Por fin el segundo capítulo, perdón por la tardanza... en este capítulo incorporo escenas de violencia, así k ya sabes, si no te gusta ver sufrir a tu personaje... da la vuelta..

CAPITULO 2

Remus llegó después de una agotadora noche en manos de Severus, a las nueve de la mañana a la sala común de Gryffindor. La biblioteca se había convertido en su refugio, allí acudían cada noche y se demostraban como se amaban, los dos solos, sin merodeadores por en medio, esto se repitió durante toda la semana, desde aquella magnifica noche en la que por fin, se dio cuenta de sus sentimientos. Remus ni se acordaba de quienes habían sido sus ex – amigos, todas sus locuras, se habían quedado atrás, ahora, tenía otro amigo, más maduro, sincero, leal, y lo más importante de todo, Remus le amaba...estaba viviendo en una utopía, el antiguo Remus, se hubiera dado cuenta de que tantas alegrías, no podían ser buenas, y aún menos, durar eternamente, pero el Remus de ahora, sin preocupaciones, no veía un solo impedimento a su nueva vida. ¿Todo iba bien no? A las ocho de la mañana se despertaba en la biblioteca después de no haber dormido casi nada, se vestían y a las ocho y media se besaban hasta la noche siguiente. Llegaba a las nueve a la sala común, ya había desayunado labios de Severus, así que ni siquiera se le ocurría la idea de visitar el Gran Comedor. Llegaba justo a clase (incluso tarde a veces, pero no le importaba) en las clases, normal, sin cambios, tomaba apuntes, estaba atento... Al finalizar corría al Gran Comedor, comía considerablemente y después de haberse pegado un gran atracón subía a su habitación, en una hora, ya se lo había estudiado todo, y el resto de tiempo hasta las ocho, lo utilizaría para dormir. A las ocho y media se acicalaba, preparaba sus cosas para el día siguiente y se iba al Gran Comedor, comía deprisa y nervioso, cada vez que estaba con Severus era como la primera vez, tan emocionante, tan satisfactorio, tan placentero...

A las ocho menos cuarto, ya estaba en la sección prohibida, esperando a su amado, para que juntos, abandonaran sus mentes y dejarse dominar por la pasión. Finalmente llegaba su Slytherin más querido...

-Llegas tarde- le replicó Remus- y tienes puré en los labios, acércate.

Severus obedeció a su lobito, que esa noche estaba juguetón...Se deshicieron de sus ropas y se mostraron mutuamente sus sentimientos, sintiéndose uno, otra noche más...

Llegó la mañana y, como otras muchas veces, les encontró juntos, desnudos, con una serena expresión en sus rostros.

-Despierta Remus

-(desperezándose) ¿Ya es la hora?

Severus le besó en los labios.

-Venga, arriba dormilón.

-Severus- dijo Remus abriendo los ojos- ¿Esta noche nos volvemos a ver...?

-¿Aún lo dudas?

Se volvieron a besar, ¡Todo era tan bonito para Remus! Estaba viviendo en un mundo de color rosa, se despertaba con la persona que más amaba, eran felices juntos a pesar de tener que disimularlo ante los demás, sobretodo delante de los merodeadores... ¡Los merodeadores! Ni se acordaba ya de ellos... en su vida solo existía una persona, un amigo: Severus Snape. Se dirigió feliz a la torre de Gryffindor a buscar sus bártulos. Allí terminaría su felicidad, al entrar se encontró cara a cara con James Potter.

Está bien- dijo James- Lo sentimos perdónanos.

-Te echamos de menos Moony. Por favor perdónanos.

Remus se quedó parado, en shock, sin saber que hacer, su vida acababa de desmoronarse.

-¿Remus?

-Si, claro, os perdono- Remus no supo porque dijo eso, no lo sentía, no podía ser verdad, no les podía decir a sus amigos que se había enamorado de Severus, aquel Slytherin al que tanto odiaban, no podía decirles que dormía cada noche con él, que lo amaba, que él era su único pensamiento...

