N/A Lo mismo de siempre... los personajes pertenecen a J.K.R. Gracias a PiRRa y Ammy por sus amables comentarios. Gracias a ti también Nekocha, si lees los capítulos 5 y 6 espero que no te den asco ;-) El libro 5 sigue sin salir :-( ... pero al menos ya viene la película 2 :- ) Que feliz me hace eso ^_^

Capítulo 5 El enfrentamiento

-¡Petrificus totalus! ¡Petrificus totalus!

Ninguno de los mortifagos alcanzó a defenderse del inesperado ataque por la espalda. Ahora yacían en el suelo, inmóviles.

Dudley miró al chico que temblaba frente a él, supuestamente su primo, y al chico que acababa de salir de la chimenea, que también parecía su primo. No podía creer lo que estaba pasando. ¡No podía haber salido Harry por la chimenea y haberle hecho eso a esas dos personas! ¡Si Harry estaba frente a él!

El Harry que estaba frente a él no pudo culparlo cuando gritó. Si él mismo estaba impresionado no podía esperar que Dudley se lo tomara con calma. Al escuchar el grito, el Harry que salió de la chimenea frunció el ceño y se dirigió a la puerta murmurando algo. Dudley balbuceaba incoherencias y cuando vio que el Harry que había salido de la chimenea se acercaba hacia él salió corriendo por el pasillo en dirección opuesta a la escalera de piedra. El Harry con el que habían escapado no alcanzó a hacer nada, y antes de que atinara a salir corriendo tras su primo el otro Harry lo tenía firmemente agarrado por el antebrazo.

-Potter, como siempre, no pudiste resistirte a la idea de resolver tú las cosas. Siempre queriendo destacar... -dijo el Harry que salió por la chimenea. Aunque su voz sonaba como la suya, el otro Harry reconoció la forma de expresarse de él de su profesor de pociones.

-¿Profesor Snape? ¿Es usted? -pregunto Harry. Estaba lejos de sentir la seguridad que trataba de imprimirle a su voz. Aunque sabía que Snape estaba del lado de Dumbledore y que acababa de inmovilizar a dos mortifagos, igual no conseguía sentirse tranquilo a su lado. Además, le estaba apretando el antebrazo con fuerza y comenzaba a dolerle.

-Si Potter, soy yo. ¿Fue usted quien gritó? -Dijo Snape en el modo de hablar que habitualmente reservaba para Harry.

-No profesor, fue mi primo Dudley. Huyó cuando lo vio a usted -le respondió Harry-. P...Profesor, ¿me soltaría el brazo por favor? Se me está acalambrando.

Harry no supo como se atrevió a agregar eso último. Pensó que el hecho de que Snape se viera como solo un muchacho debía tener algo que ver. Sabía que no estaba en una posición para exigirle nada a su profesor.

-Por mi haría que le doliera algo más que el brazo Potter -le respondió en un tono sarcástico. Por su culpa nuestros planes fallaron y tendremos que improvisar. ¿Porqué SIEMPRE tiene que meterse, Potter? ¿No le dijeron acaso que NO DEBIA SALIR DE SU CASA.

Snape no siguió hablándole a Harry, en ese momento otras figuras aparecieron por la chimenea. Harry tuvo pánico unos segundos (Y por lo que pudo Snape también al principio) pero eran Dumbledore, Sirius y Lupin. Parecían haber corrido. Al ver a los dos Harry los miraron con el ceño fruncido, la mirada de Sirius se endureció al posarse en el Harry de verdad. Harry tragó saliva. Dumbledore pareció adivinar lo que pensaba Sirius porque fue el primero en hablar.

-Lo que haya que explicar se explicará después. Ahora debemos salir de aquí lo antes posible. Debemos encontrar a Dudley.

-Harry ya lo liberó -dijo Snape en un tono burlón-, como siempre EL quiso hacer las cosas.

Dumbledore, Sirius y Lupin se ensombrecieron.

