I'm going to go for you
By Ran

Slam Dunk- RuHana

Fanfic dedicado a Serena Minamino. Espero que te guste Chibi -

Y aquí llevo esperando desde entonces.

Ahora mismo estoy situado en mi habitación. Se trata de un altillo de esta vieja casa, cerca de las montañas.
No puedo quejarme por el hecho de que la habitación es bastante grande…pero me costó semanas acomodarla para mí, ya que estaba toda sucia y llena de trastos…Seguramente que aquello era una especia de trastero…
Pero al fin está bastante confortable… Aunque la cama está bastante dura…A saber de qué año es…Pero o dormía sobre ella o lo hacía en el suelo…Tal y como me dijo la mujer de mi padrino cuando llegué a esta casa.
Pero sin lugar a dudas, lo que más me gusta es la enorme ventana que está junto a mi cama y que ilumina toda la estancia. Estar junto a ella me ayuda a relajarme…

Ahora dirijo mi mirada a la pared que está justo a mi lado. Aquí tengo pegadas todas las fotografías de mis padres, mis amigos y compañeros del equipo de Shohoku, formando una especie de gran mosaico.
Cuando me siento solo siempre miro hacia aquí. Suelo maldecir mil veces a mis padres por dejarme solo y a causa de esto, tener que estar aquí ahora…pero suelo calmarme mirando a la Gundam, a Ryota y los demás…Al fin y al cabo…mis padres no tuvieron la culpa de morir…

Decido incorporarme del lecho para despegar la fotografía del Campeonato Nacional, aquella en la que yo no salgo. Todos siguen con sus sonrisas plasmadas en sus rostros y sus deslumbrantes medallas de plata colgadas en sus cuellos…

-Tonto…Es una fotografía…y las fotografías no cambian…-

Vuelvo a dirigir mi mirada a la imagen, directamente al Kitsune con su rostro imperturbable y no puedo evitar recordar mis últimos minutos en Kanagawa.

Los recuerdo a cada instante y siempre con la misma intensidad…y por supuesto siempre acabo igual: con mi mano metida dentro de mis pantalones. Acto bastante vergonzante para el Tensai Hanamichi Sakuragi…pero a mi capacidad de genio le es imposible controlar mi cuerpo…

Y creo que esta vez no será la excepción. Ya han pasado diez meses desde aquello, pero siento que lo sigo amando igual o más que entonces… Porque estoy convencido de que lo amo… Ha ocurrido en poco tiempo…pero ¿qué importa el tiempo?

Vuelvo a recostarme sobre la cama y desabrocho con habilidad mis pantalones para después bajarlos con los boxers hasta las rodillas.

Se que podría irme a la ducha y tomar una con agua bien fría para así despejarme…Pero siento la necesidad de tocarme…y sentir que es él quien lo hace…con mucha fuerza y pasión. Además…estoy solo y no hay ningún peligro de ser descubierto.

Así pues, agarro mi miembro excitado con una de mis manos y lo apreto con dureza por algunos instantes. Noto como comienzo a sentirme mojado…seguramente por las gotitas de pre-semen que se deslizan desde la cabecita hinchada hasta mi mano.

Dirijo mi otra mano por debajo de mi camiseta para agarrar un de mis pezones.

-Ahh…Rukawa…- empiezo ya a gemir y francamente, necesito más, mucho más…Así que la mano que está posada sobre mi sexo comienza a desplazarse por toda mi extensión de una forma muy rápida.
El placer apodera mi cuerpo y mis movimientos y solo atino a moverme más rápido y gritar cada vez más alto. Siento como si él estuviese sobre mí…haciéndome el amor una y otra vez…tocándome con amor, pero a la vez con deseo.

Dirijo la mano que estaba en mis pezones, ya erectos, hacia mis testículos. Éstos se encuentran ya hinchados y muy calientes…seguramente a punto de explotar.
Los acaricio y los cojo con fuerza, apretándolos una y otra vez sin descanso mientras que mi otra extremidad está entretenida con mi miembro, especialmente con la cabecita rojiza, la cual es pellizcada y exprimida por mí sin contemplaciones.

Siento llegar a un estado de placer insólito y total…pero aun no deseo que todo acabe ya que necesito todavía más, así que la mano que trabajaba duramente con las bolitas hinchadas va directamente a mi ano ya que decido alzar mis piernas para dejar el pequeño agujerito expuesto.

Introduzco un dedo con fiereza y rápidamente añado los dos siguientes para después moverlos con mucha intensidad.

-Ahhhh…ahhh…así Kaede….sí…más hondo por favor….- verdaderamente mi mente enferma cree que es el Zorro quien me penetra…Supongo que mi deseo de verlo durante estos diez meses me ha hecho enfermar…

Pero todo tiene un final, y para mi desgracia mis momentos de pasión terminan con fuerza al expulsar por mi miembro un gran chorro de semen espeso y caliente, el cual impregna toda mi mano y mi estómago de esa esencia…Pero no dudo en ningún instante de lamer esa extremidad manchada…Imaginando, tal vez, que se trata de la mano de Rukawa.

-Delicioso…- murmuro mientras acabo con mi faena y acabo rendido sobre la cama, respirando con dificultad.

Todos los días es lo mismo. Me masturbo con rapidez pensando que es él quien lo hace…pero al volver al mundo de los cuerdos me doy cuenta de lo estúpido que soy al creer semejante cosa, ya que sigo solo en mi cama.

Decido levantarme de la cama cuando me siento algo mejor. Debo cambiar las sábanas rápido antes que mi padrino y esa estúpida mujer vean todo lo que hice…

Paso por delante de mi espejo y decido pararme para mirarme en él.

A mi parecer, sigo siendo igual que siempre. Tan sólo que ahora me veo todo rojo y con muchas gotitas de sudor empapando mi rostro y mi cuerpo.

Me quedo mirando mi cuello.

-Ojalá hubiesen durado para siempre…- digo en voz alta aunque se que nadie puede oírme. Y es que cuando llegué a Mashuko y vi a mi padrino y su mujer, lo primero que me dijeron fue una sarta de insultos dirigidos hacia mi pobre persona desorientada.

Ellos son muy conservadores y al ver las tremendas marcas moradas en mi cuello y clavícula, creyeron que había estado con alguna mujer antes de llegar allí.

Creo que ellos ven mal las relaciones prematrimoniales… Me pregunto que dirían al saber que esas marcas habían sido provocadas por un hombre…

Pero en esos momentos yo no sabía de qué me hablaban y no fue hasta que me miré al espejo que lo vi.

Rukawa se había encargado, no se en que momento, de dejarme un par de marquitas en mi cuerpo, las cuales me hacían sentir que mi ser estaba bajo propiedad privada…Y verdaderamente, era una sensación muy placentera.

Pero estas manchas desaparecieron al poco tiempo…y hoy mi piel bronceada sigue igual que antes, como si ese par de moratones nunca hubiesen estado pintados en mi cuerpo.

Quiero que venga de una vez…. Quiero que me haga suyo una vez más…

Fui a dejar las sábanas manchadas en el cubo de la ropa sucia y coloqué unas nuevas en la cama. Después, volví a posarme sobre ella.

Acababa de acabar el Campeonato Nacional. Mi nuevo equipo, el Takamizawa, volvió a quedar elegido como uno de los dos representantes de la prefactura de Hokkaido para ir a tal campeonato, pero no conseguimos pasar de la primera eliminatoria una vez más….Así que no llegué a enfrentarme al Shohoku.
Por una parte me hubiese gustado verlos de nuevo…Pero ver el equipo sin mí…No creo que fuera lo mejor para mi mal estado de ánimo.

