Capitulo VIII: Diferentes Reacciones.

Remus miro otra vez al chico de arriba abajo y dudo, le miro de nuevo y su mirada mostró sospecha. Se acerco lentamente, mientras Harry se ponía recto y apartaba de la pared con una sonrisa franca, de las que pocas veces se le veían. Estaba feliz de volver a ver a Remus John Lupin, el ultimo de los Merodeadores y lo único que tenía un lazo grande con el pasado de sus padres y de su padrino.

- ¿Eres tú¿De veras eres tú?

- Soy Harry. Ya sé que he cambiado... Pero...- el ultimó Potter sonrió nervioso.- Sigo siendo yo...

- Dame un abrazo.- cortó el licántropo anhelante.

Los dos estuvieron abrazados un rato. Nunca antes habían estado así, claro que tenían una buena relación, pero no era lo mismo, ni siquiera habían hablado tranquilamente de lo que había ocurrido con Canuto. Se miraron en los ojos, y obtuvieron una tranquilidad que no habían sentido en todo aquel tiempo, para dos la perdida había sido muy dolorosa y se sentían comprendidos los unos con los otros. Sonrieron tristemente, antes de que Remus abrazara por un segundo fuertemente a su ex alumno y lo soltara rápidamente.

Entonces Harry pudo ver como los ojos dorados de Lupin tomaban un gran brillo, algo sádico que nunca antes le había visto, quizás si, la vez que se encontraron con Peter Pettigrew, pero Harry no pudo hacer menos que retroceder de un paso mientras su sonrisa nerviosa volvía.

- Espero por tu bien, Harry James Potter que tengas una muy buena explicación.- comentó con un tono neutro pero que no presagiaba nada bueno.

- Em... Bueno... Esto... Veras... Lo que... Digamos que...- Harry empezó con balbuceos, como hacia tiempo que no hacia, no sabía por que pero su él "antiguo" había vuelto unos segundos, y la verdad es que no era muy favorable para él.

- Si dieras unas explicación y dejarás los balbuceos, acabaríamos antes.- el semblante serio del licántropo, no era nada alentador.

- Remus, ha estado entrenando conmigo todo este tiempo.- contestó Caradoc con una sonrisa, mientras se interponía entre la mirada del licántropo y el cuerpo de su alumno. – Y no, no puede decir donde, ni como, ni que. Ya dará sus explicaciones, por el momento tendrás que esperar.

El licántropo no pareció muy de acuerdo con aquello, pero ante la mirada fija de Caradoc y de Albus, no pudo más que claudicar. Sabía que los dos eran tozudos como mulas.

- Creo que es hora de que vayamos a cenar, señores.- animó Dumbledor mientras se levantaba y salía del despacho seguido de los otros cuatro.

- Director.- llamó Zaira mientras caminaban hacía el Gran Comedor.

- ¿Si?

- Ya he decidido que materias voy a escoger.

El director alzó una ceja.

- Cuidado de las Criaturas Mágicas, Runas Antiguas y por supuesto Adivinación.

- Bien. Mejor, así comunicaré está noche a los profesores correspondientes que tendrán una alumna más. Los he convocado a todos en una reunión extraordinaria.

Nadie dijo nada, más hasta que llegaron al gran comedor, y todos se separaron, el director y los dos adultos fueron a instalarse a la mesa de los profesores, mientras que Harry conducía seriamente a Zaira, hasta la mesa Gryffindor. Desde que habían pisado el Comedor, todas las cabezas se habían girado para mirarles. Muchos de los alumnos habían quedado inmediatamente maravillados con los dos. Los Gryffindor se sorprendieron, al ver que los dos nuevos, que deberían de haber terminado la escolaridad hacia uno o dos años, se sentaban en la mesa. Y se sintieron confundidos al ver como Hermione Granger, Ronald Weasley, Neville Longbottom y Ginny Weasley, les hacían un sitio entre ellos.

- Buenas noches.- saludó Harry.

- Igualmente.- respondieron todos.

- Me alegra que estés de nuevo aquí, Harry.- dijo Hermione con una sonrisa verdadera mientras daba un ligero abrazo al buscador más joven del siglo.

- Lo mismo decimos.- continuó Ron con una sonrisa, mientras ignoraba olímpicamente a Zaira.

Ginny iba a decir algo, cuando la voz del director hizo que todos cambiaran de centro de atención y fijaran sus miradas en el jefe del Wizengamot.

- Buenas noches a todos. Espero que estén cenando bien, a mi el estofado me encanta. Pero eso no viene al caso. Tengo varias cosas que anunciarles. Por una parte, como habrán podido ver, hay una nueva alumna en Gryffindor, la señorita Sofper, espero que la traten con el respeto y el compañerismo que se merece... No es fácil ser nuevo. Y me gustaría comunicarles, que un antiguo compañero suyo ha vuelto, tras un pequeño viaje, el señor Potter.

Todos los ojos giraron a ver a Harry y se sorprendieron al ver que éste no prestaba atención, si no que miraba con una sonrisa hacia la mesa de profesores, más específicamente hacia la profesora de Adivinación, que se encontraba presente, pese a no hacerlo generalmente.

- Una ultima cosa. Durante una temporada, el señor Lupin, los mayores ya le conocen, y el señor Sofper, se quedaran en el castillo. Espero que no les molesten. Eso era todo. Buenas Noches.

