Secuestrada
La noche ya estaba cayendo y Yuki se dirigía a su casa, junto con su pequeño koi y su hija Meiko. Yuki ya había alcanzado los 32 años y Shuichi tenia 28. Su pequeñita tenia 6 años, y era muy guapa. Tenia el pelo castaño, los ojos verdes, y tenia un espíritu muy alegre, muy parecido al de su Shuichi. Hacia varios años se habían mudado a EE.UU., exactamente a New York por el nuevo trabajo de Yuki
Ya estoy en casa, dijo Yuki entrando por la puerta. Se encontró a Shu en el salón de su casa, con Meiko encima de sus rodillas, jugando a las palmas y cantando una absurda canción. Hacia años que Shuichi se había retirado del mundo de la canción, exactamente desde que había llegado Meiko a sus vidas. Yuki era un agente secreto de la C.I.A. cosa que su familia no sabia, Shu pensaba que Yuki trabajaba como editor, tapadera necesaria para que no se descubriera la verdad.
¡¡¡Papaaaaa! – La pequeña Meiko se lanzo a los brazos de su padre, dando un salto desde las rodillas del pelirrosa- ¿Cómo estas papa, ¿Te lo pasaste bien?.
Jajaja no creo que sea muy divertido estar todo el día en un despacho pero bueno. Por cierto ¿ya habéis cenado?
No, papa Shu no quería tocar la cocina desde lo ocurrido en la cena de ayer, dice que le da miedo. – Yuki se empezó a reír y se dirigió lentamente hasta donde estaba su Shu, y le dio un beso de esos que tanto le gustaba-
Oooooouuuuuuuuuuuuuu, papa Yuki se esta besando con papa Shuichi, que bonitooo. – En ese momento Yuki se dio la vuelta y se puso de rodillas delante de la pequeña- Creo que esto no lo deberías ver pequeña.
Jopetas papa, siempre hacéis lo mismo. –Resignada la pequeña se fue a su habitación hasta que sus padres le dijeran que fueran a cenar-
Creo que no es justo para ella que siempre la mandes a la habitación, le replico Shu.
Entonces no podría hacer todas esas cosas que te gustan tanto conmigo. – El pequeño pelirrosa se sonrojó. Todos los años que llevaban y todavía se sonrojaba con una caricia de Yuki o una palabra subida de tono-
¿Cosas como que, pregunto Shu en tono realmente sensual.
Intentar preparar la cena, no querrás que tu hija se traumatice cuando te vea quemar la cocina.
Yukiiiiiiiiiii siempre me haces lo mismo, pues ahora no hago la cena.
Aunque quisieras hacerla, acabaría haciéndola yo.
Buaaaaa que malo eres Yuki.
Solo lo necesario. –Ante este ultimo comentario se dibujo una sonrisa en su rostro, cosa que hizo estremecer al pelirrosa, no de miedo, si no de placer. Ya sabía lo que tenia de postre esa noche. Lo único que esperaba es que Meiko se durmiera pronto-
Yuki empezó a preparar la cena. Muy ligera pero sabrosa, era una ensalada de pasta acompañada con vino para los "papis" y leche caliente para Meiko. Al terminar la cena Meiko les dio las buenas noches a sus padres, y estos después de recoger la cocina también se fueron a su habitación a "dormir".
Ya eran las 11 de la noche y una gran tormenta estaba empezando a caer.
Mmmmmm Yukiiiiii, grito el pelirrosa.
No grites tan alto que Meiko nos va a oír, y no creo que le gustara saber que hacemos.
Yuki por favor sigue haciéndome eso. – Yuki volvió a su faena, puso a Shu de espaldas y le penetro lentamente. Shuichi estaba gimiendo como un loco y Yuki estaba asustado de que Meiko se enterara de algo, cuando Yuki ya estaba completamente dentro de Shu, la puerta de su habitación se abrió de par en par y Meiko entro corriendo y se echo en la cama de sus padres, estos se separaron tan rápido como pudieron y se vistieron-.
Tengo miedoo, hay muchos truenos y hay un "gato" que no para de gritar.
Tranquila cariño, dijo Yuki. La tormenta ya esta parando y ese "gato" ya no va a gritar mas, de eso me encargo yo, y le dirigió una mirada desafiante a Shu. Este ago la cabeza en señal de haber entendido.
¿Puedo dormir con vosotros, pregunto Meiko haciendo un pucherito.
