Taki, la chica de mis sueños
Capítulo tres: En tus sueños, pibe
En la casa de los Hyuga...
Maki ensaya una y otra vez sus pasos de taiko; como buena hija de okinawenses tiene deberes con sus correligionarios de la isla más austral de Japón y el suyo es bailar danzas típicas de su pueblo, así que tambor y palitos en mano, recorre la casa cuando sus críos se lo permiten (o sea cuando no están).
En esos momentos vuelve su marido de su trabajo desde que se retiró del fútbol profesional; entrenador del Instituto Toho (otra muestra más de las vueltas de la vida). Maki apaga la música e invita a esposo a sentarse.
-Hola Kojiro, te estuve esperando, suerte que llegaste temprano. Hay algo de lo que tenemos que hablar antes de que lleguen los niños...
-¿Qué pasó¿Estás embarazada? –pregunta Hyuga acostumbrado a los preámbulos.
-¿Qué¡No! (ni en broma lo digas¬¬) Se trata de Taki...
-¿Por qué¿Le pasó algo?
Maki se sienta en el sillón al lado de Kojiro y sigue explicando:
-No es eso... bueno sí, pero sería más bien que Es que ella... cómo decirlo... su forma de conducirse... no es propia de una chica...
-Pero Taki siempre fue así. –mira a Maki con una expresión de "¿Y qué quieres que haga?"
-Es que no puede ser... tiene los modales de un muchacho y de ese modo le va a costar mucho relacionarse con la gente.
-Tonterías. No creo que sea para tanto, solamente tiene carácter fuerte...
-Yo antes pensaba lo mismo, pero ahora me doy cuenta de que no es una cuestión de personalidad, es de actitud ante las cosas. Está confundiendo ser firme con ser maleducada y eso no le queda bonito.
El tigre mira preocupado a su mujer que habla muy seria, sabe que si ella (una persona a la que tildaban de marimacho en la escuela) le dice eso, es porque tiene bases para afirmarlo. Luego pregunta:
-¿Tan grave es?
-Si... y además se ha puesto muy rebelde... ha estado sacando malas calificaciones desde que empezó el año pero no la he visto hacer nada por solucionarlo... Por este camino, un día vendrá alguien y se lo hará sentir con lágrimas. Y yo ya conozco que en eso es igual a ti, por fuera se muestra muy fuerte pero por dentro sufre. ¿Kojiro, tú quieres que tu hija sufra?
-No... Ese es un golpe bajo y lo sabes, mujer...
-¿Entonces? Si no me crees, obsérvala con más detalle. Y cuando te convenzas, ayúdame a buscar una solución, porque si Taki fracasa en su vida, los responsables seremos nosotros...
-Está bien –sentenció Hyuga, suspirando.- Haré lo que pueda...
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Taki se está cambiando para volver a su casa, después de otro día de dura práctica, cuando se acerca su compañera de equipo y de colegio, Atsuko Yamada. Esta muchacha de cabello castaño claro y largo es la única del equipo de "las tigresas" que tiene el honor de llamar a la capitana por su apodo familiar...
-¡Taki! Vine a preguntarte si quieres que hagamos el trabajo de química juntas.
-Si quieres... pero no te voy a hacer de mucha ayuda porque la verdad que de eso no cazo ni una... –contesta la capitana con una mezcla de pena y resignación.
-¡Pero no Taki! –Atsuko siempre trata de ser entusiasta cuando se trata de hablar del colegio con su amiga. –Vas a ver que con este trabajo levantas la nota. ¿Cómo te fue en el examen¿Te fue bien, no?
-Hum... tanto como bien, bien...
-¿Pero aprobaste?
-Me fue para el carajo, Atsuko. Saqué un tres.
-Bueno... ¡pero estuviste cerca¡Ya vas a ver que en la próxima la sacas seguro!
-Para lo que me va a ayudar... –toma su bolso para marcharse- No importa, mejor vamos a comer algo porque me está picando el bagre...
