No diré que es amor...
Desenfreno. Locuras. Alcohol. Noche. Drogas. Hermione Granger.
Todas esas palabras en una misma frase hubieran escandalizado a cualquiera, sobre todo cerca del nombre de la joven Gryffindor. Pero ella ya no era aquella persona, ya no era la joven bruja sabelotodo que aspiraba a trabajar para el Ministerio de Magia. Había cambiado. Y mucho.
Ya no formaba parte de aquel mundo repleto de magia, varitas y palos de escoba... Simplemente se cansó, cuando lo dejó se sintió libre, feliz. Vivir en el mundo muggle y dejar la magia supuso un gran esfuerzo para ella, pero al menos logró ser feliz. O al menos lo aparentaba. No tenía trabajo, pero si un techo donde pasar la noche... aunque más bien donde pasar el día porque Hermione nunca estaba por la noche, nunca. El mundo de la noche era lo único que hacía que se sintiera completa, y que las voces que le decían que terminara con su vida se apagaran.
Así era ella, a sus 21 años, una ex-bruja alcoholica y drogadicta. No hubiera soportado que ningun alumno de su vieja escuela Hogwarts la viera así, nadie le hubiera dicho que ése era su destino, ni siquiera la proferosa Trelawney. Hermione rió para sus adentros mientras terminaba de maquillarse, era hora de salir. Y divertirse.
Malfoy terminó de arreglarse el pelo como pudo, la verdad era que necesitaba un buen corte pero ya.
- Venga Draco, no pretenderás hacernos esperar como si fuéramos alguna de esas admiradoras que tu tienes verdad?- rió Zabini.
Draco sonrió de lado.
- Dejarás que me ponga guapo para ti, no cariño?- vaciló Draco guiñándole un ojo.
Malfoy escuchó la risa de Zabini mientras cerraba la puerta de su habitación.
Draco Malfoy y Blaise Zabini no habían sido famosos en Hogwarts por sus buenos actos, pero al fin y al cabo las personas cambian, y ellos habían cambiado. Los dos trabajaban para el Profeta escribiendo artículos de interés social o más bien hacían la sección a la que todo el mundo iba nada más comprar el Profeta, una sección en la que criticaban a todos los políticos del ministerio y a todos los asuntos de magia mal parados. Draco siempre pensó que a esas alturas ya estaría trabajando mano derecha con Voldemort y que sería famoso en todo el mundo mágico por ser un malvado mortífago, pero todo aquello pasó a formar parte de su pasado, al igual que sus difuntos padres. Draco cogió su chaqueta y bajó a la calle donde le esperaban sus demás compañeros de trabajo en un coche. No es que le gustara mucho viajar a la manera muggle, pero había hecho algunas amistades a las que les agradaba vivir así, y a él no le importaba demasiado. Era su cumpleaños y sus colegas querían darle una sorpresa, no sabía a donde le iban a llevar, pero probablemente a algun sitio con mujeres pechugonas y semi desnudas- pensó Draco mientras subía al coche con Blaise y los demás compañeros de trabajo.
Hermione caminaba por las oscuras y húmedas calles de Londres con paso firme y seguro. Ya estaba muy acostumbrada a tener que andar por allí todas las noches y no le asustaba que cualquier ladrón la atacara. No es que no llevara dinero encima, sino que sabía defenderse. Dinero? Si, no trabajaba y su casa se caía a trozos pero aún le quedaba dinero para emborracharse. Su madre la pasaba una pequeña suma de dinero todos los meses, y su padre otra. Finalmente habían acabado divorciandose, pero Hermione ya lo tenía más que superado. No los veía hace mucho tiempo, pero suponía que en parte sus padres sentían que debían contribuir a que ella se recuperase. Ellos pensaban que estaba intentando rehacer su vida en la sociedad mágica, y ella no iba a quitarles la ilusión.
Hermione estaba irreconocible, iba vestida con una camiseta de tirantes y una mini falda que no tapaba demasiado, claro que a ella no le importaba demasiado.
Después de unos cuantos pasos más llegó a su destino, siempre iba al mismo bar, tambien se paseaba por los demás pero ése era en el que más tiempo estaba. Al fin y al cabo ya la conocían y de vez en cuando le salían gratis las copas.
