Bueno gente creo que ya me demoré mucho con este capítulo pero ya que estoy tratando de actualizar todas las historias que puedo no podía dejar de lado esta. Gracias a los que dejaron algún review en los capítulos anteriores…. Muchas gracias n.n

Ahora a la historia!

Daybreak

Capítulo 6: Freezing Touch

Kouichi vino a verme toda la semana a pesar que le quedaba un poco lejos de su casa. Se lo agradecía mucho por que estar todo el día con la enfermera me iba a volver loco. Mi día esta semana había sido muy aburrido por las mañanas y parte de la tarde, es decir hasta que llegaba mi hermano a hacerme compañía. Mi papá y Tomoko salían temprano cada uno a sus trabajos y como no podían dejarme solo se les había ocurrido la brillante idea de contratar a Hatsu. Hatsu cumplía muy bien su labor por que no me dejaba solo en ningún momento pero estaba bien que me acompañara pero había momentos en los que hubiera preferido estar solo… como en el baño por ejemplo.

Ahora, brindar compañía es una cosa, cuidar que no me pasara nada era otra cosa y otra muy diferente es dejarme inmóvil y vigilarme todo el día. Eso era algo que le gustaba a papá por que así no se sentía tan culpable de dejarme solo todo el día y bueno, en medio de todo le convenía bastante. Mi vida con Hatsu como lo dije antes era muy aburrida y mi día con ella empezaba a las siete y media de la mañana, hora en que ella ponía un pie en la casa y mis papas la dejaban a cargo de mí y de la casa. Lo primero que ella hacía era entrar a mi cuarto y despertarme. Me sentaba en una silla al costado de mi cama y me cubría hasta la nariz para evitar que me diera el aire, eso era imposible ya que todas las ventanas y puertas de la casa estaban cerradas; mis pies estaban prohibidos de tener algún tipo de contacto con el suelo frío. Ella mientras tanto se encargaba de orear mi cama y cuando volvía a ella me envolvía de manera que parecía una larva. Sin movilidad estaba condenado a no hacer nada, además de adormecerme de vez en cuando. Mi única manera de escapar de esa prisión de mantas era pedir ir al baño pero hasta ahí me seguía su mirada. SI por ella fuese habría alfombrado el piso del baño para evitar mi contacto con una habitación tan fría.

Mi desayuno era servido a las ocho en punto y solo me traía un jugo tibio, detestaba la fruta en jugo con agua tibia, un mate caliente, y un pan tostado con jamón, mantequilla o mermelada. Le gustaba sentarse a contar cuantas veces masticaba cada mordida de pan y no me dejaba dar otra más hasta que cumpliera unas 32 como mínimo. La televisión para matar el tiempo era un vicio no permitido por que mataba mis neuronas, si me dejaba ver tele pero solo por una hora al día, los juegos de video estaban lejos del alcancé de mis manos y solo los podía ver desde la posición en la que estaba colocado mientras ellos se empolvaban en el armario pero eso de empolvarse es solo un decir por que en mi cuarto no podía haber polvo, de eso se encargaba ella. Mi cuarto nunca estaba bien limpio según ella que se empeñaba en pasar el trapo por los muebles de manera enfermiza cada vez que podía hacerlo.

En mi horario estaba incluido un tiempo para la siesta que era lo único que podía hacer solo. Mi siesta duraba una hora y a veces un poco más por que no quería levantarme. La siesta era mi salvación para matar el tiempo mientras esperaba la llegada de mi hermano que era el momento más divertido del día. Mi almuerzo ella quería servírmelo al mediodía pero yo prefería morir de hambre y almorzar con mi hermano cuando el llegaba a las tres de la tarde más o menos. A veces no podía con ella y me hacía comer antes que el llegara, en esos casos yo comía lo mínimo y ella se veía obligada a servirme el resto cuando llegaba Kouichi. Según mi hermano ese era un capricho mío pero según yo lo merecía por que estar con ella todo el día sin alternativa a huir era un gran sacrificio que solo pocos podían lograr. EL se reía de mi comentario por que al principio no creía que tan fea pudiera ser mi vida prisionero en mis cuatro paredes hasta que vio el momento en que quise ir al baño y ella me siguió hasta adentro…

