Dedicado a todos/as los/as que seguisteis Real. Ya veremos si hago o no un epílogo o secuela. :P

Sakura

01.Un mal día

A pesar de todo lo que le había sucedido, ella trataba de encontrar el lado positivo de las cosas. Sonreía casi siempre y ocultaba sus lágrimas. Se mostraba dura, como si no le importase en absoluto. Sus profesores la alentaban, le daban ánimos.. y ella, orgullosa, no aceptaba sus consejos. Simplemente les sonreía y decía algo que había ido perfeccionando con el tiempo: "Estoy bien, no pasa nada. No te preocupes." y al finalizar la frase siempre guiñaba un ojo.

Su grandilocuente dulzura hacía de ella una persona maravillosa a ojos ajenos... aunque en realidad, por dentro, se sentía la persona más desdichada del mundo. Haruno Sakura era una chica decidida, impulsiva, en cierto modo; una joven cuyos únicos objetivos eran terminar su carrera y tratar de emprender una vida lejos de su pueblo natal. Acababa de terminar su primer año en la carrera de medicina y se sentía capaz de todo. Hasta que rompió con su novio, Uzumaki Naruto.

Y así, de pronto, sus espectativas de una vida hecha y perfecta con su novio -con el cual llevaba desde los dieciseis años- se esfumaron como por arte de magia. Se vio completamente sola.. sin nadie a quien acudir y sin nada que hacer. No tenía amigas, ya que con Naruto le sobraba. "Y ahora, ¿qué?" se dijo a sí misma el día que le dieron las notas -de las cuales ella gozaba de una media de nueve-. Salió de su facultad con sus maletas, sus fotos y recuerdos... dejaría de vivir en el campus. No sabía cuándo lo había decidido... pero volver allí al curso siguiente no le llevaría más que problemas... y lo que menos deseaba era que ello afectase a sus notas.

Sakura tuvo que coger dos autobuses hasta llegar a su casa, la cual encontró deshabitada. Hacía tiempo que no se pasaba por allí, así que todo le pareció más extraordinario que de costumbre. Sabía que sus padres la esperarían.. pero.. probablemente no esperarían que su "visita" fuese perpetua. Paseó por su propia casa, contemplando cada pequeño recoveco. Tocaba marcos de fotos, sofás, muebles... y el sonido de las llaves la sacó de su ensimismamiento. Por medio segundo se notó como una ladrona que está en casa ajena.. pero era su casa.. y se alegrarían de verla... o tal vez no.

-¡¡Mamáá!-dijo Sakura, con los brazos abiertos, recibiendo a su madre y sus bolsas de la compra
-Hola, cielo. ¿Cómo han ido esas notas, todo bien?-decía su madre, una mujer de unos cuarenta y pico años bastante bien conservada
-Tengo una media de nueve
-Excelente, cariño. ¿Me ayudas con las bolsas, por favor?
-Claro

Sakura y su madre siempre habían tenido una muy buena relación. Ahora estaban paradas en la cocina, la una frente a la otra. Su madre echó un vistazo a las múltiples maletas y cajas de su hija. Las señaló.

-¿Y eso?
-Ah.. -silencio incómodo- verás, mamá... es que... N-n-naruto y yo... hemos.. roto-decía, un poco en feed-out (N/A:empiezas en un tono normal y acabas bajándolo mucho xD)
-¿Cómo es posible?
-¿Recuerdas a Hinata-chan?
-Claro, ¿no era la prima de aquel amigo de Naruto?
-Sí.. pues resulta que... se fueron conociendo poco a poco y... bueno, que.. por lo que me dijo Naruto... él se empezó a enamorar de ella antes de que entrase en la universidad.

-¡Dios! Parecía un chico tan... tan...-no encontraba las palabras
-Sí, bueno.. pero ahora.. todo se acabó.. Estaba claro, el primer amor tenía muchas posibilidades de salir mal-dijo de nuevo en feed-out, cabizbaja-¡Así que he dejado de vivir en el campus para vivir aquí con vosotros!

Se hizo un silencio; Sakura alzó los brazos y sonrió... pero a su madre le cambió la expresión. Y segundos más tarde, a Sakura, y por rebote, también.

-Oh, cielo.. ¿no te llegó la carta? Pensé que tu padre la había enviado..
-¿Qué.. qué carta?
-Sakura, nos volvemos al pueblo.-ahora sí que sí.. estaba siendo uno de los peores comienzos de verano de toda la vida de Sakura.