Atsuko y Taki salen de la cancha de hockey cuando ven a un muchacho de cabello negro esperando al lado de una bicicleta. Hayate saluda con la mano a la tigresa. Ella hace un gesto de "¿Qué viniste a hacer?".
-Taki... ¿Tú conoces a ese chico? –inquiere su amiga.
-¡Sí¡Este es el flaco del otro día que se me fue la pelota!
-Mira... te está llamando... me parece que te vino a ver... –dice Atsuko tan entusiasmada que le brillan los lentes.
-¿A mi¿Pa'qué? –contesta de mala gana la tigresa.
-Ve, Taki, ve a verlo...
-¿Qué¡No, no quiero!
A rastras Atsuko lleva a la capitana hasta donde está Hayate ansioso de ver a Takiko.
-¡Hola chicas! –saluda el hijo de Tsubasa.
-¡Hola¡Sí, tu eres el chico del otro día! Yo soy Atsuko, la mejor amiga de Taki.
-Mucho gusto, yo soy Hayate Oo...
Hayate se detiene en seco, como cuando lo frenó a su tío y, por esas ideas que se le ocurren a la gente decide que quizás lo mejor sea dejar lo de su familia para después...
-¿Y que haces por acá chabón? –pregunta Takiko.
-Te estuve esperando, tigresa... –contesta Hayate.
-¿A mí¿Para?
-Ay, Taki... –susurra Atsuko- No lo trates así. Si se ve que te vino a invitar a salir...
-¿A salir? Entonces lo voy a tratar peor.. –a Hayate- ¿A qué viniste!
-Bueno yo... –Hayate trata de juntar valor para decir "Vine a invitarte a salir" sin más vueltas, pero como siempre, no puede pedirle algo a una chica sin ponerse nervioso. –Es que... yo... andaba dando una vuelta con la bicicleta y... hace mucho calor... y vi por acá una cafetería y se me ocurrió que... a lo mejor...
-¡Sí, sí! A lo mejor quiere... –trata de ayudar Atsuko en la noble cruzada por encontrarle novio a su indomable amiga.
-Que.. si querías ir a tomar un helado... –dice Hayate juntando todo su valor.
-¿Qué? –pregunta Takiko con cara de intriga.
-¡O si no puede ser una gaseosa... o un raspado¿Qué te parece?
Hayate cierra los ojos y se cubre la cabeza como alguien que espera una respuesta de lo peor.
-En tus sueños pibe... Flaco, la voy a hacer corta: yo recién termino de entrenar y después siempre me voy a comer con Atsuko así que...
-¡Si es por eso no se preocupen! –se apresura a exclamar la joven- Yo me acabo de acordar que tengo que ir a... la biblioteca¡Sí, eso!
-¡Pero Atsuko¿Qué me estás haciendo, campeona¡Si siempre nos vamos a comer las dos juntas!
-¡Sí¡Pero es que cierra dentro de media hora y tengo que buscar cosas para mañana! –comienza a marcharse- ¡Te llamo a la noche¡Adiós!
Atsuko sale corriendo sin dejar de que los gritos (y algunos insultos) de su amiga la hagan volver atrás.
-¡Pero que esta piba me boicotea¿¡Y ahora con quien comparto el almuerzo? –mira a Hayate que sonríe inocentemente -¡Oh, no¡Claro que no¡De ningún modo voy a...!
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-¿Mesa para dos? –pregunta el mozo de la cafetería del parque.
-¿Y, ves a alguien más, master? –contesta Taki con su habitual conducta.
Hayate y Takiko se sientan en unas bonitas mesas colocadas sobre la vereda. Ella se desploma de agotamiento, de la misma forma en que un chico lo haría. Después se estira: realmente la muchacha sí se mueve como una felina, aunque no sea en lo absoluto conciente de ello.
-¿Muy pesada la práctica? -pregunta Hayate tratando de romper el hielo.
-No. Cuanto más pesada mejor. Así nos volvemos fuertes.
-¿Entonces estás molesta por otra cosa, no?
Taki suspira: había tratado de disuadir al chico en su averiguación, pero fue en vano.
-¿Para qué quieres saber? –responde ella molesta.