Pero mi día con ella no acababa ahí nomás. Mi papá le había pedido que en algún momento del día me repasara las cosas del colegio, no por que no confiara en mi hermano, era por que no confiaba en mí. Me leía los textos y me los hacía aprender, eso no eran tan malo pero escucharlo con su voz casi apagada los hacía extra aburridos y tendía a caer muerto de sueño cosa que ella lo atribuía a que estaba lánguido y debía haber almorzado debidamente en vez de espera a mi hermano. Había algo que no me gustaba mucho tampoco y era que mis piernas estaban cada vez más perezosas. Cuando me levantaba para ir al baño sentía que ellas seguían dormidas y que con las justas podrían sostenerme. Las veía más blancas que de costumbre, más flácidas de lo habitual y casi extrañas para mis ojos por que casi no las veía.

De repente todas estas cosas no eran tan feas como la última y era lo que me daba más vergüenza. Mi vida personal se fue completamente cuando llego el día del 'baño de esponja'. Mi intimidad se fue completamente pero no tenía manera de escapar. No estaba acostumbrado a que me bañaran desde que aprendía a bañarme solo y eso fue a las cuatro años cuando por fin papá entendió que podía bañarme solo en la tina mientras jugaba con las burbujas. Ahora soportar que una persona ajena a mí me diera un baño era completamente inconcebible. SI esto significaba estar enfermo prefería nunca más volver a estarlo. Fui sometido al baño de esponja a diario y cada vez me sentía peor.

Nunca le conté a Kouichi lo del temido baño de esponja por que sabía que se iba a burlar de mí. Lo que si era un asco era mi cabello hasta que por fin logre convencerla que debía de lavármelo para poder sentirme bien conmigo mismo. El lavado de mi cabeza fue algo que me ánimo en estos tiempos de sufrimiento personal. Con agüita caliente, mi shampoo de frutas, me gustaba consentir a mi cabello. Lo único malo fue someterlo a la secadora, eso lo podía resecar pero esa era la condición que me había puesto Hatsu. Ya en mi cama yo mismo me encargue de peinarlo, esa fue mi única diversión con Hatsu… hasta que llegaban las tres de la tarde.

Pero aún así Kouichi hubiese llegado Hatsu se quedaba hasta las cinco. Las tareas que me traía mi hermano eran supervisadas por ella de cabo a rabo. Ella no se iban sin ver por lo menos la mitad de las tareas terminadas debidamente y eso incluía subrayar los títulos, que las palabras estuviesen bien escritas, los dibujos pintados, las cosas bien cortadas y pegadas… en lo que ella describía como un trabajo muy 'pulcro'. No nos atrevíamos a desobedecerla eso claro mientras ella estuviera ahí presente. Cuando ella se tenía que ir Kouichi la iba a despedir. Cuando escuchaba el sonido de la puerta cerrarse completamente trataba de zafarme de las colchas que me atrapaban y estirarme un poco.

Kouichi se reía al verme hacer esto, siempre me decía: 'si te disgusta por que no le dices?' y su cuestionamiento tenía razón pero no podía hacerlo… y si la hacía sentir mal? Kouichi notaba eso y trataba de levantarme el ánimo, me contaba lo que había pasado en el colegio, las cosas que decía Takuya a la hora del recreo, que Izumi se cayo encima de Tomoki en la escalera, que Jumpei tenía una nueva empleada que le preparaba cosas ricas para comer, que la profesora estaba histérica esperando a que me recuperara para ir a ensayar la obra, que pintaron el salón… en fin, un montón de cosas que me daba ganas de regresar pronto al colegio para verlas por mí mismo.

