Perfecto
Capitulo 13
Lórien.
Thranduil no podía más. Las discusiones no llevaban a ningún lado y solo estaban destruyendo el poco cariño y respeto que aun le tenía a Idrial. Faltaban pocas horas para que despuntara el alba. Thranduil hizo una decisión.
-Voy a llevármela a casa- explico tranquilamente Thranduil – La llevare a casa y todo estará bien. Puedes venir si quieres, el reino te necesita-
-No lo permitiré, no si Legolas esta ahí- contesto Idrial.
-Eso no importa más. Si esa es tu decisión, que así sea. Me llevare a mis hijos conmigo. Tú puedes hacer lo que quieras. Puedes quedarte aquí si lo deseas. Galadriel esta dispuesta a ayudarte. O puedes partir a Valinor…- respondió Thranduil con esa autoridad a la que solo Idrial estaba acostumbrada oír en la corte.
-¡No lo permitiré, primero muerta que dejarte llevártela!- grito Idrial desafiante.
-¡Estas fuera de ti., mírate!- respondió Thranduil, tratando de calmar a Idrial, pero no cediendo ningún paso.
-Me iré a valinor con ella- amenazo Idrial de nueva cuenta.
-Eso lo decidirá ella¿Dejaras que Legolas tome el trono en su lugar?- tentó Thranduil.
-Si su vida depende de renunciar a este, que así sea-
-No puedes decidir por ella-
Silencio.
-Se donde puedo hallarla- dijo Thranduil –Veremos que dice Aranel a todo esto. Ya es mayor y tiene capacidad de juicio. Después de todo, es su futuro lo que discutimos aquí-
-¡No te dejare que le envenenes la mente¡Ella es feliz como esta ahora!- exclamo alarmada Idrial. Talvez habría una ultima oportunidad.
Valinor.
Y con este pensamiento, se adelanto rápidamente a la puerta, atracándola tras de si, emprendiendo después rápida carrera a donde Aranel, ignorando los gritos de furia de Thranduil.
Seguro Aranel dormía aun. Debía ser rápida si quería tener éxito.
Al dar la vuelta a los corredores de Lórien, miro hacia arriba, al flet que compartía con Aranel desde su llegada. Tenía una baranda hermosamente labrada.
Idrial se sentía tan aliviada, que dio un grito de alegría.
Allá arriba, desde la baranda del flet, Aranel miraba hacia los jardines.
-¡Gracias a los Valar! Pensó emocionada Idrial- la suerte esta de mi lado- ignorando el hecho que era aun de madrugada. Cuando Aranel vio a su madre, el rostro se le ilumino con una expresión de alegría. Idrial se detuvo, -tranquila- se dijo, mientras saludaba a Aranel con la mano, esta le contesto en seguida.
Idrial se disponía a subir, cuando vio que Aranel iba se acercaba mas a la barandal.
-¡No, no¡No te acerques tanto Aranel, no lo hagas!- grito llena de angustia Idrial, un vuelco en su corazón, un mal presentimiento.
Quizás no la escucho, quizás se sintió demasiado aliviada al verla, pero Aranel se acerco y miro hacia abajo.
-¡Métete adentro! - aulló Idrial.
Le pareció a Idrial que Aranel empezaba a retirarse hacia la habitación, pues por un instante desapareció de la vista. Pero fue solo un instante. Reapareció casi de inmediato, mirando hacia atrás… a algo o a alguien. Se quedo ahí una fracción de segundo, y luego, con el rostro pálido, con terror en su hermosa cara, se asomo al balconcillo. Se inclino más y más, arañando el marco con los dedos.
-¡No! – volvió a gritar Idrial al ver que Aranel abría la boca en un grito de terror.
Por un breve instante, le pareció ver una cabeza con cabello dorado. Luego, las manos de Aranel perdieron el preciado asidero y cayo hacia el vació.
Los segundos que siguieron quedaron grabados en la memoria de Idrial en forma borrosa. Recordaba claramente el alarido, el ruido del impacto sobre el suave césped y el grito de Thranduil mientras corría. Escuchaba otras voces, veía otras caras que se reunían alrededor, todas llenan su noche con sus expresiones de horror. Thranduil se arroja sobre el cuerpo de Aranel, como para pretejerla de un daño ulterior, abriendo la boca en un llanto silencioso. Idrial siente que su corazón late más y más aprisa y corre hacia los establos.
Legolas era el culpable de esta tragedia. Lo sabia.
La niebla desaparece de su mente, a partir de esos momentos recuerda todo con claridad.