-¿Cómo? No es posible, mamá. No podeis hacer eso.. ¡no podeis hacerme eso!
-Papá se cansó de la vida en la ciudad.. es ajetreado y además le exigen mucho en el trabajo
-Por Dios, tampoco es para tanto.-se hizo otro incómodo silencio-¿Y ahora yo qué hago, eh? Dime, ¿qué hago?
-Vuelve a vivir en el campus.. papá y yo te lo pagaremos.

-¡Pero es que no quiero vivir en el campus! ¿No lo entiendes?

Sakura se echó a llorar y rápidamente fue derecha a su cuarto... pero que ahora no lo era. Al abrir la puerta vio la habitación completamente cambiada. Se apoyó contra el marco de la puerta para no perder el equilibrio y entonces presintió que ése sería un bache fortísimo de superar.

-Mamá, ¿qué habeis hecho en mi cuarto?
-Hemos alquilado la habitación... una chica con una beca para estudiar aquí se aloja en nuestra casa y a nosotros nos pagan por ello.
-Así que dais alimento y techo a una desconocida y a vuestra propia hija la dejais en la calle. ¡Qué bonito!
-Temari no es una desconocida
-Eso quiere decir que lleva aquí mucho tiempo.
-Le dieron una beca de año y medio
-¿Y cuánto lleva aquí?
-Nueve meses
-Genial.

Sakura miró por última vez a su cuarto antes de salir de su casa y dejar a su madre con la palabra en la boca. Echó a andar lo más rápido que pudo.. sin saber adónde ir.. sin mirar siquiera con quién se cruzaba, quién le saludaba. No sabía ni si tenía dinero para huir en autobús o en taxi. Tampoco le interesaba. Cruzó la calle, pero sin mirar; pensaba que estaba en verde. Pero estaba equivocada. Oyó un claxon y un frenado en seco, justo antes de rozarla. Miró al conductor y un chico la miraba espectante.

-¿Estás bien?-preguntó el chico, preocupado. Ella no le contestó, si no que se le quedó mirando, con los ojos secándosele con el aire de la calle.-¡Eh! ¿Estás bien? ¿Te he dado?- Ella salió de su ensimismamiento y negó con la cabeza, echando a andar de nuevo. Al dar la vuelta a la esquina, pudo ver cómo el conductor de aquel coche bufaba y dejaba caer su cabeza en el volante. Desde luego se había llevado un gran susto.

Sakura andaba tan rápido que, cuando quiso darse cuenta, ya estaba corriendo. La gente la miraba, aunque ella pasaba de la gente. No sabía dónde estaba... hacía tiempo que había perdido la orientación. De pronto se paró en seco; sin más ni más. "¿Dónde estoy?" miró a su alrededor, pero no le sonaba en absoluto ese barrio. Había casas, por lo que era una zona de dinero... buenos coches, chalecitos y mini-parques delante de dichas casas. Sin duda estaba muy lejos de su barrio. Su casa era grande, era un dúplex, pero aquello se pasaba. Le recordaba a su casa del pueblo... pero en bien.

Cabizbaja, Sakura trató de deshacer su camino.. aunque no hizo más que lirse y perderse aún más -si cabía-. ¿Dónde estaba y qué habían hecho con su barrio? ¿Lo habían cambiado de sitio o qué? Eran ya las dos y media de la tarde y Sakura no había conseguido volver por donde había ido.. miró a un lado, miró al otro... no había nadie. Y empezó a hacer el panoli; como siempre le decía Naruto. Caminó hacia atrás, sin mirar y con los ojos cerrados. Anduvo un buen trecho hasta que notó un buzón.. se había desviado basante. Pronto notó que se había hecho daño, así que volvió a caminar como una persona normal y se sonrió. "Ayy.. ¡qué gilipollez!", pensó ella.

Era uno de los peores días de su vida, ya que justamente esa mañana había roto con Naruto... más tarde va y se entera de que no puede ir a vivir con sus padres porque se vuelven al pueblo... además han "alquilado" su habitación a una chica cualquiera... y para colmo, por poco la atropellan y se ha perdido completamente. No tiene dinero, ni móvil, ni bonobús, ni siquiera una miserable brújula para poder orientarse mínimamente. Así que hace lo único que se le ocurre: andar y andar hasta llegar a algún sitio que le suene un poco.

Tardó hora y cuarto en encontrar una tiendecita de ultramarinos que le sonaba, así que a partir de ahí echó a caminar en dirección a su casa -a la cual no tenía ganas de volver, ya que estaría la "súper-inquilina". Ya en la puerta, Sakura dudó si llamar al timbre o pasar... pero finalmente llamó al timbre. Le abrió la súper-inquilina, que la miraba anonadada. Ella no pidió ni permiso, la empujó y entró a por sus cosas. De paso cogió su bolso, en el cual llevaba la tarjeta de crédito, dinero suelto, su carné de identidad, su móvil y demás cosas.

