Los personajes que aparecen en este fanfic no me pertenecen. Además escribo esto sin ningun ánimo de lucro. Así que por favor no me demanden.

Capítulo 4

Conversación en el dojo

"…" los personajes hablan

'…' lo que están pensando

--- cambios de escena

Ya eran más de las doce de la noche y Ranma se encontraba todavía entrenando en el dojo. Después de la noticia que les diera Akane se había subido a su habitación a pensar, pero viendo que lo único que consiguió es crearse un dolor de cabeza impresionante, decidió descargar todo su estrés haciendo algunas catas. Aún no había ideado una manera para pedirle a su prometida que se quedara. Sabía que con una simple disculpa no lo conseguiría. Tendría que currárselo, y mucho, y seguramente ella le exigiría saber algunas cosas. Pero no le podía dar las respuestas que ella pedía. No aún, no ahora.

'Es bastante tarde' pensó. 'Quizá debería dejarlo para otro día' y se fue directo a su habitación. Pero al pasar por la puerta de Akane se detuvo. 'No, tengo que hacerlo ahora. Ranma Saotome no es ningún cobarde'.

---

Akane estaba echada en su cama cubierta con una fina sábana. Aunque era verano la noche se había levantado fresca y no quería acatarrarse. Como sabría que Ranma vendría tarde o temprano, decidió ponérselo fácil y dejó la ventana ligeramente abierta. Sin embargo las horas ya habían pasado y el sueño la estaba empezando a vencer. De repente, y cuando ya había casi cerrado completamente los ojos, un ruido en la ventana la despertó sabiendo el culpable de dicho sonido. Se encontró a su prometido en sus boxers y camiseta de tirantes ya dentro de la habitación y mirándola fijamente aunque bastante apartado de la cama. Ella lo observó ahí de pie y no pudo menos que ruborizarse. Ranma era muy guapo. Tremendamente guapo! Y estaba tan bien de cuerpo… 'Akane! Deja de pensar ya esas cosas pervertida!' se dijo a sí misma. 'Esto es una despedida y lo sabes así que concéntrate'.

Estuvieron varios minutos mirándose a los ojos sin decir ni una palabra. El ambiente era tenso y bastante cargado. Nadie se atrevía a empezar a hablar. Solo se podían escuchar los latidos de los corazones de ambos jóvenes que, aunque acompasados, latían a una velocidad desmesuradamente deprisa.

Akane decidió, al menos, sentarse en la cama y, abrazando sus piernas que las dobló sobre sí mismas, le hizo un gesto a su prometido para que se sentara. Él entendió la señal y obedeció y, sin esperar más, una vez se puso cómodo empezó a hablar.

"Lo siento" fue lo único que se le ocurrió decir. Cierto es que no estaba muy currado pero así al menos empezaba con algo. Sorprendentemente su prometida le respondió "Yo también". Estas palabras le dejaron tremendamente sorprendido. No se esperaba eso. Prefería que lo golpeara, que le gritara, que le insultara…cualquier cosa era mejor que esas palabras acompañadas de esa cara de abatimiento. Entonces, ella prosiguió. "Entiéndeme, no me arrepiento de haberme entregado a ti. Ha sido precioso. Tú y yo. Pero me he cansado de esperar. Más bien me he cansado de esperarte. No es fácil, sabes? A mi también me ha costado madurar y aún hay veces que simplemente te mandaría a volar como antes" una sonrisa triste se dibujó en los labios de la chica "pero no quiero que las cosas sigan como siempre. Ranma! Tuve que morir para que me dijeras que me querías! Y luego te volviste cobarde y te echaste atrás." Eso le acababa de herir en su orgullo, pero antes de que pudiera responder algo Akane continuó "no te ofendas, no pretendo que te sientas herido. Solo necesito saber una cosa. Se sincero conmigo por una vez por favor. Tú…quieres que me vaya?" le preguntó la chica con ojos inquisitivos. La respuesta rápida y nada dubitativa de su prometido la sorprendió "No" pues lo dijo en un tono tan serio y solemne que pensó que quizá las cosas, por una vez, podrían salir bien para ellos, pero sus esperanzas se vieron, de nuevo, rotas cuando al preguntarle ella "Por qué?" el no pudo contestar. "Entiendo, buenas noches Ranma" y así terminó la conversación. Ranma, sabiéndose vencido, se levantó y se marchó por donde entró maldiciéndose a sí mismo por no haber conseguido que las cosas pasaran como él había esperado.

Una vez abandonó la habitación Akane, que no había dejado de observarlo en su recorrido desde la cama a la ventana, se echó a llorar sin consuelo mientras en su mente solo repetía una y otra vez 'Idiota, idiota, idiota' que estaba dirigido tanto a él como a ella. Ranma, que se había quedado en el tejado, escuchó el llanto de su prometida y las mismas palabras surgieron en su cabeza pero en esta ocasión solo iban dirigidas a él 'Eres un idiota Ranma. Idiota! Idiota! Idiota! Solo tenías que decir: por favor Akane, no te vayas, te quiero. Maldita sea!...soy un idiota!' Y minutos después se infiltró en su cuarto a través de la ventana, se echó en su futón, cerró los ojos y se dispuso a dormir. Esa noche el sueño no fue fácil de conciliar para ninguno de los dos.