-Porque.. me.. interesa... eh... conocerte... yo...
-'perá un poco –al mozo- ¡Fiera, una coca-cola y una grande de muzza! –a Hayate -Macho, yo te voy a explicar: a mí no me gusta que me anden chamullando porque yo sé como termina esto al final. No creas que con un par de palabritas lindas me vas a convencer.
-¡Yo no te estoy tratando de convencer de nada! –protesta molesto -¡Yo sólo estoy tratando de ser tu amigo!
-¿"Amigo"¡Por favor, amigo las...! –se contiene de seguir cuando se da cuenta de que todo el café la está mirando, entonces baja la voz –Flaco¿te das cuenta de que estás haciendo el papel de salame?
-Bueno, si preferís verlo así...
Hayate se cruza de brazos, con un gesto entre ofendido y decepcionado; después de todo, no sería la primera vez que una chica lo rechaza, ni la primera vez que siente el deseo de llorar de rabia y frustración. La tigresa se da cuenta de la situación. "Realmente sí que es sensible"-piensa, un poco apenada: después de todo quiere echarlo, pero había pensado ante su reacción de que el muchacho la acusaría de "loca histérica" como hacen todos los varones antes los síntomas del rechazo, no que se iba a quedar mirando el suelo sin decir palabra.
-Perdona si soy un poco bruta para decir las cosas, pero esta es mi forma de ser...
-Lo digas como lo digas, es lo mismo –se levanta de su asiento- Creo que te estoy molestando así que mejor me voy.
-¡Espera! –dice Takiko como si le hubiera pasado una corriente eléctrica que la obliga a jalar del brazo al adolescente.
-No te preocupes por la cuenta, yo lo arreglo –dice mientras el mozo trae el pedido.
-No, no es por eso –mira a Hayate con los poderosos ojos negros que se esfuerzan para pedir una disculpa- Yo...
-¿Qué?
-Bueno... yo... no me puedo comer esto sola. Tengo hambre pero no sé si para comerme todo esto. Quédate un rato.
Hayate se vuelve a sentar y no le quita la mirada a la tigresa que trata con esfuerzo (emocional sobre todo, porque no está entre sus costumbres) de elaborar una disculpa.
-Perdona es que... yo... no tuve un buen día... más bien fue un día de porquería y estoy un poco rac... reac... cómo se dice?
-Reactiva...
-¡Si, eso! Hoy estoy que todo me cae mal, pero no es tu culpa... –suspira agobiada.
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María da Graça escribe en su computadora los primeros resultados de su investigación dirigida por JICA, la institución que la patrocina como estudiante extranjera. Busca su jarra para tomar un poco más de su imprescindible café pero se da cuenta de que ya se lo ha bebido todo. Sale de su cuarto y se dirige a la cocina pensando en que realmente su padrino se ha puesto en gastos con la casa, siempre que imaginaba como sería vivir en Japón pensaba en una pensión de estudiantes; en cambio Roberto se había ofrecido amablemente a compartir esa casa con ella y sin pedirle nada del dinero de su beca, entonces ella había decidido mantener el orden del lugar como forma de colaboración (ya se sabe que las casas de hombres solteros son un desastre...). Pone la jarra en la cafetera y antes de que esté lista suena el teléfono. Ella se apura a atender...
-Moshi, moshi...
-¿Mari, Mari¿Sos vos? –siente la voz de un muchacho preguntar en castellano.
-¿Toño, eres tú? –pregunta ella reconociendo la voz de uno de sus hermanos menores.
-Sí, soy yo... –dice el chico al teléfono. -¿Te sorprendí, verdad?
Maria toma el teléfono inalámbrico y se dirige hacia el recibidor para bajar la infaltable música de bossa nova compañera de estudios. Luego mira el reloj; son las cuatro de la tarde, lo que significa que en Sudamérica es casi la madrugada aún...
-Sí... Toño, en Posadas es de noche... ¿Mamá sabe que estás usando el teléfono para llamarme? Creí que nos hablaríamos mañana por msn...
-Es que... no podía esperar para hablarte Mari... mira aquí también está Martín...