Claro, acuéstate entre Yuki y yo ¿ok?
Valeee.
Los tres se quedaron dormidos rápidamente aunque Yuki y Shu se fueron a dormir con un calentón tremendo.
Los tres despertaron a la mañana siguiente muy temprano, aunque era sábado ya que querían ir de excursión al bosque, cosa que desagradaba a Shu, ya que no soportaba los bichos.
El camino no fue nada ameno, ya que no es muy divertido escuchar una y otra vez la canción de Marco, interpretado por Shuichi y Meiko.
Llegaron alrededor de las 11 de la mañana, y sacaron la cesta de la comida del maletero del coche. Buscaron un buen sitio para sentarse y encontraron un gran árbol que proporcionaba suficiente sombra para estar bien a gusto. Meiko estaba dando saltos de alegría y Shu estaba con la loción anti-mosquitos de la mano, y Yuki se había sentado y se había puesto a leer un libro.
¿Qué lees Yuki, pregunto muy curioso Shu.
Un libro, ¿acaso no lo ves, le respondió en un tono un tanto irónico.
Si, eso ya lo se, pero que clase de libro es.
Pues de los que tienen hojas, y la gente los lee.
Yuki, sabes a lo que me refiero, ¿Cómo se titula el libro?
Cumbres nubladas.
Y, ¿de que va?
No me dejaras tranquilo hasta que te lo cuente, ¿verdad?.
Pues si, dijo Shuichi sonriendo.
Trata de una joven de buena familia, que vive en el Londres del siglo XIX, y trata de encontrar un buen marido, pero las cosas no salen muy bien, se deprime pero bueno, el final lo desconozco ya que alguien esta estorbando mi proceso de lectura.
Bueno ya me voy Yuki, que irritable estas. Eres peor que los mosquitos.
Shu se marcho con la pequeña Meiko a jugar y a cantar, las horas pasaban y Yuki seguía leyendo, tenia un mal día, y todo por lo sucedido anoche. Hacia tiempo que ya no disfrutaba haciendo cositas a Shu por culpa de Meiko, porque le encantaba gritar y con esa niña en casa, era muy difícil.
Yuki
estaba escuchando de fondo una musiquilla que le resultaba muy
familiar
"Abuelito dime tu"
- Dios, no puede ser esa canción es...
"¿por qué soy yo tan feliz?"
No, otra vez no, la canción de Heidi.
"Abuelito dime tuuu"
Yuki se levanto de un salto y se fue corriendo donde Shu y Meiko estaban cantando esa fatídica canción. Llevaba las manos en los oídos para no escuchar esa penosa canción, y en cuanto llego le dio un beso a Shu, solamente para que se callara, pero Shu se dejo llevar y empezó a meter sus manos dentro del pantalón de Meiko, y Yuki se separo al instante en que siento aquellas manos frías tocando su miembro.
Estas idiota Shuichi, – grito Yuki- no te das cuenta de donde estamos. Por dios estas mas salido que el pico de una mesa, además delante de tu hija. – Meiko se había separado de ellos al ver que una de sus típicas discusiones se avecinaban, y como siempre acaban mandándola a su cuarto y luego oía muchos grito de papa Shu, bueno mas que grito jadeos, pero a ella no le importaba, y se ponía a jugar con sus muñecas-
Yuki, lo siento, hace tiempo que no hacemos nada, y ayer no pudimos terminar y deseo tu cuerpo.
Bueno, no pasa nada, ahora vamos a buscar a Meiko que la pobre se ha marchado como siempre, creo que deberíamos dejarla algún día a dormir con una amiga, ¿verdad?. – Ante este ultimo comentario una sonrisa burlona apareció en el rostro de Yuki-.
Creo que tienes razón.
Shu y Yuki fueron a buscar a Meiko pero esta no estaba por ninguna parte, había desaparecido.
En un coche cercano a donde estaban la pareja un hombre completamente vestido de negro, escapaba a toda velocidad con una niña inconsciente en la parte trasera del coche.
Si jefe, la he capturado, too a salido como planeábamos.
Estupendo, ven lo antes posible.
El hombre de negro colgó el móvil y acelero lo máximo posible para entregar el pequeño paquete que había ido a recoger.
Continuara...
Espero que les haya gustado, ¿qué le pasara a la pequeña Meiko, bueno no se preocupen, no la haré sufrir demasiado muajajajaja. Cualquier duda, tamatazo o cañonazo mándenmelo a REVIEWS PORFIII
