Disclaimer: Absolutamente nada relacionado con Cyborg 009 me pertenece. Esto es un fanfic sin fines de lucro cuyo único propósito es el de hacer pasar un buen rato.
THE YAOI IS ONLY FOR WOMEN
Capítulo 3: Descubramos La Verdad
Todas las horas que había invertido en la tarde para convencerse que estaba loco, resultaron ser tiempo perdido. Porque ahora más que nunca, Jet comenzaba confiar que si insistía, tal vez Albert podría intentar complacerlo.
"¿Por qué no?- piensa Jet convencido -"Quedaría en secreto"
Sentado sobre su cama con las piernas entrelazadas y recargado en la pared, Jet ansiaba deleitarse con cometer todas las sacudidas que había leído. Dejando que su mente disfrutara recordando la primera impresión que tuvo mientras leía el relato.
Aquella sensación que lo persuadía a imaginarse a Albert recorriendo vorazmente su cuerpo.
Repasar las candentes escenas descritas ardorosamente en la sensual historia, provocaban que Jet se estremeciera; añorando con mayor intensidad hacerse de esos favores que hasta esa mañana, creía imposibles de relacionar con Albert.
No obstante a lo ansioso que estaba por encontrarse con él e insinuarle sutilmente que vivieran una excitante aventura, la cordura se hizo presente provocándole un agudo dolor.
"Me despreciará"- piensa Jet tristemente, hundiendo la cabeza en su pecho.
Y por primera vez en su vida, quiso retroceder el tiempo y evitarse la vergonzosa urgencia de seducir a un compañero de equipo. Pues ignorar la predominante necesidad de sentirse apreciado, no era algo que podía hacer.
Por la noche, Joe volvió a la casa de playa y subió a su habitación dispuesto a dormir para olvidarse de todo su infortunio.
Recostado en su cama y cansado de los continuos desplantes de la rubia, Joe que miraba consternado el techo pensando en su frustrante realidad, decidió investigar hasta el fondo la razón por la que Francoise parecía disfrutar una especial complicidad con Great Britain.
Con ligereza abandono su cama y sin hacer el menor ruido, salió de su habitación dirigiéndose silenciosamente a la recamara de Francoise.
Imaginándose que estaría dormida, con mucho cuidado Joe giró la perilla de la puerta temiendo que una entrada ruidosa la haría despertar sobresaltada. Con lentitud empujo la puerta, apreciando las penumbras de la habitación y adentrándose cautelosamente, Joe cerró tras de si la puerta con seguro para no tener interrupciones.
"Quién sabe y tenemos una enloquecida reconciliación…"- piensa Joe curiosamente encendido de ánimos.
Pausadamente camino hasta la cama pero al posar una mano en la única almohada, advirtió algo extraño. Enojado palpó con fuerza sobre las sábanas, descubriendo que la cama estaba completamente vacía.
-Francoise- murmura con rabia Joe, leyendo inmediatamente el tiempo en el reloj del buró - ¡Las 11 de la noche!... ¿Dónde diablos puedes estar a esta hora?-
Respirando agitado, tomó asiento en la orilla de la cama y tapándose la cara con las manos, Joe se sintió humillado. Varios minutos más tarde, salió de la habitación de Francoise con rumbo a la sala. Quería ver televisión para así reanimarse antes de dormir.
Sin embargo, se detuvo en el pasillo al pasar por delante del dormitorio de Great Britain y recordando todavía lo estúpido que se sentía, Joe abrió sin ninguna delicadeza la puerta anhelando encontrarlo dormido.
-¡Maldición!- murmura furioso Joe, cerrando tanto los puños que sus uñas lastimaban las palmas de sus manos.
Más decepcionado que antes, Joe considerablemente dolido prosiguió su camino.
Sin poner atención en ningún canal, Joe presionaba incesantemente el control remoto. De pronto, la puerta de la entrada principal se abrió y sospechando que podría tratarse de Francoise con Great Britain, no quiso despegar los ojos de la pantalla.
-¡Que hay Joe!- saluda alegremente Pyunma, cargando dos enormes bolsas de víveres.
