Hola, soy Arys, este es el primer fic Slash que hago Û.U Que nervios... Espero que os guste y dejadme reviews!! Se lo dedico a mi amiga Niebla, que sin ella este fic me habría quedado penoso ¡Thanks muchas!

Bueno, advertencias cuotidianas!!

Este fic contiene Slash, (RL&SS) es decir, relaciones chico-chico, yo aviso, si te ofende, no sigas leyendo y si eres pequeñito... ¡Deja de juguetear con el ordenador de papi! Estas cosas son para mayores!! XD

CAPITULO UNO...

Siempre es difícil pelearse con unos amigos, pero esta vez, Remus había metido la pata hasta el fondo. ¿Cómo podía ser tan tonto? Pelearse con los merodeadores, y además por una tontería, si hubiera estado callado...Sonó el despertador, y Remus se levantó ya no podía pasar más tiempo tumbado en la cama. Al descorrer las cortinas de su cama, se encontró cara a cara con Sirius. Hubo un silencio tenso. Sirius se giró y entró en el baño.

Remus se vistió rápido y casi sin peinarse entró en el Gran Comedor, desayunó sin ganas. Su tostada parecía hecha de cartón. Llegó media hora antes a su clase de historia de la magia.

Bueno –Pensó- Podré estudiar un poco – y abrió su libro dispuesto a concentrarse – Pero no hubo manera, por más que lo intentara no le entraba en la cabeza. Dejó el pesado libro y se apoyó en la ventana. El sol despuntaba sobre las montañas, y su luz le llegaba directa a la cara. Después de un buen rato, llegaron unos Ravenclaws. Por suerte Remus se llevaba bien con ellos, y entablaron una conversación, aburrida, sobre la revolución de los duendes de 1859. Más tarde llegó Severus Snape que se unió al grupo. Al parecer Snape caía mejor entre los Ravenclaws que entre los propios Slytherins.

Casi cinco minutos antes de que sonara la campana, llegaron James, Sirius y Peter, lo peor no fue el hecho de que le mirarán mal, lo peor, es que Remus se encontraba con Snape, y eso parecía que no les hacía mucha gracia ¡¡Que gracia! Conociéndoles, ¡Maldita sea! Esta semana estaba dispuesto a meter la pata, ahora sería casi imposible pedirles perdón...

El profesor Binns entró en el aula, deteniendo su vista en Remus.

-Señor Lupin está usted muy pálido ¡Se encuentra bien?- Dijo preocupado

Remus ni se inmutó.

-Señor Lupin??

Remus esta vez lo oyó.

-Valla a la enfermería

Remus sintió que los demás le miraban, incluidos James, Sirius, Peter y... Snape.

Remus se levantó lentamente, y sin querer tropezó con una mochila.

-¡Por dios señor Lupin! Si se encuentra mareado no venga a clase, váyase a la enfermería, ¡rápido!

Remus salió del aula, lo mejor que podía hacer era hacer caso al fantasma-profesor. En la enfermería lo único que hizo fue tumbarse en la cama y dejar pasar el tiempo.

-Puede irse señor Lupin- Dijo la enfermera Pomfrey.

¿Y a donde iba a ir? Donde podría ir sin encontrarse a sus antiguos amigos...

No podía ir a campo de Quiddicth, seguramente estarían allí, y en la sala común a lo mejor también estaban, bueno, daba igual donde se metiese, ellos tenían el mapa del Merodeador..., pero nunca irían a la biblioteca, ya que Colagusano tenía el acceso prohibido por derramar helado sobre un libro.. Pues decidido, ¡A la biblioteca!

¡Allí nunca le encontrarían! Entró y se dirigió a la primera mesa que vio libre. Después de media hora de lectura emocionante sobre los templarios mágicos, llegó un visitante inesperado...

