CAPITULO 10
Todavía no podía creer lo que le estaba pasando, desde que se enteró de que había un traidor entre los suyos sospechó de muchos, gente con la que nunca había hablado demasiado, sin preocuparse de si eran de fiar o no, pero ¿Loui? Él jamás había dado signos de ser lo que era, ¿Cómo no se había podido dar cuenta antes? Llevaba trabajando en el Ministerio 4 años, ¿había sido mortifago desde el principio o se había pasado al bando de Voldemort más tarde?
Loui había llevado a Hermione hasta su despacho, o lo que él llamaba despacho. Era una habitación amplia, con dos ventanas grandes tapadas con cortinas negras que no dejaban entrar la luz. Las paredes estaban llenas de grandes estanterías desde el suelo hasta el techo, y estas mismas estaban llenas de libros. Hermione miró hacia arriba y quedó sorprendida, el techo también estaba lleno de estanterías y libros que parecían pegados y no se caían si no se invocaban con un hechizo. Loui invitó a Hermione a sentarse con un amable ademán; antes en su cara siempre había una sonrisa que dejaba a la vista la blanca y perfecta dentadura del chico, que le hacía todavía más atractivo, ahora sin embargo esa sonrisa se había transformado en una mueca de autosuficiencia que inspiraba terror. Hermione se quedó de pie, lo que hizo sonreír a Loui, que no se esperaba menos.
-no dices nada? –preguntó él mientras se sentaba en su gran silla de cuero negro y ponía cómodamente los pies sobre la mesa de madera antigua llena de papeles y plumas, todo desordenado.
-que quieres que diga? –contestó ella, entre asustada y enfadada
-no se… ay Hermione Hermione Hermione… -se levantó nuevamente y caminó hacia la chica, estaba tan feliz que no era capaz de estar quieto- en el Ministerio están desesperados buscándote, ¿Quién iba a decir que estabas escondida con Malfoy, eh? Según me había contado Mónica, Malfoy estaba con su novia, aunque supongo que se habría equivocado ¿no? –preguntó con curiosidad, Hermione permaneció invariable, con la mirada fija en un punto en frente de ella, sin hacer caso de Loui, que caminaba a su alrededor, mirándola- tsk, Herm, ¡con lo amigos que éramos antes, me contabas muchas cosas ¿recuerdas, y para que veas que sigues importándome como antes te voy a contar algo que he averiguado y que solo un amigo tuyo podría contarte –se acercó a ella, hasta rozar con su nariz la mejilla de la chica, se acercó hasta su oreja y le susurró al oído- Ron no ha pensado tanto en ti como tu seguro que has pensado en él, la última vez que lo vi se lo estaba montando con Luna en su despacho.
Se separó de ella para ver su reacción. En la cara de Hermione se entremezclaban muchas sensaciones, rabia, traición, celos, dolor, pero ella ya había visto a Ron con Luna, y aunque lo que había visto no había sido suficiente para convencerla, ahora ya no podía tener dudas; aunque fiarse de lo que Loui le decía no dejaba en muy buen lugar a la confianza que tenía en Ron. De todas formas la traición de su novio no le dolió tanto como pensó que le dolería, en ese momento solo le importaba salir de ahí y poder ayudar a Draco.
-¿no gritas? –Preguntó Loui con cierta sorpresa- ¿ni lloras?
Se sentó en frente de ella, sobre la mesa. Hermione seguía quieta en su sitio, con la mirada fija en el punto invisible que no existía pero que parecía transportarla a un mundo lejano.
Llamaron a la puerta, sobresaltando a Hermione, que volvió a la realidad en la que se encontraba de golpe y sintió como si se cayera de bruces contra el suelo.
-adelante –Loui se dirigió a su silla y se sentó en el tiempo en que se abría la puerta y entraba en la habitación un hombre bajito de pelo negro, tan oscuro que contrastaba con su cara pálida y de facciones finas, parecía que estuviera a punto de caerse al suelo debido a un esfuerzo sobrehumano que ya no podía soportar por más tiempo.
-Loui, Malfoy se niega a hablar
-otra vez! –se levantó de un salto y golpeó la mesa con el puño, haciendo que un bote lleno de tinta se volcara y manchara parte de los papeles blancos, que se humedecieron con rapidez mientras la tinta resbalaba por la mesa.