-Pyunma… ¡Que sorpresa! Pensé que yo era el único despierto- responde contento Joe, escondiendo hábilmente su mal de amores.
-En realidad somos cuatros los aún despiertos- menciona con camaradería Albert, entrando en la casa cargando también dos grandes bolsas de papel contenedoras de alimentos.
-No tenía idea- comente serenamente Joe, poniéndose de pie -¿Quieren algo de ayuda?-
Pyunma y Albert sonrieron diciendo que no.
-Quizás G. Junior, pueda requerirla- dice con ironía Albert.
Al mismo tiempo, el aludido cruzaba el umbral de la puerta con ocho bolsas de mandado y dos de ella tapándole la cara, Joe se apresuró a quitárselas.
-Te lo agradezco Joe. Llegue hasta aquí abusando de mi memoria- comenta ligeramente aturdido G. Junior.
Cuando Joe y G. Junior entraron en la cocina, Albert y Pyunma acomodaban las bolsas en la mesa.
-¿No vamos a ordenar los víveres en los estantes?- pregunta intrigado G. Junior, comenzando a descargar los artículos de una de las seis bolsas que descansó sobre la mesa.
-Para nada- responde amigablemente Pyunma, frotándose los ojos –La única vez que lo hice, apenas salvé la vida de no morir calcinado-
G. Junior dudó en creerle semejante ocurrencia.
-Es cierto. Para Chan este es su territorio y nosotros somos invasores- menciona bromeando Albert, teniendo los brazos cruzados.
-Por eso es mejor dejar las bolsas intactas donde Chan pueda verlas- recomienda también Joe con mucha seguridad.
Ante semejantes consejos, G. Junior apresurándose guardó en la bolsa correspondiente lo que había sacado.
-Será mejor así-dice convencido G. Junior.
Abriendo muy grande la boca, Pyunma libero un sonoro bostezo mientras estiraba los brazos.
-Con cuidado que nos puedes tragar vivos- menciona jugueteando Albert.
Pyunma se rió.
-Yo me despido, estoy muy cansado- dice somnoliento Pyunma, rascándose la cabeza para luego hablar con fingida aspereza –G. Junior… No olvides que tenemos un asunto pendiente-
-Cuando el gallo cante, estaré listo aguardándote frente al televisor- contesta con las misma simulada rudeza G. Junior, conteniéndose las ganas de reír –Por cierto, me llevaré las revistas de Play Station para leerlas antes de dormir-
-Como quieras- responde despreocupado Pyunma, saliendo de la cocina y deteniéndose en la entrada –Porque la practica es la que hace al maestro-
Y se alejó carcajeando. A G. Junior le pareció muy cómico el comentario.
-Que pasen buena noche- se despide amablemente G. Junior, llevándose complacido un paquete de ocho revistas.
Quedándose solos en la cocina, Albert notó que Joe no estaba bien. E intuyendo que la indiferencia de Francoise había provocado la expresión tensa en la frente de Joe, trató de conversar con él.
-¿Te sucede algo?- pregunta pensativo Albert, ocultando que se preocupaba mucho por él debido que lo consideraba muy joven para sobrellevar semejantes celos.
-No es nada- responde con apatía Joe, ofreciéndole la espalda para que ya no lo viera desmoronarse -Yo también me retiro. Que descanses-
Inmediatamente de hacerse el desentendido, Joe comenzó a retirarse.
Albert sin intentar una vez más hablar con Joe, aparto una silla de la mesa para ocuparla. Recargó los brazos sobre el mantel y seguidamente, apoyó con delicadeza la cabeza entre sus manos entrelazadas.
Todavía tenía mucho en que pensar antes de subir a su dormitorio. Rodeado de un sepulcral silencio, se reconoció desconcertado al no imaginarse cómo trataría con Jet de tropezárselo. Y con una risa vacía se burlo asimismo de su patética huida a la primera oportunidad.
"Soy un completo estúpido"- piensa Albert enojado.
Respiró profundamente y torciendo decepcionado los labios, se confortó imaginándose que era protegido por la soledad nocturna, que sino consideraba como buena compañía al menos le garantizaba que no se encontraría con Jet hasta la mañana siguiente, cuando estuviera en mejor estado anímico.
