Por ti deje ser mujeriego,
y recién empecé a ser hombre bueno.
Y me enamoré…
Ahora
no quiero estar junto a ti.
Ahora todo cambio, abriste mis ojos
y
el macabro volvió.
Duró muy poco y te resultó,
ahora
quiero pensar en mi.
-¿Y a esto le llamas cita?- preguntó Draco, haciendo un gesto despectivo hacia Ron. Su agitada respiración, mezcla de la pasión y la ira, provocaba un vaivén violento en su pecho.
Ron lo miró con odio; aquel infeliz había osado tocar a su Hermione, y más aún, la había hecho sufrir.
Hermione hizo caso omiso al despectivo comentario de Draco y rápidamente se zafó de las manos de éste, mientras se iba en dirección al pelirrojo.
Antes de que alcanzara su cometido, una mano jaló la suya bruscamente.
El Slytherin, con la otra mano, la tomó por la cintura y se acercó a su oído.
-Si te vas con él, no volveré nunca más a tu vida.- le susurró amenazadoramente, mientras sentía como la chica temblaba en sus brazos.
-Suéltala, Malfoy. O te juro que…-
-¿Qué¿Me golpearás, Weasley¿Me hechizarás?- lo interrumpió.
Hermione seguía tiritando ante aquella voz que tanto la hacía estremecerse, junto a aquellas manos que tanto la hacían desear desesperadamente.
-Si no la sueltas, te juro que lo que te haré será aún peor- arremetió Ron iracundo.
Malfoy rió estruendosamente, haciendo que la chica que tenía sujetada por la cintura se exaltara.
-¡Vamos, Weasley! Ni aunque me mates sacarás esa ira que tienes porque me acosté primero con ella que tú.- se burló, sin querer hacerlo. Pero necesitaba hacer sentir al pelirrojo inseguro, para que no se atreviera ni siquiera a tocarla.
El Gryffindor tomaba una mirada aterradora; sus ojos estaban casi fuera de órbita, mientras que sus colores se empezaban a amoratar. "Te voy a matar, Malfoy"
La pequeña muchacha seguía sin reaccionar; aquél muchacho la dejaba sin sentido alguno. Con tan solo mirarla, tocarla o besarla, ella era su esclava.
-Eso quisieras, Malfoy. ¿O me dirás que Hermione nunca te contó?- inquirió repentinamente el pelirrojo denotando triunfo en su rostro.
Draco arqueó una ceja, y luego sonrió maliciosamente.
-Weasley, Weasley…- comenzó a decir, imitando una voz lastimera. -¿Acaso me dirás que tú fuiste el primero?-
Ahora era Ron el que sonreía falsamente.
-Ya quisieras…- prosiguió el rubicundo. –¡Mentira! Es una absurda y barata mentira. Si tú hubieses estado con ella, no hubiese chillado de dolor la primera vez que la hice mía.- sentenció sagazmente.
La mirada de Ron se endureció aún más; mientras Hermione seguía perdida en sus pensamientos y sus sensaciones.
-Sueñas, Malfoy, sueñas.- mintió. Sabía que Hermione, su Hermione había entregado su virginal cuerpo a las garras del mismísimo diablo. -¿O qué¿No me digas que crees que eres el único que se había dado cuenta de lo bella que Hermione es?. Te equivocas, Malfoy. ¡Que equivocado estás!- "¿Qué le puedo inventar?" No sabía con que rebatir la notoria sonrisa triunfante que el Slytherin esbozaba.
-¿Crees que eres el único al cual las hormonas le funcionan más rápido que las neuronas? Pues no, Malfoy. ¿Acaso crees que durante estos siete años que la conozco no la toqué? Pues te comunico algo: te equivocas otra vez. ¿Crees que tenerla durante los veranos en mi casa, bajo mi propio cuarto, no me iba a tentar?- proseguía mientras la sonrisa del chico iba disminuyendo.
-¿Acaso crees que no sé que Hermione tiene una mancha de nacimiento en las entrepiernas?-
"¿Cómo demonios sabe eso?" se preguntó Draco, mientras la ira comenzaba a apoderarse de su cuerpo, dejando en el olvido la sensación de triunfo que había sentido.
-¿Crees que eres el único que sabe que Hermione siente cosquilleos cuando uno le besa o acaricia la espalda, recorriendo su columna vertebral? Pues no, Malfoy. ¡Lamento decirte que te equivocas como por décima vez!-
Mientras los tonos del rostro de Ron iban retomando su estado habitual, los de Draco comenzaban a subir súbitamente.
Aún así retomó su característica sonrisa.
-¿Sabes, Weasley? Puede que tú hayas estado con ella. Pero también puedo asegurarte que Granger nunca gritará tu nombre, como grita el mío. Nunca la harás sentir lo que solo yo puedo hacer. Ya verás, en vez de decir tu nombre dirá el mío… Como tantas veces lo ha hecho, mientras te estés acostando con esta sangre sucia.- finalizó descargando toda su rabia en sus dos últimas palabras. "¿Cómo pudo haberse acostado con él¡Si me dijo que era virgen al igual que yo! Maldita sang…".
Un leve movimiento de Hermione hizo que Draco olvidara sus pensamientos.
"Sangre sucia…". Sí, así la había llamado. La chica recordó que la última vez que se había referido a ella así había sido la primera vez que habían estado juntos.
-¡Quita tus asquerosas manos de mi, Malfoy!- espetó repentinamente.
-No, no lo haré.- le susurró.
Tenía que hacerlo: era ahora o nunca.
