Nunca te abandonaré

II.

Un milagro.

Los médicos no lo describieron con esa palabra, pero bastaba verles la cara para saber que era eso lo que pensaban.

La noche que Rukawa empezó a despertar de su letanía Sakuragi no volvió a su casa. Se quedó en la clínica, esperando expectante a que el doctor Tsukihiro terminara de hacerle pruebas. Se moría de ganas de entrar de nuevo en la habitación y continuar hablando con él. Aunque hablar no es que hablara mucho. En el breve tiempo que pasó con él antes de salir al pasillo dando voces y saltos de alegría, Rukawa se limitó a contestar preguntas sencillas como su nombre y si se encontraba bien. Le costaba articular frases largas y estaba muy desorientado.

Pero Hanamichi se sentía como si le hubiera dicho 'Te quiero'.

- Un café? – le ofreció la enfermera Hirasawa.

- Sí, gracias.

Sakuragi cogió la taza humeante y empezó a soplar para enfriarlo un poco.

- Estoy tan contenta… - dijo la chica – Por fin Kaede tendrá una segunda oportunidad…

- Sí – murmuró el pelirrojo justo antes de beberse el café de un trago – La tendrá.

- Cómo puedes beberte el café así? – se sorprendió.

- Soy estudiante de Medicina, recuerdas? – sonrió el muchacho – Estoy más que acostumbrado.

En ese momento el doctor Tsukihiro salió de la habitación de Rukawa. Sakuragi se levantó de inmediato.

- Y bien? – preguntó ansioso.

- Es asombroso – reconoció el médico – Sus reflejos son muy buenos. Tiene muchas posibilidades de recuperarse en un cien por cien.

- Por supuesto que se recuperará al cien por cien - afirmó Hanamichi – Cuando empezará la nueva rehabilitación?

- Mañana mismo. Este chico ya ha perdido demasiado tiempo.

- Puedo pasar a verle?

- Claro que sí. Pero creo que se ha dormido.

Sakuragi entró en la habitación y comprobó que efectivamente el kitsune ya se había dormido. Se inclinó sobre él y depositó un suave beso sobre su frente.

- Todo saldrá bien…

xXx

Cuando llegó a su casa por fin casi al amanecer, su madre le salió al encuentro en la entrada angustiada. Sakuragi recordó que no la había avisado de que pasaría la noche fuera.

- De dónde vienes! – exclamó la señora Sakuragi.

- De la clínica – contestó con la sonrisa más radiante que había mostrado nunca.

- Qué ha pasado? – preguntó intrigada.

- Ha despertado!

Sakuragi se abalanzó sobre su madre y la abrazó tan fuerte que la dejó sin aire.

- Rukawa ha despertado? – repitió la mujer cuando por fin pudo respirar de nuevo.

- Sí!

- Oh dios mío… - murmuró buscando algún sitio donde sentarse.

- No te alegras? – preguntó Hanamichi desconcertado.

- Claro que sí… - dijo ella con lágrimas en los ojos – Claro que sí…

Se levantó de la silla que había encontrado y abrazó de nuevo a su hijo.

- Me alegro mucho cariño…. Por fin… Y cómo está?

- Desorientado… y apenas puede moverse… Pero para eso está la rehabilitación…

Mientras cenaban Sakuragi continuó explicándole a su madre cómo había sucedido todo y los ejercicios que tendría que hacer Rukawa para recuperar del todo la movilidad. La señora Sakuragi aprovechó un momento en que Hanamichi calló durante el postre para picarle un poco.

- Ahora que está despierto podrás declararte, no?

El pelirrojo se atragantó con el flan y tuvo que beber medio litro de agua antes de poder hablar de nuevo.

- P-pero qué dices? – exclamó con la cara del mismo color de su pelo.