El director se sentó y las miradas se centraron más en Harry, mientras que en la mesa de Gryffindor se formaba un gran caos: todos querían saludar a Harry, decirle que se alegraban de su vuelta.

- Ya tendremos tiempo de hablar.- dijo Harry seriamente haciendo que todos se callaran.- Pero por merlín, dejarme terminar el postre.

La frase de Harry causo un poco de efecto y la mayoría volvió a su cena, pero el sexto curso, aun se resistía. Seamus preguntaba sin cesar donde había estado, mientras que Dean, preguntaba si había "tía buenas" donde había estado. Hermione, Ron y Neville, se limitaron a ver como parte de la alegría que habían perdido durante todo ese tiempo, volvía a la mesa Gryffindor.


- Por enésima vez, Dean, he estado prácticamente solo, con un maestro, todo este tiempo.- protestó Harry mientras salía del baño con una toalla atada a la cintura y cubierto de agua.

- Bien, está bien. Pero y ese "prácticamente"... Ves como no has estado solo con un profesor.

- Dean, por la barba de Merlín, cállate.- dijo Harry después de secarse con un hechizo y empezando a ponerse el pijama.

- Pero...

- Está bien, está bien, solo para que te calles. ¿La chica nueva?

- Si, que buena está, creía que me moría al verla... No pienso esperar mucho para tener la oportunidad de hablar (y si ella quiere algo más) con ella...

- Cuidado con lo que dices, amigo, ya tiene "dueño".- advirtió Ron, sentado en su cama, señalando a Harry con la cabeza.

- ¿Tu novia?

- Ex novia.- retocó Harry.- Y Ron, tú si que deberías tener cuidado con lo que dices, por que si te oye hablando así, te cortara la cabeza, literalmente hablando.

- Has salido con ese bombón ... ¿Y las dejado?- preguntó Thomas, casi tirandose de los pelos.

- Hay cosas aparte del físico, Dean.- respondió Harry, adentrándose en la cama.- Y ahora me vas a dejar dormir tranquilo. ¿De acuerdo? No sé como puedes llegar a ser tan pesado.

Dean fue a decir algo, pero un rayo amarillento le golpeo, haciendo que se quedara mudo.

- ¡Genial Harry, eres mi ídolo!.- felicitó Seamus mientras se masajeaba las sienes.- No se nos había ocurrido hacer eso, nunca.

Harry sonrió mientras se acurrucaba entre las sabanas dispuesto a dormir.


- Albus. Por favor. No seas ridículo, Potter es tan bueno en Pociones como yo en Transformaciones. No pienso aceptarle en mi clase. Y no intentes convencerme.- contestó el maestro de pociones tranquilamente mientras miraba al director del colegio.

- No te iba a convencer, es una orden y punto.- respondió Albus haciendo gala de su autoridad.

- Esto es ridículo. Ni siquiera sabe que aconito y luparia son la misma cosa. No, Albus, no. No puedes obligarme.

- Te equivocas, si que puedo y eso lo que voy a hacer. Tienes dos opciones o eso o a la calle Severus.

- No vas a encontrar a un profesor de pociones en mitad de un curso, Albus.- respondió Severus muy seguro de si mismo.

- Créeme, será mucho más fácil de lo que crees, Caradoc, cero recordar, es un excelente maestro de pociones y a mi mismo no se me dan tan mal.

Severus le miro incrédulo.

- No puedes hacerme eso, Albus.

- Claro que puedo.

- ¡Es Potter!- exclamó el profesor perdiendo poco a poco la tranquilidad.

- Dale una oportunidad, te sorprenderás. Me parece que tu mismo sabes lo que es que no ten den una segunda oportunidad. ¿No?- preguntó el director.- Si lo han hecho contigo, me parece que lo mínimo que puedes hacer es intentarlo con los demás. Y que yo sepa, Hary no ha hecho ni la mitad de lo que tú hiciste en su día. De hecho, le culpas por cosas que hizo su padre, no es su culpa... No sé si te das cuenta, pero ni siquiera a conocido a James, como para poder parecerse a él y odiarte a muerte.

Snape no respondió Dumbledor le había puesto contra la pared de dos maneras diferentes, tendría que aceptar a Potter en sus clases. Con un suspiro resignado acepto con un signo de cabeza, mientras interiormente maldecía al hombre una y otra vez sin cesar.

- Bien. Creo que eso es todo.- Todos los profesores comenzaban a levantarse.- Una pequeña cosa.- todos ellos se volvieron a sentar.- No estoy muy seguro de cuanto a mejorado Harry, así que me gustaría que le probarais con nivel bastante fuerte, quiero saber de lo que es capaz.

Todos los profesores asintieron y salieron de la habitación, con varios buenas noches.


- Buenos días.- dijo la chica alegremente, mientras bajaba por las escaleras que conducían a las habitaciones de las chicas de Gryffindor.

- Hola.- contestó Harry fríamente, antes de levantarse.- Vamos, te acompañaré al Gran Comedor

- No tienes ningún tipo de obligación.- respondió ella empezando a molestarse.- Puedo encontrar el camino sola.

Harry hizo un sonido indefinible con la lengua, antes de abrir el retrato y salir, seguido de cerca por Zaira.

- Harry, por favor...- comenzó ella tras unos segundos de marcha silenciosa.- Sabes que...

- No sé nada...- contestó él tranquilamente.

