Hola chicas! perdonen por la tardanza... es que se me murio la maquina y tuve que reconfigurar todo y me tardo unos dias.. pero bueno ya estoy de nuevo aca para ponerles otro capitulo,

espero que lo sigan leyendo..

Lau!

CAPITULO X: Los preparativos.

-¿Porqué no se despierta? –preguntó una voz femenina.

-Porque está durmiendo... –contestó ahora una voz de hombre como si fuera lo más obvio del mundo.

-¡No¿De verdad¡No me digas, yo pensé que estaba nadando! –dijo riendo la chica con tono irónico.

-No seas mala conmigo, Ginny, solo me refiero a que hay que hacer un esfuerzo para sacarla de su... estado vegetativo... –Harry rió con ganas.

-¡Qué malo eres! –saltó Ginny pero riendo también. –Debe estar muy cansada...

-¿Porqué será? –preguntó Harry con exagerado tono dramático.

-Porque me quedé hasta tarde sin poder decidir si iba o no a la bendita cena... –respondió Hermione todavía con los ojos cerrados. Era viernes por la mañana, y como había prometido, Harry estaba en su casa, pero inesperadamente acompañado por Ginny. La castaña se cayó en la cuenta de esto después de unos segundos:

-¡Ginny! –exclamó la chica incorporándose y con los ojos bien abiertos. -¡Harry¿Qué hace ella aquí?

-Me siento rechazada. –comentó la pelirroja con tono exageradamente neutro.

-No te preocupes, Herms. Ella ya sabe. –explicó Harry con inocente intención de calmar a su amiga, pero se dio cuenta que no debía haberlo dicho... ni hecho.

-HARRY POTTER. –dijo Hermione fría y duramente, dirigiéndole al chico una clara expresión amenazadora, entornando los ojos.

-¡No me mires así! Se lo tuve que contar porque me vio enviándote la ultima carta...

Hermione se puso nerviosa.

-¿La de... que se dio cuenta? –preguntó lentamente. Hatty asintió haciendo una mueca de "lo siento", pero la castaña se puso aún más nerviosa. No sabía exactamente porqué, pero no le gustaba que un pariente directo de Ron supiera lo que ella sentía. ¿Y si se lo decía? Pero parecía como si Ginny le hubiera leído el pensamiento.

-No te preocupes, Herm, no diré nada a nadie, lo juro. –la pelirroja le dirigió una sonrisa tranquilizadora, pero Hermione no terminó de convencerse. –Sinceramente... –siguió Ginny.-... nunca me cayó bien esta Joanne.

-¿No? –Hermione estaba un poco esperanzada.

-No... y a mi mamá tampoco. Ya verás cuando la veas hoy, je, je.

-¡Oye! Yo no dije que iba a ir. –se atajó Hermione.

-¿No vas a ir? –preguntó Harry decepcionado.

-No... no sé. –admitió la castaña.

-Se supone que tenías que saber para este momento... –le dijo Harry entornando los ojos pero sin estar en verdad enojado.

-Es que me da vergüenza, no me siento cómoda, Harry, entiéndelo. –le dijo Hermione triste.

-Mira, Herm. –le dijo Ginny. –Yo te prometo que no te vas a sentir para nada incómoda. Vamos a estar todos¡va a ser muy lindo! Además... –la pelirroja puso tono de secreto. –Podrás aprovechar para vestirte deslumbrante y conquistar a mi hermano.

-Oh por favor... –dijo Hermione tratando de parecer desinteresada pero levemente ruborizada y sonriendo.

-¡Vamos! Vas a ver que te voy a producir y lo vas a dejar con la boca abierta... –Ginny le sonrió aún más.

-Bah... –Hermione estaba siendo cada vez más convencida.

-¡Sí! Por favor... ¡ve! Por nosotros... –dijo Harry rogándole arrodillado junto a su cama, lo que hizo que la chica riera.

-Harry, por favor, no seas ridículo...

-No soy ridículo, soy fervoroso, por favor¡dime que irás! –Harry seguía arrodillado, haciendo puchero.

-...

-...

-...

-Está bien, voy a ir. -cedió Hermione sonriendo.

-¡SÍ! –gritó Harry saltando. -¡Que bien, que bien!

-Bueno, ya, ya, no es para tanto, Harry... –le dijo Hermione riendo.