En mis tiempos con Kouichi veíamos televisión, él mismo me peinó… sentía confort cuando acariciaba mi cabello… se sentía suave, era como una sensación relajante que fluía por todo mi cuerpo. Pero hubo algo mejor que eso… era como Kouichi trataba de relajarme, los masajes siempre surtían efecto y lograban dejarme justo donde el quería que estuviese… Llegaba un momento en que los dos descansábamos de tanto juego pero no podíamos evitar las ganas de conocernos un poco más pero por lo general era yo quien frenaba un poco esa situación y no sabía por que… no entendía por que.

Hoy me siento un poco mejor, es viernes y se viene un gran fin de semana. Kouichi vendrá en la tarde y se quedará conmigo hasta el domingo que regresará con mamá a la otra casa. Hatsu como siempre llegó a las siete y media en punto y dentro de un rato subirá con mi desayuno mientras que yo, como siempre estoy acá tirado echo una larva sin movimiento espero. Por lo que papá me había dicho mañana Hatsu no trabajaría al igual que el domingo, pero algo que me hizo pensar un poco más era el hecho en que pasaría todo el sábado con Kouichi solos en la casa por que tanto papá como Tomoko tenían su agenda llena para ese día. Todo un día solos los dos podían significar muchas cosas pero tenía una idea donde podrían terminar y eso me asustaba un poco. No era que le tuviera miedo a mi hermano, yo sé que él también tiene cierto límite pero yo… yo no sabía si podría soportar esta vez el límite…

Estaba cansado del mate caliente por la mañana… siempre me quemaba la lengua tratando de tomarlo… estaba nervioso y tenía que tratar de controlar mis nervios pero al tener tal perspectiva de mi fin de semana sentía que no podría controlarme más. Conté hasta diez para que se me pasara y lograr controlarme una vez más pero una torpeza mía boto el vaso de jugo que no me dio ganas de acabar y bueno… tuve que someterme al baño de esponja antes de tiempo.

Hatsu no se molestó como pensé que lo haría… estaría acostumbrada a este tipo de cosas que ya no sentía nada como para enojarse conmigo? O simplemente como mi papá pagaba ella tenía que soportarme sin decir nada? Si ese era el caso entonces si yo me quejaba de algo no la haría sentir mal? Era uno más que se quejaría de ella? Todo eso me daba vueltas pero aún así era incapaz de preguntarle o decirle algo…

-"Te noto tenso… algo nervioso… No quieres tomarte ahora tu siesta?"

-"No, no tengo ganas de dormir"

-"Hay pastillas para ayudar a dormir a los pacientes… si te sientes muy cansado y no puedes dormir te puedo dar una, solo por esta vez" – su oferta sonaba tentadora… de repente podía tomarme una… un sueño no estaría mal

-"Y si por las noches no tengo ganas de dormir podría tomarme una?" – me miro más seria que antes con una mirada evaluadora que intentaba leer hasta el más oscuro de mis pensamientos.

-"Tu eres un niño y no deberías acostumbrarte a estas cosas. SI por las noches no puedes dormir es mejor que te provoques el sueño leyendo algo. Las pastillas solo las recomiendan los doctores y nosotros las proveemos pero solo si es una caso extremo. Mejor trata de dormir" – ella guardo el frasco que me estaba apunto de mostrar en su maletín y me envolvió bien fuerte en mis frazadas. No me podía mover para ningún lado…

Se me ocurría una idea… le pedí permiso para ir al baño y me soltó de mi prisión. Caminé un poco hasta el baño y puse en marcha mi plan. Haciendo un movimiento torpe boté un porta retratos rompiendo la luna del marco. Ahora los mil pedazos del vidrio podían hacerme daño. Hatsu espantada fue al primer piso a buscar la escoba y el recogedor mientras yo iba rápidamente por el maletín de Hatsu. Tenía muchos frascos dentro de ese maletín pero solo dos se parecían al que había visto. Ya podía escuchar a Hatsu subir y como no lograba decidirme cogí los dos y los escondí en el segundo cajón de mi velador. Como un rayo regresé al lugar donde ella me había dejado pero mi plan tuvo un desperfecto… pise un vidrio. No me di cuenta de esto hasta que di un paso adicional que fue el que termino metiendo el pedacito más al fondo de lo que ya estaba.

