Capitulo IX: Novedades en Hogwarts.

- ¿Por qué hay tanto alboroto allí fuera?- preguntó Hermione, mientras terminaba de beber un vaso de zumo de calabaza.

- No lo sé... Acerquémonos.- respondió Ron después de terminar con su bollo de leche.

- Chicos... Chicos...

Luna venía corriendo hacia el Trío de Oro.

- ¿Qué pasa?- preguntó Harry mirando a la Ravenclaw.

- ¿Habéis visto el anuncio ¿Ahí fuera

- ¿Es por eso que hay tanto alboroto

- Si, eso es Hermione... En el tablón de anuncios han colgado un anuncio del director. Habla de un taller de duelo y otro de encantamientos avanzados.

Todos los Gryffindor de los alrededores miraron a la estrambótica chica muy atentos.

- El taller de duelo van a impartirlo el Profesor Lupin y la Profesora Black-Tonks. Y el de encantamientos avanzados el señor Sofper.

- Hubiera jurado que prefería los duelos.- murmuró Harry para si mismo, aun que siendo escuchado por Hermione que frunció el ceño ligeramente.

- ¿Y que es lo que hay que hacer para participar?- preguntó Seamus, después de limpiarse la boca con la servilleta.

- Está tarde después de la ultima clase, hay una reunión en el Gran Comedor, todos los interesados en los dos talleres tienen que estar presentes. ¡Oh Y el taller de duelo es para los de tercer curso en adelante y el de encantamiento para los de quinto en adelante.- completó la chica al ver a los pequeños mirar curiosos en su dirección.

- Muchas gracias, Luna.- agradeció con la cortesía y amabilidad habituales Hermione.- Ahora creo que todos tenemos que ir a nuestras correspondientes clases.

Todos los mayores se levantaron comentando con ansias como serían aquellos talleres al que ya habían decidido asistir, mientras que los pequeños cuchicheaban entre ellos totalmente decepcionados.

Aquel día a la hora de la comida, el director se levanto, dispuesto a decir unas cuantas palabritas.

- Espero que hayan tenido una buena mañana y que las clases no hayan sido excesivamente tediosas.- el director sonrió con tranquilidad.- Por lo que veo, la mayoría de ustedes ya ha visto el anuncio del tablón, que habla de los dos nuevos talleres que se van a hacer este año. Bien, quería recordarles que no van a ser actividades divertidas, van a ser actividades sobretodo educativas, así que piensen dos veces lo que quieren hacer antes de querer inscribirse está tarde. Bien, eso era todo. Que tengan una buena tarde.

La mayoría se quedo algo pensativa ante las palabras del viejo mago, pero pronto el bullicio volvió a recomenzar y todos los alumnos que tenían permitido asistir a esos talleres comenzaron a hablar con visible impaciencia.


- ¿Qué cree que está haciendo, Sofper?- preguntó Snape, al ver a la chica hablando con Malfoy casi poniendo un pie en la Sala Común de Slytherin.

El profesor salía de la estancia no de muy buen humor.

- Disculpe Profesor... Pero creía que no había inconveniente en que entrase en nuestra Sala Común.- intentó Malfoy seriamente.

- ¿Y que le hace pensar eso, señor Malfoy?- preguntó Severus con los ojos entrecerrados mirando duramente al rubio.

- Las palabras del discurso de bienvenida del director, me parece que dijo que las casas teníamos que unirnos para que la escuela soportara la carga de estos tiempos.- teatralizó Malfoy.

Snape bufó fuertemente antes de negar con la cabeza.

- Pues no se tome todo tan literalmente Malfoy.- respondió el jefe de la casa de las serpientes antes de señalarles a los dos el camino por el que venían.- No quiero a ninguna Gryffindor en la Sala Común. Y punto. De hecho no quiero ni a una Ravenclaw, ni a una Hufflepuff en la Sala Común. ¡Nadie que no sea Slytherin Ahora fuera de mi vista.

