¡Saludos a todos! Hoy, después de mucho esfuerzo, logré terminar un capítulo. Espero que los que lo lean lo disfruten. ¡Gracias a todos los que me dejaron reviews a pesar de mi demora! Aquí les respondo a los reviews del capítulo 36 y del 37. Y como siempre, gracias a Francia, que saca los cocodrilos de lo que escribo. ¡Eres maravillosa!

Respuesta a reviews capítulo 36:

Carolix_: bueno... ya vendrá más acción. Y me animé ¿viste?

Synn: Crabbe no tiene acceso al castillo, y tampoco estaba mirando todo el tiempo la pura entrada ;) Voldemort no habría aprendido tanta cosa si no leyera!!! Harry anda medio pesado, y no creo que se le pase por un tiempo. Por lo de la ventana... supongo que no evaluo esa posibilidad. Pero de todos modos es difícil aprender un hechizo con solo mirarlo, ¿no? Remus se las arregló bien, yo creo. Amanda volverá. pero no tan pronto pienso yo.

Naiko: El gato... ahí esta. Comiendo hasta reventarse con los elfos. Es feliz. Intervendrá de vez en cuando. Sirius y Harry tienen ambos un caracter fuerte. Creo que tendrán muchas discusiones más. La historia siempre he pensado en terminarla. Lo que pasa es que no tengo tiempo. Llego a mi casa muy tarde, y cansada. Pero ahora tuve tiempo y escribí un nuevo capítulo ^_^ A mi también me deprimió ESA muerte :´-( Por lo de la amistad... lo dejaré en suspenso. Pero no será fácil! Voldemort... ese no descansará jajaja. Snape no necesitará ir al hospital para averiguar más jejeje. O no todavía al menos.

Raistlin majere: No sé... casi nunca puedo escribir. Pero, a la velocidad que sea, terminaré.

Cygni: Disculpa la de mora. jajaja, sobrevivirán... sino se me acaba la historia jajajaja.

Joyce Granger: Que bueno que te guste tanto mi fanfic :) No sé si haga secuela, pero esta historia se extenderá por un periodo no determinado del año escolar.

selene snape: Obviamente no será un santo!!! Sino sería muy aburrido, verdad?

Eyes: y bueno... en algún momento se me tenía que salir un modismo. Hay... y yo que quería mantenerme totalmente NN. El asunto de los hermanos lo continuo en este capítulo. Lo que pasa es que para resolverlo necesitaba el retorno de uno de los personajes. Lo de actualizar seguido... no lo puedo prometer por desgracia :'-(

Respuesta a reviews capítulo 37:

Synn: Voldemort se mosqueó... pero no es tan estúpido como para perder a alguien como Snape. Después de todo el brujo es su ojo en Hogwarts... El fic lo seguiré escribiendo, el problema es la VELOCIDAD!

nai-ara: Lamento haberme demorado tanto... espero que este capítulo sea de tu agrado.

carolix_: Si, están ligeramente adictos. En realidad están en un punto en que todavía pueden volver atrás. Pero la tentación está demasiado cerca...

mike -granger- h: gracias por desearme suerte. La necesito! duende: actualizaría más rápido si pudiera! Que espanto... parezco disco rallado... Hermione, Ron y todos los otros ya vuelven en este capítulo.

V1rUs p@()La: Si, la voy a seguir. Difícil que un virus me toque... mi pc ya no se puede conectar a internet. ¡¡¡ Y tampoco puedo leer más fanfictions!!! Y CREEME que lo extraño. Me gustan mucho las fanfictions. Ahora estoy en el pc de mi hermana, que me lo prestó porque ella salió... Pero rara vez sale. Ella AMA su pc.

damariam: jajaja, ¿culpable YO? Voy a seguir escribiendo, don't worry. Pero no te puedo prometer cuando estará el capítulo 39 :( Sobre la amistad de los chicos... costará... y dejo el suspenso muahahaha. No te preocupes por dejar reviews cortos. Siempre es agradable un "Lo leí, y me gustó".

Capítulo 38 Vuelta a clases

Ya hace un rato que había oscurecido, y sólo faltaban unos 45 minutos para que llegaran los carros de alumnos. La señora Pomfrey no había accedido a dejarlo ir antes, por más y más que Harry insistió.

Ahora Harry se encontraba caminando, por fin sólo, por los pasillos del castillo. Se sentía extraño. Estaba libre. Temía, a cada instante, que apareciera alguien a la vuelta de la esquina, para retarlo y devolverlo al encierro. ¿Qué haría durante esos tres cuartos de hora?

Caminó sin pensar, y se encontró frente al retrato de la dama gorda, que lo saludó cordialmente, pero se rehusó a dejarlo entrar por no saberse la contraseña.

-Será mejor que vaya a la pajarera, a ver si Hedwig está -se dijo. No había podido ir a verla antes, ya que la enfermera había estado demasiado ocupada preparando todo. Quería estar lista ante cualquier eventualidad cuando llegara el primero de septiembre, y no lo había dejado ir sólo.

