HARRY POTTER Y EL PRINCIPE DE SANGRE MEZCLADA
Decir que todos los personajes, nombres, lugares (etc.) son de J.K.Rowling, a las editoriales, o a quien sea, y que no gano dinero con esto, que lo hago por diversión. Si algo en mi fic se parece al de otras personas que me lo digan porque puede ser que se me haya quedado la idea en el inconsciente, y tenga alguna similitud sin que esa sea mi intención.
A Marla: si que tengo pensado la pareja para Harry, será Susan Bones. Eres la segunda persona que me lo pregunta, y digo lo mismo, Ginny me cae muy bien, pero a mi me da la sensación como que Harry la trata como si fuera su hermana pequeña (y eso que en los primeros libros me encantaba la pareja que hacían), y a Hermione la veo como pareja de Ron. Y tal como dije la otra vez, la historia no va a ser slash, porque no me veo capaz de escribir uno.
Y gracias a Urisk por dejar un review.
12 - ILUSIONES
Harry sintió que algo caía sobre él, y al mirar arriba vio una gran mancha negra. Una mancha que iba a hacerle mucho daño por la velocidad que llevaba gracias a la gravedad. Haciendo uso de sus reflejos se apartó a tiempo evitando que un caldero de pociones le diera de lleno en la cabeza, pero al esquivarlo se le cayeron los omniculares, que quedaron inservibles, un amasijo de hierros y vidrios rotos jacía bajo el caldero, que por algún encantamiento había quedado sin el más leve daño. Y al cabo de un instante desapareció dejando a Harry aturdido, el cual sabía que no había sido ni un sueño, ni una visión, ni una mala jugada de su mente por el mal estado en que se encontraban sus omniculares.
Con un "reparo" los tuvo intactos y se encaminó al estadio de quidditch preguntándose que había pasado realmente. Alguien lo había intentado matar, o al menos darle un buen susto, eso era seguro, y se preguntaba que dirían sus amigos cuando se lo contara. Seguro que lo obligaban a ir al despacho del director, y en el fondo sabia que eso era lo correcto. Pero…
Consiguió llegar donde se encontraban Hermione y Ron viendo el partido, después de muchos empujones para poder pasar.
- ¿Cómo va el partido?
- 70 a 53 a favor de Ravenclaw, y ni rastro de la snitch.
- ¿Cómo es que has tardado tanto? - le preguntó Hermione
- No es bueno después de comer - le respondió mirando como Smith entraba otra quaffle a favor de Hufflepuff, y esperando que no le preguntase más.
No sabia cual era la razón por la cual no les había explicado lo ocurrido con el caldero de pociones, no había ningún rastro de lo ocurrido, ¿Y si no lo creían? ¿Y si creían que intentaba hacerse el héroe? Tenía miedo de que como en cuarto curso, Ron creyese que todo le sucedía a él. En el fondo sabia que eso no pasaría, pero no quería preocuparlos más de lo que ya estaban, alguien intentaba matarlo fuera del castillo, solo faltaría decirles que alguien lo intentaba dentro, tendría a todos vigilándolo, como en verano, que no podía dar un paso fuera, sin que la señora Figg se lo comunicase a Dumbledore, y alguien lo siguiera bajo una capa invisible. No quería volver a ahogarse en esa sensación asfixiante. Quizás era esa la razón de que se quedase callado.
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Lunes, justo después de comer, justo cuando tocaba su clase más odiada, Harry decía adiós a su amigo Ron que se iba a la sala común para ver si algún pardillo a quien derrotar en una partida de ajedrez, y un apenado chico de ojos verdes partía junto a una chica de pelo enmarañado hacia clases de pociones avanzadas. En esa clase no tenía a nadie con quien compartir insultos hacia cierto profesor de cabello grasiento.
Harry hizo que se sentaran lo más lejos posible de Snape, y Hermione lo siguió, aunque ella quería sentarse en primera fila. Estaban escogiendo sitio cuando entraron los hufflepuffs, que se sentaron delante de él, tampoco querían estar muy cerca de Snape, y los ravenclaws, que se sentaron los cuatro en primera fila. Habían llegado bastante antes de la hora, pero eso era mejor que tener que aguantar a Snape criticando la puntualidad, sobretodo de los gryffindors y los hufflepuffs.
