Gracias a Francia por revisar esto :-) y a hedwig y V!rU§ P@()LÅ por sus
reviews. En este capítulo van las explicaciones, hedwig. ¡Espero que lo
disfruten (y que te sigas riendo, V!rU§ P@()LÅ)! Y que todos ustedes tengan
un muy buen año 2003, y a ver si "ellos" se deciden a sacar el 5º libro
este año... (suspiro)
Capítulo 17 Conversación
La cena continuó bajo el más absoluto silencio. Solo el ruido de los cubiertos y las ocasionales miradas de reojo entre Draco y Harry la interrumpían ocasionalmente. Ni siquiera comentaron nada cuando Snape cortó tres trozos de pastel (a pesar de que la escena valía la pena). El ambiente estaba tenso.
Aunque estaban hambrientos (y el pastel estaba rico), ninguno de los dos disfrutó aquella comida. Ambos estaban preocupados por el interrogatorio que en algún momento tendría que llegar, pues no se habían puesto de acuerdo en lo que dirían. A ninguno de los dos se les había ocurrido una buena historia, por lo que suponían que tendrían que decir la verdad. Pero, ¿Toda la verdad? ¿Qué debían decir y qué sería preferible "olvidar mencionar"? Ambos rogaban para que Snape lo olvidara hasta el otro día, o por lo menos hasta que pudieran ponerse de acuerdo.
Pero sus súplicas no fueron escuchadas, pues cuando terminaron de comer, Snape rompió el silencio.
-Tenemos una conversación pendiente -dijo cruzándose los dedos de ambas manos sobre la mesa-. Primer punto: Quiero que me cuenten exactamente que hicieron desde que los dejé en la enfermería.
Snape los miró por turnos a los ojos. Ambos chicos se miraron y no dijeron nada. Aparentemente, ambos pensaron que el otro tomaría la iniciativa.
-Estoy esperando... -continuó Snape separando sus manos, y golpeando la mesa con sus dedos. Harry comenzó a mirar un punto fijo en el suelo, al lado de su silla, mientras Draco sacaba con un dedo una partícula que solo él parecía ver sobre la mesa.
Snape esperó unos segundos, y sacó del bolsillo de su túnica un frasco con un líquido transparente que Harry reconoció de inmediato: era el Veritaserum, aquel suero de la verdad con el que habían interrogado a Barty Crouch. El mismo con el que Snape lo había amenazado antes, ese mismo año, en una horrenda clase de pociones. Pero Snape no podía usarlo con ellos... él mismo le había dicho que su uso estaba controlado por el ministerio. ¿O si podía? Harry tragó saliva, y ese gesto no escapó a la mirada de Snape, quien sonrió.
-No puede... -comenzó a reclamar Harry, inseguro. Draco pasaba su mirada de Harry a Snape sin entender-. ¡Usted mismo dijo que su uso está normado por el ministerio!
-¿Que no puedo qué, Potter? -contestó Snape sarcásticamente mientras jugaba lentamente con el frasco. Harry tragó saliva nuevamente y bajó la vista. Por más normado que estuviera su uso, en ese momento no había nadie ahí del ministerio. Y ¿Qué oportunidad tenían de ir cualquier día al ministerio para quejarse? Y aunque pudieran llegar, ¿Quién les haría algún caso? Snape tenía todas las de ganar.
-¿Qué es eso? -preguntó Draco apuntando al frasco, con auténtica curiosidad en la voz.
-Algo que hará esta conversación más fácil y corta -respondió Snape mientras vertía una gota (solo quería conseguir un efecto moderado, para que aceptaran responder y no le mintieran, pero sin dejarlos como autómatas sin voluntad) de la poción en el vaso de jugo de Draco, y otra en el vaso de Harry-. Ahora, quiero que se beban todo el jugo.
Draco miró el vaso reticentemente, mientras miraba a Harry que había cruzado los brazos y no hacía ningún ademán de tomar el vaso. Draco pensó que si Harry no se lo tomaba, él no tenía por que hacerlo, y también se cruzó de brazos. Ambos chicos se miraron y, viéndose ambos en esa actitud, se sintieron más valientes y miraron a Snape con cara de "sobre nuestro cadáver". Snape levantó una ceja con cara de "así que con esas andamos".
-Se verán patéticos si los obligo -los desafió tras una corta riza mordaz- . Además de agregar una culpa más a su prontuario...
Snape sonrió internamente al ver que había obtenido el efecto deseado. Draco ya no parecía tan seguro y miraba nerviosamente a Harry de reojo. Y Harry, aunque no había cambiado la postura, se movía nerviosamente en la silla. Finalmente Draco tomó el vaso. Harry lo miró con el ceño fruncido. El otro chico lo miró con cara de "¿Y qué quieres que hagamos?", y comenzó a tomarse el jugo con la poción. Snape miró a Harry.
-Mientras antes acabemos con esto, mejor, Potter -le dijo Snape, indicándole el vaso con un movimiento de la cabeza para que se lo bebiera.
-¡Malfoy ya se lo tomó! Así que ya tiene a alguien para que le cuente todo lo que quiera saber -le contestó Harry con aire de triunfo, mientras seguía con los brazos cruzados-. No veo ninguna necesidad de que nos la tomemos los dos, y no me la voy a tomar.
-¿Y por qué solo yo me la tendría que tomar? -le preguntó Draco enojado.
-¡Porque eres un IDIOTA! -le contestó Harry moviendo los labios de forma muy clara, pero sin pronunciar sonido alguno.
-¡Impedimenta!
Harry comprendió demasiado tarde su error. Cuando terminaba de modular el insulto, Snape aprovechó para lanzarle un hechizo que lo había dejado inmóvil y con la boca abierta. Con horror vio como Snape cogía el vaso de jugo y lo acercaba a su cara. Con cuidado inclinó le inclinó la cabeza hacia atrás, y vertió el líquido por su boca. Harry no pudo impedir tragárselo, y lo miró con odio. Snape solo sonrió y volvió a sentarse.
-Te advertí que te verías patético -le dijo con una risa despectiva-. Y ahora solo tenemos que esperar unos segundos para que recuperes la movilidad y dejes de tener esa cara. -'Valdría la pena sacarle una foto...' pensó Snape. El chico se veía muy divertido, y a juzgar por la cara de Malfoy, él pensaba lo mismo.
Esperaron un minuto o dos, dos riendo y otro lanzando miradas asesinas. Finalmente, Harry volvió a moverse y fue el primero en hablar.
-Se lo diré al profesor Dumbledore -le dijo Harry con una mirada de su más profundo odio.
-Claro que se lo diremos -se rió Snape-. Pierde cuidado, le notificaré de eso, y de todo lo que se hable en esta... reunión.
Si Snape pretendía ponerlo nervioso, lo consiguió plenamente. Harry no tenía deseos de que Dumbledore (o cualquier otro) se enterara de cualquier cosa que confesara bajo el efecto del Veritaserum. Recuerdos como el de la poción multijugos y su padrino comenzaron a agolparse en su memoria. Trató de disimular su preocupación, no quería darle ideas a Snape.
-Bien... -continuó Snape con un dejo de ironía-. Ahora que están más dispuestos a... cooperar, quiero saber exactamente qué hicieron hoy, desde que los dejé en la enfermería. -Pensó unos instantes y luego agregó-: Harry, cuenta tú.
