CAPITULO 14

Llevaban media hora sentadas en las gradas del campo de Quidditch. Lily, Hermione, Ginny y… Roxana, estaban esperando a que los chicos terminaran su combate para ver quién era el mejor jugador de Quiddtich. A pesar de que las chicas habían insistido mucho en que querían jugar, sobre todo Si… Roxana, les pidieron que esperaran un momento para ver quién era capaz de encontrar la snich en menos tiempo. La lucha acabó siendo entre Harry y James, que se movían igual sobre la escoba e iban prácticamente al mismo nivel.

-a la derecha Harry! –gritó Hermione poniéndose en pie y señalando el lugar en el que se encontraba la pequeña bola brillante, cerca de las gradas.

-ya va, ya va –contestó Harry que había visto hacía tiempo la snich, pero estaba tratando de quitarse a su padre de encima. Del que no solo había heredado la cara, sino también el estilo.

A Lily la habían sentado estratégicamente al lado de Roxana, a la que no dejaba de mirar de reojo. Le recordaba mucho a alguien, pero no era capaz de situar a quién.

-¿ocurre algo? –preguntó Roxana al darse cuenta de la continua mirada

-no, ¿Por qué lo dices? –Lily miró hacia el campo de Quidditch, donde Harry y James continuaban su igualado duelo, como si no supiera de lo que Roxana estaba hablando.

-por nada…

Desde atrás, Ginny y Hermione estaban atentas a todo lo que ocurría entre ambas "chicas", no fuera a ser que a Lily le diera un ataque de celos o algo por el estilo. Habían visto muy rara a la madre de Harry desde que había visto a Roxana desde lejos, además era muy inteligente, y no les parecía nada raro que Lily averiguara que era Sirius el que estaba sentado al lado de ella.

-¡¿Cuándo nos va a tocar jugar a nosotras? –gritó Sirius poniéndose en pie.

-cuando le gane –grito James adelantando un poco a Harry, pero su hijo no tardó en ponerse a su nivel.

-pues entonces vamos a estar aquí hasta que nos den las uvas –soltó Roxana cruzándose de brazos.

-y dime… Roxana –comenzó Lily con un extraño y casual tono en la voz- ¿de donde eres?

Roxana se puso rígida por la tensión. Cuando era joven e iba con Lily al colegio esta siempre acababa descubriendo por su culpa lo que él y sus amigos habían hecho, era capaz de leerle la mente.

-pues… soy de Londres… ciudad

-¿y cuantos años tienes?

-17… como tu ¿no?

-¿Por qué estas tan nerviosa? –preguntó Lily en un tono que hizo sudar todavía más al mago

-¿nerviosa yo? ¿Por qué habría de estar nerviosa? –comenzó a sonreír histéricamente, mirando hacia el campo de Quidditch y hacia Ginny y Hermione, pidiéndoles con la mirada una ayudita para lo que se avecinaba.

-no se, pero el charco de sudor que tienes debajo de tus pies te delata –contestó suspicazmente.

-¡que curioso! –exclamó mirando a sus pies, al hacerlo comprendió que el tono de Lily era irónico y que no había tal charco, aunque sí sentía las gotas correr apresuradamente por su espalda.

-seguro que Potter te ha hablado de mi… y seguro que no lo ha hecho muy bien –el tono de Lily era tranquilo, como si estuvieran hablando del tiempo. Pero Sir… Roxana, que la conocía muy bien, sabía que detrás de sus sosegadas palabras se encerraba una cólera que él muy bien conocía, ya que más de una vez había tenido que cobrar de parte de Lily unas cuantas "bromas inofensivas" de James. Para Sirius, Lily era un sargento que le apuntaba con una varita en el cuello y que le obligaría a transformarse a golpes.

-¡no! Que va, no me había hablado de ti

-¿ah no? –preguntó con cierta decepción, en el colegio las "arrimadas" a James no solían durarle mucho ya que no les dejaba de hablar de ella continuamente. Y por muy popular y guapo que fuera James ninguna chica aguantaría que su novio le pidiera que se tiñera el pelo de rojo.

