HARRY POTTER Y EL PRINCIPE DE SANGRE MEZCLADA
Disclaimer: TODO es de J.K.Rowling, a las editoriales, o a quien sea, sino puedo asegurar que Sirius estaría vivo y la Rata traidora muerta. Si algo en mi fic se parece al de otras personas que me lo digan porque puede ser que se me haya quedado la idea en el inconsciente, y tenga alguna similitud sin que esa sea mi intención.
Bueno antes que nada ¡FELIZ NAVIDAD A TODOS! después desearos que comáis mucho turrón y que cantéis muchos villancicos, y todo lo que se suele hacer en Navidad.
Siguiendo con el titulo del capitulo… tiene doble sentido (je, je, je) no solo es navidad en el fic, sino como regalo al final se descubre quien ha estado intentando matar a Harry, y se descubre también algo más, pero eso mejor que lo leáis vosotros mismos.
Supongo que ya os habéis enterado que el sexto libro ya tiene fecha de publicación en ingles… lastima que mi nivel de ingles sea desastroso… espero poder acabar el fic antes del 16 de Julio, aunque igualmente tenia pensado hacer el séptimo año basándome en mi fic, es que van a quedar bastantes cabos sueltos…
A los Reviews, he recibido varios (por no decir la mayoría) que me han hecho coger miedo de las represalias que podían haber por haber dejado el capitulo apuntito de matar a Harry je, je, je, creo que voy a comenzar a dejarlos todos así, no había recibido tantos reviews de golpe ¡YA HE SUPERADO LOS 75! Y la alegría que da abrir el ordenador y ver 80 reviews… (Claro que después de leerlos estaba algo asustadita por las amenazas)
Marla: aquí tienes todo lo que pedías, saber quien intenta matar a Harry y algo más sobre Evans, esto último no tenía que haber sucedido hasta final de su curso, pero me puse a escribir y salio solo, así que ¡disfruta!
Barby-Black: una fan de Remus por lo que me has dicho… Rowling es muy cruel con los merodeadores. Tranquila que aquí ya se sabe quien quiere matar a Harry… y totalmente de acuerdo con lo de Moody, no me gustaría tenerlo que tener de guardaespaldas… pero es alguien que impone…
JeanneKst: me asustaste con el review. Después me reí bastante releyéndolo, te leíste los 21 de golpe y te dejo con el avada kedavra (q cruel soy). En cuanto a los tres pequeños creo que los presente antes de la escena del tren, pero bueno, Alex no es que tenga mucha importancia, Mafalda esta aquí solo para incordiar (y porque leí que Rowling quería meter un personaje que se llamaba así y con un carácter parecido, y decidí que yo si que la iba a meter) y Mark… bueno, eso ya lo descubrirás.
Celina: no eres la única que se ha mosqueado conmigo por dejar el capitulo así, y si, estaré algo ocupada hasta febrero (o más bien, muy ocupada)
Gracias a marina-potter, a Gran Patronus y a remus-lupin-black-darkg por el review, a Marc por la amenazada de que no se me ocurra matar a Harry, lo mismo para Ginny84 (tranquila, procurare no dejar más capítulos así, aunque estoy tentada por ello) y respecto a ginebra… tranquila que he dejado a Harry vivo, al menos de momento.
22 - REGALO DE NAVIDAD
- Avada Kedavra - sin embargo ningún rayo verde apareció. Un suspiro de alivio surgió de la boca de Harry. Una respiración agitada oía de parte de la otra persona - Avada Kedavra - nada pasaba, solo más respiración agitada - Avada… - una pequeña luz se materializo en la varita de su atacante. Esta vez si que lo iba a matar. El pánico se apodera de él - …Ked… - la luz verde se hacía más potente. La fuerza que le había abandonado por los hechizos aturdidores surgió con renovada energía y Harry se abalanzo contra su contrario.
Cayeron los dos al suelo, Harry sobre el otro y cogió su varita para desarmarlo, pero el otro consiguió zafarse de su agarre e invoco un protego. Estaban todavía a oscuras y en este momento Harry no sabía donde apuntar. Escucho al otro correr e irse por el retrato.
Estaba solo de nuevo.
- Lumus maxima - y la Sala Común se ilumino para demostrar que efectivamente no había nadie más - incendio - y un fuego volvió a calentar desde la chimenea. Poco a poco fue hacia su butaca y se sentó. Cerró los ojos intentando normalizar su respiración y recuperándose de ese duelo. Comenzaba a ver la gravedad de la situación.
Había estado realmente muy cerca.
Demasiado.