Harry hubiera querido quedarse callado, para no darle en el gusto. Pero una fuerza lo obligaba a hablar. A su mente solo llegaron los recuerdos de lo que había pasado, y se sintió incapaz de visualizar sucesos diferentes. Aquella poción parecía ocasionar que dentro del cerebro solo hubiera espacio para los hechos reales, sin dejar funcionar la imaginación. Había perdido la capacidad creativa, como quien se deja olvidado un libro, o las llaves, y ya no puede usarlos.
-Cuando usted se fue, nos quedamos mirando por la ventana hasta que lo vimos desaparecer -comenzó Harry. Snape levantó una ceja, pero no interrumpió-. Luego yo comencé a leer y Draco estuvo un rato mirando la ventana hacia el lago. Comentó que hacía calor y que sería agradable ir a bañarse al lago.
Cuando dijo esto, Snape quedó mirando a Draco, quien comenzó a agitarse nerviosamente en la silla. Pero ninguno interrumpió, por lo que Harry continuó:
-Yo también tenía calor, y se me ocurrió... -Harry comenzó a ponerse nervioso tratando de contenerse de hablar, haciendo que su cara comenzara a sudar- ...que si íbamos al muelle subterráneo podríamos bañarnos un rato sin salir del castillo, y sin que nadie nos viera. Pensábamos ir, y volver a la hora de almuerzo, para que la señora Pomfrey no sospechara si había vuelto.
-¿Y que hay de la promesa de no salir de la enfermería que me habían hecho? -preguntó Snape en un tono seco. Ambos chicos miraron al suelo.
-Pensábamos que usted se había ido hace muy poco tiempo, y no tendría que regresar tan pronto. Así que nunca sabría que habíamos salido.
-Ya veo... -murmuró Snape. Harry no tenía deseos de seguir, y hubiera apreciado que le preguntara también a Malfoy. Pero Snape parecía tener otros planes porque le hizo señas para que continuara.
-Nos dirigimos hacia el muelle subterráneo. Pero en el camino apareció Peeves, así que nos ocultamos en un lugar que no conocíamos, esperando a que desapareciera. Luego vimos que se trataba de una cava... -nuevamente Malfoy comenzó a sentirse incómodo en la silla, y miraba un punto de la mesa con insistencia mientras agitaba una pierna. Snape lo miró de reojo, mientras comenzaba a atar cabos-. Malfoy comenzó a recorrerla, a pesar de que yo quería irme -Harry miró con odio a Draco mientras decía eso, y el segundo le devolvió la mirada. Aunque comprendía que Harry estaba diciendo la verdad, no podía evitar desear que se cayera muerto para que dejara de hablar-. Y luego tomó una botella de vino de colacuminata, y la abrió quebrándola, aunque yo le dije que no lo hiciera porque no era nuestra.
En ese punto Draco no se aguantó más y le lanzó a Harry una patada por debajo de la mesa. Snape se dio cuenta e interrumpió a Harry.
-¿Quieres contar tú lo que ocurrió, Malfoy? -le preguntó como si quisiera darle la oportunidad de que se defendiera, aunque sabía que bajo el efecto del suero de la verdad ambas versiones serían iguales. Pero parecía que Draco no se daba cuenta de eso...- Adelante, te escucho. ¿Qué ocurrió en la cava?
Fue el turno de Draco de sentirse extraño. Su intención había sido de "maquillar" un poco la visita a la cava. Pero al abrir la boca solo veía en su cabeza la verdad tal cual había sido. Con horror comenzó a confirmar lo que había dicho previamente Harry.
-Pues entramos a la cava, ocultándonos de Peeves. Al principio no sabíamos que era una cava, pues estaba oscuro. Luego, cuando Potter iluminó el lugar con su varita -agregó Draco feliz de poder decir algo que también perjudicara a Harry-. Vimos que se trataba de una. Y como en casa de mis padres también tenemos una cava, me dio curiosidad recorrer la de Hogwarts. Tuve que convencer a Potter de que aceptara acompañarme, ya que solo él tenía luz. De pronto encontré vino de colacuminata -fue el turno de Draco de comenzar a sudar- y me dieron unos terribles deseos de beber, pues me gusta muchísimo. Como no tenía con qué abrir la botella, tuve que quebrarla. Y aunque Harry al principio no quería beber, igual aceptó finalmente.
Snape los miró, la historia comenzaba a aclararse...
-Nos bebimos la botella entera, y no recuerdo mucho lo que ocurrió después -continuó Draco-. Creo que abrimos otra más y también comenzamos a beberla. -Miró a Harry, quien parecía recordar más o menos lo mismo-. Luego fuimos al muelle subterráneo, y creo que nos caímos.
-¿Fue así como se hicieron esas heridas en los pies, entonces? -preguntó Snape.
-No... -contestó Draco tratando de recordar. Era muy complicado porque solo se acordaba de unos hechos nebulosos-. Creo que fue ahí cuando me hice esta herida de la mandíbula -dijo indicando su parche en la cara-. Después de caer quedamos mojados, y creo que nos sacamos la ropa -ambos chicos se pusieron colorados-. Luego algo ocurrió, que la botella que teníamos se quebró. Tengo el recuerdo de que después nos bañamos, y que me dio mucho frío. Finalmente salimos y fue ahí que pisamos los vidrios, por accidente...
-¡Supongo que fue por accidente! -se burló Snape. No iban a pisarlos a propósito...
-Nos vestimos -continuó Draco-. Y luego, creo que nos quedamos dormidos. Hasta que usted nos encontró -agregó mirando sus rodillas.
-Algo que agregar, Potter -preguntó Snape.
-No, señor. No recuerdo más que Malfoy -contestó Harry después de pensar unos segundos.
-Ya veo... -contestó Snape pensativo-. Ahora el punto dos: Las peleas. Quiero que me digan por qué estaban peleando esta noche, y también por qué estaban peleando en el laboratorio de fotografía.
Harry y Draco se miraron incómodos. Al parecer se habían equivocado al pensar que no se había dado cuenta, atormentado como estaba por el llamado de Voldemort.
-Si, me di perfectamente cuenta de que estaban peleando -agregó comprendiendo sus caras-. Quiero saber por qué.
Draco comenzó a mirar la pared por la que habían entrado, preguntándose si podría salir arrancando. Pero se dio cuenta de que, dado el estado de sus pies, no hubiera podido irse ni muy rápido, ni muy lejos. Y la poción lo estaba presionando para que hablara.
-Es que encontramos una foto interesante, y yo... yo... -Draco tragó saliva- yo quería guardarla. Pero Potter trató de quitármela -En ese punto Snape miró a Harry con una expresión evaluadora, e interrumpió a Draco.
-Potter, ¿por qué trató de quitarle la foto a Malfoy? -preguntó Snape. Un sexto sentido le advertía que ahí había gato encerrado.
-Porque no era de él, y porque... -Harry tragó saliva también- a mi también me interesaba. Y si Malfoy se la guardaba, yo no podría volver a mirarla.
-¿Y donde quedó finalmente la fotografía? -preguntó Snape, que a este paso tenía una gran curiosidad por mirar la foto que tanto había podido interesar a los dos chicos (aunque se guardó de demostrarlo).
-Malfoy la tiene -respondió Harry, feliz, apuntando a su compañero.
Snape miró fijo a Malfoy. Estiró el brazo hacia él y con la mano le hizo señas de que quería que le entregara la fotografía. Draco suspiró y se la entregó. Ya se había secado, y aparte de estar ligeramente arrugada no parecía haber sufrido mayor daño por el agua.
Ambos chicos quedaron mirando al profesor de pociones, esperando a ver su reacción. Draco estaba simplemente curioso, pero el otro estaba ligeramente preocupado. ¿Reconocería Snape rasgos de su padrino y de él mismo también? 'Tal vez fue solamente mi imaginación', pensó Harry. De todos modos se quedó mirando su expresión para tratar de sacar conclusiones.
