PERFECTO
CAPITULO 12
-Ya te he dicho mis condiciones- dijo Idrial cansada.
Después del primer enfrentamiento con Thranduil, Idrial había descansado y tomado nuevas fuerzas, al igual que Thranduil. Ahora llevaban toda la tarde discutiendo, y por el rumbo que llevaban las cosas, se llevarían parte de la noche también.
-Tienes que elegir- insistió Idrial-
-¿Elegir?- pregunto incrédulo Thranduil.
-Si. Elegir. Legolas o Aranel¿Cuál de los dos?-
-¿Cómo puedes pedirme que elija?-
-Yo ya lo he hecho- contesto Idrial- Y fue muy fácil. Te lo aseguro-
-¿Por qué tengo que elegir?- estallo Thranduil- No quiero elegir. Los quiero a los dos-
-¡Las dos no!- estallo también Idrial- ¡Si llevo a Aranel estará… estará muerta en menos de un año¡como los otros¡Le ocurrirá lo mismo!-
-¡Fueron accidentes¡Como puedes acusar de esa manera a un elfito inocente!-
Suspiros
Volvían a lo mismo
-Elige Thranduil. Ya te lo he dicho. Tienes que decidir a cual quieres más. Legolas o Aranel. No creí que te sería tan difícil-
Silencio.
-¡Valar, lo amas mas a el¿No es verdad¡si de ti dependiera, seria tu heredero!-
-¿Y por que no!- contesto con amargura Thranduil - es mi único hijo varón-
Silencio.
-¿Por qué me haces esto¿Tanto me odias?- dijo por fin Thranduil.
-Thranduil, yo te amo… ya lo sabes. Quiero hacerte feliz. Siempre lo he querido. Pero no puedo hacerlo a costa de la vida de Aranel. Legolas ya no es un elfito, ya no es nuestra responsabilidad-
-Es verdad- contesto Thranduil muy serio- es un elfo que lleva mi nombre y mi linaje-
-¡No es nuestro hijo!- grito Idrial
Silencio
-Debe de haber una manera- dijo por fin Idrial – Y la hallare. Aunque tenga que abandonar a Legolas en algún umbral en Mordor o llevarme a Aranel a Valinor-
Thranduil no soporto más. De un fuerte bofetón, mando a Idrial al suelo.
-Legolas es mi hijo, y nadie me lo quitara de mi lado- grito Thranduil volteando la mirada- No a Legolas, no a Aranel-
¿No habría un camino menos destructivo¿Alguna otra explicación…?
Thranduil tuvo e l impulso de arrodillarse y abrazarla, pero no pudo hacerlo.
-No ceder- era el pensamiento de Idrial mientras se levantaba - no ceder… mantenerme-
Limites de Lothlórien.
-Creo que este es un buen lugar para pasar la noche- comento Aragorn, deslizándose de su caballo.
-Tienes razón melda, es el lugar perfecto- contesto Legolas.
Montaron un discreto campamento esa noche, solo una pequeña fogata, sus mantas para dormir y una sencilla cena a base de lembas y algo de vino, después de todo, nadie debía saber que estaban ahí.
-¿Vino¡Por los Valar Legolas¿no era mas prudente traer algo de agua?- dijo Aragorn dando unos sorbos a su sencillo jarro.
-Perdona Estel, fue lo primero que tome, las prisas y la emoción- se disculpo Legolas con una sonrisa, dando también unos sorbos- Pero no me negaras que esta bueno-
-Lo esta, de hecho, es el mejor vino que he probado, solo se compara con… ¿de donde lo tomaste!-
-¿Uh, del estudio de Lord Elrond-
-¿Del estudio de mi Ada¿Estas loco, nadie puede tomar este vino, es muy fuerte, solo sus invitados especiales-
Legolas rió cándidamente.
-Lo se, es solo que pensé… que podíamos tomar un poco, ya sabes, tu y yo, a la luz de las estrellas- respondió Legolas, acercándose mas.
Aragorn no protesto cuando sintió la cadera del elfo rozar la suya, este simple acto hizo que su corazón latiera con fuerza y toda esa sangre llegaba a un solo punto: entre sus piernas, avergonzado por la situación, tomo unos sorbos más.
Minutos pasaron, cuando Aragorn sintió un aliento caliento en su nuca -¿Quieres mas vino melda?- pregunto Legolas. No pudiendo contenerse más, Estel abrazo al elfo por sorpresa, tumbándolo al suelo.
Legolas opuso poca resistencia, ya que pronto esos ardientes besos comenzaron a buscar su sensible oreja y cuello.
-Estel, creo… creo que no deberíamos…-
-Shhh- fue toda la respuesta que dio Aragorn antes de empezar a levantar la suave camiseta de Legolas.
Pronto una húmeda lengua comenzó a recorrer todo el pecho del elfo, tomando atención extra en esas rosadas protuberancias, Legolas arqueo la espalda con un gemido, asegurando mas contacto con esa dulce boca.
-¡Oh melda!- eres tan sensible, tan exquisitamente sensible- murmuro Aragorn mientras continuaba sus caricias y con las manos libres, retiraba completamente la túnica del elfo.
-¡Y eso lo usas para tu ventaja Estel!- contesto Legolas levantando un poco la cabeza – ¡Me deshaces con tus besos!-
Con una sonrisa, Aragorn se apresuro en volver a poner sus labios en esa suave piel.
