CAPITULO 3: EL MISTERIOSO DIGIMON

A la mañana siguiente, Kouji despertó con un agudo dolor de espalda. Había dormido sobre una pequeña roca, pero la profundidad de su sueño le impidió sentirla hasta ese momento. Dejó escapar un gruñido mientras que se levantaba.

¿Qué sucede, Kouji?- preguntó Takuya.

Mi espalda- se quejó Kouji, haciendo una mueca de disgusto- dormí sobre una roca...-

Mala suerte- dijo Takuya, encogiéndose de hombros.

Buenos días, chicos- sonrió Kouichi desde la entrada de la cueva. Estaba ya despierto, porque le había tocado la última guardia de la noche. El mayor de los gemelos estaba asando algunas manzanas, que despedían un olor delicioso.

Buenos días, Kouichi- dijo Takuya con un bostezo, y luego sonrió al ver lo que Kouichi estaba preparando-¡desayuno! Hay que despertar a los otros... Izumi, despierta...-

Cosí presto?- dijo Izumi tras un bostezo- ma io sono mo...mo...molto stanca-

¿Perdón?- dijo Takuya, alzando una ceja.

Que es muy temprano, y estoy muy cansada- dijo Izumi. Aspiró el delicioso olor de las manzanas, y sonrió igual que Takuya- ¡oh, desayuno!-

Tomoki, despierta- dijo Kouji, sacudiendo al chico.

Un ratito más- dijo Tomoki.

Vamos, ya dormiste mucho...- dijo Kouji- no seas llorón y levántate...-

Jumpei, ya es hora de levantarse- dijo Kouichi.

¿Tan temprano?- dijo Jumpei tras un enorme bostezo que casi lo hace tragarse los cabellos de Kouichi si éste no hubiera retirado su cabeza a tiempo.

Así es- dijo el mayor de los gemelos- tenemos que apurarnos para llegar hoy al castillo de Seraphimon...-

Tal vez a esta hora encontremos un Trailmon que nos pueda llevar esta vez- dijo Tomoki, esperanzado, mientras mordía una de las manzanas que Kouichi había preparado- odio tener que caminar...-

Después de desayunar, los seis chicos se levantaron, tomaron sus pertenencias y salieron de la cueva.

Tenemos que volver al camino que pasa junto a los rieles- dijo Kouji- así encontraremos pronto un Trailmon, al mismo tiempo que seguiremos avanzando...vamos...-

¿Y desde cuando Kouji se volvió el líder?- dijo Jumpei. Kouji frunció el entrecejo de nuevo.

Ya basta, Jumpei- dijo Takuya en tono de fastidio- ya fue suficiente con lo de ayer...-

¡Tú no te metas en esto, Takuya!- exclamó Jumpei.

Yo estoy de acuerdo con Takuya- dijo Izumi muy molesta- no sé que tienes contra Kouji, Jumpei, pero ya basta de estarte quejando de él y de hacer el...-

¡Lo dices solo porque te gusta Kouji, Izumi!- la interrumpió Jumpei de mal humor. Izumi se enfureció, le dio una buena bofetada (n/a: como solo ella las sabe dar) y estuvo a punto de decir algo, pero Takuya lo dijo por ella.

¡Claro que a Izumi no le gusta Kouji!- exclamó el chico de cabellos y ojos castaños- ¡y te callas, Jumpei!-

Jumpei e Izumi estaban muy enfadados, pero Kouji, Kouichi y Tomoki miraban sorprendidos a Takuya. ¿Qué rayos acababa de ocurrir con él? Kouji se aclaró la garganta de manera significativa para su hermano, y Kouichi lo entendió a la perfección. Había algo sobre Izumi que Takuya aún no les contaba.

Bueno, yo opino que ya dejemos de pelear, y que deberíamos volver al camino pronto- dijo Tomoki- para llegar con Seraphimon lo más pronto posible...-

Yo opino igual- dijo Izumi sin siquiera dirigir su mirada a Jumpei.

Y yo- añadió Takuya- vamos-

Los demás asintieron y se dirigieron al camino.