-Estoy cansado de estar solo- murmura con desconsuelo Albert, añorando aquellos días cuando compartía cama con su mujer.
Sorprendido de su comentario, se puso de pie y cerró la silla. Se sirvió agua en un vaso de vidrio y tranquilamente se encaminó a su recamara. Todo marchaba según sus planes y mientras consideraba una vez más rehacer su vida sentimental, cuando terminaba de subir las escaleras se halló de frente con Jet, que intentaba descender el primero de los escalones para cenar un pequeño refrigerio de media noche.
El impacto fue tal que Jet quedo víctima de los nervios y comenzó a sonrojarse; al mismo tiempo Albert rogaba en silencio quedarse ciego, para no dar fe del enrojecimiento en las mejillas del chico. Quedando profundamente impresionado de la voluble reacción que examino, Albert nuevamente se convenció que el escalofriante relato, estaba ocasionándole a Jet una equívoca inclinación hacia él.
-Tenemos que hablar- menciona con seriedad Albert armado de valor y dejando el vaso de agua descansando en el pasamanos de la escalera.
-¿Sobre que?- pregunta desafiante Jet guardando con rudeza las apariencias, como sino deseare desesperadamente acariciarle el cuello con los labios.
Gruñendo un poco, Albert trato de ganar tiempo para encontrar las palabras más indicadas.
-Debo confesar que me inmiscuí en lo que no me importaba… - comenta con sequedad Albert, distinguiendo como Jet contenía inquietado la respiración –… Percibo perfectamente lo que te sucede, no es que yo pueda sentir lo mismo por ti; sólo que por tu bienestar debes olvidarte de ese estúpido relato que no ha hecho más que provocarte una confusión-
-¿Aseguras que estoy confundido?- pregunta furioso Jet, aproximándose instintivamente tan cerca de Albert que de haberse atrevido, podría estarlo besando como tanto deseaba - ¿Quién demonios te piensas que eres para diagnosticarme?-
Endureciendo el mentón, Albert no estaba dispuesto a que una retorcida historia erótica lo influenciara hasta el punto de ocultarse reiteradamente de Jet.
-¡Contesta de una maldita vez!- menciona indignado Jet, sujetándolo violentamente del cuello de la camisa.
-Soy tu amigo Jet…- responde abatido Albert, sin intentar liberarse -… Quien se preocupa por ti, pero que no permitirá suceda un vínculo inaceptable entre nosotros-
Dolido por esas palabras, Jet repentinamente soltó la camisa de Albert. Se sentía deshecho pues Albert no únicamente había distinguido las nuevas sensaciones que comenzaba a sentir por él, sino que también lo había desenmascarado de frente. Pero fue la cruel advertencia, la que casi le provoca llorar.
Dio un hondo respiro y dándose media vuelta, Jet comenzó a alejarse de su presencia. Antes que pudiera distanciarse de él, Albert lo detuvo hábilmente de un brazo.
-Encontremos al infeliz que escribió ese relato- menciona con esforzada simpatía Albert tratando de reanimarlo; debido que le causaba mucha pena la tristeza reflejada en los rasgos de Jet.
Jet giró en su lugar para encararlo con la dignidad que le quedaba.
-¿Y lo golpeamos hasta quedarnos satisfechos?- pregunta dolorido Jet, mirando con melancolía la expresión apenada de Albert - ¿Esa es tu terapia de superación?-
-Es un buen comienzo- responde confiado Albert, soltando lentamente el brazo de Jet.
Con las miradas cruzadas, sin hablar más nada se quedaron viendo; distinguiendo claramente en sus rostros lo que con palabras no podían expresarse.
Albert estaba arrepentido de la poca consideración que tuvo con Jet, para advertirle que nunca lo secundaría en ninguna proposición. Jet había quedado desarmado, derrotado ante la inquebrantable razón de Albert. Pensando, que sólo le restaba intentarlo para dar por muerta la esperanza.
-Albert…- murmura con reserva Jet, contemplando aquellas facciones inquietas.