Snape por su parte, recibió la fotografía y la miró esperando encontrarse algo divertido o muy curioso. Lo sorprendió ver que se trataba simplemente de un retrato, y de un alumno de Hogwarts más encima. ¿Qué podía ser más aburrido que eso? Pero cuando miró el rostro y su expresión, un escalofrío le recorrió la espalda. Trató de disimular, y su nerviosismo hubiera podido pasar desapercibido si no hubiera sido porque los dos chicos estaban BUSCANDO una reacción en él. Pero el estaba demasiado concentrado en la fotografía para darse cuenta de sus caras.
Snape se preguntaba... ¿cómo podía ese alumno parecerse a ese... ese... miserable de Black y a la vez a si mismo? Miró la fotografía y se concentró. No, no recordaba a ese alumno. De pronto, recordó lo que los chicos habían estado haciendo en el laboratorio de fotografía, y dio vuelta el retrato. '2 junio 1948', leyó. Con razón no recordaba a ese alumno... ni siquiera había nacido cuando esa foto había sido tomada. De pronto notó los ojos de Draco y Harry mirándolo, y se guardó la fotografía sin comentar nada. Se concentró unos instantes. Había olvidado de qué estaban hablando... la foto... la pelea... ¡A si! Las peleas... el punto dos.
-Bien, bien -comenzó volviendo a su actitud habitual de autoridad-. Ahora díganme la razón por la que habían estado peleando hace un rato.
-Estábamos discutiendo sobre...-Harry se concentró, había estado a punto de decir 'sobre qué historia le contaríamos'. Pero se había dado cuenta de que, a pesar del Veritaserum, podía "omitir" detalles que no respondían en particular a la pregunta. Lo había notado cuando Draco mencionó que había hecho magia para iluminar la cava, cosa que él mismo había olvidado mencionar- ...sobre quién tenía la culpa de lo que nos estaba ocurriendo -contestó Harry finalmente.
Snape lo miró pensativo. ¿Era idea suya o Potter había estado a punto de decir algo y se había arrepentido justo a tiempo? 'Debí haberles dado dos gotas en vez de una', concluyó, 'o las tres típicas'.
-¿Solo peleaban por eso? -preguntó Snape. Draco y Harry se miraron.
-Ese fue el motivo de nuestra pelea, si -contestó Harry hábilmente (comenzaba a poder dominar ligeramente el efecto del Veritaserum). Draco lo felicitó mentalmente por su respuesta. Pero Snape no se iba a dar por vencido tan fácilmente.
-¿Y solo discutieron... eso? -preguntó. No era importante, pero le causaba curiosidad descubrir que era eso que parecían tener tanto empeño en ocultar. Notó que Harry se ponía nervioso al contestar.
-No -contestó Harry forzándose a no entrar en detalles. Snape notó que Harry estaba controlando lo que decía, y decidió interrogar a Malfoy.
-Malfoy, cuéntame que más habían estado discutiendo -preguntó lentamente, con una ligera sonrisa en el extremo de los labios, mientras notaba la incomodidad del muchacho.
-Estabamos discutiendo sobre lo que le diríamos -contestó Draco evitando su mirada. Harry miró para otro lado, maldiciendo a Snape por haberle preguntado a Malfoy. ¡Justo ahora que había comenzado a comprender como sobrellevar el efecto de la dichosa poción!
-Ajá -se rió Snape levantando ambas cejas-. ¿Y qué pensaban decirme el par de... mentirosos, si se puede saber?
-No sabíamos... -confesó Draco.
-Ok... -contestó Snape-. Hablaremos de su castigo más tarde. Antes necesito hablar con ustedes sobre dos asuntos muy importantes. El primero, y que ya les mencioné, es que la señora Pomfrey no está en Hogwarts. El director me escribió, explicándome que la enfermera tuvo que viajar urgentemente a Francia, por asuntos familiares.
Harry y Draco se miraron. ¿En Francia? ¿Cuánto tiempo se tardaría en volver? Snape notó el intercambio de miradas.
-¿Qué ocurre? -les preguntó.
-Es que me preguntaba cuanto tiempo se tardaría en volver-contestó Draco.
-A eso iba... -contestó Snape-. Como les decía, el director me envió una lechuza, en la que no especifica por cuanto tiempo será. Pero me encargó que me hiciera cargo de ustedes durante la ausencia de la enfermera, mientras encuentra otra solución.
Harry y Draco fruncieron el ceño. Aunque ya lo sospechaban, era desagradable tener la confirmación de sus temores. Y sin duda, lo que a ambos más les preocupaba, era la ausencia absoluta de fechas. No solo se tendrían que quedar con Snape, sino que además no tenían idea por cuento tiempo sería.
Snape notó sus caras y también frunció el ceño.
-A mi no me gusta más la idea que a ustedes -les contestó sin que le hubieran hecho la pregunta.
-¿Y no le especificó por cuanto tiempo sería? -preguntó Harry.
-No lo dice con certeza, pero supone que será por un par de días -contestó Snape encogiéndose de hombros-. Lo otro que tengo que discutir con ustedes es más grave. Necesito que mientras estén aquí en Hogwarts, no reciban ninguna lechuza ni nada que provenga de fuera del colegio. Si ven llegar una lechuza me avisarán, y no abrirán nada de lo que traiga consigo. ¿Entendido? -preguntó claramente-. Me AVISAN y NO TOCAN NADA.
-¿Por qué tendría que entregarle a usted las cartas de mis amigos? -le preguntó Harry, dejando en claro que no estaba en absoluto de acuerdo con las medidas-. El correo es privado, y usted no tiene ningún derecho a leer nuestras cartas.
-Tus cartas no me interesan en lo más mínimo, Potter -le ladró Snape-. Lo que les pido es por su propia seguridad.
-¿Por qué? -lo interrumpió Malfoy. Snape suspiró. No tenía deseos de mostrarle a Draco la carta de sus padres, ni menos contarle cuales habían sido sus intenciones. Pero necesitaba que se tomaran la amenaza en serio. Sacó la carta y la caja (ahora vacía, se la había traído de la enfermería) de uno de sus bolsillos, y se las pasó al chico.
-Tus padres te enviaron esto esta tarde, por medio de una lechuza -le explicó Snape mientras Draco tomaba la carta para leerla. Esperó a que terminara antes de continuar. Notó que una expresión entre alegría y miedo llenaba la cara del joven, y luego se posaba sobre la caja abierta y vacía.
-¿Qué había dentro de la caja? -preguntó Draco.
-Veneno, Malfoy -contestó Snape-. Un poderoso gas venenoso que de seguro te habría matado si hubieras abierto tú la caja. A ti, y a cualquiera que hubiese estado cerca de ti -agregó mirando a Harry.
Draco comenzó a parpadear, luchando contra la picazón en sus ojos. No iba a llorar delante de nadie. ¡No iba a llorar delante de Potter! Harry en cambio miraba a Snape.
-¿Y por qué usted no murió cuando lo abrió? -le preguntó Harry, llevado por un impulso. Se dio cuenta demasiado tarde de que la forma en que lo había dicho no era la más adecuada. Sonaba bastante como "¡Maldición! Pudo morir y no murió...". Entonces recordó que estaba bajo el efecto de la poción de la verdad. Probablemente, eso hacía que preguntara las cosas sin ocultar su intención. Tendría que tener más cuidado con sus preguntas...
