Disclaimer: Y ahora que por fin me he conseguido librar de los paparazzi, y de los fans que quieren saber que pasara en el séptimo, ¿me preguntáis a ver si soy JK Rowling? ¡Pues claro que lo soy! ¿Quién si no iba a ser? ¿Su prima? (No, tan solo una fan más T.T)

Por cierto… La canción del tango digamos que sea un estilo al Tango de Roxanne de la BSO del Moulin Rouge.

+ Capitulo 3 – El Tango

Lily pasaba con rapidez las canciones, salsa, no, mambo, no. Lily dejo el interruptor y suspiró, no encontraba nada que le gustaba. Pero… ¿Era realmente ese el problema? No, hacía un par de días que no se podía concentrar, estuviese él o no.

La canción que en aquel momento sonaba empezó lenta, pero a medida que pasaba se hacía más rápida, y los pies de Lily casi sin querer comenzaron a bailar. Lily sonrió hacia mucho que no bailaba ningún tango. Claro que bailarlo sola, no era lo ideal.

Lily se dejó llevar y en ese momento bailaba con fuerza aquel tango, sus pies se adelantaban el uno al otro sin parar, hizo un juego de pies y echó la cabeza hacía atrás. Su mayor sorpresa fue notar unos brazos fuertes haciéndola girar sobre sí misma y después pegándola contra su pecho.

Lily miró a James sorprendida, el moreno no le devolvió la mirada sino que siguió bailando. Lily apoyó su mano derecha en el hombro del chico y dio una vuelta a su alrededor hasta quedar en el otro lado. Recorrió con su mano los hombros y la nuca de James, y cuando iba a quitar su mano de su cuerpo, James se la cogió con fuerza y la volvió a atraer hacia él.

Lily sonrió satisfecha y anduvo con energía hacia delante, mientras James andaba hacia atrás. Ambos se pararon, James la cogió de nuevo de la cintura y comenzaron a bailar como antes lo hacia solo Lily, con una coordinación perfecta, digna de bailarines profesionales.

-No sabía que sabías bailar tango… tan bien –murmuro Lily, a la que los mechones de pelo le caían libremente sobre las mejillas.

-Yo tampoco –contestó James.

La canción estaba a punto de acabar, a Lily le latía el corazón con fuerza, a ver con que final la sorprendía ahora. James obligó a la pelirroja a girar sobre sí misma, cayó sobre uno de sus brazos y después la volvió a atraer hacia su cuerpo, pegándola mucho a el. Lily había abrazado la cadera de James con su pierna derecha y respiraba entrecortadamente.

Lily lo miró con los ojos muy abiertos, sonrió como una tonta, se separó y abrazó al chico.

-Ha sido fantástico, ¡gracias! –exclamó Lily feliz-. Hacía tiempo que no bailaba con esa…

-¿Intensidad? –terminó Erin por ella, llevaba el pelo recogido en dos moñitos, y el flequillo y dos mechones de pelo sueltos.

-¡Erin! –dijo Lily sorprendida al ver a la oriental acercándose a ellos.

-Que bien enseñas a tus alumnos, ¿no? –comentó Erin con malicia.

Lily sonrió y negó con al cabeza.

-Yo no le he enseñado eso… -se giró y miró al chico interrogante-. ¿Cómo…?

James se encogió de hombros.

-Me he dejado llevar por mi instinto –contestó James confundido.

-Ya… -dijo Lily sonriendo-. ¿Me buscabas para algo? –le pregunto a Erin inclinando la cabeza.

-Oh, no. No tiene importancia. Ya le preguntaré a Remus, vosotros seguid con lo vuestro.

Erin salió en un visto y no visto de la clase y sonrió a Remus que la esperaba fuera.

-Tal y como esperábamos –dijo Erin.

Remus también sonrió.

-Genial, eres brillante para los planes, Ery –aplaudió Remus esbozando una sonrisa.

-¿No crees que me merezco un premio, Rem? –inquirió Erin con falsa inocencia.

-No sé a que te refieres –dijo Remus echando a andar.