Sin titubeos, se acercó a Albert hasta que sus manos descansaron convenientemente en los hombros de él; que sin dejarse intimidar con el contacto, despiadadamente ladeó con deliberación la cara en el momento justo cuando Jet, tiernamente intento besarlo.
El chico se trago su lamento teniendo los labios entreabiertos mientras el hombre bajó la cabeza, preguntándose si haría bien en abrazarlo para reconfortarle.
Nadie se movió.
Permanecieron en esa incomoda posición sin ningún reclamo, hasta que escucharon las palabras exaltadas de Joe, que provenían de su alcoba.
-¡Voy a encontrarte Francoise y no me importa si tengo que recorrer el mundo entero!- grita enardecido Joe, apareciendo sorpresivamente en el pasillo –Me las van a pagar ¡Todas juntas me las tendrán que pagar si existe algo entre ustedes!-
Asombrados porque nunca había visto a Joe absolutamente enfurecido debido a Francoise, Albert y Jet trataron de no atravesarse en su camino. Pero demasiado tarde, Joe quería bajar las escaleras y ellos estaban interponiéndose.
-A un lado- ordena sin sutileza Joe, con la amabilidad extraviada a causa de la locura temporal que padecía en esos momentos.
-¡Que tengas suerte!- menciona cáusticamente Albert, por su desdeño natural de recibir ordenes.
-¡Buen viaje gigoló!- dice con mordacidad Jet, apartándose junto con Albert de la trayectoria de Joe.
Joe fricción lo dientes de cólera, no obstante prefirió ignorar los sarcasmos pues llevaba demasiada prisa. En un parpadeo descendió por la escalera y se perdió rápidamente con rumbo desconocido.
-¡Jet!- dice con su habitual formalidad Albert, contemplándolo insensiblemente de reojo como si no acabara de romperle el corazón - ¿Comenzamos la búsqueda ahora mismo?-
-Por supuesto… Ahora deseo más que antes, partirle la cara al responsable- responde con inclemencia Jet, en un magnífico intento de resguardar su herido amor propio -¿Tienes idea de cómo encontrarlo?-
Albert sonrió como cualquier ladino.
-¿Recuerdas aquella ocasión cuando se filtró en Internet información pormenorizada del Proyecto Cyborg?- pregunta con particular optimismo Albert.
-Algo escuche- responde confundido Jet, pues él estaba viviendo en New York y nunca estuvo completamente enterado –Imagino que localizaron al culpable y destruyeron la base de datos-
-Justamente en ese orden- menciona con sospechoso entusiasmo Albert, comenzado a descender la escalera –Vayamos al subterráneo, necesitamos usar la computadora del Delfín-
Intrigado Jet comenzó a seguirlo, admirando la tenacidad de Albert para solucionar problemas.
-¿Usaremos esa unidad para descubrir la ubicación del autor de ese sitio web?- pregunta interesado Jet, caminando junto a Albert a través de la sala.
-Igual que hizo el Dr. Gilmore en aquella ocasión- responde satisfecho Albert, deteniéndole educadamente la puerta a Jet para que saliera atrás de él.
Y creyendo que necesitaba extender su explicación, bajo la romántica luz de la luna y caminando a orilla de la playa; Albert confiado se acercó tanto a Jet, que casi podía escuchar los latidos de su corazón agitarse.
-Cómo bien sabes, el Delfín era el vehículo bélico más avanzado que existía en la época cuando peleábamos contra Fantasma Negro; cuando lo robamos también nos apoderamos del más sofisticado sistema computacional jamás creado… De quererlo, podríamos controlar las bases militares de cualquier parte del mundo, con únicamente conectarnos a la red- explica concienzudamente Albert.
-Eso da mucho miedo- menciona asombrado Jet, que siempre había visto al Delfín como un avión-submarino sin mayor utilidad.
Albert se rió de la inocencia de Jet.
"No es mal chico"- piensa Albert reflexivamente, convencido que la pasaba bien con Jet cuando no estaban peleando.