-Sí que lo es, créeme... -le dijo Ginny a su amiga...- al menos para él. ¿Sabes? No sé porqué será, pero Joanne puede ser muy buena, si, pero no creo que nadie la aprecie tanto... como a ti, Herms. –Ginny rió.- Así que considérate un punto a favor... Harry siéntate¿quieres?

El chico se sentó bruscamente, ya que segundos atrás estaba saltando.

-Ya. –dijo un poco agitado pero sonriendo plenamente.

-A lo que iba, -continuó la pelirroja. -...ya tienes todo el afecto y apoyo que todos te podemos dar... lo único que tienes que hacer ahora es conquistar a mi hermanito... –Ginny le dirigió una sonrisa pícara a su amiga mientras iba hacia su guardarropas y lo abría, dejando a la vista todas las prendas de Hermione. -...para lo cual...YO, te voy a producir.

-Y para lo cual yo las espero abajo porque ustedes solas se entienden porque son cosas de chicas y yo no entiendo nada y por eso estoy de mas así que voy abajo.-sentenció Harry muy rápidamente por lo que las dos chicas lo miraron entre divertidas y sorprendidas.

-Mejor vete... –le dijo Ginny sonriendo mientras cerraba la puerta detrás suyo dejando a Harry fuera de la habitación.

Tras media hora de puro análisis indumentario, Ginny decidió que lo mejor iba a ser comprarle un vestido a su amiga. Mientras bajaban hacia la salida, Hermione discutía esto duramente.

-Ginny¿no hay ninguna posibilidad de combinación¿absolutamente nada? –preguntaba desesperada la castaña mientras pasaban por la sala de estar, en donde Harry las estuvo esperando sentado en el sofá, y ahora las miraba pasmado por lo poco que habían tardado.

-¿Qué pasó? –preguntó al aire, haciendo caso omiso de las quejas de Hermione ya que no las entendía, se puso de pie y caminó al compás de ambas chicas quienes se dirigían hacia la puerta de salida. La pelirroja tomó la manija de la puerta pero no la abrió. Se dio vuelta, enfrentando a Hermione y a Harry, con lo que se formaba un curioso triangulo. Le habló a este último, con expresión profesional.

-Harry, lamento que hayas esperado, pero no encontré nada apropiado.

-¡Quiere ir a comprar ropa! –exclamó Hermione hacia Harry con los ojos abiertos, exagerando su indignación.

-Bueeeeeeeno, no es para tanto... –dijo el chico sonriendo.

-Harry, no quiero gastar plata en un vestido cuando tengo ro... –se quejaba Hermione, pero Ginny la interrumpió.

-Herm, escucha, -la chica le sonrió. – tu no vas a gastar plata, yo te lo voy a comprar Y yo te lo voy a elegir. Considéralo como un regalo...

-Pe..

-¡Shht! SIN "peros". Estoy en Hogsmeade, allí hay mucha ropa... y linda. –la pelirroja sonrió aún mas y sin dejar lugar a reproches, desapareció, dejando en la casa a una confusa Hermione y un divertido Harry, quienes desaparecieron también, apareciendo en Hogsmeade junto a Ginny. Entraron a un negocio en el que abundaban brujas de todas las edades, y con ellas abundaban vestidos de todo tipo y color. Cuando entró, Hermione tuvo la sensación de que estaba en un concierto por la cantidad de gente, pero luego cambió de idea y pensó que el lugar se parecía más a un club de video muggle, ya que los vestidos estaban clasificados por categoría, como "ATREVIDOS", "EXOTICOS", "ABURRIDOS", "INTERESANTES" o "NORMALES", con grandes carteles que los dividían.

-Esto mas que clasificarlos es confundir a la gente... –comentó Harry mientras caminaban hacia el fondo del negocio, que parecía interminable. -¿Qué demonios quieren decir con "interesantes"?

-Harry, si quieres tu puedes pasear por ahí, no quiero que te aburras... –le dijo sinceramente Ginny, deteniéndose.

-Gracias, cualquier cosa estoy en Las Tres Escobas... –dijo el chico, perdiéndose de vista en dirección a la salida.

-Que rápido que accedió... ¿se habrá estado aburriendo desde hace mucho tiempo? –pregunto Hermione preocupada.

