Epilogo.

6 meses después.

Un terrible estruendo la despertó de su dulce sueño, sintió como unos brazos aun la rodeaban por encima de su pecho. Otro estruendo acompañado de una luz, ilumino la habitación.

Una pequeña cama, con una dulce niña en su interior. Ese día, habría sido maravilloso para Susan y Liz, si la tormenta que les azota actualmente no hubiese llegado. Susan Weasley el retoño de Ron y Luna, la fiesta de los tres años se vio afectado por la misma. Tanto Liz como la pequeña pelirroja eran muy buenas amigas.

Lo que los lleva a la habitación de su hija. Elizabeth, como cualquier niña, tienes sus miedo, uno de esos, las tormentas. Hermione le leyó gran parte de la noche un libro sentada sobre una mecedora, para que lograra dormirse. Harry la escuchaba desde el sofá lila de la habitación.

-Parece que se a dormido- susurraba Harry, mientras observaba a su hija. Hermione asentía, y dejaba el gastado libro "Quiddich a través del tiempo" en la mesita de noche.

-Me puedes decir, ¿cuantas veces ya le eh leído ese libro?- pregunto caminando hacia donde se encontraba el moreno. Un estruendo se dejo escuchar, y la energía eléctrica se vio interrumpida por el resto de la noche.

-14 veces.- le decía. Hermione se acomodaba en el sofá, junto con Harry- lo que faltaba, que se fuera la luz. – La chica sonrió. El ojiverde la abrazo por el pecho, y sus manos se dirigieron a su abultado vientre.

-Cielo, ve a dormir, yo me quedo con la niña- le sugirió. La chica, observaba la ventana que se encontraba a un costado, la lluvia aumentaba de intensidad y las gotas se reflejaban en el cristal.

-No, aquí estoy muy bien- le comento. Harry daba pequeños besos en la coronilla de su esposa. Le acariciaba con una mano el vientre. Hermione contaba ya con ocho meses de embarazo, todo iba de maravilla, sin complicaciones.

-Auh- se quejo.

-Que ocurre?- pregunto rápidamente.

-Me ah pateado – sonrió nostálgica. Era el primer embarazo que compartía con el hombre de su vida, algo extraño para Harry. La consentía demasiado, no le dejaba hacer nada, en ocasiones era muy lindo de su parte, atender como se merece Hermione y en otras, la chica sentía que le asfixiaba esa forma de actuar de el, esos típicos cambios de humor, la torturaban demasiado. Liz, ella se lo tomo de la mejor forma, estaba mas ansiosa que nunca que su hermanito llegara, Mark Potter.

-¿Cómo se llamara?-cuestiono Hermione a su esposo. En un fin de semana familiar. Generalmente, esos días, lo ocupaban para ver películas, estilo muggle para niños, la primera en fila, Elizabeth.

-Aidan – contesto el moreno – Aidan Potter.

-Me parece nombre de mujer-comento la castaña, la pequeña solo veía a sus padres sentados en la sala de la habitación.- Me gusta mas, James Potter.

-James Potter? Podría ser, pero algo mas original Hermione.

-Brian

-Gerard

-Richard.

-MARK!- sugirió la pequeña, se puso de pie, y fue hacia sus padres.- Mark, Mark, Mark.

-Mark Potter quieres? – Elizabeth asentía.- Pues Mark Potter será, ¿qué opinas Hermione?

-Me gusta! Pero ese de Aidan de verdad Harry, que no..jaja.- las risas inundaron el lugar.

-Coloca tu mano aquí- le guió hacia la parte donde el pequeño Mark se divertía, o era la necesidad urgente de salir de ahí, y empezar una vida, fuera del vientre de su madre.

-¿Sientes? – El chico de ojos verdes, asentía. Un rayo mas hacia presencia.

-Será un buen golpeador. Vamos a dormir. – Ambos se dirigían hacia la puerta de la habitación de su hija, cuando...

-Papi, tengo miedo-

-Ya se despertó.-comento Harry. Avanzó hacia Elizabeth – NO tengas miedo, aquí estoy contigo.- Hermione los observaba desde el marco de la puerta.

-Quedo dormir contigo.- pidió.

-Claro!- dijo Hermione rápidamente, antes de que Harry reclamase por la comodidad de su esposa. – Vamos – Liz, se agarro fuertemente del cuello de su papi adorado (XD) quien gustoso lo cargo. Los tres se dirigieron a la habitación principal con cuidado a falta de la energía eléctrica y de las varitas

Esta habitación, era mas amplia, contaba con una pequeña sala, un chimenea, un tocador y un escritorio, además del baño y el closet. Una gran ventana se observaba a un costado, por donde se podía ver, todas las tardes la puesta del sol, desde la terraza. La castaña doblo el edredón, y liz se acomodo del lado izquierdo de la cama.

-Ahora descansa tranquila – Harry le dio un beso en la frente, y Liz cerro los ojos.