"Ojala estuviera pensado en mi"- piensa Jet anhelante de cariño, todavía decepcionado de su desafortunada suerte en el amor- "Sólo a mi se me ocurre fijarme en otro hombre y para empeorarlo todo, en el mismísimo Albert… ¿En que demonios estuve pensando? Soy un imbécil…"
-Deja de torturarte… - dice persuasivamente Albert por contemplar la expresión desilusionada de Jet y sin disminuir el ritmo de su caminata –… O ¿En verdad creíste que podría corresponderte?-
A Jet la tranquilidad con la que Albert exponía su tragedia, le pareció una insoportable burla.
-¡No seas idiota!- responde rabiando Jet, adelantándose en el camino para dejarlo rezagado.
Pero Albert tenía muchas dudas, por lo que no dudo un segundo en alcanzarlo.
Sintiendo la presencia de Albert siguiéndolo con proximidad, Jet apresuro su paso para no quedar atrapado en sus juegos mentales.
Olvidando que en tierra, ambos poseían la misma velocidad de movimiento.
Para detenerlo, Albert pescó a Jet del cinturón y tirando de este, lo hizo quedar tumbado de espaldas sobre la arena. Jet se sintió indefenso recostado en la playa con Albert mirándolo encantadoramente sentado a su lado, por lo que apresuradamente intento incorporarse.
-¿Desde cuando te atraen los hombres?- pregunta punzantemente Albert, empujando con delicadeza a Jet contra la arena nuevamente.
-¡Qué te importa mi vida!- responde exaltado Jet, esforzándose por ponerse de pie.
Pero Albert, no dejaba de ejercer presión sobre su pecho usando ambas manos.
-Tranquilízate… No fue más que una sencilla pregunta- comenta enajenado Albert, que en su cara demostraba estar deleitado con su situación dominante.
Jet sonrió con entera malicia, pues disfrutaría esa situación obteniendo provecho.
-Ya que te muestras complacido reteniéndome ¿Por qué no te arrodillas sobre mi? Anda… Podríamos compartir un profundo y húmedo beso…- menciona con completa malevolencia Jet, mirándolo con lascivia.
Extremadamente impresionado por la pecaminosa sugerencia, Albert reconoció su desacierto por haberlo inmovilizado con extremada familiaridad y de haberlo disfrutado también.
"¿Qué diablos estuve haciendo?"- piensa asustado Albert, levantándose de súbito.
Una vez incorporado miro hacia abajo, visualizando estremecido la figura provocativa de Jet, que extendiendo una mano le pidió ayuda para ponerse de pie. Albert más por educación que intenciones de servir, estrecho la mano.
-¿Nervioso Heinrich?- pregunta con ironía Jet, ostentando una sonrisa claramente sugestiva, oprimiendo con fuerza la mano de Albert.
-¡Esto es suficiente!- responde indignado Albert, liberando violentamente su mano –¡Deja los flirteos para el que quiera acostarse contigo!-
-¡Pero si hablamos del mismo sujeto!- contraataca exasperado Jet, atrayendo ávidamente a Albert por la nuca y la cintura.
Besándolo con desesperación cerrando con fuerza los ojos; estaba decidido a resistir la ira de Albert cuando pudiera sobreponerse de la emboscada. Sin importarle siquiera un doloroso ojo morado, continuó hundiendo sus labios.
Estaba sofocado, sintiéndose incapaz de superar la impresión mientras probará en su boca el aliento tibio de Jet. Sin oponer resistencia prefirió intentarlo, probar una sola vez aunque fuera por curiosidad.
Tímidamente Albert lo abrazó con agrado y quitándose de la cabeza el miedo al ridículo, demostraba con el gesto su entero consentimiento para "prolongar juntos" el impulsivo beso; sin importarle que después pudieran arrepentirse.
Había recorrido todo el país sin encontrarla. Exasperado, Joe pensó solicitar asistencia. Pero inmediatamente se convenció que sus amigos lo verían como cualquier loco, sí se aparecía ante ellos pidiendo ayuda para atrapar a Francoise y Great Britain en in fraganti.
De repente, creyó posible localizarla usando el radar del Delfín.
Chasqueó su muela trasera acelerando a Mach 5 y en media hora, Joe estaba en el subterráneo ávido por internarse en el formidable vehículo. Sin perder un segundo más, tecleó rápidamente su código de acceso confidencial en el procesador de bienvenida y una vez abierta la compuerta externa, se apresuró hacia la cabina de mando.