-cree que ella ha escapado –dijo el hombre señalando con un golpe de cabeza a Hermione, esta pudo notar cierto tono de repugnancia en la voz del hombrecillo.
-bueno, pues tendremos que desengañarle, aunque eso no me haga mucha gracia…
-¿por que no te hace gracia? –preguntó con curiosidad
-y a ti que te importa, Sanks?
-me importa todo lo que tiene que ver con la misión, no voy a dejar que la jodas por un calentón.
-con quien te crees que estas hablando imbecil?
-y tu? No recuerdo que te hayamos nombrado jefe o nada por el estilo, tu eres igual que los demás.
Sanks se fue cerrando la puerta tras él con un golpe seco que sobresaltó a Hermione nuevamente. Loui se quedó de pie, al lado de la mesa, con las manos fuertemente apretadas y los ojos vibrantes de rabia fijos en la puerta, como si todavía estuviera Sanks ahí. Bajó la vista y la clavó en el suelo, pensando en lo que debía hacer ahora.
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El ministerio se había convertido en una especie de maratón. Todos los aurores y demás trabajadores corrían de un lado a otro confirmando las noticias que les decían sus compañeros. Hacía media hora habían recibido una llamada avisando que habían visto entrar en una casa vieja, a las afueras de la cuidad, a un grupo de ex mortifagos; tal vez esa era la noticia que estaban esperando. Harry y Ron serían los encargados de coordinar y organizar los grupos para atacar la casa y, con mucha suerte, encontrar a Hermione en ella, la esperanza era lo último que se perdía, le había dicho Luna a Ron cuando le comunicó la llamada. Unos agentes muggles fueron los que dieron la alarma, el Ministerio tenía contactos entre los policías, a veces el marido de una bruja, o el padre de un mago; habían repartido fotografías, sin movimiento, de los hombres que estaban buscando entre los diferentes cuarteles de toda la ciudad, y ellos les ayudaban a buscarles, sin saber quienes eran o lo que habían hecho.
-estamos listos? –preguntó Ron a todos los aurores que irían con él, la otra mitad iría con Harry, ambos entrarían por cada uno de los lados de la casa.
Contaban con el factor sorpresa, pero con poco más, ya que no sabían cómo era el interior de la casa ni cuanta gente había en ella. Se habían llevado a 40 hombres en cada equipo y esperaban que eso fuera suficiente, pero ni siquiera sabían con seguridad si los que estaban dentro de esa casa abandonada eran mortifagos o simples delincuentes muggles, en ese caso ambas partes llevarían una gran sorpresa. Pero actuaban a la desesperada, de todo lo que habían averiguado hasta ahora esto era lo que más les acercaba a Hermione.
-estamos listos –contestó Harry con seguridad
-bien, entonces vamos
Se transportaron a unos metros de la casa y tres aurores se adelantaron para comprobar el terreno y observar por el interior.
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No sabían a donde la llevaba, pero caminaba en silencio delante de Loui. Sentía la mirada de él clavada en su cuerpo como una puñalada, pero se obligaba a sí misma a poner un pie delante del otro con toda la naturalidad posible, como si estuviera andando por el pasillo de la casa de Malfoy.
-ya llegamos –le indicó Loui mientras la agarraba del brazo de una forma un tanto brusca para que no siguiera caminando. Hermione se detuvo y caminó al interior de la habitación que le señalaba Loui.
No era muy grande, más bien era pequeña. No tenía ningún tipo de decoración y solo tenía dos ventanas y una chimenea enorme que ocupaba una de las paredes desde el principio hasta el fin, parecía una gran puerta al mismo infierno; la abertura en la que ardía el fuego estaba rodeada por figuras esculpidas en la piedra de formas terroríficas, seres mágicos, algunos ya extintos, y todos relacionados con poderes oscuros. Loui y Hermione entraron en la habitación y se quedaron quietos, Loui sabía lo que pasaría ahora, pero ella no y eso la ponía muy nerviosa. Por el pasillo por el que acababan de llegar comenzaron a escucharse voces; a medida que se acercaban más, Hermione pudo distinguir la voz de Draco, discutiendo con otro hombre al que no era capaz de reconocer.
