CAPITULO 13
Draco casi no había conseguido dormir en toda la noche. El cuerpo desnudo de Hermione seguía entre sus brazos, moviéndose acompasadamente por culpa de su respiración. Sus pensamientos daban vueltas en círculos alrededor del mismo eje. Hermione. Había sido la noche más excitante de toda su vida y no veía el momento de que la muchacha se despertara. Hermione Granger. Ni en sus peores pesadillas habría llegado a imaginar que algo así pudiera suceder. Todos los recuerdos que le venían a la mente sobre Hermione días antes eran los de una joven malhumorada con el pelo enmarañado que le daba una bofetada en su tercer curso en Hogwarts. Pero ahora cuando pensaba en ella solo era capaz de sentir su piel arder al recordar la noche que acababan de pasar juntos. No tenía ni idea de lo que ocurriría ahora, debían seguir escapando y si no se ponían de acuerdo con algún bando estarían así el resto de sus vidas. De repente escuchó la voz de su padre, que le repetía una vez tras otra: "No debes acercarte a un sangre sucia, ellos no valen nada. Son impostores que no tienen nada que ver con el mundo mágico. ¿esta claro?" cierto, Hermione era una todo ello que su padre le había enseñado a odiar: sangre sucia, auror e inteligente. Y sin embargo su padre también la buscaba desesperadamente. De repente su sangre comenzó a hervir en sus venas recordando lo que su padre había tratado de hacerle y lo que todavía deseaba que ocurriera. Conocía bien a su padre como para saber que no cesaría en su empeño hasta conseguirlo. Un nuevo enemigo se había sumado en la larga lista negra del joven. Su mano estaba sobre el vientre de la chica y en el otro brazo estaba apoyada la cabeza de Hermione, con el pelo todo revuelto cubriéndole la espalda y extendiéndose sobre la alfombra donde estaban tumbados. Apoyó su cabeza sobre el pelo y los rizos le hicieron cosquillas en la barbilla. Estaba demasiado eufórico como para pensar en dormir y demasiado cansado como para hacer algo que no fuera estar tumbado, abrazando a la todavía dormida Hermione. Podía aprovechar el tiempo para pensar en cómo solucionar los problemas que tenían.
Hermione comenzó a abrir los ojos lentamente y un rayo de luz le golpeó directamente en la cara. La luz del sol entraba a través del amplio ventanal. Escuchó un sonido, no muy lejos de donde estaba y se dio cuenta de que estaba sola en el despacho de Draco, tumbado sobre el suelo. La camisa blanca del joven cubría su cuerpo desnudo y ella no tardó en ponérsela y sentarse sobre una mesa, pero al hacerlo recordó lo que había ocurrido sobre ella la noche anterior y prefirió sentarse en la silla, con la cara sonrojada. No se arrepentía de lo que había ocurrido, estaba totalmente segura de ello, pero sentía vergüenza de enfrentarse a Draco después de lo que había pasado entre ellos. Había conseguido sumar un nuevo problema en su lista. De repente recordó a Ron. No había pensado en él desde que habían salido del hospital, y la única razón por la que había pensado en su ex novio era porque se lo había encontrado. Draco era todo lo contrario a Ron, todo lo que ella había deseado siempre y no lo iba a dejar escapar. El ruido de hacía unos momentos volvió a escucharse y decidió levantarse e investigar. El ruido la condujo hasta la cocina y cuando llegó hasta ella se encontró a Draco, vestido solo con sus pantalones, de pie en frente de la nevera. Se quedó observándolo un momento en silencio. Él cerró la puerta del frigorífico con la misma rapidez con la que la había abierto y centró su atención en los estantes, buscando probablemente algo de comer.
-desiste, yo estuve buscando ayer y no encontré nada mas que galletas. Y estaban algo rancias –declaró Hermione, apoyada en el marco de la puerta.
Draco se giró con rapidez y las tazas rotas del suelo crujieron bajo el peso del muchacho.
-buenos días –saludó él con una expresión extraña en el rostro que Hermione no supo descifrar con claridad.
Se acercó hasta donde estaba Draco y descubrió dos tazas llenas de café humeante sobre la encimera. Para haberlo hecho Draco Malfoy sin la ayuda de un elfo doméstico ya se podía considerar un acto de caballerosidad anti natural en él. Le dio un beso en la mejilla, consciente de que las suyas propias estaban teñidas de color rojo. Él curvó la mitad derecha de su labio en una sonrisa algo socarrona y luego rió abiertamente, dejando a Hermione algo ofendida.