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Pasaron varias horas desde que habían iniciado la marcha. Izumi y Jumpei no se hablaban. Este último iba delante de todos, como guiando el camino. Izumi iba atrás de todos, murmurando malhumorada algo en italiano, que los demás ni entendían ni querían entender. También Takuya estaba muy enfadado. Kouji, Kouichi y Tomoki eran los únicos cuyos estados de ánimos se mantenían en límites razonablemente normales.

Kouji, ¿puedo hablar contigo un minuto?- dijo Izumi de pronto, tomando por sorpresa al gemelo.

Eh... por supuesto- dijo Kouji, imaginando que la mano de Izumi podría llegar a quedar estampada en su rostro si él se llegaba a negar, más aún ahora que la chica estaba tan enojada.

Kouji se detuvo unos segundos, para permitir que Izumi lo alcanzara.

¿Qué sucede, Izumi?- preguntó Kouji, reanudando su marcha junto a ella- ¿de qué quieres hablar?-

Sobre lo que dijo Jumpei- dijo Izumi, agachando la cabeza y comenzando a sonrojarse un poco- Jumpei puede ser un tonto a veces, pero sé que lo que dijo fue solo porque tiene envidia...-

No te preocupes- le dijo Kouji- yo soy quien no debe de molestarse cuando diga esas cosas...-

No es eso- dijo Izumi- quiero que sepas que... me pareces un chico apuesto y muy lindo... pero la verdad no es cierto que me gustas, sino que eres un gran amigo para mí-

Kouji sonrió al escuchar eso. Así que esa era la preocupación de Izumi. No sabía si sentirse bien o mal por lo que Izumi le acababa de decir, pero optó por la primera opción.

No te preocupes, Izumi- dijo Kouji de nuevo sin dejar de sonreír, dándole unas palmaditas en la espalda- y quiero que sepas que yo también creo que eres una gran amiga...-

Izumi sonrió.

Gracias, Kouji- dijo la chica.

¿Quieren apurarse los dos?- les gritó Takuya desde varios pasos adelante- los estamos esperando... no se queden atrás...-

Izumi y Kouji corrieron para alcanzar a los demás.

De pronto, llegaron a una zona que ya conocían: el bosque de los televisores. Antes de llegar, Kouji y Tomoki le contaron a Kouichi su aventura en ese sitio.

¿Este es el bosque de los televisores?- dijo Kouichi- no veo ninguno-

Están en los árboles, Kouichi- dijo Kouji.

Los seis chicos iban a acercarse a ver más de cerca los televisores, cuando una voz agresiva se los impidió. A una seña de Takuya, todos se ocultaron entre los arbustos. Había varios digimon extraños, redondos y de color amarillo, que tenían largas lianas que chasqueaban como si fueran látigos.

¡Muévanse, rápido!- exclamó uno de los extraños digimon.

Me parece que es un Vegiemon- murmuró Kouji.

Miren, ahí hay más- dijo Izumi.

Al parecer, los Vegiemon estaban esperando a que algo saliera de las pantallas de televisión de los árboles.

¡Pero si son...!-exclamó Tomoki al ver lo que acababa de salir del televisor. Kouji le puso la mano en la boca para callarlo.

Shhhh... baja la voz- dijo Kouji- nos verán...-

Pero si son niños humanos...- dijo Kouichi en voz baja.

Pero, ¿qué hacen los Vegiemon con ellos?- dijo Takuya, con los ojos abiertos como platos- ¿cómo están entrando a este mundo?-

No lo sé- dijo Kouji, pensativo- tal vez por esto nos quería Ophanimon...-

Los niños humanos salían de los televisores y miraban alrededor, asustados, para encontrarse con el rostro no muy amistoso de esos digimon. Luego corrían por un camino en el bosque.

Miren- dijo Tomoki, señalando hacia el camino- los niños están subiendo a ese Trailmon...-

Los otros vieron que Tomoki tenía razón.

Tal vez por eso no habíamos visto ningún Trailmon de camino hacia acá- dijo Takuya- será mejor cuidarnos de subirnos a alguno de ellos...-

¿Qué hacemos ahora?- dijo Izumi.

Debemos irnos pronto de aquí, antes de que nos atrapen a nosotros también...- dijo Kouji, tras pensarlo unos segundos- tengo un mal presentimiento acerca de esto, y sin los Spirits no podemos hacer nada para ayudarlos...-

A ninguno le gustaba la idea de irse y dejar a los niños con esos digimon, pues no se veían nada amistosos. Pero Kouji tenía razón. No podían hacer nada, más que llegar lo más pronto posible al castillo de Seraphimon y preguntarle que hacer.