-Ya no podemos seguir el plan -dijo Lupin (Sirius apretó las mandíbulas y volvió a mirar a Harry)-. Lo mejor será que salgamos de aquí antes de que lleguen. ¿Donde está Dudley, Harry?

-Se asustó y escapó -respondió Harry mirando el suelo.

-Tenemos que ir a buscarlo entonces -dijo Dumbledore suspirando. Harry notó que parecía cansado. -Severus, será mejor que te quedes aquí y los distraigas cuando lleguen. Y suéltale el brazo a Harry.

Snape le soltó el brazo a Harry quien comenzó a frotárselo con la otra mano.

-Vamos Harry -dijo Dumbledore dirigiéndose a la puerta por la cual salieron. Sirius y Lupin los siguieron.

-¿Por donde se fue? -le preguntó Sirius a Harry cuando salieron al pasillo.

-Por ahí -le dijo Harry apuntando el lugar del pasillo por el cual había visto desaparecer a su primo.

Pero no alcanzaron a ir hacia allá, porque en ese momento aparecieron por el punto al cual apuntaba Harry un grupo de mortifagos que llevaban a Dudley y ... Voldemort. Éste último venía con expresión de triunfo en la cara. Pero cuando vio a Dumbledore perdió parte de su compostura y la sonrisa que traía se borró de su rostro.

-Un movimiento y mato al chico -la voz de Voldemort sonaba lenta y amenazante.

-Suéltalo -dijo Dumbledore con una fuerza en la voz que hizo temblar a Harry. Miró a Voldemort, Harry no recordaba haber visto antes a Voldemort con expresión de terror en la cara. Pero no alcanzó a seguir observándolo pues sintió que su padrino lo empujaban con fuerza dentro de la sala y calló al suelo. Notó que Snape lo miró a los ojos y se llevó un dedo a la boca como diciéndole que no hiciera ruido, mientras salía por la puerta frotándose un codo, simulando estarse reponiendo de la caída. Harry comprendió y no hizo el menor ruido.

-¡Ten más cuidado, padrino! -dijo Snape a Sirius en un tono que ya no era amenazante sino que pretendía ser, simplemente, Harry. Sirius debía de haber entendido, pero no alcanzó a contestar. Vodemort, que parecía haberse recuperado un poco de la impresión inicial de ver a Dumbledore, avanzaba hacia el grupo apuntándolos con la varita. De repente, apuntó a Dudley quien comenzó a temblar sin lograr cerrar la boca. Todos los mortifagos apuntaban al grupo.

-Harry, ven acá -dijo Voldemort (dirigiéndose sin saberlo a Snape). Su tono era lento y amenazante. Harry, desde el interior de la sala sintió un escalofrío que lo recorría y la cicatriz comenzó a dolerle con volencia. No podía ver ni a Voldemort ni al grupo de mortifagos (quienes tampoco podían verlo a él), pero vio que Snape avanzaba un par de pasos hacia ellos. Trató de no hacer ruido pero el dolor era terrible y tuvo que sentarse en el suelo. Se agarraba la cabeza, creía que se le iba a partir en el lugar donde le quemaba la cicatriz. Por unos segundos perdió la conciencia de lo que estaba ocurriendo en el corredor, pero unos gritos y rayos luminosos que se cruzaban en el pasillo le hicieron olvidar el dolor. Fueron muchas las cosas que vio a la vez.

Por una parte estaba Dumbledore, que apuntaba hacia los mortifagos. De su varita salía un ancho haz de luz, que Dumbledore movía con maestría. Harry nunca había visto una luminosidad como aquella, y no pudo menos que preguntarse que hechizo estaría realizando. A Harry le recordó un poco al "encantamiento patronus". Al mismo tiempo, Sirius y Remus también lanzaban hechizos hacia los mortifagos. También se veían rayos que venían del lado de Voldemort y sus mortifagos, pero la mayoría eran detenidos por el haz que salía de la varita de Dumbledore. Snape entro corriendo a la sala llevando a Dudley, que parecía incapaz de moverse y tenía una expresión de terror en la cara. Harry también quedó impresionado por la fuerza que mostraba su profesor de pociones, no imaginaba como podía levantar a Dudley que pesaba más de 80 kilos, teniendo en ese momento un delgado cuerpo de niño (bueno, no tan niño) como el de él. No alcanzó a pensar mucho más, Snape se le acercó y le dijo muy bajo.