Y…sí. El Shohoku ganó los Nacionales, noticia que me provocó una gran alegría. Ryota había conseguido llevar el equipo por muy buen camino y conseguir lo que siempre deseamos. Me sentí feliz por ellos, pero profundamente decepcionado porque habían ganado sin el Tensai…sin mí.

Y es que mi espalda ya se encontraba bastante mejor cuando comenzaron los Nacionales…incluso pude jugar los últimos intercolegiales. Podía entrenar con normalidad, aunque debo resaltar que los entrenamientos del Takamizawa son mucho menos intensos que los que realizaba en Kanagawa.

Aun no he hecho buenos amigos…Tan solo simples compañeros…y es que siento que no encajo en este lugar,
Ya he rechazado a muchas chicas que se me han declarado…cosa que anteriormente me hubiese hecho mucha ilusión al saber que las chicas tenían admiración por mí y mis habilidades de Tensai…pero ahora es distinto.

Y es que yo tengo a mi Zorrito y lo quiero a él. Aquí y ahora.

Pero él no está ni aquí y ni ahora…

Maldigo a mi padrino y la estúpida puta que está a su lado. No entiendo porqué me mandaron venir aquí, si sigo estando igual de solo que antes. Ellos nunca paran por casa… O bien están en el trabajo o se van fuera para no volver por meses…

Bueno en realidad, ella no trabaja. Tan sólo se pasea por las calles presumiendo de lo que no tiene…Cómo la odio…No se porqué mi padrino aceptó estar junto a ella…por eso lo odio también.

Y ahora vuelvo a estar solo. ¿Cuánto llevo ya?...Creo que se marcharon hará dos semanas…pero prometieron no volver hasta después de tres meses.

Estoy igual de solo que en Kanagawa, sólo que allí tenía a mis amigos que me venían a visitar cuando me aburría… Aquí…Aquí no tengo a nadie. Quiero volver…

Noté como mis ojos se iban cerrando cada vez un poco más… Tengo muchísimo sueño… Quizá se deba al cansancio que llevo encima por culpa de… bueno de eso…
Así pues, cierro mis ojos totalmente y me dispongo a caer rendido a los brazos de Morfeo.

Pasan los días. Cada uno igual que el anterior y cada vez me siento más vacío.

Once meses y algunos días ya han pasado.

Comienzo a pensar que la promesa del Zorro no se cumplirá….He pasado todo este tiempo creyendo que él vendría un día…Cada mañana me he levantado esperando que ese día fuese el que me encontraría con él…pero no. Esto nunca ha pasado y ya dudo mucho que vaya a ocurrir…

Oh vaya…acaba de sonar el timbre de la puerta. Tengo que ir a abrir…

Un momento…quizá será… ¿él? No, es imposible. Es simplemente imposible. Rukawa ahora debe estar en su casa tranquilamente…No…debe estar en la cancha de basketball practicando sus tiros…como siempre…Porque nada ha cambiado para él…
Por eso mismo, es imposible que esté tras mi puerta…

Decido bajar rápidamente todas las escaleras hasta llegar frente la puerta y no puedo evitar peinar con mis manos un poco mis cabellos para verme más lindo… ¿Por qué si estoy tan seguro de que no es el Zorro?...No lo sé…

Por fin abro la puerta, de una forma muy lenta. En el fondo de mi corazón espero que sea él, que me mire, me sonría, me bese y que me lleve a la habitación para estar juntos una nueva vez…

Quedo mirando el otro lado de la puerta….

Es el cartero….

Siempre me hace feliz ver al cartero en la puerta ya que suele traerme cartas de mis amigos, pero esta vez siento odiarlo como nunca.

-¿Sakuragi-san? – me pregunta, como si no lo supiese…

-Sí, soy yo – entonces me doy cuenta que trae un pequeño paquete en sus manos. ¿Eso es para mí?

-Tenga, firme aquí – dijo entregándome un papel el cual firmé con un garabato
mal hecho a toda prisa.
Quería ver qué era ese paquete…y lo más importante, quién me lo enviaba.

Cerré la puerta una vez me entregó dicho paquete y rápidamente, y sin mirar el remitente, subí a mi habitación para verlo allí con tranquilidad.
La verdad es que estoy totalmente solo en este caserón…pero allí arriba me siento como si estuviese en mi mundo…con mis amigos… todo gracias a las fotografías que me llevé…Nunca pensé que simples imágenes me pudiesen hacer tanta compañía… Aunque ahora recuerdo la que rompí en mil pedazos…Aquella donde salía Rukawa junto a mí… Que idiota que fui al romperla…

Llego al fin a mi cama y me tumbo en ella con un salto. Estoy ansioso de saber más sobre el paquete que llevo en mis manos…

Miro el remitente pero el nombre que hay escrito no es el que me gustaría que hubiese estado ahí… Mierda…
El paquete es de Ryota…Aunque debo admitir que también me hace mucha ilusión que no se hayan olvidado de mí los chicos…

Rompo rápidamente los precintos que cierran la caja y la abro con fuerza para después meter la mano en ella y sacar una cinta de video y a continuación un sobre.

Preferí empezar examinando la carta. La desplegué y comencé a leer en voz alta:

"Hola Hanamichi!

¿Cómo te va todo por allá? Hace poco que ya te envié una carta, pero esta vez hemos decidido entre todos, enviarte esta cinta donde hay registrado el partido final del Shohoku y algunas imágenes más.
¡Más te vale que trates bien este pequeño regalo ya que fue la mismísima Ayako quien lo gravó!
Y este año ya dejo yo la preparatoria… Ayako también…y Mitsui… Bueno, somos varios. Me da lástima dejarlo todo, por eso creo entenderte amigo.
Espero verdaderamente que ya tengas muchos amigos por allá y seas feliz.
Todos prometemos venirte a ver muy pronto para que veas que no te olvidamos a pesar el tiempo…
Siento no contarte cosas nuevas, pero nada cambia desde la última vez que te envié la carta cuando ganamos los Nacionales….El Campeonato Nacional….suena como un sueño haberlo ganado…
Bien, te dejo ya. Espero que disfrutes con el video.

Muchos saludos de parte de todos!

Ryota."

Sonreí tras leer la carta. Me sentía feliz, sobretodo al leer las palabras de que no me olvidaban… Volví a sonreír al coger la cinta de video entre mis manos.
Sentí unas enormes ganas de verla y corrí escaleras abajo para ir al comedor y poner el video.
Cualquiera que me viese creería que no tengo la edad que tengo ya…debo parecer un niño pequeño con un caramelo… Pero tener noticias del equipo siempre me alegraba…y además esta vez fueron imágenes también.

Coloqué la cinta y encendí el video para después sentarme en una de las butacas que estaban situadas justo delante del televisor.

Inmediatamente aparecieron las imágenes del principio del partido. Se veía claramente que estaba gravado de modo casero, pero me sentía feliz de ver todo lo que estaba viendo.
Debo reconocer que los chicos ganaron merecidamente el partido llevándose así la copa del Campeonato.
Fue un fabuloso partido, muy reñido la verdad, pero muy intenso.