-¿Qué te hace tanta gracia? –preguntó alejándose un poco de él.
Draco la agarró del brazo antes de que saliera de su alcance y la acercó hasta él, hasta que sus cuerpos entraron en contacto con la misma intensidad de la noche anterior. La besó en los labios con cierta rudeza, sin poder contenerse por más tiempo y mientras una mano la sujetaba por la cintura, la otra comenzó a abrir con desesperación los botones de la camisa. En el momento en que Draco dejó de besarla solo le dio tiempo a coger aire, antes de que los labios del chico se pusieran nuevamente sobre los suyos y la absorbieran por completo, dejándola sin aire y sin la capacidad de pensar. Las tazas tiradas en el suelo comenzaron a ser una pesadilla bajo sus pies descalzos y sin separarse caminaron a tientas hasta el pasillo, chocando contra todas las paredes y electrodomésticos con los que se encontraban. Con un involuntario codazo, Hermione tiró sin querer una lámpara al suelo y comenzó a reír descontroladamente, sin poder evitarlo.
-no hagas eso –ordenó él, parando de repente de besarla.
-¿Qué cosa? –preguntó ella, sorprendida por la repentina quietud del chico.
-reírte en un momento como este
-pues tú tampoco hagas eso
-¿Qué cosa?
-parar en un momento como este.
Fue Hermione la que tomó ahora la iniciativa y comenzó a besarle, y también fue él el que esta vez comenzó a reírse a carcajadas. Acabaron tirados sobre el sofá del salón, uno sobre el otro y con la sonrisa todavía dibujada en la cara. Cuando Hermione lo sintió dentro de ella abrió los ojos por la sorpresa, pero al momento siguiente se mordió los labios, conteniendo sus gemidos. Mil y una sensaciones se entremezclaron en su interior y por un momento sintió la necesidad de gritar, tal vez de alegría o tal vez de dolor. Lo único que sabía con seguridad era que no quería que se terminara jamás lo que estaba viviendo en ese momento, como para reforzar sus palabras con hechos se abrazó más al cuerpo de Draco y se dejó llevar por él.
-esto es lo más extraño que me ha pasado en la vida –confesó Draco unas horas más tarde.
Ambos estaban tumbados en el sofá, tapados con una manta y los ojos de Hermione estaban medio cerrados en una especie de ensoñación.
-¿a que te refieres? –preguntó ella despejándose. Apoyó la mejilla en el hombro de Draco y sus ojos quedaron a la misma altura.
-a esto –contestó él tratando de eludir la pregunta, ya que había hecho el comentario apresuradamente y ahora se sentía algo ridículo.
-si me dices que eras virgen no me lo creo –rió Hermione acariciando con una mano el pecho de Draco.
Él levantó una ceja en actitud indignada y se sintió tan estúpido que le dieron ganas de darse un puñetazo. Cuando algo así le ocurría con una mujer salía de la habitación antes de que ella se despertara y luego no volvía a verla hasta que le apeteciera. Una actitud algo egocéntrica, pero hacía mucho tiempo que había desistido en sus intentos de convertirse en otra persona.
-tenemos que pensar en lo que haremos –recordó él, tratando de cambiar de tema.
-todo menos correr, no tengo el cuerpo como para gastar más energía –dijo ella acomodándose y cerrando los ojos.
-no te duermas –ordenó él moviendo el brazo en el que ella estaba apoyada. Hermione hizo un ruido, dando a entender que no se quedaría dormida, pero el brazo de Draco siguió moviéndose- eres un poco perezosa, Granger, me parece que no estás hecha para la vida de acción.
-pues yo no soy de las que se quedan encerradas en sus casas cuidado a sus hijos y haciendo la comida –aseguró ella con los ojos cerrados
-espero que eso no sea un aviso –declaró él, nervioso al escuchar la palabra "hijos"
-no llegaremos tan lejos, Malfoy –dijo Hermione con los ojos todavía cerrados.
Se quedaron en silencio y Draco pensó que Hermione se había quedado dormida, así que renunció a poder mover su brazo derecho –en el que Hermione estaba apoyada- y se quedó mirando al techo con la mirada perdida. De repente ella abrió los ojos y se puso en pie.