-¡Estupendo! –Dijo Sirius- Me alegro de que volvamos a ser amigos Remus.

-Y yo...

-Vámonos a clase, llegaremos tarde...

En clase Remus no podía prestar atención, solo pensaba en que no podría ver a Severus esa noche. ¿Cómo se lo haría saber? No tenían clase juntos, estaba hecho un lío...

Sus ahora amigos le estaban todo el rato encima, contándole los sucesos de la pasada semana, pero él no loes escuchaba...

-¿Qué te parece Remus?

-¿Perdona?

-¿No me has escuchado?- replicó James- Ayer llené de puré de patata a Quejicus.

Los merodeadores se rieron fuertemente, como si aquello fuera divertido, pues no, no tenía gracia, ninguna gracia, era lo peor, nefasto, asqueroso, repulsivo que trataran así a su amado.

-Lo más divertido y escúchame Remus-continuó James- es que Quejicus se enfadó mucho, y me lanzó un maleficio... y me e pasado la noche en la enfermería.

Remus sonrió al recordar que Severus había llegado un poco tarde y con puré en sus tiernos labios. La sonrisa de Remus se convirtió en risa.

-Que contento estoy de ver que te ríes de nuevo-dijo James

Si James hubiera sospechado que ese puré fue una excusa para besar apasionadamente a su Sevy... Remus no podía parase de reír... era tan irónico.

-A ver cuando le volvemos a hacer algo a ese indeseable- dijo Sirius.

-Eso, eso-Dijo Peter, como un eco.

-James, si, una buena paliza tiene que llevarse, por atreverse a echarme un maleficio delante de Evans.

-No lo hagáis...

Los merodeadores se quedaron 0-0U...

-No lo haremos si me prometes no volver a enfadarte...

-Lo prometo...

Estaba perdido... su única salida hubiera sido enfadarse con ellos así volver tener la noche libre. ¡La noche! Aún no había avisado a Severus...

-Subo un momento.

-Estupendo yo me voy a cenar-dijo James

-Y yo-dijo Peter.

-Pues yo te espero Moony.

Remus no sabía como podía avisar a su amado, de repente tuvo una idea, le envió por lechuza una carta a donde se lo contaba todo, y se despedía con un... todo tuyo por siempre... Remus J. Lupin. Al enviar la carta, una lágrima se deslizó por sus mejillas, Sirius entró en la habitación...

-¿Estas bien Moony?

-Si, ¿Por qué lo preguntas?

-Pues, últimamente, ni siquiera venías a dormir, ni desayunabas... hemos estado muy preocupados por ti.

Remus tomó fuerzas y sonrió.

-Estoy bien Sirius ¿Vamos a cenar?

En la cena Remus estuvo todo el rato mirando a la mesa de Slytherin, pero Severus no aparecía...Estaba tan triste, antes no tenía amigos, ahora no tenía a su Sevy...

Aquella noche, Remus se acostó solo, su cama le parecía extraña, la habitación olía extraño, hacía frió, todo tan diferente a la noche anterior... se durmió con estos pensamientos, fue la noche más larga de su vida..

Al día siguiente le dolía increíblemente la cabeza, incluso pensó en no levantarse, pero no, imposible, hoy tocaba encantamientos con Slytherin, tenía que conseguir acercarse y hablar con Snape y explicárselo todo, no quería que se enfadara con él. Se dirigió cansado y con sus amigos al Gran Comedor, cuando, en un pasillo cercano al aula de transformaciones, sus males se despejaron al verle, iluminado como por una luz celestial... su amor, su vida, aquel que valía del primer al último suspiro, allí estaba Sev...y le miraba. Sin poder evitarlo Remus enrojeció, pero sus compañeros no se percataron, por suerte. Pero Severus seguía caminando se acercaba cada vez más a ellos, ¡Estaba loco! Se encontraba con los merodeadores...Sev se quedó plantado delante de ellos...