-¿Qué no lo ves? Nunca te quise, nunca sentí nada, ni siquiera placer entre tus brazos, Malfoy. Todo fue un simple juego, una simple apuesta…- mintió.
"Un momento, dijo ¿apuesta?"
-¿Apuesta?- volvió a repetirse, sin darse cuenta que lo hacía en voz alta.
-¡Merlín, por fin entendiste Malfoy¿O qué¿Creías que yo me iba a fijar en un estúpido como tú? Ni en sueños… Solo debía cumplir una apuesta y ya está. Ya la cumplí, ya se acabó.-
Yo
sé que tú volverás y pedirás de vuelta mi
amor.
Y no es fácil odiarte y arrancarte de mi corazón,
pero…
Te vi, estabas con el otro yo te vi.
Y yo, creí
que éramos solo tú y yo.
Talvez, era la primera
vez…
Pero no, se comprobó, ya se acabó.
Te
vi, como lo besabas yo te vi.
Ya sé, eres una… ya lo sé.
Talvez, estás arrepentida tal vez.
Pero no, se
comprobó, ya se acabó.
Si bien Ron lo había hecho rabiar; lo que Hermione le hacía sentir en ese momento no tenía comparación.
Apretó fuerte y violentamente tanto la cintura de la chica, como la mano que aún sujetaba. La ira lo invadía, haciendo que la descargara provocándole dolor a la mujer que tenía junto a él.
-Granger, ésta me las pagas…- le dijo para luego empujarla con desprecio y asco.
De no ser por Ron que la alcanzó a sostener, la chica hubiese caído bruscamente al suelo.
Un arrepentimiento agobiante se apoderaba de cada célula de su cuerpo; lo había hecho. Había roto la última oportunidad de sentirse mujer junto a Draco Malfoy.
Ron lo miraba con alegoría; eraél el que sonreía escandalosamente ahora. Con delicadeza levantó a Hermione y la abrazó.
-¿Ves, Malfoy? Traté de hacértelo entender de otra forma…- carraspeó. –Para que no te hiriera tanto. ¡Pero ya ves! Fuiste solamente un juego.-
Draco estaba herido; herido en su ego y en su corazón. Quería desaparecer de ahí lo antes posible, pero no se iba a dejar ver tan derrotado fácilmente. No, un Malfoy nunca pierde. "¡Nunca!".
-¿Y qué creías, Weasley¿Qué para mi era algo más?- dijo fríamente, dedicándole una mirada de odio a la chica que Ron sostenía entre sus blanquecinos y pecosos brazos.
-¡Por favor! Recuerda que yo soy un Malfoy. Y ésta…- dijo refiriéndose a Hermione con asco.
–Ésta no es más que una vulgar y asquerosa prostituta…-
Ron soltó a Hermione sutil y rápidamente para dirigirse a Draco, y asentarle directamente un puñetazo en pleno rostro.
Fingías
muy bien, todos sabían.
Tus amigas también como
mentías,
¿Y qué iba hacer?
Si
no quería que fuera yo.
No tenías nada que hacer
entonces llamabas,
y yo sé comprender que solo jugabas.
Me
toco perder y tú lo gozabas,
lo hiciste bien…
El Slytherin perdió momentáneamente el equilibrio, y luego recuperó su compostura para arremeter con toda su contextura contra el pelirrojo, el cual cayó raudamente al suelo.
Hermione miraba horrorizada; Draco golpeaba a Ron, Ron golpeaba a Draco. Pero ella no podía reaccionar, simplemente ninguno de sus músculos obedecía lo que su cerebro ordenaba.
-Pero ¿qué está ocurriendo aquí!-
Sintieron que una voz, que no era de ninguno de los tres presentes, resonaba en las mazmorras.
Inmediatamente los muchachos se separaron; bajo la mirada de Minerva Mcgonagall que miraba atónita como el labio del Slytherin sangraba velozmente mientras que su mejilla comenzaba a tomar otro color. Además, pudo ver como la ceja de Ron estaba al rojo vivo inundando su ojo derecho por la espesa sangre que caía, mientras que su ojo izquierdo palpitaba notoriamente. Pero lo que más le sorprendió era ver como la prefecta Hermione Granger miraba la situación sin siquiera pestañear.
Iba camino a su sala común; iba aceleradamente mientras no dejaba de maldecir a aquella castaña que se había atrevido a jugar con él, con el gran Draco Malfoy. Más que rencor, sentía que tanto su pecho como su garganta querían explotar. Sentía dolor, sí, eso era. Le dolía que todo terminase tan fríamente, mientras él había planeado una mágica noche.
Y para rematar la pésima noche; Mcgonagall lo había citado a primera hora a la mañana del lunes para imponerle un castigo.
Se despojó de sus prendas y rabiosamente se ocultó entre sus sábanas. Aquellas sábanas que aún desprendían el olor de aquella muchacha que había dormido con él durante tantos fines de semana.
Pero ya no le importaba, no le importaría más. Sabía que tarde o temprano ella sería quien lo buscaría de rodillas… Y sabía que la iba a hacer sufrir tanto como ella lo había hecho con él. Se arrepentiría…
Yo
sé que tú volverás y pedirás de vuelta mi
amor.
Y no es fácil odiarte y arrancarte de mi corazón
…
Hola a todos :) Quería darles las gracias (sobre todo a Terry y sus comentarios tan acertados) a todos los que se toman el tiempo en leer... Les respondería uno por uno, pero tengo mucho que estudiar >:( ...
Gracias y kiss 4 all ...
