Los personajes de este fic no me pertenecen, son de su creadora Maki Murakami. Excepto Meiko, que es invención propia.
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SecuestradaVarias horas habían pasado desde que la pareja había llegado al departamento. La noche ya era muy oscura, y apenas se podía ver nada.
Yuki se encontraba junto a Shu, este seguía dormido, pero el rubio había dormido muy poco, no paraba de dar vueltas a la cabeza, cuando su celular sonó de repente.
Moshi moshi, pregunto Yuki
¿Hecha de menos a alguien en su familia señor Eiri?
Maldito seas, ¿donde esta mi hija?.
Tranquilízate, no le pasara nada a menos que tu no colabores.
¿Dónde la tienes escondida cabrón?
Ese no es el camino a seguir señor Eiri, si no se calma tendré que colgar el teléfono.
Bastardo.
Gracias, ante todo su hijita se encuentra perfectamente, esta placidamente dormida.
Como le pongas un dedo encima te juro que te mato.
No creo que puedas exigirme cosas señor Eiri. Y no creo que pueda matarme si no sabe dónde estoy
Eres un bastado.
Señor Eiri, creo que no esta en condiciones para hablar, será mejor que dejemos esta conversación para otro instante. Cuídese mucho.
La persona que había realizado la llamada se encontraba sentado en el banco de la recepción de un hotel. Después de ir a tomar una copa al bar, subió a la habitación donde se encontraba una mujer castaña, de pelo largo y una sonrisa maliciosa.
¿Qué haces aquí, Y la niña. ¿no la habrás dejado sola?.
Tranquilo, esta aquí, la he traído conmigo. Y respecto a que hago aquí, son ordenes del jefe.
¿Qué ordenes?
Eliminarte, ya no nos eres útil. No te necesitamos para nada.
Espera, ¿qué dices? ¡No me puedes matar!
¿A no, - La mujer sacó de su bolso una pistola con silenciador-
Espera, esto no es justo, no tengo un arma. No entiendo nada.
¿Quién ha dicho que la vida sea justa cariño?
Nunca confié en ti M... –en ese justo momento la bala atravesó la cabeza de aquel hombre como si de papel se tratase.
La mujer recogió la bala que había quedado incrustada en la pared, y la guardo en el bolso. Ya era bastante tarde, por lo que decidió quedarse a dormir en la habitación, no sin antes tirar el cuerpo por la ventana del hotel, cayendo al río que se encontraba abajo.
Varios días después...
Esto era lo peor que podría haberle sucedido, no podía creer, que por su falta de conciencia, ahora el ser que más quería en todo el universo estuviera en quien sabe donde. Era el peor de los padres, era el peor hombre que había pisado la tierra, era... un imbécil. Ya hacían dos días desde que volvieron de su día de campo... Habían dado aviso a la policía y Thoma les ayudaba.. pero no era suficiente.. no para él.. porque tenía claro que el único responsable de este atroz accidente era su persona.
Yuki salía cada día en busca de Meiko, sin mayor resultado, solo lagrimas de tristeza por haber perdido al mayor de sus anhelos. Mientras que el estaba ahí inmóvil en su cama.. como lo había estado desde el regreso, la vista se le perdía entre los miles de recuerdos, entre las miles de sonrisas que le había dedicado su pequeña Meiko.
"donde estas, hija..."- dijo en un susurro.- espero que no te hagan daño...
Buscaba entre los miles de papeles sobre su escritorio, algún personal que le fuera de ayuda, ya tenía a más de la mitad de sus trabajadores buscando a su sobrina, mas cada día quería abarcar más espacio, vigilando cada uno de os rincones del mundo si es que era necesario. Pero cada día se decepcionaba, cada día habían más probabilidades de no encontrarla jamás.