'Te hubiera gustado, ¿no Potter?' pensó Snape con rabia. Pero no podía responderle eso. ¿O si? No... ahora había algo más urgente de lo que preocuparse.
-No morí, POTTER, porque tengo experiencia en el manejo de sustancias peligrosas, y buenos reflejos -le contestó de mal modo-. El asunto que quiero que entiendan es que cualquiera de ustedes dos no habría tenido oportunidad contra este ataque, y temo que algo como esto puede repetirse. Es por eso que no quiero que reciban ni abran nada extraño, nada que no sepan de donde salió, o que venga de fuera de Hogwarts. ¿Entienden?
-Si -contestó Harry. Draco simplemente hizo un ligero signo afirmativo con la cabeza. De pronto se le vino una pregunta a la cabeza.
-¿Es por lo de las lechuzas que tendremos que dormir abajo? -preguntó. Tenía lógica, la mazmorra en la que estaban tenía ventana, y la que Dobby había sugerido probablemente también debía tener una.
-Si, es por eso -contestó Snape.
-Ah -gruñó Harry.
-Lo que me recuerda -continuó Snape- lo último que quería discutir con ustedes. Mientras estén bajo responsabilidad mía, no van a hacer lo que se les dé la gana. En primer lugar: harán todo lo que yo les diga, y sin discutir. Segundo: no harán nada de lo que yo les prohiba. Tercero: cualquier cosa que piensen hacer, me preguntan primero. ¿Queda claro?
-Si -contestó Draco.
-¿Y que pasa si algo que usted ordena se contradice con algo que el director diga? -preguntó Harry.
-Mientras esté conmigo, vale lo_que_yo_diga -contestó Snape en un susurro lento y bien modulado-. Cuando el señor director decida hacerse cargo ÉL de usted, señor Potter, AHÍ usted puede hacer todo lo que él diga, que yo no voy a intervenir. Pero mientras esté AQUÍ, hará lo que YO diga. ¿Entendió Potter? ¿O le tengo que hacer un dibujito?
-Ya entendí -murmuró Harry con odio. Pensaba en Hedwig, que tendría que llegar con la respuesta de Hermione. No quería que Snape le leyera su carta. Tal vez tenía suerte y Hedwig llegaba cuando Dumbledore hubiera encontrado otra solución aparte de Snape...
-Bien -continuó Snape-. Aclarado ese punto y dado lo tarde que es, creo que es mejor que se vayan a dormir. Los levitaré hasta allá para que no apoyen sus pies todavía. Les recomiendo que vayan al baño ahora, para que no tengan que subir la escalera durante la noche. Es la puerta de ahí -les dijo indicándoles la puerta donde ellos ya habían supuesto que estaba el baño-. Puedo levitarlos hacia la puerta para que caminen lo menos posible. ¿Quién primero?
Draco levantó ligeramente una mano. Tenía muchos deseos de mojarse la cara y sobre todo los ojos. Desde que había leído la carta de sus padres había tenido que contenerse para no llorar. Snape lo levitó hacia la puerta, y desde la puerta cuando salió. Luego hizo del mismo modo con Harry.
Mientras Harry estaba en el baño, Draco decidió aprovechar ese momento "sin Potter".
-¿Me puedo quedar con la carta? -preguntó Draco.
-No -contestó Snape guardándosela en el bolsillo.
-¡Por favor!
-No, no insistas -contestó Snape. Draco estuvo unos instantes triste, pero decidió que no era un grato recuerdo para guardar de sus padres de todos modos.
-¿Hoy, cuando fue a... los vio? -preguntó Draco algo incómodo.
-Si -le respondió Snape, que había entendido perfectamente hacia donde iba la pregunta. Y por eso llegué muy preocupado y temí por ustedes cuando no los encontré en la enfermería -Draco miró el suelo-. Aunque, por otra parte, fue una suerte que no estuvieran en la enfermería...
Draco lo miró sin entender.
-La lechuza estaba en la ventana de la enfermería cuando llegué a buscarlos le explicó-. Si hubiesen estado ahí, estoy seguro de que habrías abierto la caja y ambos habrían muerto.
Draco pensó unos instantes, y de pronto se le iluminó ligeramente la cara con una sonrisa pícara.
-Entonces... no nos puede castigar por no habernos quedado en la enfermería -contestó Draco sonriendo por primera vez después de mucho rato. Para su sorpresa Snape también sonrió.
-Tal vez no por ESO, pero si por tomar cosas que lo les pertenecen, como botellas de vino y fotografías, por embriagarse, por ir a bañarse sin permiso y en estado de ebriedad, por hacer magia, por pelear en repetidas ocasiones, y por haberme obligado a forzarles la confesión con Veritaserum...
Draco lo quedó mirando preocupado. ¿Tantas cosas habían hecho? ¡Y en un solo día! Todo un récord... Gracias a Dios que no era amigo de Potter, o se lo pasaría todo el año en castigo.
-Mañana veremos eso, Malfoy -continuó Snape-. Pero necesito que entiendas que es importante que no se expongan. Mientras estés conmigo, haz lo que yo te diga. Y procura que Potter también lo haga.
-Está bien -le dijo Draco.
En ese momento salió Harry y lo levitó hacia la silla. Levantó la alfombra sobre la puerta trampa y levitó a los dos jóvenes hacia abajo. Finalmente el mismo bajó, usando la escalera.
-Lumos.
El lugar, que hasta entonces estaba en penumbra, se iluminó levemente por la luz de la varita de Snape. Localizó donde estaban las antorchas y, tras apagar la varita, las prendió con un movimiento de ésta.
Los chicos quedaron mudos ante el espectáculo. Si la sala de Snape les había parecido inhospitalaria, su nuevo "dormitorio" era un verdadero calabozo. Era mucho, muchísimo más grande, y tenía algunas columnas que sostenían el techo. El piso era de piedra muy vieja (aunque los elfos la habían dejado limpia), y los muros eran de un color indefinible (aunque sin polvo ni telas de araña visibles). El lugar tenía eco. Aparte de las columnas, no había ningún objeto exceptuando el par de camas, el par de veladores y la escalera. Solo al fondo se recortaba en el muro una gruesa puerta con una ventanita a través de la cual solo se distinguía oscuridad. Todo el lugar olía a abandono, como si nada hubiera respirado ahí durante siglos.
Ambos miraron a Snape, como esperando que dijera que todo había sido una broma para asustarlos. Hasta Harry estuvo tentado de decirle que se arrepentía, y que le haría caso en todo, pero que lo dejara dormir en otra parte. Draco instintivamente se apegó a Snape, como si de cualquier parte fuera a aparecer alguna criatura a atacarlos. Se sentía muy vulnerable sin su varita.
Snape los miró y suspiró. No podía culparlos...
-Nadie sospechará que están aquí, y ninguna lechuza va a poder llegar -explicó. En el fondo, lamentaba tener que hacerlos dormir ahí. Tal vez no lo lamentaba tanto por Potter... pero calmó su conciencia pensando que nadie pensaría en buscarlos en semejante lugar (a nadie se le ocurriría que Albus Dumbledore los hiciera dormir ahí), y que de todos modos sería por solo una o dos noches.
Los levitó hacia sus camas, y al ver sus caras mirando alrededor (la escalera y las camas estaban al medio del inmenso lugar), suspiró nuevamente.
-Voy a dejarles las antorchas prendidas.
Ambos chicos abrieron grandes lo ojos. ¿¿¿Acaso había pensado POR UN MOMENTO en dejarlos ahí abajo con la luz apagada??? Snape captó sus miradas y decidió largarse antes de que se organizara un motín espontáneo.