- Harry.

- No quiero saber nada de nada. Veo que me equivoque contigo, creí que me querías y... finalmente he descubierto tu jueguecito... Ahora no hay nada más que decir sobre este tema, olvidare todo lo referente a nosotros en el lado pareja y asunto concluido.

- Señor Potter.- llamó la voz de la subdirectora.

- Buenos días profesora.

- Buenos días a usted también, Potter.- respondió la mujer con una sonrisa.- Aquí tienen sus horarios.

- Gracias.

- Hasta luego.- dijo la profesora mientras desaparecía detrás de un tapiz que ocultaba un pasadizo secreto.

- Bien, a primera hora tenemos Defensa... Me preguntó quien sera el o la profesora.- dijo Harry mientras atravesaban las puertas del Gran Comedor, que comenzaba a llenarse.

Los dos se sentaron en la mesa de Gryffindor, uno frente al otro y comenzaron el desayuno sin decir una palabra. Hermione y Ron no tardaron mucho en bajar. Cuando los tres estuvieron juntos, Harry hizó todo lo posible por ponerse al día. Sus dos mejores amigos, no tardaron mucho en comentar el estado de sus familias, los nuevos cotilleos de los Gryffindors, las nuevas parejas del curso... Haciendo que Harry se sintiera de nuevo como en casa.

- ¿Tenéis defensa, no?- preguntó Harry consultando su reloj.

- Claro.

- Entonces vamos, no quiero llegar tarde mi primer día de clases.- sonrió Harry mientras se levantaba.

Saludaron a varios antes de salir del comedor. No tardaron más de cinco minutos en llegar al salón donde se impartía Defensa.

- Por cierto... ¿Quién es el nuevo profesor?

- La profesora Tonks.- respondió Hermione mientras entraban al aula.

- ¿Tonks?- preguntó Harry incrédulo.

- No esa Tonks... Su madre- negó Hermione.- Andrómeda Black Tonks.

- ¿Y qué...?

La voz de la profesora recién llegada, cortó a Harry que se había sentado junto a Ron, delante de Hermione y Zaira.

- Buenos días a todos, espero que hayan pasado un agradable fin de semana.- la voz de la mujer era agradable.- Veo que tenemos dos nuevos alumnos. Soy la profesora Tonks. ¿Señor Potter y señorita Sofper, me equivoco?

Los dos negaron con la cabeza, una sonrisa en la boca.

- Bien, este mes nos vamos a especializar en los hechizos de defensa y de ataque que se pueden utilizar en un duelo.- informó a los dos nuevos alumnos.- Para hoy, si no recuerdo mal, los del Grupo A tenían que buscar hechizos de Defensa y los del Grupo B de Ataque. Sugiero que se pongan manos a la obra, tras haberme dejado sus trabajos encima de la mesa, por supuesto...- comentó la mujer con una sonrisa. – Pónganse por pareja: uno del Grupo A con uno del B. Pasaré a verles pareja por pareja.

Dicho esto y después de que todos se levantaran, la mujer hizo que todas las mesas se apilaran contra la pared.

- Señor Potter y señorita Sofper, por favor, acérquense. Los demás, empezad.

Los dos ejecutaron lo que les había pedido.

- Bien. Me han comentado que sus aptitudes son mucho mejores que lo que puedo encontrar en está clase, así que confió que sin hacer el trabajo de preparación, sean capaces de hacer un duelo. Pero antes de que se unan a sus compañeros, me gustaría ponerles a prueba.- la mujer sonrió afectuosamente.- ¿Señor Potter, me haría el honor de enfrentarse a mi en un duelo?

- Por supuesto.- respondió Harry como lo hubiera hecho a la hija de la profesora, las dos se parecían mucho y eran extrañamente agradables y gente en la que se podía confiar.

El Gryffindor se alejó de la mujer de unos cuantos metros, y los dos se pusieron en posición de "comienzo". Viendo que Harry no iba a atacar, la mujer lanzó un débil "stupefy", que el chico intercepto a mitad de trayecto.

Varios hechizos fáciles siguieron al primero, durante varios minutos, hasta que Harry, ligeramente cansado de interceptar hechizos sin parar, lanzó una maldición de una potencia media, que hizo que la mujer saltara con gracia con fin de no recibirlo. Harry animado, lanzó varios hechizos y maldiciones seguidas, sorprendiendo a la mujer que tuvo que centrar toda su atención en la figura del joven. Le dejó atacar varias veces, antes de empezar un contra ataque que se junto con el del chico, pronto, los alumnos se giraron a ver el espectáculo, alertados por la mayor parte de los hechizos que hacían resplandecer la sala cuando chocaban entre si o contra las paredes.

Una de las maldiciones mandadas por Andrómeda, hizo que una herida se abriera en el brazo derecho de Harry, mientras que mientras que el tobillo izquierdo de la profesora estaba a punto de torcerse del todo, después de una mala caída. Aun que estuvieran mal, ninguno de los duelistas se paro a pensar en otra cosa que no fuera los movimientos de su contrario.

El adolescente lleva analizando los movimientos de la mujer desde hacía unos momentos, teniendo en cuanta no repetir muy seguido sus maniobras de defensa. Sin pensarlo dos veces, lanzó varios "stupefy" a la vez, directamente hacia la mujer y sin esperar, lanzó un potente "expeliarmus", ligeramente hacia la derecha, abajo, que hizo que la varita de la profesora terminara en sus manos.