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Los seis chicos reanudaron su camino. Ninguno sospechaba que aún estaban siendo seguidos por los cuatro Pagumon.

Jejeje, esos chicos siguen peleando entre ellos- dijo uno de los Pagumon- harán las cosas más fáciles para el jefe...-

Ni siquiera se han percatado de nuestra presencia desde que avanzamos un poco más alejados de ellos...- dijo otro.

Así es- dijo un tercer Pagumon- creí que darían más problemas, siendo los antiguos elegidos de los diez guerreros legendarios... pero parece que son una completa decepción...-

¿Qué tanto chismean ustedes cuatro?- dijo un digimon, llegando de pronto.

Los Pagumon lo reconocieron de inmediato y temblaron de miedo. El digimon tenía una larga gabardina de color azul con cuello de camisa que cubría parte de su rostro, guantes y botas negras y un enorme sombrero azul. En su mano derecha sostenía un bastón. Obviamente era un disfraz.

¿Y bien, Pagumon?- dijo el digimon recién llegado- Leomon me indicó que ustedes estarían aquí... ¿y dónde están esos niños elegidos?-

Por...por...por allá- dijo un Pagumon, temblando de miedo- pero no son niños, son chicos humanos...-

Bien, bien- dijo el digimon- gracias por la información...-

Detrás del digimon, llegaron otros tres. Los Pagumon los reconocieron de inmediato: se trataba de tres Skullsatamon.

¿Qué hacemos con los soplones, señor?- preguntó uno de los Skullsatamon.

Sus datos los harán un poco más fuertes- dijo el digimon- aunque no creo que eso sea necesario...-

¿Qué?- exclamaron los Pagumon. Demasiado tarde. De un golpe con sus hoces, los Skullsatamon destruyeron a tres de ellos y absorbieron sus digicodes. Uno de los Pagumon logró escapar.

¡Son malvados!¡Malvados!- gritó el Pagumon mientras escapaba.

¡A él!- exclamó el digimon, cambiando de ánimo repentinamente- si advierte de nuestra presencia a los chicos humanos, todo se perderá...-

Los Skullsatamon y el digimon corrieron tras el Pagumon.

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Los seis chicos seguían caminando sin novedades.

¿Y qué quería Izumi, Kouji?- preguntó Kouichi a su gemelo en voz baja. A pesar de lo que habían visto en el bosque de los televisores, el mayor de los gemelos no había olvidado el asunto.

Nada importante- susurró Kouji, tras cerciorarse de que nadie más escuchaba- ella solo quería...aclarar unos puntos y ya...-

Kouichi sonrió y asintió.

Takuya, ¿falta mucho para el castillo de Seraphimon?- dijo Tomoki.

Sí, Tomoki, falta mucho- respondió Takuya en tono fastidiado.

¿Cuánto falta?- preguntó Tomoki.

Mucho- dijo Takuya cortantemente.

Takuya estaba de mal humor por el incidente con Izumi y, para colmo, Tomoki lo estaba haciendo perder la paciencia. Al principio Kouichi había preguntado cuanto faltaba, pero porque él no había pasado por ahí en el viaje anterior. Pero Tomoki era otra cosa.

Por última vez, Tomoki- dijo Takuya, cuando Tomoki volvió a preguntar algo relacionado con la distancia entre el castillo de Seraphimon y el punto donde se encontraban en ese momento- ¡ya basta!-

En ese momento, Kouichi tuvo un mal presentimiento.

Kouji, chicos- dijo Kouichi de pronto- algo va a suceder...algo malo va a suceder...-

¿Qué?- dijo Takuya- ¿cómo sabes?-

Kouichi no respondió. Tenía los ojos bien abiertos, con una expresión de miedo en su mirada. Kouji tomó a su hermano por los hombros y lo sacudió ligeramente.

¡Kouichi!- dijo Kouji-¿qué sucede?-

No... no lo sé- dijo Kouichi, con la misma expresión, mirando compulsivamente a su alrededor, como si alguien estuviera al acecho y él lo supiera.