Su llegada a Rivendell. La incredulidad de los elfos que la miran. Después de todo, no había parado de cabalgar hasta llegar a la Casa de Elrond.
A medio camino se topa con los hijos de Elrond, pregunta por su "hijo", argumenta que desea verlo.
-Suponemos que esta en su habitación- responde Elladan
-Si, acaba de llegar de un paseo- agrega Elrohir.
Sin dar las gracias, parte con caminar apresurado.
(-El, creo que debemos informar a Ada- comenta Elrohir con una mirada de preocupación a su hermano-
-Creo que tienes toda la razón hermanito, no me gusto para nada su mirada- responde Elladan, apresurándose a donde su padre.)
Idrial entra a la habitación sin tocar, encuentra a Legolas desempacando su liviana mochila de viaje.
Legolas la mira con sus ojos azules e inocentes. Idrial da un paso.
-Te voy a matar- es todo lo que advierte Idrial antes de abalanzarse sobre Legolas.
Recuerda como estiro los brazos, como lo tomo por el cuello y apretó. Un cuello tan fino y frágil, tendría que haber sido fácil.
Legolas se defendió con una habilidad que dejo a Idrial sorprendida, olvidaba que Legolas había empezado su entrenamiento como guerrero hace poco, pero esto no la detuvo. Legolas lanzo un puntapié, Idrial esquivo el primer golpe, pero el segundo la dejo jadeando y cayo al suelo. No lo soltó, sin embargo y lo arrastro con ella. No lo soltaría hasta que estuviese muerto.
Legolas clavo las uñas, ladeo la cabeza buscando morder la mano que amenazaba con sofocarlo, Idrial grito al sentir el dolor en el hueso que cedía, rápidamente lanzo un puñetazo con todas las fuerzas que pudo reunir. Legolas cayó hacia atrás por el impacto. No queriendo perder su ventaja, Idrial se lanzo con todo el peso de su cuerpo, apretándolo contra el suelo, aferrándolo nuevamente por el cuello y apretó, apretó… extrañamente, Legolas sonríe, Idrial solo ve un leve tinte de pánico en sus ojos.
Vagamente, Idrial sintió otras manos que tiraban de ella, que la arrastran. Ve la mirada de Elrond en forma borrosa, a través de la nube de dolor y locura que la rodean, ve también la figura de Estel, inmóvil. Y ve a Legolas desmayado, Aragorn lo levanta y su cabello rubio se bambolea sobre su rostro. Tiene unas marcas de cardenales en el cuello, y la boca manchada de su sangre.
En medio de toda la confusión, Idrial trata de explicar… trata de hacerles creer…
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-Es una verdadera tragedia viejo amigo- consoló Elrond, pero parecía que Thranduil no escuchaba sus palabras.
-Estoy tan confundido Elrond…- respondió por fin Thranduil – ya no se lo que es verdad o lo que es mentira-
-No debes sucumbir ante la pena, Legolas y tu reino te necesitan mas que nunca-
-Lo se, lo se. Es solo que no puedo dejar de pensar¿Y si Idrial tuviera algo de razón, aun la amo Elrond¡Los Valar me perdonen, pero aun la amo- dijo Thranduil con la voz llena de dolor- Pero también amo a mis … a mi hijo-
-Ya lo hemos discutido antes, pero si te deja mas tranquilo, llamare a mi hijo Estel para aclarar unos puntos¿te parece?-
-Thranduil sintió con la cabeza. Debía aclarar las cosas de una vez por todas. Solo así podría partir a su reino. Y dejar atrás a Idrial…
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-Estel, te hemos llamado hoy, para que contestes, bajo palabra de decir la verdad, lo que se te pregunte- escucho Estel decir a Elrond al llegar al pequeño estudio. Thranduil se hallaba sentado en una silla, las sombras bañaban su figura.
-No temas Ion nin- alentó Elrond mas amable al ver la cara de preocupación de Estel- lo que digas, no saldrá de esta habitación. Contesta y honra tu casa-
-Así lo haré Ada- respondió con todo el valor que pudo demostrar. El recuerdo de la amenaza de Thranduil llego a su mente.
-No quiero acabar en un mazmorra- Pensó para si Estel, pero debía honrar su nombre y juramento.
-Esa noche- comenzó Elrond- en la que tu y Legolas partieron al Lago¿observaste algo extraño en la conducta del Príncipe?-
-No Ada. Solo… que estaba muy triste por la partida de su Majestad, y temía no volver a verlo-
-mmm¿algo mas¿Se alejo de ti en algún momento, se aparto de tu lado?-
Entendiendo hacia donde iba la conversación, Estel estallo en furia.