- Mis felicitaciones Potter, hacía tiempo que nadie que no fuera Lupin, conseguía derrotarme.- dijo ella, mientras se levantaba para ir en busca de su varita.

De repente la atención de la profesora se giró hacia sus alumnos, y negando ligeramente con la cabeza, ordenó:

- ¡Seguid trabajando!- se giró hacia sus nuevos alumnos y dijo a la joven que se preparara para un duelo.


- ¿Y bien, qué tal mis chicos?- preguntó Caradoc a la hora de la comida.

- Muy bien, increíblemente bien.- respondió la mujer, que lucía cansada.- Me han derrotado los dos.

- Siempre te digo que tienes demasiada tendencia a ir hacia la derecha, es tu único fallo...- respondió Lupin, tras beber un sorbo de su zumo de calabaza.- Además, hace tiempo que no tenías un duelo con alguien que te pueda plantar cara.

La mujer hizo una mueca.

- Les he hecho varias preguntas, y creerme, superan por mucho en nivel necesario en este curso, hasta el que tienen los alumnos más avanzados de séptimo. Son increíbles.

- Y eso que seguramente Harry, no te ha hecho una exhibición de ningún escudo... ¿Estoy en lo cierto?

- Si, la verdad es que me ha sorprendido, generalmente todos prefieren crear escudos a interceptar los hechizos con los contra hechizos.- respondió la mujer.- Se gasta menos energía de esa manera, pero hay que tener un control perfecto de los contra hechizos, si no se vuelven contra ti.

Más que para los demás, lo decía para ella misma, como si reflexionara sobre todos los hechizos que había parado el muchacho.

- Es que levantar escudos le quita toda la gracia a un duelo.- comentó Samuel ganándose miradas incrédulas por parte de todos los que escuchaban.- Los escudos pequeños no merecen la pena, así que si se levanta un escudo es uno impenetrable y que un escudo pare todos los hechizos, pues hace que tu solo puedas atacar y entonces ya no dependes de tus habilidades como duelista, si no de las habilidades de tu oponente para esquivar hechizos que generalmente se ven reducidas al ver como sus ataques son reducidos fácilmente. Así que todo se reduce a un par de hechizos bien dicho y gana Harry. Eso le aburre, a decir verdad a mi también.

En aquel momento todos le miraban con caras totalmente estupefactas.


- Déjame en paz.- reclamó Harry medio chillando en mitad de la Sala Común.

- Harry Potter, por favor...

- Zaira ¡DEJAME¡EN¡PAZ!- repitió Harry poniendo más énfasis en sus palabras.

- Tienes que...

- No tengo que nada. ¡Por mucho que te duela no todo el mundo va besando tus pisadas!- respondió Harry chillando, habiendo llamado ya la atención de toda la habitación.

- Eres un inmaduro Potter. Entiende esto...

- ¡No tengo que entender nada de lo que me digas, embustera!

Los dos chillaban extremadamente fuerte.

- ¡Claro que si, por que en el fondo te importa mi opinión Potter!

- ¡Vete a la Mierda!- comentó Harry mientras se giraba dispuesto a salir de aquella habitación en la que comenzaba a ahogarse.

- ¡Asi que lo que decía Malfoy es cierto¡No eres más que un COBARDE!- respondió ella acalorada.- ¡Un cobarde que no sabe aceptar su realidad!

Harry se había quedado parado delante de la salida. Los que se encontraban más cerca de él, pudieron ver como un brillo maquiavélico se apoderaba de los ojos verdes.

- Repite eso que has dicho.- murmuró Harry, pero fue suficiente, por que todo el mundo les miraba atentos sin decir palabra.

- ¡Eres un maldito cobarde!- respondió ella sin tanta convicción, estaba enfadada, pero podía notar el humor de Harry, no por nada poseía ella los dones de su familia.

De la nada apareció una espada en las manos de Harry que se giró ferozmente y de dos zancadas acorto la distancia entre los dos. Zaira vio como la espada se acercaba velozmente hacia su cuello, se agacho rápidamente, mientras ella misma invocaba su espada.

Ella sabía que Harry le estaba dando la posibilidad de defenderse, y eso la reconforto un poco, por que si él hubiera deseado hacerle daño sin dejarle defenderse hubiera utilizado su magia que era mucho mayor que la de la mujer.

Zaira también hizo aparecer su espada y segundos después los movimientos vertiginosos de los dos se confundían con mucha facilidad. De pronto se oyó un gran grito, era Zaira, Harry se separo y vio ni con satisfacción ni alegría, como la pierna y el brazo derechos de la chica lucían unas heridas de media profundidad que en pocos segundos comenzarían a sangrar abundantemente.

- Te dije que tuvieras cuidado con lo que hacías y decías.- respondió Potter, con un tono tan neutro que sorprendió a la mayoría de los presentes.

Y antes de que ella pudiese responder, Harry ya salía de la habitación, dejando a todos más que estupefactos.

Harry no supo que Hermione había ayudado a la chica a llegar a la enfermería: la había transportado rápidamente gracias a un hechizo. Tampoco pudo ver como la señor Pomfrey incrédula ante las heridas, ni como le aplicaban un hechizo de inmovilidad en los dos miembros para que no los moviera y la cicatrización fuera mucho más efectiva. No pudo observar como la chica se lamentaba sola en aquella enfermería, al darse cuenta de lo que Potter tenía que haber sufrido para hacerle aquello, Harry no era del tipo agresivo.

