buen día profesor. -lo saludó Harry sin mirarlo, desde su lugar en la mesa -¿me extrañó?

Remus y Tonks tuvieron que hacer un esfuerzo supremo para no reír. El rostro de snape, por una fracción de segundo, mostró sorpresa y luego volvió a la inexpresividad de siempre.

La Señora Weasley dejó de supervisar las tostadas y miró a Harry con desaprobación.

-Harry, querido, creo que ese no es modo de referirse a un profesor.

-¿Por qué no? -preguntó Harry fingiendo confusión -Sólo supuse que el profesor Snape me extrañaría en las vacaciones. Después de todo, no debe tener a quien dirigir sus insultos.

-Tal vez esto te quite las ganas de hacerte el gracioso Potter. -dijo Snape entre dientes, y le lanzó un periódico.

Harry levantó sus cejas y tomó "El Profeta". No le costó encontrar el artículo al que Snape se refería.

En la primera plana había una fotografía de Sirius, la misma que habían publicado cuando se escapó de Azkaban. El titular era simple y conciso: "Sirius Black muerto en el Ministerio de la Magia luego de intentar acabar con la vida de Harry Potter".

Si bien debía haberle afectado de otra forma, Harry sólo se echó a reír. Su risa fría caló hasta los huesos de las cuatro personas que estaban con él, provocándoles espantosos escalofríos.

-Harry, ¿qué....? -Lupin lo miró interrogante y Harry le alcanzó el periódico. -¡Oh por Merlín!

-No se preocupe Profesor Lupin -dijo Harry con voz neutra -No durará mucho.

-¿A qué te refieres? -preguntó Tonks, que había espiado el periódico por encima del hombro de Remus.

-¡¡HARRY POTTER!! -la voz de Dumbledore resonó en toda la extensiónd e la casa y luego su figura apareció en la cocina. Su rostro anciano carente de amabilidad y sus facciones endurecidas. -¿Qué significa esto? -preguntó levantando su mano, mostrándole algo.

-"El Quisquilloso" -respondió Harry con seguridad.

-Profesor... -Molly Weasley rompió el silencio -¿Qué es lo que sucede?

-Ahora no Molly -dijo sevramente Dumbledore, sin quitarle los ojos de encima a Harry -Quiero que me expliques eso, Harry.

Dumbledore alcanzó la revista a Harry, quien observó su foto en la tapa, seguida del título: "La verdad sobre Sirius Black y Dolores Umbridge". Ante el asombro de todos, comenzó a leer.

-"En una entrevista exclusiva, Harry Potter nos cuenta la verdad sobre Sirius Black, su padrino." -un silencio sepulcral se apoderó de la sala -"Conocí a Sirius en mi tercer año en Hogwarts y pude escuchar su historia. Mis padres se habían ocultado con el encantamiento Fidelius y él era el supuesto guardián del secreto." Bla, bla, bla... ¿Ya saben lo que dice, verdad?.

-No es eso de lo que hablo Harry -dijo Dumbledore -sigue leyendo, por favor.

-"Durante el año escolar pasado, el Ministro de la Magia negó el regreso de Voldemort y dijo que era un complot organizado por el profesor Dumbledore para desestabilizarlo. Por supuesto recibió ayuda del Profeta, que me mostraba como un niño mentiroso y con problemas de conducta.

Fudge envió a Dolores Umbridge como Profesora de Defensa contra las Artes Oscuras, luego fue Suprema Inquisidora de Hogwarts y, mas tarde, intentó ocupar el lugar de Directora.

Como sus clases eran absolutamente inútiles y patéticas, un grupo de alumnos (entre los que me incluyo) decidi que lo mejor iba a ser aprender por nuestra cuenta. Así, formamos ED, que en un principio significó Entidad de Defensa. Luego lo cambiamos por Ejército de Dumbledore, sólo por lo que podía representar para el Ministro Fudge.

Mientras tanto, Umbridge dedicaba sus tardes a castigarme. Mis detenciones comenzaban cerca de las 5 de la tarde y se extendían hasta pasada la media noche. Durante todo ese tiempo, me obligaba a escribir No debo decir mentiras con una pluma especial, que escribía con mi sangre y cortaba mi muñeca.