Los dos jóvenes no se hicieron mucho de rogar y en un acuerdo silencioso, decidieron andar lo más rápido posible para alejarse del "huracán Snape". No tardaron mucho en llegar al Hall de entrada, donde Ginny Weasley la melena ondeando al viento producido por su carrera llamó a la princesa.

- ¡Zaira ¡Te llevo buscando horas!- Ginny ni siquiera había visto de quien estaba acompañada su amiga.- ¿Dónde estabas

- Eso no es asunto tuyo, Weasel.- respondió el príncipe de las serpientes con su natural pose arrogante.

- ¡Malfoy!- el tono de la pelirroja se volvió muy frío de repente.- ¡No te he preguntado a ti

- De todas formas, Ginny, a Draco no le falta razón.- contestó con un tono neutro la Gryffindor.

- ¿Draco ¿Desde cuando Malfoy es Draco ¿Es que, tú también te crees superior a los demás, Sofper?- preguntó la más joven incrédula.

- No es por ofender...

- Ahórrate tus excusas... Ahora entiendo a Harry.

Y sin decir más, la joven Ginevra entró al Gran Comedor con paso decidido.

- ¿Pero que se ha creído la pobretona?- preguntó Draco con el ceño fruncido.

- Cállate Draco.- dijo la princesa al ver que había vuelto a fastidiar la relación con otro Gryffindor, a ese paso lo mejor que podía hacer era cambiarse de casa.


- Buenas tardes a todos. Es increíble la gente que se ha reunido, no pense que la idea fuese a agradar a tantos.- comenzó con un tono suelto Caradoc.

Continuó hablando, mientras daba un paso al frente encima de la tarima que habían instalado sobre el lugar donde habitualmente estaba la mesa de los Profesores:

- Bien. Quisiera que todos los que estén interesados únicamente por el taller de Duelo, se reuniesen a mi derecha, los que están interesados por el de encantamientos a mi izquierda, por favor. Y si hay alguno que este interesado por los dos, que se ponga en el centro, justo frente a mi... Pero por favor, divídanse bien en tres grupos.

Poco a poco y formando algo de escándalo, los tres grupos se hicieron. Muchos alumnos de tercero y cuarto estaban en el grupo de la derecha, ya que no tenían opción a hacer el de Encantamientos, acompañados por una gran parte de los alumnos de quinto presentes.

A la izquierda del antiguo jefe del departamento de misterios, se encontraban una mayoría de Ravenclaw, junto a algunos Hufflepuff de quinto, sexto y séptimo.

Y el grupo más numeroso era sin duda el del medio, compuesto por Slytherin, Gryffindor y Hufflepuff de los tres cursos antes mencionados, la mayoría de ellos estaban presentes.

- Yo también les deseo unas buenas tardes.- comenzó Lupin con su agradable sonrisa.- Creo que es halagador ver cuanta gente está interesada por los talleres. Para empezar tengo que decir en nombre de mis dos compañeros y mío propio, por supuesto, que y repitiendo lo que ha dicho el director este mediodía: Estos talleres se centran especialmente en el aprendizaje y no en la diversión, así que todo el que este aquí solo por hacer compañía a un amigo interesado o simplemente por que le parece gracioso, es mejor que abandone, por que vamos a exigir mucho de los alumnos interesados. No pondremos trabajos obligatorios ni notados, pero es posible que nuestras opiniones sobre sus actitudes se tomen muy en cuanta a final de curso. Y creo que está de más decir que cualquier comportamiento improcedente será sancionado en orden al jaleo producido.

- Me gustaría añadir a las palabras de mi compañero el señor Lupin.- siguió Andrómeda.- Que tampoco vamos a ser monstruosos... Simplemente exigimos un comportamiento respetuoso hacia nosotros y entre ustedes, un interés absoluto y, como no, esfuerzos.