-no. En realidad no me habló de nada, al principio pensé que era un poco corto de entendederas –Roxana movió las cejas hacia arriba y abajo

-y lo es

-pero también tiene otras facultades

-yo aun no he descubierto ninguna, la verdad

-tal vez es que no le has dejado oportunidad a que te las muestre –Roxana se levantó del asiento de madera y bajó de tres en tres los escalones hasta el campo de Quidditch, sacó su varita y con ella hizo desaparecer la snich, que apareció de nuevo en su mano.

Lily observó la escena en silencio y pensó en lo que Roxana le acababa de decir. Fuera lo que fuera esa chica seguía pareciéndole insoportable, y no pararía hasta conseguir quitarla de su camino.

-se acabó, ahora jugamos nosotras, o eso o olvidaros de jugar con snich –la voz de Roxana retumbó en todo el campo de Quidditch (Sirius había vuelto a hacer alarde de su profunda voz sin darse cuenta)

-no seas imbecil, estaba a punto de ganarle –gritó James bajando hasta el campo y agarrando la escoba por el mango. Sirius le mandó una mirada significativa y señaló con la cabeza hacia donde estaba Lily, que no había escuchado la intervención de James, pero bajaba hacia donde se encontraban ellos en compañía de Hermione y Ginny.

-este es el momento en que me tienes que decir algo amable, no llamarme imbecil –dijo entre dientes Roxana, lo más bajo que pudo-. Después te extrañas de que Evans no quiera nada contigo!

-¿ocurre algo? –preguntaron las chicas al ver la mueca que James le enviaba a Roxana y que hizo sonreír triunfalmente a Lily.

-no, solo le estaba diciendo a mi maravillosa novia si quería subir en la escoba conmigo –hizo una reverencia frente a Sirius y agarró su mano, este soltó una risa tonta mientras aparentaba estar sonrojado y subió a la escoba junto a James. La sonrisa de Lily se transformó en una mirada de odio.

Todos subieron a sus escobas, a excepción de Ginny, que al ver que Lily se quedaba abajo decidió quedarse con ella, haciéndole compañía.

-¿tu no vienes, Evans? –preguntó James, aparentando indiferencia

-no, nunca me he fiado de tu forma de volar desde que me tiraste de la escoba y me fracturaste el brazo

-te he dicho mil veces que fue un accidente, y te cogí antes de que te cayeras!

-vete con tu noviecita –se giró y caminó rumbo a las gradas.

-¡¡¡esta celosa! –gritó triunfalmente, soltado a Sirius y haciendo que este cayera de culo al suelo- ¡¡¡lo sabía! Si es que ni ella puede resistirse a mi

Lily se giró al escuchar voces, y encontró a James vitoreando sobre la escoba y a Roxana tirada en el suelo. En cuando James se dio cuenta de que la mirada de Lily estaba puesta en él, bajó de la escoba de un salto y ayudó a subir nuevamente a su "amigo", con preocupación.

Las escobas subieron con una rapidez sorprendente y comenzaron a hacer giros sobre los postes y las gradas. Roxana soltó la snich y apremió a James para que fuera tras ella.

-a ver Zoquete! Vuela más rápido! –instó desde atrás, agarrada fuerte a su cintura, temiendo caer

-¿Cómo que zoquete? Tu culo pesa y aunque no te lo creas, no puedo ir más rápido

La discusión continuó, pero no los hizo detenerse.

-te encuentras bien? –preguntó Ginny sentándose al lado de Lily

-si –una fingida sonrisa salió de sus labios, sin apartar la mirada de la escoba de James, en la que él parecía desesperado mientras hablaba con su querida Roxana-. Dime una cosa ¿tu la conoces?

-eh…. Si, bueno, solo de vista. Va en clase de Hermione, Ron y Harry, tiene su edad.