-Toma mi brazo y no me sueltes.

Harry hizo lo que le decía y en ese momento entraron Dumbledore, Remus y su Padrino y se acercaron a ellos. Sirius, Remus y Snape tocaron a Dumbledore que comenzó a hacer una invocación que Harry no conocía. Dudley, que había conseguido pararse, pareció entender porque como ellos se aferró a Dumbledore. En ese momento, Voldemort apareció en el umbral de la puerta y, al ver a dos Harry, dudó por unos segundos y finalmente posó sus ojos de serpiente sobre Harry y pareció tomar una decisión.

-No escaparás -dijo con una siniestra sonrisa tras la cual lanzó la maldición "Avada Kedavra" sobre él.

En ese momento ocurrieron varias cosas. Harry vio a Snape ponerse entre Voldemort y él, alcanzó a ver la luz verde pero rápidamente todo lo que lo rodeaba se desvaneció. Todo fue confusión por unos segundos, sentía que la cabeza le daba vuelta. Tomó conciencia de la presencia de los demás cerca de él, sentía todavía el contacto con el brazo de Snape. De repente, todo alrededor comenzó a tomar forma, pero vio que ya no se encontraban en la casa del bosque sino en un parque público. Reconoció que era un lugar cerca de la casa de sus tíos y vio que Dudley también parecía haberse dado cuenta de eso. Lo que fuera que había hecho Dumbledore había resultado, estaban a salvo. Por unos segundos lo embargó un gran alivió. Pero le duró muy poco. Vio a su padrino, Lupin y Dumbledore que se inclinaban sobre la figura inmóvil de su profesor de pociones, que conservaba todavía su aspecto de Harry. Por unos segundos sintió una piedra en el estómago creyendo que estaba muerto.

-No está muerto -dijo Dumbledore-. Pero debemos llevarlo rápido donde la señora Pomfrey.

-¿No será mejor llevarlo directamente a San Mungo? -preguntó Sirius.

-No, debemos ser discretos -respondió Dumbledore con un suspiro-. No podemos arriesgarnos a que Voldemort sepa que Severus tomó el lugar de Harry. Es preferible llevarlo a Hogwarts. Poppy puede cuidarlo.

-No pensé que ese miserable se atrevería a atacar a Harry delante de ti, Albus -dijo Remus en un tono sombrío. Dumbledore suspiró nuevamente y miró a Remus, Sirius, Harry y Snape.

-Creo que hay que enfrentar los hechos como son. Voldemort ha estado recuperando fuerzas y se está sintiendo más seguro -dijo Dumbledore-. Deberemos saber enfrentar lo que se viene.

Dudley, que hasta entonces había permanecido en silencio, dirigió su mirada al grupo y la posó sobre Dumbledore.

-Señor, ehhhh... -preguntó Dudley no sabiendo como llamarlo.

-Dumbledore, Albus Dumbledore -lo interrumpió Dumbledore dirigiéndole una sonrisa que a Harry le hizo pensar en un abuelito sonriéndole a su nieto.

-¿Puedo irme a casa? -Dudley terminó su pregunta indicando con un pulgar en dirección a la casa de sus tíos-. Luego recordó todo lo que había pasado y agregó -Gracias por todo lo que hicieron por mi y mi primo. Y gracias a ti también Harry-. Al decir esto último Dudley le dirigió a su primo una tímida sonrisa. Harry sintió una emoción que nunca había sentido antes. Tuvo deseos de abrazar a su primo y de llorar al mismo tiempo. Pero se limitó a devolverle una sonrisa.