-Hola Mari... –dice el otro hermano de la chica. –Te extrañamos mucho.
-Y yo a ustedes... ¿Cómo están ustedes? –vuelve a mirar el reloj -¿Pasó algo no?
-Mal Mari... esta noche, estábamos viendo la televisión y apenas llegó papá, se fueron a la cocina y cerraron la puerta. –explica el más grande de los hermanos.
-Luego se pusieron a discutir y a gritar como locos y después papá se marchó de nuevo y mamá se fue llorando y se encerró en su cuarto.
-¡Papá se puso a gritarle a mamá de que gastaba demasiado y que nos estábamos volviendo pobres, y que no podían seguir así y que se iban a divorciar si seguía así...!
-¡Calláte, Martín, estoy hablando yo con Mari! Luego de un rato mamá nos dio dinero para que fuéramos a la pizzería a comprarnos algo de cenar y se fue de nuevo al cuarto...
Maria da Graça se sienta en el sofá, sintiendo que el corazón se le oprime al ver la angustia de sus hermanitos y estar tan lejos para hacer algo...
-Niños... ustedes saben que Gustavo siempre perdona a mamá... aunque se enoje con ella no creo que la deje... tienen que tener paciencia... ya se solucionará.
-Cómo me gustaría que fuera todo como antes... –dice Martín. –Al menos cuando eras modelo te podíamos ver en la casa...
-¡No le digás eso, tonto! –grita Antonio -¡Vos sabés que ella odiaba hacer eso!
-Martín, Toño, ustedes saben que eso no puede ser... –responde la morena con la dulzura de las hermanas mayores. -Además Gustavo los quiere y no les va dejar que les falte nada...
-Sí, pero... –la voz de Antonio baja de volumen. –Mari, llegó papá y tengo que colgar... y acuérdate del msn...
-No te olvides de nosotros, Mari... vos sabés que aunque seas nuestra media hermana nosotros te queremos igual. Un beso... muchos besos te dice Toño...
El tono del teléfono se corta abruptamente y María da Graça vuelve a quedarse escuchando únicamente el sonido de la bossa nova... y el de su propia pena.. ¿Acaso sus hermanos correrían el mismo destino de infelicidad que ella?
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Campo de entrenamiento de la JFA...
Genzo Wakabayashi mira desde su oficina el entrenamiento de prueba de los jóvenes jugadores que posiblemente integrarán el nuevo seleccionado japonés. El ex portero del seleccionado japonés, ahora devenido en vicepresidente de la Federación tiene una preocupación; sus pensamientos son interrumpidos cuando llega su amigo y compañero Tsubasa...
-¿Qué piensas, Wakabayashi? –pregunta, luego de ver las fichas de varios jóvenes en su escritorio.
-Analizo el comportamiento del nuevo seleccionado... –hace una pausa; trata de contener su intranquilidad, pero al fin no puede... -Mi temor Tsubasa... es que aquel Dream Team que hizo realidad los sueños de nuestro país... se muera con nosotros...
Tsubasa hace silencio; Wakabayashi ha expresado lo que en realidad es el temor de muchos. De un tiempo hasta ahora; el puesto que Japón había ganado ante el mundo del soccer se ha visto amenazado, algo que hace mucho que no ocurría...
-Tu sabes Tsubasa, que desde que me retiré del fútbol profesional, en un principio me negaba a aceptar un puesto de oficina, pero cuando nos eliminaron del mundial de Chile en los octavos de final me prometí a mí mismo que no descansaría hasta recuperar nuestro prestigio. Desde ese entonces tú, Misaki y yo nos pusimos a trabajar en la tarea de descubrir nuevos jugadores y en parte lo hemos logrado pero...
-Aunque hay buenos jugadores... –comenta Tsubasa.- ...como Shigeru Fukushima que juega en el Gamba Osaka o el hijo mayor de Misaki, Tino, que en estos momentos se están perfeccionando en Argentina pero...