- Bien, dicho esto... Todo aquel que no se sienta con ganas de continuar, que abandone la sala, por favor.- terminó Samuel.

Varios salieron de la habitación, al tiempo que atraídos por la actividad de dentro, Zaira y Draco entraban.

- Ahora, lanzaremos un hechizo y todos los nombres quedaran inscritos en las listas. La primera sesión del Taller de Duelo será mañana por la tarde noche... Será todos los martes y jueves, y durara dos horas, aproximadamente, treinta minutos después de que termine la cena. Y el de Encantamientos, los viernes toda la tarde, ya hemos comprobado que ninguno de los de quinto en adelante tiene clase a esa tarde, así que no habrá problema, y el sábado por la mañana, menos por supuesto cuando haya salida a Hogsmeade.

Todos miraron atentamente a ver si alguno de los tres adultos seguía diciendo algo.

- ¡Oh Eso era todo. Que cenen bien y que pasen una buena noche.- concluyó amablemente la madre de la metamorfomaga.

Poco a poco todos los alumnos fueron abandonando la estancia ya que aun quedaba aproximadamente una hora para la cena.


- ¡Muévete!- ordenó con un tono de voz tan estricto que la chica no tardo en levantarse y seguir a su padre que ya estaba a la altura de la puerta del Gran Comedor.

Zaira pudo sentir como la mirada de Harry seguía puesta en ella hasta que salió del Gran Comedor, evidentemente curioso, sobre el porque del estado de animo de su padre.

No tardaron más de cinco minutos en llegar hasta las nuevas habitaciones de su padre, que compartía con Remus Lupin.

- Siéntate jovencita, y vete preparándote. No quiero ni una sola palabra. ¿Entendido?- preguntó ferozmente el Guardián de Nizeo.

- Si, padre.

- Escucha con atención, por que es la ultima oportunidad que te voy a dar. ¿Me puedes decir que coño es todo eso de que hay dos quejas ante el director de ti No, no, no, no quiero oír ni una sola excusa. Me parece muy bien que en territorio amazona te vayas pavoneando por ahí todo el día... Pero aquí no eres nada más que una estudiante. ¿Entiendes?- la voz de Samuel había alcanzado el estado "grito muy amenazador".- Primero destrozas el corazón de mi protegido y segundo hijo, y ahora desprecias claramente a una de las pocas personas que se habían mostrado de acuerdo en ayudarte a integrarte. Mira, niña, no voy a consentir que vuelvas a faltar al respeto a nadie. Me da igual si es que tu carácter es penoso. Creía que te habían educado bien, pero al parecer me equivoque... Ahora quiero que te quede bien claro que no vas a tener ningún tipo de trato especial... Y estás castigada hasta nuevo aviso, hasta que dejes de ser individualista, egoísta y dejes de tener aires superiores, en realidad no eres nada más que una malcriada... Ahora lárgate de aquí.

- Pero papi...

- ¡Largo... ¡Y a la próxima queja, te vuelves a tu reino!- gritó el hombre señalándole la puerta que se abrió mágicamente dándose fuertemente contra la pared.

El hombre pudo ver claramente como su hija salía de la habitación corriendo, las lagrimas a punto de salir de sus ojos.

- ¿Pasa algo, Caradoc?- preguntó Remus, que entraba por la puerta.- Tu hija salía corriendo, estaba llorando.

- Lo merece. Es hora de que se de cuenta de que no es mejor que nadie.- respondió Samuel mientras se tiraba al sofá que segundos antes había ocupado su hija.


Más tarde, en la sala de profesores:

- ¿Qué demonios le has dicho a mi nieta – preguntó con un tono tan serio, tan formal y grave la profesora de Adivinación, que no parecía el suyo propio.

Todos los profesores presentes miraron a la mujer que parecía una persona nueva.

- Nada que no se merezca.- respondió tan fríamente el mentor de Harry que la tensión se hizo en un segundo palpable en aquella habitación.