-¡Rem! –chilló Erin disgustada y corriendo tras él-. ¡Eso no es justo! Yo siempre te ayudo, y para una vez que me merezco una recompensa, ¡no me la das! ¿Sabes qué? No te ayudaré con tu concentración y… -Erin se subió a burros sobre Remus y se acercó provocativamente a su oreja-. El día de luna llena estarás algo… Agresivo, aunque personalmente te encuentro más… Sexy cuando estás así, lobito –Erin se bajó de la espalda del licántropo con un salto y echó a andar hacia el lado contrario. Remus se había quedado clavado en el suelo y ninguna parte de su cuerpo respondía.

-¡Akimoto! A ti te estaba buscando.

-Espera… ¿Black buscándome? ¡Se acaba el mundo y yo no me he enterado! –exageró Erin subiéndose con agilidad sobre una armadura.

-No digas bobadas, Akimoto. ¿Has visto a mis amigos?

-Uno está dos pasillos más adelante clavado en el suelo y con cara de tonto, y el otro esta con Lily. Peter creo que estará duchándose en la taza del váter –Erin se quedo pensativa y después sonrió-. ¡Qué amigos más simpáticos! –comentó Erin divertida echando a andar y se despidió con la mano de Sirius.

Sirius encontró a Remus murmurando todo el rato "¿Cómo se ha enterado? ¿¡Cómo se ha enterado?".

-¿Quién? ¿Y de qué?

-¡Erin! Erin sabe mi… Mi eso…

-¿Si? ¡Eso es genial! –exclamó Sirius-. Te ahorras el mal trago de decírselo tú. Además así estás seguro de que no te rechazará por eso, así que podrás ir a por todas.

Remus sonrió de una forma un tanto extraña.

-Ya… Pero… ¿Cómo se ha enterado?

-¿No te dijo James el otro día que sospechaba que Evans lo sabía? –Remus asintió-. Pues ya está. No creo que esas dos se lo vayan a decir a nadie, es decir, ¡son Evans y Akimoto! Puedes confiar en ellas, aunque te recomiendo una charla con ambas.

-Sí, claro…

-Hace un rato me has admitido que te gusta Akimoto –murmuró Sirius divertido.

-¡No me gusta! –dijo Remus sonrojándose.

-Oh, claro, claro…

··

Lily salió con rapidez de la clase, ahora tenía Pociones y eso estaba en la otra punta del castillo, llegó al vestíbulo tan rápido como pudo. Aquello estaba lleno de gente, y se sorprendió al escuchar su nombre. Se giró y miró a James con una sonrisa.

-¿Qué pasa, Potter? –preguntó Lily.

James frunció el entrecejo ligeramente y apuntó a Lily con un dedo.

-James, J-a-m-e-s. A ver, repite conmigo James –dijo James vocalizando mucho.

Lily rió.

-Sé decir tú nombre a la perfección, Potter.

-Demuéstramelo –le reto el moreno.

-James –dijo Lily sacándole la lengua.

Varios de los alumnos los miraban curiosos, ¿qué pasaba allí? ¿Potter y Evans hablando con normalidad? ¿Hablando incluso con algo de coqueteo?

James miró a su alrededor y se agachó hasta quedar a la altura de la oreja de Lily.

-Cuando tú dices mi nombre suena incluso mejor… -susurro James.

Lily no pudo evitar sonrojarse, James sonrió.

-¿Para qué me buscabas? –preguntó Lily intentando que el rubor le disminuyera.

-Oh, para decirte que si querías que comiésemos juntos.

Lily se quedo pensativa.

-Es que… Pensaba ir directa a bailar, esta mañana me ha sido prácticamente imposible –dijo Lily algo molesta-. No me podía concentrar. ¿Vas para Pociones?

James asintió.

-¿Y por qué no te podías concentrar?

Lily palideció ligeramente.

-No lo sé –mintió la pelirroja-. No habré dormido lo suficiente, o vete a saber.

-De todas formas puedo comer contigo en la clase de baile, si no te importa, claro –insistió James.

