Bueno, después de siglos y siglos... aquí está el cap. 3! espero que sea de su agrado y que no me tiren piedras por haber tardado 3 meses! en ponerlo...

Lily Dark Black

Capítulo 3: En el hospital San Mungo

Harry recorrió con rapidez los pasillos del hospital con Ginny en brazos, buscando a alguien que los atendiera.

Por fin, se acercó un hombre gordo y entrado en años que indicó a Harry con un gesto que lo siguiera.

El hombre los llevó a una pequeña consulta con las paredes pintadas de verde.

-¿Por qué todos los hospitales serán verdes?- se preguntaba Harry.

-Ponla ahí- dijo el hombre, indicando la camilla situada en el cuarto con uno de sus dedos gordezuelos- será sólo un minuto.

-¿Cómo sabe lo que tiene?- preguntó Harry, suspicaz- Aún no le he dicho nada.

-Bueno, creo que es evidente¿no?- inquirió el desagradable médico.

Harry miró a Ginny, que se movía en la camilla, gritando aún.

-Sí, bueno, supongo que sí- admitió Harry bastante contrariado.

-La contramaldición es muy sencilla- prosiguió el hombre, dándose importancia- Sólo hay que saber efectuarla correctamente… se trata de una maldición inductora del sueño, además de impedir que despierte, hace que tenga pesadillas sobre aquello que más teme.

El extraño individuo, enfundado en su bata de médico, y con ojillos pequeños y brillantes, empezó a darle un mal resentimiento a Harry. Aquella maldición parecía muy avanzada¿Cómo podía saber tanto sobre artes oscuras un simple médico?

Las sospechas de Harry se vieron confirmadas cuando el hombrecillo, con apariencia de saber perfectamente lo que estaba haciendo, se arremangó las mangas de la túnica y exclamó:

-¡AVADA…

Pero la maldición letal no terminó de formularse en sus labios, porque Harry, que había estado esperando, preparado para atacar, le saltó al cuello, derribándolo y apuntándolo con la varita.

-¿Quién eres?- inquirió, enfurecido- habla o te mato aquí mismo.

Pero antes de que harry pudiera mover un músculo, dos hombres uniformados entraron en la reducida estancia.

-¿Qué está ocurriendo aquí?- preguntó el más alto de ellos.

-Este hombre- dijo Harry, levantándose de encima del falso médico- ha intentado matar a mi mujer.

-¿Ha intentado?- repuso el otro hombre- entonces es que no ha sabido cumplir su misión… y levantó la varita, dispuesto a matar a Harry allí mismo.

Harry reconoció entonces al hombre bajito y de ojos brillantes: era Peter Pettigrew, quien también levantó su varita, en un arrebato de ira.

Pero Harry fue más rápido, levantó la varita y exclamó:

-¡IMPEDIMENTA!

El hechizo surtió su efecto, Pettigrew movió los labios, pero no fue capaz de pronunciar la maldición.

Ante un movimiento de uno de los empleados, Harry volvió a levantar la varita y pronunció:

-¡DESMAIUS!

El hombre cayó al suelo como un pesado fardo, mientras los otros dos se acercaban con rapidez para formular la contramaldición.

Entonces Harry, aprovechando el momento, cogió a Ginny y salió por el pasillo a la mayor velocidad que podían permitirle sus piernas.

Cuatro hombres más lo abordaron, y harry, totalmente fuera de sí, empezó a lanzar maldiciones a diestro y siniestro:

-¡CRUCIO!

-¡IMPERIUS!

Finalmente, logró salir del hospital con Ginny en brazos. El alba comenzaba a despuntar y Harry subió en el coche rápidamente, con una idea fija en la mente:

Hablar con el ministro de magia.

Reviews: muchas gracias! dark lady Evans! jejeje tu nick le tiene un aire al mío. Espero que sigas leyendo y que aún te guste, y lo siento por la espera...