- Perdona... Creo que hay cosas mucho mejores que chillar a una jovencita para que comprenda las cosas.

Samuel que hasta ese momento se había mantenido con la vista perdida en algún punto indefinido en el espacio que había entre su silla y la pared giro rápidamente sus preciosos ojos azules hacia la figura de su suegra.

- Y yo creo que no tienes ningún derecho en decir como hago las cosas.- respondió él.

- ¡Si cuando se trata de mi nieta!- respondió ella firmemente.

- ¡Es mi hija, por si se te olvidaba!- respondió con tal fuerza él, que todos se quedaron aun más mudos por la impresión.- ¡Y no eres nadie para decir lo contrario a lo que yo opino sobre la educación que debería haber recibido ¡Entre tu hija y tú solo la habéis MALCRIADO ¡Gracias a tu agradable intervención, ahora no es más que una maldita consentida

- ¡Por lo menos nosotras estuvimos para ella cuando nos necesito!- respondió entre gritos como su yerno.

- ¿QUÉ?- la voz del poderoso mago era la representación sonora de la furia.- ¡FUISTE TÚ QUIEN ME IMPIDIO ESTAR CON MI HIJA

La mujer se dio cuenta de su error. Pero con el poco sentido común que sobrevivía en su mente, Samuel salió de la habitación dando tal portazo que el cristal de la puerta se hizo añicos.

Nadie se atrevió a decir nada, cuando la profesora de Adivinación hizo que la puerta se recompusiese. Poco después con un leve "lo siento" salió de la habitación, todavía dándole vueltas a como enfrentaría a su yerno poco después.

- ¿A dónde vas?- preguntó Harry que iba acompañado de Hermione.

Se dirigían a la Biblioteca.

- ¡No te importa!- respondió Samuel ferozmente antes de continuar con su camino.

- ¡Espera, Sofper!- dijo Harry girandose dispuesto a sacarle la verdad al adulto.

- ¿QUÉ?- preguntó el otro parándose en seco sin girarse.

- Hermione... Ve a la biblioteca...- aconsejó Harry en un murmullo antes de acercarse poco a poco a Caradoc.

- Está bien Harry. Nos vemos en la cena.

- Adiós. Ahora, Samuel... Me vas a decir que te pasa.

- No tienes ningún tipo de autoridad para ordenarme hacer algo, Potter.- respondió el mago sin inmutarse.

- Pero necesitas desahogarte.- contestó Potter sin turbarse lo más mínimo ante el tono frió del hombre.

El hombre le lanzó una mirada fría y de advertencia.

- Me da igual las miradas que me lances... Creo que ha quedado claro que igual que tú estás ahí para mi, yo también lo estoy para ti, cuando sea y para lo que sea.- resolvió Harry seriamente.

El hombre medio sonrió al ver que su aprendiz, se sentía respecto a él, de la misma manera que él lo hacía con él. Con más tranquilidad, Samuel poso uno de sus brazos encima de los hombros y fueron andando hasta los terrenos en un cómodo silencio.


- ¡La he cagado!- suspiró derrotada Zaira sentada en el sofá de las habitaciones de su abuela, mirando a un espejo en el cual se podía ver la cara de su madre.

- Tienes que asumir tus actos.- dijo la reina amazona con un tono serio que jamás empleaba con la adolescente.

- ¡No empieces como papá!- recriminó la princesa con el entrecejo fruncido.

- Tu padre tiene razón. Tienes que comportarte como debe de ser. Allí no eres ni más ni menos que nadie, y espero que sepas mostrarte correcta con todo el mundo pero sobre todo respetuosa. Nada de estupideces. Le doy carta blanca a tu padre para que haga lo que quiera. Y si llega a mis oídos que nuevamente desprecias a alguien, me da igual si tiene 4 brazos una pierna y un ojo fluorescente, quedaras desterrada del territorio y dejaras de ser amazona. ¿Entendido?- las palabras templadas de su madre aunque amenazantes, habían sorprendido a la chica.