Cuando ED fue descubierto, Dumbledore tuvo que fingir que era su ejército, para evitar mi expulsión y dejó Hogwarts.

Después de mi MHB de Historia de la Magia, necesité contactarme con Sirius y, como mi lechuza ya había sido interceptada y lastimada por Umbridge, usé su chimenea.

Ella me atrapó, junto al grupo de amigos que me estaba ayudando y quiso interrogarme con Veritaserum. El profesor Snape no pudo darle la poción, porque ella ya había utilizado todo lo que él tenía en una detención anterior conmigo.

Enfurecida, Umbridge se dispuso a lanzarme una maldición imperdonable, específicamente un Cruciatus. También confesó que ella había dado la orden a dos Dementores para que me ataquen durante el verano, mientras pasaba mis vacaciones en la casa de mis tíos, con el propósito de que hiciera magia para defenderme y me expulsaran de Hogwarts."

-Dame tu muñeca -ordenó Lupin con voz áspera.

-Vamos Lupin... No vas a creer que....

Snape tuvo que guardar silencio al ver las marcas y cicatrices que habían dejado las detenciones con Umbridge. Claramente podía leerse "No debo decir mentiras" en la muñeca de Harry Potter.

-Harry -dijo la Señora Weasley al borde de las lágrimas -¿Por qué no dijiste nada?

-Porque era lo que ella quería -respondió Potter retirando su mano y bajándose la manga del sweater que vestía.

-Aún así tendrías que habernos dicho. -dijo Dumbledore.

-¿A quíén? -Harry podía sentir la furia crecer dentro suyo -¿A usted? ¡Usted ni siquiera me miraba a los ojos! O tal vez a la Profesora McGonagall, y Umbridge la hubiera sacado del colegio. ¿O a Snape? ¡ÉL NO ME HUBIERA CREÍDO AUNQUE PUSIERA MIS MUÑECAS EN SU NARIZ! ¡Hubiera dicho que me lo hacía yo mismo para llamar la atención! Ya sé... ¡A SIRIUS! ¡Y él mismo hubiera ido a Hogwarts y hubiera matado a Umbridge y ahora estaría en Azkaban nuevamente! ¡Contésteme profesor! ¿A QUIÉN DEBÍA DECÍRSELO?

Antes que nadie pudiera responder, una pluma de fénix apareció en medio de la cocina con un pregamino. Dumbledore lo tomó, lo leyó con tranquilidad y habló con voz pausada.

-El Wizengamot va a juzgar a Dolores Umbridge a partir de mañana. Necesitan tu testimonio Harry -el moreno asintió -Y... van a abrir un juicio a Sirius, si aceptas declarar bajo Veritaserum.

-Claro que sí.

-Bien, debo irme entonces, pero volveré mas tarde para hablar contigo Harry.

En cuanto Dumbledore dejó Grimmauld Place, Harry prosiguió con su desayuno, sin hacer caso a las miradas que recibía de Lupin, Snape, Tonks y la Señora Weasley.

-Potter -comenzó el profesor de Pociones -¿Comprendes la estupidez que ha hecho?

-No. -respondió Harry sin levantar la vista -Pero estoy seguro de que usted va a explicármelo.

-¡Todo el mundo está intentando cuidarte y lo primero que haces es citarte con un extraño! ¡Ni siquiera hablaste con el Director!

-¿Y su punto es...?

-¡Qué podría haber sido un mortífago! ¡Podría haber muerto!

-Y usted seguramente habría llorado la pérdida. -ironizó Harry.

-Eres tan malditamente arrogante como tu padre.

Remus se puso de pie, intentando evitar el estallido que presentía iba a provenir de Harry después de esas palabras de Snape. Maldito imbécil. ¿Cómo se atrevía a hablar así de James si Harry nunca lo había conocido?

-Harry... -la Señora Weasley intentó calmarlo pero él ya había atravezado la línea del enojo.