Varias veces la cámara filmaba en primer plano a Rukawa…Se me hacía tan raro verlo en movimiento de nuevo…Desde que estoy aquí solo lo veo a través de las escuetas fotografías y de mis recuerdos…Me dio mucho gusto verlo de nuevo corriendo, saltando, driblando y hacer esos maravillosos mates que claramente ayudaron a ganar el difícil partido.

Simplemente el Zorrito es el mejor.

Cuando acabó el partido vi la cara de felicidad de todos. Sus caras eran el retrato perfecto de la felicidad…sin duda alguna. Como me hubiese gustado compartir esos momentos junto a todos…
La cámara volvió a enfocar a Rukawa…Kami…una sonrisa… una simple y pequeña sonrisa estaba dibujada en sus labios lechosos…
Sentí como el color mi cara se convertía en rojizo, como mis cabellos… Estaba tan….tan… ¡perfecto! Kaede Rukawa es perfecto…

Pero las imágenes del partido se cortaron para dar paso a la cara de Ryota… ¡Su cara inundaba la pantalla!
Noté como mis ojos se abrieron debido a la sorpresa.

-# Hanamichiiii! ¿Nos ves bien? # -Ante la pregunta formulada afirmé como si Ryota fuese a verme. Se le veía una sonrisa mientras hablaba delante de la cámara. Su rostro ya se había alejado del objetivo del aparato.

Inmediatamente, aparecieron por detrás de él todos los chicos del equipo del Shohoku además de mi Gundam, bueno en realidad los nuevos de primer curso no estaban…No me conocían apenas así que no le di importancia. Todos comenzaron a saludar efusivamente hacia la cámara. Estaban en el gimnasio…me gustó ver esas cuatro paredes de nuevo.

Me puse a reír al instante debido a la emoción que me embriagaba en esos momentos.
Ellos…mis amigos se habían tomado la molestia de gravarse para que les viera…

Aunque…allí no estaba Rukawa…y a eso sí le di importancia.

-# Hola Hanamichi! ¿Sabes quien soy verdad? # - Qué idiota que era Yohei, ¿Cómo no iba a saber quien era? Pero me causaron una sonrisa sus palabras.

-# ¡Hanamichi! Te echamos mucho de menos! #– esta exclamación me tomó por sorpresa ya que la pantalla de mi televisión volvió a quedar inundada, esta vez por la cabeza de Takamiya.
Volví a reír. Hacía tiempo que no me sentía tan feliz y me reía con tantas ganas…Esa cinta de vídeo iba a ser mi nuevo tesoro por guardar con cariño.

Todos y cada uno comenzaron a darme mensajes de apoyo y la mayoría nombraba las palabras de Takamiya… Me echaban de menos…

Sin darme cuenta, comencé a llorar por la emoción y los recuerdos… Quería volver a verlos pronto… Así que decidí que pronto cogería un tren para hacerles una visita… Sí, eso haría… Quería verlos… Pero, si me volvía a reencontrar con ellos…creo que me sería imposible volver a marcharme…

Mientras mi cabeza daba vueltas, escuché la voz de Ayako, la cual filmaba la película, hablando.

-# Ey, ey… ¡Espera! –le chillaba a alguien. -# ¡Ven aquí un momento y di alguna palabra! # -

Entonces al cámara enfocó a Rukawa… e sonrojé al verlo de nuevo. Lo acaba de ver en medio de un partido pero ahora… Estaba de espaldas al objetivo del aparato…Pero se notaba que recién salía de las duchas.

Sus cabellos caían pesadamente por el agua que impregnaban sus hilachos negruzcos. Llevaba la mochila deportiva sobre su hombro izquierdo y caminaba hacia el exterior del gimnasio, pero al escuchar las palabras de Ayako, el Kitsune se giró lentamente, mirando hacia el aparato.

¡Cuánto quería a Ayako por esa maravillosa filmación! Había tenido la genial idea de acercar el rostro de Rukawa con el zoom justo cuando él miraba sorprendido el aparatejo que lo está filmando.
Su cara demostró algo de asombro. Supuse que ni se había dado cuenta de que todos los demás estaban participando en la grabación.
Al acercarse la imagen a su rostro, lo pude ver perfectamente.

Se veía igual que siempre, pero tenía un gran brillo en sus ojos, los cuales se vieron resplandecientes y con mucha vida, algo extraño en él.

Quedé enamorado de esa toma. Pero la filmación prosiguió.

-# Rukawa, estamos preparando una imágenes para enviárselas a Hanamichi Sakuragi! Venga va… ¡dile algo! #- escuchaba como Ayako hablaba mientras que no apartaba el zoom de la cara del Zorro, el cual, ante las palabras de ella, vi como se sorprendió un poco más y miró directamente a la lente de la cámara.

Mi corazón se aceleró. Sabía que el Kitsune tan sólo miraba a la cámara, pero a mí me parecía que estuviera clavando sus ojos sesgados en mí, y me sentí avergonzado ante tal mirada… sonrojándome todavía más.

-# ¡Venga Rukawa! #- insistió otra vez Ayako mientras que se escuchaban voces de fondo que se quejaban…creo que eran Mitsui y Noma...

-# ¡Pero déjalo Ayako! Y que se vaya de una vez…# - éste fue Noma sin lugar a dudas…

-# ¿Qué quieres que le diga Rukawa a Sakuragi? Ese idiota no tiene sentimientos! # - Y éste fue Michy…

El semblante del Zorro varió unos segundos al escuchar las críticas de Mitsui, o eso me pareció a mí, ya que miró hacia donde estaría seguramente Mitsui con odio y después volvió a mirar a la cámara.

-#... Hola…do'aho…# -

Quedé perplejo. Él…él…me había hablado… Pensé que se giraría y se marcharía, tal como veo que está haciendo ahora…
Debo parecer un idiota que se alegra por un saludo tan simple…pero es que…el mismísimo ser de hielo me dedicó un saludo…

Sin duda alguna esta cinta de video sería mi consuelo en las horas de soledad que me invadían cada vez con más frecuencia.

Se volvieron a escuchar quejas sobre las palabras escuetas del Zorro y después volvió la cámara hacia la multitud, los cuales me continuaron hablando sobre temas irrelevantes, con gran multitud de sonrisas, risas y mucha, mucha alegría, la cual se quedó gravada en mí.

Y me sentí afortunado por primera vez por tener semejantes amigos. Ni después de un año me habían olvidado y se seguían preocupando de enviarme cartas, regalos, y ahora, una preciosa cinta de video.

Las imágenes cesaron después de grandes despedidas, prometiéndome una vez más venirme a visitar.

Apagué el video y lo saqué del aparato… Sentí más ganas de llorar… Y ésta vez fueron lágrimas de alegría, pero que bien pronto se convirtieron en lágrimas amargas provocadas por la ausencia del Kitsune…

Decidí no pensar más en ello. Rukawa me había hablado a través de un video, pero no se había dignado a cumplir su promesa… Por eso mismo, creo que será mejor olvidarme…Aunque no creo que tal cosa sea posible… Pero mis esperanzas de verlo junto a mí una vez más, a pesar de todos los meses transcurridos, se iban almacenando en mi alma sin que me diese cuenta.

Estaba sentenciado. Siempre lo esperaría, por más tiempo que pasase.

Unos suaves sonidos comenzaron a despertarme, abriendo así poco a poco mis ojos, los cuales me ardían…
Sentía un profundo dolor de cabeza y el cansancio de apoderaba de mí.