No se despidió de nadie, simplemente salió de su casa con las maletas y las cajas. En la calle, decidió coger el autobús de vuelta a la universidad. Era una idea estúpida y lo sabía de sobra... pero era lo único que se le ocurría. Todo el autobús la miraba, en cambio ella miraba por la ventana. Niños, niñas, tiendas de electrónica, supermercados, autoescuelas, kioskos, restaurantes... "¡Autoescuelas!". Se le había encendido la bombillita: ella tenía carné de conducir desde hacía un año y unos meses... apenas lo había utilizado, y como vivía en el campus se le había olvidado por completo.

-¡¡Pare el autobús!-decía, como una loca, chillando.
-Señorita, para eso está el botón.-le contestó con sorna el conductor, aún a pesar de que le hizo caso y paró.

Sakura salió disparada, corriendo aparatosamente hacia su casa, de nuevo. "Un momento, ¡no! estaba en un garaje.. ¿en cuál?" mientras identificaba todas las llaves de su llavero, pensaba a la vez en qué garaje estaba su coche. Finalmente, tras inspeccionar todas sus llaves, encontró la que le importaba -que estaba un poco oxidada de no usarla. Sabía que el garaje estaba cerca de su casa.. y como cerca de su casa solo había tres garajes, probó la llave en todos ellos. A la tercera fue la vencida, abrió y supo que algo le había ido bien en el día.

Le dio al interruptor de la luz, pero no funcionaba. Buscó su coche entre todos los que había por allí. Por suerte, el garaje tenía pequeñas ventanitas que daban al ras de la calle, así que entraba un poco de luz. Ninguno de los coches era, así que empezó a pensar que sus pades se lo habían regalado a la súper-inquilina. Pero no, allí estaba, casi al final, en un sitio donde apenas llegaba la luz. Un Mazda RX8 de color verde oscuro metalizado. No recordaba lo bonito que era... y lo que le había costado a su padre poder comprarlo.

Decidida, buscó las llaves del coche. Miró de nuevo todas las que había en su llavero, pero no estaban. Dejó sus cajas y sus maletas al lado del coche. Tras vaciar el bolso en el suelo y mirar una a una las cosas que había dentro -y comprobar que allí no estaban las llaves- Sakura se percató de que había muchos más sitios donde buscar. Cogió una de sus llaves y rasgó la cinta que cerraba la caja de cartón. Estaba todo ordenado, pero visto lo visto.. le daba igual desordenarlo. Sacó casi todo lo que había dentro... apuntes, libros, bonos de fotocopias, comunicados, trabajos, fotos.. y al fondo, las llaves del coche.

Rápidamente, abrió el coche y sintió que ya no podrían con ella. Entonces recogió como pudo, de aquella manera, todas las cosas que había sacado. Lo metió todo en la caja y la puso en los asientos de atrás. Repitió el proceso con las maletas y entonces se sentó y cerró la puerta. Bufó y echó la cabeza hacia atrás. "Veamos si arranca esta monada" dijo en alto, aunque nadie pudiera oirla. Malamente, el coche arrancó y ella se sintió poderosa. Pero le duró poco al pensar en si los papeles estarían al día, si sudecería algo con su carné, si no tendría que llevar la "L"... tardó unos veinte minutos en decidirse a salir del garaje. Tenía miedo por si le paraba la policía..pero si no se excedía no tendrían por qué.

El coche iba raro, eso no podía negarlo nadie... pero al rato ella le pilló el truco y el coche empezó a funcionar mejor. Tan bien, que en cinco minutos se había quedado sin gasolina y estaba en reserva. Así que se fue a la gasolinera más cercana y le puso gasolina. Mientras se llenaba, decidió comprar golosinas en la tiendecita. El dependiente trató de ligar con ella y le alegró ligeramente el día. Era una tontería, probablemente se lo diría a todas las que pasaban por allí...pero tras ese día...

Sakura salió de la gasolinera y entonces se dio cuenta de que no sabía adónde ir. Así que lo único que hizo fue conducir. Condujo y condujo hasta que su hambre se notó tantísimo que rugió su estómago. Paró en el primer área de servicio que encontró y comió un bocadilllo cualquiera. Cuando terminó se percató de la hora que era: las seis menos veinte. Había comido tardísimo... y sus padres se preguntarían dónde está. Se quedó un rato en la mesa donde había comido, mirando hacia su coche bastante bien aparcado para haberlo cogido por primera vez en un año y pico. Su móvil empezó a sonar, lo cogió y vio qué número era. Pero no le sonaba de nada. "¿Lo cojo?" se dijo a sí misma. El teléfono sonaba con insistencia y la gente del área de servicio la miraban con cara de "¿Quieres cogerlo ya?". Pero cuando le iba a dar al botoncito de descolgar, dejó de sonar. No sabría quién había sido. Sakura nunca había sido de ese tipo de personas cotillas que quieren saberlo todo y se impacientan fácilmente. Pagó su comida y salió a por su coche. Lo abrió y entró en él. Decidió que era hora de volver a su casa... pronto cenarían y el camino de donde estaban hasta su barrio era muy largo.