Ella esperaba que su madre le comprendiese le apoyase y que se dirigiese a su padre para que no le molestara más. No que se aliase con su padre, y mucho menos que le coaccionase. Ahora estaba entre la espada y la pared o era correcta con todo el mundo, o dejaría de tener su esencia amazona, de tener casa y casi padres, por que a uno ya lo tenía casi perdido.

- Mama.

- No quiero oír nada. Ya sabes lo que te espera. Nunca pensé que tendría que recurrir a las amenazas contigo, Zaira. Me has decepcionado profundamente.

Y sin decir una palabra más, el reflejo de la mujer, desapareció del espejo que sostenía Sofper entre las manos. La chica se sintió fatal consigo misma y sin poder evitarlo, lloró, lloró como hacía años que no había hecho. Se sentía incomprendida. Se sentía sola. Y lo peor era que sabía que se lo merecía, por intentar ser más que los demás. Por no pensar ni un momento en el pobre Harry o la afectuosa Ginny. Por comportarse como una niña de papá.

Entonces, con las mejillas empapadas, decidió que sería ella misma. Que no intentaría demostrar que era mejor por que no era de allí, o por que era una amazona muy hábil, ni siquiera por tener el privilegio de ser una princesa entre su gente. No, ella sería, simplemente, Zaira Sofper. Una adolescente, normal y corriente, que se esforzaba por ocultar que era.

Ya no intentaría engatusar o ignorar a Harry, ya había aprendido la lección, cada cual es libre de pensar, ser y estar con las personas que quería. Y si Harry había decidido alejarse ella por que era una egoísta, no le culpaba, sino que haría todo lo posible por tener un comportamiento normal con todo el mundo. Y demostraría quien era realmente Zaira Sofper. No se esforzaría por intentar agradar a todos y a todas, simplemente actuaría como le dictaba el corazón.


Draco Malfoy, siempre había sido de las personas que obtienen todo cuanto quieren, o por su posición social, o por su dinero o por su belleza única. No era uno de esos modelos de ropa interior masculina, enormes como armarios, cachas como si lo único que hiciesen fuera ir al gimnasio, y con una cara bonita. No Draco Malfoy era, especial, singular, su cabello de matices plateados le daba un aire nórdico, al igual que sus ojos grises. Sus rasgos, finos, delicados, como si fuera una muñeca de porcelana que al mínimo roce se fuese a romper, hacían que su cuerpo aunque fuerte, pareciese débil. Y Malfoy se había aprovechado de ello bastantes veces, es mejor que el enemigo te crea débil le había dicho su abuelo pocos días antes de morir, cuando él aun era muy pequeño como para entenderlo. Pero ahora no podía estar más de acuerdo con su ascendiente.

Se frotó suavemente los labios con una de sus pálidas manos, mostrando una inseguridad ficticia. Y fijo sus ojos en los de Blaise Zabiny, que desde que había entrado en la habitación, no había dejado de mirarle.

- Draco.

- Blaise.

Los dos guardaron silencio, mirándose fijamente a los ojos. Se conocían desde antes de que cualquiera de los dos pudiese hablar. Y se percataban perfectamente cada movimiento, cada mirada, cada palabra, cualquier acción fuera de lugar que el otro pudiese hacer.

- Me alegro que estés bien, Draco.

- Me encanta verte de una sola pieza, Blaise.- respondió con una sonrisa Draco mientras se sentaba en una de las mesas de aquella aula vacía.

- Yo soy resistente, no como tú.- bromeó el Slytherin de cabellos oscuros, con una sonrisa en sus labios.