Miré mi entorno y me di cuenta de que estaba recostado todavía en la butaca de delante del televisor.
Seguramente, cuando acabé de ver la cinta y la saqué para después volverme a sentar aquí para pensar…me quedé dormido…

Me levanto lentamente haciendo crujir mis huesos del cuello y de la espalda debido a la mala posición con la que he dormido por toda la noche…
Llego al baño y me miro al espejo detenidamente.

Tengo los ojos algo hinchados y rojos…seguramente porqué ayer lloré demasiado… y la cabeza también me arde… Definitivamente creo que pensar es malo.

Me dirijo hasta la ducha y abro el grifo de agua fría, supongo que así podré despejarme un poco… Hoy tengo entrenamiento con el equipo… así que debo ir bien hasta allá.

Cuando acabo de ducharme y asearme, me visto con el uniforme del Takamizawa y coloco en la mochila todo lo que necesito para el entrenamiento.

Se me hace duro ir cada mañana hasta la preparatoria ya que tengo que coger un tren que me lleve hasta Sapporo y tardo alrededor de cincuenta minutos en llegar… Por eso debo levantarme siempre muy pronto…

El camino se me hace también aburrido. Antes siempre me dirigía al instituto con Yohei y los demás, incluso ya se me hacía rutinario sentir la bicicleta de Rukawa encima mío…
Ahora siempre ando solo… y el camino se me hace muy pesado.

Al fin llego a la preparatoria la cual se encuentra basntante vacía. Las clases ya terminaron y por lo tanto, tan sólo se puede ver a estudiantes que, como yo, pertenecen a algún club…

Entro en el gimnasio y todos ya están allí realizando el calentamiento. Los saludo y ellos a mí.

No les importa que llegue tarde. Hay muchos miembros en este equipo, muchísimos más que los que había en Shohoku, y creo que no se preocupan por uno más.
Aquí no le importo realmente a nadie.

Realizo las prácticas sin muchas ganas y el capitán acaba dejándome en el banquillo hasta que termine el entrenamiento y verdaderamente…en mi interior le doy las gracias.
No me encuentro bien ni físicamente ni anímicamente…así que prefiero estarme en el banquillo por hoy, haciendo ver que observo a mis compañeros cuando en realidad mi mente divaga por Kanagawa.

Cuando terminan, nos dirigimos todos hacia las duchas y al acabar, vuelvo a por el tren hasta mi casa.

¿Lo único bueno de este lugar? Que no tengo que limpiar la duela, quizá…

Pues bien… esta es mi rutina por estos días de vacaciones… No tengo amigos con los que salir, así que sólo voy de casa hacia la preparatoria y de la preparatoria a casa.

Al fin estoy de nuevo en mi hogar y como siempre subo las escaleras a toda velocidad para encerrarme en mi habitación. Da igual que esté solo en todo el caserón, me gusta estar aquí arriba durante largas horas sentado en el umbral de la ventana que ilumina toda la estancia.
Desde este ventanal, miro fijamente todas las montañas las cuales, en esta época, se encuentran lejos del color blanquecino que las caracteriza la gran parte del año.
Tal paisaje me tranquiliza mucho… y más de una vez me he quedado dormido en esta posición: sentado sobre el umbral de la ventana con mi cabeza apoyada en el cristal…

Hasta yo me sorprendo de la capacidad tan grande que he desarrollado a lo largo de este año para dormir en cualquier posición y momento.

Comienzo a cerrar los ojos para dormir…Me siento cansado aunque a penas haya entrenado basketball…

Pero algo me molesta y cómo siempre, es el timbre de la puerta. No entiendo que ocurre últimamente que todos se empeñan en llamar a esta puerta… Aunque si se trata de otro regalo o carta desde Kanagawa…no creo que me importe…

Bajo las escaleras a toda prisa. Me sorprendo de que esta vez, a diferencia de todas las anteriores, no pienso que es el Kitsune el que está detrás de la puerta… He aprendido la lección y se que él no vendrá a por mí…

Llego hasta la puerta y la abro a toda velocidad para atender cuanto antes a la persona que me espera, así, cuanto antes acabe, antes podré irme a dormir.

-¿Sí? – pregunto al abrir la puerta.

-Hola muchacho… ¿No están tus padrinos? – Vaya…esta vez es la vecina de la casa del lado… A decir verdad, por este lugar tan solo hay unas cinco casas… y más allá otras cinco, creo… Es un pueblo muy pequeño. Pero justo la vecina que está aquí conmigo, la que vive más cerca, la señora Tatsumoto, es una viuda ya mayor que le encanta venir aquí a quejarse por cualquier tontería… No debe tener vida social…

- Pues no…salieron de viaje…volverán después de dos meses creo…- contesto yo deseando que la cosa termine aquí y Tatsumoto-san se vaya de nuevo a su casa.

-Da igual…te lo digo a ti que ya eres mayorcito…- dijo mirándome de arriba abajo con una cara de asco…Maldita bruja. – Tenéis aquellos rosales que sobresalen hacia mi terreno…Si no los cortáis, os denuncio. – me dijo seriamente mientras señalaba los supuestos rosales.

Me fijé detenidamente en las plantas y sólo vi un par de ramas pequeñitas, con apenas hojas, que apuntaba hacia el terreno de Tatsumoto-san… ¿Para esa tontería me molestaba y me amenazaba con denunciarme?

-Tatsumoto-san…con todo mi respeto… ¡Son dos simples ramas pequeñitas! ¿Para eso viene usted aquí? – le alcé la voz. Sólo a mí me podían ocurrir semejantes estupideces…

-Muchacho…no me hables así y ten más respeto con tus superiores! – se quejó la bruja. –¡Ves inmediatamente a cortar lo que te he dicho! – creo que se divierte fastidiando a los demás…

-Está bien…está bien… - me resigné. No ganaría anda con discutir…solo perder más el tiempo. Así pues, salí de casa para dirigirme a dichos rosales.

-¡Chico espera! ¿No piensas coger nada para cortar? – me preguntó mientras corría detrás de mí para alcanzarme, pero yo ni tan siquiera le contesté.

Una vez llegué junto a las plantas, observé la situación. En efecto, tan solo eran dos pequeñas ramitas que sobresalían… Así pues, con gran rapidez, corté la primera con tan solo mis manos…
Observé de reojo a Tatsumoto-san y vi como torcía sus labios en claro señal de enojo. En efecto, sólo me hacia cortar eso para no aburrirse.
Después, corté la otra rama, pero esta vez las pequeñas espinas que la recubrían se clavaron en mis manos…Pero no me quejé…no le daría el gusto a la bruja…

-Ya está…- aclaré para después marcharme de nuevo hacia el interior de la casa. Tan sólo escuché como la bruja maldecía a los chicos de mi edad antes de entrar en mi casa.

Me miré la mano y al vi con bastantes hilillos de sangre… ¿es que acaso nunca podría dormir tranquilamente? Ahora tenía que irme a curar todo aquello…

Entré en el baño y saqué las pequeñas púas con unas pinzas… Creo que me las quité todas…pero ahora la mano me ardía debido al escozor…debía desinfectar la zona y después…

Y el timbre volvió a sonar asustándome levemente.

-¡Maldita bruja! ¿Y ahora que diablos quiere? – farfullaba mientras dejaba las vendas y demás encima del pequeño armario del baño.

-¡Si que debe aburrirse en su casa que quiere molestarme a todas horas! -

Me dirigí rápidamente hacia la puerta abriéndola de un golpe.

-¿Qué es ahora Tatsumoto-san? ¿Una hormiga ha cruzado a su terreno? ¡¡Si quiere denunciarme pues hágalo! – grité sin contemplaciones. Estaba harto de esa vieja.