Aun así, Harry si que pudo sentir la angustia de la chica, quizás por que él también sabía hacer uso de los poderes familiares. No le vieron aparecer por el Gran Comedor aquel día, ni a la mañana siguiente. De hecho parecía que la tierra había vuelto a tragarse a Potter.

Todo aquel día paso y Harry, antes de la hora de la cena, apareció ante la cama de Zaira. En esos momentos se encontraba con Hermione y Ron, que en vista de lo sucedido habían decidido quedarse allí para apoyar a la pobre muchacha, ya que pensaban que Harry se había excedido.

- Buenas tardes.- dijo Harry, sobresaltando a los tres que habían estado enfrascados en una conversación sobre Quidditch.

- Harry.- lanzó Zaira en un murmullo.

- Venía a disculparme.- respondió el sin mirar a sus amigos.- No debí hacerlo, aun que lo merecieras.

- Harry, no creo que nadie...- comenzó Hermione

- Te haya pedido tu opinión.- respondió Harry cortándola y mirándole con una frialdad impropia en él.

- Harry, Hermione no te ha hecho nada.- defendió a la chica Ron, ya que ella se había quedado muda de la impresión.

- Me parece que no conocéis ni la mitad de lo que deberías saber para juzgar esto... Así que simplemente no os metáis, sois mis amigos y os quiero pero hay asuntos que debo resolver yo solo.- respondió Harry sin quitar sus ojos de los azules de Zaira.

- Bien, pues espero que puedas aclararnos esto luego, tu conducta no me ha parecido la más adecuada.- respondió Hermione mientras tiraba de Ron para salir de la habitación.

Harry ni siquiera se tomó el tiempo de responder a la morena.

- Harry siento mucho lo que...

- No, no es tu culpa, el ingenuo fui yo, y tenía que haberlo dicho antes, tenía que haber exteriorizado lo que tenía dentro y mandarte a la mierda. Pero no lo hice, y después con tus malditas provocaciones me sacaste de quicio, siento lo de las heridas. Pero no te preocupes, por que no volverá a pasar: le he pedido a Albus que te asigne un guía nuevo, creo que será Ginny. Esto era todo, a partir de ahora no representas nada más que una compañera de casa y espero que sea lo mismo para ti.- Harry no había dejado intervenir a la mujer en ningún momento y habiendo dicho la ultima palabra, salió de la enfermería.

La chica se acurrucó entre las sabanas, intentando vanamente opacar el dolor que comenzaba a aparecer en ella.


Los días que siguieron no fueron los más alegres en el castillo, el tiempo era horrible, muy propio de invierno. La capa de nieve había aumentado tanto que todas las clases fuera del colegio habían quedado suspendidas, así como una de las salidas a Hogsmeade.

Los Gryffindors aun evitaban acercarse a Harry, no que a él le hubiera gustado tenerlo a todos atosigándole pero que todo el mundo te mirara atemorizado, como si fueras una cruel bestia, no producía una sensación muy buena.

Por lo demás, Hermione seguía molesta con Harry, así como Ron. Y de momento no parecía que eso fuera a cambiar. Malfoy ni siquiera había ido a molestar, ya que, por casualidad, el día en el que Zaira había llegado a la enfermería, él estaba allí, y se había podido enterar de la historia. Hablando de la muchacha, volvía a ser igual de segura de ella misma, hasta cierto punto demasiado prepotente como para no pertenecer a Slytherin. Ahora pasaba la mayor parte del tiempo, en compañía de Ginny y Luna, que le hacían una compañía ligeramente superflua, ya que la mayor parte de las veces solo hablaban, mejor dicho Ginny hablaba y las otras dos escuchaban, sobre los cotilleos del día. Sin embargo, todo el que conocía a la chica anteriormente, podía ver que sus ojos se habían oscurecido, que ya no tenía la misma fuerza que antaño y que la mayor parte de las cosas le daban igual. Su padre y su abuela comenzaban a preocuparse seriamente.

Harry por su parte, era igual que siempre, como si nada hubiera pasado, cuando alguien le pedía ayuda, éste se la daba sin pedir nada a cambio, tanto era así, que comenzó a ayudar a unos cuantos de primero con sus clases de Pociones, Transformaciones, Defensa y Encantamientos. Los pequeños estaban encantados, al principio habían dudado mucho, pero pronto se convencieron al oír la voz agradable de Harry dar explicaciones fáciles sobre cada tema, y explicar una y otra vez de cien maneras diferentes lo que no entendían.

El ED, según había oído el buscador (había sido recientemente rehabilitado en el puesto), era ahora dirigido por Ron y Hermione, que como continuaban molestos, ni siquiera se habían molestado en preguntarle si quería volver.

Ahora aquella organización, servía sobretodo para aprender hechizos que servirían en un duelo. La profesora de Defensa siendo muy buena ese año, a principios de curso, se habían planteado muy seriamente si continuar o no con la actividad "extra-escolar". Las cosas se habían "legalizado", Dumbledor había dado su total consentimiento, poniendo solo una condición, y aquella era que la profesora de Defensa pudiera ir a ver las clases de vez en cuando, cuando ella quisiera. Las sesiones del ED, habían aumentado y habiendo hecho un equipo de profesores: Hermione, Ron, Ginny, Luna y Neville, todos los días la sala de requerimiento estaba dispuesta a recibir a gente. Cuando no eran "clases", los presentes se dedicaban a hacer deberes, disponiendo de una enorme biblioteca que aparecía cada vez que la necesitaban.