Blaise Zabiny, era un chico muy alto para su edad, era tan o más alto que Ron Weasley, medía aproximadamente un metro noventa, y estaba muy cachas. Tenía unos ojos azules increíbles, y el pelo negro tan alborotado como el de Potter. Su rostro era todo lo contrario al de Malfoy, extremadamente marcado y duro. Tenía unos labios apetecibles y una mirada penetrante.

Draco puso los ojos en blanco, mientras se quitaba la capa y la dejaba en la mesa de al lado.

- ¿Qué sabes de la noviecita de Potter?- preguntó Draco a Blaise, dejando las tonterías.

- Nada, parece auténticamente sacada de la nada, al igual que su padre. No hay ninguna partida de nacimiento, ni siquiera en el mundo muggle. Lo único que he conseguido averiguar, y por lo que dicen algunos alumnos, es de sus increíbles habilidades luchando y con la magia, su personalidad extraña y demasiado Slytherin para el gusto de todos.

- Bien... Así que nada nuevo, ¿no

- Bueno... Hay algo que me ha sorprendido, como sabes doy adivinación...

- Una perdida de tiempo, si me dejas opinar.- cortó el rubio mientras se estiraba.

- Bueno yo puedo hacer la siesta, tú tienes que prestar atención a Vector.- respondió Blaise.- Pero lo que quiero decir, es que... Comparto clases con ella, y está muy unida a la profesora, además, Trelawney no parece la misma. Cuando los demás tenemos clases con el centauro, ella no aparece: se queda con la loca. No sé que relación puedan tener...

- Habrá que investigarlo. Gracias Blaise.- agradeció Malfoy levantándose de un salto.

- De nada. Así hemos quedado en paz.

El rubio sonrió.

- Necesitare tu ayuda.

El moreno sonrió a su vez y los dos salieron de aquel aula sin uso de las mazmorras.


- Buenas tardes a todos. Por favor, vayan acomodándose en las sillas.

Caradoc señaló unas sillas de plástico que habían sido puestas en semicírculo, haciendo que él estuviera, subido a un atril, en frente a todos ellos.

- Bien, el Taller de Encantamientos avanzados comienza hoy. Empecemos por algo útil: escudos protectores. ¿Alguien me puede dar una definición

Varias manos se levantaron tímidamente.

- ¿Si, Señor Finnigan

- Son conjuros que evitan que cierto tipos de encantamientos y maldiciones nos toquen, generalmente son una pared vertical en la cual los hechizos rebotan, pueden ser también cúpulas o esferas.

- Una explicación, un tanto sencilla, pero correcta. Muy bien, Señor Finnigan. Bien, como ha dicho vuestro compañero, los escudos sirven para protegerse, pero también, para recargar las reservas de magia, gracias a los fluidos mágicos, explicar el concepto real es algo difícil, así que lo dejaremos así, por que no mucha gente es capaz de crear escudos de ese tipo, aun así quiero que sepan que existen.

Miro a los alumnos y sonrió al ver que todos le miraban atentamente.

- Para seguir con la definición que ha dado el Señor Finnigan, es cierto que hay muchos escudos que no protegen de maldiciones y hechizos poderosos, solo existe un tipo de escudo que para todo, pero créanme están lejos de ese nivel. Así que nos concentraremos en los escudos protectores básicos, en los que trabajaremos un mes y medio aproximadamente. Voy a hacerles una demostración, para ello necesito al Señor Potter. Harry, por favor.

El Gryffindor subió a la tarima que había sido dispuesta para aquella ocasión en la Sala de los Menesteres.

- ¿Qué tengo que hacer?- preguntó el chico, después de hacer que su capa se quedase hecha un ovillo a sus pies.

- Lánzame algo bastante fuerte.

Harry le miró con los ojos entrecerrados.

- ¿Puedes especificar más

- El que quieras pero no muy fuerte... Estamos en Hogwarts.

- ¡Bombarda!- lanzó Harry sin mucha fuerza, haciendo un gesto tranquilo con la varita.