-Buenas noches -agregó sin mirarlos mientras subía rápidamente por la escalera, forzándose en pensar 'solo será por una noche, dos a lo más'. Pero no podía engañar a su conciencia.
Capítulo 17 Conversación
La cena continuó bajo el más absoluto silencio. Solo el ruido de los cubiertos y las ocasionales miradas de reojo entre Draco y Harry la interrumpían ocasionalmente. Ni siquiera comentaron nada cuando Snape cortó tres trozos de pastel (a pesar de que la escena valía la pena). El ambiente estaba tenso.
Aunque estaban hambrientos (y el pastel estaba rico), ninguno de los dos disfrutó aquella comida. Ambos estaban preocupados por el interrogatorio que en algún momento tendría que llegar, pues no se habían puesto de acuerdo en lo que dirían. A ninguno de los dos se les había ocurrido una buena historia, por lo que suponían que tendrían que decir la verdad. Pero, ¿Toda la verdad? ¿Qué debían decir y qué sería preferible "olvidar mencionar"? Ambos rogaban para que Snape lo olvidara hasta el otro día, o por lo menos hasta que pudieran ponerse de acuerdo.
Pero sus súplicas no fueron escuchadas, pues cuando terminaron de comer, Snape rompió el silencio.
-Tenemos una conversación pendiente -dijo cruzándose los dedos de ambas manos sobre la mesa-. Primer punto: Quiero que me cuenten exactamente que hicieron desde que los dejé en la enfermería.
Snape los miró por turnos a los ojos. Ambos chicos se miraron y no dijeron nada. Aparentemente, ambos pensaron que el otro tomaría la iniciativa.
-Estoy esperando... -continuó Snape separando sus manos, y golpeando la mesa con sus dedos. Harry comenzó a mirar un punto fijo en el suelo, al lado de su silla, mientras Draco sacaba con un dedo una partícula que solo él parecía ver sobre la mesa.
Snape esperó unos segundos, y sacó del bolsillo de su túnica un frasco con un líquido transparente que Harry reconoció de inmediato: era el Veritaserum, aquel suero de la verdad con el que habían interrogado a Barty Crouch. El mismo con el que Snape lo había amenazado antes, ese mismo año, en una horrenda clase de pociones. Pero Snape no podía usarlo con ellos... él mismo le había dicho que su uso estaba controlado por el ministerio. ¿O si podía? Harry tragó saliva, y ese gesto no escapó a la mirada de Snape, quien sonrió.
-No puede... -comenzó a reclamar Harry, inseguro. Draco pasaba su mirada de Harry a Snape sin entender-. ¡Usted mismo dijo que su uso está normado por el ministerio!
-¿Que no puedo qué, Potter? -contestó Snape sarcásticamente mientras jugaba lentamente con el frasco. Harry tragó saliva nuevamente y bajó la vista. Por más normado que estuviera su uso, en ese momento no había nadie ahí del ministerio. Y ¿Qué oportunidad tenían de ir cualquier día al ministerio para quejarse? Y aunque pudieran llegar, ¿Quién les haría algún caso? Snape tenía todas las de ganar.
-¿Qué es eso? -preguntó Draco apuntando al frasco, con auténtica curiosidad en la voz.
-Algo que hará esta conversación más fácil y corta -respondió Snape mientras vertía una gota (solo quería conseguir un efecto moderado, para que aceptaran responder y no le mintieran, pero sin dejarlos como autómatas sin voluntad) de la poción en el vaso de jugo de Draco, y otra en el vaso de Harry-. Ahora, quiero que se beban todo el jugo.
Draco miró el vaso reticentemente, mientras miraba a Harry que había cruzado los brazos y no hacía ningún ademán de tomar el vaso. Draco pensó que si Harry no se lo tomaba, él no tenía por que hacerlo, y también se cruzó de brazos. Ambos chicos se miraron y, viéndose ambos en esa actitud, se sintieron más valientes y miraron a Snape con cara de "sobre nuestro cadáver". Snape levantó una ceja con cara de "así que con esas andamos".
-Se verán patéticos si los obligo -los desafió tras una corta riza mordaz- . Además de agregar una culpa más a su prontuario...
Snape sonrió internamente al ver que había obtenido el efecto deseado. Draco ya no parecía tan seguro y miraba nerviosamente a Harry de reojo. Y Harry, aunque no había cambiado la postura, se movía nerviosamente en la silla. Finalmente Draco tomó el vaso. Harry lo miró con el ceño fruncido. El otro chico lo miró con cara de "¿Y qué quieres que hagamos?", y comenzó a tomarse el jugo con la poción. Snape miró a Harry.
-Mientras antes acabemos con esto, mejor, Potter -le dijo Snape, indicándole el vaso con un movimiento de la cabeza para que se lo bebiera.
-¡Malfoy ya se lo tomó! Así que ya tiene a alguien para que le cuente todo lo que quiera saber -le contestó Harry con aire de triunfo, mientras seguía con los brazos cruzados-. No veo ninguna necesidad de que nos la tomemos los dos, y no me la voy a tomar.
-¿Y por qué solo yo me la tendría que tomar? -le preguntó Draco enojado.
-¡Porque eres un IDIOTA! -le contestó Harry moviendo los labios de forma muy clara, pero sin pronunciar sonido alguno.
-¡Impedimenta!
Harry comprendió demasiado tarde su error. Cuando terminaba de modular el insulto, Snape aprovechó para lanzarle un hechizo que lo había dejado inmóvil y con la boca abierta. Con horror vio como Snape cogía el vaso de jugo y lo acercaba a su cara. Con cuidado inclinó le inclinó la cabeza hacia atrás, y vertió el líquido por su boca. Harry no pudo impedir tragárselo, y lo miró con odio. Snape solo sonrió y volvió a sentarse.
-Te advertí que te verías patético -le dijo con una risa despectiva-. Y ahora solo tenemos que esperar unos segundos para que recuperes la movilidad y dejes de tener esa cara. -'Valdría la pena sacarle una foto...' pensó Snape. El chico se veía muy divertido, y a juzgar por la cara de Malfoy, él pensaba lo mismo.
Esperaron un minuto o dos, dos riendo y otro lanzando miradas asesinas. Finalmente, Harry volvió a moverse y fue el primero en hablar.
-Se lo diré al profesor Dumbledore -le dijo Harry con una mirada de su más profundo odio.
-Claro que se lo diremos -se rió Snape-. Pierde cuidado, le notificaré de eso, y de todo lo que se hable en esta... reunión.
Si Snape pretendía ponerlo nervioso, lo consiguió plenamente. Harry no tenía deseos de que Dumbledore (o cualquier otro) se enterara de cualquier cosa que confesara bajo el efecto del Veritaserum. Recuerdos como el de la poción multijugos y su padrino comenzaron a agolparse en su memoria. Trató de disimular su preocupación, no quería darle ideas a Snape.
-Bien... -continuó Snape con un dejo de ironía-. Ahora que están más dispuestos a... cooperar, quiero saber exactamente qué hicieron hoy, desde que los dejé en la enfermería. -Pensó unos instantes y luego agregó-: Harry, cuenta tú.
Harry hubiera querido quedarse callado, para no darle en el gusto. Pero una fuerza lo obligaba a hablar. A su mente solo llegaron los recuerdos de lo que había pasado, y se sintió incapaz de visualizar sucesos diferentes. Aquella poción parecía ocasionar que dentro del cerebro solo hubiera espacio para los hechos reales, sin dejar funcionar la imaginación. Había perdido la capacidad creativa, como quien se deja olvidado un libro, o las llaves, y ya no puede usarlos.