-Escucha Ada, si lo que estas insinuando es que si Legolas tuvo tiempo de llegar hasta donde Aranel, la respuesta es no. El estuvo a mi lado toda la noche. Imposible que llegara y regresara, estuvimos junto al Lago todo el tiempo, además, dudo que pudiera de todos modos después de lo que hici…-
Oh, Oh.
-¿Después de que Estel?- pregunto Thranduil levantándose de su silla.
Los calabozos se veía mas cerca esta vez en la mente de Estel, ya se veía encadenado, olvidado en las sombras.
Pero había jurado decir la verdad, bueno, no iba a decir toda la verdad…
-Estoy esperando una respuesta Ion- interrumpió Elrond sus locos pensamientos.
Thranduil abrió sus azules ojos desmesuradamente.
-¿Quieres decir que tu y mi hijo han completado su relación?- exclamo con una voz entre enojada y aliviada.
No había modo de mentir ahora. Su Ada se daría cuenta, así que trato de arreglar las cosas lo mejor que pudo. No era necesario que se enteraran de su escapada a Lórien. Después de todo, estaba seguro que Legolas había estado con el toda la noche. Claro, antes de caer exhausto… no había por que empeorar las cosas…
-¿Y bien?- volvió a preguntar exasperado Elrond.
-No fue su culpa – empezó a decir Estel- yo insistí, era una noche maravillosa, y … yo lo amo tanto…, por favor Rey Thranduil, no castigue a Legolas en ninguna forma, he sido yo el culpable de todo, acepto cualquier castigo que usted me imponga...-
Antes que Aragorn terminara todo su nervioso discurso, Thranduil se arrojó hacia el, Estel solo atino a retroceder unos pasos asustado, Elrond no tuvo tiempo ni de protestar. Una tragedia se acercaba.
-Gracias Estel, no sabes lo que tus palabras significan para mi- escucho Aragorn decir al Rey elfo que lo abrazaba firmemente.
-¿Qui…quiere decir que no esta molesto conmigo¿Qué no iré a un calabozo?- pregunto tímidamente Aragorn, buscando la mirada de su Ada sobre el hombro del Rey.
Apartándose lentamente, Thranduil se seco unas lágrimas de sus ojos. Después, con su habitual postura, enfrento al humano.
-No me malinterpretes Duandan, claro que estoy molesto, aprovecharte así de mi hijo. Habíamos acordado un año antes de aprobar su enlace- respondió Thranduil con una voz llena de energía de nuevo.
Elrond solo sonrió.
-Y haré honor a mi palabra su Majestad, lo juro, amo a Legolas con toda mi alma- respondió Estel tomando confianza, aun no entendia del todo la reacción del Thranduil. Parecía estar… contento.
-Mmm, bien, ahora déjame hablar con tu Adar a solas- solicito Thranduil.
-¿Rey Thranduil…?- pidió Aragorn antes de irse.
-¿Qué pasa?-
-Por favor, no diga a Legolas lo que le he dicho. Le he prometido guardar este secreto- rogó Aragorn.
-No temas. Como tu Adar te ha dicho, nada saldrá de estas paredes- prometió Thranduil.
Con un suspiro de alivio, Aragorn salio del salón.
-¿No te lo había dicho viejo amigo, Legolas es inocente de todo. Ten confianza en el- dijo Elrond rompiendo el silencio –Necesita todo el amor que puedas darle y mas aun después esta tragedia, se necesitan uno al otro…-
-Nunca pensé que la unión de Legolas y su consumación, me pusieran tan contento- dijo Thranduil con una sonrisa en los labios- Estel ha demostrado la inocencia de Legolas y ser leal a tu Casa en todo aspecto-
-Así es Estel- respondió igual de feliz Elrond.
-Esperare el tiempo prudente antes de anunciar el titulo que le corresponde como Príncipe heredero al trono, tal vez en la misma ceremonia podamos anunciar su enlace- dijo Thranduil mirando por una de las ventanas, la suave brisa jugo unos instantes con su rubio cabello.
-Será un honor acompañarlos- respondió Elrond, sirviendo un poco de vino.
Ahora solo quedaba un asunto pendiente: Idrial
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-¿Para que te buscaba Lord Elrond?- pregunto con una mirada curiosa Legolas al ver entrar a Estel a su habitación. Había estado esperando ansiosamente por algunas horas.
-Nada de que preocuparse mi amor, solo unos asuntos pendientes- respondió cansadamente Aragorn tumbándose en la cama.
-¿Pendientes?-
Aaggh, era imposible mentirle al dulce elfo.