También debía pedirle sus cosas a Snape. Suponía que debía estar en el castillo, aunque no lo había vuelto a ver desde que los dejara, a Draco y a él, días antes. Pero no se atrevía a bajar a las mazmorras. Por un lado, todavía tenía temor de que lo encerrara y no lo volviera a dejar salir. Era un temor injustificado, por supuesto. Y él lo sabía. Snape no querría tenerlo cerca. Y, de todos modos, los demás llegarían pronto. Aun así, el sólo pensar en bajar se le apretaba el estómago. Por otra parte, sentía que parecería un estúpido entre los demás sin su varita, pero se dijo que tenía todo el resto de la noche para ir a pedírselos. Y también podía pedírselos al otro día. ¿Qué apuro había?

Llegó a la pajarera sin encontrarse con nadie, para su gran alivio. Pero no sacó nada, ya que habían muy pocas lechuzas y Hedwig no estaba entre ellas. Debían estar cazando.

Miró por la ventana. ¿Qué podía hacer el resto del tiempo? No alcanzaba para ir a la cueva, y de todos modos ni se asomaría al bosque de noche, sin varita.

Se sentó en el marco de una de las ventanas sin vidrio, con las piernas hacia afuera. Desde ahí podría ver cuando se acercaran los carros. El aire fresco estaba muy agradable, y el lago reflejaba la noche con suaves ondas. Cerró los ojos.

Detrás de él, una pequeña figura se movía nerviosa, de un pié a otro, sin atreverse a meter ruido ni a acercarse. ¿Qué tal si lo asustaba, y el chico caía al vacío?

Dobby se culpó a si mismo por no haber intervenido ANTES de que se subiera a la ventana. Y ahora parecía dormido. ¿Qué podía hacer? Dumbledore le había pedido que fuera discreto al seguirlo. Que no se dejara ver, pero que diera aviso de inmediato si se encontraba en peligro. Y ahora Dobby se encontraba ahí, sin atreverse a hacer ruido, sin atreverse a intervenir, y sin atreverse a dejarlo solo para avisar.

Finalmente, el elfo no aguantó más. Se alejó sin hacer ruido de la pajarera. No se atrevía a desaparecer detrás de él, no fuera a ser que lo escuchara, se asustara y se cayera. Una vez afuera desapareció con el menor ruido que fue capaz de hacer.

~ * ~

-¿Qué está dónde? -preguntó Dumbledore preocupado.

La profesora Sprout, la profesora McGonagall, el diminuto profesor Flitwick, y Snape aguzaron el oído. Se encontraban en medio de una reunión con el director, cuando el elfo se había aparecido, con los ojos más grandes que de costumbre.

-En la PAJARERA, señor director Dumbledore -repitió el elfo, a su oído (tratando de ser discreto, aunque sin resultado ya que los otros cuatro presentes estaban pendientes de sus palabras)-. Sentado en la ventana -agregó trabando saliva.

Flitwick dio un corto y agudo chillido. Las profesoras se miraron preocupadas, Snape se pasó la mano por la cara, con gesto exasperado (murmurando algo que nadie entendió, pero que parecía una maldición), y Dumbledore suspiró.

-¿Estás seguro de que corre peligro? -preguntó preocupado. Una parte de él le decía 'no preguntes idioteces y haz algo', pero tampoco quería que el chico se enterara que estaba vigilado. A menos de que fuera de vida o muerte, claro.

-Bueno, Dobby no está seguro, señor Director -dijo Dobby bajando la vista- . ¿Quiere el señor Director que Dobby vuelva a ver?

Todos se sorprendieron al escuchar hablar a Snape.

-Albus, deja que yo vaya. De todos modos tengo que hablar una palabrita con él.

-Gracias Severus. Pero se discreto. No dejes en evidencia que fuiste porque se encontraba donde se encontraba.

~ * ~

Snape salió del despacho, para aparecerse en su mazmorra. A los pocos segundos, y tras tomar lo que había ido a buscar, volvió a desaparecerse, para reaparecer nuevamente al pie de la escalera que conducía a la pajarera. Subió las escaleras, haciendo ruido a propósito.

~ * ~

Harry abrió los ojos. Alguien venía. Y no eran sus amigos, ya que no había oído los carros acercándose. Rápidamente se bajó de la ventana. Quién quiera que fuera podía verlo sentado ahí, podría pensar cualquier cosa, e irle con el cuento a Dumbledore. Y Dumbledore se lo diría a su padrino. No pensaba perder sus idas a Hogsmeade por algo tan estúpido.

-¡Con que aquí estabas! -exclamó Snape al entrar a la pajarera-. ¿No te dijeron acaso, Potter, que debías pasar a buscar tus cosas hoy? Pero claro... -agregó ácida y burlonamente-, Harry Potter es demasiado IMPORTANTE como para molestarse en ir a buscarlas. A ÉL hay que buscarlo para entregárselas...

-Lo olvidé -mintió Harry (no iba a admitir el miedo que sentía de volver a la mazmorra)-. Los siento. Gracias por traérmelas.

-¿Y qué diablos se supone que estás haciendo aquí de todos modos?

-Buscaba mi lechuza -respondió Harry encogiéndose de hombros-. Pero no la encontré, y me quedé aquí para ver cuando se acerquen los carros.

-Pues te informo, Potter, que también se ven des la entrada -se burló Snape tendiéndole sus cosas.

Harry captó la idea. Tenía deseos de responderle que sabía perfectamente eso, que no era un estúpido, y que lo dejara en paz. Pero pensó que sería una mala manera de comenzar el año, metiéndose en problemas por responderle a un profesor. Tomó sus cosas en silencio, y se dirigió a la puerta sin dirigirle la mirada a Snape. Ese brujo había vuelto a ser el mismo desagradable de siempre. Al menos -pensó Harry- todo parecía volver a la normalidad.