Snape ignoraba a Harry todo lo que podía, no le pasaba a revisar su poción y decirle si estaba bien o si estaba mal, pero para Harry era un alivio, ya que no tenia que oír como lo criticaba.
- ¿Qué poción creéis que nos mandara hacer? - dijo Ernie girándose hacia los dos gryffindors - dijo algo de que sería extremadamente difícil - Harry no se preocupó mucho, las pociones le salían pasablemente ahora que podía concentrarse en ellas y no tenia que aguantar al profesor.
- Es verdad, dijo difícil y peligrosa - dijo Hermione mientras le brillaban los ojos.
- Peligrosa… - dijo Susan desde su asiento - supongo que tampoco contara tanto una mala nota entre todas las demás buenas.
- El problema esta en si todas las notas son tan buenas como las mías - dijo Harry haciendo una extraña mueca que parecía una imitación de las que hacia Snape cuando era sarcástico
- ¡Sino tuvieras buenas notas no estarías aquí! - exclamó Susan
- Por mucho que te odie, y eso es un hecho, no puede hacer nada para no tenerte en clase - dijo Ernie
- Y es por eso que procura ignorarte en clase - terminó Hannah.
Mientras conversaban entraron los slytherins, Draco Malfoy entró con la cabeza alta y mirando a todo el mundo por encima del hombro, dejó sus cosas en un pupitre, y miró fijamente a Harry antes de hacer lo que parecía ser una sonrisa macabra (NA: adoro estas sonrisas… yo también quiero que me sonría así…) y darse la vuelta drásticamente y sentarse.
El profesor entró sólo unos momentos después que el ultimo slytherin tomara asiento.
- Tal y como avise la semana pasada - dijo sin siquiera dar los buenos días - la poción que haremos hoy será de extrema dificultad, en realidad no es una poción propiamente dicha, es un filtro - y se calló para dar más tiempo a sus alumnos a asustarse - prepararan el filtro de los muertos en vida.
Los hufflepuffs casi saltaron de sus sillas, y no era para menos, ya que el nombre a Harry no le hacia la menor gracia, aunque si había de ser sincero le sonaba de haberlo oído antes.
- ¿Alguien puede decirme que tipo de poción es y el porque se llama así?
Hermione agitaba su mano alegremente, mientras que Malfoy sólo alzó su pluma como señalando que sabía la respuesta, pero no estaba tan desesperado como otros para contestarla. Y entonces paso un hecho insólito, algo que no había pasado nunca, ni nadie imaginaba que pasaría. Harry Potter alzó su mano.
- Potter - dijo Snape en un tono que estaba a medio camino de la sorpresa.
- El filtro de los muertos en vida es una poción para dormir, se llama así porque es muy poderosa, hace que quien se la tome caiga en un profundo sueño, como si estuviera muerto.
- ¿Qué ingredientes lleva? - preguntó Snape rabioso preguntándose como Potter sabía la respuesta.
- La base es una infusión de ajenjo con polvo de raíces de asfódelo - con lo que Snape soltó un gruñido y con un movimiento de varita las instrucciones para hacer la poción se mostraron en la pizarra.
- El remedio para este filtro es la poción Wiggenweld que prepararemos el próximo día.
Harry se estudiaría esa poción, aunque sólo fuera para volver a disfrutar de la cara de fastidio de Snape, antes de que pudiera disimularla. Le había pagado con su misma moneda, puesto que había sido el mismo profesor Snape quien le había enseñado todo eso en su primer día de clases para dejarlo en ridículo. Como lo iba a olvidar.
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Era ya el miércoles a las siete donde estaba enseñando a Mark, Alex y Mafalda hechizos de desarme. Esta ultima se les había unido en secreto cuando los descubrió yendo hacia la sala de los menesteres, y después de mucho teatro por parte de Mafalda, Harry acabo pensando que fuera a las clases de los miércoles, aunque no se le dijera cual era la contraseña por precaución, no fuera que lo gritara en medio del Gran Comedor. Todo y ser una Slytherin había quedado claro en las escenitas que solía montar que sentía devoción por Harry, y al final todo el colegio sabia que era familia de los Weasleys, podía ser un blanco fácil para cualquier hijo de mortífago. Y aunque Harry no quería reconocerlo, a la insoportable de Prewett, había acabado cogiéndole cariño.