-No vuelva a hablar de mi padre. -dijo Harry respirando con dificultad. -Él puede haber sido un arrogante y un imbécil si se trataba de usted, pero yo NUNCA lo conocí y el único recuerdo que tengo de él es esa maldita imagen de su pensadero. -las tazas sobre la mesa comenzaron a temblar -Usted no es mejor que él, "señor". Maltratándome por algo que yo no hice ni sabía que habían hecho mi padre y mi padrino.

-Harry, cálmate -dijo Lupin intentando acercarse a él, pero una fuerza extraña se lo impedía.

-No puedo decidir nada sobre mi vida. Dumbledore hace lo que le place conmigo. Me envía con los Dursley, después decide traerme aquí. Me ocultó información y lo sigue haciendo. Y, si no es él, es Voldemort. No puedo decidir como vivir, mucho menos como morir. Pero mientras sobreviva voy a hacer lo que me plazca. ¿Me entendió?

-Harry, por favor cálmate.

La casa entera parecía temblar. Los ojos de Harry brillaban con un verde tan oscuro que era antinatural. Las puertas chillaban y las paredes aparentaban estar a punto de caer derrumbadas.

-¿Qué sucede? -preguntó Ron desde la puerta de la cocina, seguido de Hermione y Ginny.

-¡QUÉDENSE DONDE ESTÁN! -los advirtió Tonks.

Pero Hermione comprendió que nadie iba a poder evitar que Harry continúe liberando su magia si no hacían algo inmediatamente. Y que Snape no retirara su vista de los ojos verdes no contribuía en nada.

Poco a poco se acercó a su amigo. Le colocó una mano en su hombro y, al ver que no era rechazada, le acarició el cabello con la otra.

-Harry, debes calmarte. -susurró -Si no te tranquilizas vas a demoler la casa. Camos Harry, tu puedes hacerlo. Harry... estás asustando a la Señora Weasley y a Ginny. Por favor.

Harry rompió el contacto con Snape, miró a su amiga por un instante y luego cayó desplomado al suelo. Su magia se había descontrolado como nunca.

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Cuando la noche cayó en la cuidad, la Señora Weasley buscó a HArry, que estaba en su dormitorio con Ron y Hermione, y lo guió hacia el estudio, donde lo esperaba el profesor Dumbledore.

Al entrar, Harry recordó el Boggart que el año anterior había acosado a la Señora Weasley y casi pudo ver su cuerpo muerto en el suelo.

Sus recuerdos se esfumaron cuando dumbledore se aclaró la garganta y Harry vio que no estaba solo. Junto a él, el profesor Snape lo observaba con odio a penas disimulado.

-Harry -comenzó Dumbledore -Debiste haberme dicho de las detenciones y de la entrevista.

-¿Para eso me llamó? -preguntó Harry dispuesto a irse.

-No. -respondió el anciano después de un suspiro de resignación -Quiero hablar contigo y con el profesor Snape porque debemos poner un punto final a esta hostilidad. Sus actitudes no los llevarán a nada bueno y ambos deben aprender a confiar en el otro.

-Pero él... -intentó decir Harry.

-Van a retomar las clases de Oclumencia, y no quiero mas discusiones infantiles, sea quien sea el que las comience.

-Si señor -dijo Harry bajando la mirada.

-Hay algo mas de lo que quiero hablarte Harry. Si el Wizengamot edclara inocente a Sirius, todas sus propiedades pasarán a ti.

-¿A... a mí?

-Si Harry, porque él así lo quiso. Ahora no podemos hacer nada, pero en cuanto le retiren los cargos, se leerá su testamento y se que te dejó todo.

-¿Y... qué es todo?

-No debería hacer esto -murmuró Dumbledore -Esta casa será tuya, al igual que su bóbeda personal, la 711 de Gringott´s y las bóbedas familiares, junto con el resto de las propiedades de la familia Black. Y... debo pedirte tu autorización para seguir utilizando este lugar como cuartel general.

-Oh... si, claro.

-Eso es todo entonces. -Dumbledore se puso de pie -Los dejo con sus lecciones.