-De nuestra noche juntos, cerca del Lago, donde pasamos toda la noche, sin movernos de ahí- recalco Aragorn
-¿Te han preguntado eso¿Y les has dicho de nuestra escapada ?-
-Shhh¿Quieres que te escuche todo Rivendell?-
-Perdona Estel-
-No, no le he dicho nada, solo que estuvimos en el Lago- respondió Estel
-¿Nada más?- pregunto de nueva cuenta Legolas, abrazando al humano.
Un rubor en la cara de Estel fue la respuesta que buscaba Legolas. Guardándose esto para si, y sin peguntar nada más, comenzó a buscar la boca de Aragorn. Pronto, Estel olvido la pregunta, perdiéndose en esos calientes besos.
-Eres mió, todo mió- susurro Legolas, buscando besar el cuello de Estel, que ya se estremecía debajo del elfo .El comentario paso desapercibido para Aragorn, solo como un murmuro de pasión y devoción.
Así, se dejo llevar por esta nueva pero fascinante cara de Legolas.
Legolas llevaba ahora el control de la situación, y pronto llevo a Aragorn a niveles de placer que ni el mismo creía capaz de experimentar.
Así los encontró la noche, abrazados, exhaustos y contentos.
Estel dormía placidamente, Legolas jugaba con un mechoncito negro de su cabeza.
-Te amo con todo mi corazón Estel, y ya eres todo mió-susurro apenas el elfo -… el Reino del Bosque Negro, y en un futuro, el Reino de Gondor también serán míos… ¿Y quien sabe, talvez hasta podamos reinar toda Arda-
Por que de algo estaba seguro Legolas, es que amaba a Estel con locura, y nadie, nadie lo apartaría de su lado.
Idrial.
Legolas no murió.
Era aun más fuerte de lo que pensaba.
En este momento esta al cuidado de Lord Elrond. No se donde. No quiero saberlo. Ya no me interesa.
Cuando Thranduil se marche dentro de pocos minutos, me quedare completamente sola. Me culpa de la muerte de Aranel. Aquel día, después de mi fallido intento de matar a Legolas, me ataco con tal furia y desesperación, que me cortó la mejilla con la piedra de su anillo. El anillo que yo le había regalado hace 5 milenios. Mi mano me duele constantemente, el trabajo de Elrond era digno de admiración, los huesos estaban tan dañados, que es una maravilla que los haya salvado hasta este punto. Hizo su trabajo a conciencia…como con Legolas.
Me asomo por la ventana, pronto partiré a Valinor, no me queda otro camino, aunque no se si lo lograre.
Una rubia figura llama mi precaria atención.
Legolas pasa corriendo y se arroja en los brazos que lo aguardan, Thranduil lo aprieta con fuerza. Legolas lo abraza como si nunca lo fuera a soltar. Me mira sobre el hombro de Thranduil con esos ojos azules. Siento que se me erizan los pelos de la nuca…
Me dirige una leve sonrisa.
¿De triunfo, de felicidad?
Talvez de ambas.
Nunca lo sabré.
No me queda nada… Ninguna esperanza…Me refugio en mi propio vació.
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Tierra Media, 3ª edad.
Concilio de Elrond.
-Serán la Comunidad del anillo- declaro formalmente Elrond. El orgullo se veía en sus ojos. Aragorn y Legolas, dos personas que consideraba como parte de la familia formarían parte de esta misión.
La destrucción del Único.
-Legolas, melda, apresúrate, los demás nos esperan en el jardín- apresuro Aragorn a su rubio elfo.
-Adelántate Estel, en un momento estoy contigo- respondió Legolas, mientras se aseguraba el carjal en su espalda.
Con tierno beso, Estel se apresuro a la salida.
-Parece que el destino nos une de nuevo – susurro Legolas a nadie en particular -¿Y quién sabe, parece que será un viaje emocionante.
Había aprendido su lección, como Melkor no había logrado nada con el odio y el temor, pero para su sorpresa, el amor y la inocencia lo lograban todo… claro…uno que otro vil acto ayudaba a veces, jé.
El amor era un sentimiento maravilloso.Amor por Estel, amor por su reino, amor por sus bosques, amor... al poder...Y no estaba dispuesto a perderlo por nada.
Pero primero tenia que sacar del camino a esos tontos Hobitts, en especial al llamado Frodo que resguardaba a la joya. Legolas no se dejaba engañar. El dulce Hobitt deseaba el anillo para el.
Joya que Legolas deseaba.
Además ese hombre de Gondor… seria fácil de manipular.
- Si, será un viaje muy divertido- dijo Legolas mientras bajaba las breves escaleras hacia el jardín -sera perfecto-
The End.