Hermione miró con los ojos abiertos a Harry, ese hechizo era enseñado con fin de abrir puertas muy sólidas, por ejemplo de hierro macizo (cuando el Alohomora, no funcionaba, claro está, ya que la puerta quedaba destrozada), no de lanzarlo a una persona, que se quedaría hecha una piltrafa.

El hechizo se iba acercando poco a poco al Profesor, que parecía totalmente despreocupado, mientras explicaba las características de un escudo, que servía para bloquear los hechizos medianamente fuertes como aquel.

Cuando apenas quedaban centímetros para que el haz de luz alcanzara a Samuel, este hizo aparecer un escudo azulado, que bloqueó tranquilamente la maldición.

Samuel sonrió.

- Por ejemplo, este escudo, puede servir para bloquear ese tipo de hechizos. Ahora vamos a probar el mismo escudo con otro tipo de hechizos, maldiciones que afectan al cuerpo directamente, por ejemplo algo así como una conjuntivitis.

El escudo cobalto no había sido quitado y con una mirada, Samuel dijo a Harry que le tirara el hechizo que había sugerido.

- ¡Conjuntivitis!

Esa vez, Harry no quitó la vista del haz de luz amarillento que se dirigía hacía su mentor. No sabía por que pero aquélla maldición, se le daba especialmente bien. Y ver que Samuel no se inmutaba, ni ponía su atención en el hechizo cuando solo quedaban unos metros para que llegara, no le tranquilizaba.

Harry vio en la expresión del adulto que no pensaba hacer nada para parar la maldición. Una cosa es hacer una demostración y otra es ir a la enfermería, pensó Harry. Y antes de poder pensar nada más el hechizo se había evaporado en la nada, ante la mirada incrédula de todos, que miraban con ojos como platos al profesor. Hay que especificar que tenía las mirada de todos menos Hermione y Zaira que habían entendido que aquello era obra del Gryffindor, y Caradoc, que miraba al chico con ganas de matarlo.

- ¿Qué se supone que acabas de hacer - preguntó el antiguo jefe del Departamento de Misterios, con una voz menos cortante de lo que deseaba.

- ¿Evitarte una visita a Pomfrey?- preguntó cínicamente Harry, prácticamente en el mismo tono que el Guardián de Nizeo.

- No puedes hacer eso, en plena demostración.

- Perdona, siento que me importe más tu salud que una demostración.

- Harry.

- Samuel.

- No seas estúpido pensaba evitarlo.

Harry frunció el ceño al tiempo que sus ojos se achinaban, y torciendo un poco la cabeza hacia el lado.

Minutos después, Potter lanzaba el hechizo al escudo azulado, y Samuel rozaba hacia el lado, para evitarlo. A partir de ese momento no hubo más problemas.


HoLa,

Ya, ya sé, demasiado tiempo sin actualizar para un capitulo sin mucho sentido y prácticamente de relleno... Pero bueno... Espero que la parte interesante llegue pronto. (Me refiero en capitulos, no en rapidez de escribirlos). Por que ahora estoy de exámenes, bueno más bien tengo la intención de repasar todas las lecciones del año para el Brevet... que es el 27 y 28 de Junio, 7 horitas de examen... snifff snifff... En fin... Y luego son fiestas aquí, donde vivo, y más tarde me voy a Inglaterra pa' tres semanas... Supongo que después me ire de vacaciones con mis padres... asi que...

Intentare escribir más ahora, pero no prometo nada. Muchas gracias por vuestro apoyo, sois geniales.

BeSoS,

MiRuG


Respuestas a los Reviews:

Lord Sparky: Oh NOOOOOOOOOOOOO Que Dios me salveeee Por que me pasa esto a mi Tenía que encontrarme cn l unico psicopata q kiere matar a Ron... Gruuuu... ¿Por qué me pasa todo a mi xD xD xD xD xD Gracias por decirme lo de la presentación. BeSoS y Gracias por el apoyo :D

Javi- Fernández: Muchísimas Gracias por apoyarme siempre. Me encanta leer tus reviews... :D:D:D Gracias de verdad. BeSoS.