El sensor infrarrojo en la entrada de la cabina de mando, abrió automáticamente la compuerta interna permitiendo que Joe entrara sin contratiempos.
-¡Francoise!- grita sorprendido Joe, paralizándose fríamente en el umbral.
-¿Joe?- menciona asustada Francoise, poniéndose de pie temiendo que la reacción de Joe fuera tan grave como la cara de coraje que traía.
Joe la miraba despiadadamente, atestiguando como se alejaba lentamente de la computadora principal.
-¿Dónde esta Great Britain?- pregunta conteniendo su cólera Joe, sin despegar mucho los dientes.
Francoise palideció. Temiendo que Joe descubriera su travesura.
-¿Dónde demonios esta!- pregunta irascible Joe, acercándose peligrosamente a ella hasta quedar separados por un par de centímetros.
-Dormido en esa silla- responde asustada Francoise, señalando a Great Britain con un dedo y deseando, que se interrumpiera la corriente eléctrica del Delfín.
Imprevistamente, Joe se sintió cual idiota distinguiendo que Great Britain estaba profundamente dormido y que parecía estar así desde hacía varias horas.
-Júrame que nos has venido para encontrarme entre los brazos de Great Britain… -menciona dolida Francoise, mostrándose muy indignada.
-¿Qué esperabas?- pregunta entristecido Joe, sentándose cansado en una amplia silla delante del gigantesco monitor –Últimamente no me necesitas, te apartas de mí para pasar el día con él y si fuera poco, me tratas como si fuésemos desconocidos…-
Una expresión llorosa se fijo en las delicadas facciones de Francoise otorgándole la razón y creyendo ser la única culpable del terrible malentendido, con cuidado tomó asiento sobre las piernas de Joe intentado disculparse.
Vencido por la femenina figura de Francoise que descansaba entregada en su pecho, Joe la abrazó con firmeza.
-Te amo Francoise…- dice convencido Joe, sin soltarla un poco besándole cariñosamente la frente -Demasiado te amo para no ser feliz si no estas conmigo-
-Joe…- murmura conmovida Francoise, buscando deseosa los labios de Joe.
Uniéndose en un prolongado y reparador beso, que destruía cualquier duda que pudiera sustentar los celos enfermizos de Joe. Cuando separaron sus labios y sus ánimos se tranquilizaron hasta quedar complacidos; Joe extasiado fijo ingenuamente su vista en el monitor principal leyendo irremediablemente la información que mostraba.
"Hartado de que Joi fuera desmedidamente dócil e insultantemente fácil de manipular, Robert tocaba el timbre del departamento de Yet; deleitándose con imaginar todo lo que podría hacerle durante la noche.
Cuando la puerta se abrió y quedaron a la vista las facciones lascivas de su anfitrión, Robert instantáneamente se olvido de la sonrisa ingenua de Joi y de los nostálgicos ojos rubí que tanto amaba; para adentrarse inconcientemente al departamento, sujetando con sus manos el rostro Yet, con el único propósito de adueñarse de aquellos los labios; de esa boca carnosa y húmeda con la que había soñado todo el día.
Siendo sorprendido, Yet como pudo cerró la puerta para que los vecinos no los vieran, saboreando la irrespetuosa lengua de Robert que se acariciaba con la suya, mientras un pequeño borde de saliva se escurría entre la comisura de sus labios…"
-Francoise…- murmura ligeramente molesto Joe, atrayendo toda la atención de la rubia -¿Qué demonios significa eso?-
-¿Eh?- responde aturdida Francoise, dirigiendo sus ojos donde Joe miraba enojado -¡Por los cielos! Joe no es lo que te imaginas… Es… es yaoi… un género literario dirigido solamente a las mujeres…-
Respirando forzosamente para contenerse las ganas de abandonar la silla y ocasionar que Francoise se deslizara contra el piso, Joe espero paciente una concluyente explicación.
-Seré sincera… - comenta con remordimientos Francoise, por haberle ocultado la verdad a la persona que más le amaba en el mundo -… Hace casi mes y medio cree en la red un sitio web que se llama French's Love, en el publicó historias de amor de personajes ficticios, algunas son relaciones heterosexuales otras lo contrario-
-¿Personajes ficticios?- pregunta irritado Joe, porque la mujer de su vida quisiera verle la cara de tonto.