~ * ~

Cuando por fin llegaron los carros, Harry se sentía un poco nervioso. No sabiendo dónde dejar su escoba en el entretanto (y sólo de estar loco hubiera vuelto a la enfermería), la había envuelto en la capa invisible. No quería que lo quedaran mirando, y se rieran de él por andar trayendo su escoba desde el primer día. Cuando sintió que los primeros alumnos se acercaban, tomó una decisión: no esperaría en el vestíbulo para que todos lo miraran. Esperaría en un baño cercano, desde el cual podía ver el vestíbulo si entreabría la puerta. Así podría salir cuando viera a sus amigos, sin que nadie se diera cuanta de que él ya estaba cuando llegaron. Además, así podía dejar escondida su escoba envuelta en la capa, sin andarla trayendo durante toda la cena.

Vio llegar primero a Draco. Extrañamente, venía acompañado por Crabbe y Goyle al igual que los años anteriores. Sintió rabia. Al verlo, había sentido el impulso de acercarse. Pero se le quitaron rápidamente las ganas al ver el par que iba con él. ¿Era idea suya, o Draco buscaba discretamente a alguien con la mirada? Debía ser idea suya, ya que el chico continuó con su amigotes hacia el gran comedor.

Al poco rato, entraron Hermione, Ron y Neville. Era el momento. Salió del baño y se unió a la muchedumbre sin llamar la atención. Todos venían riendo y contándose las vacaciones.

-¡Harry! -exclamó Hermione al verlo, abrazándolo. Algunos de los que los rodeaban los miraron con curiosidad, pero la masa los empujó hacia el comedor-. ¡Que gusto ver que estás bien!

-Hola Harry -lo saludaron Ron y Neville apenas Hermione lo soltó-. ¿Dónde estabas, Harry? -preguntó Neville-. ¡No recuerdo haberte visto en el tren!

-Es que llegué antes -mintió Harry. No quería divulgar el hecho de que había pasado gran parte de sus vacaciones encerrado en Hogwarts. Se lo diría a Ron y Hermione, por supuesto. Para nadie más necesitaba saberlo. Agregó, para cambiar de tema-: vamos al comedor, que me muero de hambre.

-Yo también, -dijo Neville-. Pero de todos modos vamos a tener que esperar la selección y el discurso.

-¡Ojalá sea corto! -agregó Ron esperanzado.

-Que infantil... -agregó Hermione mirando al pelirrojo reprobatoriamente, quien se puso colorado.

-Claro, -le respondió Ron con ironía-. Olvidé que los Perfectos-Prefectos no sienten hambre. Están a otro nivel, ellos...

-No seas ridículo -le respondió Hermione volviéndose y caminando al comedor sin esperarlos.

Harry los miró con curiosidad. ¿Qué diablos le pasaba a sus dos amigos? Caminó rápidamente hacia el comedor detrás de su amiga, y agregó para cambiar de tema:

- ¿Y quién es el otro prefecto?

-Dean -respondió Neville.

En efecto, divisó a Dean Thomas entre la masa, con su reluciente insignia en la capa.

~ * ~

En el comedor reinaba el ambiente habitual de principios de año. Muchas risas, conversaciones, y caras bronceadas. A lo lejos, Harry divisó a Cho Chang. Parecía mejor que el año anterior, y conversaba con sus amigas. Un codazo de Ron lo sacó de sus pensamientos.

-¡Harry, mira! -le dijo indicando la mesa de profesores-. ¡El profesor Lupin está de vuelta!

Era verdad. Remus Lupin se estaba sentando en ese mismo momento, al lado de la profesora Vector. Al sentarse, el hombre lobo miró hacia la mesa de Gryffindor, y le sonrió a Harry y sus amigos.

-Que bueno que esté de vuelta -comentó Hermione, saludándole también de un gesto.

- ¡Y ojalá que éste sea de verdad! -se rió Ron-. Después de lo del año pasado...

-Es el real -afirmó Harry-. Si hasta nos saludó.

Harry notó a Snape, que tras entrar, miró los asientos libres, y se fue a sentar en el más alejado de Remus Lupin que había. Hagrid, que ingresaba en ese momento, tomó asiento donde siempre lo hacía. Enseguida, miró hacia la mesa de Gryffindor, y le saludó con la mano. Ron y Hermione sólo le sonrieron. Aparentemente ya se habían visto en Hogsmeade, a la llegada del tren. 'Que envidia', pensó Harry.

Dumbledore entró en ese momento, y se sentó donde siempre, sin mirar a nadie. Al instante, se puso a conversar con la profesora Sprout, que se había sentado en uno de los asientos libres que había a su lado.

Harry recordó su verano y miró hacia la mesa de Slytherin. Draco estaba sentado de modo que sólo veía su espalda. Parecía conversar animadamente con sus amigos de siempre. Aparentemente, todo lo que le había pasado con Voldemort no había influido en sus antiguas amistades. Sintió más rabia. Draco volvería a ser el de antes. Aunque tal vez era preferible, así él no perdería a Ron y Hermione por su culpa.

La entrada de la profesora McGonagall los distrajo a todos. Una fila de niños venía detrás de ella, mirando impresionados alrededor.