Draco venía revolviéndose, a pesar de las heridas que tenía repartidas por todo el cuerpo y de lo debilitado que se sentía, del hechizo al que Snaks lo había sometido para sacarlo de la celda en la que lo había metido y llevarlo a Merlín sabe donde. Sintió cómo le ponían la zancadilla y caía de bruces dentro de una habitación. No se sintió con fuerzas para levantarse, pero una voz familiar le hizo volver a la realidad. Levantó la vista y se encontró con el rostro de Hermione arrodillado ante él. De repente sintió una terrible vergüenza al verse en esa situación delante de ella. Trató de levantarse, pero por sí mismo no fue capaz, ella, viendo lo que pretendía, le ayudó a ponerse en pie. De forma disimulada Hermione le acarició el brazo y apretó su cara contra su pecho, tanto que sintió un gemido de dolor de Draco, que solo la agarró y la acercó más a él pasando por alto el dolor.
-Malfoy –Loui rompió el silencio. Había estado observando en silencio la escena y no le había gustado nada, la rabia que sentía hacia ese chico aumentaba con cada caricia que le hacía a Hermione por encima de la ropa de una forma un tanto disimulada.
Draco, al escuchar su nombre, levantó la mirada. Al ver a Loui delante de él separó un poco a Hermione. "tenía que haberlo supuesto" se dijo mientras miraba con asco al hombre que tenía delante de él.
-vaya vaya, ¿de verdad era mentira lo que me dijo Mónica? Veo que no has perdido el tiempo con ella, Malfoy. Y yo que pensaba que odiabas a las sangres sucias! –comenzó a caminar hacia ellos, hasta quedar justo en frente de Draco. Ambos se aguantaron la mirada y ninguno pestañeó. Loui aprovechó la concentración de Draco para agarrar a Hermione de una mano y atraerla hacia donde estaba él. La chica soltó un grito por la sorpresa y Draco alargó la mano para tratar de agarrarla, pero la llevó demasiado lejos de él y no podía moverse con la rapidez suficiente.
-vamos a poner las cosas claras –dijo Loui arrastrando las palabras mientras sujetaba a Hermione, abrazándola por encima de la cintura. La muchacha y Draco se miraban- Malfoy, dame lo que necesito o la mato
-Draco, ni se te ocurra decírselas, no lo hagas –dijo ella mientras la presión de los brazos de Loui sobre su vientre le cortaba la respiración.
-difícil decisión, Malfoy, ¡elige! ¿Vale algo su vida para ti?
Era la segunda vez que le ponían en la misma encrucijada en el mismo día. Tal vez era porque la vez anterior había tomado la decisión equivocada y le daban la oportunidad de recapacitar, pero no iba a sacrificar la vida de Hermione, ya tendría más tarde tiempo de pensar por qué razón.
Antes de que ninguno pudiera hacer nada se escuchó una extraña explosión. Hermione pegó un grito de sorpresa y Loui y Draco se agacharon instintivamente. ¿Que estaba pasando? Se preguntaron los tres mientras miraban con terror hacia todas partes, esperando una nueva sacudida. Los tres se quedaron en silencio, parados en el sitio. Un grito desgarrador se escuchó proveniente del pasillo y antes de que pudieran reaccionar Sanks entró corriendo en la habitación.
aurores! –gritó mientras se dirigía hacia la chimenea y saltaba a las llamas, despareciendo entre ellas. Así que eso era la chimenea, un portal conectado directamente con la red flu.
-mierda –masculló Loui mientras empujaba a Hermione hacia la chimenea.
Al ver las intenciones de Loui, Draco corrió hacia ellos y agarró la mano de Hermione, ella agarró la de él con desesperación, mientras Loui tiraba de su cintura con la mitad del cuerpo ya metido entre las llamas.
-no me sueltes –gritó Hermione a Draco, que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantener a la chica a su lado.
Un rayo de luz pasó rozando la mejilla de Malfoy, el mismo rayo lo vio reflejado en los ojos de Hermione, que se habían abierto por la sorpresa. Loui, con un grito de dolor, soltó a la chica y desapreció entre las llamas. Hermione cerró los ojos y se dejó caer hacia delante, sobre Draco, que a su vez cayó también sobre el suelo. Cerró los ojos y le pareció que no dormía desde hacía una eternidad.
-Herm! –reconoció la voz al momento, no tuvo que rebuscar en su mente al dueño de esa voz tan conocida, abrió y se encontró con que el cálido cuerpo de Hermione ya no estaba sobre el suyo, sino que se había levanto de un salto y ahora abrazaba a Harry Potter, que estaba de pie en medio de la habitación, con la varita en la mano y una fea herida en la cara- ¿te encuentras bien? ¿te han hecho daño?