-arriba holgazán, una cosa es que los aurores supongan que no vayamos a venir aquí y otra muy diferente es que sean tan idiotas como para no venir a comprobarlo por si acaso. Tenemos que salir de aquí, así que es mejor que cojamos unas pocas galletas rancias y pensemos un lugar al que ir.
-creo que te prefería dormida
Se vistieron con rapidez y Draco echó una última ojeada a su casa, temiendo no volver a verla en su vida. Las pocas galletas que quedaban entraron en el bolsillo de la chaqueta de Draco. Hermione miró al exterior y notó que el día se estaba volviendo oscuro, tenía hambre y sed y se moría de ganas de darse una ducha. Comenzó a caer una fina lluvia y le pidió a Draco una camisa suya y una chaqueta.
-vaya ¿pero tú pides las cosas? –preguntó él sarcásticamente.
Hermione pasó por alto el comentario y subió las escaleras. En la habitación de Draco cogió lo primero que encontró y se quitó la camiseta.
-cariño ¡ya estoy en casa!
Hermione se quedó petrificada al escuchar la voz que le hablaba. Se tapó con la camisa y cerró la puerta del armario. Al hacerlo la puerta de entrada quedó ante ella y un sonriente Loui apoyado en la pared apareció ante ella.
-me gustas mas cuando llevas ropa de mujer –opinó el mortífago- vístete, tenemos que irnos
Hermione se puso la camisa y cogió la chaqueta sin mostrar emoción alguna. Pasó al lado de Loui con la cabeza bien alta y bajó las escaleras hasta llegar al salón. Cuatro mortífagos ataviados con túnicas negras apuntaban a un silencioso Draco, parado en medio del salón y con la mirada entrecerrada, echando chispas por los ojos. Loui puso un brazo sobre los hombros de Hermione antes de entrar en el salón y a Draco se le endureció la mirada al verlos llegar. Loui se paró a unos pasos del joven rubio, con Hermione todavía a su lado.
-habéis sido bastante predecibles –comenzó Loui con una sonrisa de satisfacción- lo cual me alegra bastante. Sin embargo este juego me tiene muy aburrido y eso me cansa. Y cuando me canso me pongo de mal humor. Y no creo que queráis saber lo que ocurre cuando me pongo de mal humor. ¿tu quieres saberlo, Herm? –Preguntó amistosamente a la mujer mientras se acercaba mucho a ella.- bien, terminemos con este juego. Malfoy dame los códigos o la mato. –Draco se quedó en silencio y miró a Hermione, que negaba contundentemente con la cabeza- ¡esta conversación se me esta haciendo repetitiva! Hace a penas una horas tuvimos el mismo problema y tu acabaste cediendo y esta vez será igual, así que deja de lado los preámbulos y líbrame de tener que pegarle en la cara.
-necesito mi varita –dijo el chico.
-dadle la varita –ordenó Loui- y no dejéis de apuntarle, zoquetes –gritó al ver cómo sus hombres bajaban la guardia.
Draco hizo un rápido movimiento e invocó los códigos. Ante él apareció suspendida en el aire una pequeña esfera de crista brillante, que despedía ligeros tonos verdosos y azulados. Loui hizo una seña a sus hombres y uno de ellos alargó la mano hasta coger la esfera, mientras otro de ellos le arrebataba la varita de un manotazo.
-¿eso son los códigos? –preguntó Loui con un tono de desconfianza y una mueca en la cara.
-así es –contestó Draco
-demuéstralo
-di el lugar al que quieres ir y espera hasta que aparezca el mapa –explicó Draco con las mandíbulas apretadas. Hermione se mordía nerviosamente el labio inferior.
-celda número 455 de Azkaban –bramó Loui mirando hacia la pequeña esfera, que seguía suspendida en el aire.
De repente la esfera comenzó a brillar y a temblar ligeramente. Se escuchó como si una enorme uña arañara una superficie y luego apareció de la nada la proyección de un pequeño habitáculo de piedra, oscuro y sin ningún tipo de puerta o ventana por el que entrar. En una esquina de la celda, apoyado contra una pared, se podía ver la figura de un hombre adulto.
-ahí esta nuestro amo, Draco, al que tu olvidaste –dijo Loui en un tono de euforia contenida y con una sonrisa de orgullo en su mirada- ya tenemos todo lo que necesitamos. Vámonos.