Dumbledore también sonrió a Dudley, de igual modo hicieron Sirius y Remus. Harry estaba impresionado. Su primo parecía muy cambiado. Tuvo deseos de irse con él a casa de sus tíos.

-¿Puedo irme yo también? -preguntó Harry mirando a Dumbledore.

Pero fue Sirius que respondió.

-Tú no vas a ninguna parte Harry. Antes tenemos que aclarar algunas cosas -dijo esto en un tono serio que hizo que Harry recordara su última carta, el anillo y tragara saliva. Sirius iba a seguir pero Dumbledore lo interrumpió.

-Eso puede esperar, Sirius. Debemos llevar a Severus a Hogwarts, Dudley está cansado y sus padres deben estarlo extrañando mucho. Por cierto, -dijo esto dirigiéndose a Dudley- antes de que te vayas vamos a tener que modificarte la memoria.

Dudley miró a Dumbledore con expresión de miedo en el rostro. No entendía a qué se refería y retrocedió unos pasos alejándose de él.

-No tienes de que preocuparte, Dudley -le dijo Dumbledore en un tono tranquilizador-. No vas a sentir casi nada y evitará que tus padres se preocupen y que tú tengas pesadillas. Será muy rápido y cuando termine sólo recordarás que escapaste del hospital, que te perdiste y que luego de andar por horas encontraste el camino de vuelta a tu casa.

Harry sintió que el mundo se le venía abajo, por unos minutos había tenido la esperanza de que, desde ese momento, todo cambiaría entre su primo y él. Pero si le modificaban la memoria Dudley no recordaría nada y volvería a ser igual de desagradable que antes

-¡Por favor, no lo haga! -dijo Harry mirando a Dumbledore en un tono suplicante.

-Es necesario Harry -Le respondió Dumbledore en un tono triste, entendía perfectamente la pena de Harry-. Sabes que tus tíos no están preparados. ¿Te imaginas cual sería su reacción si supieran todo lo que ha ocurrido hoy, si supieran de la existencia de Voldemort? Se volverían locos tratando de arrancar el resto de sus vidas.

-Tiene razón, Harry -dijo Dudley dirigiéndose a su primo-. Mis padres no podrían soportarlo. Recuerda lo que sucedió hace cinco años, sólo porque recibiste una carta de tu colegio. Por favor, hágalo -agregó esto último dirigiéndose nuevamente a Dumbledore, con decisión en su voz.

-Camina hacia tu casa, cuando hayas avanzado unos metros sentirás calor en tu nuca y luego no recordarás nada más que lo que ya te dije y seguirás tu camino hacia tu casa -le dijo Dumbledore.

Dudley asintió y se despidió con un apretón de manos de Dumbledore, Sirius y Remus, dándoles las gracias nuevamente. Cuando se paró frente a Harry se miraron por unos segundos y se dieron un fuerte abrazo.

-Perdóname por todo, Harry -le susurró Dudley al oído a su primo-. Se que en unos minutos ya no recordaré nada de esto, y es probable que todo entre nosotros vuelva a ser como antes. Pero quiero que sepas que de verdad lo siento. M... me gustaría, desearía que todo pudiera ser distinto.

Harry apretó el abrazo.

-Está bien Dudley -le susurró Harry también en el oído. Hubiera querido decir algo más, pero las palabras no salieron de su boca. Y si trataba de decir algo más acabaría llorando.

Finalmente se soltaron, y tras dirigirle una última sonrisa a todos, Dudley se dio vuelta y comenzó a caminar hacia la casa de sus tíos. En ese momento Harry no se pudo seguir conteniendo y silenciosamente las lagrimas salieron de sus ojos. Vio como Dumbledore dirigía el encantamiento hacia la nuca de Dudley. Vio como éste se detenía, se rascaba la cabeza y como recordando algo seguía su camino, ignorando la existencia de cuatro personas que lo miraban alejarse en silencio