Capitulo 10

-Legolas- pensó Idrial al ver al Príncipe en el camino - ¡maldición, nos delatara-

Pero para su sorpresa, la rubia figura, al escuchar los gritos de Thranduil, se escabullo entre la oscuridad, desapareciendo y dejando sola a Idrial con Aranel.

Idrial tomo de nuevo ánimo, talvez lo lograría, pero Aranel ya se debatía de nueva cuenta por soltarse de su madre. No tardo mucho antes que Thranduil las alcanzara. Arranco a una asustada Aranel sus brazos, la cual se aferro a su padre llorando de miedo. Idrial se quedo ahí, jadeando con el esfuerzo y la emoción, maldiciendo su estupidez. No tendría otra oportunidad. Thranduil se encargaría de eso.

En silencio, regresaron a sus habitaciones. Thranduil regreso a Aranel a su cama, pero Aranel insistió en acostarse junto con Legolas. Idrial alcanzo a ver que Legolas ya yacía inocentemente en su lecho y que sus ojos refulgían de resentimiento, aunque abrazo a Aranel y se apretó contra ella. Aranel seguía llorando. El aliento le salía en forma de breves sollozos entrecortados. Thranduil contemplo la escena un momento, y luego se volvió hacia Idrial que estaba en el marco de la puerta, la tomo del brazo, la saco de la habitación y se le planto en la cara.

-Comprenderás que este es el fin de nosotros dos- dijo Thranduil con amargura- No se como piensas arreglar esto-

Idrial aparto la cara de la mirada de odio, no podía soportarla .Comprendió que nada de lo dijese podría cambiar la situación. No entonces. No nunca.

A la mañana siguiente, Thranduil le hablo bruscamente.

-No quiero oír nada de lo que tengas que decir. Eres otra persona. Yo no te conozco-

Idrial se quedo en silencio, no había siquiera podido hablar para defenderse. Levanto la vista y miro a Aranel que la miraba., no le había dirigido la palabra en toda la mañana.

Poco mas tarde, Thranduil, Aranel y Legolas se despidieron.

Estaba decidido, Idrial estaba enferma y necesitaba ayuda. Tenía que irse.

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Legolas estaba molesto¿Cómo podía Idrial haber cometido semejante error, y lo que era peor, Legolas no había podido hacer nada, al haberse escabullido en la noche, tuvo que regresar a la cama lo mas rápido posible para evitar que Thranduil se enterara de su escapada.

Flashback

Aragorn salto asustado por los súbitos golpes a su puerta, era ya muy tarde por la noche y había tenido una larga platica con Thranduil.

-Aragorn, abre, soy yo- murmuro una voz al otro extremo de la puerta. Emocionado al escuchar la voz de su elfo, se apresuro a abrir la puerta.

-Legolas, creí que ya no vendrías- dijo Aragorn al momento que sujetaba por un brazo a Legolas y lo metía rápidamente a su cuarto de un tirón.

-Gracias¿puedo pasar?- contesto entre risas Legolas.

-Perdona, es que todo este asunto de tu padre me ha hecho trizas los nervios-

-¿Entonces- dijo Legolas al momento que se sentaba en la cama- ya hablaste con el, que te dijo, que le has respondido?-

-Vaya, ahora el nervioso eres tu- contesto Aragorn burlonamente al sentarse junto al elfo.

-La verdad un poquito, pero dime ¿Que te ha dicho Ada?- pregunto Legolasacercándose mas al humano.

-Pues después de regañarme porque habíamos actuado como tontos, me pregunto mis sentimientos hacia ti-

-¿Y?- pregunto Legolas apoyando su cabeza en el hombro de Aragorn.

-Pues le he dicho la verdad, que te amo con todo el corazón, que mi alma sufriría eternamente si nos separaran, y que iría a Mordor si fuera necesario para comprobarle lo mucho que te amo-

-¡Oh, Estel¿Y que te ha dicho Ada?- contesto Legolas abrazando a Aragorn, tumbándolo en la cama.

- Bueno, después de amenazarme con que me encerraría en una mazmorra de por vida en su reino si osaba partirte el corazón, me ha concedido poder cortejarte, y solo después de un año, si le demostramos que podemos con un compromiso mayor, entonces nos dará su aprobación-finalizo Aragorn.

-Estel, Ada no hablaba en serio en cuanto a los calabozos, pero me alegra que haya estado de acuerdo con nuestra relación-

-Pues yo lo vi muy serio Legolas, y no quiero averiguar si lo dice es verdad- contesto entre risas Aragorn- Pero aun me queda una duda, una que no aclaro tu Ada, y es ¿Como se entero de lo nuestro?-

-Rivendell no es muy grande Estel, seguro los gemelos nos vieron- contesto decisivamente Legolas.