-¿Qué hacemos con ellos? –preguntó uno de los hombres con un tono extraño en la voz. Loui se giró, conteniendo el aire en sus pulmones por lo estúpidos que podían llegar a ser los mortífagos con los que le había tocado trabajar
- el Lord querrá conocer la cara del hombre que lo traicionó –dijo lentamente Loui
-¿y ella? –preguntó con desprecio uno de los mortífagos
-un premio personal –contestó Loui mirando a Hermione con suficiencia.
Draco dio un paso hacia Loui, pero los cuatro hombres que estaban a su lado se le echaron encima y lo detuvieron. Con un hechizo ataron sus brazos y piernas y el chico cayó de bruces contra el suelo.
De repente se escuchó una enorme explosión y la puerta de entrada a la casa exploto en mil pedazos. Las astillas de madera y polvo salieron disparadas y un extraño pitido se escuchó en toda la casa. Siete aurores, de los cuales Hermione reconoció a cinco, entraron en la casa con las varitas en alto y dispararon a Loui sin decir nada. El mortífago esquivó el disparo con un impresionante salto y le hizo una seña a los cuatro mortífagos, para que corrieran. Loui agarró a Hermione del brazo, pero ella le dio una patada y le mordió la mano. El chico soltó un grito de dolor y corrió junto con los demás mortífagos antes de que fuera demasiado tarde. Hermione, por la fuerza de la costumbre, metió su mano en el bolsillo en busca de su varita, pero esta no estaba ahí y vio cómo los mortífagos se llevaban a Draco a través de la chimenea del despacho. Hermione trató de seguirles, pero una mano la agarró antes de que pudiera saltar al interior de las crepitantes llamas.
-esta vez no, Hermione –la chica se giró y se encontró con Harry, que la miraba con una extraña expresión en el rostro- vamos, tenemos mucho de lo que hablar.
-se han llevado a Malfoy, tenemos que hacer algo.
-es un asunto de mortífagos, que lo arreglen entre ellos.
-Draco no es un mortífago –bramó la muchacha. Su amigo la miró con los ojos muy abiertos y levantó lentamente la cabeza, soltando el aire sonoramente por la nariz- y no es un asunto de mortífagos. Van a sacar a Voldemort de Azkaban.
Ron entró en el despacho en compañía del resto de los aurores y todos se quedaron en silencio al escuchar lo que Hermione acababa de decir.
-¿De que hablas? –preguntó Ron de repente, mirándola de arriba abajo con una extraña mueca al ver la ropa que llevaba puesta.
-lo que has oído. ¿Dónde está Dumbledore? –Preguntó en tono apremiante- hay que ir a Azkaban antes de que lleguen ellos.
-antes tenemos que…
-antes no tenemos que nada, Harry –gritó Hermione comenzando a desesperarse, sabía de sobra lo cabezota que eran sus amigos, pero en este momento no había tiempo para entretenerse tratando de convencerles que debían hacerle caso- Loui tiene los códigos y los va a usar para entrar en Azkaban y sacar de ahí a Voldemort.
-Voldemort ha muerto –aseguró Harry en voz alta, tal vez la razón por la que Hermione no atendía a razones era que estaba sorda.
-lo acabo de ver con mis propios ojos. Tu bien sabes que nunca llegaste a matar a Voldemort –dijo ella- pero como veo que no confiáis en mi palabra dejemos que Dumbledore lo confiese, pero con rapidez porque no hay tiempo –gritó desesperada mientras empujaba a sus amigos hacia la chimenea.
Cogió un pequeño puñado de polvos flu y los lanzó a la chimenea.
-no irás sola, Hermione –dijo Harry con un tono de tristeza en la voz- iras conmigo.
Ella no se molesto en discutir y miró a su amiga con rencor, pero le entregó el puñado de polvos flu con un golpe.
-ya veo lo poco que valía nuestra amistad –dijo ella en un susurro
-te has aliado con un mortífago, debemos tomar medidas por mucho que nos duela
-no se ha aliado con un mortífago, se ha liado con él, son cosas diferentes –gruñó Ron cogiendo un puñado de polvos flu y esperando su turno.
Hermione iba a decir algo, pero antes de hacerlo Harry soltó los polvos flu que llevaba en la mano y ambos desaparecieron entre un mar de llamas.