- ¡Vamos Mark! ¡Intenta ahora el experlliarmus!
- ¡Experlliarmus! - gritó este, pero Mafalda se lo esperaba y lo consiguió esquivar tirándose al suelo.
- ¡Tarantallegra! - conjuró Mafalda todavía desde el suelo, y haciendo que el pobre Mark se pusiera a bailar sin remedio.
- Finite incantatem - dijo Harry para que Mark dejara de bailar - debes ser más rápido Mark, la pequeña serpiente esta de aquí - dijo señalando a la niña - no tiene compasión contigo, no la tengas tu con ella, lleva ganadote seis veces, prueba otra vez, intenta esquivar los ataques - aunque Harry sabía que no tenía los reflejos entrenados - y lánzale siempre que puedas un experlliarmus, no le dejes descanso - y girandose hacia Mafalda le dijo - y tu no se lo pongas fácil
Y Harry se fue a sentar junto a Alex que estaba haciendo sus deberes de defensa mientras iba viendo el duelo de su mejor amigo y de la pequeña demonio.
Mark hizo caso de Harry y probo de no dejarle descanso a Mafalda, pero esta también lo imito, y una lluvia de pequeñas maldiciones voló por toda la habitación, no eran nada peligrosas, al fin y al cabo, sólo llevaban algo más de un mes aprendiendo; mientras que esquivaban como podían los hechizos lanzados por su contrincante. Ni uno ni el otro se paraban a ver si habían acertado, ni siquiera apuntaban, con lo que un experlliarmus perdido acabo dándole a Harry, que fue lanzado contra la pared con gran fuerza y su varita paso a las manos de Mark.
- ¡Harry! ¿Estas bien? Yo no quería…
- No pasa nada Mark, has hecho un buen hechizo, pero la próxima vez intenta que sea contra tu contrincante - le dijo Harry mientras se tocaba la espalda, que le dolía del impacto que había tenido contra la pared.
- Harry, cariño, ¿Seguro que estas bien?
- Si, Alex inténtalo tu contra Mafalda.
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Se fue a refrescar un momento al lavabo, intentar que los pequeños aprendieran era algo más difícil y agotador de lo que se esperaba. Mafalda se desenvolvía muy bien, se notaba que era hiperactiva, Alex había salido bastante como sus hermanos mayores, la practica no era lo suyo, y Mark… no estaba preparado para una batalla, hacia algo más de tres meses de que se había enterado que era un mago, y un mes que había comenzado a estudiar magia y todavía no sabía la base de muchas cosas, aunque lo que había comprobado, si acertaba en el blanco era bastante poderoso, pensó tocándose la espalda, con él sería mejor entrenar sus reflejos, ¿y que era mejor para los reflejos que el quidditch? Lástima que a los de primero no les dejasen tener una escoba.
Volvió a tirarse agua por la cara, y cuando se miró inconscientemente las manos, lo que habían de ser restos de agua era un liquido rojo, alzó la cabeza y se miró en el espejo, tenia toda la cara llena de sangre que le resbalaba y caía en el suelo, no salía tampoco agua del grifo, dio un paso hacia atrás horrorizado con la mala suerte que no apoyó bien el pie y cayó. Se levantó de prisa y ya no había restos de sangre en sus manos, todo aquello había desaparecido. Agua caía del grifo, agua que le caía por la cara, agua. Se estaba volviendo loco.
O quizás Voldemort hacia incursiones en su mente otra vez.
Se dejó caer al suelo y se quedó allí estirado mirándose las manos durante un tiempo, sin pensar en nada más que en su locura.
- ¡Harry! - Mark apareció en los baños y él se obligó a levantarse y poner buena cara - ¿Pasa alguna cosa?