-Cuando usted se fue, nos quedamos mirando por la ventana hasta que lo vimos desaparecer -comenzó Harry. Snape levantó una ceja, pero no interrumpió-. Luego yo comencé a leer y Draco estuvo un rato mirando la ventana hacia el lago. Comentó que hacía calor y que sería agradable ir a bañarse al lago.
Cuando dijo esto, Snape quedó mirando a Draco, quien comenzó a agitarse nerviosamente en la silla. Pero ninguno interrumpió, por lo que Harry continuó:
-Yo también tenía calor, y se me ocurrió... -Harry comenzó a ponerse nervioso tratando de contenerse de hablar, haciendo que su cara comenzara a sudar- ...que si íbamos al muelle subterráneo podríamos bañarnos un rato sin salir del castillo, y sin que nadie nos viera. Pensábamos ir, y volver a la hora de almuerzo, para que la señora Pomfrey no sospechara si había vuelto.
-¿Y que hay de la promesa de no salir de la enfermería que me habían hecho? -preguntó Snape en un tono seco. Ambos chicos miraron al suelo.
-Pensábamos que usted se había ido hace muy poco tiempo, y no tendría que regresar tan pronto. Así que nunca sabría que habíamos salido.
-Ya veo... -murmuró Snape. Harry no tenía deseos de seguir, y hubiera apreciado que le preguntara también a Malfoy. Pero Snape parecía tener otros planes porque le hizo señas para que continuara.
-Nos dirigimos hacia el muelle subterráneo. Pero en el camino apareció Peeves, así que nos ocultamos en un lugar que no conocíamos, esperando a que desapareciera. Luego vimos que se trataba de una cava... -nuevamente Malfoy comenzó a sentirse incómodo en la silla, y miraba un punto de la mesa con insistencia mientras agitaba una pierna. Snape lo miró de reojo, mientras comenzaba a atar cabos-. Malfoy comenzó a recorrerla, a pesar de que yo quería irme -Harry miró con odio a Draco mientras decía eso, y el segundo le devolvió la mirada. Aunque comprendía que Harry estaba diciendo la verdad, no podía evitar desear que se cayera muerto para que dejara de hablar-. Y luego tomó una botella de vino de colacuminata, y la abrió quebrándola, aunque yo le dije que no lo hiciera porque no era nuestra.
En ese punto Draco no se aguantó más y le lanzó a Harry una patada por debajo de la mesa. Snape se dio cuenta e interrumpió a Harry.
-¿Quieres contar tú lo que ocurrió, Malfoy? -le preguntó como si quisiera darle la oportunidad de que se defendiera, aunque sabía que bajo el efecto del suero de la verdad ambas versiones serían iguales. Pero parecía que Draco no se daba cuenta de eso...- Adelante, te escucho. ¿Qué ocurrió en la cava?
Fue el turno de Draco de sentirse extraño. Su intención había sido de "maquillar" un poco la visita a la cava. Pero al abrir la boca solo veía en su cabeza la verdad tal cual había sido. Con horror comenzó a confirmar lo que había dicho previamente Harry.
-Pues entramos a la cava, ocultándonos de Peeves. Al principio no sabíamos que era una cava, pues estaba oscuro. Luego, cuando Potter iluminó el lugar con su varita -agregó Draco feliz de poder decir algo que también perjudicara a Harry-. Vimos que se trataba de una. Y como en casa de mis padres también tenemos una cava, me dio curiosidad recorrer la de Hogwarts. Tuve que convencer a Potter de que aceptara acompañarme, ya que solo él tenía luz. De pronto encontré vino de colacuminata -fue el turno de Draco de comenzar a sudar- y me dieron unos terribles deseos de beber, pues me gusta muchísimo. Como no tenía con qué abrir la botella, tuve que quebrarla. Y aunque Harry al principio no quería beber, igual aceptó finalmente.
Snape los miró, la historia comenzaba a aclararse...
-Nos bebimos la botella entera, y no recuerdo mucho lo que ocurrió después -continuó Draco-. Creo que abrimos otra más y también comenzamos a beberla. -Miró a Harry, quien parecía recordar más o menos lo mismo-. Luego fuimos al muelle subterráneo, y creo que nos caímos.
-¿Fue así como se hicieron esas heridas en los pies, entonces? -preguntó Snape.
-No... -contestó Draco tratando de recordar. Era muy complicado porque solo se acordaba de unos hechos nebulosos-. Creo que fue ahí cuando me hice esta herida de la mandíbula -dijo indicando su parche en la cara-. Después de caer quedamos mojados, y creo que nos sacamos la ropa -ambos chicos se pusieron colorados-. Luego algo ocurrió, que la botella que teníamos se quebró. Tengo el recuerdo de que después nos bañamos, y que me dio mucho frío. Finalmente salimos y fue ahí que pisamos los vidrios, por accidente...
-¡Supongo que fue por accidente! -se burló Snape. No iban a pisarlos a propósito...
-Nos vestimos -continuó Draco-. Y luego, creo que nos quedamos dormidos. Hasta que usted nos encontró -agregó mirando sus rodillas.
-Algo que agregar, Potter -preguntó Snape.
-No, señor. No recuerdo más que Malfoy -contestó Harry después de pensar unos segundos.
-Ya veo... -contestó Snape pensativo-. Ahora el punto dos: Las peleas. Quiero que me digan por qué estaban peleando esta noche, y también por qué estaban peleando en el laboratorio de fotografía.
Harry y Draco se miraron incómodos. Al parecer se habían equivocado al pensar que no se había dado cuenta, atormentado como estaba por el llamado de Voldemort.
-Si, me di perfectamente cuenta de que estaban peleando -agregó comprendiendo sus caras-. Quiero saber por qué.
Draco comenzó a mirar la pared por la que habían entrado, preguntándose si podría salir arrancando. Pero se dio cuenta de que, dado el estado de sus pies, no hubiera podido irse ni muy rápido, ni muy lejos. Y la poción lo estaba presionando para que hablara.
-Es que encontramos una foto interesante, y yo... yo... -Draco tragó saliva- yo quería guardarla. Pero Potter trató de quitármela -En ese punto Snape miró a Harry con una expresión evaluadora, e interrumpió a Draco.
-Potter, ¿por qué trató de quitarle la foto a Malfoy? -preguntó Snape. Un sexto sentido le advertía que ahí había gato encerrado.
-Porque no era de él, y porque... -Harry tragó saliva también- a mi también me interesaba. Y si Malfoy se la guardaba, yo no podría volver a mirarla.
-¿Y donde quedó finalmente la fotografía? -preguntó Snape, que a este paso tenía una gran curiosidad por mirar la foto que tanto había podido interesar a los dos chicos (aunque se guardó de demostrarlo).
-Malfoy la tiene -respondió Harry, feliz, apuntando a su compañero.
Snape miró fijo a Malfoy. Estiró el brazo hacia él y con la mano le hizo señas de que quería que le entregara la fotografía. Draco suspiró y se la entregó. Ya se había secado, y aparte de estar ligeramente arrugada no parecía haber sufrido mayor daño por el agua.
Ambos chicos quedaron mirando al profesor de pociones, esperando a ver su reacción. Draco estaba simplemente curioso, pero el otro estaba ligeramente preocupado. ¿Reconocería Snape rasgos de su padrino y de él mismo también? 'Tal vez fue solamente mi imaginación', pensó Harry. De todos modos se quedó mirando su expresión para tratar de sacar conclusiones.