Lily lo miró con una sonrisa juguetona en sus labios.

-Claro que no me importa –le siguió el juego Lily.

-Y bueno como no tenemos clase a la tarde, pues… Podríamos después de comer practicar directamente.

Lily lo miró impresionada y rió.

-Eso si que se merece un premio, Potter. ¡Te has aprendido mis horarios!

James se revolvió el pelo nervioso.

-No, que va… Es solo que… -después se dio cuenta de lo que había dicho Lily y sonrió-. ¿Un premio? ¿Qué clase de premio?

-Ah, no sé… Como no te has aprendido mis horarios.

-Por supuesto que se los ha aprendido –dijo Erin junto a ellos-. Me los pidió el otro día, quería ver en que horas coincidíais y no sé que más…

James la fulminó con la mirada y Lily rió.

-Bueno, entonces hoy no seré demasiado dura en el entrenamiento –dijo Lily entrando en las mazmorras.

-Eso es imposible para ti, Lily –exageró James con una sonrisa.

Lily puso los ojos en blanco con una sonrisa y James cuando paso por su lado le revolvió el pelo. Erin tuvo que contener una carcajada y miro a Lily con las cejas alzadas.

-Te gustaaaa… -le susurró Erin con malicia.

-¿Qué dices? –se horrorizó Lily-. No, en absoluto, ¿por qué me iba a gustar? ¡Solo me paso unas cuantas horas al día con él! Eso no significa que me…

-Está bien, está bien… No me des todas las razones por las que SÍ te gusta –murmuró Erin antes de ponerse a trabajar en su poción.

-Estás loca… -masculló Lily sin poder ocultar una sonrisa.

··

Lily llegó antes que James a la clase, así que corrió a cambiarse antes del que moreno llegase. Entró corriendo a la pequeña habitacioncita (tipo el armario para guardar las escobas) que tenían para cambiarse, no encendió si quiera la luz. Se quitó la capa, la corbata y la camisa, se desabrochó la falda y se puso a buscar la ropa para bailar cuando alguien se la entregó.

-Gracias –dijo Lily sin darse cuenta del hecho de que había alguien ahí y que le había dado su ropa-. ¡AH! –gritó Lily abriendo la puerta, cayéndose para atrás y mirando asustada hacia el interior de la habitación.

James la miraba con una sonrisa burlona, él también estaba en ropa interior, pero no parecía importarle.

-Creo que definitivamente el rojo, o granate en este caso es tu color –comentó James mirando la ropa interior de Lily.

-¡No seas pervertido, Potter! –exclamó Lily intentando taparse con las manos-. Y pásame la ropa.

-¿Por qué? –preguntó James como si no entendiera porque la chica querría taparse-. Yo creo que así estás preciosa, más que preciosa, estás impresionante. Y aún así me quedo corto.

Lily estaba del mismo color que su pelo se levantó y se encerró en la habitación.

-¡Eres un pervertido! No sé como todavía no te he castrado.

-Porque no es lo quieres, no pretenderás que nos quedemos sin hijos, ¿no? –inquirió James entrando en la habitación para sorpresa de Lily.

-¡Potter! –chilló Lily, pero después sintió los brazos de James sobre su cintura atrayéndola hacia él y se le quitaron las ganas de gritarle.

-¿Cómo es que te has puesto la ropa tan rápido? Ahora tengo el doble de trabajo –dijo James llevando la mano hasta donde supuestamente debería estar el doblez de la camiseta, miró sorprendido a Lily que en ese momento reía.

-Es un body. Suéltame y procura pensar en Snape en calzoncillos, ¿vale? –le recomendó Lily con malicia saliendo de la habitación.

James frunció el ceño mientras veía salir a la pelirroja contoneando sus caderas. Lily sonrió para si misma, ¿quería jugar? Pues ella le daría juego. Buscó entre su música algo para ir calentando hasta que James se preparase.

-¿Comemos primero o bailamos? –pregunto James tras ella.

Lily giró la cabeza y lo miró.

-Como quieras –Lily se encogió de hombros.

