CAPITULO 2: EL PUEBLO DEL FUEGO

Los gemelos miraron sorprendidos ambas computadoras. El mensaje que acababan de recibir era determinante, y seguramente había sido enviado por Ophanimon.

¿Es este el mensaje que recibiste la última vez?- preguntó Kouichi. Kouji asintió.

Casi igual- dijo Kouji- pero lo recibí en mi teléfono celular... ¿crees que Takuya y los otros hayan recibido uno?-

"Niños elegidos por los diez guerreros legendarios"- leyó Kouichi en la pantalla- lo más probable es que sí-

Los hermanos permanecieron en silencio unos momentos. ¿Ir o no ir? Las mentes de ambos estaban sincronizadas en ese dilema. Al cabo de unos segundos, Kouichi suspiró y Kouji se aclaró la garganta.

Qué demonios...- dijo Kouji- vamos, necesitan de nosotros-

Estoy de acuerdo- dijo Kouichi.

Los dos, al mismo tiempo, movieron el cursor y presionaron en 'Sí'. El mensaje en las dos pantallas cambió al instante: "Enciende el televisor en el canal 16 a la media noche. Trae tu teléfono celular. Ya conoces el camino."

Los gemelos se miraron entre ellos de nuevo.

Iré a revisar si mamá ya está dormida- dijo Kouichi, levantándose y saliendo de la habitación.

Recoge tus zapatos, y los míos- dijo Kouji, mirando sus pantuflas- los necesitaremos...-

Vuelvo enseguida- dijo Kouichi, saliendo.

El mayor de los gemelos cerró con suma cautela la puerta de su habitación, y se dirigió a la de su madre. La abrió despacio, para evitar despertarla si se encontraba dormida. Kouichi sonrió. Mika Kimura estaba ya en el país de los sueños. Kouichi cerró la puerta con cuidado, bajó las escaleras y recogió sus zapatos y los de Kouji, los cuales se encontraban junto a la entrada. Luego subió de nuevo a su habitación.

¿Y bien?- dijo Kouji en voz baja, guardando su teléfono celular en el bolsillo de su pantalón. Ya se había puesto su paliacate.

Mamá ya está dormida- dijo Kouichi, entregándole los zapatos- tenemos el campo libre...-

Vamos, ya casi es media noche...- dijo Kouji- vamos, sin hacer ruido...-

Los dos hermanos salieron de puntitas de su habitación, y se dirigieron a la sala, donde estaba la televisión. Kouji miró el reloj de pared: faltaban dos minutos. Dos minutos para volver al Digimunto. Dos minutos que les parecerían eternos.

Bueno, supongo que volveremos al digimundo...- dijo Kouichi- nos convertiremos en digimon de nuevo, ¿no?-

Eso espero, Kouichi- sonrió Kouji- y que Takuya y los otros también vayan...-

Falta menos de un minuto- observó Kouichi- enciéndela ahora...-

Kouji encendió el televisor. El símbolo de Ophanimon, el mismo que habían visto tantas veces, apareció en la pantalla.

¡Ophanimon!- dijo Kouji.

¿Qué sucedió esta vez?- dijo Kouichi- ¿porqué nos llamaste de nuevo?-

No obtuvieron respuesta.

¡Ophanimon, responde por favor!- dijo Kouji.

Como respuesta, hubo un cegador destello de luz, que obligó a los gemelos a bajar la cabeza y cubrirse los ojos con las manos para aminorar un poco la molestia que sintieron en los ojos en ese momento.

Una vez que el destello desapareció, los dos se tallaron los ojos y miraron a su alrededor. Vieron enormes calderas de cobre, y varios seres extraños de tamaño pequeño saltando alegremente por los caminos entre las calderas.

Kouji- dijo Kouichi- estamos en el Digimundo...-

Así es- dijo Kouji- y, si no me equivoco, nos encontramos en el pueblo del Fuego...- sonrió- es donde obtuve el Spirit de Lobomon-

Kouichi sonrió también.

¿Y crees que Takuya y los otros...?- comenzó a preguntar, pero una voz distante respondió a su pregunta antes de que terminara de formularla.

¡Kouji!¡Kouichi!- gritó Takuya desde lejos, corriendo hacia ellos con la mano extendida. Detrás de él venían corriendo también Tomoki, Izumi y Jumpei.

¡Están aquí!¡Están aquí!- exclamó Tomoki, casi saltando de alegría.