-estoy bien, de verdad, estoy perfectamente –estaba tan contenta que no podía parar de sonreír, estaba a salvo. Ella y Draco estaban a salvo. Recordó la presencia del chico y se agachó con rapidez para ayudarle a levantarse, él agradeció la ayuda y se apoyó en ella. Al mirar hacia el frente se encontró con que Harry le apuntaba con la varita y en su cara brillaba una expresión de triunfo.
-no Harry, él está con nosotros –aclaró Hermione con las piernas dobladas por el peso de Draco y no muy segura de lo que acababa de decir, había muchas preguntas sin contestar.
Con cierto escepticismo Harry bajó la varita, su mirada de triunfo se convirtió en una expresión de incredulidad. "Tal vez la ha embrujado con algo" se dijo mientras pensaba en posibles pociones. Desde el principio habían supuesto que Malfoy estaba detrás de esto, y el ver ahora que el chico parecía una especie de salvador le desconcertaba, así como le desconcertaba la familiaridad con la que estaban apoyados el uno en el otro, como si hubieran pasado tantas cosas juntos que ya no existieran secretos el uno para el otro, como si tuvieran cierta complicidad que les agradara. La puerta de la habitación volvió a abrirse y por ella aparecieron otros aurores que se quedaron mirando la escena, en un principio todos sacaron sus varitas y apuntaron a Draco, creyendo que este tenía agarrada a Hermione y estaba amenazando a Harry con hacerle daño si no le dejaba irse. Pero el mismo Harry se giró e hizo un gesto de que todo estaba bien. A Hermione le dio un vuelco el corazón al ver a Ron salir de entre la muchedumbre de aurores y correr hacia ella. Antes de que pudiera reaccionar o si quiera pensar en lo que le diría, Ron la abrazó por la cintura y la besó en los labios, pasando por alto la presencia de Draco, que seguía apoyado en Hermione. Ella se había quedado con los ojos abiertos y pestañeaba tratando de volver a la realidad. No quería, en ese momento no estaba segura de nada. Draco sintió una furia en su interior como jamás había experimentado, no sabía lo que era ese sentimiento, pero la irracionalidad que guardaba su mente en ese momento no le dejaba pensar, no podía apartar la mirada de la escena que tenía ante sus ojos, notaba el brazo de Hermione, bajo el suyo, firme como una roca, y los ojos de la chica seguían abiertos. Ya no podía soportar más el dolor físico que estaba soportando su cuerpo, sus piernas se doblaron y cayó al suelo.
-un médico, rápido! Hay que llevarlo a San Mungo –separó a Ron de un empujón al dejar de sentir el peso de Draco sobre su brazo.
No entendía cómo era capaz de aguantar tanto con esas heridas, no había extremidad por la que no sangrara y su mirada comenzaba a perderse. Tenía el rostro caliente, pero sin embargo tiritaba de frío. El sudor recorría su cara y a Hermione le angustió tanto verlo así que comenzó a gritar desesperada pidiendo un médico y una varita. Lo primero en llegar fue la varita, Ron le tendió la suya, y Hermione se la arrancó de la mano con cierta brusquedad. Los ojos de Draco quedaban blancos a cada poco, mientras él gemía de dolor. Hermione le levantó la camiseta y se encontró con que el pecho del chico estaba lleno de cardenales, no podía respirar. Estaba perdiendo mucha sangre. Hermione sintió rabia hacia Ron, hacia Loui, hacia Harry y hacia sí misma ¿Por qué nadie hacia nada por él? ¿Por qué todo el mundo la miraba como si estuviera loca? Como si lo que tuviera entre sus manso no fuera el cuerpo de un hombre muriéndose, sino el aire vacío
-a que estáis esperando? –gritó nuevamente, ¿Por qué nadie se movía? ¿A que estaban esperando? ¿Es que acaso creían que se merecía morir? ¿Quiénes eran ellos para juzgarle? Sentía tanto odio en su interior que creyó que reventaría.
Hermione se giró y se encontró con la chimenea, conectada a la red flu. Con la varita de Ron elevó el cuerpo ya inconsciente de Draco y dibujó en su mente el hospital San Mungo, para que la chimenea la llevara directamente hasta allí. Ron y Harry hicieron ademán de seguirla, pero ella desapareció antes de que pudieran hacerlo.
