Disclaimer Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.

Advertencias Slash.

Capitulo ocho: Por eso...

.-Maldición – masculló Harry obligando al rubio a mantenerse incorporado y tomó la frente con la palma de la mano - ¿Por qué no puedes comportarte como un enfermo común y corriente?

.-Vete al carajo, Pott-

Harry se sintió asqueado.

Bien, todo eso estaba exigiendo tratamiento especial.

Harry se levantó para alcanzar la jarra de agua y vertió un poco en el vaso. Con algo de brusquedad intentó limpiar la suciedad en los labios del rubio, ya sin importarle la integridad de la almohada (o lo que formara parte de la cama), sin embargo una nueva convulsión en el cuerpo del rubio le hizo comprender que todo eso se estaba saliendo de su control.

¿Qué hacía, él, en esos casos?

Oh, si.

Harry se levantó de la cama y corrió a hurgar entre sus cosas. Con un poco de pena, y algo de asco, miró la comida que había salvado del comedor, con la intención de consumirla ahí, y la sacó de la bolsa de plástico que había logrado rescatar de su habitación desordenada. Acomodó la bolsa en la mesa, donde estaban todas las cosas, incluyendo el, ahora nada apetitoso, almuerzo del rubio y se apresuró al baño para llenar de agua un cuenco, justo el que habría deseado que Madame Pomfrey olvidara cuando a ese fastidioso le dio fiebre.

Lleno el cuenco, regresó a la cama y con absoluta maldad, disfrazada de atención, tomó la orilla de la cómoda y costosa pijama del rubio para meterla en el agua y limpiarle la cara.

Claro que Draco no lo notó. Había escogido ese momento para volver a vomitar. Afortunadamente su instinto de elegancia dañada le hizo girar el cuello para hacerlo en el suelo y no encima de Harry. Aunque el moreno tenía una seria sospecha que lo lamentaría más tarde, cuando se diera cuenta que había perdido la maravillosa oportunidad de vomitar encima del gran Harry Potter.

.- ¿Qué rayos has estado comiendo? –preguntó Harry estirando la mano para revisar los medicamentos rápidamente. ¿Sería posible que alguno causara esa reacción y aun no se hubiese dado cuenta?... No... Porque de ser así, la habría causado antes.

Al ver que ningún medicamento lucía una advertencia respecto a mareos o cosas así, se apresuró a limpiar a Draco y le dio la bolsa.

.-Si quieres volver a vomitar, asegúrate que sea dentro de eso –dijo simplemente y se encaminó a la cama vecina.

.-Yo vomitaré donde me de la... ¡ugh!

Otra convulsión.

Harry bufó y volteó para ver a Draco. Sin embargo solo pudo sonreír al ver que le había obedecido.

Con un aspecto a su favor; se dedicó a arreglar la cama antes de volver con el rubio y retirar la pieza del pijama que había ensuciado a propósito.

Sin hacer caso a la mirada interrogante de Draco, se las arregló para levantarlo y cambiarlo a la cama. Al menos se aseguraría de que estuviera limpio mientras le duraban los mareos. Claro que la pierna pesada del rubio no ayudó en mucho, mucho menos cuando expresó ese gemido de dolor que alertó a Harry y se apresuró a acomodarlo con cuidado antes de que volviera a tener un espasmo y vomitara en la bolsa.

Que desastre.

.-Creo que necesito ayuda con esto –murmuró Harry.

Buscar a una profesional en medicina (mágica) era lo mejor. Además... nadie le había dicho que tendría que cuidar de los mareos de Draco. Bastante tenía con cuidarle la pierna rota.

¿Verdad?

Convencido de que era buena idea tener la ayuda de un adulto, caminó hacia la salida, ignorando ese nuevo ruido de Draco que le provocó un deje de preocupación. Sin embargo en la puerta se detuvo y frunció el ceño.

¿Y si era una nueva jugarreta para que su larga lista de detenciones aumentara?

Harry volteó para mirar al rubio.

No podía dejar de vomitar. Y parecía estarse impacientando.

¿Llegaría tan lejos solo para fastidiarlo?

Lo creía capaz de cualquier cosa, sin embargo jamás lo había visto involucrarse directamente en el daño que, se suponía, Harry había causado.

El moreno suspiró. En esos momentos odió su carácter realmente y caminó hasta la cama para sentarse a la orilla del agitado rubio y tocarle la frente.

No. No había fiebre.

El moreno miró la comida.

Todo estaba intacto. Probablemente el fastidioso riquillo había esperado hasta que él llegara.

¿Entonces?

Harry no había tenido un ataque de vomito mientras estuvo con una costilla rota.

Era tan... extraño.

Draco vomitó de nuevo.

Un dolor en el antebrazo de Harry le hizo mirar con sorpresa cómo se aferraba a él y de nuevo odió ese carácter que le hizo estrechar a Draco para facilitarle las cosas.

Lo que hubiese comido, que le hizo ese daño, tendría que acabar por salir.