Debía estar realmente incitado porque sentía su pulso sin necesidad de concentrarse. No había sido un duelo fácil. Había tenido los sentidos totalmente alerta. Ambos sabían que era algo más que un tonto duelo de exhibición, incluso algo más que los duelos que hacían en el ED. Se jugaban ambos algo más que una victoria, como el curso pasado con los mortífagos, la misma sensación de tenerlo que dar todo de ti para sobrevivir.
Abrió los ojos y decidió irse de vuelta a la cama, en este momento sentía que ni siquiera la torre de Gryffindor era segura, quizás encontraría la seguridad en su cama con las cortinas cerradas.
En el camino tropezó con algo y se agacho para cogerlo, por alguna razón lo reconoció de inmediato aunque solo lo viera durante unos segundos en su segundo año. Y el objeto en cuestión iba relacionado con un nombre en su memoria.
Bajaron a despedirse de Hermione que se marchaba a su casa estas navidades. No había encontrado una excusa lo suficiente valida para sus padres para quedarse. Ya que no les había dicho que estaban en guerra.
Pero no habían muchos que se marchaban, las familias mágicas tenían miedo, y preferían que sus hijos pasaran todo el tiempo que pudieran en Hogwarts, a salvo de los ataques de los mortífagos. Susan y Eleanor se marchaban a Hogsmeade, sus padres las habían venido a buscar para llevarlas a casa, estaban cerca de Hogwarts en caso de ataque. Ni siquiera cogerían el tren aunque era tradición.
Los que venían de familias muggles se marchaban aun abrazando a sus amigos, nadie estaba seguro de lo que podía pasar estas vacaciones, y había la duda de si volverían a verse.
Y entre toda la gente que se iba estaba él. Así que por lo menos serían unas navidades tranquilas. Aun no sabía si se lo iba a decir a Dumbledore o no, sabía que era una imprudencia no hacerlo pero había algo que le decía que esto lo tenía que arreglar sin su ayuda.
Volvían todos al castillo, Harry todavía pensando en lo que debía hacer. Los ánimos no estaban muy subidos y no se oían apenas risas. Se notaba que estaban en medio de una guerra.
- ¡Harry! - le llamo Ron - ¿Te apetece una guerra de nieve?
- Nada de jugar afuera como niños pequeños - gruñó Moody - a vuestra Sala Común.
- Pero… - iba a replicar Ron.
- Será lo mejor, Ron - dijo Harry con la mirada perdida.
Una vez en la torre de Gryffindor, Harry subió deprisa a la habitación, y una vez allí y habiendo sellado la puerta abrió su baúl y saco la Mano de la Gloria.
Con razón Malfoy acertaba todos sus ataques, porque si no recordaba mal su funcionamiento quien la tuviera podía ver en la oscuridad si ponía una vela entre los dedos, solo iluminaba para aquel que la sustentaba. Malfoy le veía a él y él no podía verlo.
Parecía ser que al final Lucius Malfoy si que se la había comprado a su hijo. Y seguramente ahora que él era un fugitivo le había encargado a Draco matarlo. Solo por eso ya tendría que estar en el despacho del director explicándoselo todo. Pero de alguna manera sentía que esto lo había de resolver él, sin nadie más por medio, ni siquiera Ron o Hermione.
Era posible que Malfoy no fuera como su padre, al menos por el momento, no había sido capaz de matarlo a la primera con el Avada Kedavra, y eso solo significaba una cosa. Tal y como había dicho Bellatrix Lestrange, se tenia que desear con todas las fuerzas para que la maldición hiciera efecto. El odio que tenían entre ellos no era suficiente por lo visto para activar la maldición. En el fondo Malfoy, aunque fuera muy en el fondo, no había querido matarlo y era por eso que continuaba con vida.
Se tumbo en la cama mientras seguía mirando la mano putrefacta, y así poco a poco se fue quedando dormido.
Todavía no tenia todos los regalos, pensaba Harry, mientras hacia desvanecer piedras en el pasadizo secreto. Ron, Ginny y Neville estaban con él y cada uno hacia su trabajo. Mientras unos vigilaban y apuntalaban las paredes, otros avanzaban poco a poco en el arduo trabajo de abrirse paso.
No estaba seguro de que comprarle a Dumbledore. Con el tiempo las cosas se habían calmado, la ira por la muerte de Sirius se había desvanecido y volvía a tener algún tipo de sentimiento positivo hacia él. Era algo afín a su carácter, había pasado su infancia en la más absoluta soledad, con unos tíos que le odiaban y sin ningún amigo en la escuela primaria. Al llegar a Hogwarts se había apegado a todas las personas que habían demostrado el más mínimo cariño por él. Y esta era la razón por la cual ya no lo odiaba, ni se agitaba como hasta ahora cuando estaba frente a Dumbledore.