-Potter, le aseguro que esto no es placentero para mi -dijo Snape con desprecio -No tenía ni tengo interés en darle estas clases y su incompetencia solo lo hace peor. Deje su varita. ¡Legillimens!

Harry vio que Sirius esquivaba un haz de luz roja de Bellatrix y se reía de ella.

-¡Vamos, tu sabes hacerlo mejor!

El segundo haz le acertó de lleno en el pecho. Sirius no había dejado de reír del todo, pero abrió mucho los ojos, sorprendido.

Dio la impresión de que Sirius tardaba una eternidad en caer: su cuerpo se curvó describiendo un majestuoso círculo, y en su caída hacia atrás atravesó el velo que colgaba del arco.

Harry vio la expreseión de miedo y sorpresa del rostro de su padrino, y oyó el grito de triunfo de Bellatrix Lestrange, pero comprendió que no significabe nada: Sirius sólo había caído a través del arco y aparecería al otro lado en segundos.

Sin embargo, no pareció.

-¡SIRIUS! -gritó Harry -¡SIRIUS!

Harry había llegado hasta el fonde del foso. Sirius debía estar tras el velo y él lo ayudaría a levantarse...

Pero cuando llegó al suelo y corrió hacia la tarima, Lupin lo rodeó con sus brazos y se lo retuvo.

-No puedes hacer nada, Harry...

-¡Vamos a buscarlo, tenemos que ayudarlo!

-Es demasiado tarde Harry.

-No, todavía podemos alcanzarlo... -Harry luchó con todas sus fuerzas, pero Lupin no lo soltaba.

-No puedes hacer nada Harry, nada. Se ha ido.

-¡No se ha ido! -bramó Harry -¡SIRIUS! ¡SIRIUS!

-No puede volver Harry. No puede volver porque está m...

-¡NO ESTÁ MUERTO! -rugió Harry -¡SIRIUS!"

Harry abrió los ojos con dificultad, temblando y con un nudo en el estómago. Las lágrimas contenidas en sus ojos, luchando por salir. Se encontró de rodillas en el suelo y furioso con Snape, que acababa de ver su peor recuerdo.

-Potter -la vos de Snape no sonaba amenazante ni fría -Potter.

-¡Déjeme! -intentó gritar Harry, pero sonó como un sollozo.

-Potter levántate y haz un esfuerzo para cerrar tu mente -ordenó Snape.

Harry se tragó su respuesta y se puso de pie despacio. pensaba en la manera de cerrar su mente, pero después de lo que había revivido, iba a ser casi imposible.

Legillimens!

Esta vez, a Harry le pareció que Snape intentaba evitar recuerdos de Sirius, pues todo lo que vio pasar frente a él fueron imágenes de su niñez con los Dursley. No era algo que le gustara tampoco, pero al menos no tendía que sufrir al verlo morir otra vez.

Harry estaba tan agotado que ni siquier intentó expulsar a Snape de su mente. Sólo lo dejó buscar y ver sus recuerdos hasta que el mayor se cansó y quitó el hechizo.

-¿Qué se supone que haces Potter? ¿Por qué no te defiendes?

-Estoy cansado. -respondió el moreno.

-¿Te sientes mal? -preguntó Snape observando la palidez del rostro de su alumno.

-Me duele la cabeza... la cicatriz. Yo no.... ¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!

Harry se llevó una mano a la cicatriz mientras gritaba, y Snape se acercó a él para evitar su caída. Lo tomó de un brazo y lo sostuvo de pie, mientras Harry tensionaba la mandíbula, intentando evitar el dolor.

-Está furioso. -dijo en un susurro, cuando el dolor lo abandonó.

-¿Qué fue ese grito? -preguntó Lupin desde la puerta del estudio.

-Voldemort torturó a... alguien.

-¿Harry de qué hablas? -preguntó el licántropo asustado.

-Él... no lo sé. Sólo se que estaba furioso.

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Entre clases de Oclumancia, visitas al Ministerio de la Magia y conversaciones con Ron, Hermione, Ginny y los gemelos, llegó el cumpleaños de Harry.