Pronto, sus manos comenzaron a deshacer las cintas de los pantalones del elfo, y plantando más besos en el tembloroso vientre de Legolas, comenzó a bajarlo lentamente. Cuando hubo logrado su cometido, cambio la ruta de sus caricias a los sedosos muslos y caderas, evitando por el momento la firme columna de carne.
-¡Estel, por favor... Por favor!- escucho Aragorn suplicar al elfo, rápidamente , saco por completo los pantalones del elfo, y antes que Legolas pudiera protestar por el brusco movimiento, tomo en su boca al elfo completamente.
-¡Estel… espera... No es justo... quiero verte también!-
Estel se detuvo jadeante, permitiéndole que Legolas lo desvistiera mientras se besaban apasionadamente. Una vez libre de ropas. Estel volvió a su asalto inicial, no quería permitirle al elfo un segundo de respiro. No esta noche.
Tomando de nuevo al elfo en su boca, comenzó a recorrer la profunda hendidura, buscando esa estrecha entrada, cuando la hubo encontrado, presiono un poco con un dedo, esperando la reacción del elfo. Legolas apenas si respingo. Alentado, comenzó a empujar un poquito, hasta que lo hubo deslizado totalmente.
-¡Estel... espera… por favor…!
Pero Aragorn estaba mas allá de toda suplica ahora, comenzó a jugar con esa estrecha entrada, no soltando al elfo de su boca, hasta que poco a poco sintió que la presión en su dedo fue disminuyendo. Alentado de nuevo, sumo dos dedos para manipular esa dulce entrada.
Legolas se tenso de nuevo. Aragorn se detuvo preocupado. Se retiro completamente y subió para quedar cara a cara con Legolas.
-¡Oh, Valar me ayude!-pensó Aragorn, Legolas se veía tan hermoso, el rubor en su cara, jadeante, la boca roja e hinchada por los besos previos, el pelo desordenado, esos hermosos ojos azules…
No dijeron nada. Aragorn buscando con la mirada el permiso… la respuesta. Legolas solo asintió con la cabeza.
Aragorn creyó desmayar de la felicidad. Estirándose un poco, alcanzo su morral de viaje, tirando todo su contenido de la emoción, pronto encontró el frasquito que buscaba. Legolas frunció un poco el ceño, entre divertido y acusador. Con un ligero rubor en su cara, Aragorn se apresuro a abrir el frasquito.
De nuevo, suaves gemidos se escuchaban, -Relajante melda, seré muy gentil, lo prometo- alentaba Aragorn mientras ya preparaba al elfo con dos dedos. Legolas se tenso de nuevo, ahora Aragorn estaba muy profundo, como buscando algo… y cuando lo encontró, Legolas casi grita de confusión.
-¿Ves, habrá placer para los dos Legolas, solo relájate un poco- murmuro Aragorn, retirándose de Legolas, que ya movía las caderas de excitación.
-Quiero verte a los ojos cuando te tome¿Puedo?- pregunto Estel mientras se colocaba entre las piernas del elfo.
-A mi… a mi también me gustaría- contesto Legolas muy bajito.
-Seré lo mas gentil posible, dime si quieres que me detenga en cualquier momento¿de acuerdo?-
-Legolas asintió de nuevo con la cabeza, mientras Aragorn ya acomodaba sus finos tobillos en sus anchos hombros.
-¿Confías en mi melda?- pregunto por ultima vez Aragorn.
-Confió- contesto Legolas – y te amo Estel-
Con brillantes ojos, Aragorn comenzó a empujar muy lentamente, atento a cualquier señal de Legolas, cuando logro pasar la defensa del elfo, sintió dos suaves brazos rodeando su nuca.
Cuando creyó que Legolas ya se había acomodado a esta nueva sensación, empezó a marcar un suave ritmo, lento y gentil como lo había prometido. Así se inclino para besar de nuevo esa boca, y ver esos hermosos ojos, inclinando más las rodillas del elfo, permitiéndole entrar un poquito más.
-¡Estel!... por favor…- sollozó Legolas.
-¿Que mi amor, dime?-
-Más… Fuerte… ¡por favor!..-
Eso era todo lo que Estel podía tomar, así fue aumentando poco a poco mas fuerza en sus arremetidas, asegurándose de darle el máxima placer al elfo.
Con el nombre del humano es sus labios, Legolas se derramo entre ellos. El espasmo de por si la estrecha entrada, hizo que Aragorn también se derramara dentro del elfo.
Cuidando de no lastimarlo, Aragorn se retiro con ternura y se recostó abrazando a Legolas.
Cuando hubo recobrado un poco el aliento, busco con la mirada la cara del elfo, y se sorprendió ver lágrimas ahí.
-¡Legolas¿Qué pasa, te he lastimado?- pregunto alarmado Aragorn mientras se incorporaba un poco.
-No Estel, no te preocupes, ha sido un amante muy considerado , ha sido la noche mas maravillosa de mi vida y por eso te amo mas… es solo que no puedo dejar de pensar que…-
-¿Qué no llegaras puro a tu Unión conmigo?- completo Estel
Silencio y rubor.
-¡Oh, melda, mi dulce melda, me has hecho el hombre mas feliz sobre toda Arda, te amaba con pasión, y ahora te amo con locura- contesto Aragorn besando al elfo y secando sus lagrimas.
-Además es conmigo con quién te vas a enlazar, nadie tiene que saberlo, no te preocupes, que no te desharás de mi tan fácilmente- continuo Aragorn abrazando a Legolas con ojos entrecerrados.
Legolas rió contento. Y se acurruco en el caliente hueco del cuello de Estel.
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