¡Hola, chicos!- sonrió Kouichi.

¿Porqué tardaron tanto?- dijo Izumi- creímos que no vendrían...-

No nos perderíamos esto por nada- dijo Kouji.

Los seis miraron a su alrededor de nuevo.

Estamos en el pueblo del Fuego- les informó Takuya- ¿recuerdan? Aquí fue donde conocimos a Bokomon y a Neemon...-

Y hablando de Bokomon y Neemon- dijo Tomoki- ¿ustedes dos los han visto?-

No- dijo Kouichi, mientras Kouji sacudía la cabeza- ni señal de ellos-

Nosotros tampoco- dijo Takuya- y me parece extraño... Bokomon solo salió de aquí para acompañarnos en nuestro viaje... si no, no se hubiera movido de este sitio, le gustaba mucho...-

Sí, es muy extraño- estuvo de acuerdo Jumpei.

Oigan, ¿y si preguntamos a algún digimon?- dijo Tomoki, y se volvió a unos Pagumon pasando por ahí- oigan, Pagumon, ¿han visto a Bokomon o a Neemon?-

Los Pagumon lo ignoraron.

Déjalo, Tomoki- dijo Jumpei, cruzando los brazos con aire de ofendido- recuerda que los Pagumon son muy groseros... jamás nos ayudarán-

Tal vez los Poyomon puedan ayudarnos- dijo Takuya- oigan, Poyomon, ¿han visto a Neemon y a Bokomon?-

No los hemos visto, Poyo- dijo uno de los Poyomon.

Se fueron del pueblo hace un tiempo, Poyo- dijo otro de los pequeños digimons- cansados estaban de este lugar, Poyo-

¿Cansados?- dijo Jumpei, rascándose la cabeza.

No es posible...- dijo Izumi, igual de confundida que Jumpei.

Bueno, gracias por su ayuda, Poyomon- dijo Takuya.

Si yo fuera ustedes, no los buscaría por aquí, Poyo- añadió otro Poyomon- creo que se fueron lejos, muy lejos...-

Gracias- repitió Takuya, y los Poyomon se fueron. Takuya miró a sus amigos- ¿qué haremos?-

Los seis permanecieron en silencio unos minutos.

Vamos a la terminal de los bosques, al castillo de Seraphimon- dijo Kouji- ahí, él nos puede decir porqué nos llamaron, o al menos nos podrá ayudar a contactar a Ophanimon- añadió mirando su teléfono celular- porque estos no sirven-

Los otros cinco asintieron, y comenzaron a caminar rumbo al bosque que se encontraba a las afueras del pueblo del Fuego. Había varios Pagumon siguiéndolos con la mirada.

Esos chicos humanos andan libres- dijo uno de los Pagumon, una vez que los chicos se perdieron de vista al adentrarse en el bosque- y al parecer conocen el lugar...-

Y conocen a Bokomon y Neemon- dijo otro Pagumon.

Y parece que van a la terminal de los bosques- dijo un tercero.

Vamos con el jefe, él sabrá que hacer- dijo otro más- estará muy complacido con la información...-

Vamos...- dijo el primero.

Los cuatro Pagumon se fueron saltando hasta la cueva subterránea del pueblo del Fuego, en el mismo sitio donde Kouji había obtenido el Spirit de Lobomon. Escondido en las sombras, sentado en una silla, había un digimon del tamaño de un humano adulto. Volvió su vista a los cuatro Pagumon.

Jefe, tenemos buenas noticias- dijo uno de los Pagumon- hay seis chicos humanos caminando libremente del pueblo a la terminal de los bosques...-

Están buscando a Bokomon y a Neemon- añadió otro.

Bien, bien- sonrió el digimon- el señor Rotnaimon estará muy complacido de saber esto...-

El digimon se puso de pie y caminó a la salida. Los Pagumon lo siguieron.

Señor Leomon- dijo uno de los Pagumon- ¿qué haremos nosotros?-

Ustedes, no los pierdan de vista en ningún momento. Yo me encargaré de arreglar todo...- dijo Leomon. Los Pagumon se fueron a toda prisa para alcanzarlos.

Seis chicos humanos- murmuró Leomon- esto son buenas noticias... sí, muy buenas...-

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Ya estaba a punto de anochecer, y los seis chicos seguían avanzando por el camino del bosque que conocían muy bien.

¿Están seguros de que es por aquí?- preguntó Kouichi, el único que no había pasado por ese bosque.