Dumbledore le dio el mejor regalo que cualquier persona podía esperar. Sirius había sido limpiado de todos sus cargos y ahora su nombre ya no era sinónimo de magia oscura. Por primera vez desde junio, Harry sonrió sinceramente.

Los regalos no fueron muy distintos a los de los años anteriores: Ron le obsequió dulces, Fred y George un surtido de sus nuevos chascos, mientras que Hermione le dio un libro sobre los últimos movimientos de Quidditch.

Lo que sí lo sorprendió fue que Remus Lupin le entregara un libro, cuidadosamente envuelto. Después de sonreírle al último amigo de su padre, le quitó el papel de regalo, y se contró co un libro de Defensa: "Defensa contra als Artes Oscuras: El aprendizaje eterno", de Signatus Suseldom.

-Gracias profesor Lupin. -dijo Harry apreciando el majestuoso volumen que descansaba sobre la mesa.

-Es probable que te sea útil este año. -respondió Lupin guiñándole un ojo.

-¿Por qué lo dice profesor? -preguntó Harry confundido.

-El autor del libro -dijo Hermione quitándoselo de las manos -¿Signatus Suseldom va a ser nuestro profesor?

-Eso va a ser bueno. -dijo Bill desde su lado de la mesa -Fue, sin dudas, el mejor profesor que he tenido en mi vida.

-Pero.. había desaparecido. -dijo Ron sin creerlo.

-Signatus Suseldom es uno de mis mas grandes amigos. -dijo Dumbledore entrando a la cocina -Y, hace unos años, hemos retomado el contacto. Será un buen año para los alumnos.

-Creo que voy morirme. -Ron estaba completamente pálido.

-¿Cuál es tu problema, Ron? -dijo Hermione exhasperada -¿Si los profesores son un fiasco los odias, y si conocen la materia también?

-¡Es Slytherin! ¡No va a haber posibilidades de que ganemos puntos con él y Snape!

-El profesor Suseldom es un hombre justo. -dijo Remus riendo -Estricto, pero muy justo. Y no creo que persiga a los Gryffindor si no se lo merecen. De hecho.... -miró a Dumbledore como buscando permiso y, cuando el anciano asintió, continuó -Él era el padrino de James.

-¿De mi... padre?

-Si. Amadeus Potter, el padre de James, era un muy buen amigo del profesor Suseldom. Creo que estuvieron juntos en Hogwarts.

-¿Mi abuelo era un Slytherin?

-No Harry. -dijo Dumbledore sonriendo -Era un Gryffindor, tal como James y como tu. Pero a ninguno de los dos les importó nunca la rivalidad entre las casas después de que se conocieran de verdad.

-¡Puedes preguntarle a él sobre tu familia Harry! -exclamó Hermione entusiasmada.

-Solo habla con él si te lo pide -dijo Dumbledore -No le gusta hablar de eso. Creo que aún se culpa por la muerte de James.

-¿Por qué? -preguntó Remus.

-Porque no lo salvó.

-Potter -dijo Snape desde la puerta -Hace cinco minutos lo estoy esperando en el estudio.

-Vamos Severus -dijo Remus sonriendo -Hoy es su cumpleaños. ¿Podrías darle el día libre?

-¿Le... le gustaría un pedazo de torta, profesor Snape? -ofreció Hermione, pero la vista de Snape estaba sobre la mesa.

-¿Aceptó? -le preguntó a Dumbledore sin dejar de mirar el libro.

-Si Severus. El profesor Suseldom regresará a Hogwarts.

-Debo irme. Potter, hoy queda exhimido de las clases, pero mañana lo espero a la hora de siempre.

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MUCHAS GRACIAS A:

Marla, Danybel, RefinedMagicaSnape, SBM-ngie, The angel of the Dreams, Ophelia Dakker, Ayda merodeadora.

Lo siento, no tuve tiempo de contestar a todos individualmente...

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¿QUE LES PARECE?

SE QUE PUEDE PARECER ALGO PESADO AL PRINCIPIO, PERO YA PROMETO ACCI"N EL CAPÍTULO QUE VIENE.....

¡UN BESO!

GALA SNAPE