Y tanto.. tardó dos horas en llegar a su casa. Tocó al timbre y la recibió su madre.

-¡Sakura! ¿Dónde has estado?
-He cogido el coche.
-Oh, cielos...
-Quiero domir, ¿puedo?
-Claro que sí, hace tiempo que cambiamos la salita por un cuarto de invitados. ¿No lo sabías?
-Por lo visto se perdieron muchas cartas-djo con sorna

Sakura descubrió que las cosas que no estaban en su verdadera habitación estaban allí. Se puso el pijama y se durmió. Al día siguiente, al despertarse, vio que no había nadie. Ni sus padres ni la súper-inquilina. Pero descubrió una nota en la pizarra de la cocina:

"Sakura:

Tu padre y yo hemos ido al pueblo a llevar unas cuantas cosas para que la mudanza no sea toda de una vez. Seguramente Temari esté con sus amigas. Cuando te despiertes quiero que me hagas una llamada perdida.

Mamá"

La madre de Sakura siempre firmaba las notas como "Mamá", incluso cuando era más pequeña bromeaba con eso y los justificantes de clase. Sakura se reía... pero a sus diecinueve años ya no le encontraba la gracia. Desayunó como nunca: cereales, bollos, magdalenas, ensaimadas.. y finalmente un huevo frito. Sakura no tardó mucho en vomitarlo. Se duchó y se vistió, no le hizo la llamada perdida a su madre hasta dos horas más tarde, cuando se acordó, cogió su móvil y lo hizo.

Ni un minuto más tarde, su madre ya la estaba llamando. Ella lo cogió, no le quedaba otra.

-¿Sí?
-Sakura, tu padre y yo hemos hablado acerca de lo que pasó ayer
-¿Y?
-Tenemos algo importante que decirte... mira, espérate, que estamos al lado de casa.

Sakura colgó sin despedirse, sin siquiera un "Vale". Esperó a sus padres, que no tardaron ni cinco minutos. Cuando su madre se sentó en el sofá, Sakura la miró con expresión vaga.

-Nos volvemos al pueblo porque papá se prejubila.
-¿Ah, sí?
-Sí.. y... dado que esta casa ya está pagada.. hemos pensado en ponerla a tu nombre. ¿Qué te parece?
-¿Y cuando empiece el curso, qué? Tengo que coger dos autobuses para llegar aquí.
-¿No dijiste ayer que cogiste el coche? también está a tu nombre y papá lo pagó todo...
-¿Para qué quiero yo una casa tan grande?
-Más vale que te sobre espacio que no que te falte, Sakura-dijo el padre de ella, haciéndose oir por primera vez
-¿Hecho entonces?-preguntó su madre, sonriente
-No me queda otra...-dijo ella-¿Cuándo os vais de verdad?
-Este viernes.. por las mañanas papá y yo nos vamos llevando cosas al pueblo, que no está tan lejos.
-¿La súper-inquilina tendrá que quedarse aquí también?
-Bueno.. cariño, a ti te pagarán por mantenerla.
-Oye, oye.. ¿mantenerla? Que yo no trabajo
-Cariño, tendrías que buscarte un trabajo aunque fuera solo para ti. ¿Qué hay de las facturas?
-Está bien.. pero si es mi casa, pongo yo las normas. Nada de novios ni fiestas ni nada.. además, que se cambie al cuarto de invitados, que donde duerme ahora es mi habitación.
-Chica, eso es de mala educación.
-No, no. Lo que es de mala eduación es no haberme pedido permiso para alquilar mi cuarto.
-Vale, haz lo que quieras

Aquel día Sakura había notado que algo peor que el día anterior sucedería... esperaba equivocarse... pero casi nunca lo hacía. Naruto y ella habían roto, pero ahora viviría en su propia casa con una tía que no conocía de nada.. ¿qué más se podía pedir? sin duda, le esperaban unos malos días.

Posts it!
Bueno... el primer capítulo siempre o casi siempre suele salirme mal.. así que no os dejeis fiar mucho por la primera impresión. Prometo que habrá romance... Este fic será un poco diferente de "Real". Es un AU y son más mayores... así que se darán situaciones diferentes. Espero que os guste.. prometo que será más animado. :P

Kire