- No Mark, vamos
Pero en el momento de levantarse una luz llegó a su mente y recordó que Voldemort sólo podía entrar en su mente en sueños, que es cuando estaba más desprotegido, o si estaba cerca. Y descartada esta última posibilidad porque la cicatriz no le dolía, y no se había dormido, llegó a la conclusión que Voldemort no podía haber sido. Se estaba volviendo paranoico o… hechizos ilusorios, alguien le podía haber aplicado uno, se dijo intentando sonar seguro, mejor eso que estar cayendo en la locura.
Teniendo en cuenta que los habían estudiado el año pasado, tenía que ser alguien de quinto en adelante. Alguien que le odiase, alguien que le odiase con todo su ser, y sólo un nombre le vino a la mente.
Draco Malfoy.
Aunque se hacia la pregunta de si lo odiaba lo suficiente para querer matarlo. Una amenaza hecha al final del curso anterior resonó desde su memoria.
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Harry se encontraba a punto de intentar repeler el ataque que Dumbledore le iba a someter, allí estaba él, en frente suyo, con la varita alzada, imponente. Harry sentado en una silla, con la varita en la mano, aunque sería inútil y él lo sabía, nunca conseguiría usarla para repeler la incursión en su mente.
Y con un "legeremens" un torbellino de recuerdos comenzó: pequeños fragmentos de su vida iban pasando, los abusos sufridos durante años por sus tíos, la primera vez que uso el pársel en el zoo, alguno de sus momentos pasados en la enfermería y acto seguido un partido de quidditch, para ver luego un caldero cayendo encima suyo. No quería que viera eso. Pero todos los recuerdos siguieron hasta que Dumbledore decidió parar para que Harry se recuperase.
- Harry debes concentrarte, intenta hacerme algún hechizo de desarme o de repulsión
- Si Profesor - dijo Harry mirando hacia el suelo para que Dumbledore no pudiera descifrar los sentimientos de alivio que sentía porque Dumbledore no le había dado más importancia a lo del caldero que a sus otros recuerdos
- Legeremens
Su enfrentamiento con el basilisco, sus reuniones del ED con los pequeños, volando con Buckbeak, Sirius. No quería ver esos recuerdos y consiguió desviarlos a una detención con Snape, cuando en el tren estuvo a punto de pegar a Malfoy, sus manos llenas de sangre, y la vista en el espejo de su cara llena de sangre.
- ¡¡NOO!! - y consiguió volver a la realidad mientras que soltaba inconscientemente su magia fuera del cuerpo, y golpeaba a Dumbledore, haciendo que se estampara contra una estantería y bastantes cacharros cayeran al suelo rompiéndose, mientras que los cuadros de las paredes se ponían a hablar y a gritar entre ellos.
- Deberías controlar tu carácter muchacho - dijo el cuadro de Phineas Nigellus de forma muy seria - no me gusta saber que el ultimo Black ha muerto por un muchacho que no sabe pensar con la cabeza.
- Ya basta Phineas - dijo el anciano director mientras se levantaba con una mano en los riñones y apoyándose en un mueble - Harry - dijo para llamar la atención del muchacho - ¿Me gustaría saber que era ese ultimo recuerdo?
- Una pesadilla que tuve en la que me encontraba cubierto de sangre - dijo sin desplegar la vista del suelo, no debía tener contacto visual con el director o lo averiguaría todo.
- Ya - dijo con un tono nada convencido - sigamos practicando
- No me encuentro muy bien ¿Puedo irme a mi habitación a descansar? - dijo sabiendo que si seguían se vería toda la verdad.
- Claro Harry - dijo sonriendo ante la nada disimulada evasión del chico - sólo recuerda de no intentar pegar, ni agredir al Señor Malfoy otra vez.
Y Harry salió tranquilamente del despacho sin mirar a Dumbledore, y bajó las escaleras aun con un paso pausado, pero al pasar la gárgola hecho a correr inmediatamente y no paró hasta llegar a la sala común.
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Este año todavía no habían visitado a Hagrid, y Harry se sentía culpable por ello, aunque claro, lo habían visto en las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas, pero no era lo mismo que ir a tomar el té con él (aunque tenían muy claro que no iban a probar nada que Hagrid preparase), así que cuando tuvieron los tres un momento libre fueron a visitarlo.
