¡Hola! Primero que nada mil gracias por los review que me enviaron de verdad me alegraron el día, no pude actualizar por algunos problemas personales. Pero aquí estoy luego de mil años o.óUu.

Rosa Negra DYC: Hola nena! Leí tu fic y te deje un review nn, gracias por los comentarios acerca del fic.

M1R4ND4: Hi girl! A mi tmb me cae súper Hiedra, realmente disfruto ese personaje, además creo que todos tenemos a una Hiedra en nuestras escuelas.

Laura Malfoy: Muñeca mil gracias por tu opinión sobre el fic realmente me puso muy feliz tu review nOn.

Marla-sly: Puedo recomendarte " Juegos de seducción" de Cherry- sere, "Cambio de Bando" de konny tmb esta " Pareja Perfecta" aunque en ese fic Herms no cambia 9.9. Espero que te hayan servido estas recomendaciones.

Ariel Magdur: Que onda, nena? Gracias por tu review n.n.

Era como verse en los espejos deformantes de un parque de atracciones. En lugar de cuadrada, era rectangular. Su cara presentaba una forma extraña, más larga que antes de acostarse, más afilada y mayor, como si la niña de antes se hubiera escapado por la noche y la sustituyera aquella chica feúcha.

Bajó a desayunar de mal humor. Cuando su madre le preguntó qué pasaba, contestó:

-No te importa.

Cuando su padre le dijo que no tenía intención de tolerar crisis de adolescencia , adoptó una expresión de mortal aburrimiento y dijo que en ese caso no tenía inconveniente en marcharse.

A partir de aquel día en adelante, el verano quedó partido en dos: de un lado estaba la vida vivida por Hermione Granger desde su nacimiento, y del otro una nueva, completamente distinta. Ya no se sentía ni en armonía con su propio cuerpo. Estaba en guerra con el mundo, y lo demostraba con miradas torvas a sus padres durante la cena, o encerrándose con llave en su habitación y poniendo música a todo volumen. Siempre se sentía vagamente infeliz, con una sensación de opresión, una angustia constante a la altura del estómago.

Tenía la impresión de haberse tirado desde un trampolín en un lago, como los de esos lugares a los que iba con su familia en verano. El agua, sin embargo, no dejaba de alejarse, mientras ella caía agitando los brazos en el aire frío y pataleando como una loca.

Al llegar al supermercado, Hermione compró dos cajas de tinte pardo, por si no bastaba con una para tapar el violeta, y el último número de Corazón de bruja, con un artículo sobre cabello y tintes.

-¿Cuál te gusta más? –le preguntó a Josh mientras hacían cola en la caja, enseñándole una foto con seis peinados diferentes.

Josh miró la foto y negó con la cabeza.

-Parece que todas tengan náuseas –contestó.

-Se me ha ocurrido hacerme un peinado punk... - dijo Herms pagando la revista y el tinte.

-Pero ¿por qué haces todo esto? –le preguntó Josh

-Estoy harta de ser igual que siempre, pero no tengo las ideas claras –se sinceró Herms- ¿Sabes qué? Hoy Hiedra, la chica que te dije, me ha dirigido la palabra en el lavabo.

-Será que quiere hacerse amiga tuya.

-Es posible.

La señora Granger había vuelto de la compra y estaba en la cocina preparando pasta con salsa para cenar, mientras el señor Granger, de pie y con las manos en los bolsillos, miraba las noticias de la tarde. A esa hora, el pelo de Hermione ya era de color pardo, con algunos ( pocos) restos de violeta.

-No está mal- dijo Josh, viéndola secárselo-. En todo caso no es horrendo.

-¿Cómo me ves con la coleta así?

-Bien –contestó él, encogiéndose de hombros-. Parece de fox terrier.

Hermione sacudió el pelo; estaba satisfecha de sí misma.

-Me encantan los fox terrier. Es mi raza preferida. Con diferencia.

Al principio nadie se atrevió a hacer comentarios sobre su pelo, aunque su madre arqueo las cejas e intercambió con su padre una mirada cómplice.

Esa tarde, el interés del matrimonio se concentraba en el día escolar de Josh. Josh dijo que todo había ido a la perfección, aunque Hermione sabía que no era verdad. A la larga la atención se centró en ella.

-¿ Y tú, señorita?¿Qué me cuentas?- preguntó el señor Granger, fingiendo no haber reparado en su color de pelo.

-Nada especial- contesto Hermione que se estaba entrenando en dar respuestas secas.

-¿Qué tal el colegio?- inquirió la señora Granger

-Fatal.

-¿No tendrían que haber llegado las notas? – preguntó el señor Granger-. Josh nos trajo las suyas antes del día de Acción de Gracias.

-No creo que tarden – dijo Hermione. Viendo que sus padres la miraban, añadió-: No serán todas buenas. Lo digo por si lo esperabais.

-No esperamos que solo saques buenas notas, cielo- dijo su madre

-Es posible que sean muy pocas –dijo Hermione, sabiendo que podían limitarse perfectamente a una.

El señor Granger extendió el brazo y le tiró la coleta.

-¿Qué, ahora vas a la moda?- preguntó.

-No sé por qué lo dices –contestó Hermione imperturbable-. Solo me lo he recogido.

-Y teñido- añadió tristemente la señora Granger.

-De color pardo –dijo Hermione como sí tal cosa-. Se llama así

Después de cenar, subió a su habitación arrastrando la bolsa con los libros de pociones y herbología, que no tenía intención de abrir. En la cama había dos toallas amarillas con franjas violetas, las que había dejado en el suelo del cuarto de baño. Al lado encontró un mensaje de su madre escrito con rotulador violeta en papel a rayas:

POR FAVOR, LAVA LAS TOALLAS

HASTA QUE VUELVAN A SER AMARILLAS.

TU –ANTES ADORADA- MAMÁ.

El martes Hermione llegó tarde al colegio. Siguió durmiendo después de que sonara el despertador y luego discutió con su madre porque no quería desayunar.

-¡Aunque solo sea un plátano! –dijo la señora Granger.

-No tengo hambre- la cortó Hermione, cogiendo al vuelo su bolso y dirigiéndose a la puerta.

Su madre la siguió, plátano y yogur en mano, entre comentarios sobre el potasio y el nivel de glucosa de la sangre.

-No tengo hambre- masculló ella. Justo antes de llegar a la puerta, entró su padre con las notas en la mano.

-Tenemos que hablar- dijo muy serio el señor Granger.