Pero algo se congeló en mí al ver la imagen de la persona que se encontraba delante de mí.

Por supuesto que no era Tatsumoto-san…

-Do'aho –

Me quedé sin respiración. Quizá mis ojos tan solo veían una alucinación, pero aquella voz…Era el Kitsune.

Tanto tiempo soñando el momento en que lo recibiría aquí, en mi casa, y ahora le abro la puerta gritándole…

-Kit…Kitsune… yo…yo no te gritaba a ti… yo…- algo en mi garganta no me dejaba hablar con normalidad. Me sentía como si todas las tripas de mi estómago estuviesen removiéndose sin parar, causándome una sensación de nervios que nunca antes había sentido…

-¿Puedo pasar? – me preguntó tranquilamente. – Allá atrás hay una señora que no ha dejado de mirarme desde que he pisado este lugar… -

Estas palabras me despertaron de mi ensoñación. ¿Desde cuando el Zorro hablaba tanto? Pero sin más, desplacé mis ojos hacia fuera, a la casa de la señora Tatsumoto, y allí estaba ella, sentada en el balancín de su porche mirando hacia aquí de una forma bastante descarada.

Así y sin decir ni una palabra, me hice a un lado para que él pasara hacia el interior de la vivienda.

Nervioso. Estaba demasiado nervioso. ¡Rukawa había cumplido su promesa!

-Sien…siéntate… debes estar cansado… - le dije mientras que mis manos se convertían en un par de puños que se cerraron con fuerza al agarrar el borde inferior de mi camiseta para tirarla hacia abajo.

Él se sentó en la pequeña butaca donde yo había pasado la noche.

Rukawa estaba en mi butaca…sentado en mi casa… ¡¡Rukawa estaba en mi casa! El sentimiento de alegría me llenó por completo.

Pero por mi cabeza pasaron miles de pensamientos, emociones y sentimientos contradictorios…

¿Cómo había logrado encontrar mi casa? Ésta es la pregunta que deseaba formularle en estos momentos.
Que yo recuerde…nunca le había dado mi dirección al Zorro… Si pudo encontrarme fue porqué se la preguntaría a alguien más del equipo… ¿Rukawa les preguntó sobre mi dirección a los demás?...Era algo que no podía creer.

Decidí observarlo mejor. Había pasado casi un año mirándolo por fotografías, ayer tuve la oportunidad de verlo en la cancha jugando la final de los Nacionales, después fue verlo después de la ducha, mirándome fijamente… Y ahora estaba en persona delante de mí…

Vestía una camiseta sin mangas de color negro junto a otra de color azul cielo, esta vez con mangas. Y después llevaba unos jeans también negros algo desgastados… Se veía tan bien… Pero un pensamiento pasó por mi mente que me hizo sonrojarme furiosamente y por lo tanto tuve que apartar mi mirada de él… "Pero yo en realidad quiero verlo sin la ropa…"

Intenté tranquilizarme y cuando lo llegué a conseguir un poco, volví a mirarlo y ésta vez mi mirada se encontró con la azulada de Rukawa… Nos quedamos por unos instantes así…

-Por cierto… Felicidades por ganas los Nacionales…He visto el partido…jugasteis muy bien…- le dije para romper el hielo. Estaba claro que debía dejar mis deseos más íntimos de lado… Pero llevaba esperando tanto tiempo…

Pero el Zorro no me contestó, tan sólo se encogió de hombros… Pero él seguía mirándome muy fijamente…

-esto… ¿quieres tomar algo? – le pregunté mientras miraba con nerviosismo mi el reloj de la sala…- ¡oh! Vaya… ¡si ya es hora de cenar!... ¿Te apetece cenar algo? Puedo cocinar…-

Pero él siguió sin contestarme y me sentí como un idiota hablando solo… Así que bajé mi mirada apenado y me fui a sentar junto a él, en el sofá que quedaba algo perpendicular a la butaca, de tal forma que nos podíamos ver a la cara. Había desistido de mi idea de preparar la cena…

-¿Cómo llegaste hasta aquí?... No recuerdo haberte dicho mi dirección… - al fin me había decidido a preguntarle la cuestión que quería saber desde un principio…Pero ahora se me pasó otra por la mente… ¿Por qué tanto tiempo?

El Kitsune me miró de una forma tan inexpresiva como siempre, que me hizo quedar helado…

-Investigué – fue lo único que me dijo. Entonces… él si se había preocupado en saber de mí… Tal respuesta unida a mis conclusiones, me hicieron sonreír de una forma tímida.

-¿Preguntaste a los del equipo? – Ante mi pregunta él quedó callado por unos segundos hasta que lo afirmó con un movimiento rápido de cabeza.
Volví a sonreír.

Pero de nuevo volvió a reinar el silencio… ¿Cómo podía ser eso si cada día me imaginaba qué decirle cuando lo viese? Ahora, finalmente que lo tenía aquí, junto a mí, me quedaba en blanco y provocaba que este silencio tan pesado nos rodease…

Pero es que tantas veces había soñado en abrirle la puerta, mirarlo y besarlo como nunca…

- Te he estado esperando…Rukawa… - me atreví a decirle, pero tuve que bajar mi mirada a mis rodillas para que él no viese mis mejillas rojizas.

Hubo silencio por largos momentos… ¿Acaso no pensaba decirme nada? ¿Acaso no me había escuchado?
Decidí alzar mi mirada para ver qué ocurría con él o bien saber cual era su reacción… Pero al subir mi mirada me encontré la del Kitsune.

Con total silencio se había acercado y arrodillado frente a mí y me miraba con sus ojos sesgados, algo entrecerrados…
Mi corazón se aceleró como hacia tiempo que no lo hacía al tenerlo tan cerca… Pero un momento… ¡Todavía se me acercaba más! Acaso iba a… ¿Besarme?

Cerré mis ojos esperando tan ansiado roce, pero éste nunca llegó, así que abría de nuevo los ojos y entonces vi como el zorrito estaba susurrándome algo cerca del oído…muy cerca.

-… ¿tu dormitorio?... – y volvió a colocarse frente a mí, mirándome de nuevo.

Tardé unos segundos en entenderle… Pero en cuánto lo hice, volví a abrir mucho los ojos y le miré alterado mientras que mis mejillas comenzaron a arder. Parecía mentira las veces que el Zorro lograba hacerme sonrojar…

-Arriba… último piso…- le indiqué y de inmediato él se levantó y me cogió con fuerza la mano tirando de mí para que me levantase, cosa que logró.

-Vamos – fue el mismo "vamos" que el día en la estación… ¿Quería decir eso que volveríamos a…? ¿Podría verlo de nuevo sin…su ropa?

Algo en mí comenzó a acelerarse…y no fue solamente mi corazón…

Subimos las escaleras todavía tomados de la mano. Rukawa iba delante de mí ya que los escalones eran algo estrechos…
Al fin llegamos al altillo que me servía como habitación.

-Aquí es… - y le invité a pasar abriendo la puerta para que entrase antes que yo.

El Kitsune entró y yo lo hice tras él, cerrando la puerta a mi paso.

-¿Estás solo? – me preguntó casi con un susurro.

-Sí…-

El Zorro se acercó a mí de nuevo y me agarró la muñeca para dirigirme a los pies de mi cama y después me empujó dándome un golpe con sus manos en mis hombros.