Tocaron a la puerta de su cabaña, y el semigigante abrió, y los invitó a entrar. Fang se acercó a ellos y Harry se agachó a acariciarlo. Hagrid les ofreció té, y Hermione decidió que ella lo prepararía, así que mientras les preguntaba como les había ido el curso y Harry iba contestando algo pensativamente.
No lo entendía.
Veía a Hagrid, con su aspecto tosco, pero con una sonrisa, que les ofrecía galletas muy crujientes, con una cicatriz que le cruzaba toda la mejilla izquierda, causa de su buen corazón, por ser lo suficientemente testarudo (aunque Hermione y Ron pensaban que inconsciente y demasiado inocente, y Harry debía darles la razón), como para querer enseñar a hablar a aquel que era su hermanastro, nada más ni nada menos que un gigante.
No lo entendía.
No entendía como alguien podía querer hacerle daño y estropearle la vida una vez que se le conocía, mucha gente ni se molestaba en eso, lo tachaban ya de entrada de violento. Se lo podía imaginar en sus años de estudiante, aunque tampoco no hacia falta mucha imaginación, porque lo había visto en su segundo curso en un diario. Seguía pensando que los animales más peligrosos eran inofensivos, no había cambiado en todos estos años.
¿Qué podía haber empujado a Tom Marvolo Riddle a convertirse en Lord Voldemort? Porque en el momento en el que expulsaron a Hagrid ya era Voldemort, ya era un asesino pues había matado a Myrtle, y acusó a Hagrid para salvarse él. ¿Qué lo empujó a abrir la Cámara de los Secretos? ¿Por qué con quince años había sido ya capaz de matar? ¿A que edad había empezado a buscar la Cámara para matar a los hijos de muggles?
- Harry - una voz le sacó de sus cavilaciones - Harry, aquí tienes el té - volvió a decir Hermione cuando vio que ya tenia la atención de Harry.
- Gracias Hermione - dijo en tono ausente, su mente no estaba realmente aquí, y sus amigos lo notaron.
- Harry ¿Te encuentras bien? - le pregunto preocupado Hagrid
- No es nada - dijo dándose cuenta de que los estaba preocupando, sin embargo necesitaba pensar y sabía el lugar adecuado para hacerlo - aunque será mejor que me toque un poco el aire. Será mejor que os quedéis ya que hemos venido a hacerle una visita - dijo viendo como tanto Ron como Hermione iban a seguirlo.
Salió de la cabaña, dejando a sus amigos comentando que a veces le notaban un poco extraño, y Harry se encaminó al castillo dejando que el viento alborotase más su cabello.
Llegó allí donde se dirigía, un lugar que solía evitar, pero que en ese momento era la puerta de entrada a sus reflexiones. Los lavabos de chicas del segundo piso. Un llanto se oía desde uno de los retretes así que intento hacer el menor ruido posible para que la fantasma no se diera cuenta de su presencia. Pero Myrtle parecía tener un sexto sentido cuando se trataba de Harry, y su llanto se apagó enseguida para atravesar la puerta y mirarlo coqueta
- Hola Myrtle - le dijo Harry antes de que comenzara a llorar de nuevo por no haberla saludado.
- Hola Harry - dijo intentando mostrar una sonrisa, algo extremadamente difícil cuando hacia medio siglo que sólo lloraba.
- ¿Me podrías hacer un favor Myrtle? - dijo mientras buscaba el grifo con la pequeña serpiente grabada
- Claro Harry - dijo con una voz que parecía ser alegre
- Si alguien te pregunta si me has visto ¿le podrías decir que no? - dijo sonriendo para ver si convencía a la fantasma
- Por ti si, Harry ¿A dónde vas?
- A pensar un poco - y añadió un pársel - ábrete
Y poco a poco el grifo comenzó a girar, y el lavabo a moverse, para después hundirse, dejando ver un túnel del que no se veía el fin, pero él salto seguro, pues ya sabía donde iría a parar, sabiendo que al saltar la puerta de entrada se cerraría. El túnel bajaba, y Harry bajaba dentro de él; y a veces subía, y Harry subía por el impulso de la bajada, hasta que tocó fin en aquella galería de túneles, de los cuales sólo sabía donde llegaba uno, y ese fue el que siguió.