Snape por su parte, recibió la fotografía y la miró esperando encontrarse algo divertido o muy curioso. Lo sorprendió ver que se trataba simplemente de un retrato, y de un alumno de Hogwarts más encima. ¿Qué podía ser más aburrido que eso? Pero cuando miró el rostro y su expresión, un escalofrío le recorrió la espalda. Trató de disimular, y su nerviosismo hubiera podido pasar desapercibido si no hubiera sido porque los dos chicos estaban BUSCANDO una reacción en él. Pero el estaba demasiado concentrado en la fotografía para darse cuenta de sus caras.
Snape se preguntaba... ¿cómo podía ese alumno parecerse a ese... ese... miserable de Black y a la vez a si mismo? Miró la fotografía y se concentró. No, no recordaba a ese alumno. De pronto, recordó lo que los chicos habían estado haciendo en el laboratorio de fotografía, y dio vuelta el retrato. '2 junio 1948', leyó. Con razón no recordaba a ese alumno... ni siquiera había nacido cuando esa foto había sido tomada. De pronto notó los ojos de Draco y Harry mirándolo, y se guardó la fotografía sin comentar nada. Se concentró unos instantes. Había olvidado de qué estaban hablando... la foto... la pelea... ¡A si! Las peleas... el punto dos.
-Bien, bien -comenzó volviendo a su actitud habitual de autoridad-. Ahora díganme la razón por la que habían estado peleando hace un rato.
-Estábamos discutiendo sobre...-Harry se concentró, había estado a punto de decir 'sobre qué historia le contaríamos'. Pero se había dado cuenta de que, a pesar del Veritaserum, podía "omitir" detalles que no respondían en particular a la pregunta. Lo había notado cuando Draco mencionó que había hecho magia para iluminar la cava, cosa que él mismo había olvidado mencionar- ...sobre quién tenía la culpa de lo que nos estaba ocurriendo -contestó Harry finalmente.
Snape lo miró pensativo. ¿Era idea suya o Potter había estado a punto de decir algo y se había arrepentido justo a tiempo? 'Debí haberles dado dos gotas en vez de una', concluyó, 'o las tres típicas'.
-¿Solo peleaban por eso? -preguntó Snape. Draco y Harry se miraron.
-Ese fue el motivo de nuestra pelea, si -contestó Harry hábilmente (comenzaba a poder dominar ligeramente el efecto del Veritaserum). Draco lo felicitó mentalmente por su respuesta. Pero Snape no se iba a dar por vencido tan fácilmente.
-¿Y solo discutieron... eso? -preguntó. No era importante, pero le causaba curiosidad descubrir que era eso que parecían tener tanto empeño en ocultar. Notó que Harry se ponía nervioso al contestar.
-No -contestó Harry forzándose a no entrar en detalles. Snape notó que Harry estaba controlando lo que decía, y decidió interrogar a Malfoy.
-Malfoy, cuéntame que más habían estado discutiendo -preguntó lentamente, con una ligera sonrisa en el extremo de los labios, mientras notaba la incomodidad del muchacho.
-Estabamos discutiendo sobre lo que le diríamos -contestó Draco evitando su mirada. Harry miró para otro lado, maldiciendo a Snape por haberle preguntado a Malfoy. ¡Justo ahora que había comenzado a comprender como sobrellevar el efecto de la dichosa poción!
-Ajá -se rió Snape levantando ambas cejas-. ¿Y qué pensaban decirme el par de... mentirosos, si se puede saber?
-No sabíamos... -confesó Draco.
-Ok... -contestó Snape-. Hablaremos de su castigo más tarde. Antes necesito hablar con ustedes sobre dos asuntos muy importantes. El primero, y que ya les mencioné, es que la señora Pomfrey no está en Hogwarts. El director me escribió, explicándome que la enfermera tuvo que viajar urgentemente a Francia, por asuntos familiares.
Harry y Draco se miraron. ¿En Francia? ¿Cuánto tiempo se tardaría en volver? Snape notó el intercambio de miradas.
-¿Qué ocurre? -les preguntó.
-Es que me preguntaba cuanto tiempo se tardaría en volver-contestó Draco.
-A eso iba... -contestó Snape-. Como les decía, el director me envió una lechuza, en la que no especifica por cuanto tiempo será. Pero me encargó que me hiciera cargo de ustedes durante la ausencia de la enfermera, mientras encuentra otra solución.
Harry y Draco fruncieron el ceño. Aunque ya lo sospechaban, era desagradable tener la confirmación de sus temores. Y sin duda, lo que a ambos más les preocupaba, era la ausencia absoluta de fechas. No solo se tendrían que quedar con Snape, sino que además no tenían idea por cuento tiempo sería.
Snape notó sus caras y también frunció el ceño.
-A mi no me gusta más la idea que a ustedes -les contestó sin que le hubieran hecho la pregunta.
-¿Y no le especificó por cuanto tiempo sería? -preguntó Harry.
-No lo dice con certeza, pero supone que será por un par de días -contestó Snape encogiéndose de hombros-. Lo otro que tengo que discutir con ustedes es más grave. Necesito que mientras estén aquí en Hogwarts, no reciban ninguna lechuza ni nada que provenga de fuera del colegio. Si ven llegar una lechuza me avisarán, y no abrirán nada de lo que traiga consigo. ¿Entendido? -preguntó claramente-. Me AVISAN y NO TOCAN NADA.
-¿Por qué tendría que entregarle a usted las cartas de mis amigos? -le preguntó Harry, dejando en claro que no estaba en absoluto de acuerdo con las medidas-. El correo es privado, y usted no tiene ningún derecho a leer nuestras cartas.
-Tus cartas no me interesan en lo más mínimo, Potter -le ladró Snape-. Lo que les pido es por su propia seguridad.
-¿Por qué? -lo interrumpió Malfoy. Snape suspiró. No tenía deseos de mostrarle a Draco la carta de sus padres, ni menos contarle cuales habían sido sus intenciones. Pero necesitaba que se tomaran la amenaza en serio. Sacó la carta y la caja (ahora vacía, se la había traído de la enfermería) de uno de sus bolsillos, y se las pasó al chico.
-Tus padres te enviaron esto esta tarde, por medio de una lechuza -le explicó Snape mientras Draco tomaba la carta para leerla. Esperó a que terminara antes de continuar. Notó que una expresión entre alegría y miedo llenaba la cara del joven, y luego se posaba sobre la caja abierta y vacía.
-¿Qué había dentro de la caja? -preguntó Draco.
-Veneno, Malfoy -contestó Snape-. Un poderoso gas venenoso que de seguro te habría matado si hubieras abierto tú la caja. A ti, y a cualquiera que hubiese estado cerca de ti -agregó mirando a Harry.
Draco comenzó a parpadear, luchando contra la picazón en sus ojos. No iba a llorar delante de nadie. ¡No iba a llorar delante de Potter! Harry en cambio miraba a Snape.
-¿Y por qué usted no murió cuando lo abrió? -le preguntó Harry, llevado por un impulso. Se dio cuenta demasiado tarde de que la forma en que lo había dicho no era la más adecuada. Sonaba bastante como "¡Maldición! Pudo morir y no murió...". Entonces recordó que estaba bajo el efecto de la poción de la verdad. Probablemente, eso hacía que preguntara las cosas sin ocultar su intención. Tendría que tener más cuidado con sus preguntas...
'Te hubiera gustado, ¿no Potter?' pensó Snape con rabia. Pero no podía responderle eso. ¿O si? No... ahora había algo más urgente de lo que preocuparse.