-¿y como hicisteis para que saliera con Potter? Quiero decir, a parte del gran mérito que tiene conseguir que una chica le soporte más de una hora tuvisteis que fingir que era alumno.

-ah bueno… Sirius encontró una solución rápida. Le dijo que era un alumno nuevo que acababa de llegar.

-y ¿Qué le pasó a Black para que se tuviera que ir tan de repente?

-asuntos familiares, por lo que dijo, tampoco dio muchas explicaciones.

-¿me guardas un secreto? –preguntó Lily, todavía sin mirar a Ginny

-claro

-la odio

-yo también –confesó Ginny, dejando a Lily algo sorprendida- La verdad es que me gusta más la pareja que haces tu con James –contestó Ginny, que lo único que le interesaba en ese momento era ganar el favor de Lily, ya que era la madre de Harry.

Lily la miró primero con rencor, pero luego se encogió de hombros y decidió pasar por alto el comentario de la Gryffindor sobre James y ella.

-Ginny necesito tu ayuda –dijo Lily

-¿Qué quieres hacer? –preguntó ella temiéndose lo peor.

-como James se ha tomado la libertad de conocer gente yo me voy a tomar la misma. Para quien pregunte, yo soy su hermana y ambos venimos del mismo colegio ¿vale?

-esto Lily… no se, no creo que los demás vean bien…. Si algun profesor se da cuenta de que no sois alumnos se nos puede caer el pelo –contestó nerviosamente.

-no te preocupes, tendré cuidado. Solo quiero demostrarle a James que no me importa lo que él haga con esa –dijo con desprecio mirando otra vez hacia la escoba de James, de donde no podía apartar la vista.

-¡pero es que sí te importa! ¿por que no se lo dices de una vez?

-él ahora está con Roxana.

-¡oh vamos Lily! tu sabes de sobra que él sigue coladito por ti.

Lily se sonrojó tímidamente mientras sonreía ligeramente

-para ella también tengo una sorpresilla –confesó Lily con una sonrisa ahora más pronunciada.

En el centro del campo de Quidditch, el duelo entre James y Harry había terminado con la victoria de este último.

-has hecho trampa! –gritó James bajando de la escoba, sin poder creer que no hubiera cogido la snich a tiempo.

-he ganado! He ganado! He ganado –gritó Harry mientras saltaba por todo el campo, agitando la snich en su mano cerrada.

-vaya… no creí que nadie llegara a ganar a James –confesó Remus acercándose a Ron y a Hermione- ni siquiera Harry.

-¡no has ganado! ¡No has ganado! ¡No has ganado! –gritó James corriendo detrás de Harry por todo el campo de Quidditch.

Se quedaron observando cómo James corría detrás de su hijo por todo el campo de Quidditch, hasta que ambos decidieron subir a sus escobas y continuar con la carrera por el aire. James gritaba rogando la revancha y Harry le sacaba la lengua, orgulloso de haber ganado a su padre.

Continuaron así por un largo rato, hasta que amos, sin respiración, bajaron de sus escobas y fueron hasta el centro del campo de Quidditch, donde se habían reunido todos esperándoles. A Lily de repente se le ocurrió una idea, la idea que llevaba esperando desde que conoció a Roxana. Le susurró algo a Ginny en el oído mientras le dirigía una inquisitiva mirada a la novia de James. Ginny abrió mucho los ojos ante las palabras de Lily y asintió con una sonrisa. Sirius tiró de la manga de su "novio" y le miró aterrado, Lily estaba planeando algo, lo presentía.

-mierda! –exclamó de repente Remus, mirando atentamente su reloj.

-¿Qué pasa? –preguntaron los demás, extrañados de ver al licántropo de mal humor.

-que tengo que ir con la señorita sabelotodo a ayudarla en la enfermería y llego tarde, seguro que se pone como una loca –farfulló Remus mientras se tapaba la cara con las manos- puedo simular que estoy enfermo –rió él mientras se frotaba las manos.

