HOLAA!

Bueno, agradezco a todas rapidísimo que es tarde y mañana me tengo que levantar temprano porque empiezo mis clases de teatro:D (toy re contenta! jajajaj)

GRACIAS POR LEERLO!

Espero que les guste, aca sigo:

CAPITULO VI: Un extraño dilema.

Después de estar un tiempo más en la reunión, ésta comenzaba a acabarse lentamente, por lo que los cuatro amigos decidieron retirarse, no sin antes saludar de nuevo a la Profesora Mcgonagall. Como habían quedado, fueron a tomar algo a un café-bar muggle que había cerca. Cuando entraron, pidieron una mesa para cuatro. Al fondo de todo, Hermione se sentó en una esquina, al lado de Harry. Ron se sentó enfrente de Hermione, y Ginny al lado de éste, de manera que enfrentaba a Harry.

-Bueno¿qué quieren tomar? –preguntó éste ultimo apoyando los codos sobre la mesa.

-Yo quiero... jugo de naranja... –dijo Ginny.

-Yo también... –dijo Hermione.

-¿Tu, Ron? –preguntó Harry mirándolo.

-Nada...

-¿Seguro?

-Sí...

-Bien, yo quiero... –Harry pensó durante unos segundos. –Bah, no quiero nada...

Todos rieron y, tras pedir las bebidas, comenzaron a hablar.

-Tenemos que juntarnos mas seguido a partir de hoy¿eh? –dijo Harry con una gran sonrisa en la cara.

-¡Claro! –dijo Ginny mirándolo.

-¿En qué piensas? –preguntó Hermione hablándole a Ron, quien miraba atentamente hacia la nada.

-Nada... solo que... se me vino a la mente algo extraño... –contestó éste.

-¿Qué es? –preguntó Harry curioso.

-Pensaba... ¿qué será de la vida de Malfoy?

-¿Eso pensabas? –exclamó Ginny sorprendida.

-Sí... es que... no se, nunca se me ocurrió antes, pero me interesaría saberlo... solo por curiosidad...

-A decir verdad, a mi también me gustaría saberlo¿sabes? –admitió Harry.

-Pues yo he escuchado que se casó... no me acuerdo con quien... –comentó Hermione.

-¿Se casó? –preguntó Ginny. -¿quién querría casarse con él?

-Pues no sé... ve tu a saber, quizás ha cambiado... –dijo Hermione.

-Cambiado... ¿en que sentido?... –preguntó Ron mirando a su amiga de manera extraña.

-Como persona, claro... no sé si te acuerdas lo inmaduro que era en Hogwarts... –Hermione puso los ojos en blanco, recordando viejas épocas.

-Bueno, pero por otro lado nosotros también lo éramos, al dejarnos llevar por sus tonterías... –dijo Harry.

-Sí, pero lo pasado, pisado... ¿no? –Ginny sonrió. –...que Malfoy haga de su vida lo que quiera, con tal de que no moleste a los demás...

-Tienes razón... –respondió Harry sonriendo. Luego rió.

-¿Qué pasa? –pregunto Hermione sonriendo también.

-Me acuerdo cuando el profesor Moody lo convirtió en hurón¡fue muy gracioso! –dijo el chico riendo.

-Sí¡pero se lo merecía! –dijo Ron con una sonrisa en la cara.

-Ya, pobre, dejemos de hablar mal de él... –dijo Hermione, a quien le daba pena hablar mal de una persona.

-¿Pobre¡Pobre nosotros! Con todo lo que nos hizo... –exclamó Harry.

-Ya, ya, solo cambiemos de tema¿si? –dijo Hermione.

-Está bien, si no queremos que el huroncito paranoico nos arruine la tarde... –comentó Harry con lo que Ginny rió.

-¡Eres malo! –dijo la pelirroja.

-Bah, ni lo digas¡oye, tengo sed¿puedo? –dijo Harry señalando el jugo de Ginny.

-¡Claro!... Si es que no estas resfriado o nada de eso... –dijo la chica bromeando.

-¡Do¡Cdado que do! –dijo Harry simulando hablar con la nariz tapada, mientras le daba un sorbo al jugo de su amiga. Ginny reía divertida, mientras Hermione los miraba curiosa. Harry le guiñó un ojo y ésta rió. Entonces Ron la miro inesperadamente, y sintió un escalofrió. Sentía como si fuera en cámara lenta, como, en una milésima de segundo, la chica pasaba de mirar a Harry a mirarlo a el, y allí se congelaba. Sus ojos se unieron en una sola mirada, desde los destellos color miel, hasta el brillo especial del verde. Estos últimos recorrieron fugazmente la imagen que lo enfrentaba: los ojos, la luz en ellos, la pequeña y delicada nariz, ahora fruncida por la risa, los labios, los pequeños dientes, toda la sonrisa, cada mínimo detalle era observado y admirado en lo que parecían horas, pero en realidad eran solo segundos. Ambos se quedaron mirándose mientras el mundo seguía su curso alrededor. Hasta que...