Caí de espaldas a la cama y no pude evita sonreír ante la emoción que me envolvía.
Estaba a solas con el Kitsune, el cual acababa de venirme a buscar a un pueblecito nada conocido de Hokkaido, me había tirado a la cama y en estos momentos se estaba sacando su camiseta de una forma, a mi parecer, muy sensual… La verdad es que en estos momentos, cualquier cosa que él hacía me parecía fascinante…

Vi su torso lechoso y me excité por culpa de su cuerpo tan bien moldeado debido al ejercicio… También me fijé en sus pequeños botoncitos rosados y al instante deseé cogerlos para…

Pero algo me entretuvo de mis imaginaciones…y fue ver que Rukawa se había bajado sus jeans hasta dejarlos abandonados en el suelo, y a continuación, con tan sólo su boxer negro, el cual me permitía ver su estado de excitación, se tumbó en la cama, justo encima de mí, quedando totalmente bloqueado por cada una de sus piernas a un costado de las mías, y sus brazos, cada uno apoyado en la cama al lado de mi cabeza.

Y me miró como nunca antes lo había hecho. Su mirada se clavó en la mía y durante esos momentos me quedé sin aire para llevar a los pulmones.

Volví a creer que me iba a besar…Y volví a equivocarme.

Él tan sólo se sentó en mi vientre y comenzó a alzarme la camiseta para después pasarla por mis brazos para después lanzarla a algún lugar incierto.

Otra vez nos miramos y podía sentir la pasión que envolvía el dormitorio… Deseaba besarlo… Desde que me fui de Kanagawa deseaba volverlo a hacer, así que me incorporé un poco para llegar a sus labios y me dispuse a juntarlos…pero él evitó el contacto colocando sus manos en mis hombros y tirándome atrás una vez más.

-No - ¿Eh? ¿Qué no que? ¿No me iba a dejar besarlo? Entonces recordé cuando hace once meses él también evitó que rozara sus labios contra los míos…

Pero no continué pensando más en el pasado ya que Rukawa se dio la vuelta y quedó a cuatro patas, pero al revés… Su cabeza estaba justo encima de mi miembro apresado por mis pantalones y yo… Tenía justo delante de mí el trasero del Zorrito.

Sonreí mientras mis mejillas ardían cada vez más… Pero Rukawa comenzó a bajarme los pantalones con rapidez y los tiró también al suelo…Y acto seguido fueron a dar con mis pantalones los boxers azules que portaba.

Pero el trasero del Kitsune me impedía ver lo que me estaba haciendo. Imaginé que estaría contemplando mi miembro ya totalmente alzado y deseé que lo tomase entre sus labios… Pero nada de esto ocurrió, Rukawa no se movía.

Así que decidí empezar yo a moverme.

Llevé mis manos a las caderas del Kitsune y le bajé los boxers hasta mi pecho (más o menos hasta sus rodillas...), ya que no podía sacárselos hasta que no se levantara.
Ahora sí que lo veía totalmente desnudo… Y fue una imagen ciertamente encantadora…

Justo frente a mí, tenía las blancas nalgas del Kitsune, algo entreabiertas debido a su posición…pero gracias a esto podía ver un poco su pequeñita entrada envuelta por una capa de piel rugosa… Y entre sus piernas… sus testículos y su pene alzado…

Sin duda alguna, esta imagen era la mejor de todas las que he tenido en la mente durante todos mis sueños húmedos donde Rukawa me hacía de todo…y mucho más…

Quise incorporarme un poco para llegar a mi destino, y así lo hice. Me alcé levemente llegando así a la entrada del Zorro y con mis manos separé un poco más sus nalgas para ver el pequeñito agujero con más claridad… Y sin pensármelo dos veces, introduje mi lengua en ese orificio. Noté como el cuerpo del Zorrito se había tensado y creí que debía darle más placer. Comencé a mover mi lengua con movimientos de vaivén algo rápidos saboreando su esencia, algo amarga pero igualmente deliciosa.
Alcé una mano y cogí su miembro para comenzar a estimularlo…

Pero Rukawa se movió con brusquedad consiguiendo así deshacer la unión que yo había formado.
Me asusté un momento por esos movimientos ya que creí que le había hecho daño o que quizá no le gustaba lo que le hacía…Y acerté.

El Kitsune se me quedó mirando fríamente a los ojos y comencé a temblar muy suavemente ante su posible reacción. ¿Se iba a ir?

-No- fue la simple y escueta respuesta que me dio para después volver a tumbarse sobre mí.

Pero yo continuaba temblando… No me besaba…no me acariciaba… no me dejaba tocarle… ¿Qué diablos ocurría ahí?

-¡¡Ah! – grité al sentir como Rukawa había tomado entre sus labios mi miembro… Comencé a acalorarme de forma exagerada. Era la primera vez que alguien me tocaba ahí, que no fuese yo…y mucho menos con la boca.

Pero pronto el dolor me invadió por culpa de un mordisco que me había dado justo en la punta de mi miembro…Y dolió…dolió mucho.

-¡Ah! Ru…Kitsune… por favor…eso no…- le supliqué. Estaba seguro que me había hecho sangrar.

Pero El Zorro hizo caso omiso a mis palabras… Continuó mordiendo toda la extensión de mi miembro, aunque especialmente en la punta, con algo de fiereza…Sentí arder mi sexo… Estaba seguro que sangraba… Pero también sentía algo de placer que se iba haciendo camino entre medio del dolor, ya que Rukawa a la vez que me mordía, también lamía allá donde me había mordido…Supongo que me limpiaba la sangre que salía de mi cuerpo…

Abandonó mi miembro y subió por mi cuerpo. Yo realicé un suspiro de enfado ante tal acto ya que hubiese deseado que acabara su faena… Me sentía muy próximo al orgasmo e imagino que venirme en la boca del Zorro hubiese sido muy placentero…

Subió hasta mis pectorales, pero no me propició ninguna caricia. Mi piel ardía por sentirse junto a la de él…pero eso no llegaba nunca…La caricia que tanto esperaba se transformó en otro mordisco salvaje en uno de mis pezones y no pude evitar gritar por el dolor.
Siguió mordisqueando mi tetilla. Tenía la sensación de que de un momento a otro me la arrancaría para tragársela… pero él cambió y fue a dar el mismo trato al otro pezón. Ambos se quedaron erectos pero sobretodo sensibles, por lo que pude ver, varios hilillos de sangre salían del lugar y me asusté un poco.

-Gírate - ¿eh? ¿Qué me girara? Lo miré sorprendido ante su petición.

-Gírate…- volvió a repetirme con la misma voz que siempre… No podía percibir ni un rastro de sentimientos en su voz. ¿Acaso no sentía nada teniéndome ahí haciéndome el amor?

Un momento… ¿estábamos haciendo el amor? Yo lo amo pero…¿y él? ¿Y si sólo soy una simple diversión para él?

-Un momento Kitsune… yo quiero verte mientras… - intenté quejarme de su demanda y también dejar de pensar tonterías. Él debía amarme… sino no hubiese venido hasta Hokkaido a por mí… ¿verdad?...

-No – otra negación más a mis peticiones… y sentí que algo se derrumbaba en mí…

Decidí girarme sin decir palabra alguna y me quedé a cuatro patas. Imaginaba lo que ahora vendría, y lo deseaba, por supuesto.
Pero también deseaba que él se abrazara a mí cuando profanase mi altar. Un abrazo…¿tanto pido?