Regresé a mi cama mientras que Hatsu habría nuevamente el maletín para curarme. Tenía miedo que se diera cuenta que le faltaba algo pero felizmente eso no paso. Me sentía intranquilo una vez más, le pedí una vaso de agua… quería probar la pastilla. Hatsu fue por un vaso con agua mientras yo cogí una pastilla cualquiera y me la metí a la boca antes que ella me viera. Al parecer hice una buena elección por que después de un rato ya sentía la pesadez y comencé a quedarme dormido… que rico era dormir…

Cuando volví a abrir los ojos me dolía la cabeza… Hatsu y Kouichi estaban sentados a mi costado… tan tarde era?

-"Hasta que al fin te despiertas!"

-"Es que no dormí bien anoche" – mentí… estaba cruzando los dedos para Hatsu no sospechara nada pero debí haber tenido una cara muy rara por que se quedaron preocupados por mi.

-"Te ves enfermo… debe ser por que no has almorzado nada" – hatsu salió a la cocina a traer mi comida.

-"Hace cuanto llegaste? Almorzarás conmigo?"

-"Bueno… si quieres me como una manzana contigo por que yo ya comí. Llegue hace una hora más o menos" – no me gustaba comer solo… de pronto mi tripa dejo de rugir. Cuando la comida llego solo le di unas cuantas mordidas por que no lo acabe… me daba náuseas. – "Estas seguro que te sientes bien?"

-"Si, seguro"

-"Mentiroso. Tu cara me lo dice todo" – Kouichi se dio cuenta… que vergüenza!

-"Esta bien… pero no es que me sienta mal, mal es que… cuando me duermo y me levanto a veces no me siento muy bien pero ya vas a ver que se me va a pasar dentro de un rato" – hice de tripas corazón y traté de olvidar el malestar. Nos pusimos a hacer las tareas hasta que Hatsu se fue. Automáticamente me sentí mejor, quizás me sentí mal por que sabía que había hecho mal y verla me lo recordaba a cada rato.

Cuando acabamos las tareas nos echamos como siempre en mi cama a mirar el techo. La cabeza me seguía doliendo pero no tanto como en un principio. Cerré mis ojos y traté de concentrarme en desaparecer el dolor. Me sentía como flotando en una nube, para mí el tiempo se había tenido en ese momento. Solo conté hasta diez en mi cabeza y me decidí a volver a abrir los ojos y ver tele con Kouichi… el programa de las seis debía estar a punto de comenzar y el día de ayer se había quedado interesante pero cuando abrí mis ojos todo estaba oscuro. Palpé a mi lado buscando a Kouichi pero yo estaba solo en mi cuarto. Me concentré y me desperté por completo. Podía escuchar voces en el primer piso. Levanté mi mirada hacia el escritorio, el reloj digital me decía que había dormido casi por tres horas… ahora eran las nueve de la noche. Papá y Tomoko debían estar cenando en el primer piso. La barriga me dolía, ahora si tenía hambre. Traté de hablar para que alguien viniera pero tenía la garganta seca así que preferí bajar sin hacer mucho alborota, total ya eran casi cinco días que no iba al primer piso.