Una de aquella mañanas, para romper con aquella extraña monotonía que se había establecido, Draco Malfoy, paró a Potter, antes de entrar al Gran Comedor.

- Potter.

- ¿Si, Malfoy?- preguntó Harry girándose tranquilamente, sin inmutarse.

- Me preguntaba si lo que dicen es verdad.

- Malfoy, pregunta y terminaremos antes.- dijo Harry con un suspiro mientras ponía momentáneamente los ojos en blanco.

- ¿Heriste a la chica¿A tu ex novia?

- Si.

Desde luego, Draco Malfoy, el príncipe de las serpientes, no se había esperado una pregunta tan sincera y con tan poco sentimiento; a juzgar por sus ojos más abiertos.

- ¿Eso era todo?- preguntó Harry, paseando su mirada por la guardia del aristócrata, compuesta por los dos gorilas, Blaise Zabiny y Pansy Parkinson.

- No te creo Potter, tu eres San Potter y no eres capaz de matar a una mosca y menos herir a una chica, iría contra los principios de todos vosotros honrados Gryffindors.- soltó Malfoy con expresión superior.

- No pienso discutir contigo la veracidad de mis acciones, si lo crees bien y si no pues también. Pero Malfoy recuerda esto: ni todos somos santos completamente ni todos demonios.- dijo Harry con una sonrisa torcida, que le había vuelto a los ojos de Pansy, irresistible.- Ahora si me dejarais pasar a tomar mi desayuno, sería increíblemente amable de vuestra parte.

Se hizo un hueco entre el grupo y se sentó tranquilamente en su mesa, haciendo levitar desde toda la mesa, el desayuno que tomaba todos los días con un movimiento de mano.

Comenzó a desayunar tranquilamente, siendo consciente de que terminaría mucho antes de que la mayoría de los alumnos se sentara, de hecho, el único presente en la mesa de los profesores era Snape.

Una chica de primero se acerco corriendo a Harry con unos pergaminos y una pluma, unos cuantos minutos más tarde.

- Buenos días, July.

- Hola, Harry. ¿Qué tal?

- Bien. ¿Y tu?

- Bien también.- la niña sonrió y se sentó al lado de Potter.- Me preguntaba si podrías resolverme esta duda. Ayer estuve buscándote, pero no estabas.

- Tenía un entrenamiento de Quidditch.- respondió Harry con tranquilidad después de darle un sorbo a su taza.- ¿De que trata?

- Me preguntaba si es necesario pensar en algo alegre cuando vas a realizar un Patronus.- dijo la chica algo insegura.

Harry se sorprendió al oír la pregunta, se había esperado algo como¿Cuál es el hechizo para levitar? O algo muy del estilo.

- Si que es necesario. Pero eso no lo dais en el programa... De hecho es un hechizo que se aprende en la academia de medimagia o de aurología. ¿Para que quieres saberlo? No es para un trabajo, de eso estoy seguro...

- Bien, veras... es que, como he oído a un chico mayor que es posible que los dementores se escapen de Azkaban... Pues me dije que...-dijo la chica roja ante la mirada penetrante del ultimo Potter.

- ¡Oh, July! No te preocupes por eso, mientras estés en Hogwarts no tienes de que preocuparte...

- ¿Pero y cuando...?

- Cuando estés en casa tampoco, ningún dementor va a ir a atacarte.- tranquilizó Harry con aquella habilidad innata que tenía.- De todas formas conjurar un Patronus es muy difícil, no mucha gente lo logra.

- Pero ayer pregunte a la prefecta sobre el tema y me dijo que tu podrías ayudarme mejor, por que sabías hacer uno...- murmuró July como pensativa.

- ¿Hermione te dijo eso?

- Si...- respondió la chica sabiendo que acababa de meter a la muchacha en un problema.

- Pues no debería haberlo hecho... No quiero que intentes hacer ese encantamiento tu sola...

- Pero si tu lo hiciste. ¡No es justo!

- El profesor Lupin, se mostró muy amable al intentarme enseñar el encantamiento. La diferencia es que yo cada vez que veo un dementor me desmayo.

- Pero...

- No quiero ningún pero... Dentro de unos años, si realmente sigues con esa idea es posible que hablemos. Pero ahora no se puede forzar tu magia a hacer ese tipo de cosas cuando a penas te has familiarizado con ella...

- Eso no es verdad, he leído sobre eso y la magia se puede ejercitar desde pequeños...

- Es verdad y como intentes ese hechizo con tu edad y sin ningún motivo que te haga de verdad querer hacerlo, puedes terminar de dos maneras: la numero uno, y más agradable, cansada todo el día e incapaz de hacer tus deberes o de conjurar un simple Lumos, y la numero dos: en un coma mágico muy profundo, en el caso de que lo lograras. Ahora mismo tus niveles de magia no son enormes, eres una bruja muy inteligente, me recuerdas mucho a Hermione en nuestro primer año... Pero hay limites y limites.

- No entiendo por que no debería...- intentó protestar la chiquilla.

- Espera a ser mayor para intentarlo. ¿Si?