-Bailamos –decidió James.

-Bien –aceptó Lily levantándose y acercándose a James-. Hoy aprenderemos salsa, Jamsie –anunció Lily con una sonrisa.

-¿Salsa?

-Sí –asintió Lily con seriedad-. Para que aprendas a mover las caderas –Lily puso sus manos en las caderas del chico y obligó a que estas dieran una vuelta un tanto exagerada.

Lily rió al ver que James parecía más un pato mareado que alguien bailando salsa.

-¿Y de qué te ríes ahora? –preguntó James alzando una ceja.

-De que pareces un pato mareado.

-Ay, pero que graciosa. Para algo he venido aquí, ¿no? Para que me enseñes a bailar.

-Cierto, cierto –Lily asintió con la cabeza, pero no borró su sonrisa burlona.

-Te voy a borrar esa sonrisa, Evans.

-Yo quiero ver eso –le retó Lily mirándolo a los ojos.

James sonrió y rió.

-Como quieras –la pegó más a él, pasó su mano derecha por detrás del cuello de la joven y la acercó tanto que entre sus labios apenas había unos milímetros de distancia. Y tal y como predijo el joven, la sonrisa de Lily se borró, y además sus mejillas se tiñeron de rojo.

Lily sentía que el corazón se le iba a salir, pero… ¿A qué esperaba, Potter? Y sin previo aviso, James la soltó con una sonrisa de satisfacción.

-¿Lo ves?

Los ojos Lily soltaron un brillo un tanto extraño, y su ceja derecha se alzó.

-Hoy te voy a enseñar algo que espero que no se te olvide jamás –Lily rodeó con sus brazos el cuello de James y esta vez se acercó ella a él-. Sí haces el amago de besar a una chica, jamás, y repito, jamás le dejes con las ganas –Lily se mordía el labio inferior provocativamente, y James se acercó más a ella para besarla, pero Lily se apartó y sonrió-. ¿Ves como no es nada agradable que te dejen sin el premio?

Lily rió, soltó a James y anduvo hasta el aparato de música, pero antes de llegar James la obligó a girar, la apoyó contra la pared y la encerró entre sus brazos, uno a cada lado de su cabeza. Lily sonrió y James la miró satisfecho.

-Y hoy también te enseñaré yo algo, siempre me llevo mis premios –rozó sus labios con los de Lily, provocando un escalofrío en ambos, eran un beso casto y tierno, pero la pelirroja lo pegó contra ella y se encargó de profundizar el beso. James respondió al beso feliz, no se esperaba eso ni mucho menos. ¡Estaba besando a Lily Evans! Aquel era otro de sus sueños, estaba seguro.

Pero no era así, la música seguía sonando, y lo que más le sorprendió a James es que Lily lo besaba al ritmo de la canción. Lily sacó su lengua de la boca del chico y se separó un poco, pero James no la dejo y la volvió a pegar contra él. Cuando por fin James se quedó satisfecho con la exploración en la boca de Lily, la soltó con una sonrisa tonta.

Lily estaba ligeramente ruborizada, y James pensó que estaba más que preciosa. Ninguno de los dijo nada, no hacía falta. Se rozaron de nuevo los labios, y James encontró algo más divertido, empezó a besar sus mejillas y poco a poco fue bajando hasta su cuello. Donde Lily notó que le estaba haciendo un chupetón, ¡por las barbas de Merlín! Lily cerró los ojos y dejó que el chico hiciera lo que le apeteciese con su cuello, luego se encargaría ella de él.

··

Lily entró en su habitación con la sonrisa más idiota del mundo, incluso iba tarareando una canción

Erin la miró como si fuese un animal en peligro de extinción.

-¿Qué narices te han dado?

-Sobrecarga de baile –suspiró Lily sin borrar su sonrisa estúpida.

-¿Qué? –Erin la miró a los ojos, pero algo llamó su atención algo un poco más abajo-. ¡Por todos los samuráis del mundo! –exclamó Erin abriendo los ojos exageradamente-. ¿Qué eso?