-¿Te encuentras mejor? Me lo has hecho pasar muy mal...-le susurro Snape al oído

-¡¡Severus!! Que susto me he llevado u.u

-Lo siento –dijo acariciando sus cabellos- pero, cuando e visto que tu rostro se tornaba pálido...

-Gracias por preocuparte por mi, pero ya estoy mejor.

-¿Te importa que me siente?

-No, en absoluto siéntate Severus.

-¿Estas solo? ¿Cómo han podido dejarte solo esos amigos que tienes?

-No, no me han dejado solo, nos hemos enfadado.

Remus puso una cara muy triste, Severus acercó su rostro y le susurró.

-No quiero verte triste Moony.

-Severus, gracias por animarme, en serio, gracias.

-No es nada, solo quiero lo mejor para ti, mira, esta noche voy a hacerte un regalo, quiero que se te quite esa cara de pena. Nos vemos en la puerta de la biblioteca a las nueve.

Dicho esto, dio a Remus un delicado beso en la frente y se fue. A las ocho Remus se pensaba que estaría tramando Severus, le daba un poco de reparo ir con él, pero no tenía elección, Remus Lupin ¡Nunca! Descumplía una promesa. Así que a las nueve menos cuarto ya estaba delante de la puerta. Severus llegó casi enseguida.

-Hola

-Hola

-¿Bueno, que querías darme?

-Tengo mala memoria y me lo e dejado dentro ¿Entramos?

Severus se sacó la llave de la biblioteca del bolsillo.

-¿De donde?

-No preguntes –Dijo poniéndole un dedo en los labios.

Severus abrió la puerta y dejó pasar delante a Remus.

Remus entró confiado, nunca había entrado en la biblioteca de noche. La luz nocturna entraba por los oscuros y grandes ventanales, se dirigieron a la sección prohibida, Severus volvió a sacar otra llave y entraron.

Algo, o mejor dicho alguien, concretamente Severus Snape le cogió por la cintura y empezó a besarle el cuello.

-Remus...

-¿Severus que estás haciendo?

Severus lo soltó y le cogió la cara con las manos.

-Te quiero

Al decir eso le dio un profundo beso en los labios, acariciándole el pelo, recorriendo su espalda lentamente. No se podía pensar, solo sentir. La pasión le dominaba, Remus estaba en sus brazos, nada podía salir mal...

Severus se separa. Remus no sabía como reaccionar. ¿Le había gustado aquello?

Silencio...

Silencio...

Silencio...

Silencio...

Silencio...

Tan solo un largo silencio...

Todo sucedió tan rápido, Remus se aproximó y repitió el gesto, tan profundo, tan sincero, una cosa íntima, pensada para dos... Severus apoyó a Remus en una estantería. Unos cuantos libros cayeron. Las corbatas y las camisas fueron cayendo al suelo, una tras otra, desprendidas de sus dueños, en silencio, los suspiros se transformaban en vaho por el frío, pero un frío tan solo carnal, el fuego interior, se estaba avivando. El moreno apoyó sus manos en el pecho de su amado, le besó todo el pecho, bajando cada vez más, llegó a la cintura y seguía descendiendo...

Aquí comenzó la fantasía...

Remus abrió sus ojos dorados. Estaba tumbado en el suelo, sobre una capa, pero no tenía frío, alguien le estaba arropando. Miró a ese alguien, allí estaba Severus, mirándole, cuidando de él, los dos desnudos, los cuerpos entrelazados...

-Nunca me di cuenta- Dijo Remus.

-¿De que? –Contestó Severus besándole el dorado cabello.

-De lo que sentía por ti.

-¿Qué sientes?

-¿Amor?

-Demuéstramelo

-¿Otra vez?

-Tantas veces como sean necesarias, hasta que sepa si me amas como yo te amo...

-¿Y tu cuando me quieres Severus?

-Eres un mal alumno, aprendes despacio...- Se volvieron a unir en un profundo y húmedo beso... La noche aún era joven...

Continuará...