La ceremonia transcurrió con normalidad. Aunque había unos cincuenta chicos nuevos, sólo siete fueron a dar a Gryffindor. Cuatro niñas, y tres niños. Lo que resultó curioso, es que diecinueve fueran a parar a la mesa de Slytherin.

-Linda generación... -murmuró mordazmente Ron.

Nadie respondió al comentario, aunque todos miraban en la misma dirección. Harry se fijó en la cara de Snape, pero el brujo miraba su mesa, con cara de neutralidad. Una vez que los últimos niños Slytherin se sentaron (tuvieron que apretarse un poco en las bancas), Dumbledore se puso de pie para comenzar su discurso. Al instante todos quedaron en silencio, mirándolo. Estaba abriendo la boca cuando, sorpresivamente, apareció la señora Norris corriendo con Silvester persiguiéndola.

La gata intentó arrancar saltando sobre la mesa de Hufflepuff. Silvester la siguió. Todos miraron incrédulos como los gatos corrían. Harry notó que Draco miraba preocupado a su gato, pero no hizo ningún ademán de tomarlo. Filch corrió detrás de su gata, hasta que finalmente consiguió tomarla en sus brazos.

- ¡Aléjate gato asqueroso! -le dijo mientras le lanzaba una patada a Silvester, quien lanzó un bufido indignado y se fue a refugiar debajo de la mesa de Slytherin.

- ¡Si hasta ese gato es Slytherin este año! -exclamó Ron.

-Debe ser de alguien de esa casa -comentó Hermione.

Harry se quedó callado, pero notó que Draco miraba debajo de la mesa. Snape también miraba a Draco.

-Bueno, estimados alumnos -continuó Dumbledore ganando de inmediato la atención de todo el mundo-, en este año que se inicia sólo quería...

La aparición de una cuadrilla de elfos alrededor de la mesa de Hufflepuff lo interrumpió. Rápidamente los elfos limpiaron la mesa, y volvieron a desaparecer. Varios alumnos y profesores se rieron, mirando a Dumbledore.

-Bueno -continuó el anciano-, les decía que es un placer tenerlos a todos de vuelta. También les doy la bienvenida a los nuevos alumnos, y estoy seguro de que esta etapa de sus vidas que comienza hoy será...

Un alumno de Slytherin se puso a toser nerviosamente. Estaba colorado, y parecía estarse ahogando. La señora Pomfrey se puso de pie para ir a verlo. Todos lo oyeron decir, entre ahogos, algo así como "alergia" "gatos".

La señora Pomfrey salió del comedor con el chico. Dumbledore suspiró.

-Bueno. Bienvenidos queridos alumnos. También le damos la bienvenida al profesor Lupin, que se reincorpora (no hubo muchos aplausos, y varios miraron con temor hacia el hombre lobo). El bosque prohibido sigue prohibido (Dumbledore miró a todo el mundo, deteniéndose especialmente en Draco, Harry y los gemelos), y todo lo que no está permitido en el castillo está en la lista del señor Filch, que puede ser consultada en su despacho. El campeonato de Quidditch se restablecerá este año, y los que quieran postular para pertenecer al equipo de su casa deberán hacerlo durante la próxima semana, con el jefe de su casa.

Dumbledore dijo todo eso rápido, e hizo una pausa en la que hizo aparecer un vaso de agua. Se lo tomó, y, cuando todos los alumnos esperaban que diera por finalizado su discurso, continuó:

-Este año, se dará inicio a una serie de talleres. Los dirigirán algunos de nuestros profesores, que gentilmente accedieron a hacerlo (Harry notó la risa sarcástica de Snape). La inscripción en alguno será obligatoria para todos los alumnos (se escucharon algunos murmullos de desaprobación, sobre todo de la mesa de Slytherin). Las listas de los talleres entre los que pueden escoger están publicadas en las salas comunes de sus casas. Las inscripciones serán durante el día lunes, y sus horarios serán fuera del de las clases (aquí se escucharon protestas desde todas las mesas). Dicho todo esto, no me queda más que desearles mucha suerte este año y, ¡A comer!

Apareció el festín de cada año, y todos comenzaron a comer con entusiasmo. Muchos conversaban de los talleres, con curiosidad. Otros seguían hablando de las vacaciones.

-Deben haber varios talleres si son obligatorios -comentó Hermione-. Para que todos queden en alguno.

- ¿Cuál será el más fácil? -preguntó Ron-. No tengo ganas de complicarme la vida.

-A lo mejor hay uno de ajedrez -comentó Neville-. Al menos en ese te iría muy bien, Ron. Yo en cambio...

-Ojalá haya uno de Quidditch -comentó Harry-. ¿A ti que te gustaría Hermione?

-No sé -respondió la chica-. Cuando vea la lista te cuento.

-Hermione va a escoger el taller en que haya que leer más libros -se burló Ron.

-Ja ja ja -ironizó Hermione-. Al menos, no parto diciendo que quiero el que sea más fácil.

-Tal vez haya alguno que dirija Hagrid -comentó Harry para cambiar de tema, y que dejaran de pelear.

El resto de la cena pasó sin más peleas. Ron y Hermione le preguntaron a Harry por sus vacaciones, pero Harry evadió la cuestión. Ellos entendieron la indirecta, y no insistieron. Cuando acabó la cena, ya nadie podía comer más, y todos querían ir a dormir. Harry, Ron y Hermione fueron a ver a Hagrid y a Remus, que se habían puesto a conversar al abandonar la mesa.