- ¡Lumos! - y una pequeña luz brilló en la punta de su varita.
Cuando se encontró con la segunda puerta decorada con dos serpientes entrelazadas volvió a ordenar en pársel que se abriese, y las serpientes se separaron para que la entrada quedase al descubierto, y así, poco a poco se encontró dentro de la Cámara de los Secretos. El cadáver del basilisco ya no se encontraba aquí, sino que fue retirado de inmediato, y para eso Harry les había tenido que abrir las puertas, pues era el único que hablaba pársel. Por eso tenia la seguridad que nadie más había entrado y que se lo iba a encontrar tal y como lo habían dejado en su segundo año, y fue quizás por eso que los recuerdos volvieron a asaltar su mente.
Ginny y el diario.
Tom y el basilisco.
Él y la espada de Gryffindor.
¿Qué podía haber empujado a Tom Marvolo Riddle a convertirse en Lord Voldemort?
No lo entendía.
Lo que sabía de la vida de Tom no creía que fuera suficiente para desear la muerte de todos los muggles y los sangres sucias, y por no olvidarse de los sangres mezcladas, Tom era uno de ellos por mucho que descendiera de Salazar Slytherin. No había tenido una infancia fácil, eso Harry lo podía entender, él tampoco la había tenido, criado por unos tíos que no lo querían, supuso que el padre de Riddle seria parecido a sus tíos, muggles de lo más muggles, que lo había abandonado por ser mago, lo mismo que hubieran hecho sus tíos sin la amenaza que les había hecho Dumbledore, y que todavía no sabia en que consistía. Eso no era suficiente para querer matar a todos los muggles. ¿Qué le habría sucedido?
La madre de Tom a la que nunca conoció, y un padre que le había abandonado. Supuso que el padre era el detonante de todo ese odio hacia los muggles, al menos Harry sabía que sus padres le habían querido ¿Cómo se debía sentir al tener un padre que te odia por ser lo que eres? Por eso lo mató. Cada vez tenia más preguntas, y ninguna respuesta para ellas ¿Cómo debía ser la madre de Tom? ¿Cómo una descendiente de Slytherin pudo llegar a enamorarse de un muggle? ¿Y amarlo lo suficiente para tener un hijo ilegitimo de él y ponerle el nombre de aquel hombre que la despreciaba por ser bruja? De eso debía hacer más de sesenta años, la época en la que Tom nació tener hijos ilegítimos estaba mal visto.
¿Y si su madre murió al nacer él, y al no tener a nadie más tuvo que ir a un orfanato, cómo se entero que descendía de Slytherin? Hay más magos que hablan pársel y que no descienden de Slytherin ¿No? ¿O todos los que hablan pársel descienden de Salazar? ¿Quizás fue el sombrero seleccionador el que se lo dijo? ¿Y eso fue suficiente para que la oscuridad le corrompiera? Saber que no sólo tu padre te desprecia por ser mago, si no que un antepasado tuyo te despreciaría por llevar sangre muggle. Ni una cosa ni otra. Se lo preguntaría un día al sombrero seleccionador en el que fuera el despacho del director y este no estuviera. Quizás así resolviera algunas de las preguntas que se le amontonaban en la cabeza en ese momento.
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Hasta aquí el capitulo por hoy. Creo que se me fue un poquito la cabeza con las reflexiones finales, en realidad ni siquiera lo tenia pensado, salio así, preguntándome yo que le debería haber pasado a Voldy.
Se que he tardado un poquito más de tiempo de lo que normalmente tardo en actualizar, pero con el comienzo de las clases, y los horarios que tengo casi no tengo tiempo para ponerme al ordenador a pasar lo escrito. En realidad tengo bastante tiempo para escribir, con las horas sueltas que tengo entre clase y clase.
Hablando de clases, voy a seguir los consejos que ha dado uno de mis profes: escribir. Se pasan quejándose sobre las faltas de ortografía, y lo que ha recomendado es escribir, a lo que yo por una vez voy a hacer completo caso a lo que dicen los profes.
Me despido, y espero volver a actualizar pronto, de momento el próximo ya lo tengo bastante comenzado.