----

Prácticamente toda la semana había pasado. Akane ya tenía hechas sus maletas, pues se marchaba al día siguiente muy temprano, y quería tener todo preparado cerciorándose de que no se olvidaba de nada. Desde aquella conversación que tuviera con su prometido apenas se habían vuelto a ver pues ambos se evitaban y, las pocas veces que se encontraban, no dejaban que sus miradas se cruzasen y no se dirigieron la palabra. Ya en la hora de la comida todo el mundo le preguntaba a la hermana menor de las Tendo que si tenía todo listo para el viaje:

"Hija, entonces ya tienes todo empacado y preparado para mañana" decía Soun Tendo, el cabecilla de familia.

"Si papá" contestó la aludida.

"Y definitivamente Akane, donde te alojarás?" preguntó, en esta ocasión, Kasumi.

"Pues en un principio he encontrado una habitación en una residencia de alumnos muy cerca de la facultad. Pero me gustaría ver si puedo conseguir algún piso por allí. Ya iré mirando las cosas cuando esté instalada".

"Y que vas a estudiar Akane-chan?" preguntó Nodoka mirando, de vez en cuando por el rabillo del ojo a su hijo que no hacía nada más que comer sin levantar la vista aparentando indiferencia ante la conversación que se estaba llevando a cabo.

"Pues arte dramático tía. Estuve mirando el programa y me gustó. Además yo siempre quise ser actriz y creo que es una gran oportunidad"

"Claro que si lo es, no lo crees hijo?" preguntó la mujer al muchacho de la trenza.

Ranma simplemente levantó la vista de su plato y sin expresión alguna dijo "supongo" y continuó con su comida. Todos observaron con detenimiento al artista marcial, incluida la chica de cabellos azulados quien, aunque no quisiera reconocerlo, interiormente rogaba porque Ranma evitara que ella se marchara. Pero viendo la indiferencia del muchacho unas lágrimas se formaron en sus ojos. Rápidamente las limpió evitando que nadie las notara y terminó su arroz intentando aparentar tranquilidad y serenidad.

"Muchas gracias Kasumi, todo estaba riquísimo" dijo Ranma levantándose de su cojín. "Si me disculpáis voy a estar en el dojo entrenando" y una fugaz, pero intensa mirada posó sobre Akane. Después se marchó.

Todos fueron acabando de comer y desapareciendo del comedor para, así, cada uno continuar con su vida. Todos menos una, una preciosa muchacha que se debatía consigo misma. 'No debo, tiene que ser él quien venga a mi' Y tras unas horas de meditación decidió subir a su habitación y acostarse un rato pensando que, quizá, una siestecilla le ayudaría a despejar la mente.

---------

Ranma estaba en el dojo luchando contra un oponente invisible pero sin mucho éxito pues la partida de Akane no lo dejaba concentrarse. Finalmente se rindió aceptando que no estaba sacando provecho a su entrenamiento y se tiró al suelo del dojo para dejar que las ideas fluyeran por su mente. Pero antes de que pudiese empezar a divagar una sombra femenina internó al lugar y con voz seria le dijo:

"Vas a perderla como sigas así"

Ranma, sin abrir los ojos pero conociendo a la dueña de aquella voz contestó "Ya no se que hacer mamá. Intenté hablar con ella pero todo parece inútil"

"Estas seguro de que no le dijiste nada inapropiado? Has heredado la misma capacidad de meter la pata que tiene tu padre" Aseguró Nodoka con rostro severo.

Entonces Ranma abrió un ojo y la miró, tenía un semblante serio y una mirada compasiva. Sentándose en el suelo le pidió a su madre que le acompañara y, dejando escapar un suspiro sin darse cuenta de que pudiera sonar algo poco masculino, le contó a su madre todo. Comenzó desde el día en que cayeron a las pozas de Jusenkyo y le informó sobre todos los pormenores por los que había pasado desde que llegó a la casa de los Tendo hasta que iniciaron ese último viaje a China acompañando a Plum, la hija del guía, para salvar los estanques encantados. Intentó hacer hincapié en su relación con Akane contándose sobre todos los malentendidos que ocurrieron entre ellos, la mayoría producidos por personas ajenas a la pareja, como por ejemplo Shampoo. Por primera vez se sinceró con aquella mujer que decía ser su madre y le habló de todo lo que sentía en cada una de las situaciones, por cada una de las prometidas, por Akane…

Nodoka simplemente escuchaba. A veces atónita, otras veces seria, alguna incluso divertida, pero sobre todo preocupada porque durante todo el relato pudo notar ese sentimiento de tristeza y pesadumbre con el que bañó su hijo la historia.