-...¿no, Ron¿Ron? -dijo Harry.

-¿Qué? –el pelirrojo apartó la mirada de Hermione para fijarla en su amigo, que lo miraba divertido. Se había dado cuenta de lo sucedido, pero no lo demostró.

-Que si no es verdad que en séptimo me agarró un resfrío enorme por estar toda una tarde lanzándote bolas de nieve... porque tu hermana no me cree...–Harry sonrió.

-Si, sí, ...-contestó Ron distraído. –Sí, es verdad...

Hermione volvió a su casa alrededor de la una. Se habían quedado hablando en el café-bar por un buen rato con sus amigos, aunque no pudo articular lo que se diría como una frase entera y lógica, ya que ese cruce de miradas con Ron la paralizó, y lo que la tenía más consternada era que, aparentemente, el pelirrojo sufrió el mismo efecto.

Cuando la chica entró a su casa, se cambió la ropa por un simple camisón de estar y, sin ganas de almorzar, se dirigió directamente a su lugar. Sí, ella tenía un lugar secreto, un lugar que nadie conocía salvo ella, en el que albergaba sus más profundos sentimientos, sin ser su propia conciencia, ya que allí pasaba tardes enteras, sin tener la más mínima noción del tiempo, pues no lo necesitaba. Era un lugar en donde la chica podía pensar sin ser interrumpida por nada ni por nadie, solo estaban ella, y el silencio. A ese lugar tan preciado recurría cuando necesitaba pensar profundamente, reflexionar sobre su vida, cuando se sentía perturbada por algo, o molesta, o sensible, o incómoda, o aturdida, o dolida, o simplemente necesitaba un momento de paz.

Salió por la puerta trasera de su casa, que llevaba a un pequeño jardín, el cual se esfumaba en una espesa arboleda. Visto desde una primera impresión, esto no daba a entender mas que un simple jardín hogareño con árboles alrededor. Sin embargo, si uno se fijaba bien, podía distinguir un estrecho sendero entre aquellos árboles, que se internaba en lo que sería un profundo bosque. Y, efectivamente, ese era el camino que llevaba a Hermione a su lugar de tranquilidad. La chica atravesó el pequeño jardín y llegó hasta el fondo, donde, sin dificultad alguna, tomó el sendero oculto. Caminó por el bosque siguiendo el sendero unos cinco minutos, hasta que, bruscamente, el bosque terminaba, junto con el camino, dando lugar a un minúsculo y reservado espacio verde, el cual carecía totalmente de árboles. Era como un segundo jardín, con la diferencia que éste último estaba oculto, y, lo que es más importante, estaba totalmente delimitado por un gran lago.

Hermione se acercó lentamente a la orilla del lago y se sentó allí, solamente a contemplar el horizonte. El sol de mediodía se reflejaba hermosamente sobre la superficie del agua, y el suave viento acariciaba las mejillas de la chica. Y ésta comenzó a pensar. Pensó en todo lo que le estaba pasando, pensó en su vida, pensó en sus amigos, pensó en cómo Harry había cambiado su forma de ser en esos años, cómo se había abierto al mundo, dejando detrás esa timidez de niño, para darle lugar a la madura seguridad adulta que día tras día lo embriagaba. Y luego, inevitablemente, una imagen invadió sus pensamientos, dejando todo atrás, ocupando el primer lugar. Ron la tenía atada. No sabía que hacer, no estaba segura de lo que sentía, pero por otro lado, sabía que estaba enamorada de él. Sabía que amaba a su mejor amigo. Era extremadamente contradictorio, pero obvio a la vez.

-¡Por favor, no¡Es mi mejor amigo! - pensó la chica mientras se tapaba la cara con las manos, angustiada. Pero no podía hacer nada para remediarlo. Lentamente, se acostó sobre el pasto, mirando el cielo. Habían quedado con Ron, Harry y Ginny de juntarse tres días después en Hogsmeade. No se imaginaba cómo hacer para aguantar semejante tortura. Sumándole la presencia de Joanne. Sí, Joanne estaría con ellos. Se había salvado ese día, pero era la primera y última vez. ¿Cómo haría¿Cómo haría para soportar una tarde entera viendo como Ron y Joanne se besuqueaban delante de ella¿Cómo haría para soportar una vida entera sabiendo que el hombre que ella amaba era feliz con otra¿Cómo haría para no morir en el intento?...