Tanita: Hola people! Aki de nuevo, con el nuevo track que espero sea de su agrado.

Julia: Pero pork tardaste tanto en publicar?

Raciel: Por floja, k mas?

Tanita: U.U bueno… temo decir k Raciel tiene razón…

Raciel: o.oU en serio?

Tanita: Es k entre la escuela, paseos, idas al cine, el gimnasio y la alberca, termino ya sin ganas de hacer nada. Además, como dice mi primis Carla, esta casa tiene un aire tal k da mucha flojera y mejor terminas durmiéndote

Julia: Eso es cierto… zzz…

Tanita: Pero no se preocupen, prometo ponerme a escribir pa' por lo menos tener la historia ya terminada e irla publicando poco a pokito. Mientras tanto, les dejo leer.

Raciel: Enjoy it

Julia y Tanita: o.o?

Raciel: k? Es lo k siempre dicen!


"Una Absurda Canción de Amor"

Track 4.

Nunca imagine que pensara de esa forma… Le dolía en el alma ver a Yuki así, tan triste.

Una vez intento decírtelo, pero tú…

Pero yo no quise escuchar. Interrumpió Shuichi. Estaba tan cegado por el dolor y el profundo rencor que sentía, que no quise escucharlo y, en cambio, me porte de la forma más altanera y prepotente que pude.

¿Lo recuerdas? Tú lo odiabas¿no es así?

No. Contesto con completa seguridad. Lo intente muchas veces pero nunca lo logre, fue tanto el amor y la devoción que le profese alguna vez que en mi corazón el odio no tenía lugar…

Entonces…dijo la misteriosa voz.

Recuerdo que nuestro primer encuentro fue una completa casualidad. A veces imagino que si hubiese sido todo planeado no hubiera resultado de aquella forma. Hacia ya tiempo que yo me había alejado de su vida y marchado a otro país; me encontraba de regreso en la hermosa tierra que me vio crecer para dar una serie de conciertos y, ese día en particular, teníamos una entrevista muy importante en la que estarían otras celebridades. Mis amigos y manager intentaron advertirme sobre quien estaría, pero me sentía tan poderoso e importante que todo eso lo veía como una tontería. No me importaba quien mas estaba invitado, YO era la estrella…

Shuichi se detuvo un momento, suspiro, trato de poner los recuerdos en orden y prosiguió.

"Cuando lo vi sentado en uno de los sillones de aquel estudio, el corazón me dio un vuelco tremendo, podía sentir como casi salía de mi pecho, pero yo había cambiado, el niñito siempre feliz y completamente transparente ya no existía. Me dedique a hablar de mí, solo yo, yo, yo y después Bad Luck, hacia comentarios de los conciertos, los lugares, los fans y el gran éxito que alcanzamos en diversos países. Reía con los comentarios de los otros invitados o lanzaba despectivas críticas a los que intentaban robarme cámara. A Yuki, simplemente lo ignore y él jamás intento llamar la atención de nadie.

"Después, él intento comunicarse conmigo, hacerme ver lo mal que había obrado y lo arrepentido que estaba. Ya te conté lo que paso, lo ignore olímpicamente, en contra de lo que todos me decían, aun en contra de mi mismo…El Shuichi que él llego a conocer en aquel parque, que ahora me parece tan distinto y lejano, lo encerré en lo mas profundo de mi ser y no deje que saliera…Nunca mas…

¿Te arrepientes?

¿De haberme comportado como un imbecil?... A veces…Quería que él sintiera lo mismo que yo, pero creo que me pase, nunca volví a saber algo de él, mejor dicho nunca intente buscar información, yo solo quería olvidarlo…

Pero…

Nunca lo logre… Shuichi se abrazo a si mismo intentando darse un calor que faltaba en su cuerpo, un calor que deseaba sentir pronto.

Las imágenes comenzaron a distorsionarse de nuevo, se convirtieron en un enorme torbellino de sonido y colores que envolvió todo a su alrededor.

Regresemos al momento de la separación. Dijo la voz y los colores comenzaron a tomar forma. Aun falta mucho y tenemos poco tiempo.