-Buenas noches papi te quedo – le contesto.

Hermione se acomodo en el lado derecho. – NO piensas dormir- susurro hacia Harry.

-Dormiré en el sofá-

-Eres tonto, aquí hay suficiente espacio, no pasara nada.-

-Pe-

-Ya no mas peros Harry! – el chico tenia que acatar las reglas de su esposa, porque era mejor tenerla de buenas que de malas, de verdad que se ponía como niña con berrinche cuando no le compran un dulce.

Se acomodo con cuidado entre Elizabeth y Hermione. A esta ultima la abrazo por la espalda y recargo sus brazos en su vientre. Un gran estruendo una vez mas se dejo escuchar, liz se movió inquieta.

-Será mejor que pongamos un hechizo silenciador.- Harry acepto la idea.

-

El suave movimiento entre sus brazos, le hizo despertar. Los rayos de un nuevo sol, que no salía por días le lastimaron la vista. Tardo unos segundos en acoplarse a la claridad. Las 7:29 marcaba el reloj digital que se encontraba en el buró, dirigió su mirada hacia su espalda, la pequeña Elizabeth aun se encontraba durmiendo y Hermione seguía moviendo constantemente.

Observó como los rizos castaños se adherían a su frente.

-Hermione-

-Herms, linda-

La chica despertó, y rápidamente se llevo la mano derecha a su vientre. Su respiración era agitada.

-¿Qué te ocurre?

-Me duele...auhh-

-¿Patea muy fuerte?

-Esto no son pataditas..!-estaba histérica – mejor vamos al ho..hospital.

Honestamente, Harry estaba mas nervioso que Hermione, él era el que respiraba en cada contracción, y el que se sudaba mas. Se trasladaron inmediatamente a el primer hospital muggle de Londres que vieron. No sin antes, avisar a la señora Weasley, para que cuidara a Liz, en su ausencia...

El tic-tac del reloj le sacaba de quicio. Las horas pasaban sin ninguna noticia sobre su hijo y esposa. Ron y Luna ya habían llegado a hacerle compañía, aun así no dejaba de pasar su mano por su ya rebelde cabello azabache.

-Tranquilo Hermano- Ron le daba palmadas en la espalda.

-¿Cómo quieres que me tranquilice? ¿No me dicen nada? ¿Y si les paso algo?

-Harry, ya cálmate!- grito Luna, ya también harta de la desesperación de Harry. Se puso de pie, se dirigió hacia Harry y lo encaro.

-Ah! No ves, no me dicen nada, ni un (la palabra que uds quieran) Doctor se pasa por aquí, para preguntar, no me dejan pasar con ella y ade..

PLAF!

-Lo tenia que hacer- susurro Luna. Ron la miraba atónito tras ella.

-Gracias, lo necesitaba- fue lo ultimo que dijo el moreno, se sentó en el sofá y se quedo ahí por unos minutos moviendo los pies, pasándose la mano por su cabeza, limpiando el sudor, como haciendo un conjunto musical, contando con el tic-tac como el vocalista.

Una señorita hizo acto de presencia en la sala de espera. Su vestimenta impecablemente blanca, en sus manos tenia una carpeta del cual leía..

-Familiares de Hermione y Mark Potter.

Harry se levanto inmediatamente.

-Soy esposo de Hermione y padre de Mark.

La doctora lo miro fijamente, y en su rostro se trazo una sonrisa. Al parecer capto, que el padre estaba mas nervioso, que la madre y sus dolores de parto.

¿Cómo están?

-Oh muy bien, tiene un hermoso hijo. Ambos están muy bien.- Harry suspiro aliviado. Ron y Luna sonreían.

-¿Podemos verlos?-cuestiono la rubia.

-Si claro. El pequeño Mark esta en los cuneros, síganme por favor.

Harry estaba mas nervioso que en aquel día en que le hizo saber a Hermione que le amaba. Tener por primera vez a su hijo en brazos, recién nacido, era una experiencia que no iba a olvidar, y que esperaba repetir, si Herms aceptaba.

Mark, con tan solo unas horas de nacido, era un bebe encantador, sus ojos castaños miraban a su padre con un brillo especial, uno que también heredo Elizabeth. Ron y Luna, solo pudieron obsérvalo por el cristal, los cuales le hacían gestos al pequeño, el bebe reía, y les miraba divertido.

-Yo seré la madrina- pidió una nueva voz.

Era ella, un poco mas esbelta, su cabello negro recogido en una coleta alta, un poco mas morena y sus ojos negros daban una felicidad incomparable. A su lado, un chico.

-Señor Potter, ya puede pasar a ver a su esposa.- le comento la Doctora. Harry acepto; salio de la sala; dejando a su hijo en la cunita.

-Tannia, no pensé verte tan pronto, y con compañía. Harry Potter mucho gusto – extendió su mano, al chico rubio que acompañaba a su expareja de trabajo.