Marc: Gracias por advertirme... Ya lo corregí... Me alegra que te haya gustado el capitulo... BeSoS. Adios.

Sir Johnblack: Me alegra mucho saber que eres fiel lector de mi historia... Es algo que siempre alegra mucho el saber... Bueno si quieres mi opinión, a mi últimamente no me termina de convencer mucho lo que escribo.. pero como yo sé como va a seguir, quizas lo encuentre más lógico de lo que tú lo haces... Es posible. Zaira es una niña caprichosa... te puedo adelantar que va a terminar en el fic con Harry, pero falta bastante para ello... En fin, Gracias. BeSoS.

Juaniweb: Gracias por decirme lo del formato... Me alegra que te haya gustado. Saludos.

Blackspirit: Gracias por avisarme de lo de las frases repetidas, espero que está vez no me pase lo mismo... Me alegra mucho que te guste la historia... Saludos, BeSoS.

Elementhp: Evadir preguntas es lo mío... xD xD xD En fin... Ya sois varios los que me decís que le den al pobre Draco... Yo si fuera vosotros no lo diría muy alto... (soy una Slytherin de pies a cabeza... xD xD xD) En fin, Gracias. BeSoS.

PD: Ya sé que llevo un mes y medio sin actualizar... pero como he dicho arriba... estoy algo ocupada... Lo siento mucho...

Hcate: Me alegra mucho que te guste el argumento... A mi también... xD xD xD... Yo también espero seguir pronto... La verdad es que me apetece, pero o estoy demasiado cansada, o no tengo tiempo, asi que se me hace difícil seguir un ritmo de actualizaciones preciso. Bueno en cuanto a las parejas... Aun que en un principio estaba establecido que Harry quedase con Zaira... Pues la verdad no lo sé, depende de los acontecimientos... Ya veremos... En cuanto a lo que tienes razon, es que Harry en este fic no va a terminar ni con Hermione ni con Ginny... No sé, creo que la pareja está demasiado vista... En fin... He tomado nota de tus consejos... Gracia spor escribir un review tan largo e interesante... Anima mucho. BeSoS.

Solve: Kaixo. Ni ondo, ta zu Sonrojada a tope Me alegra mucho que te guste mis fics... Sobre las parejas... La verdad es que todos me decis cosas diferentes... Y como ya de por si no tengo dificultades ni nada para elegir... Pues... En fin... Ya vere lo que hago... Otra vez te repito que me alegra muchisisisisimo que te guste... Muxus. Agur. Aupa Erreala ;);)

Fweasley: Me alegra mucho que te guste la historia... Pero por favor, no te des cabezazos contra la pared... Porque sino perderia a un lector... xD xD xD ;);););););) Gracias por las sugerencias y por el review... BeSoS.

Serenitakou: HoLa. Me alegra que te guste... ¿Qué por que no actualizo más rapido Pues la verdad es que hay dos razones fundamentales: 1· Mi inspiración escasea últimamente. 2· Cuando estoy inspirada, no tengo tiempo. Bueno la relación Draco/Zaira, ira aclarándose poco a poco... Y sobre Harry/Zaira... no lo tengo del todo definido, aun que supongo que si, en un futuro. Gracias. Cuidate. BeSoS.

Munirae: HoLa. Me alegra que el fic te parezca interesante. Y bueno tienes que saber que según unos cuantos soy la evadidora de preguntas numero uno de xD xD xD Harry se va a quedar de lado un rato... Voldemort... no tardará en aparecer... Y desde leugo que Harry no ha mostrado todo su poder... ¿Actualizar Esto va por rachas la aureola se me cae a la cabeza y tengo una sonrisa nerviosa Gracias. BeSoS.


Gracias, BeSoS,

MiRuG