- ¿Qué tal? -preguntó Remus al verlos-. ¿Qué tal, Harry?

Los chicos lo saludaron cordialmente, y lo felicitaron por haber vuelto.

- ¿Están alguno de ustedes a cargo de algún taller? -preguntó Ron esperanzado.

-Por supuesto -admitió Hagrid con orgullo-. Yo organicé un taller de agricultura y jardinería. El señor Director ya me dejó un terreno en los alrededores del colegio para eso.

- ¿Y usted, Profesor Lupin? -preguntó Ron.

-De ajedrez, Yo estaré a cargo de un taller de ajedrez. ¿Por lo que entiendo a ti te gusta, verdad Ron? Me han dicho que eres muy bueno.

-No, no tanto -respondió Ron poniéndose colorado.

-Igual, será un placer contar contigo -le aseguró Lupin-. Y con cualquiera de ustedes dos, claro -agregó mirando a Hermione y Harry.

Dean Thomas se acercó a ellos.

-Hermione, apúrate que tenemos que llevar a los primeros años.

-Voy, Dean -dijo inmediatamente Hermione y se fue con él.

-Voy Deaaaan -la imitó burlonamente Ron cuando se hubo alejado.

-¿Qué te pasa, Ron? -preguntó Harry con curiosidad.

-Es que Hermione se está volviendo sumamente tonta, ¿no lo habías notado?

Harry prefirió no contestarle. No quería mentirle, ni pelear con él.

-Mejor vayan a descansar -les dijo Lupin sonriendo-. Otro día conversamos más.

Los chicos se fueron de los últimos, y en el vestíbulo se encontraron con Draco.

- ¡Weasley! -le dijo burlón-, veo que no te has muerto todavía del hambre. Y Potter. ¿Qué tal?

Ron, colorado nuevamente, le dio un puñetazo antes de que Harry alcanzara a hacer nada. Justo en eso, pasó la profesora McGonagall.

- ¡Weasley! ¿Qué clase de comportamiento es ese?

-Malfoy me estaba insultando profesora -se defendió Ron. Draco sonrió, a pesar de que le estaba saliendo sangre por la nariz. Harry miró a Draco. ¿Qué le estaba pasando? ¿Podría haber cambiado tanto en tan pocos días?

- ¿Y que te estaba diciendo Malfoy, Weasley? -preguntó Snape que acababa de llegar.

Ron no quiso contestar, por lo que Harry salió en su defensa.

-Lo insultó, Profesor -insistió Harry sin entrar en detalles.

-¿Ahora se llama usted Weasley, Potter?

-No importa -dijo Ron simplemente. No iba a repetirlo frente a Snape y McGonagall. Y, de todos modos, ya le había logrado dar un puñetazo a Malfoy, así que estaban empatados. Sonrió.

-Entonces acompáñame, Weasley -dijo la profesora McGonagall, enojada. Ron dejó de sonreír-. Y tú, Potter, vuelve a la sala común.

Ron se fue enojado, detrás de la bruja. Snape los siguió. Cuando desaparecieron, Harry se volvió hacia Draco.

- ¿Y a ti que diablos te pasa? -le preguntó.

- ¿Y que te pasa a ti, Harry? -le preguntó el otro-. Desde que llegué, que no te veo sin Granger y Weasley. ¡Podrías siquiera haberme saludado!

- ¡Eres tú el que no se aparta de sus guardaespaldas!

- ¿Y que quieres? ¿Qué no me acerque a nadie más que a ti? Y de todos modos, ¿ves por aquí a Gregory o a Vincent?

-No -admitió Harry-. Pero tú sabes que Ron y Hermione son mis amigos.

- ¡Entonces quédate con ellos y vete al diablo! -le respondió Draco. Se volvió y se fue.

Harry tuvo el impulso de pedirle que volviera, pero se contuvo. No quería perderlo como amigo, pero tampoco podía serle tan desleal a Ron después de lo que había pasado. Apesadumbrado, se fue al baño donde había dejado su escoba, y se dirigió sólo a la torre de Gryffindor.

~ * ~

Lejos de ahí, en un oscuro lugar, el señor tenebroso disfrutaba de una taza de café. Frente a él se encontraba uno de sus mortifagos.

-Está bien, puedes retirarte.

El otro se inclinó y salió. Nagini se acercó a su amo, y posó la cabeza en sus piernas.

-Creo, Nagini, que tengo que actuar con más astucia, si eso es posible -dijo, mientras le acariciaba la cabeza a la serpiente. Ella solo sacó la lengua varias veces, y cerró sus ojos con placer.

-No puedo negar que me decepciona mucho la actitud del chico de los Malfoy. Pero creo que esa supuesta amistad con Potter puede sernos útil. De hecho: me alegro de no haber acabado con él. Pero esta vez actuaré yo. Estoy seguro de que, con la valiosa ayuda de los chicos que sí me son fieles, yo puedo... convencerlo... de que me ayude. No puedo seguir organizando nada si Potter puede verme, e irle con el cuento al viejo Dumbledore. Tener ese ojo abierto sobre mi es peligroso. Tengo que eliminarlo, y ya no puedo fallar.

La serpiente acercó su cabeza a la de el, siseando.

-No, Nagini. -le respondió el sonriendo-. No dudo de tus habilidades, ni menos de tu lealtad. Pero no te enviaré a ti. Eres demasiado preciosa, ¿sabías? Está vez actuaré yo.