-Kevin Cleaver mucho gusto.-

-Ellos son Ron Wealey y su esposa Luna.-

-OH! Así que tu eres el famoso Ron del que Harry me hablaba, mucho gusto, Tannia Ponnor.

¿Cómo te enteraste?- le pregunto Harry sin darle tiempo a Ron de contestar el saludo.

-Oh las noticias vuelan Harry, todo el mundo sabe que ya eres padre una vez mas.

Todos rieron. Harry se disculpo, tenia que ir a ver a su esposa, mientras los demás platicaban animadamente sobre la cultura Londinense mágica y la estadounidense.

-

Una sala blanca, con una cama en medio y ahí una nueva madre. Sus rizos extendidos por toda la almohada, sus ojos cerrados y su respiración lenta. Esa es la mujer que Harry ama y amará por toda su vida, la cual le ah apoyado siempre en las buenas y en las malas aun saliendo herida. Su amiga y su amante. Su esposa y una madre.

Acaricio los rizos castaños que tenia en su frente. Y débilmente Hermione abrió sus ojos.

-Harry, ya lo viste? –

-No digas nada, necesitas descansar. Y si ya lo vi.- Sus manos estaban unidas como si de eso dependiera la vida.- Se parece mucho a ti.

-Pero apuesto a que tendrá tu carácter-cometo la chica.- Y Liz, quiero verla.

-Esta con la Señora Weasley, no creo que tarde mucho en llegar. Ron y luna están allá fuera con Tannia.

-¿Tannia? ¿Qué hace ella aquí?- se movió para encontrar una mejor posición.

-Pues viene a verlos. Ya se apunto para ser la madrina- la castaña sonrió. El moreno le beso la mano. - ¿Cómo te sientes?

-Estoy bien, solo me duele un poco, pero ya pasara.-

-Mami! Mami! Mami!

Liz corría hacia Hermione, Harry la detuvo para cargarla y así pudiera ver y darle un beso a la castaña.

-¿Dónde esta Mark? Quiedo verlo!

-El esta en los cuneros- le contesto su madre - ¿por qué no le pides a tu papi que te lleve a verlo?

-Papi, me llevas- le miraba tiernamente, haciendo un pucherito. Harry tuvo que aceptar inmediatamente. Salieron de la habitación, tiempo en el cual Ron y Luna aprovecharon para entrar junto con Tannia, Kevin y la sra weasley y un artefacto que el ojiverde reconoció.

-Harry querido, el pequeño es hermoso- fue lo que le comento cuando los vio salir hacia los cuneros.

Harrry y Liz, entraron a los cuneros con le permiso de la doctora. Después de unos minutos, en los que Liz se quedaba maravillada con su hermanito decidieron llevarle una sorpresa a su mamá.

La puerta de la habitación en la que se encontraban todos muy felices por la llegada de un nuevo bebe, se abrió, visualizando el pasillo blanco con la pequeña liz en el, la cual sonreía satisfecha.

-¿Qué ocurre liz? – cuestiono la castaña.

-¿Qué travesura hiciste linda?-

-Te tenemos una soplesa! – saltaba alegre; Harry entro con un bebe cubierto por una manta azul en brazos. Hermione se llevo las manos hacia su boca y las lagrimas que denotaban una infinita alegría hicieron presente en su rostro.

Todos los presentes se acercaron hacia la cama. Ron cargaba a Liz, para que pudiese ver, cuando Harry le entregaba a Mark temblorosamente.

-Hola bebe – le acariciaba su linda cara con su dedo índice.- Tiene tus ojos- le dijo Harry, Hermione le dedico un mirada y le beso tiernamente.

-Hey chicos, una foto- exclamo Molly, mientras se alejaba para encontrar un mejor Angulo. Tannia y Kevin se alejaron...

-Tannia, Kevin vamos no sean penosos, no quiero que mi hijo tenga unos padrinos así – Harry les dirigió una severa mirada.

Al terminar la pequeña cuenta regresiva, y dar paso al flash de una cámara mágica que mostraba a Hermione cargando su bebe, Harry aun costado de ella, además de Ron, Luna y Liz del otro extremo; también estaban tras de ellos Tannia y Kevin.

Ese trozo de papel que reflejaba un momento seria tan valioso, aunque para algunas personas seria simple, para otros, en particular para Harry, es la prueba de que la vida siempre es justa, siempre hay una recompensa para todo sacrificio. Esa fotografia y ese momento de felicidad seria un recuerdo mas para la memoria de un amor, para la memoria del corazón.

Y Fin.

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Muchas gracias por leer, por tomar su tiempo en dejarme un rewiev, les agradezco infinitamente su apoyo. Espero que el epilogo satisfaga el final de esta historia. ¿Podré contar con uds para un nuevo fic cómico? Si vdd! Bueno, muy pronto tendrán noticias de esta Escritora Delusional.

Un saludo y gracias.