Esto no quería decir que le hubiera perdonado que no le dijese de la profecía, ni de porque había de tomar clases de oclumancia con Snape, ni que iba aparar con las reuniones de ED y con todos los proyectos que estaban llevando a cabo. Que en cierta forma le apreciara y le respectara no quería decir que le iba a seguir a pies juntillas. Con esto en mente al final había decidido enfrentar a Malfoy después de las navidades cuando se volvieran a ver, lo más urgente ahora era acabar el pasadizo.
- ¿Ya conseguiste el Lazo del Diablo? - preguntaba Ginny a Neville, y saco a Harry de sus pensamientos.
- Mi tío abuelo Algie me lo va regalar estas navidades - habían decidido imitar la segunda prueba de aquellas que tuvieron que pasar para rescatar la Piedra Filosofal y ponerla en el pasadizo que iba del sauce boxeador a la Casa de los Gritos - me lo darán cuando los vea el día 25 - aquel día vendrían a buscar a Neville para llevárselo a San Mungo a visitar a sus padres, y después lo volverían a traer a Hogwarts.
- ¿No creéis que nos hemos pasado? Nosotros sabemos que la planta estará allí, y por eso sabemos como combatirla, pero ¿Qué pasa si alguien lo intenta atravesar y la planta lo atrapa? - un silencio profundo cayó sobre los cuatro chicos.
- Pero no podemos dejar el pasadizo desprotegido - dijo Harry, pero la voz no sanaba nada segura, las navidades pasadas un inefable había muerto por culpa de una planta en San Mungo.
- Nadie de la Orden pasara por ese pasadizo, si han de entrar en Hogwarts lo harán por la entrada principal, así que las únicas personas que lo podrían usar serían los mortífagos - iba diciendo Ron - y si lo han de usar seguro que no es para nada bueno.
- Quizás podríamos poner alguna barrera que los alerte a quienes vayan a pasar, al ver la barrera seguro que iran más alerta y si la planta los cogiese… - propuso Neville.
- pero entonces podrían librarse de la planta y estaríamos en las mismas - dijo Harry - tendremos que correr el riesgo.
- ¿Y si la planta llega a matar a alguien?
- En todas las guerras muere gente, y en un hipotético caso de ataque al castillo, y en el caso de que entren por ahí, mejor que mueran allí a que maten a algún alumno - dijo Harry con voz dura, pero realmente no lo sentía, aunque era verdad que estaba harto que solo muriera gente a la que le apreciaba.
- ¿Y en el hipotético caso de que alguien de la Orden haya de usar el pasadizo? ¿Y si están huyendo y han de coger el pasadizo? - el silencio volvió a reinar en la habitación.
- No lo se Ginny, no lo se - dijo Harry mientras se marchaba, porque para él el aire comenzaba a ser asfixiante.
La mañana de navidad nació con los terrenos todavía más nevados y una alborotada Ginny entrando en la habitación de sexto donde tres chicos todavía dormían.
- ¡Ron! ¡Harry! ¡Neville! ¡Los regalos ya están abajo! ¡Levantaos! ¡Arriba!
- Cinco minutitos más Ginny - dijo Ron mientras se hundía en su mullida cama, Harry ya se levantaba junto con Neville.
- ¡Aqua! - y un agua helada mojo a Ron sin compasión.
- ¡AHHHH! - y se levanto de golpe - ¡Esta me la pagas Ginevra Molly Weasley! - dijo mientras salía de la habitación detrás de su hermana.
Harry y Neville bajaron ya vestidos para encontrase que todos los Gryffindors que no se habían marchado estaban observando divertidos el duelo entre los dos hermanos Weasley. Y aun lado estaban Fred y George animándolos.
- ¡Vamos Ginny que vas ganando! Grito Fred, y era verdad, porque además de ir todo mojado, el cabello de Ron eran llamas, la parte superior de su pijama se había vuelto gelatina y le habían aparecido un par de dedos más en cada mano.
- ¡Animo Ron! - gritaba George mientras que Ginny presentaba un aspecto algo mejor. Solamente la piel se le había vuelto azul.
El duelo acabo cuando Ginny aplico un Rictusempra y Ron se desternillaba de risa en el suelo.
- ¿Qué hacéis aquí? - pregunto Harry a los gemelos.
- Hemos venido a celebrar la navidad con la familia.
- Exactamente. Hasta Charlie ha venido de Rumania.
- Así que daos prisa en abrir los regalos…
- Para ir a comer el magnifico desayuno que han preparado los Elfos Domésticos.
Para sorpresa de Harry tenia un montón de paquetes cuidadosamente apilados. Tenia el jersey Weasley de color verde que se apresuro a ponerse al igual que Ginny y Ron (Fred y George ya llevaban los suyos.