De pronto, entre los árboles, salió brincando un Pagumon, casi sin aliento.

¡Un Pagumon!- exclamó Takuya.

¡Niños elegidos!- exclamó el Pagumon, tratando de hablar y recuperar el aliento al mismo tiempo- ¡corran por sus vidas! ¡Vienen por ustedes los Skullsatamon!-

¿Qué dices?- dijeron los seis al mismo tiempo.

¡Los Skullsatamon!- exclamó el Pagumon- ¡vienen por ustedes! Destruyeron a mis compañeros y vienen por ustedes...-

Kouji miró a Kouichi. ¿Cómo demonios había tenido ese presentimiento? Sacudió la cabeza. No era momento de pensar en ello. Tenían que prepararse.

¿Por dónde vienen, Pagumon?- preguntó Takuya.

Por el camino- dijo el Pagumon- ¡tienen que apresurarse!-

Izumi, Tomoki, ustedes adelántense y busquen un lugar donde esconderse- dijo Kouji rápidamente- nosotros los detendremos lo más que podamos, ¿verdad?-

Así es- dijo Kouichi.

Cuenta con ello, Kouji- dijo Takuya. Jumpei no dijo nada, solo se quedó cruzado de brazos y no se movió.

¿Cómo van a...?- comenzó Izumi.

¡Izumi!- gritó Takuya- haz lo que te dijo Kouji... tú y Tomoki, váyanse de aquí...-

Izumi asintió, y comenzó a correr junto con Tomoki. Kouji, Kouichi, Takuya y Jumpei recogieron dos largas varas de madera de la orilla del bosque y se prepararon.

Váyanse, niños elegidos- insistió el Pagumon- no tienen oportunidad...-

El pequeño traidor tiene razón- dijo una voz fría y cruel que provenía de entre los arbustos- son unos tontos al querer enfrentar el poder de los Skullsatamon...-

El digimon de gabardina azul salió de entre los árboles, seguido por dos Skullsatamon, uno de cada lado.

No tenemos miedo de monstruos como ustedes- dijo Takuya, empuñando su vara- ya los vencimos una vez, y lo haremos de nuevo...-

Eso lo veremos- dijo uno de los Skullsatamon, empuñando su vara también.

Los dos digimon malvados comenzaron a atacar a los chicos. Kouji y Kouichi pelearon con uno, Takuya y Jumpei con otro, mientras que el digimon de gabardina azul miraba la pelea con los brazos cruzados.

Los cuatro chicos se defendían bien, hasta que de pronto Kouichi se quedó estático de nuevo, y fue golpeado por la vara del Skullsatamon.

Kouichi, ¿estás bien?- dijo Kouji, acudiendo a la ayuda de su hermano.

Sí- dijo él- ¡no! Kouji, acabo de comprender algo...-

¿Qué?- preguntó Kouji.

Los Skullsatamon siempre están en grupos de tres, y aquí solo hay dos...- dijo Kouichi- ¿y el otro?-

Kouji se quedó helado. También Takuya y Jumpei. Un grito de Izumi les confirmó lo que los cuatro estaban pensando en ese preciso momento.

¡Izumi!- exclamó Takuya.

Takuya, tú y Jumpei vayan a ayudar a Izumi y Tomoki- dijo Kouji- Kouichi y yo nos encargaremos de éstos dos...-

¿Seguro?- dijo Takuya.

Seguro- dijo Kouji- ahora apúrate-

Takuya asintió y corrió en la misma dirección a la que habían huido Izumi y Tomoki unos minutos antes. Jumpei dudó unos segundos, pero al final decidió seguirlo.

Eso fue muy generoso de tu parte, Kouji- dijo Kouichi, empuñando de nuevo su vara- pero creo que tenemos problemas...-

No lo creo- sonrió Kouji.

¿Tienes un plan?- preguntó Kouichi. La sola sonrisa de Kouji contestó su pregunta- ¿qué...?-

Deja que nos rodeen- dijo Kouji- ya verás a lo que me refiero...-

Esto se está volviendo muy aburrido- dijo el digimon de la gabardina, bostezando - atúrdanlos de una vez, antes de que pierda la paciencia...-

Sí, señor- dijeron los Skullsatamon, volando alrededor de los gemelos.

