Capítulo 25: "Conversación de Media Noche"

Miró a su alrededor con la copa de champan entre sus finos dedos, intentó ver, con algo de angustia en su interior, la silueta de él. Lo vio acercarse a paso lento hasta los ventanales del lugar mientras la gente pasaba frente a ella impidiéndole ver de vez en cuando su silueta. Inuyasha bebió casi de un sorbo la copa, sin mirarla aún y ella sentía el dolor en su garganta. Bebió nuevamente de su copa de champán y pronto tuvo deseos de correr al baño. Buscó con la vista el pasillo que la llevaría a los tocadores y caminó hasta el. Puso sus dedos sobre la puerta, empujándola levemente para entrar, pero justo en ese momento la puerta se abrió y salió una chica, de cabello negro y ojos muy oscuros, que la miró con una pequeña sonrisa.

-Oh! Lo siento... - Se excusó la chica.

-No, perdón yo, fui descuidada. Respondió Kagome.

-Mi hermana la estaba vigilando, pero sólo recibía órdenes... intento averiguar de quien... o quienes... estoy segura que ellos son los responsables de su muerte... debo encontrar la clave... debo encontrarla y sabré de quienes se trata.

Kagome alzó medio cuerpo respirando agitadamente. Había estado soñando, un mal sueño por supuesto. Las manos varoniles que se sujetaban fuertemente a su estómago la hizo bajar la vista, mientras sentía que el hombre tras suyo se sentaba también, susurrándole al oído.

-¿Pesadilla?

Ella asintió, dejándose caer nuevamente al sentir que él la instaba a bajar.

-Sshhh, tranquila... - Murmuró nuevamente, retomando su lugar a su espalda. Kagome entonces se volteó lentamente hasta Inuyasha que la recibió en su regazo con una pequeña sonrisa. Ella posó ambas manos sobre su pecho mientras él pasaba las suyas por su cintura, estrechándola fuertemente hasta su cuerpo.

-Inuyasha...

-Sólo vuelve a dormir, estarás bien.- Aseguró con una sonrisa, mientras rozaba su cara contra la suya y Kagome recibiendo su aliento cálido directo sobre su piel. Bajó la vista para hablar.

-No... no Inuyasha... lo he recordado... ella me estaba siguiendo... era cierto...

-¿Quién?.

Kagome alzó sus castaños ojos hasta él mirándolo casi alterada.

-La fiesta, la primera que asistimos después de nuestras vacaciones en Kioto¿recuerdas? Aska estaba allí...

El hombre abrió los ojos inmensamente tragando saliva con algo de dificultad.

-Estas... ¿segura?

Ella se apegó más a su pecho sin decir nada más, sentirse en los brazos de él la reconfortaba enormemente, pero ahora más que nunca, estaba aterrada.

-Pero... ¿porqué Kagome¿porqué hacía eso?

-No sé... no sé... - Murmuró intentando imaginar las razones de porqué su ex asistente se había comportado de esa manera. ¿Cuál era su propósito¿qué pretendía? Y lo más inquietante para la chica era ¿de parte de quien Aska recibía órdenes?

-Oye... escucha... - La voz suave y a la vez ronca del hombre la hizo volver a la realidad, alzó nuevamente su mirada hasta la de él, aquellos ojos color ámbar tan extraños brillaban aún en la penumbra de la habitación.-... aquella chica... ya no esta aquí... no debes preocuparte más.

-Pero quiero saber qué es lo que quería, quién la mandaba, cuál era su objetivo... – Su voz sonó angustiada y temblorosa, no podía evitarlo.

-Sea lo que sea, yo te protegeré... – Rozó una vez más sus labios contra la sien de la chica, al sentir aquella caricia Kagome cerró los ojos y tragó saliva acurrucándose más contra él.

-Inuyasha...

-Te protegeré, lo juro... - Buscó sus labios y los besó con suavidad, ella los recibió de igual manera y sintiendo como el joven tomaba con su mano su mandíbula, acariciando su cara luego con la misma suavidad con que la besaba. Finalmente se separaron y Kagome exhaló algo de aire, abriendo los ojos y mirándolo fijamente. La sonrisa de Inuyasha poco a poco se fue difuminando, aquella mirada era distinta, Kagome estaba muy seria, se separó un poco más de él no demasiado, pero lo suficiente para que sus cuerpos ya no se tocaran.

-Yo... yo necesito saber... ¿porqué...

El hombre la miró estupefacto abriendo un poco más los ojos, tragó saliva sintiendo un dolor y amargura en su garganta. El corazón comenzó a bombear de forma acelerada, lo sabía, era la hora de decir la verdad.