Shuichi se abrazo con mas fuerza, comenzaba a temer lo peor.

.69.69.69.

Yuki bajo del auto y camino hacia el edificio donde vivía. Había pasado el resto de la tarde intentando aclarar un poco su mente buscando la forma de solucionar o terminar definitivamente con aquella situación que lo traía tan fuera de la realidad. Si nunca hubiera ido a esa maldita gira…

Había realizado una gira para promocionar la nueva publicación que su editorial lanzo en América. Según él, la gira había sido completamente innecesaria, ya que su nombre tenia un poderoso renombre en esta parte del mundo, aun así, tuvo que pasar una semana y media lejos de su koi firmando libros a cuanta fan loca se le ponía enfrente.

Sin embargo, hubo un momento en que de repente se había topado con una persona no tan loca ni desagradable a la vista y, a partir de ese fugaz momento en aquel lobby del lujoso hotel en Los Angeles, CA, fue que su vida dio un giro tan repentino, el deseo, el placer, la duda y el arrepentimiento. Lo que creía ya tan lejos, ahora estaba en esa ciudad, en aquel mismo momento de incesantes dudas. Un deportivo negro se detuvo frente a él, y no era la primera vez.

.69.69.69.

–Adiós. Nos vemos mañana–. Se despidió Hiro con la mano levantada mientras tomaba la dirección contraria a la de su amigo.

–Si, te cuidas. Bye–. Shuichi comenzó a caminar, las calles se encontraban iluminadas por las farolas.

Intento subir mas el cuello de su chamarra, pero el frió era tan intenso que calaba hasta los huesos. Finos copos comenzaron a caer. – ¡Genial! Lo que me faltaba. Será mejor que me apresure-. Cambio su lento caminar por unos pasos mas apresurados.

Las preocupaciones que lo habían acompañado por la mañana ahora las veía distantes. A pesar de su esfuerzo, Hiro, no por nada su mejor amigo, se percato de la preocupación del pelirrosa y no lo dejo en paz hasta que, acompañados de dos tazas de un reconfortante café caliente, Shuichi desahogo todas sus penas. Le contó sobre la actitud distante que su pareja había tomado contra él y sobre las largas ausencias que habían tenido lugar en días que Shuichi consideraba importantes.

Hiro lo animo a tratar de comprender a su pareja, era cierto que Yuki no se caracterizaba por ser la persona mas afectuosa y comprensiva, pero lo mas seguro es que se encontraba con esa actitud por la temporada del año.

–Si, Hiro tiene razón–. Se dijo a si mismo. – ¡No pierdas el animo Shuichi!–

El edificio en el que habitaba con su amado escritor estaba muy cerca. Comenzó a correr pero se detuvo cuando vio a una pareja fuera del edificio, no quería parecer imprudente ya que la pareja se veía "ocupada". Bajo la mirada y trato de no prestar atención a la conversación que sostenían. Primero escucho la voz de la mujer que era algo melada y con un extraño acento, continuo caminando, la reja ya estaba cerca y después podría correr al elevador, pero al escuchar la voz del hombre fue lo que realmente llamo su atención. Sonaba un tanto molesta, pero no tanto como para alejar a aquella mujer, esa voz le era muy familiar, comenzó a acercarse, la ligera nevada incremento su intensidad en cuestión de segundos y esto le impedía ver con claridad los rostros de ambos. La discreción quedo de lado.

– ¿Por qué no me llamaste? Estuve esperando–. Decía la mujer.

–No tenía porque hacerlo–.

–Que malo, no ves que voy a estar poco tiempo. Se que podemos divertirnos un rato–. Por lo que Shu pudo ver, la mujer comenzó a acorralar al hombre contra la pared. –Te prometo que no te va a pasar nada malo–.

–Déjame en paz. No quiera nada contigo…–. No suena muy convencido, pensó Shu. ¡Soy un entrometido! Comenzó a caminar derechito a la puerta. ¿Por qué tienen que estar a un lado? Van a pensar que los estaba observando.

–Vamos Eiri…–. En ese momento a Shu se le vino el mundo encima¿había escuchado bien? Ella había dicho Eiri¿SU Eiri?