-¿Mis hermanos, vaya, ya lo sospechaba, esos malintencionados, seguro lo hicieron al propósito para tener el camino libre- exclamo para si Aragorn en voz alta.

- ¿Camino libre para que Estel?- pregunto el elfo al ver Aragorn hundido en sus pensamiento.

-¿He, nada, nada, cosa de hermanos mi querido Legolas-

-Bueno, ya que hemos aclarado este asunto, tenemos que festejar nuestro compromiso- comento inocentemente Legolas, besando tiernamente al humano- ¿Alguna idea, mmm?-

Aragorn no contesto nada, solo atino a comenzar a besar tiernamente al elfo, presionándolo mas sobre la cama. Pronto los besos se hicieron mas apasionados. Aragorn no pudo contenerse mas y comenzó a retirar la liviana túnica que el elfo llevaba puesta.

-Aragorn, espera, no deberíamos- comenzó a protestar Legolas entre beso y beso.

-Por favor Legolas, no haremos nada que no quieras, solo déjame sentirte mas cerca- imploro Aragorn Legolas que ya sentía que se ahogaba en esos abrazos y besos, apenas si protesto.

Pronto Aragorn se removió su túnica también, y comenzó a besar delicadamente el fino cuello del elfo, el cual ya se retorcía bajo sus caricias, animado por esta respuesta y comenzó a jalar los suaves pantalones de Legolas

-Aragorn, detente por favor- volvió a suplicar el elfo

-¿En verdad quieres parar?- pregunto Aragorn con la respiración entrecortada y frunciendo el ceño.

-No quiero dejar de sentir tus besos Aragorn, y deseo esto igual que tú, pero no es correcto-

-Legolas, mello nin¿eres virgen?-

Con un rubor llenándole las pálidas mejillas, el elfo asintió.

-Y así quiero permanecer hasta consumar nuestro compromiso-

-Entiendo tu deseo Legolas y lo respeto, y eso solo me hace quererte aun más- pero eso no significa que debamos parar-

-¿A que te refieres Estel?-

-Que podemos jugar un rato, solo tocarnos y besarnos, para mí es suficiente¿no te gustaría?-

-Indeciso, Legolas volvió asentir con la cabeza. Con esto, Aragorn comenzó a bajar las ligeras polainas del elfo, después de quedarse unos minutos admirando a su elfo, rápidamente se retiro sus pantalones también y se metió a la cama. Ahora el turno de Legolas de admirar a Aragorn, nuca había visto a alguien desnudo, a excepción de su Ada, mucho menos a un humano, pero lo encontró atractivo a sus ojos. Piel con piel, boca con boca, las caricias se hicieron mas intimas, mas prolongadas, se tomaron su tiempo conociéndose, amándose, explorando aquí y allá. El simple roce de sus cuerpos fue suficiente para que los dos llegaran al límite.

-Eso fue maravilloso Estel- suspiro el Legolas casi sin aliento

-Lo fue en verdad, y espera cuando nuestro compromiso sea oficial- rió Aragorn

-Mmm, no se si pueda esperar- confeso Legolas mientras se acomodaba en el cuello del humano.

-Yo tampoco se si puede resistirte tanto tiempo-

-¡Estel, una año pasa rápido, ya veras-

-Un año en la vida de un elfo, pero para mi será eterno- suspiro Aragorn mientras giraba para besar a Legolas. Comenzaba Legolas a corresponder el beso, cuando alcanzo a escuchar un alboroto a lo lejos.

-¿Qué pasa mello nin?- pregunto Aragorn mientras veía como se incorporaba Legolas

-No se, pero escuche la voz de Ada, debo irme antes que descubra que no estoy en mi cama-contesto Legolas mientras se vestía apresurado

-¿Thranduil!- exclamo Aragorn, levantándose de un brinco,

-Calma Estel, no se dará cuenta, no si me voy ahora-

-De acuerdo, pero ten cuidado mi amor, la idea de las mazmorras ronda todavía en mi mente- respondió Aragorn mientras con cuidado la puerta.

Con un rápido beso y una sonrisa Legolas desapareció en la noche.

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sí fue como encontró Legolas a Idrial, escapándose y llevándose a Aranel con ella. Perfecto. Le evitaría la molestia de pensar en ese asunto. Pero no, Thranduil pronto las alcanzaría. Pero bueno, algo bueno iba sacar de esto. De eso estaba seguro. Además, aunque había tratado de evitarlo, ya amaba a Aragorn con todo el corazón.