Ya habían pasado cuatro horas desde que había llegado a San Mungo, nada más llegar la habían recibido tres enfermeras que sin hacer preguntas cogieron a Draco y desaparecieron con él por uno de los pasillos. Hermione lo siguió con la mirada hasta que desapareció de su visión. Hasta ese momento Hermione había esperado ahí, sentada en esa silla, preguntando a cada uno de los doctores y enfermeras que pasaban si sabían algo del estado del chico con el que había venido. Una enfermera se acercó a ella.
-señorita ¿se encuentra bien? ¿Por qué no viene conmigo y me deja que le haga un chequeo? –preguntó con preocupación la mujer. Hermione se sentía bien, la mayoría de la sangre no era suya, y las heridas que tenía en el cuerpo eran superficiales. La herida más profunda, la que más dolía, no podía curarse con una simple poción. Era una sensación de angustia, de terror, de sentirse vigilada, de odio, de ira, de rabia, de impotencia. Tantos sentimientos mezclados en su interior no eran buenos para su salud, sin lugar a dudas. Hermione no quería quedarse sola y la voz de la mujer, que debía de rondar los 50 años, tan cálida y preocupada, le hizo sonreír. Se levantó y siguió a la mujer, que la llevó hasta una de las habitaciones y la invitó a sentarse en la cama.
-el chico con el que vine… -ya había perdido la cuenta de las veces que preguntaba por él.
-descuida, querida, antes de que caiga la noche podrás verle, ahora está el médico con él, tenía heridas muy feas y su estado era grave ¿que os pasó? Parece que venís de una guerra
Y tenía toda la razón, las ropas de Hermione estaban rotas y ensangrentadas, su pelo revuelto y lleno de ceniza y sangre; su mirada, cansada y triste.
-por que no descansas un poco mientras él no sale? Puedes dormir aquí
-no, gracias, no creo que haga falta, esperaré
-pero querida, tienes una cara de cansancio que no puedes con ella
-de todas formas no podría dormir
-bueno, te dejo aquí esta ropa, puedes darte una ducha ahí –señaló una puerta verde- y luego te llevaré hasta la habitación de tu novio
-no… él no es mi, es igual… gracias –se dirigió hasta la puerta que la enfermera le había dicho que era el baño y se dio una ducha larga y cálida. No conseguía descifrar si lo que caía por sus mejillas eran lágrimas o solo las gotas del agua, pero poco le importó. Como la mujer le había indicado, se puso la ropa que le dejó, eran unos pantalones blancos y una camiseta blanca también, toda ropa de hospital.
Salió en busca de la mujer y se la encontró rellenando unos papeles sobre una mesa.
-ya estoy lista –anunció Hermione un tanto nerviosa por el encuentro.
-ahh perfecto! Ven conmigo ¿Qué tal te encuentras?
-muy bien, gracias
-esa herida que tienes en la cara no tiene muy buena pinta, tendrás que hacerle la cura, o sino puedes venir aquí cuando quieras y ya te la hago yo.
-muchas gracias –Hermione llevó su mano hasta la mejilla derecha, que era donde tenía la herida a la que la doctora se refería, era un corte profundo, pero no le dolía.
-aquí es, si necesitáis algo avisadme –la enfermera se fue dejándola sola frente a una puerta cerrada.
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Se acabó el capitulo! Bueno, como ya dije en el otro fic cuando actualicé el otro día siento mucho la tardanza. Tuve unos problemillas para publicar y sobre todo para escribir y además se me juntaron con los exámenes y fue una mala combinación. Trataré de actualizar lo más pronto posible, pero el mes que viene me voy de vacaciones y no se cuando podré venir a casa a escribir el capítulo y subirlo. Intentaré terminar el fic en una libreta y luego ya lo pasaré y lo subiré seguido. Espero que os haya gustado el capitulo, aunque fue un poco flojo y se que tenía que haber puesto lo que pasa a continuación, pero es que no se me ocurría nada y prefiero subir esto a estar otros meses más pensando lo que va a pasar entre estos dos. Muchas gracias por vuestros rr! Martita-felton, alimalfoy, lesly-radcliff, Ferry Moon, sara fénix black, pupi-chan, LadyVoldemort, amsp14, strega-in-progress, nimi227. muchisimas gracias de verdad! Bsos a todas, prometo actualizar lo antes posible