Por un breve instante, la nieve se corto dejando ver quienes eran las personas que ahí se encontraban. Una hermosa mujer quizás de la misma edad que Yuki, de estructural cuerpo, que no pasaba desapercibido aun con el abrigo que traía puesto, pelo rojo hasta la cintura y unos bellísimos ojos verdes que despedían un hermoso fulgor aun con la escasa luz del alumbrado publico; esta mujer tenia prácticamente todo su cuerpo sobre el de Yuki y lo comenzó a besar sin ningún pudor, el escritor no reacciono, simplemente se quedo ahí parado sin mover un solo músculo, sin oponer resistencia.

–Yuki…– murmuro el cantante, sentía el corazón en la garganta y las lagrimas comenzaron a acumularse en sus ojos. ¿Era todo un mal sueño?

–Parece que ya te olvidaste de la última vez que pasamos juntos… Creí que deseabas un poco de calor por esta noche…–. Los labios de la pelirroja estaban a escasos centímetros de los del escritor.

–Te dije que me dejaras en paz Karen, tengo muchas cosas que hacer–.

Karen… ese era su nombre… ¡La llamaba por su nombre! Si acaso existía alguna persona que se sintiera más desdichada que Shuichi en ese momento, deseaba saberlo porque se sentía caer desde lo más alto de un precipicio.

– ¡YUKI!–. El grito sobresalto a Karen y Yuki.

–…Shuichi…–

– ¿Quién es él?– pregunto Karen.

– ¡Resulta que yo soy su koibito!–. Shuichi sentía que la voz se le iba a quebrar en cualquier instante. – ¿Quién es ella?– exigió saber.

–Eso es algo que a ti no te importa–. Fue la fría contestación por parte del hombre que Shu creyó que amaba con todo el corazón.

– ¿Tu eres su novio?– Karen había tardado un poco en traducir lo que koibito significa en su idioma. –Yo no sabia que Eiri tuviera pareja…– se encontraba muy consternada, era lo que menos deseaba en su vida, ser la manzana de la discordia. – ¿Por qué no me lo dijiste antes?–. Lanzo una furiosa mirada al escritor.

Yuki no contesto, se encontraba en la peor situación que pudiera haber imaginado. No era así como había planeado decirle la verdad a Shu, ni siquiera pensaba decírselo y ahora pasaba todo aquello.

–Lo siento mucho…–. Karen se dirigió a Shu, se notaba muy apenada. –Yo no lo sabía… En verdad, lo siento…– poso su mano sobre el hombro del pelirrosa, sus miradas se cruzaron por un breve instante y observo que ella parecía ser sincera. Volteo el rostro, estaba muy dolido y no tenia deseos de sentir compasión por ella. –Será mejor que me vaya… Tienen mucho de que hablar…–. Y, sin más, subió a su auto y se alejo por la desolada calle.

La mente de Shuichi era un caos, podía escuchar claramente como el corazón se le resquebrajaba y las lagrimas comenzaron a correr libres por su rostro, ni siquiera el cruel frió podía compararse con la triste desolación que sentía.

–…Yuki…–. Por fin articulo palabra, pero Yuki ya no estaba, lo busco desesperadamente, le debía una explicación y no iba a esperar. Corrió hacia el edificio y alcanzo a ver como una rubia persona entraba al elevador y las puertas de este se cerraban.

– ¡Yuki, espera!–

.69.69.69.


Julia: Ok, aki termina el track.

Julia: De nuevo, gracias Kmiloncia por todos tus comentarios, es muy bonito leer lo k tienes k decir, muchas muchas gracias.

Julia: Por cierto, me he puesto a leer tus fics y en vdd k me encantan, disculpa k no te deje review pero yo soy muy sonsa pa' la tecnología, pa' eso esta Tanita o Raciel pero él nunca me kiere ayudar.

Julia: Bueno, me despido de parte de los tres, tratare de k Tanita cumpla su promesa pork a mi tbn me gusta su historia, solo k…

Tanita y Raciel: zzz…

Julia: n.n ...los dos se kedaron dormidos, se ven tan lindos! Bueno, hasta pronto, besos, bye bye.