~ * ~

Harry entró a la sala común, y vio a un grupo de chicos mirando una hoja puesta en el panel de avisos.

-Son los talleres -le explicó Hermione acercándose a él-. ¿Dónde está Ron?

-Con McGonagall -explicó Harry-. Le pegó a Malfoy, y ella lo vio.

-¿Y por qué?

-Él lo insultó, como siempre, y Ron le dio un combo.

-Ese Malfoy es una desgracia -comentó Hermione-. Espero que Ron no lo esté pasando muy mal.

Harry sintió una puntada en el estómago. Recordó que hace tan solo una semana Draco era su amigo. Lamentaba haber peleado con él. Pero, ¿qué mas podía hacer?

-Snape se fue con Ron y McGonagall... no creo que eso ayude.

-Pobre Ron.

-Si. ¿Hermione, pasó algo en el tren que tú y Ron están tan peleadores?

-Es Ron. Se lo pasó criticándome en el viaje en tren. No soporta que Viktor sea mi amigo, no soporta que sea prefecta. Fue una suerte que Neville llegara al compartimento, y un alivio cuando me llamaron al compartimento de los prefectos.

-Ah. ¿Y qué tal tu verano? -preguntó Harry para evitar que siguiera hablando de Ron.

-Bien. Bulgaria es muy interesante. También fui a Gracia. Saqué un montón de fotos. ¿Y el tuyo?

-Vamos más allá -le dijo Harry indicando un rincón de la sala común en que no había nadie (la mayoría de los alumnos, satisfechos con la cena, se había ido a la cama de inmediato). Se sentaron sobre unos cojines, con la espalda apoyada en el muro-. Pasé el principio del verano en casa de los Dursley. Pero luego pasaron unas cosas con mi primo, y ellos tres se fueron de vacaciones sin mi. Y yo me quedé aquí en el colegio el resto del verano.

- ¿Todo el verano? ¿Y como es por aquí en verano?

-Aburrido -dijo Harry con un suspiro-. Lo único que quería era que por fin llegara el primero de septiembre.

- ¿Y te quedaste aquí solo?

-No. Al principio me dejaron con la señora Pomfrey. Pero luego ella tuvo que viajar a ver a su hermana, a Francia, y no volvió sino hasta hace poco.

- ¿Y el resto del tiempo?

-Con Snape. Y luego con Lupin. ¡Fue horrible! Cuando Snape no quiso cuidarnos más, Dumbledore nos iba a dejar con Trelawney. Por suerte...

- ¿Nos? -preguntó Hermione extrañada-. ¿Quién más pasó el verano aquí?

Harry se mordió la lengua. ¿Qué hacía? No sabía si contarle a Hermione de Draco, sobre todo después de lo que acababa de pasar.

-Hedwig.

-Ahhhhhh -se rió Hermione-. Disculpa por interrumpirte. Me decías que te iban a dejar con Trelawney.

-Si. Pero finalmente nos... es decir, me dejaron con Remus Lupin. Y luego con la señora Pomfrey nuevamente. ¡No tienes idea lo aburrido que puede ser! No me dejaban hacer nada, ni ir a ninguna parte. Por suerte ya se acabó.

- ¿Te quedaste aquí en la torre?

-No. Primero dormí en la enfermería, que es un horno en verano, créeme. Luego, en una mazmorra que está debajo de las mazmorras, luego en la torre norte, cerca de Trelawney, y finalmente de nuevo en la enfermería. De hecho: desde hace como un mes que no entraba a la sala común. Sólo dormí aquí el día que llegué, con Hocicos.

- ¿Y él no se quedó contigo aquí?

-No, por suerte -murmuró Harry. Hermione lo quedó mirando extrañada.

- ¿Por suerte? ¿Ya no quieres vivir con él?

-No.

- ¿Qué ocurrió este verano, Harry? -preguntó Hermione-. Algo tiene que haber pasado. Tú deseabas poder irte a vivir con él.

-No quiero hablar de eso.

Hermione no insistió. Estuvieron unos segundos en silencio.

- ¿Y Snape? Debe de haber sido horrible vivir con él.

-Yo creo que el que lo pasó peor, fue él-se rió Harry.

- ¿En serio? Bueno, en realidad es obvio que te odia. No debe haberle gustado tener que verte durante parte de sus vacaciones. ¿Y en que pasabas el tiempo?

-Mirando el techo principalmente. Lo peor fue en la enfermería, porque la señora Pomfrey no me dejaba hacer nada y hacía un calor espantoso. Snape no fue tan desagradable. Me hizo ordenar una bodega, limpiar la pajarera, limpiar las estanterías de su despacho... pero fue casi un alivio tener algo que hacer.

-No debió obligarte a hacer esas cosas -comentó Hermione-, es un abuso de poder. ¿Se lo dijiste a Dumbledore, o a tu padrino?

Harry se quedó callado. No estaba seguro de qué responderle. No quería mentirle, pero tampoco quería decirle que había estado castigado la mayor parte de sus vacaciones, porque tendría que contarle todo lo que había hecho. Y Hermione no lo felicitaría. Además, tendría que mencionar a Draco, y ya ni soñaba con que Ron y Hermione también aceptaran hacer grupo con él.

-No importa. De todos modos el verano ya acabó.

Hermione hubiera insistido, si no fuera porque en ese momento entró Ron. Venía colorado, y se sentó junto a ellos en silencio.