Kouji y Kouichi los golpearon con sus varas tanto como pudieron. Los dos malvados digimon comenzaron a rodearlos, girando alrededor de ellos hasta hacer que los gemelos estuvieran espalda con espalda.

Listo, ya nos rodearon- dijo Kouichi, viendo como los Skullsatamon seguían dando vueltas, y los apuntaban con la esfera eléctrica en la punta de sus varas- ¿y ahora qué?-

Espera a que te diga, y te dejas caer al suelo- le dijo Kouji- y tratas de rodar lo más lejos que puedas...-

¿Qué dices?- exclamó Kouichi, sin dar crédito a sus oídos- ¿ese es tu gran plan?-

Kouichi, pon atención- dijo Kouji, dando un leve codazo a su hermano.

Kouichi volvió la mirada al Skullsatamon que tenía enfrente. Ya venía volando directamente hacia él, apuntándolo con la esfera eléctrica. Y para colmo, el plan de su hermano no lo convencía mucho que digamos.

¿Kouji?- dijo Kouichi.

Espera...- dijo Kouji.

¡Kouji!- exclamó el mayor de los gemelos, sintiendo ya el calor de la electricidad frente a él.

¡Ahora!- exclamó Kouji.

Los dos chicos se dejaron caer al suelo e hicieron rodar sus cuerpos lo más que pudieron del sitio donde se encontraran. Los dos Skullsatamon chocaron con todo y sus varas eléctricas, y se aturdieron mutuamente y cayeron al suelo, exponiendo sus digicodes.

¡Kouichi!- dijo Kouji levantándose y dirigiéndose a su hermano- ¿te encuentras bien?-

Sí, todo bien, a pesar de tu descabellado plan- dijo Kouichi, incorporándose para quedar sentado en el suelo-¿y tú que tal?-

Bien también- dijo Kouji, ofreciéndole la mano para ayudarlo a levantarse- vamos a buscar a los otros...-

No tan rápido, niños- dijo el digimon de la gabardina- ustedes no irán a ninguna parte...-

¿Ah, no?- dijo Kouichi, frunciendo el entrecejo y poniéndose de pie- ¿y quién lo dice?-

Yo lo digo- dijo el digimon, dejando caer su bastón al suelo. Absorbió los digicodes de los dos Skullsatamon y luego cruzó los brazos- ustedes dos y sus cuatro amigos están arrestados en nombre del señor Lucemon, rey del Digimundo-

¿Qué?- exclamaron los gemelos al mismo tiempo.

Como lo escucharon- dijo el digimon- ahora, ríndanse o serán llevados ante el lugarteniente de esta región por la fuerza...-

En tus sueños- dijo Kouji, dándole la espalda junto con Kouichi.

Hacen mal en darme la espalda- dijo el digimon, quitándose su disfraz. Los gemelos se dieron la vuelta. Bajo el disfraz, era un digimon cubierto casi por completo por vendas, y tenía un arma de fuego color negro en su mano derecha.

Pero si es...- comenzó Kouichi.

...un Mummymon- dijo Kouji.

Se arrepentirán de haberse resistido a ser capturados, mocosos...- dijo Mummymon, apuntándolos con su arma- ¡NECROFOBIA!-

Un disparo de energía ectoplásmica surgió del arma de Mummymon a toda velocidad hacia los gemelos. Kouichi solo atinó a empujar a Kouji para evitar que su gemelo fuera alcanzado por ella, recibiendo él mismo todo el impacto.

¡No!¡Kouichi!- exclamó Kouji. Kouichi se había dejado caer al suelo, y se apretaba su mano izquierda contra su cuerpo.

Kouji, vete de aquí- dijo Kouichi, apretando los dientes de dolor- es muy fuerte para cualquiera de nosotros sin los Spirits...-

No puedo irme y dejarte aquí- dijo Kouji.

Nos quieren con vida- dijo Kouichi- estaré bien... vete y avisa a los otros para que puedan escapar...-

Kouichi...- murmuró Kouji.

¿Qué esperas?- dijo Kouichi- ¡vete!-

Con una última mirada a Kouichi, Kouji se levantó y comenzó a alejarse hacia donde habían ido Takuya y los otros.