-no! –exclamó Ginny- se me acaba de ocurrir una idea –dijo mirando a Lily, que asintió casi imperceptiblemente- podremos quedar hoy todos para cenar! En la sala de los menesteres. Los demás alumnos deben estar ahora yéndose a sus casas por las vacaciones de navidad y podemos organizar una cena para celebrar el comienzo de las vacaciones –propuso la joven con una extraña sonrisa en la cara.

-pero ¿por que en vez de una cena no organizamos una comida? Me muero de hambre –dijo James llevándose las manos a su estomago, que rugió furiosamente. Sirius seguía tirando de su manga con nerviosismo y mirando a Lily de soslayo, que le sonreía abierta y amablemente, pero Sirius sabía muy bien que detrás de esa cara angelical se escondía el demonio.

-porque si es una cena tenemos mas tiempo para prepararlo y así además esperamos hasta que se hayan ido los demás alumnos y ya no tendremos tanto problema de encontrarnos con alguien.

-bueno… -susurró James- Roxana ¿tu no vas a casa en vacaciones, verdad? –preguntó él esperanzado, mirando a su novia con un ojo y a Lily con el otro.

-no, claro que no. Yo me quedo contigo –contestó mecánicamente, justo como lo habían ensayado, aunque ahora sentía unos enormes deseos de subirse a ese tren antes de cruzarse con Lily ¡maldita la hora en que se había metido en ese embrollo!

-bien, pues entonces hagamos una cosa –dijo Lily con una sonrisa, ocultando su oscuro plan en la mente- Ginny, Roxana, Hermione y yo iremos a preparar la sala de los Menesteres que Potter la tiene hecha un zisco.

-¡eh! No empieces a ofender tan pronto que luego acabamos mal al final de la noche –replicó James, ofendido.

-vosotros seguid jugando e ir a comer algo y luego venir sobre las 8 y cenamos allí. Pasar antes por las cocinas y traed la cena –terminó Lily, haciendo caso omiso de la intervención de James

Hermione, Lily y Ginny comenzaron a caminar hacia el castillo. Lily, al ver que Roxana no iba con ellas se paró y se giró.

-vamos Roxana, si te quedas con ellos acabarás en la enfermería

-¡la enfermería! Tengo que ir con la loca –gritó Remus antes de salir corriendo

-James, Harry, Ron haced algo porque Lily me va a hacer daño, y mucho. En serio lo se, me ha mirado con la mirada psicópata que usa con James. No me podeis dejar con ella –rogó la muchacha mientras los demás la empujaban hacia las chicas

-pásalo bien, cariño. ¡Y no me eches mucho de menos! –gritó James mientras la llevaba hasta donde estaba Lily- cuídamela, Evans –ordenó James- es lo más grande que tengo –le dio un ligero beso en la mejilla y Sirius se giró en actitud defensiva, con la mano en alto dispuesto a darle a James un buen manotazo- ya se que tu tambien me quieres –dijo con rapidez James antes de alejarse corriendo.

-no te preocupes, Roxana, nosotros te vamos a cuidar muy bien –aseguró Lily en un tono que presagiaba todo lo contrario.

Hermione agarró a Lily del brazo y la llevó unos pasos más delante de donde se encontraba Roxana.

-¿Qué tienes en mente? –le preguntó sin tapujos

Lily le resumió en pocas palabras su plan y Hermione se giró hacia Sirius, compadeciéndolo con la mirada.

-en serio Sirius, tratare de quitarle esta idea de la cabeza, pero tu tienes que estar tranquilo –insistió Ginny ante las continuas preguntas del merodeador

-¿Cómo quieres que este tranquilo? Conozco bien a Lily como para saber que me va a matar de dolor, lenta y dolorosamente. Y vosotros tendreis en vuestra mente la culpa de todo lo que me ocurra.

-no exageres, es una broma inofensiva.