Pero no... Seguchi Thoma no se daría por vencido. Hace más de un año que había decido abandonar su obsesión por Eiri, dándose cuenta que ya nadie le dañaría, al estar con una persona tan especial como lo era Shuichi. Por lo tanto solo recurría a el una vez al mes, como visita de cortesía y para saber sobre la salud de su sobrina y de Shuichi. Dedicaba más tiempo a su trabajo, y aunque nadie me lo crea, a su relación con Mika. Se había dado cuenta que ella era la persona que más amaba en el mundo, ella conocía todos y cada uno de sus secretos, le brindaba apoyo y le quería a pesar de todo y por sobre todas las cosas.
Siguió buscando hasta que encontró la ficha de uno de sus antiguos trabajadores.
"aquí esta...- sonrió- con esto.. la encontraré más rápido que en lo que canta un gallo".
Mientras tanto, en un lúgubre apartamento
- Tía.. Tía ... no quiero estar aquí... quiero ir con mi papá- sollozaba como lo había hecho durante dos días enteros.- por favor tía , déjame ir... dígale a estos hombres que yo no me he portado mal, que no he hecho nada malo.
Las lagrimas corrían por su tierno rostro mientras que veía salir a su tía, indiferente de toda clase de palabras que le dirigía la pequeña castaña (no recuerdo si lo era pero bueno... :P). La mujer salía por la única puerta de la habitación, cerrándola por fuera, con seguro, al salir mientras ocultaba detrás de la madera las lagrimas que derramaba por su dulce sobrina. La pequeña corrió hasta la puerta y comenzó a dar pequeños golpes a esta (a la puerta), en un intento de hacer cambiar de opinión a su tía, de que la ayudara, o de que al menos le dirigiera palabra, mas no recibió respuesta alguna.
Se deslizó apoyando su espalda pegada a la puerta, como muchas veces lo había hecho su padre Shuichi creyendo que ella no le veía, se tomó las piernas con ambos brazos y comenzó a llorar sin consuelo por el miedo y las ganas de volver con sus padres.
Luego de un buen rato en el que sus lagrimas dejaron de brotar, comenzó a observar toda la pequeña habitación. Había solo una cama, una mesita de noche, unas mantas tiradas por el suelo, pedazos de juguetes que parecían llevar años ahí, y polvo mucho, mucho polvo. Se puso dificultosamente de pie, ya que el llorar le había relajado demasiado. Sobre la mesita de noche estaba su única comida del día, un tazón de avena y un vaso de agua. Comió a pesar de que odiara la avena, a pesar del mal sabor que esta tenía, y bebió un trago de agua para borrar el asqueroso sabor de la comida.
Recorrió, nuevamente, la habitación con sus cansados ojos y en un rincón divisó la figura de un sucio conejito rosa sin una oreja y con un ojo colgando, caminó lentamente hasta el peluche, ya que su cuerpo se mostraba cansado, lo cogió cariñosamente con sus pequeñas manos y lo llevó con ella hasta la desgastada cama. Se acomodó con el animalito de felpa entre sus brazos y cerró sus ojos fuertemente, en busca de que el sueño le llevara, y no tuviera que pensar en la calamidades que había a su alrededor.
" Queremos estar con ustedes...- digo apretando al, ahora suyo, conejito y hablando por ambos.- papá Shuichi... papá Yuki... quiero estar con ustedes ahora..."
Yuki, quien se encontraba ahora en la oficina en la que ejercía su trabajo, sintió una punzada en el corazón, llevándose la mano derecha sobre su pecho logró apaciguar un tanto el dolor. Del tan solo pensar en su hija, en donde estaría, con quién estaría, le causaba estragos en todo el cuerpo, pero esto había sido distinto sentía que su Meiko lo necesitaba, y no se iba a quedar ahí sentado con los brazos cruzados. Los primero era lo primero, y aquello tenia nombre... era "Meiko".´ Salió en dirección a la oficina de su jefe. Y le contó lo ocurrido, omitiendo ciertas partes que no le incumbía al hombre mayor. Relató la historia con desesperación y dolor, después de todo, sentía la culpabilidad en su pecho. Este le hizo ver que su trabajo no era sobre encontrar gente perdida, a no ser de que tuviese que ver con criminales de alto riesgo, El rubio intentó reclamar mas el hombre de cabellos canos, le hizo callar continuando con su explicación y haciéndole entender de que tenía todo el apoyo de la CIA. Que ellos harían todo lo que estuviese a su alcance e incluso más allá de este. Ya que él era un hombre que había servido demasiado bien a la compañía.