Así que Harry fue paciente y absolutamente pasional mientras se dedicaba a sostener ese cuerpo débil a cada nuevo ataque. Fue paciente al momento en que le encajaron las uñas en la piel y no dejó de sostenerle la cabeza para que no se ensuciara. Le limpió la cara de los restos que quedaban en ella y del sudor que era provocado por el esfuerzo.

Y llegó en momento en que se preocupó. Tanto que la idea de llamar a la enfermera le resultó atractiva, pese a que sabía que se metería en problemas de nuevo.

Aunque, tras casi 15 minutos no fue necesario.

15 minutos vomitando.

Eso no era normal.

Pero Draco se detuvo.

Y Harry pudo acomodarlo al estar seguro que todo estaba bien al fin.

.- Creo que a Quien-tu-sabes le gustará la idea de que sujetes su cabeza mientras vomita – musitó Draco con cinismo y cansancio.

.- No deberías compararte con él – dijo Harry.

.- ¿Crees que no puedo llegar a ser tan malo?

.- No –replicó Harry -, pero tu no eres un asesino.

Harry tuvo que ver una mirada sorprendida. Pensó que jamás había visto una mirada así, no en él. Y pensó...

... que era linda...

.-... por eso te odio... –musitó Draco con más cansancio y se le comenzaron a cerrar los ojos -, eres tan inalcanzable y ajeno... Odio que tengas que ser de los demás... Odio compartirte... cuando... – suspiró agotado – te quiero solamente Para mí.

o.o.o.o.o.o

Estaba... extraño.

Distraído.

Severus Snape enarcó una ceja ante eso y se preguntó mentalmente si Potter no había terminado por enloquecer como para darse el lujo de distraerse durante una clase especial, con él.

Después pensó que eso podría ser a causa de Draco, sin embargo la idea no le agradó del todo. No cuando Potter estaba distraído y no molesto.

Porque la distracción no podría ser causada por cualquier cosa.

Aun así, el oscuro profesor se dio el lujo de hacérselo notar y restar una generosa cantidad de puntos al finalizar el tiempo. Sin embargo notó que eso no fue tan relevante al cansado moreno que se puso a guardar sus cosas con resignación hasta caminar con desgana a la siguiente clase.

¿Qué demonios...?

.- ¡Hey! –llamó Ron en cuanto lo vio por el pasillo y le dio un amigable golpecito en el hombro -¿Por qué tienes esa cara?

.- ¿Tienes que hacer esa pregunta? – suspiró Harry -¿Por qué más¿El idiota ese tuvo la brillante idea de arrojar los intestinos por la boca?

.- ¿En serio? – Ron sonrió - ¿Cuánto tiempo?

.- 15 minutos... – dijo Harry mirando a su amigo – Mucho tiempo.

Ron pareció muy decepcionado, pero compuso su expresión al instante y pasó el brazo por el cuello de Harry.

.- ¿Y por qué esa cara? –insistió el pelirrojo.

Harry pensó rápidamente en una respuesta que no incluyera ciertas palabras y arrugó la nariz.

.- ¿Bromeas? – gruñó – Fue asqueroso.

.- Pero el idiota pagó un poco – insistió Ron.

.- Ya no sé quién esta pagando por quién –admitió Harry y se obligó a sonreír -, pero creo que las cosas están cambiando.

.- ¡Genial!

No mucho, pensó el moreno. Porque esas palabras se repetían en su cabeza una y otra vez.

Por más que intentaba darles significado, no podía.

Y de repente...

... se sentía... extraño.

Debería estar molesto. Debería haber estado gruñendo por ellas. Pero...

.- Vamos a clase – dijo el moreno sin ganas de seguir pensando en ello.

Quería que todos los profesores se esmeraran por dejarle trabajos.

Quería estar ocupado para no tener que pensar en todo eso.

Muy especialmente cuando le tocase estar junto a él.

Así que se metió para caminar hasta su asiento y vio con agrado a una ocupada Hermione haciendo anotaciones de última hora.

.- Hola, Harry – saludó ella y miró a Ron – No me digas que has matado a Malfoy – dijo al reparar en la sonrisa de su pelirrojo amigo.

.- No.

.- Ayer alcanzaste a salir antes que la profesora McGonagall te diera unas notas – dijo la castaña con tranquilidad – Las tengo en mi habitación. Vamos por ellas cuando acabe la clase.

.- Claro – respondió Harry ansioso por retardar su llegada a la enfermería.

.- Bien – ella sonrió satisfecha – Más vale que dejes de sonreír, Ron – recomendó justo cuando el profesor penetró al aula – El maestro podría pensar que si hiciste tu investigación y tienes el riesgo que empiece a preguntarte a ti.

Ron arrugó la nariz al instante.

Pero es que Hermione no comprendía.

Y, ahora que lo pensaba, sería mejor no decirle.

Quizá a Harry, más delante.

Continuará...

Notas: Solo un pequeño agregado que me dejó preocupada. La razón por la que los capítulos son tan cortos es por la temática "cómica" a la que se ha tenido que someter... Quiero decir, lo cómico no es enteramente lo mío. Así que los hago cortos para no atrasar las actualizaciones más de lo necesario.

Muchas gracias a quienes leen.