Cuando de pronto, recordó la actitud confundida de Jet durante la mañana justo enfrente de una computadora, cuyo monitor no permitía que nadie viera.
-¡Por eso replicaste cuando dije que Jet se había equivocado llamando a Albert como Robert!- dice acertadamente Joe, asombrándose del cinismo de Francoise -¡Tu sabías lo que pasaba… Tú y Great Britain!-
-Esta bien ¡Lo confieso todo!- responde avergonzada Francoise, cerrando sus manos con fuerza sobre la camisa de Joe –Pero Great Britain no tiene la culpa en nada… ¡ Soy yo quien escribe los relatos! Él solamente me apoya en las formas gramaticales y fortalece mi estilo narrativo con su experiencia en el teatro…-
Tras oírla, Joe harto de todo dejo su cabeza caer hacia atrás. Después de un corto silencio, decidió que era hora de su apetecida reconciliación.
-Estoy seguro que traumaste a Jet- menciona decaído Joe, levantado a Francoise suavemente entre sus brazos para ponerse de pie –Tú y tu complicidad con Great Britain-
-Es un chico muy rudo, no creo que haya podido afectarlo- responde confiada Francoise, entrelazando amorosamente sus brazos alrededor del cuello de Joe.
-Eso esperemos porque en la menor señal de peligro Albert le rompería el corazón - comenta con firmeza Joe abandonando la cabina de mando con Francoise; dejando que Great Britain se quedará ahí hasta el amanecer.
-¿Me llevas a mi habitación?- pregunta juguetonamente Francoise, sin mirar el camino revolviendo la espesa cabellera castaña de Joe y columpiando infantilmente sus pies.
Joe no respondió nada pero el brillo pecaminoso de sus ojos contestó por él, mientras caminaba animosamente hacia los dormitorios del Delfín.
En la playa dos amantes cubiertos de arena retozaban ardientemente, hasta que Albert estuvo dudoso de continuar.
-Esto no esta bien- menciona pesimista Albert con el pantalón abierto y sin camisa, separándose ligeramente de Jet que jadeante y desnudo bajo él, comenzó a impacientarse por aquel súbito arrepentimiento.
-¿Po… por queee…?- pregunta desconsolado Jet entre profundos jadeos, agitado por los provocativas caricias de Albert que acababan de interrumpirse.
E iba a continuar quejándose de ese desconsiderado arrepentimiento; cuando con la tenue luz de la luna, distinguió claramente una perversa sonrisa adueñándose de los exquisitos labios de Albert.
-… Porque "tu debes oponer resistencia"…- responde lascivamente Albert, inclinándose vorazmente sobre Jet sujetándole hábilmente ambas muñecas con una mano.
FIN
Hola!
Pero que bien se siente actualizar una historia y sobretodo concluirla TT (Ojala pronto haga eso con el Sueño de Shimamura)…
I'm sorry porque la demora fue demasiada pero creo que el resultado me disculpa en serio.
Espero que hayan disfrutado este capitulo y final, como yo lo hice al escribirlo para ustedes.
No olviden mandarme en un review sus opiniones y críticas.
Y muchas gracias, a todas esas personas lindas que me comunicaron sus comentarios (del capitulo 1 y 2).a través de sus reviews:
Kida Luna, Edward Van Dort, Fantasy Cristal, Madame Juster, kykio88 y Sacristhia IS.
Ah! Antes que se me olvide si se dieron cuenta, la categoría de este fanfic es M, pero lo clasifique en T por que en M los relatos suelen pasar inadvertidos y lo único que hice fue escribir en el summary una pequeña advertencia.
Pido disculpas si traume a alguna(o) >XD
P.D¿Muchos de ustedes ya se imaginaban que la culpable de todo era Francoise, verdad? Je,je,je¿Y que Albert no resistiría la tentación que provocaba Jet, cierto?
Ustedes son lo mejor!
¿Vieron que me acorte el nombre? XD Je,je,je!