Lily la miró con su sonrisa y se encogió de hombros.

-Una marquita de nada.

-¿Una marquita de nada? –repitió Erin incrédula-. ¡Eso es más grande que Rusia entero!

Lily rió.

-No seas exagerada.

-Ah… ¡Y yo sé quien es el culpable! –dijo Erin riéndose.

Lily alzó las cejas.

-¿De verdad?

-Claro que sí. Potter, es el culpable del mapa de Rusia y tu sonrisa estúpida.

-Ahh… -dijo Lily alzando las manos.

-Venga, Lils, ¿es verdad lo que dicen? ¿Tiene derecho a ser una leyenda respecto a besos? ¡Venga, cuenta!

-Tengo derecho a un abogado –espetó Lily con su sonrisa.

-Pues cuando yo consiga a Remus no te contaré nada, ni si quiera que lo he conseguido –Erin se cruzó de brazos y la miró ofendida.

-¡Es verdad! ¿Qué tal te va? –preguntó Lily.

Erin suspiró.

-Es un negado –murmuró la oriental obviamente molesta.

-Vaya…

-¡Pero Erin Akimoto no se rinde ante nada! –le aseguró Erin a Lily con una sonrisa.

Lily rió.

-Esa es mi amiga, haz que me sienta orgullosa.

Erin asintió con una sonrisa, pero en su interior no estaba tan segura. Creía más posible que ella le gustase a Black a que ella terminase con Remus.

··

James tenía ganas de dar saltos y que todo el mundo estuviese tan feliz como él, pero tenía que controlarse. ¡Lo primero era agradecérselo una y mil veces a Akimoto! De no ser por ella nunca habría llegado tan lejos. Tendría que devolverle el favor.

-¡Ey, Prongsie! –lo llamó Sirius-. ¿Por qué traes cara de imbécil perdido? –preguntó el moreno estudiando la cara de su amigo.

James sonrió más, si es que era posible.

-Porque Erin es la mejor, es brillante, es…

-Oye, ¿pero a ti no te gustaba la pelirroja? –lo interrumpió Sirius alzando las cejas.

-¡Y tanto que me gusta! –exclamó James.

Sirius se rascó la cabeza confundido.

-No te entiendo. Eh… ¿Quién te ha hecho eso? –preguntó Sirius señalando los chupetones que James tenía a cada lado del cuello.

-Si te lo digo, no te lo crees –aseguró James con una sonrisa.

-¿Por qué James tiene cara de imbécil? –preguntó Remus sentándose junto a ellos.

-Eso no es lo peor, fíjate en esto –dijo Sirius señalando de nuevo los chupetones.

Remus rompió a reír.

-Nunca me imagine que Lily fuera una fiera –dijo Remus entre risas.

-¿Evans? –inquirió Sirius incrédulo.

James sonrió triunfal.

-La misma.

-¡No jodas! –Sirius sacudió la cabeza y le dio una palmada a James en la espalda-. ¡Ese es mi Jamsie!

-Pero todo es gracias a Erin. ¡Esa chica es brillante! Ahora mismo hasta la besaría.

Sirius alzó una ceja, y Remus lo miro con cara de "acércate a ella y no vives para contarlo".

-No sé porque no estás con ella, Moony, pareces imbécil –continuó James omitiendo las miradas de sus amigos.

Remus suspiró.

-Bueno, ¿y ha merecido la pena perseguirla todo este tiempo? –preguntó Sirius para cambiar de tema-. Ya sabes…

-Y tanto que ha merecido la pena –James se recostó en el sofá y cerró los ojos.

··

¿Y bien? ¿Qué os ha parecido? ¿Mal, fatal, pasable? A mí me ha encantado, mucho mejor que el anterior, y bueno como es el penúltimo había que hacer algo especial, ¿no? En fin, en el próximo cap, veremos como termina toda esta locura. ¡Muchísimas gracias por los reviews! Esta vez fueron 15, 5 menos que en el anterior, pero lo tengo comprobado, los primeros y los últimos capítulos son los que más rr reciben xD Ale, besukines para todos.