-No lo sé... –dijo Ginny sin darle mucha importancia, mientras retomaban la caminata hacia el fondo del negocio. De repente a Hermione le vino la duda.

-Oye, Ginny¿a donde estamos yendo? –preguntó curiosa.

-A los vestidores... tu te quedaras ahí y yo te elegiré los vestidos... ven... –dijo la pelirroja cuando llegaron a una gran fila de pequeños cubículos de madera. Algunos estaban cerrados por cortinas y se notaba que había gente dentro, pero Ginny buscó uno vacío y hizo que Hermione entrara. -...espérame aquí mientras yo busco vestidos para que te pruebes... y cierra la cortina para que no te lo ocupen. Así. –Ginny expandió la cortina con un movimiento rápido, dejando a Hermione dentro del cubículo.

La chica se quedó quietecita allí dentro y observó a su alrededor, viendo que solo tenía un espejo entero enfrentando a la cortina y un pequeño banquito de madera en una esquina. Alzó la cabeza y vio con gran alivio que el cubículo no llegaba al techo, por lo que respiró al saber que no estaba completamente encerrada... Es más... sintió demasiado alivio...

-¿Seré claustrofóbica...? –se preguntaba, hasta que oyó los pasos de Ginny y sacó la cabeza a través de la cortina. Su amiga tenía varias perchas con vestidos colgando.

-Que rápido... –comentó Hermione tomando el primer vestido que le tendía Ginny.

-Ah, ni me di cuenta... –la pelirroja sonrió mientras Hermione miraba el vestido. -...pruébatelo, lo saqué de "Exóticos".

La castaña alzó una ceja y se encerró de nuevo en el cubículo, mirando el vestido a través del espejo. Francamente era muy llamativo, de color naranja con betas verdes manzana y, mágicamente, lanzaba destellos dorados. No le parecía bien, sin embargo, se lo probó.

-¿Y? –preguntó Ginny impaciente. Hermione corrió la cortina dejándose ver. Mas bien, dejando ver su cara de asco. Ginny soltó una risotada.

-¿Qué te parece? –preguntó casi en broma.

-No se porque pero me hago acordar a Luna Lovegood¿a ti no? –sentenció amargamente Hermione.

-Bueno, no te queda mal... además, llamarás la atención... –Ginny no aguantaba la risa.

-Solo dame otro vestido. –Hermione cerró la cortina, se quitó el vestido llamativo y se lo lanzó a Ginny, quien le tendió uno nuevo.

-Lo saqué de "Atrevidos"...

-¡Ginny! –exclamó retándola Hermione mirando el corto, escotado e intensamente rojo vestido que le había pasado su amiga.

-Sólo pruébatelo, no pierdes nada.

-Si... la paciencia... –mumuró la castaña mientras se probaba el vestido. Cuando estuvo lista, se dejó ver.

-Parezco una ramera desesperada por acostarme con Ron. –dijo agriamente.

-Sí, mejor ponte éste.

Hermione se volvió a sacar el vestido que tenia puesto y miró el nuevo. Parecía un fideo de lo angosto que era. Cuando termino de probárselo, ni siquiera abrió la cortina.

-¿Esto de donde lo sacaste, de la sección "Cocina"¡Parezco un matambre! –le dijo a Ginny por lo ajustado que le quedaba.

-Bueno, bueno, pruébate este último... creo que es el mejor. –Ginny le pasó un discreto vestido color salmón. Hermione le lanzó el vestido angosto y se probó el de color salmón. Era el primer vestido con el que, al mirarse al espejo, no le hacia acordar a nada repugnante. No era muy corto, pero tampoco muy largo, solo era unos centímetros por encima de las rodillas, y le quedaba bien. La tela parecía seda, y tenía una caída espléndida. Tambien era un poco escotado, pero no como el rojo, sino que mas leve, y llevaba una cinta fina llena de pequeños cristales en cada hombro como sostén.

-Mira. –dijo la chica dejándose ver. Ginny sonrió ampliamente cuando vio como le quedaba.

-Hermione... te queda... –la pelirroja no sabia que palabra usar. -... ¡perfecto! Ese color te favorece muchísimo, y ¡mira, te resalta todo el cuerpo... –dijo enfrentándola al espejo.

-Gracias, Ginny... –murmuró Hermione ruborizada.

-De nada, ahora ven que pagamos esto y nos vamos con Harry. –dijo Ginny.