Me destapé y me agache a buscar mis babuchas, debajo de mi cama estaba oscuro pero las pude encontrar. La cabeza me daba vueltas… En la puerta colgada estaba mi bata así que me la puse también. Camine hacia la escalera apoyándome en todo lo que podía apoyarme, mis piernas estaban muy flojas. Me demoré en bajar las escaleras por que me dio algo de miedo rodármelas, daba un paso por vez pero a pesar de todo llegué solo al primer piso. Podía ver la luz en el comedor, me apoyé en la pared para que pudieran ver mi cara asomarse. La aparición de mi cara por el marco de la puerta tuvo un efecto casi deseado…

-"Que demonios haces aquí? Deberías estar en tu cama! Sube ahora mismo!" – a papá no le gusto mucho mi gracia pero Kouichi corrió a ayudarme.

-"Me dio hambre y quise bajar un rato. Estoy aburrido allá arriba, quiero caminar un poco!"

-"Quizá deberías hacernos caso Kouji. Aún no estas bien… te ves cansado" – Tomoko tenía razón en lo de cansado pero ya estaba aburrido de ver todo el día mi cuarto, quería caminar un poco nada más, de repente quedarme un ratito en la sala.

-"No me puedo quedar un rato aunque sea? Solo hasta que termine de comer?" – traté de poner mi cara de perrito tratando de convencer a Tomoko, si la convencía a ella quizás también podía persuadir a papá… Tomoko miro a mi papá… al parecer mi plan había tenido el resultado esperado…

-"Esta bien, pero come rápido" – papá se dio por vencido y me dejaron quedarme. Tomoko me sirvió una sopa caliente de carne y unos palitos de yakitori y obento. La comida estuvo deliciosa pero cuando la acabe me dio sueño… sería por la pastilla? – "Ves? Ya te sientes mal seguro. Mejor regresa a tu cuarto" – no lo contradije, me levanté y comencé a caminar hacia mi cuarto… Llegué a la escalera pero no la veía bien… me senté en uno de los escalones y comencé a treparla como lo hacía cuando tenía 3 años. Llegué a mi cuarto gateando y con las justas tuve fuerzas para subir de nuevo a mi cama… quizá no debí tomarme la pastilla entera… quizá solo era la mitad de una para mí… Kouichi no tardo en subir a verme.

-"Como te sientes?" – me sentía en una nube…

-"Me ha dado sueño… creo que me he mal acostumbrado a dormir a cada rato… no quieres dormir conmigo?" – note un sobresalto en Kouichi, mis palabras pudieron ser mal interpretadas por cualquiera, lo sé pero en verdad quería dormir al lado de mi hermano. Paso siguiente papá ayudo a Kouichi a juntar su cama con la mía para poder dormir juntos. No era la primera vez que hacíamos esto pero siempre era molesto tener que mover una de las camas y peor si uno tenía que hacerlo solo.

Kouichi se puso su pijama y se acostó a mi lado. El cuarto solo era alumbrado ahora por la luz que venía del poste de la calle, muy raras veces recibía algún tipo de luz extra producto de algún carro que pasase por ahí. Los dos estábamos mirando una vez más el techo… no habíamos hecho otra cosa más hoy, al parecer algo tenía que nos atraía mucho. Todo estaba muy callado hasta que Kouichi volvió a hablar.

-"Kouji… descansa… mañana será un gran día…" – sus palabras se oían casi en susurro… no lo culpaba… yo también me estaba volviendo a quedar dormido.

Cuando me vino el alma al cuerpo ya era de mañana, los benditos pájaros de la ventana me despertaban a diario, eso además que ya me había acostumbrado a levantarme a esa hora. Cuando noté Kouichi seguía durmiendo a mi lado… eso era algo extraño por que él siempre se levantaba temprano, so importaba si era domingo o sábado. Cuando me fije más detenidamente nuestras manos estaban entrelazadas al igual que nuestras piernas, me sentía algo acalorado por la situación pero por suerte nadie había entrado al cuarto como para que se dieran cuenta. Me desligué de Kouichi y traté de sobre sentarme. Saqué mis piernas encima de las frazadas y traté de jugar con ellas. Les caería bien un poco de ejercicio a las perezosas.