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Hola a todos! Aquí teneis el siguiente capitulo! Muchisisisimas gracias x vuestros rr, ya os voy a pedir disculpas d antemano xq no los voy a poder contestar muy largos.
Pupi-chan: ñellll holitas! Sabes q estuve haciendo hoy?xDD relear todos los tomos d ranma, tuve mucho tiempo libre. Muchas gracias x tu rr, ya hablamos x el mail!
Amsp14: hola! Me alegro q t haya gustado. Agg odio a dumbledore, lo pongo d medio malo en todas mis historias (o al menos esa es mi intencion) y esta no iba a ser menos,. xDD si bueno lo d draco fue muy raro en este fic y la historia aun no ha terminado, ya puse las escenas romanticas q era lo q todso qrian leer y ahora falta el desenlace d la trama. Muhas graicas x tu rr, hasta pronto!
LaBelleEvans: no entendi la primera frase d tu rr, para mi el libro d harry potter tiene el mismo significado sea el idioma q sea. Lo d los spoilers solo era un consejillo, a mi no me gustaria q me echaran d la pagina. X supuesto q tngo sospechas dl libro y con la cantidad d veces q me los he leido tngo bastantes, pero NADA excusa el hecho d q me dijiste algo importante q me esperaba, efectivamente pero no hasta el último y no fue solo el hecho d q lo dijeras sino como lo dijiste. Como bien dijiste tu en el rr no eres escritora y x lo tnato no sabes lo q es llevar un fic y tratar d escribirlo lo mejor posible para q le guste a la gente, admas tngo muchas historias y reconzco q fui una tonta al empezar tantas y aunq t parezca increíble la gente tiene muchos problemas, yo ahora mismo tengo bastantes y x eso mismo no me puedo acercar al ordnador todo lo q me gustaria. Y x ultimo, siento si no entendiste la intecion y la trama dl fic, yo normalmente cuando leo un libro no me explican inmediatamente todo el argumento, sino q djan algo en suspenso, tenia prepardo q fuera asi y no se explicara hasta el capitulo anteior, siento si no t gusto pro no puedo poner pies d pagina en los capitulos para q no te pierdas. Como bien t dije tngo muchos problemas y prefiero djar este asunto aquí xq no me apetece meterme con uno mas. Hasta pronto y espero q este capitulo tampoco d haya decepcionado. suerte con lengua castellana para el proximo curso, spero q no lo repruebes esta vez.
Ishania: hola! Ahí tienes sus reacciones xDD siento haberlo djado interesante, pero es una mala costumbre q tngo. Bueno lo d los aurores… qdo a medias, a ver si consiguen atrapar antes a los mortifagos xD muchas gracias x tu rr, hasta pronto!
Bewitching Mia Malfoy Errelot: hola! Lo sientooooo, xDD tngo la mala costumbre d hacer lo mismo con las historias,djarlas en un mal momento, pero se me paran los ddos y no soy capaz d escribir mas. Algo entre ellos dsd luego hay, pero ahora es mejor q consigan salvarse y luego hagan planes d futuro. Muchisimas gracias x tu rr, me alegro mucho d q t guste mi historia. Hast pronto!
Terry Moon: hola! Me alegro q t hay gustadooooooooo xDD odio escribir esas partes, pero son necesarias! La vela d esa noche se apago, cierto, pero me parece q la dl dia siguiente se encendio xDD si se q estaras esperando un nuevo capitulo y x eso t quiero dar mil gracias! Xq siempre has estado ahí n todos los capitulos muchisimas garcias, hasta pronto!
Shophy Potter: hola! Waaaaa me encanta tu fic d terminaras amandome xDD supongo q ya lo sabes xq t he djado bastantes rr. Siento mucho q tu madre t haya castiado x mi culpa, db ser la epoca de los padres enfadados xD. mandame la factura dl oculista sin problema xDD aunq si t la puedo pagar a plazos mejor xq ahora mismo no tnog un duro. Muchas gracias x tu rr, hasta el proximo capitulo!
Listooooo. Espero q os haya gustado y muchas gracias x vuestros rr y vuestro apoyo. Tratare d actualizar lo antes posible (solo tengo q encerrar a un cerdo q tngo x aquí en el armario y ya esat) muchos besos a todas!