- ¿Y? ¿Qué pasó? -preguntó Harry preocupado.

-No debiste atacar a Malfoy, Ron -comenzó a decirle Hermione-. Golpear a los compañeros...

- ¡Mira quién habla! -respondió Ron de mal modo-. ¿Acaso la señorita Perfecta-Prefecta nunca le ha pegado a Malfoy? ¿Quieres acaso que te refresque la memoria?

Hermione se quedó callada. Había olvidado que ella misma le había pegado a Malfoy.

- ¿Y que te dijo McGonagall? -le preguntó Harry

-Que no me dijo... -murmuró Ron con pesar-. Me sermoneó por horas. Le quitó diez puntos a Gryffindor. Le va a escribir a mis padres. Y más encima me tengo que disculpar con ese idiota mañana en la mañana, en el gran comedor. Y cuando le dije que por qué no le decía nada al IDIOTA de Malfoy, que es el que había comenzado todo, le quitó otros cinco puntos a Gryffindor, diciendo que, ésa, no era forma de expresarme de un compañero. ¿Se dan cuenta, de la tamaña injusticia?

-Creo que tuviste suerte -comentó Hermione-. En historia de Hogwarts leí que una vez...

- ¡CÁLLATE! -le gritó Ron-. Guárdate tus sermones.

Hermione se paró, ofendida. Y tras desearle las buenas noches a Harry, se fue.

-No pienso pedirle disculpas a Malfoy, Harry. No me pueden obligar. Se merecía el puñetazo. Tú fuiste testigo. ¡Se lo merecía!

-Si quieres puedo ser tu testigo, contarle a McGonagall lo que te Draco te dijo, y...

Ron paró de gruñir, y miró a Harry como si se hubiera vuelto loco.

- ¿DRACO?

-O sea... Malfoy -respondió Harry rápidamente.

-No sé si eso sirva -murmuró Ron sin darle más importancia a que su amigo hubiera llamado a Malfoy por su nombre-. No creo que ella desista.

- ¿Qué dijo Snape?

-Nada. Absolutamente nada. Creo que sólo fue para asegurarse de que McGonagall me castigara.

- ¿Voy a hablar con ella ahora?

-No. No importa.

- ¿Y qué vas a hacer mañana?

- ¡Nada! De todos modos no me pueden obligar a pedirle disculpas.

Harry y Ron se fueron finalmente a acostar. El último pensamiento antes de dormir de Harry, fue en lo mal que ese año escolar había comenzado: peleado con Draco, y con sus dos mejores amigos, peleados también.

~ * ~

La mañana siguiente amaneció negra y lluviosa. Unos oscuros nubarrones hacían parecer que estaba oscureciendo a pesar de ser de mañana.

Harry bajó con Ron a la sala común. Aunque quería esperar a Hermione para bajar a tomar desayuno, no estaba seguro de que Ron querría. Por lo que se puso a mirar el aviso de los talleres, para hacer tiempo. Ron también se acercó. Había "Agricultura y Jardinería" con Hagrid, "Ajedrez" con Lupin, "Cocina mágica" con los elfos, "Coro" con Flitwick, "Excursionismo" con Hooch, "Fotografía" con Snape, "Perfumes" con Sprout, "Pintura" con Sinistra, "Primeros Auxilios" con Pomfrey, y "Teatro" con McGonagall.

-Yo estoy entre el de ajedrez y el de excursionismo -comentó Ron olvidando por un rato su mal humor-. ¿En cual te inscribirás tú, Harry?

Harry pensó que estaba más seguro de en cuales NO se inscribiría. Ni fotografía, ni primeros auxilios eran una opción. Tampoco se veía haciendo el loco en un coro, o un grupo de teatro. Cocina o perfumes... sería el único chico en esos cursos, probablemente...

-Es curioso que no haya uno de defensa -comentó Ron.

-Tal vez sea mejor, dado lo agresiva que es la gente en este colegio -murmuró Hermione a sus espaldas.

- ¿Sabes Harry? Creo que tengo hambre. ¿Vamos? -dijo sin mirar a Hermione y caminando hacia el retrato.

-Espera, Ron -le dijo Harry-. ¿Hermione, vienes con nosotros?

Hermione no le respondió, pero caminó con ellos. Ya en el comedor, se sentaron junto a Ginny y los mellizos. Harry notó que Draco todavía no llegaba.

- ¿Es verdad que le pegaste a Malfoy, Ron? -le preguntó George con entusiasmo

-Si.

- ¿Entonces eres tú el responsable de que partamos con 15 puntos menos? -preguntó Ginny.

-Si. ¿Y qué? -se enojó Ron-. ¿Acaso tú nunca has perdido puntos?

Ginny se quedó callada. Y Hermione salió en su defensa.

-Ron. Deja de gritarle a la gente. Los demás no tenemos la culpa.

- ¿Y que vas a hacer? ¿Quitarme puntos por decirle a mi hermana que no se meta en lo que...?

En ese momento entró Malfoy al comedor, y Harry supuso que la noticia había corrido rápido, porque varias caras lo miraron, y luego a Ron.

- ¿Qué miran? -le preguntó Ron a un par de Hufflepuff que lo miraban y cuchicheaban. Al instante los chicos se dieron vuelta hacia su propio desayuno.

Hermione suspiró, y sacó un paquete que llevaba en su túnica.