-"Que gracioso es verte jugar así… desde cuando no lo haces? Desde que estabas en pañales?"

-"No te burles de mí! Tu también lo harías si tus piernas estuvieran todo el día echadas sin hacer nada!" – Kouichi solo se reía de verme actuar de esta manera.

-"Bueno… creo que hoy te ves mejor que ayer… eso esta bien!" – nos pusimos a reír un rato hasta que escuchamos la voz de Tomoko que llamaba a Kouichi para desayunar.

-"Pregúntale si puedo bajar a desayunar… dile que ya me siento mejor, y que estoy aburrido de mi cuarto y si no la convences entonces dile que venga por favor… o mejor ponle ojos de cachorro… eso casi siempre funciona!" – Kouichi salió del cuarto con mi recado en la cabeza. Convencer a Tomoko no le llevo mucho tiempo por que al parecer papá se había ido desde temprano y dentro de un rato más ella tendría que salir también.

Esta vez el desayuno no fue tan monótono como de costumbre. Tomoko había preparado algunas salchichas y había leche con café para tomar a parte de un jugo de naranjas recién hecho… todo se veía apetitoso.

-"Lo siento Kouji pero Hatsu me dejo dicho que no podías tomar leche y el jugo de naranjas por que es muy frio para ti… o prefieres tomarlo caliente?" – mi ánimo cayó al piso… hatsu había hecho un plan para malograr mi desayuno.

-"Esta bien… dame un té entonces y sin jugo por favor" – por lo menos podía comer la salchicha. Me moría de ganas por comer lo que Kouichi comía y me daba ganas de tirar la mesa más cuando Tomoko me dijo que tampoco podía comer tanta grasa, a cambio me dio un pan tostado con jamón y queso que también es rico pero ya me había hecho la idea que comería salchichas…

Después del desayuno tuve que volver a mi cuarto como lo había prometido. Parecía un león en su jaula, no quería meterme a la cama así que me puse a caminar por todo mi cuarto. Por la ventana veía como el carro de Tomoko se iba de la casa y desaparecía por la calle. Al poco rato subió Kouichi…

-"Humm no sé si debería hacer esto pero.. dejemos que sea un secreto entre los dos…" – su espalda escondía un pan… y por ese olor….

-"Salchicha!" – me entrego el pan… hacía tiempo no comía grasa… que bien se sentía. Cuando me terminé el pan mi posible mal humor se había esfumado por completo. Me fui al baño a lavarme los dientes junto con Kouichi.

-"Muy bien… a que hora te quieres bañar?" – mi cabeza dio vuelta por lo que acababa de escuchar – "Tomoko me dejo la lista de Hatsu, aquí dice que te tengo que ayudar a bañarte… 'baño de esponja'… como es eso?" – me puse rojo…

-"Es un baño normal común y corriente solo que con esponja, nada más" – omití la parte que no debía tocar mucho el agua pero hoy también me tocaba lavarme el cabello así que de todas formas tendría que mojarme… un poco de agua más no me iba a hacer daño.

-"Entonces te bañas ahora o dentro de un rato más?" – me quede pensando… - "Creo que es mejor ahora por que me tengo que secar el cabello y cuanto más pronto mejor" – Kouichi salió y fue por la toalla. Yo mientras prendí la bañera… me gustaba el agua caliente… le eche burbujas y todo lo que Hatsu no me había dejado hacer durante la semana. Cuando Kouichi volvió había traído muchas toallas. Con algo de vergüenza me desvestí para entrar a la bañera pero me di cuenta que no estaba completamente solo.

-"Tu… te vas a… bañar conmigo?"

-"Si, por que no?" – me parecía tan extraño como que Hatsu entrara conmigo al baño pero si ya había permitido eso bañarme con Kouichi entonces no tenía nada de malo. Los dos entramos a la bañera. Kouichi empezó a jabonarme la espalda… se sentía tan bien… yo después lo ayude a él. En medio de todo fue divertido. Lo que me tomo algo de tiempo fue lavarme el cabello por lo mismo que lo tenía bastante largo pero fue algo que tenía que hacer.