Hermione entró en el bar, no había demasiada gente todavía, pero pronto llegarían, y pronto comenzaría el espectaculo.
Draco bajó del coche sabiendo lo que le esperaba, unos cuantos muggles apretujados bailando y tirandote alcohol por encima. No es que fuera un aburrido pero ya había pasado esa época. Aun así le apetecía divertirse.
- Feliz cumpleaños!- gritaron Blaise y los demás. Incluso había venido su jefe en el Profeta, el señor Hiltzdernfing, al que tenía muy contento con sus últimos artículos. Si no estaba claro que no se hubiera presentado allí.
- Qué haceis aquí parados, tendremos que comenzar la celebración no?- dijo Hiltzdernfing emocionado.- Que anticuados estais los jóvenes magos de hoy en día.
Los demás rieron mientras entraban en el bar seguidos por Draco. Algunos de ellos incluidos McEwan, Rivercless y Lehane se sentaron en unos taburetes cerca de la barra con Draco, los demás se pusieron a bailar como si ya hubieran empezado a beber, el que más se movía curiosamente era Hiltzdernfing, que parecía que hacía tiempo que no salía de marcha.
Blaise dejó de bailar un momento para coger la cerveza que le había pedido Draco.
- Draco... mira a aquella chica.- dijo Blaise señalanado a una mujer que se movía al ritmo de la música bailando con todo el que tenía alrededor.- Creo que me apuntaré a la juerga, te vienes?-
- Mm, creo que paso Blaise, si no me equivoco con tanta juerga al final tendrás que pagarle sus servicios-
- No creerás que es...?-
Draco hizo un gesto de indiferencia y dejó marchar a Blaise. Éste se acercó a Hilzdernfing y le comentó lo de la chica misteriosa, éste sin que se lo dijeran dos veces se fue hacia ella y comenzaron a bailar...
- Si deja que Hiltzdernfing baile con él, ya no es mi tipo.- le dijo Blaise a Draco.
Hermione bailaba mientras la mayoría de los hombres del bar mantenían la mirada fija en ella. Había bebido bastante y ya había perdido el sentido de la orientación, y de la vista. Ya estaba acostumbrada a ver borroso, y no era algo que le importase demasiado. Mientras seguía bailando vio a un hombre viejo ir hacia ella y ponerse a bailar, ésta sin importarle se puso a bailar sensualmente con él. - Quizás me invite a algo- pensó Hermione.
- Te apetece algo de beber princesa?- preguntó Hiltzdernfing.
Hermione le guiñó un ojo mientras le seguía a la barra, donde debían estar sus amigotes, o quizás había venido solo...
Draco se dio la vuelta al notar una palmadita en la espalda, era Hitzdernfing como no. Apreciaba a su jefe, pero a veces era muy pesado.
- Hey Draco, te voy a presentar a una amiga, como te llamabas preciosa?- dijo dandose la vuelta hacia Hermione.
Hermione se dirigió hacia donde estaba Hiltzdernfing. Éste le preguntó su nombre para presentarle a los amigos que se encontraban allí.
- Soy...em- a Hermione no le gustaba decir su nombre, al fin y al cabo nunca le volvería a ver- soy Suzie.
- Maravilloso- dijo volviéndose hacia la barra.
- Draco, ven aqúi, quiero presentarte a una amiga- Draco no tuvo más remedio que acceder aunque no le apetecía demasiado ligar a esas alturas de la noche.- Ésta es Suzie.- y se hizo a un lado para que Draco viera a su acompañante.
Malfoy empezó mirando desde abajo, - Bonitas piernas- pensó. Siguió subiendo hasta...
- Granger?- dijo abriendo mucho los ojos.
Hermione le miró muy fijamente, no quería ver a nadie de Hogwarts, y menos a Malfoy, que tan bien se habían llevado en el castillo, siendo sarcásticos claro.
- Ehhh, no, te has equivocado- dijo refugiandose bajo su pelo.
- Pero..- comenzó a decir Malfoy. Pero antes de que terminara la frase Hermione ya había huído.
Malfoy salió corriendo tras ella antes de que su jefe pudiera decir nada. Qué hacia Hermione en un antro como ése... vestida así, borracha... Nunca lo hubiera imaginado.