-Traje fotos de Bulgaria y de Grecia. ¿Quieren verlas?

-¡¡¡Fotografiaste a Vikky!!! -le gritó Ron-. Felicitaciones. Que interesante pasatiempo.

-Que pesado... -murmuró Hermione-. No tienes para que mirarlas tú si no quieres. Pero no decidas por el resto.

Ginny y los gemelos se pusieron a mirar las fotos, lo que irritó a Ron todavía más. Harry no se atrevió a manifestar interés en las fotos, para no irritar más a su amigo.

-Llegó McGonagall -comentó Harry de pronto, dándole un codazo a su amigo.

Ron bajó la vista, y Harry pudo ver que se había puesto rojo. Notó que McGonagall caminaba hacia ellos.

-Weasley. ¿Te disculpaste con Malfoy? -preguntó la bruja, pero Ron no respondió. Ella suspiró-. Anda.

- ¡Pero él empezó! Que se disculpe él.

-Faltaste a un reglamento del colegio, Weasley. Si no vas, voy a tener que tomar otras medidas.

-Profesora, no voy a ir, porque no es justo. El me atacó primero.

- ¿Te tengo que recordar todo lo que te dije ayer? ¿Acaso él te pegó?

-No.

-Te insultó.

-Indirectamente, si.

- ¿Lo hizo, Weasley? -insistió McGonagall.

-No.

-Entonces nada justifica tu actitud. Ve, y discúlpate con él.

-No voy a ir, no insista.

- ¿Quieres que te lleve de una oreja, y luego ir donde el director?

Ron se puso más colorado todavía. Estaba consciente de que todo el comedor lo estaba mirando a ese paso. Harry vio que Draco sonreía. De pronto sus miradas se cruzaron. Draco dejó de sonreír y bajó la vista.

-Ron, mejor anda... -murmuró Hermione tomándole la mano para expresarle su apoyo.

Ron le soltó la mano con violencia, tirando de paso un montón de fotografías al suelo. Se dirigió a la mesa de Slytherin sin mirar a nadie, se paró frente a Malfoy. Le gritó "LOS SIENTO" con una voz que expresaba perfectamente que no lo sentía en lo más mínimo (al contrario), y después salió corriendo del comedor.

Harry sintió el impulso de salir detrás de él, pero al ver a Hermione con los ojos rojos recogiendo sus fotos comenzó a ayudarle. Los gemelos y Ginny comenzaron a ayudar también.

-Nuestro hermano a estado así todo el verano, profesora -comentó Fred a McGonagall-. Pero no es malo.

-Pues más le vale que aprenda a controlarse -murmuró la bruja, y se dirigió a la mesa de profesores.

Harry se quedó mirando una foto. Algo le había llamado la atención. En la foto aparecía Hermione, junto a Viktor Krum y un anciano que abrazaba paternalmente al chico. Estaban parados sonriendo, y detrás de ellos había un gran cuadro representando una pareja. La cara del hombre del cuadro le recordó poderosamente a cierta fotografía... ¿Sería posible que hubiera alguna relación entre el hombre del cuadro de la foto de Hermione, y el antiguo alumno de Hogwarts que tanto se parecía a su padrino y a Snape? Miró detenidamente la foto, tal vez se había equivocado.

De pronto, sintió a alguien en su espalda. Se volvió. Era Snape, y también estaba mirando la foto. Por una fracción de segundo se quedaron mirando.

-Interesante... - ¿Sacó usted estas fotos señorita Granger?

-Si profesor.

- ¿Le gusta sacar fotografías?

-Bueno... si -respondió la chica, insegura.

-Entonces la voy a estar esperando en el taller de fotografía. Buenos días señorita Granger -le respondió, y se encaminó a la mesa de profesores sin esperar una respuesta. Hermione se quedó mirando como se alejaba.

-Y yo que quería inscribirme en el de primeros auxilios... -murmuró con pesar.

-La embarraste, Hermione -le comentó Ginny-. Lo siento. ¿Aunque tal vez te dejen inscribirte en ambos?

-Debiste haberle dicho que no las tomaste tú -agregó George-. ¡Ahora te matriculó para su taller!

- ¡Apuesto que va a estar lleno de puros Slytherin!

-Lo siento Hermione -le comentó Harry devolviéndole la foto-. ¿Quién es el anciano que está junto a Krum?

-Su abuelo. Papá de su papá. Esa foto la sacó la mamá de Viktor, un día en que nos levantábamos de la mesa. Comentó que me veía muy bonita en ese vestido y que quería sacarme una foto con él.

Harry notó que, en efecto, su amiga se veía particularmente bonita en ese vestido de verano, con los brazos descubiertos.

- ¿Y la pareja del cuadro? -preguntó con curiosidad.

- ¿Ellos? Parientes de Viktor. Están muertos los dos.

-Muertos... -murmuró Harry. ¿Sería aquel joven el mismo de la foto? Snape también se había quedado mirando la foto, así que no debía ser idea suya...

-Si, muertos. Un día pregunté quienes eran, y Viktor me dijo que la chica era la hermana de su abuelo, Syna Krum, y que el de al lado era su novio. Creo que se llamaba Solon... Solon Stern... o algo así. ¿Por qué te impresiona tanto que estén muertos? Muchos cuadros representan personas que ya no están.

-No, por nada -respondió Harry.

En ese momento Neville le pasó un pergamino. Eran los nuevos horarios.

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