Seguros- dijo Takuya.

¿No hay un Trailmon que nos pueda llevar?- preguntó Tomoki en tono quejumbroso- ya me dolieron mucho los pies...-

No ha pasado ni un solo Trailmon desde que llegamos- dijo Takuya- y eso es muy extraño... la última vez que estuvimos aquí pasaban a cada rato...-

Fue porque todos los digimon estaban huyendo de sus regiones, Takuya, y los Trailmon tenían que ir y venir de todas partes- dijo Jumpei- es normal que ahora que hay tranquilidad no haya tanto movimiento...-

Izumi y Tomoki estuvieron satisfechos con esa explicación.

Sí, suena lógico- dijo Izumi- ¿porqué querrían estar viajando?-

Bueno, tal vez tengas razón- admitió Takuya. Kouji se cruzó de brazos y sacudió la cabeza ligeramente, tanto que solo su gemelo se percató de ello.

¿Qué sucede, Kouji?- preguntó Kouichi.

Todo esto me parece extraño...- murmuró Kouji- Bokomon y Neemon no están en su pueblo, los Trailmons no pasan y toda esta...calma no es normal...-

Yo pensé lo mismo- dijo Kouichi- no sé porqué, pero tengo la impresión de que estamos siendo observados...-

Sí, yo también lo noté- dijo Kouji.

Mira ahí, Kouji- dijo Kouichi, señalando de pronto hacia un árbol cercano. Kouji miró y solo alcanzó a ver algo de color azul grisáceo- creo que lo que nos sigue es un Pagumon. Tal vez solo quiere robarle un chocolate a Jumpei mientras todos dormimos...-

Eso parece- dijo Kouji- y en verdad espero que sea eso-

¡Estoy agotado!- se quejó Tomoki tras dar un par de pasos más, y deteniéndose en seco- quiero descansar...-

Yo igual- dijo Izumi, sentándose en una roca y quitándose los zapatos para masajearse los pies- no puedo seguir caminando...-

Tienen razón- dijo Takuya- será mejor que descansemos...-

Kouji frunció el entrecejo.

Takuya, este sitio no me parece seguro- dijo el menor de los gemelos.

¿Porqué lo dices?- dijo Takuya- no veo nada malo con que nos quedemos aquí a descansar...-

Kouji dio un paso adelante, para estar exactamente al lado de Takuya.

Creo que alguien nos está siguiendo- dijo Kouji, para que solo Takuya lo escuchara- Kouichi dijo que vio un Pagumon... yo alcancé a ver parte de él-

Un Pagumon solo es inofensivo- dijo Takuya.

Lo sé- dijo Kouji- también sé que los Pagumon nunca andan solos... debe haber más viajando tras nosotros en estos momentos...-

Kouji, suenas como si les temieras a los Pagumon- dijo Takuya, alzando una ceja y dudando de pronto del valor de su amigo.

Takuya, recuerda que no tenemos los Spirits con nosotros- dijo Kouji- ni los Digivice, no podremos evolucionar... y en ese caso pueden ser peligrosos...-

Takuya frunció el entrecejo. Kouji tenía razón. Sin poder evolucionar, cualquier digimon enemigo, por débil que fuera, se convertía en una amenaza para ellos. Kouji no solo era valiente, era prudente también.

De acuerdo, tienes razón- dijo Takuya- pero los chicos no pueden seguir caminando, y el bosque de noche es peligroso si seguimos moviéndonos... ¿recuerdas algún refugio por aquí?-

Kouji se quedó pensativo.

El bosque de los televisores- dijo Kouji- o la aldea de los Numemon...-

Aún está muy lejos- dijo Takuya. Kouji frunció el entrecejo.

De acuerdo- dijo Kouji- quédense aquí, iré a buscar un refugio que esté cerca de aquí...-

Te esperamos, Kouji- dijo Takuya.

Espera, Kouji, voy contigo- dijo Kouichi, siguiendo a su hermano. Los dos se alejaron del resto, en busca de un lugar seguro para dormir.

¿Porqué Kouji estará tan desconfiado?- preguntó Jumpei.

El y Kouichi vieron un digimon que nos está siguiendo- dijo Takuya- tiene razón: es mejor tener cuidado ahora que no tenemos nuestros Spirits para protegernos...-

Ni que los digimon fueran peligrosos- dijo Jumpei, cruzando los brazos. Takuya se rascó la cabeza como acostumbra. Jumpei jamás logró aceptar la manera de ser de Kouji.