Hermione se dirigía hacia lo baños, no es que huyera de Draco, que a primera vista podría parecer que estaba haciendo exactamente eso, pero hubiera quedado mucho peor si le hubiera vomitado encima, que es exactamente lo que necesitaba hacer en ese momento.
Entró en los baños corriendo y sin cerrar la puerta y echó todo lo que había bebido. Parecía que su pequeño cuerpo ya no aguantaba tanto alcohol como lo había hecho en anteriores ocasiones.
Malfoy entró en los baños y vio a Granger tirada en el suelo como una colilla justo al lado de lo que parecía su cena. Draco miró hacia otro lado un momento y ayudó a Hermione a levantarse agarrandola de los brazos, pero ésta parecía que no quería que la ayudaran.
- Quitame las manos de encima Malfoy, no necesito ayuda- dijo mientras se sujetaba a la pared para levantarse.
- De acuerdo... em Granger como debo llamarte ahora.. Suzie?- dijo Draco con una amplia sonrisa, el ver a Hermione en ese estado le provocaba cierta risa. Al fin la bruja más inteligente de todo Hogwarts había acabado así, que triste... Pero Draco se preguntaba el por qué de haber llegado a convertirse en eso...
- Qué estás mirando Malfoy?-
Malfoy reía. No soportaba que después de Hogwarts Malfoy todavía tuviera razones para reirse de ella en su cara. Aunque, quizás fuera por los efectos del alcohol, pero encontraba a Malfoy realmente sexy, estaba más alto, más guapo...
Hermione se mordió el labio mientras intentaba mantener el equilibrio, se acercó a Malfoy le agarró del brazo y le sacó de los baños. Se paró en el centro del bar y comenzó a bailar con Draco... agarrandole de las manos y guiandolas por su cuerpo.
- Que crees que haces Granger.-
- Nadie te obliga a quedarte-
- Creo que quieres jugar con fuego, y puedes quemarte...-
- Y qué si no me importa quemarme?- susurró Hermione en el oido de Draco mientras se acercaba y le daba un beso a Draco cerca de los labios...
Draco la agarró agresivamente de los brazos.
- Me das asco- dijo despacio y bien alto para que todos los que estaban a su alrededor lo oyeran.
Dicho esto la empujó y ésta se cayó, seguía sin poder mantener el equilibrio demasiado bien, todo el mundo miraba la escenita que acababan de montar mientras Malfoy salía por la puerta del bar.
Hermione se levantó y recogió la poca dignidad que le quedaba para seguir a Malfoy fuera del bar, quien se encontraba esperandola apoyado en la pared.
- Sabía que volverías a por más, eres tan predecible Granger, siempre lo has sido.-
- Quien te crees que eres para venir aquí y..-
- Y qué. No creo que la gente de este lugar ni de ninguno te tenga algo de respeto, mirate, cualquiera te confundiría con una prostituta.
Hermione fue a decir algo pero se cayó, de repente se abalanzó sobre Malfoy intentando hacerle daño, o algo así, no se encontraba con fuerzas para pelear. Así que desistió al ver que a Malfoy no se le quitaba esa estúpida sonrisa de la cara.
- Te odio.- dijo mientras se daba la vuelta.
- Y eso es nuevo?- preguntó Malfoy.
Hermione le dedicó una última mirada mientras una lágrima resbalaba por su cara. Draco la observó irse pensando que con suerte no la volvería a ver. Pero no estaba en lo cierto.
N/A bueno no sé si este fanfic lo va a leer alguien, quizás no os guste... no sé fue una idea que tuve hace unos días y me apetecía escribir algo asi. Un fanfic amor/odio en el que hermione sea la que necesita ayuda, normalmente draco siempre es el que necesita ayuda para salir del lado oscuro jeje y esta vez quiero que la mal parada sea hermione.
que esté escribiendo este nuevo fanfic no significa que vaya a dejar de escribir I only have eyes for you, y ni siquiera sé si seguiré este fic, si me gustaría mucho seguirlo, pero si nadie lo lee sería una estupidez seguirlo. así que si alguien me deja alguna review, continuaré el fanfic.
weno espero que os haya gustado (si alguien lo lee) el primer capitulo jejeje.
besos