Hermione le había regalado un juego de plumas junto con una goma de borrar muggle que había encantado para que borrara tinta. Neville, Seamus y Dean le habían regalado una caja llena de Ranas de Chocolate.
Y Ron y Ginny un reloj mágico puesto que todavía no se había comprado uno desde que quedo inservible en su cuarto año. Era un reloj mágico que señalaba además el estado de al Luna y además tenia unas manecillas especiales que según le contaron después llevaban un hechizo rastreador para saber donde estaban aquellas personas importantes para el que llevaba el reloj (algunas de las prestaciones especiales que llevaba el reloj habían sido colocadas por Hermione ante la imposibilidad de los Wealeys de comprar uno que ya las llevara incorporadas).
Los gemelos le regalaron varios tipos de comida que ellos habían inventado (desde Saltaclases a Galletas de Canario pasando por Caramelos Longuilinguos).
Había un paquete cuidadosamente envuelto, y dentro había un extravagante gorro con dos borlas y dos guantes de diferentes colores, y supuso que se lo habría enviado Dobby. Así que este año le había dado por los gorros… y él que le había comprado calcetines a Dobby y a otra persona en un intento de reconciliarse.
Tonks y Kingsley le enviaban una enciclopedia de tres tomos para jóvenes aurores (últimamente solo le regalaban libros, tendría que hacer un hechizo agrandador a su baúl y otro para hacerlo más ligero).
Remus le regalo un collar comunicador como aquellos que usaba la Orden (N/A: invento mío que aparece en el capitulo tres, utilizan un sistema de colores para comunicarse entre los collares que estén asociados) y también Ron y Ginny tenían unos, y supuso que Hermione también tendría uno.
Encontró un regalito pequeño, y al abrirlo cayó un colgante, era un pequeño cuarzo con forma de lagrima. Lo observo más de cerca y sintió como había "algo" que se desprendía de él. Magia, aunque no muy poderosa. Seguidamente cayó una nota "Estimado Harry, este es mi regalo de navidad. Lleva varios encantamientos de protección, espero que pases unas buenas navidades. Con mucho cariño: Susan Amelia Bones".
En otro regalo se encontró con un llavero con forma de corazón que hizo que se estremeciera. Lo miro bien y cuando Ron grito - Harry - comenzó a soltar burbujas con forma también de corazón. Miro también la tarjeta que traía (como aquellas tarjetas muggles que se enviaban por estas fechas) y que estaba encantada para cantar Blanca Navidad una y otra vez, y vio que estaba firmada por Mafalda (decidió que la escondería junto con el chivatoscopio que una vez le regalo Ron.
El último regalo tampoco era muy grande y al abrirlo el corazón le comenzó a latir mucho más deprisa.
Era deslumbrante.
Se apresuro a sacarlo al aire, era una esplendida esclava de oro. Mientras la tenía entre sus dedos un rayo de luz impacto en él y los ojos de aquel león brillaron durante un breve instante de esmeralda. Le resulto curioso que un brazalete con forma de león tuviera los ojos verdes. Los volvió a mirar y eran negros. Se extraño bastante.
- ¡Vamos Harry! - grito Fred, y el llavero volvió a soltar burbujas.
- Ir tirando, ahora iré - dijo mientras seguía contemplando el regalo extasiado.
Y siguió observando el brazalete. Leyó entonces la nota que acompañaba al fastuoso regalo.
"Esta esclava perteneció a tu madre, pero incluso ella la llevaba en contadas ocasiones, pensé que la debías de tener tu, a Lily le hubiera gustado que así fuera"
Le dio la vuelta al papel pero allí tampoco no había ninguna firma, ni nada que pudiera indicarle quien le enviaba el regalo. Volvió a mirar la esclava. Había pertenecido a su madre.
A su madre.
Tenía algo que le perteneció a ella. Hasta ahora lo único que tenia de ella eran sus ojos, por todo lo demás siempre le comparaban con su padre, y tenia su capa invisible, su espejo de doble sentido, incluso el mapa del merodeador, de su madre solo tenia unas fotos, y el recuerdo del pensadero. Ella era una persona maravillosa y tener la pulsera con él significaba mucho.
La nota cayó al suelo ligeramente, y también cayó el brazalete con estrépito, sus ojos se abrieron de golpe, su pulso se acelero todavía más y parecía que no había suficiente aire en la sala para sus pulmones, mientras los recuerdos regresaban a él.
Recordaba una linda chica de cabello rojo oscuro y vivos ojos verdes, y un chico de alborotado pelo negro que la llamaba Evans. Ya sabía a que le recordaba el apellido. Su madre.
Cogió el brazalete con forma de león y con los ojos ahora verdes, como los suyos, los de su madre, y los de Mark.