Ya deja de criticar a Kouji, Jumpei- dijo Izumi- al menos él se preocupa por cuidarnos a todos, ¿no?-

Eso- dijo Tomoki- aunque se preocupe demasiado...-

Como quieran- dijo Jumpei, sentándose en el suelo y recargando la espalda en un árbol- pues más vale que se den prisa él y Kouichi o me quedaré dormido...-

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¿Un refugio?- dijo Kouichi.

Te lo dije- dijo Kouji- no confío en esos digimon, ni siquiera en los Poyomon-

Kouichi miró sorprendido a su gemelo.

¿Por qué lo dices?- dijo Kouichi.

Por Neemon y Bokomon- dijo Kouji- aunque las cosas parezcan tranquilas, estoy casi seguro de que algo anda muy mal... ¿puedes ver algo?-

Muy poco- dijo Kouichi, tratando de agudizar la vista, pues ya había oscurecido- parece que hay una cueva en esta pequeña loma que está frente a nosotros...-

Kouji agudizó la vista también, y comprobó que Kouichi tenía razón. Los gemelos se acercaron y revisaron bien la pequeña cueva. Estaba desierta.

Creo que nos servirá- dijo Kouji tras examinar la estructura- vamos por los otros...-

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¿Una cueva?- dijo Izumi.

Así es- dijo Kouji- creo que ahí estaremos más seguros que aquí a cielo abierto...-

¡Vamos!- dijo Tomoki a medio bostezo- me muero de sue...sue...sueño-

Yo también estoy de acuerdo- dijo Takuya.

Yo no- dijo Jumpei, sin moverse del sitio donde estaba- no veo porqué ese sitio será más seguro que aquí... es parte del bosque después de todo, y quienquiera que nos esté siguiendo nos podrá seguir a ese sitio...-

Kouichi miró sorprendido a Jumpei, Takuya puso los ojos en blanco y Kouji frunció el entrecejo.

Pues si no quieres puedes quedarte aquí, Jumpei- dijo Kouji- lloverá pronto y te mojarás... además, a ellos les será más fácil acabarte si estás aquí solo-

No tengo miedo de un pequeño e indefenso Pagumon- dijo Jumpei- que tú seas un cobarde...-

¿Qué has dicho?- exclamó Kouji, ahora enfadado.

¡Jumpei!- exclamó Izumi.

Lo que oíste- dijo Jumpei- eres un cobarde...-

¡Ya basta!- dijo Tomoki.

¿Cómo puedes decir eso, Jumpei?- dijo Takuya- Kouji no es ningún cobarde...-

Kouji apretaba los puños con fuerza. Primero Hiroto se había burlado de su hermano y de su madre, y ahora Jumpei lo llamaba cobarde. Era demasiado para un día. Iba a decir algo, pero Kouichi lo detuvo poniendo su mano en el hombro de su hermano.

No vale la pena enojarte por eso- dijo Kouichi- todos, hasta él mismo sabe que está equivocado...-

Kouji miró a su hermano, sorprendido. Sonrió y asintió.

Tienes razón, Kouichi- dijo Kouji en voz baja- hice mal en molestarme...-

Kouichi solo sonrió a su gemelo. Kouji echó una mirada de nuevo al reto de los chicos, y se fue caminando en dirección a la cueva seguido de su hermano.

Vamos, chicos- dijo Takuya, emprendiendo la marcha también. Izumi y Tomoki lo siguieron. Jumpei permaneció de pie con los brazos cruzados, al parecer sin intenciones de seguirlos. Pero segundos después cambió de idea y corrió para alcanzarlos.

Al llegar a la cueva encendieron una fogata, tomaron algunas hojas para acomodarse mejor, y echaron suertes para decir la vigilancia. La primera de la noche le tocó a Takuya. El resto de los chicos se acomodó lo mejor que pudo, y pronto estaban todos dormidos.

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¿Dices que hay chicos humanos dirigiéndose hacia la terminal de los bosques?- dijo una voz.

Sí, mi señor, los Pagumon los vieron, y los están vigilando en este momento, solo esperando sus órdenes- dijo Leomon, con una rodilla clavada al suelo y la cabeza inclinada.

Bien hecho- dijo el digimon- ahora pon atención, esto es lo que harás...-

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CONTINUARÁ...