No, no escaparás, mocoso...- dijo Mummymon, comenzando a seguir a Kouji. Kouichi tomó la vara que antes había utilizado con su mano derecha y la lanzó con todas sus fuerzas al digimon. El Mummymon se detuvo, y Kouji hizo lo mismo.

¿A dónde crees que vas?- le dijo Kouichi, tomando una piedra del suelo y preparándose para lanzarla de nuevo- aléjate de mi hermano y de mis amigos...-

Veo que no sabes cuando rendirte, muchacho- dijo el Mummymon, apuntándolo con su arma- solo porque prometí no acabar con ninguno de ustedes...-

Kouji reaccionó. Tomó un puñado de tierra, y lo arrogó a los ojos de Mummymon, quien se llevó las manos a la cara dando un alarido. Luego corrió hacia su hermano y lo ayudó a ponerse de pie.

¿Qué haces?- dijo Kouichi.

Ni sueñes que te dejaré aquí- dijo Kouji- vamos-

Pero soy muy lento...- dijo Kouichi- estoy herido-

Es solo tu brazo- dijo Kouji.

Kouichi iba a decir algo, pero Kouji lo ignoró y ambos se alejaron por el camino, esperando que Mummymon tardara en recuperarse. Corrieron por el camino hasta que alcanzaron a Takuya y los otros.

¿Están bien, chicos?- preguntó Kouji. Todos asintieron. Todos estaban relativamente ilesos, salvo Takuya que tenía varios cortes en sus brazos y uno en su mejilla izquierda. Este último tenía en su mano el báculo del Skullsatamon que yacía aturdido en el suelo.

Bien, todos- dijo Tomoki.

¿Qué le pasó a Kouichi?- preguntó Takuya.

No hay tiempo para explicarlo- dijo Kouji- tenemos que escondernos pronto... hay un Mummymon muy poderoso, que...-

Gracias por la introducción, mocoso- dijo el Mummymon, apuntándoles con su arma- gracias por guiarme hacia tus amigos. Ahora- continuó, volviéndose hacia los otros- si no quieren salir lastimados, no hagan ningún movimiento...-

Ni lo sueñes- dijo Takuya, lanzándole el báculo de Skullsatamon para distraerlo y darse tiempo de escapar- ¡todos corran!-

¡Corran!- exclamó a su vez Izumi. Todos obedecieron.

Mientras corría, Kouji vio pasar varios rayos de energía ectoplásmica a los lados. Mummymon los estaba atacando. Pudo ver cómo uno de los rayos dio a Jumpei, quien corría delante de él, pero el chico se levantó y siguió corriendo.

Cuando volvió la vista atrás, vio que Tomoki e Izumi habían sido atrapados por varias vendas del cuerpo de Mummymon, y estaban siendo envueltos en capullos hechos de las mismas vendas.

¡Corre, Kouji, no te detengas!- exclamó Kouichi. Kouji siguió corriendo- ¡aaaaah!-

Kouji se detuvo y miró hacia atrás. Mummymon había atrapado a su hermano también.

Kouichi...- murmuró el menor de los gemelos.

¡Kouji, no te detengas!- escuchó decir Takuya- tenemos que llegar al castillo de Seraphimon...-

Kouji asintió y siguió corriendo. Ya ajustaría cuentas con ese Mummymon. De pronto, mientras corría, sintió que algo se entrelazó en su tobillo, haciéndolo tropezar. Era una de las vendas del digimon. Se la arrancó del pie, pero una nueva venda atrapó sus dos muñecas. Mientras trataba de zafarse, vio que también Takuya y Jumpei estaban junto a él, forcejeando también para librarse de las vendas.

¡Ya me cansé de ustedes!- bramó Mummymon- ¡terminaré esto pronto!-

Numerosos rayos de energía ectoplásmica surgieron del arma de Mummymon, que dieron en sus blancos. Lo último que Kouji escuchó fue un grito de Takuya, después perdió la conciencia.

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CONTINUARA...

¡Hola! Aquí tienen el tercer capítulo. Estuvo un poquito largo y sí, fue mi intención dejarlo en suspenso. Mil gracias por seguir leyendo mis locuras, y también por todos sus lindos reviews.

Abby L. / Nona