-Porqué te acostaste con... ella... porqué ella...

Vio como la manzana de Adán marcada varonilmente en su cuello sobresalía aún más unos segundos, luego su mirada se concentró en la suya.

-Kagome...

-Dímelo.

Inuyasha la miró con dolor.

-Dilo ahora.- Demandó la chica con autoridad.

Se hizo un leve silencio, Inuyasha volvió a tragar saliva con dolor.

-Te fuiste y me sentí desilusionado...

-De la misma manera me sentí yo cuando te fuiste a Estados Unidos... - Lo interrumpió ella. Inuyasha tragó saliva otra vez comprendiendo el dolor de aquella separación. ¿Cómo había sido tan estúpido y egoísta?

-Fui un imbécil.- La vio arrugar el ceño y morderse los labios pero sin responder. Aquello lo hizo sonreír levemente. Era obvio que ella pensaba lo mismo- bueno... creo que... no me supe comportar de la manera más adecuada... ya sabes... nunca había tenido una relación que durara tanto tiempo...

-No es necesario que me lo recuerdes- Respondió la chica disgustada, sabiendo la antigua reputación del abogado.

-Bueno... no se trata de eso... me refiero a que... bueno... en verdad fui un idiota, no supe cómo tratarte... cómo debíamos construir nuestra relación... y tampoco tu me ayudaste...

-Lo sé... - Ella asintió apenas evitando su mirada.

-Pero olvidé también que eras una inexperta en esto...

-Sé que fui egoísta contigo... y que no supe apoyarte en tus cosas...

Inuyasha esbozó una pequeña sonrisa, parecía que ambos habían comprendido sus debilidades y lo habían meditado, al menos se habían dado cuenta de sus errores.

-Yo tampoco había nunca convivido con una mujer...

La chica sonrió algo pero aún él no respondía su duda, la razón de su separación, la sonrisa desapareció de súbito de sus labios, miró a Inuyasha que se encontraba concentrado mirándola, con una mano afirmando su cabeza. Al ver el rostro que cambiaba de Kagome recordó también que eso no era lo que ella esperaba escuchar.

-Bueno yo... en aquella fiesta, juro que no me llamó la atención de ninguna de las jóvenes que estaban allí... de pronto apareció Kikyo y... conversamos...

-Pero ¿porqué tuviste que conversar con ella?. ¿Acaso olvidaste todo lo que sucedió aquella vez?. ¿Olvidaste incluso que quiso matarte?. Aún tienes esa cicatriz en tu espalda...

Una punción aguda en aquella cicatriz fue lo que sintió, como si hubiera retrocedido en el tiempo a aquella vez en que una furiosa y celosa mujer lo atacaba fuera de si con el filo de una cuchilla. Torció la boca y esquivó la mirada de Kagome.

-Ese... fue el primer error que cometí esa noche.

Kagome se quedó sentada en la cama y no lo miró. Inuyasha esperó unos segundos, debía hablar pero... sabía que su explicación con respecto a lo que Kagome vio no tenía excusa. No la había...

-Después de un par de copas... pasó lo que... ya sabes...

La chica sintió deseos de llorar pero se dio el valor suficiente para no hacerlo, ya había derramado demasiadas lágrimas por aquel incidente. Ladeó lentamente la cara para mirarlo, el joven también se sentaba en la cama. Ella movió la cabeza negativamente, desilusionada y confundida.

-Pero... ¿porqué?

¿Porqué¿porqué?. Ni él mismo sabía la respuesta, simplemente lo hizo, lo hizo, dejándose llevar por las palabras de la mujer que en algo le recordaba a su amada Kagome pero sabía que no lo era y se dejó llevar fácilmente. Podría argumentar que estaba ebrio y eso en parte mitigaría la culpa pero no lo estaba, sabía que no lo estaba y lo peor, lo recordaba todo...

-Juro que no lo sé, Kagome.

Ella se llevó rápidamente las manos a la cara, intentando en vano acallar y ocultar un sollozo que se escapaba inclemente de sus labios. Él intentó abrazarla pero el rechazo de ella fue evidente, esquivó su cuerpo y se limpió las lágrimas, intentando calmarse, pero era tan absurdo todo y tan doloroso.

-No puedo creerlo... - Murmuró y luego clavó su mirada hiriente en Inuyasha.

-Ya lo sé... no sabes el calvario que ahora llevo al recordar lo que hice... pero esa vez... no pensé en nada...

-Cómo puedes decir todo eso... ¿no te das cuenta que no hay excusa?. ¿Simplemente lo hiciste!