Debo aclararle, Eiri-san, que en estos últimos años, surgió una banda que captura niños pequeños para cometer crímenes, desde robos, asesinatos y una serie de rituales satánicos en los que se hacen autenticas barbaridades- ante la mención de aquellas palabras al rubio se le congeló la sangre.- y es probables que la desaparición de su hija, este relacionado con esto. Haremos todo lo posible en encontrarla, y nos sería de mucha ayuda que el caso se relacionara, sería como matar dos pájaros de un tiro.-
Entiendo, Fukonde- san. Pero si eso es cierto, entra en los casos de mi departamento, ya sabes que lo mio son las bandas organizadas. Por favor, déjame tomar las riendas de este asunto.
No puedo permitir eso Eiri. Tu emociones te jugarían una mala pasada, y no puedo dejar que inmiscuyas tus asuntos personales con el trabajo. Este caso esta en manos de Yamata-san
¿Qué mis emociones me jurarían una mala pasada,y un cuerno. Usted sabe lo duro que es llegar a mi casa y ver a Shuichi completamente destrozado. Yo apenas como, y no duermo, pensando que puede haber una llamada de teléfono. Usted no lo entiende. Además le deja el caso a ese idiota de Yamata-san, que no sabría ni buscar a su madre en su casa.
Ya basta Eiri, no te voy a dar el caso.
Per...
No me reclames mas Eiri, estamos haciendo todo lo posible por ti, pero no me pidas lo imposible.
Mientras tanto...
Un hombre de cabellos medios anaranjados caminaba rumbo a un pub bastante elegante. Al entrar saludo con cortesía al sujeto rubio que se encontraba allí. Se sentó a su lado, mientras que el rubio hablaba detalladamente sobre algún asunto.
Cuanto tiempo Seguchi.
Si, desde que te fuiste de NG, si no recuerdo mal.
Sigues siendo rencoroso Seguchi. Bueno, ¿para que me has llamado?
Para que hagas tu trabajo. Tengo un encargo para ti, uno de los que te gustan. Mis sobrina ha desaparecido, y necesito que la busques. Aquí tienes una foto – Seguchi le pasa una foto de la pequeña con sus padres-
¿El rubio es el joven escritor que tanto te gusta, le pregunto Jazuki-san, que era así como se llamaba.
Eran otros tiempos, ahora lo importante es buscar a la pequeña. No quiero volver a ver a Yuki sufrir, nunca mas.
Me pondré manos a la obra, querido Tohma.
Los hombre chocaron sus copas, mientras brindaban por que todo saliera bien.
Continuara...
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Bueno, hasta aquí este nuevo capitulo. Se que me he retrasado (otra vez), pero es que no se me ocurria nada, pero ahora ya tengo todo mas claro.
Tengo que agradecer a Asusa que me ayudara con el capitulo, ya que gran parte es idea suya.
Ahora respondere a los RR:
A Mel: Muchas gracia por leer este fic. Bueno, en serio que Tohma no es malo, esta vez solo ayudara a Eiri. Y la tía no se quien será, todavía no lo tengo pensado, pero sea quien sea, sus motivos tendra.
A Rikku-Tomoe: Bueno, a ti te lo cuento todo msn, asi que las gracias ya te las di, y no se que mas decirte. Bueno, que sigas leyendo jeje.
Para todos aquellos que lo leen y no dejan RR, no sean perezosos, que no cuesta nada dejarlo jejeje.
Hasta el proximo capitulo.