-No morí, POTTER, porque tengo experiencia en el manejo de sustancias peligrosas, y buenos reflejos -le contestó de mal modo-. El asunto que quiero que entiendan es que cualquiera de ustedes dos no habría tenido oportunidad contra este ataque, y temo que algo como esto puede repetirse. Es por eso que no quiero que reciban ni abran nada extraño, nada que no sepan de donde salió, o que venga de fuera de Hogwarts. ¿Entienden?
-Si -contestó Harry. Draco simplemente hizo un ligero signo afirmativo con la cabeza. De pronto se le vino una pregunta a la cabeza.
-¿Es por lo de las lechuzas que tendremos que dormir abajo? -preguntó. Tenía lógica, la mazmorra en la que estaban tenía ventana, y la que Dobby había sugerido probablemente también debía tener una.
-Si, es por eso -contestó Snape.
-Ah -gruñó Harry.
-Lo que me recuerda -continuó Snape- lo último que quería discutir con ustedes. Mientras estén bajo responsabilidad mía, no van a hacer lo que se les dé la gana. En primer lugar: harán todo lo que yo les diga, y sin discutir. Segundo: no harán nada de lo que yo les prohiba. Tercero: cualquier cosa que piensen hacer, me preguntan primero. ¿Queda claro?
-Si -contestó Draco.
-¿Y que pasa si algo que usted ordena se contradice con algo que el director diga? -preguntó Harry.
-Mientras esté conmigo, vale lo_que_yo_diga -contestó Snape en un susurro lento y bien modulado-. Cuando el señor director decida hacerse cargo ÉL de usted, señor Potter, AHÍ usted puede hacer todo lo que él diga, que yo no voy a intervenir. Pero mientras esté AQUÍ, hará lo que YO diga. ¿Entendió Potter? ¿O le tengo que hacer un dibujito?
-Ya entendí -murmuró Harry con odio. Pensaba en Hedwig, que tendría que llegar con la respuesta de Hermione. No quería que Snape le leyera su carta. Tal vez tenía suerte y Hedwig llegaba cuando Dumbledore hubiera encontrado otra solución aparte de Snape...
-Bien -continuó Snape-. Aclarado ese punto y dado lo tarde que es, creo que es mejor que se vayan a dormir. Los levitaré hasta allá para que no apoyen sus pies todavía. Les recomiendo que vayan al baño ahora, para que no tengan que subir la escalera durante la noche. Es la puerta de ahí -les dijo indicándoles la puerta donde ellos ya habían supuesto que estaba el baño-. Puedo levitarlos hacia la puerta para que caminen lo menos posible. ¿Quién primero?
Draco levantó ligeramente una mano. Tenía muchos deseos de mojarse la cara y sobre todo los ojos. Desde que había leído la carta de sus padres había tenido que contenerse para no llorar. Snape lo levitó hacia la puerta, y desde la puerta cuando salió. Luego hizo del mismo modo con Harry.
Mientras Harry estaba en el baño, Draco decidió aprovechar ese momento "sin Potter".
-¿Me puedo quedar con la carta? -preguntó Draco.
-No -contestó Snape guardándosela en el bolsillo.
-¡Por favor!
-No, no insistas -contestó Snape. Draco estuvo unos instantes triste, pero decidió que no era un grato recuerdo para guardar de sus padres de todos modos.
-¿Hoy, cuando fue a... los vio? -preguntó Draco algo incómodo.
-Si -le respondió Snape, que había entendido perfectamente hacia donde iba la pregunta. Y por eso llegué muy preocupado y temí por ustedes cuando no los encontré en la enfermería -Draco miró el suelo-. Aunque, por otra parte, fue una suerte que no estuvieran en la enfermería...
Draco lo miró sin entender.
-La lechuza estaba en la ventana de la enfermería cuando llegué a buscarlos le explicó-. Si hubiesen estado ahí, estoy seguro de que habrías abierto la caja y ambos habrían muerto.
Draco pensó unos instantes, y de pronto se le iluminó ligeramente la cara con una sonrisa pícara.
-Entonces... no nos puede castigar por no habernos quedado en la enfermería -contestó Draco sonriendo por primera vez después de mucho rato. Para su sorpresa Snape también sonrió.
-Tal vez no por ESO, pero si por tomar cosas que lo les pertenecen, como botellas de vino y fotografías, por embriagarse, por ir a bañarse sin permiso y en estado de ebriedad, por hacer magia, por pelear en repetidas ocasiones, y por haberme obligado a forzarles la confesión con Veritaserum...
Draco lo quedó mirando preocupado. ¿Tantas cosas habían hecho? ¡Y en un solo día! Todo un récord... Gracias a Dios que no era amigo de Potter, o se lo pasaría todo el año en castigo.
-Mañana veremos eso, Malfoy -continuó Snape-. Pero necesito que entiendas que es importante que no se expongan. Mientras estés conmigo, haz lo que yo te diga. Y procura que Potter también lo haga.
-Está bien -le dijo Draco.
En ese momento salió Harry y lo levitó hacia la silla. Levantó la alfombra sobre la puerta trampa y levitó a los dos jóvenes hacia abajo. Finalmente el mismo bajó, usando la escalera.
-Lumos.
El lugar, que hasta entonces estaba en penumbra, se iluminó levemente por la luz de la varita de Snape. Localizó donde estaban las antorchas y, tras apagar la varita, las prendió con un movimiento de ésta.
Los chicos quedaron mudos ante el espectáculo. Si la sala de Snape les había parecido inhospitalaria, su nuevo "dormitorio" era un verdadero calabozo. Era mucho, muchísimo más grande, y tenía algunas columnas que sostenían el techo. El piso era de piedra muy vieja (aunque los elfos la habían dejado limpia), y los muros eran de un color indefinible (aunque sin polvo ni telas de araña visibles). El lugar tenía eco. Aparte de las columnas, no había ningún objeto exceptuando el par de camas, el par de veladores y la escalera. Solo al fondo se recortaba en el muro una gruesa puerta con una ventanita a través de la cual solo se distinguía oscuridad. Todo el lugar olía a abandono, como si nada hubiera respirado ahí durante siglos.
Ambos miraron a Snape, como esperando que dijera que todo había sido una broma para asustarlos. Hasta Harry estuvo tentado de decirle que se arrepentía, y que le haría caso en todo, pero que lo dejara dormir en otra parte. Draco instintivamente se apegó a Snape, como si de cualquier parte fuera a aparecer alguna criatura a atacarlos. Se sentía muy vulnerable sin su varita.
Snape los miró y suspiró. No podía culparlos...
-Nadie sospechará que están aquí, y ninguna lechuza va a poder llegar -explicó. En el fondo, lamentaba tener que hacerlos dormir ahí. Tal vez no lo lamentaba tanto por Potter... pero calmó su conciencia pensando que nadie pensaría en buscarlos en semejante lugar (a nadie se le ocurriría que Albus Dumbledore los hiciera dormir ahí), y que de todos modos sería por solo una o dos noches.
Los levitó hacia sus camas, y al ver sus caras mirando alrededor (la escalera y las camas estaban al medio del inmenso lugar), suspiró nuevamente.
-Voy a dejarles las antorchas prendidas.
Ambos chicos abrieron grandes lo ojos. ¿¿¿Acaso había pensado POR UN MOMENTO en dejarlos ahí abajo con la luz apagada??? Snape captó sus miradas y decidió largarse antes de que se organizara un motín espontáneo.
-Buenas noches -agregó sin mirarlos mientras subía rápidamente por la escalera, forzándose en pensar 'solo será por una noche, dos a lo más'. Pero no podía engañar a su conciencia.