-Si pudiera retroceder el tiempo, eso jamas hubiera pasado...

Ella se quedó en silencio moviendo la cabeza y sintiendo el gusto amargo de la revelación que no la complacía ni la tranquilizaba en nada.

-... Porque te amo... y me muero... si tu no estas conmigo...

Y ahora lo escuchaba decir eso... es que nada tenía sentido ¿porqué creía ahora en sus palabras¿Porqué era una boba enamorada?.

-... y es por eso que te pido... que comencemos todo de nuevo... no sabes lo solo que me siento... te extraño tanto... tanto... - Las palabras roncas del joven eran casi en tono de súplica, tomó las manos tibias de la joven y las puso sobre su pecho- me amas aún... comenzaremos de nuevo, no te obligaré a nada, no hace falta que lo quieras ahora porque esperaré... haré lo que digas, lo que quieras...

-Yo jamas volveré a ese departamento Inuyasha... - El abogado la miró atónito- nunca podría volver allá...

-Lo entiendo... – Respondió tristemente.

-Sabes que las cosas nunca serán lo mismo... además... no me pidas olvidar porque no puedo... puedo perdonar... pero no olvidar...

-Lo sé... pero confío... en que puedo intentarlo, porque lo sabes, haré lo que sea con tal de enmendar el daño que te he causado... y no me daré por vencido, jamás.

Kagome sonrió apenas, entre la amargura y la tristeza que tenía también le causaba algo de felicidad escuchar aquellas palabras de él, porque era lo que quería, necesitaba escucharlas, porque un alma enamorada puede dar una nueva oportunidad... y se la daría a él... por los años felices que compartieron, por el gran amor que una vez se profesaron, por lo que el destino les deparaba... y porque la culpa era de ambos.

&&&&&&&&&

El cielo estaba poblado de nubes algo grises que ocultaban de vez en cuando los rayos de sol de aquel nuevo día de la semana. Kagome dejó las llaves de su auto sobre el escritorio y el abrigo en el perchero, a un costado de el. Luego caminó lentamente y con una pequeña sonrisa hasta los ventanales de su oficina, mirando con ilusión y ojos nuevos el paisaje. Tenía muchas esperanzas en lo que Inuyasha y ella comenzarían. Ese día en especial se habían quedado de juntar a comer en un restaurant, el "Ginsinshou". Bastantes recuerdos le traía aquel lugar que se había convertido en su primera cita, cuando apenas era una niña. Volteó aún sonriendo y miró los documentos perfectamente ordenados que seguramente su secretaria le había dejado para que los revisara. Los tomó entre sus dedos y los fue mirando uno por uno, media distraída, estaba algo emocionada por el encuentro que tendrían, era como si hubiera retrocedido en el tiempo, como la primera vez. El sobre blanco entre los documentos llamó su atención, volteándolo y viendo el membrete del laboratorio clínico, en donde ella se había hecho los exámenes que su doctor le había solicitado, hace bastante tiempo ya... ¿desde cuando se encontraba ese sobre allí?

-Debo solicitar una hora al médico... pero ya me siento mejor... - Murmuró haciendo chocar el sobre en su mano contraria, sin saber en realidad qué hacer. Se mordió el labio nerviosa y luego se alejó de la oficina rápidamente, con el abrigo y el sobre en su mano. Su secretaria la miró confundida, levantándose de su asiento.

-Eri... iré al médico, no me demoraré, si llama Inuyasha dile que estaré en el lugar que acordamos.

-Sí señorita.

&&&&&&&&

El hombre acomodó sus gafas y leyó el documento que mostraba los resultados de las pruebas de sangre de Kagome. La chica lo miró impaciente y luego él se sacó finalmente sus gafas, mirándola seriamente.

-No es nada grave... usted sólo tiene anemia.

-¿Anemia?- Preguntó Kagome confundida.

-La anemia es la perdida parcial de los linfocitos rojos, por pérdida de sangre o falta de vitaminas. ¿Esta alimentándose bien?

-Bueno... ahora si... pero hace un tiempo no mucho...

-Entonces no debe preocuparse... con algunos medicamentos volverá a estar sana... esto no es nada grave en todo caso, Señorita Higurashi.

Kagome asintió sin decir nada. Pero tenía un extraño presentimiento.

Continuará...


N/A: Bueno, primero, gracias a aquellas que me enviaron sus saludos mientras estaba enferma, como ven, ya estoy mejor, no completamente pero ya lo estaré nn... espero sus reviews... vale el esfuerzo escribir parte de este fic con fiebre¿no¿se nota en la primera parte? jejejee. Nos vemos.