- Eso no es un argumento.

- Bien, haremos unas cosa.- dijo Harry tras unos segundos.- Si sacas sobresaliente en todas las asignaturas, hasta tercero, prometo que te ayudare a aprender ese maldito hechizo. ¿De acuerdo?

- Pero eso no es justo... Snape no me va a poner un sobresaliente en la vida.- Harry sonrió muy a lo Slytherin.

Con lo que no contaba Potter era con que el profesor de Pociones pasara justo detrás de los dos en esos momentos y no se perdiera ni una palabra del pacto. Snape si que sonrió al ver como iba a poder destruir aquel espíritu triunfal de Potter, una vez más; ya que ya ni siquiera podía hacerlo en clase: sus pociones eran perfectas.

- Tu veras, estoy haciendo un trato contigo... Si no, me veré obligado a encantarte para que no intentes ese hechizo.

La chica frunció el ceño y cruzó los brazos mostrando su disconformidad, pero al final asintió, diciéndose que mejor aceptar y luego si no lo conseguía intentarlo ella misma, que le arrojara un hechizo ahora.

- Trato hecho.- respondió Harry seguro de si mismo.

La niña ya no intentaría intentar hacer hechizos peligrosos ella misma. En si, el Patronus no era peligroso, pero se necesitaba de mucha energía mágica y fuerza de voluntad, no negaba que July tuviera mucha fuerza de voluntad, pero no estaba seguro de que su energía pudiese sobrevivir a aquello, en aquellos momentos.

- Hola Hermione.

Granger se acaba de sentar frente a la extraña pareja: no quedaba mucho más sitio.

- Buenos días, Harry.

- Creo que sigues ofendida por lo de aquel día en la enfermería, pero creo que ese no es un asunto de tu incumbencia. Siento si te ofendiste, pero hay cosas que, como te dije, debo resolver solo.

- Lo entiendo, pero me molesto.

- Lo sé. Perdón. ¿Entonces, amigos otra vez?- preguntó Harry con una sonrisa.

- Claro. ¿Sabes que llevamos días haciendo el estúpido?

- Me había dado cuenta, si.- respondió Harry riendo.

- ¿No eres la chica que me preguntó sobre el Patronus?- preguntó Hermione, mirando detenidamente a la alumna de primero que estaba sentada al lado de Harry.

- Si.- respondió ella cohibida.

- ¿Y bien, éste te ha ayudado?

- No mucho la verdad.- dijo ella con una sonrisa bailando en su cara.

- July, por favor.- advirtió Harry.- Me parece que hemos zanjado el tema.

- Si, si, claro...- se apresuró a afirmar ella, antes de darle un sorbo a su chocolate caliente.

- Bien. ¿Tenemos Pociones, vamos? Ron ha decidido quedarse en la cama, ya que no da pociones.- dijo Hermione recriminando la actitud del pelirrojo.


Ginny, Luna y Zaira se encontraban sentadas en uno de los patios del colegio que habían sido habilitados. Les habían quitado toda la nieve y habían puesto encantamientos para que la nieve se fundiese antes de llegar a unos 5 metros del suelo, desintegrándola. Así que el césped estaba verde bastante luminoso, y muchos alumnos, encontrando esa opción mejor que la de la sala común, se habían instalado allí.

Las tres hacían con tranquilidad sus deberes, consultándose de vez en cuando cosas... En realidad Luna y Ginny consultaban a Zaira, que había demostrado ser como una fuente interminable de conocimiento.

Muchos alumnos a mitad de tarde comenzaron a volver dentro del castillo, ya que el frió comenzaba a ser insoportable para la mayoría. Ginny y Luna, no fueron menos y entraron, y pese a los numerosos argumentos de las dos, Zaira se negó y se quedó allí sentada.

Dándose por vencidas, las dos chicas de quinto, se fueron a buscar unos cuantos detalles para un trabajo de Transformaciones a la Biblioteca, prometiendo regresar para la hora de la cena.

La princesa Amazona disfrutando de su momentánea soledad, hizo desaparecer sus libros y aparecer su arco. Con un poco de magia, creo una diana bastante lejos, al otro lado del patio. Las flechas fueron dando en diferentes puntos de la diana, para ir formando poco a poco el símbolo simplificado de su casa (N/A: la casa real, la de las amazonas). Con un movimiento de mano, hizo que las flechas volvieran a ella. Y una tras otra, fueron incrustándose en centro de la diana, haciendo que hubiera un taco de flechas muy cerca la una de la otra.

Estaba tan concentrada en aquella habilidad en no fallar ninguna flecha, que no se dio cuenta de que dos ojos grises la miraban muy atentamente desde una de las ventanas que daban al patio. Apoyado contra la fría piedra, muy abrigado tras su caro abrigo y una bufanda de lana, se encontraba Draco Malfoy.

- Buenas tardes, Sofper.- la chica se sobresalto y se giro con rapidez.

- ¡Ah! Malfoy.- respondió ella sin ganas mirando a la figura que lentamente se acercaba a ella.

- ¿Quién te ha enseñado eso?

- Malfoy, sé más explicito.- respondió la chica mientras se ponía en una pose igual de altanera que la que el Slytherin acababa de adoptar.

- Me refiero al truco del arco.

- No es ningún truco Malfoy.- respondió ella frunciendo el ceño.

- ¿Entonces que es?

- Un arte.