-¿Qué quieres Quejicus? ¿Te tengo que apartar de una patada? –Dijo vacilón Sirius

Severus no contestó, miraba a Remus con una sonrisa en los labios y con una mirada calculadora...

-¿No nos has oído Quejicus?-Dijo James.

Sin saber cómo Severus se acercó a Remus y le besó profundamente. Sentía como todas sus penas desaparecían, sus dolores se iban , toda la tristeza acumulada, desaparecía... era feliz de nuevo, junto a su amado, su Slytherin, su Severus... De repente se acordó... ¡LOS MERODEADORES! ¡Mierda! ¿Y cuando se separaran que pasaría? Se lo hizo saber a Severus con un pequeño pellizco en el labio inferior... Severus le calmó con una caricia...pero aquel beso no podía durar eternamente.. algún momento tenía que separarse...

Y ocurrió, sus labios se distanciaron. Hubo un silencio inquieto. Remus estaba más colorado que un dragón rojo chino, Peter impresionado, y James y Sirius...

James agarró a Severus por si túnica y lo tiró al suelo. Sirius se lanzó sobre él, y le propinó un puñetazo...James repitió el acto...Pero esta vez Severus no recibió el golpe...Remus se había puesto en medio.

Colagusano al ver el inicio de la pelea se escondió detrás de una de las feas armaduras que decoraban el pasillo.

-Quita de en medio Remus –Comenzó Sirius-¿Cómo puedes ponerte delante después de lo que te ha hecho? Escucha Quejicus, esta la vas a pagar cara... voy a destrozarte, te vas a quedar sin piel porque te la voy a quitar trocito a trocito, te voy a...

-En definitiva que no te vuelvas a acercar a Moony, porque no lo vas a contar-James le propinó otro puñetazo- Reza para que no te duela mucho mañana Severus -le cogió del brazo y lo arrastró.

-No- Gritó Remus. Pero nadie le escuchaba, James y Sirius seguían pegando a su amado, con una fuerza descomunal, era un pela injusta, dos contra uno, la dureza con la que le propinaban los golpes, las patadas que le daban... le iban a matar. Remus corrió hacia él, no le importaba nada, solo Severus...pero algo le detuvo Lili Evans había salido de algún sitio, y una extraña fuerza sujetaba fuertemente a Remus.

-No puedo permitir que un prefecto se meta en una pelea Lupin.

-No lo entiendes Evans, por favor, quítame el hechizo, necesito ir allí.

-Lupin no te pongas pesado ¡¡Desmaius!

Y no recordó nada más...

Mientras, el dolor se incrustaba en los huesos de Severus.

-Ahora Remus no puede defenderte Quejicus...te vas a morir-Dicho esto James le atizó un puñetazo en la mandíbula. Severus tosió y un hilo de sangre se deslizó hasta los blancos cuellos de su camisa. Sirius, sin piedad le asentó un par de golpes más. James le paró.

-Si no le dejas sentir el dolor, dime, ¿De que sirve que le pegues?

-Imbécil-consiguió decir Severus, se levantó y de un puñetazo le tiró las gafas al suelo.

Sirius se abalanzó sobre él. Había llegado un momento en que la lucha dejaba atrás sus antiguas motivaciones, no era solo por Remus, era por divertirse un rato, por hacérselo pasar mal...Sirius se sentó sobre las piernas de Severus y empezó a darle golpes sin ni siquiera dejarle respirar.

-Levántate Sirius-Comenzó James-Ya le hemos dado una buena lección.

Sirius se levantó y le reparó las gafas a James con un hechizo, pero, al bajar la guardia Severus aprovechó para darle un fuerte golpe en el ojo, que se lo dejó morado al instante. Sirius se llevó las manos a su cara. Severus aprovechó aún más y le pegó una patada en la espinilla. Sirius cayó al suelo. James levantó su varita y Severus fue arrojado a la pared.

-Este aún no ha quedado escarmentado-Dijo James- te vamos a enseñar disciplina merodeadora de la buena. Se te han acabado tus días de gloria...

Continuará...