Rukawa quedó de rodillas detrás de mío y me introdujo uno de sus largos dedos lechosos el cual me provocó un suspiro de placer en cuanto se comenzó a mover.
Pronto se introdujo un segundo y a continuación, el tercero. Cada vez dolía un poco más, pero por sobre de todo, era muy placentero.
Gemía mientras movía sus tres dedos y pronto deseaba algo más, así que no tardé en pedírselo para que esa tortura llegara pronto a su fin con mi deseo de tener a Rukawa en mi interior, como hacía casi un año que deseo.

-Zorro…hazlo ya…ahh…venga…-

El Kitsune apartó sus dedos con velocidad y los cambió por su gran verga que con diversas estocadas, llegó a introducirse completamente en mi entrada.

Grité ante el dolor de la penetración. Aunque sólo me e acostado con él, debo reconocer que su miembro es mucho más voluminoso que muchos otros. Sin lugar a dudas mi Kitsune está bien dotado…pero esto hace que duela más al sentirlo dentro…

Rukawa comenzó a moverse de una forma algo lenta pero rápidamente aceleró sus embestidas. Sentía como las caderas del Kitsune chocaban contra mis nalgas en el momento en que entraba en mí con fuerza…

Todo es tan excitante…Pero otra vez volvió ese dolor en mi miembro… así que dirigí una de mis manos hacia él para darle algo de atención.
Notaba algunos cortes provocados por las dientes del zorrito, pero él placer que ansiaba tener me inundó y comencé a mover mi mano con fuerza, dejando estar el dolor que esta misma acción me provocaba por las heridas.

Seguía jadeando por el placer que me recorría, pero de Rukawa no se escuchaba ni un solo suspiro.
Volví a desear que me abrazara, pero otra vez no se cumplieron mis expectativas…

Me corrí en unos segundos más, gritando el nombre de la persona que me había dado tanto placer, y en pocos momentos más, él también se vació en mi interior.

Caí agotado sobre la cama y Rukawa siguió mis pasos, cayendo sobre mí. Sentí como su pecho subía y bajaba a toda velocidad a causa de la respiración agitada que ambos teníamos. Pero la agradable sensación de tenerlo tan cerca de mí duró muy poco ya que pronto apartó su pene de mí, sintiendo como hilillos de semen se escurrían entre mis piernas, y se tumbó a mi lado, todavía respirando con algo de dificultad.

Nos quedamos en silencio por largos minutos. Yo tan sólo podía pensar que esta segunda vez había sido mucho mejor que la primera… había valido la pena esperarlo todo este tiempo interminable al fin y al cabo… ¿Qué estaría pensando él?

-¿En qué piensas? – me atreví a preguntarle con un tono de voz cansado…Todavía no acababa de llenar mis pulmones al completo para volver a mi respiración regular.

-En… nada – me dijo sin mirarme. Tenía los ojos clavados en el techo de la habitación.

Decidí dormir un rato junto a él. Me sentía agotado y dormir a su lado iba a ser un gran descanso…

Me acerqué a su cuerpo y le rodeé con mis brazos y sonriéndole me acurruqué junto a él reposando mi cabeza en su pecho. Al fin lo podía abrazar…

-¿Te parece que durmamos un rato…? Estoy cansado… - le dije felizmente pero ya cerrando mis ojos para comenzar con mi sueño.

Pero abrí rápidamente mis ojos al sentir como el Kitsune se medio incorporaba y apartaba mis brazos y los dejaba a un lado.

-¿Qué ocurre? – pregunté al ver como había deshecho mi abrazo como si nada.

Pero él no me respondió. Se levantó de la cama y buscó sus boxers, colocándoselos y después se puso la camiseta azul claro que traía antes.

-Duerme, yo lo haré en el sofá – y así, dio media vuelta y salió de la habitación.

Me quedé con los ojos totalmente abiertos mirando fijamente la puerta por la que se había ido el Zorro..Qué… ¿Qué significaba todo eso?

Noté como un líquido caliente se paseaba por mis mejillas, recorriéndolas libremente, sin permiso alguno y fue aquí cuando me di cuenta de que estaba llorando.

No he pude pegar ojo en toda la noche y por eso decidí levantarme bien pronto para ir a preparar el desayuno.

Cuando quise alzarme del lecho, un dolor recorrió todo mi cuerpo cayendo de nuevo en la cama. No tardé en averiguar que procedía de mi entrada.
Recordaba la noche que había pasado con Rukawa… Aunque él me preparó con sus dedos, no fue demasiado dulce al tomarme…y a eso se debía ahora mi dolor.

Volví a intentar ponerme en pie y esta vez fue con éxito, aunque el dolor no cesaba, así pues, fui rápidamente hacia la ducha para relajar todo mi cuerpo. Suponía que un buen rato bajo el agua fría me podría tranquilizar y calmar mis pensamientos…

Cuando acabé, me aseé y me vestí con unos anchos pantalones que me llegaban hasta más debajo de las rodillas de color marrón claro y una camiseta de manga corta algo ajustada a mi cuerpo.

Miré el reloj. Las ocho menos diez de la mañana…

Bajé lentamente todas las escaleras que me llevaron a la planta inferior de la casa para dirigirme a la cocina, pero no pude evita mirar hacia el salón, exactamente hacia los sofás y butacas que ocupaban la estancia para encontrar a mi Zorrito…

Y allí estaba…Por unos momentos temí que se hubiese ido de la casa…pero no…el Kitsune seguía ahí, durmiendo sobre un viejo sofá de dos plazas de color salmón.
Lo que no entendía era porqué no se había tumbado sobre él…ya que simplemente se veía sentado con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado. Sin duda alguna, el Zorro podía dormir en cualquier lugar y en cualquier postura por más incomoda que resultase al resto de la humanidad…

Me acerqué a él hasta quedar parado frente suyo. Se veía tan tierno durmiendo…con sus ojos cerrados y sus pestañas descansando sobre sus mejillas… Podía ver a través de sus párpados cerrados, algunas venitas azules que se le marcaban a causa de la blancura de su piel… Bajé mi mirada para encontrarme con sus siempre pálidas mejillas, aunque esta vez se encontraban con un muy suave tono rosado…y sus labios entreabiertos dejaban escapar suaves golpes de aire para recoger otros pocos después…

Sin pensarlo demasiado, acerqué mi cara muy cerca de la suya y mis ojos se clavaron en sus labios… Los quería besar…Y los besé, de una forma muy suave para que él, entre sueños, no notase mi presencia.
Creo que fue el beso más dulce que he sentido nunca….Quizá debe ser porqué es el único que le he dado mientras él no lo sabe…

-Te amo Kaede – me atreví a decirle en un susurro tan bajo que tan sólo yo lo podría escuchar… - Te amo muchísimo…aunque ya se que tú sólo me quieres para el sexo…- dije sonriendo amargamente.

Al pasar la noche en vela, tuve mucho tiempo para pensar en lo que recién había ocurrido con él… Y al fin lo entendí. Él no me besa, no me abraza ni me toca porque no me ama… Sólo quiere tenerme en la cama para satisfacerse… Me besó cuando me fui seguramente para atarme a él…Supongo que ya sabía que yo caería a sus pies…¡Ja! Qué ridículo que suena… parezco una niña tonta desilusionada porqué el amor de su vida la ha rechazado…

Sí, eso debo ser yo…un niño estúpido que sufre porque su amor lo rechaza…

-¡Buenos días Kitsune! – saludé sonriéndole al ver como entraba a la cocina con una cara de sueño y sus cabellos algo revueltos.