Fue el turno del Slytherin de fruncir el ceño.

- ¿Un arte¿El arte del arco?- el tono del adolescente era muy burlón.

- El arte de la guerra.- respondió ella con bastante descontento en la voz.

- Es mucho más útil usar la magia.

- Y mucho más sádico ver como tu victima se desangra.- respondió ella haciendo desaparecer todo lo que había hecho aparecer unos minutos antes.- ¿No soportas las emociones fuertes?

- Prefiero cosas más efectivas, como los crucios. – respondió el rubio mientras se acercaba a la chica.

La chica hizo un sonido indefinible con la boca, antes de decir con tranquilidad.

- La diferencia entre tu y yo Malfoy, es que si sigues así, terminaras en prisión... Sin embargo, una flecha se puede desviar por error...

El joven no dijo nada, simplemente reflexionó unos momentos. Y sin arrastras las palabras pero con una expresión de profunda ambición, dijo:

- ¿Qué te parecería enseñarme?

- ¿Y qué gano yo con eso, Malfoy? - respondió ella con una mirada fría.


HoLa,

¿Qué tal? Bueno yo solo tengo que decir está vez que muchas gracias por vuestro apoyo, y que espero que os guste este capitulo (que a mi no me convence mucho)

En fin, Gracias,

BeSoS,

MiRuG.


Respuesta a los reviews:

Elementhp: Hola... Bueno primero: gracias por el review... Y segundo, aquí donde me ves soy una autentica profesional en evadir preguntas... xD xD xD En fin...

Marc: Me temo que este capitulo, no sea tan genial como esperas... Pero en fin...

Lord Sparky: Bueno, no sé si vas a escribir algo tan largo como los pilares de la Tierra, pero casi te dejo escribir mi fic... ! XD :P:P Tengo una pregunta¿Voy a tener que pelear hasta la saciedad contigo sobre el Kill Ron? xD En fin... Gracias por el review... ;) BeSoS.

Sanarita31: Pues la verdad es que si que tengo cosas que hacer (o por lo menos hago que las tengo por que no puedo escribir más rapido... xD xD) En fin, me alegra que te haya gustado lo de la bofetada, la verdad es que no lo tenía pensado, pero al final me gusto... Bueno, creo que no tengo más que agradecerte el review. BeSoS.

Garry: Eres de lo que no hay, Samu, En fin... Aixxx... No hay nada que hacer contigo, loko... Un caso perdido... xD xD xD Mira quien fue a hablar... :P En fin... Gracias por un review tan largo...

Gandulfo: No por dios, ya hice la prueba de un Harry-Ginny en el pasado... Y la verdad es que no es que la pareja me desagrade, pero es algo rallante teniendo en cuenta toda la gente que la usa... :P:P Y no te preocupes por el romanticismo... Me parece que en este capitulo te he demostrado lo romántico que puede llegar a ser Harry (si, es inevitable, el chico se ha buscado un buena aliado con la espadita... xD xD) Gracias. Saludos.

Orhenshiy: Bueno créeme, sé lo que apetece que la gente siga con sus fics, pero es que generalmente la gente que más presión mete es la que no tiene ni idea de intentar escribir un fic, cosa que no es nada fácil... (por lo menos ese es mi criterio) Pero bueno que me da igual, que todos lo intentamos, y eso es lo importante... En fin, gracias por el review... Y siento que la discusión de Harry con Zaira no te haya gustado, pero pienso hacerles sufrir un momentito con eso... BeSoS.

Javi- Fernández: Sería en exceso si fueran todos tan rapidos... ¿No te parece? xD xD De momento seguiré con mi ritmo de actualización catastrófico... ;);) Gracias por apoyarme tanto. BeSoS.

Remus-Lupin-Black-Darkg: Me alegra que te haya gustado. Pero bueno lo de la discusión, como he dicho, quería hacerles sufrir un poquillo... Risa maligna Gracias por el review... BeSoS.

Al: Bueno eso aun está por ver... ;) Pero yo creo que es posible... muy posible... Gracias por el review... BeSoS.

Marina Potter: MiRuG totalmente sonrojada Gracias, por los elogios, pero no creo que sea para tanto. Sin embargo, tu review me ha dado muchas ganas de continuar con el fic... Es muy agradable escuchar ese tipo de comentarios (más bien leerlos)... En cuanto a la edad de Harry... Pues la verdad es que como en unos cuantos fics ya se ha visto, es algo asi como una paranoia temporal... En realidad Harry tiene 16 años, en la Tierra pero en Nizeo, Harry tiene unos cuantos más que ahora mismo no recuerdo cuantos son... En fin... Es posible que no te lo haya aclarado mucho.. Pero es que si no lo has entendido con al explicaciones que ya he dado en notas de otros capítulos... No sé de que otra manera poder hacerlo... Muchas gracias por lo de la musa :D:D BeSoS.

Juaniweb: Bueno me alegra que te guste este fic, la verdad es que es mi preferido, creo... Pero bueno... En cuanto a lo de actualizar el otro fic, la verdad es que me está costando, por que klo he vuelto a empezar varias veces y estoy volviendo a replantearme volver a comenzarlo, por que sigue sin gustarme... En fin... Gracia spor el review. Saludos.


Gracias en especial a todos los que me han avisado sobre el formato del capitulo es decir: Lord Sparky, Marc, Juaniweb y Blackspirit.

MiRuG.