-Pero con eso no nos alcanza para formar un seleccionado lo suficientemente fuerte para enfrentar las próximas olimpíadas... –agrega Wakabayashi... –Tsubasa, debo confesarte que mi mayor temor es...
-Lo sé: perder nuestro título como uno de los diez mejores países dedicados al fútbol... ese título que tanto nos costó conseguir y al que le dedicamos nuestra vida entera...–finaliza el entrenador de la selección mayor, diciendo en voz alta lo que es la preocupación general. -Wakabayashi, créeme que me preocupa tanto como a ti...
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-¿Qué te pasó? –se interesa Hayate, ante la cara entre molesta y preocupada de la tigresa.
-Mi vieja me va a matar...
-¿Pero por qué?
-Mira –saca el boletín y se lo muestra al muchacho- De esta no voy a zafar...
Hayate mira la hoja; realmente esas calificaciones a diferencia de las suyas (porque además de jugar para el equipo de su escuela, es un muchacho muy aplicado debo decirles) dejaban mucho para desear, sobre todo el rubro de las ciencias exactas y naturales.
-¿Un despelote, no?
-Bueno... pero todavía falta para terminar el año. Dile a tu mamá que para fin de año levantas las notas y listo.
-No creo que se vaya a creer ese cuento...
-¿Tan mal estás?
-Si... aparte de eso que ves acá tengo dos materias del año pasado y encima están por comenzar los exámenes para pasar al instituto... la verdad es que si fuera por mí, mandaría todo a la mierda ya mismo...
-¿No quieres ir al instituto?
-La verdad eso mucho no importa. No creo que con las calificaciones que tengo me acepten en ninguna escuela...
-¿Y que piensas hacer entonces?
Takiko solo se tira nuevamente contra el sillón, con cara de lo que podría interpretarse como absoluta desolación y contesta:
-La verdad, no tengo ni idea...
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Picar el bagre: tener hambre
Zafar: salir de un problema
Chamullar: hacer el verso, convencer a alguien hablando.
Raje: echar a alguien de mal modo.
Julio de 2005Hola a todos otra vez. Antes que nada, muchas gracias por todos sus mensajes, han sido más de los que esperaba... no saben cuanto me alegro ya que se trata de una comedia; uno de mis géneros favoritos, últimamente me estaba inclinado por escribir más drama (me refiero sin comedia) pero las comedias son maravillosas... gracias a un mensaje de Vini, me di cuenta de que las comparaciones de este fic con el que la Sietesoles y yo escribimos sería inevitable... bueno, para resumir lo que le dije a ella, aunque se traten de comedias románticas tienen muchos elementos diferentes... si bien Taki pertenece al tipo de chica "girl power" que en general me gusta escribir (es decir, chicas independientes) tiene características marcadas y diferentes, como le decía a Adriana, ella esa ante todo, marimacho y maleducada (diferente a Noriko que es más bien una histérica muy necesitada de cariño), Taki tiene un hogar y familia que la quiera, además de que es una chica de la gran ciudad mientras que Noriko es casi huérfana y vive en un pueblito... además de que en estos momentos Taki tiene 15 años y Noriko anda por los 40... (ah, por si a alguien le interesa, Tino Misaki ya tiene unos 20)
En cuanto al taiko, es un tipo de baile tradicional de hombres, se tocaba y cantaba en épocas de cosecha de arroz y los instrumentos típicos son el taiko (tambor) y una especie de pandereta con unos palitos. La vestimenta es un happi (una especie de casaca) y pantalones, hombres y mujeres se visten igual y el taiko es muy diferente al nichibu (baile japonés) que es música enka (romántica) y se baila con kimonos y abanicos y sombrillas y es típicamente femenino... esto es muy autoreferencial ya que aunque yo bailo nichibu, tengo muchos amigos que bailan taiko así que conozco bastante del tema. Muchas de las letras de taiko están escritas en Okinawa-go (dialecto okinawense), que es tan distinto que ni los japoneses de otros lugares lo entienden (algo así como pasa con el español y el catalán) ¿se entiende?
Bueno, como ya dije MUCHAS GRACIAS POR LEER MI FIC
Besos enormes
Vicky