Eran exactamente las once y diez de la mañana y hacía ya más de una hora que estaba sentado en la silla de la cocina con el desayuno ya preparado delante de mí, simplemente esperando a que el zorrito se levantase para desayunar conmigo.

Rukawa me miró mientras llevaba una mano a sus cabellos y los revolvía todavía más, en señal de cansancio. No me respondió al saludo, pero yo igualmente continué sonriéndole.
Estaba realmente tentador…con su camiseta azul cielo que llegaba hasta un poco más abajo de su cintura, de tal forma que sus boxers negros quedaban ocultos bajo la camiseta, pero sus largas piernas musculosas y desnudas eran todo un espectáculo para mis cinco sentidos…

-Mira, he hecho el desayuno…siéntate – dije señalándole la silla que se encontraba delante de mí. – Come todo lo que te apetezca… - le recalqué. Había hecho comida para cinco días seguidos, y es que yo normalmente suelo desayunar bastante y ahora somos dos personas… y la verdad es que me hacía ilusión que el Kitsune comiese mi comida…

…Parezco una niña tonta adolescente y esta vez de verdad…

Vi como caminó hasta la silla que le había indicado tras mirar todo lo que había sobre la mesa: leche, zumo de naranja natural, café, bollos de leche, galletas, tostadas, mermelada de arándanos, queso, huevos fritos, salchichas, beicon… No sabía que es lo que le gustaba comer, así que coloqué de todo…

-Siento si algo está frío…puedo calentarlo – llevaba más de una hora esperándole…normal que algo se hubiese enfriado…

- Sólo tomaré café…gracias – me dijo mientras cogía la cafetera y se echaba el líquido oscuro en la taza que estaba frente suyo.

No pude evitar mirarlo con mis ojos bien abiertos… Había…Me había estado
mucho rato preparando el desayuno para ver como el Kitsune comía lo que había hecho especialmente para él… Y ahora sólo quería café… ¿qué iba a hacer yo ahora con tanta comida?...
La culpa era mía…por no preguntarle antes que deseaba desayunar…¿pero como iba a hacerlo si estaba dormido?

-Ah…está bien…toma cuanto quieras…- fue lo único que atiné a responderle mientras bajaba la mirada. Se me había ido todo el apetito en cuestión de segundos… Tiraría toda la comida que no pudiese guardar…

Me quedé mirando mis manos apoyadas sobre la mesa mientras él bebía su café, aunque muchas veces me veía tentado a levantar mi mirada disimuladamente para observarle de reojo…
Bebía pequeños sorbos cogiendo la taza con ambas manos mientras entrecerraba ligeramente sus ojos, seguramente, para disfrutar más el sabor del líquido oscuro que bebía…

Había un silencio extraño en el ambiente que me veía incapaz de romper… aquí me sentí más triste que nunca… Sentía las ganas inmensas de hacer deslizar por fin una dosis más de lágrimas que me pedían salir en esos momentos… Pero no podía permitirme el lujo de llorar delante de él…
Si ya se enojaba al escucharme gemir… ¿cómo reaccionaría al verme llorar?

Pero es que lo tengo tan cerca y a la vez, tan lejos…Todos los meses deseando reencontrarlo para decirle cuanto le amo… Y ahora me doy cuenta de lo poco que valgo para él… Tendría que haberme dado cuenta en Kanagawa…. Cuando no me besó ni me despidió… Pero…¿cómo iba a imaginar que todo se trataba de un simple juego de sexo para él?

-Me voy –

-¿eh? – sus palabras me había pillado de improvisto y no lo entendí muy bien… o no quise entenderlo muy bien…

-Me voy – repitió dando un último sorbo a su café.

-¿A dónde? – le pregunté algo desesperado. ¿Cómo que se iba?

-A Kanagawa – me respondió con un tono de voz como si lo que dijese fuese lo más normal del mundo…

-Pero…pero…¡acabas de llegar! – le dije alzándome de un golpe de la silla en la que estaba sentado. Seguro que tan sólo lo decía para molestarme…Recién había venido la tarde anterior…y si se iba ahora, tan solo afirmaría más mis sospechas de que yo era su juguete sexual.

Rukawa no me contestó, ni tan siquiera me miraba…Así que decidí seguir hablando… En esos momentos me daba igual quedar como un estúpido…sólo quería que se quedara…

-¡Llegaste ayer por la tarde!...¡No te puedes ir todavía! – ante mis palabras, el Zorro alzó su cabecita morocha para mirarme a los ojos, cosa que me intimidó bastante, pero continué con mi ruego, por decirlo de alguna manera… - Acaso…¿acaso sólo viniste para pasar la noche aquí conmigo? – comenzó a temblarme la voz. – ¡Y ni tan siquiera has pasado la noche conmigo!...¡Te fuiste a dormir al sofá! ¿Sólo me querías ver para follarme? ¿Para esto fue tu promesa de venir a por mí? – maldición… ya era demasiado tarde… mi boca ya era incapaz de cerrarse al igual que mis lágrimas ya eran incapaces de retenerse en mis ojos, por eso, ya surcaban mis mejillas, recorriéndolas hasta perderse en el frío piso. –Te amo…- y las palabras que guardaba tan celosamente salieron de mi interior…

-… ¿ya estás? – Sentí como el suelo que pisaba se hacia añicos para hundirse junto a mí… El Kitsune no había prestado la más mínima atención a mi palabrería…

Yo…no le importo en lo más mínimo…

Vi como se levantaba de su asiento para ir a la sala a coger sus pantalones y se los colocó en un solo instante para después agarrar la pequeña mochila con la que había venido la tarde anterior… Se la colgó en el hombro…

Me dirigí asustado hacia la sala para estar más cerca de él… Si tenía que rogar, lo haría…

-Por favor Kaede… no…no te vayas – le agarré su brazo con fuerza para que no se escapara de mí…y continué llorando sin parar.
Un momento… ¿Kaede? Yo… ¿lo llamé Kaede? Era la primera vez que pronunciaba su nombre…ni en mis pensamientos se me había ocurrido llamarlo así…nunca… Y ahora mi inconsciente me había jugado una mala pasada…

-No me llames así, do'aho – me dijo sin más, para después mover el brazo que yo le tenía agarrado, con fuerza y se fue hasta la puerta de salida.

Me quedé inmóvil viendo como se marchaba. Observando como se iba mi sueño que había permanecido en mí por todo el último año de mi vida.

-Te amo…- le volví a susurrar aunque esta vez no se si llego a escucharme…ya que fue un susurro muy suave a penas perceptible para mis oídos.

-Adiós – cogió el pomo de la puerta haciéndolo girar y abrió la lámina de madera.

Caminé unos pasos hacia él para intentar volverlo a coger de nuevo pero…él ya había desaparecido de mi casa tras dar un suave portazo tras él.

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Wuolas! Aquí el capitulo 2 - Al final va a haber un tercer capitulo UUU Sino este segundo me quedaría eterno TTU
Puess espero haber cumplido expectativas...Es lo que más miedo me da...
Espero Chibi, que aunque la cosa esté triste, te siga gustando óo
Y para todas las que lo leeis, digo lo mismo... Aix intenté que quedara lo mejor posible pero siempre es el miedo que tengo con los capitulos segundos...decepcionar a la gente U
Espero que me digais vuestras opiniones por reviews 0

Muchisimas gracias por leer!

Nos vemos en el siguiente!