-¿inofensiva? En primer curso me metió ranas en la mochila porque la había llamado bruja de pacotilla y desde entonces cada vez que oigo croak echo a correr con las manos en la cabeza. Tengo un trauma por su culpa.

-mira el lado bueno, estas ayudando a tu amigo. Lily esta muy celosa.

-pues que libere su tensión con otro ¡no conmigo!

Llegaron a la sala de los menesteres y se encontraron la habitación hecha un cisco, justo como la habían dejado. La cama estaba sin hacer y la ropa que los chicos les habían estado trayendo esos días estaban tirados por el suelo.

-me voy a dar un baño –anunció Lily cogiendo algo de ropa y yendo hacia el cuarto de baño- después será mejor que os deis uno vosotras

El ruido del agua cayendo en la ducha se escuchó en la habitación y Sirius se dirigió con cara de preocupación hacia Hermione y Ginny.

-confesad ¿que es lo que esa loca me quiere hacer?

-shh! No grites tanto que te va a oir –avisó Ginny

-me da igual, ¿Qué quiere hacerme?

-nada, Sirius, tranquilo –aseguró Hermione- ya he hablado con ella y le he sacado la idea que tenía de la cabeza, no tienes nada que temer

Sirius, más tranquilo, ayudó a las chicas a hacer la cama y ordenar un poco la habitación. Cuando Lily salió del baño se dirigió hacia él y le entregó una toalla limpia.

-ve tu, estuviste jugando con James y creo que eres la que más lo necesita –Lily la acompañó hasta el baño. Sirius trataba de hacer cambiar de opinión a Lily, pero sus esfuerzos fueron en vano- no te preocupes, tu entra y yo ahora mismo te llevo algo de ropa para que te cambies, Ginny nos ha traído más uniformes así que no te preocupes por eso

Cuando Sirius entró en el baño, Lily esperó un momento y cuando escuchó el sonido del agua al caer entró en el baño.

-¡Lily! –gritó Sirius desde la ducha al escucharla entrar y tapándose lo máximo que pudo, luego recordó que tenía el cuerpo de mujer y que no tenía nada de qué avergonzarse ante ella.

-tranquila, solo vengo a dejarte el traje limpio –mintió la chica mientras cogía el uniforme que había usado Sirius toda la mañana y salía de la habitación- en realidad lo siento por ella –les dijo a Hermione y a Ginny mientras cerraba la puerta del baño con un hechizo.

-¿la vas a dejar ahí encerrada? –preguntó Hermione.

-los merodeadores me lo hicieron en… 5º si mal no recuerdo. Que James lo tome como una venganza.

Las tres se miraron entre ellas y comenzaron a reir a carcajadas, mientras desde el interior del baño les llegó el tarareo de una canción.

Remus llegó corriendo a la enfermería y se paró a coger aire, apoyado en la pared.

-hasta que al fin llegas –gritó Annick, ya con la bata de enfermera puesta y un par de frascos en la mano- ¿es que aun encima de tonto eres olvidadizo?

-no empieces, loca, que no tengo tiempo para ti –bramó Remus yendo hacia el armario y cogiendo una bata.

Miró su reloj. Eran las 3, tenía que estar en la enfermería unas horas y luego reunirse con James, Harry y Ron, ir hasta la cocina y coger algo de cena. desde luego el día sería perfecto si no fuera porque tenía que soportar a esa pesada.

-bien, ¿Qué quieres que te enseñe? –preguntó el licántropo- supongo que necesitarás un repaso desde el principio.

-no te las des de listo, Remus, que nos conocemos.

-precisamente porque nos conocemos es mejor que admitas de una vez que no tienes ni idea ni siquiera de vendar un brazo.

-he estado tres años en la escuela de enfermería! ¿por quien me tomas?