Al acabar me envolvió con todas las tollas que pudo y luego se cubrió a él mismo antes de abrir la puerta. Me cargo hasta mi cuarto para no mojar mucho el piso… me sentía como un bebé. Me sentó en la cama y conectó la secadora para mi cabello. Era rico cuando el pasaba el cepillo y me secaba el cabello a la vez… me relajaba bastante cuando me tocaban la cabeza. Poco a poco mi cabello se iba secando hasta que sonó el teléfono y Kouichi fue a contestar. Yo seguí secándome el cabello y peinándolo de vez en cuando. Me miraba al espejo… mi cara se veía más delgada que antes de enfermarme… sería por lo mismo que no me dejaban comer grasas? Estaba absorto mirándome el cabello que no me percate cuando Kouichi entro al cuarto para asustarme de un salto. Los dos caímos al otro lado de la cama… él encima mío… no podía hacer nada más que ponerme rojo por la situación. Kouichi estaba también en el mismo plan pero por lo menos él atino a ponerse de pie y ayudar a pararme. Sentí como un imán que me jalaba hacía él… el imán tenía mucha fuerza… no pude más y lo abracé.

Mi abrazo fue correspondido con un beso en la frente que poco a poco fue bajando hasta mis labios. Mi toalla automáticamente cayó y la fuerza de otro imán me llevo de nuevo a mi cama. Me quede ahí mirando a Kouichi esperando a que pasara algo… cualquier cosa… Cerré mis ojos y con mis brazos lo jalé hacía mí. Le di un beso una vez más y le hable con los ojos… él también estaba nervioso y tan perdido como yo…

-"Tienes alguna idea?"

-"Se me han ocurrido algunas cosas pero nose…" – Kouichi parecía sincero pero si a él se le había ocurrido algo entonces…

-"Podemos probar… verdad?"

-"Bueno…" – Kouichi comenzó con lo de siempre… a jugar un poco conmigo mordiéndome el cuello sin dejar marcas por que eso podía ser peligroso… sus manos pasaban por todas partes al igual que las mías. Yo ya sabía que su punto débil era su oreja y él sabía que el mío era el cuello. Tener nuestros cuerpos pegados de esta manera me provocaba hacer más… pero no sabía que…

Kouichi sin embargo parecía acertar en todo por que comenzaba a sacarme grititos… él era muy cuidadoso conmigo hasta que en medio de todo creo que lo llegamos a hacer. Me dolió en el alma pero después me sentí mejor a pesar que él cuerpo me siguió doliendo por dos días. Kouichi por otra parte se preocupo por mi dolor y trataba de hacer todo por mi en compensación por eso… Reflexionando después en la noche mirando el techo de mi cuarto me di cuenta que a pesar del dolor la experiencia me había llegado a gustar… y mucho… me preguntaba cuando podríamos volverlo a repetir…

En la noche nos volvimos a echar juntos en la cama. Nadie sabía nada de lo que habíamos hecho y no tenían manera de averiguarlo. En la oscuridad de la noche volvimos a jugar. Estaba conciente que no podíamos hacer ruido por que mis papas podrían oírnos pero no podía evitar tocarlo y dejar que él me tocara… esto era como un vicio…

TBC

Muahahahahahaa. Bueno eso es todo por ahora… creo que de Daybreak es el capítulo más largo. La última parte la he hecho de manera muy escueta por que mi historia es para que la mayoría lo lea… creo pero… si alguién quiere leer la parte que he dejado de poner me manda un review con su correo electrónico para mandarle esa parte calentona… hahhahahahaa

Bueno sorry por la demora y espero que les haya gustado este capítulo… recuerden dejarme un review para decirme cualquier cosa… no me importa si es buena o mala… acepto las criticas… no moriré por eso. nn