- No te hagas el tonto, que soy tu madre… - dijo divertida – Desde el accidente has estado a su lado todos los minutos al día que te era posible… Te empeñaste en estudiar Medicina por él, dejaste de ver a tus amigos del instituto, y tampoco sales con tus compañeros de clase… y menos con chicas… Todo esto no se hace por un amigo, esto se hace por la persona amada…

La cara de Sakuragi pasó de roja a blanca.

- Mamá… yo… - dudó por un momento - No sé si soy gay… Él… él es el único chico que me ha importado… que me importa… - admitió bajando la vista.

La señora Sakuragi se levantó y se acercó a su hijo para alzarle el rostro con suavidad.

- Escúchame Hanamichi: no tienes porqué avergonzarte de nada, me oyes? Lo que has hecho por ese muchacho es muy noble, y estoy segura de que habrías hecho lo mismo aunque no estuvieras enamorado de él. Así que no quiero verte bajar la cabeza nunca más, entendido?

- Sí, mamá… - dijo feliz.

xXx

Los días siguientes Sakuragi faltó por primera vez a varias clases. Pero ni sus profesores ni su madre tuvieron valor para reclamarle. Las noticias eran demasiado buenas.

- Buenos días! – gritó entrando en la clínica esa mañana.

- Buenos días, Sakuragi! – le saludaron todas las enfermeras y auxiliares que se encontraban por ahí.

- Está en la sala 4 – dijo una que le conocía tan bien como la enfermera Hirasawa.

- Gracias! Voy para allá!.

Se dirigió a la sala 4 con pasos rápidos, sintiéndose el ser más feliz sobre la Tierra. Cuando llegó abrió la puerta olvidándose de llamar antes y entró.

La visión le dejó paralizado y sin aire durante unos instantes.

Rukawa estaba de pie.

Apoyándose con las manos en dos barras paralelas similares a la de los gimnastas, pero de pie.

- Buenos días, Hanamichi! – saludó Natsuya, el fisioterapeuta de Rukawa – No tienes clase?

- Yo… - Sakuragi aún estaba aturdido mirando al chico moreno – Sí, pero he decidido saltármelas…

- Lógico, no querías perderte esto, verdad?

Sakuragi asintió y se acercó a ellos. Cuando estuvo a un metro Rukawa volteó a verle. No dijo nada, pero se le quedó mirando con una leve sonrisa. Y el pelirrojo se conformó de sobras con ello.

- Hola Rukawa…

- …

- Aún está muy desorientado – intervino Natsuya – Pero empieza a reconocernos a todos. Verdad, Kaede?

Rukawa miró de nuevo a su fisioterapeuta y asintió.

- Muéstrale a Hanamichi lo que estabas haciendo ahora.

Un poco dubitativo al principio, Rukawa cambió su mano derecha de posición en la barra, alejándola un poco más de su cuerpo. A continuación hizo lo mismo con la izquierda. Se quedó un momento nuevamente inmóvil, y después arrastró su pie derecho hasta efectuar un pequeño pero preciso paso. Unos segundos más tarde realizó el mismo movimiento con su otro pie.

- Muy bien!

Sakuragi se quedó callado, mordiéndose los labios para que no le temblaran por la emoción.

- Me duele… - musitó Rukawa de pronto.

Natsuya se arrodilló junto a su pierna derecha, que era lo mismo que contemplaba el chico de ojos azules. Le arremangó la pernera del pantalón de chándal y la masajeó un poco.

- Es normal. Llevaba mucho tiempo sin moverse. Lo dejaremos aquí y por la tarde continuaremos, de acuerdo? Te llevaré a la habitación.

- Ya lo hago yo – dijo Sakuragi rápidamente.

- Muy bien. Nos vemos esta tarde, Kaede.

Mientras Natsuya recogía sus cosas, Hanamichi cogía en brazos a Rukawa y lo llevaba hasta su silla. No le costó nada, pues aunque ya no estuviera tan en forma como antes, el kitsune había perdido mucho peso en ese tiempo.