Remus tragó saliva y se dirigió hasta donde estaba Annick. Pasó por alto las quejas y decidió empezar por el principio, lo que Dumbledore quería era que Remus le diera unas cuantas clases prácticas de cómo atender a los alumnos y eso es lo que haría. Annick traía un libro de todo lo que había estudiado en la academia, y Remus decidió utilizarlo como guión. La chica parecía no atender a todas las indicaciones del licántropo, y su paciencia llegó a su fin con el décimo comentario sarcástico sobre cómo aplicar las hierbas aromáticas en la pierna de alguien que se hubiera roto un hueso.

-bueno ¿a ti que demonios te pasa? ¡eres la persona más insoportable que he conocido en mi vida! En estos momentos podría estar haciendo cosas mucho más importantes que estar aquí, así que aun por encima no hagas como si me estuvieras haciendo un favor al soportarme.

Remus se sintió cómo si estuviera otra vez en el colegio, en compañía de Sirius, James y Lily y discutiendo con Annick, como de costumbre. De repente recordó algo al meter la mano en el bolsillo de su pantalón, donde se encontró con un pequeño botecito ¡la poción para Sirius! Ya habían pasado dos horas desde que tomó el último frasco y si no tomaba ese se transformaría en chico de nuevo. Luego recordó que en esos momento Sirius estaba con Lily y decidió salir corriendo de la enfermería hasta la sala de menesteres, si Lily descubría lo que habían hecho los mataría tan lentamente que la furia de Voldemort comparada con la suya no sería nada.

-¡eso! ¡huye como un cobarde! –gritó Annick roja de la furia mientras agitaba un brazo.

-no me toques más las narices! –contestó Remus antes de perderse en el pasillo.

En el camino rumbo a la sala de los menesteres se cruzó con una oleada de alumnos que se dirigían hacia el tren rumbo a sus casas. Las vacaciones de Navidad daban comienzo y Remus sentía que esas serías las navidades más emocionantes y divertidas de toda su vida. Eso si conseguía llegar hasta Sirius, sino no pasaría de esa noche.

Sirius salió de la ducha empapado y con restos de jabón todavía por su cuerpo. Cogió la toalla que Lily le había dado y descubrió que era una toalla de manos y casi no llegaba a cubrir todo su cuerpo. No le dio importancia y comenzó a secarse, buscó con la mirada por el baño su ropa y no la encontró.

-¡Lily! ¡Hermione! ¡Ginny! ¿alguna me puede traer algo de ropa? Es que os olvidasteis –informó la chica secándose el pelo.

Las tres chicas, sentadas en silencio en la habitación, comenzaron a reir con las manos tapando sus bocas.

-¿chicas? –preguntó Sirius empezando a temer lo peor y tratando de abrir la puerta, pero esta estaba cerrada y por lo que parecía con un hechizo- ¡esto no tiene gracia! Soy claustrofóbico..a! claustrofóbica! Si no me sacáis de aquí me va a dar algo.

Las tres se miraron un poco más serias, pero Lily volvió a estallar en una carcajada y Ginny llegó a la conclusión de que ella y James eran tal para cual.

Sirius, encerrado en el baño, comenzó a desesperarse. Eso comenzó a sonarse a una broma que le habían hecho a Lily en 5º, solo que ellos habían sido más amables y le habían dejado una toalla más grande y la ropa interior.

-oh por Merlín! –balbuceó él recordando cómo había terminado la broma de Lily, (habían llevado a unos cuantos alumnos hasta el baño donde estaba encerrada Lily) ahora comenzaba a entender por qué la joven les tenía tanta manía.

Sirius comenzó a imaginarse a sí mismo desnudo ante un grupo enorme de gente y entre eso y su claustrofobia comenzó a ponerse histérico. Buscó alguna salida, pero no tenía la barita. Se giró y encontró una pequeña ventana, se asomó por ella y la abrió. Descubrió con gran alegría que a pesar de la altura había una pequeña cornisa por la que podría deslizarse hasta la habitación de al lado. Se agarró la toalla alrededor de su cuerpo y salió hasta donde estaba la cornisa.