Ranma, mientras hablaba, miraba las tablas que formaban el suelo del dojo pues no se atrevía a enfrentar a su madre cara a cara, aunque eso no impedía que de vez en cuando echara un vistazo a escondidas sobre la expresión que ponía su madre mientras él le contaba su vida pareciéndole bastante divertido el abanico de expresiones que Nodoka dibujó en su cara. Sin embargo estaba llegando a un tema escabroso y ambos lo sabían. Nadie sabía lo que había pasado en Jusenkyo en aquella ocasión pues ni uno ni otro quisieron hablar del tema. Pero Ranma decidió que necesitaba desahogar todo lo que llevaba dentro del alma así que, deteniéndose un instante para recuperar algo de aire, le contó todo lo de China. Cuando llegó a la parte en que Akane yacía muerta en sus brazos después de haber vencido a Safrón, Nodoka dejó escapar un silencioso chillido tapándose la boca con su mano, pero sin interrumpirlo. Lo miró dulcemente y maldijo en su interior todo lo malo que había tenido que pasar su hijo. Él hizo como que no lo notó y siguió relatando la relación con Akane desde entonces, que no había variado mucho. Dudó en si contarle las últimas anécdotas ocurridas entre ellos pero se dijo a si mismo 'Creo que es mejor que ya le cuente hasta el final' y, enrojeciéndose a más no poder, le comentó lo ocurrido en aquella noche inolvidable, sin entrar en detalles, seguido de su despertar y sus otras tantas noches.

Nodoka estaba sorprendida. Sabía que la relación entre ambos jóvenes había mejorado las últimas semanas antes de la noticia de Akane de que se marchaba, aunque no se esperaba que hubieran llegado a intimar tanto. Es por eso que no lograba entender la actitud de ambos después de aquello. Ahora, escuchando hablar a su hijo, no pudo mas que enfadarse consigo misma por no haberlo notado antes. Lo único que veía era un hombre, porque tenía que admitir que su hijo ya no era un niño, sufriendo por amor. Y ella quería ayudarlo. Pero, una vez finalizado su relato solo pudo decir "Comprendo" y ambos se quedaron callados durante varios minutos mirando las maderas del suelo. Finalmente Nodoka rompió el silencio "Hijo, siento decirte esto pero es que estaba pensando una manera más suave de decirlo y no lo he encontrado" Ranma levantó su vista hacia la mujer y lo que escuchó lo dejó helado. "Ranma, eres un idiota! Lo siento cariño pero lo eres. Obviamente Akane y tu se han demostrado que se quieren incluso llegando a una intimidad muy grande. He de reconocer que estoy un poco disgustada por ello. No estáis casados y no es correcto lo que habéis hecho. Pero, en fin, lo hecho hecho está y no podemos hacer nada al respecto. No te exijo una boda, aunque vuestros padres se pusieron muy pesados con el tema no es algo que se deba tomar a la ligera. Pero…mira, entiendo que tengas miedo de expresar lo que sientes por ella. Pero tienes que ver que ella abrió su corazón para ti. Y tú no has sido capaz de ser sincero. Piénsalo, piensa en lo que te cuesta decirle a Akane todo lo que la quieres y date cuenta de que a ella le pasaba igual que a ti. Y sin embargo ella se armó de valor y aun corriendo todos los riesgos, aun a pesar de lo que tú pudieras pensar, lo hizo. Ranma, no es muy varonil lo que has hecho. No, no me mires así que sabes perfectamente que lo del sepuku hace mucho que quedó atrás. Pero si esta historia la contaras a alguien que no supiera lo que sientes por ella se haría la peor idea de ti! Lo único que aparentas es que te aprovechaste de ella y nada más. Eso no es muy honroso y tu lo sabes"

"Si, y créeme que no es eso lo que pretendo mama, pero hay muchos inconvenientes, están el resto de prometidas, está mi maldición, están todos los enemigos….mira lo que pasó en China! Y todo porque ella representa algo importante para mi. No puedo poner su vida en peligro…Tengo miedo de que algo le vuelva a pasar…No quiero volver a perderla" dijo Ranma a la vez que se abrazaba las piernas y metía su cabeza entre ellas.

"Y sin embargo la estas perdiendo. Piénsalo hijo, tú y solo tú puedes ser feliz con la persona a la que amas y hacerla feliz. Pero para ello tienes que superar tus miedos. Romper esas barreras"

"Y cómo lo hago?" preguntó con un hilillo de voz.

"Yo no puedo decírtelo porque no lo se. Es algo que solo tú puedes saber Ranma. Pero piensa esto, ella te dijo lo que sentía a pesar de todo lo que te rodea: de tus prometidas, de tu maldición, de tus enemigos…" y se levantó y se dirigió hacia la salida pero antes de salir por la puerta dijo sin voltearse "a pesar de todo" y se fue dejando a un artista marcial muy pensativo. Nodoka solo tenía un pensamiento 'Espero que no sea demasiado tarde, hijo'.


Qué tal? Sus opiniones son muy importantes para mi. No duden en escribir!