Lo acompañó a su habitación en silencio. Todavía estaba impactado por haberlo visto por fin en pie de nuevo. Él era el primero que declaraba que Rukawa se recuperaría pronto, pero lo cierto es que no pensó que tanto.

Una vez que lo hubo colocado en la cama se sentó a su lado. Estuvo a punto de acariciarle el cabello como solía hacer hasta hacía pocos días pero recordó a tiempo que ahora Rukawa estaba consciente y podía mal pensar.

Observó como Rukawa se miraba las manos, escrutándolas.

- Cuánto tiempo… llevo aquí…? – preguntó de pronto.

Sakuragi tardó en contestar. Esperaba esa conversación, y sabía que iba a ser dura, pero no podía mentirle.

- Llevas… seis años.

- Seis… años…? – repitió incrédulo.

- Sí…

- Entonces tengo… tengo… oh dios mío… no sé ni que edad tengo…

- Tienes 22 años – se apresuró a decir el pelirrojo.

- Joder…

Rukawa dejó de mirarse las manos y las situó en su cabeza, palpándola con cuidado. Sakuragi pensó que seguramente estaría notando la enorme cicatriz que tenía en el lado derecho, afortunadamente oculta bajo el cabello.

- Qué me pasó…?

- Tuviste un accidente… Un coche te atropelló frente a la escuela… ibas en bicicleta… - murmuró el pelirrojo.

Ahora Rukawa lo miraba fijamente, seguramente esperando más explicaciones.

- Sufriste un traumatismo craneoencefálico grave… Además de una pierna y varias costillas rotas… - continuó - Estuviste cuatro meses en coma… Luego despertaste pero… estabas… ausente…

Sakuragi esperó unos segundos a que la mente de Rukawa procesara esa información. Por su expresión, lo había comprendido todo.

- Y mis tíos…? – preguntó con voz temblorosa.

Quiso decirle alguna mentira piadosa, pero pensó que tarde o temprano lo descubriría. Además quería que Rukawa confiara en él, y eso implicaba decirle la verdad, aunque fuera tan dolorosa.

- Se mudaron a Hokkaido un año después de que te ingresaran aquí al salir del coma… Desde entonces… no han venido a verte…

Los ojos azules se llenaron de lágrimas.

- No puede… ser… - sollozó.

- Lo siento…

- No, no puede ser…

Rukawa se tapó la cara con las manos y empezó a llorar con desesperación. Sakuragi se apresuró a abrazarle, pero el chico moreno dio un respingo y se apartó.

- Q-que haces…? – preguntó desconcertado.

- Yo…lo siento, sólo quería reconfortarte… - musitó el pelirrojo.

- Déjame solo… - dijo dándose la vuelta en la cama.

- Estás seguro? – preguntó Hanamichi dolido.

- Sí…

- Como quieras…

Sakuragi salió de la habitación pensando que Rukawa era más cariñoso inconsciente, y maldiciéndose inmediatamente por decir esa barbaridad. Rukawa era Rukawa, y él se enamoró de esa fría personalidad en el instituto, sólo que habían pasado tantos años que casi se le había olvidado.


N/A: Hola a todas! Antes que nada dar las gracias por sus reviews y por su apoyo. Me alegro mucho de que les gustara tanto esta historia, y con tantas peticiones para que la continúe no me queda más remedio que hacerlo (es broma, en realidad es un placer). No sé exactamente cuantos capítulos me saldrán, pero creo que unos cinco. Y sé que en el segundo no ha pasado mucha cosa, pero era un capítulo más bien de transición; el tercero ya es más interesante (es que me vino la inspiración esta madrugada y los escribí seguidos XD). Resumiendo, que muchas gracias a todas y en especial a Astrea, Elena, k Kinomoto, Botan Peony, Kinyoubi, Balucita, kao, Hibary-Hiwatari, mari, pauchan, kaehana9, y que espero no decepcionar.

Besos desde Mallorca

Khira

PD: horribles resúmenes, lo sé... pero es que no sé que poner!