-si me caigo me mato, si me caigo me mato, si me caigo me mato –se repitió una y otra vez con los ojos cerrados mientras daba pequeños pasos.

Llegó a la primera ventana y descubrió que estaba cerrada, en el interior de la habitación vio al profesor Flickwich colocando unos libros y decidió pasar con rapidez. En el interior de la habitación el profesor escuchó un pequeño ruido y se giró hasta la ventana, en la cual le pareció ver a una chica desnuda pasando con cuidado. Agitó la cabeza y decidió dejar de tomar esa medicación extraña que le había aconsejado Snape para las arrugas. La siguiente ventana con la que se encontró también estaba cerrada y comenzó a desesperarse, pensando que daría la vuelta al castillo hasta volver al cuarto de baño donde le esperaba su terrible final. La 5º ventana con la que probó estaba abierta y tuvo que dar un pequeño salto para poder pisar suelo firme, en cuanto lo hizo le dio las gracias a Merlín y miró el lugar en el que estaba. Era una habitación muy pequeña que jamás había visto en su vida. Lo único que había en ella eran unas escaleras que se perdían por el suelo, no había ni puertas ni nada. decepcionado por no encontrar nada con lo que poder cubrir su cuerpo decidió bajar las escaleras, con la esperanza de encontrarse algo en el piso de abajo. Bajó los escalones de dos en dos por lo frío que estaba el suelo y se encontró con las habitaciones de los elfos domésticos. Tres pequeños elfos arreglaban las camas, mientras otros dos limpiaban el suelo. Sirius se quedó paralizado, buscando una salida con la mirada.

-¡alumna desnuda! ¡alumna desnuda! ¡alumna desnuda! –comentó a gritar un pequeño elfo mientras señalaba a Sirius. Las miradas fueron a parar sobre el pobre chico, al que se le subieron los colores.

Miró a su alrededor, buscando con desesperación una salida. Encontró una puerta entre dos camas y salió corriendo hacia ahí, tratando de escapar de los acosadores elfos, que gritaban a su alrededor:

-¡alumna desnuda!

-¡desvergonzada!

-¡se le ven las tetas!

Sirius salió corriendo y no paró hasta que encontró un armario, se metió en él y trató de tranquilizarse. Abrió un poco la puerta del armario y vio cómo los elfos domésticos corrían por el pasillo buscándola. Cuando todos pasaron decidió salir, a pesar de que estaba desnudo no era su cuerpo y no le daba demasiado pudor que la toalla no le ocultara demasiado. Abrió la puerta y salió corriendo, bajó hasta el piso de abajo, afortunadamente los alumnos ya se habían ido, así que no tendría problema de encontrarse con ninguno. Se metió en un aula vacía y giró la puerta tras él.

-¡¿quién eres tu! –gritó una voz femenina detrás suya. Se giró asustado y vio ante él a Yania, con una expresión de asombro. "menos mal que no puede reconocerme"- ¡¡¡sirius! Eres un cerdo, fuera de aquí!

Sirius se miró a sí mismo, asustado por los gritos de Yania, que se había girado para no verle. ¡había vuelto a ser un chico!

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOo

Terminó el capitulo! Muchísimas gracias por todos los rrs q he recibido. No puedo contestarlos rrs, lo siento muchooo, pero es q me han castigado sin ordenador y vine a casa de una amiga a escribir y tengo q volver ya y no me da tiempo ¡¡lo siento! Mil gracias a: pupi-chan, silmarwen754, bella-blackvad, JameslovetoLily, martita-felton, LilylovesJames, amsp14, BackShopia, ArabellaFigBlack, ArmellePotter, SaraMelis, Revita Localis Potter, Mianra, vinnesa, Lladruc, Elilacantante, Marie Ann. Muchas gracias de veras a todas vosotras, no se q haria sin vuestras opiniones!

Tratare de actualizar lo antes posible, espero q me levanten rapido el castigo, mil besos!