Disclaimer Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.

Advertencias Slash.

Notas: Este capítulo no lo recomiendo a mentes cerradas y carentes del buen gusto de la descripción erótica... Pero como la mayoría somos de las del buen gusto, disfrútenlo.

Pídeme que sea vulgar.

Quiero aprender todo aquello que la sociedad tacha para hacer temblar tu cuerpo de sucio deseo.

Pídeme que aprenda malos hábitos.

Pídeme que te tome una y otra vez.

Ambos lo disfrutaremos.

Te lo prometo.

Capítulo doce: Tomar sin pedir

Su piel ardía.

Todo su cuerpo ardía.

El calor se extendía rápidamente al grado de volver ese dolor insoportable y exigía una pronta solución.

Por el momento, la solución más cercana estaba en la cama contigua.

Justo sobre ella.

Tendido, se veía una preciosa figura dormida de cabellos rubios. Su respiración tranquila llamó su atención poderosamente, y de repente quiso alterarla.

Quiso tornar esa tranquila respiración en algo incontrolado y violento.

Harry se sentó a la orilla de la cama mirando ese perfecto rostro dormido. Con una mano acarició la suave mejilla y la sensación de esa piel le erizó la piel de nuevo.

Suave.

Tal como esperaba.

Harry frotó su mano en la mejilla hasta deslizar el pulgar hacia los labios.

Sentir la humedad en ellos le hizo evocar su pobre conocimiento acerca de un beso y, de pronto, tuvo la necesidad de tener uno.

Justo con él. Justo en esos labios.

Entonces Draco se movió.

Eso le hizo retirar la mano como si hubiese tocado algo que le quemaba y permaneció a la expectativa.

Nada. No despertó.

Y la verdad es que verlo así, tan sereno, tan delicado... Le producía ese hormigueo incesante en el vientre

Alentado por eso. Comenzó a delinear las facciones con las yemas de los dedos.

Las cejas, la nariz, el contorno de los labios, la barbilla y el cuello.

... y después...

Una palma se aventuró a posarse sobre ese pecho tranquilo para frotar por encima de una tetilla.

Fascinante.

Pero no tanto como ese sonido estrangulado que emanó de la garganta del rubio.

Uno sonido inconsciente que solo podía ser producido por alguien que aun estaba dormido, pero que comenzaba a luchar contra ello.

Harry se planteó la posibilidad de detenerse.

Sin embargo la idea fue aun más dolorosa que aquello que aumentaba de tamaño bajo su vientre y apretó los ojos en un vano intento por reprimirlo.

Imposible.

Aun cuando podría "tocarse", le resultaba aun más horroroso a estarlo haciendo con Draco.

.- ¿Potter?

Harry volvió a abrir los ojos.

Ver la expresión adormilada en el rubio le golpeó de lleno y el dolor aumentó.

La verdad es que no le apetecía una pelea. No en esos momentos.

Así que, aprovechándose del estado adormilado de Draco, y sintiendo su inquietud, hizo aquello que su actual estado le incitaba a hacer.

Se inclinó sobre el rubio y cubrió los labios masculinos para acallar cualquier otra pregunta.

Draco terminó de despertar.

¿Qué... era eso?

Una rápida señal a su cerebro le hizo comprenderlo. Y la verdad no le hizo feliz tener a Harry tan cerca.

Un mar de preguntas intentaron escapar de sus labios, pero se encontró con que seguían cubiertos por aquella boca que comenzaba a tantear entre ellos con la lengua.

Era una broma¿no?

Aun aturdido por lo que estaba pasando, se dedicó a empujar a Harry con todas las fuerzas.

No era un sueño. Podía sentirlo.

Podía sentirlo completamente.

El empujón debió hacer reaccionar a Harry, pero las sensaciones se hicieron más intensas y solo se le pudo ocurrir lo horrorosa que era la idea de detenerse.

No quería hacerlo.

No lo haría.

Y, por más raro que pareciera, supo lo que debía hacer.

Aprovechándose un poco de estar "encima" inmovilizó las manos de Draco colocándolas por encima de su cabeza y sujetándolas. Ver la mirada sorprendida del rubio, dada la nueva acción, le satisfizo un poco antes de inclinarse a probar esa suave piel en su barbilla y resbalar a su cuello.

Daría resistencia, y Harry lo sabía, pero con una pierna débil, no podría hacer mucho.

... Además...

... esperaba excitarlo también.

Harry deslizó una mano por el costado. La otra continuaba aprisionando las de Draco para impedirle escapar.

No debió gustarle. Y Harry lo notó al instante.

Los movimientos que el rubio hacia le resultaron interesantes; especialmente aquellos que rozaron su cuerpo contra el de Harry.

Seguramente no lo hacía a propósito. Sin embargo no era algo que a Harry le molestaba.

Al contrario.

El calor que se traspasaba del cuerpo de Draco provocaba deliciosos mensajes; alentándole a continuar.

.-Ya basta -protestó Draco -¿Es qué te has vuelto loco?

Harry soltó una traviesa sonrisa y se atrevió a posar sus ojos en los de Draco.

.-La palabra locura no alcanzaría a describir lo que siento en estos momentos - citó una frase que le había encantado y besó la mejilla del rubio hasta deslizar los labios a su oreja y soplar suavemente. -Quiero contagiarte esa locura - murmuró y sonrió al ser capaz de percibir un temblor en el cuerpo que permanecía cautivo bajo el suyo. - Quiero murmurar palabras sucias a tu oído mientras te hago el amor.

Draco jadeó con muda sorpresa y movió su cabeza para evitar el roce de ese cálido aliento en su oído.

Una traicionera reacción de su cuerpo le hizo saber que el placer comenzaba a superar la sorpresa ante lo que estaba pasando y gimió humillado al escuchar otra sexy risita por parte de Harry.

Lo había notado.

Harry había notado que comenzaba a disfrutarlo y Draco se sintió absolutamente atrapado en un juego que no entendía porque había iniciado.

Odió esa sensación.

Y sin embargo, los labios del moreno parecían poseer un efecto anestésico que adormecía sus dudas una a una, arrancándole sonidos que jamás había emitido frente a otra persona.

¡Y era terrible!

Draco se mordió el labio inferior cuando unas palmas frías hicieron contacto con la piel caliente de su pecho.

Ni siquiera se había dado cuenta del momento en que sus manos fueron liberadas, y sólo pudo atender esas manos que subieron la parte superior de su costosa pijama hasta hacerla resbalar por los brazos que aún tenía lazados sobre su cabeza.

El cuello de la pijama chocó contra su nariz.

Draco soltó una carcajada ante eso y dejó que Harry terminara de sacarle la prenda, solo para escucharlo reír. La estúpida idea de usar pijamas con botones al frente le inundó de repente, pero no pudo emitirlo por lo que continuó.

.-Luces hermoso.

Esas palabras turbaron a Draco. Sintió que el moreno le peinaba los cabellos y de nuevo le invadieron bastantes dudas.

.-¿Por qué? -preguntó a un Harry que había comenzado a juguetear con el elástico del pantalón.

.-No lo sé -admitió Harry tirando la prenda y miró el cuerpo joven con real admiración. -No es posible que a alguien como tú se le permita ser tan perfecto.

Draco frunció el ceño.

Exigentes caricias fueron hechas en sus piernas deslizándose hacia arriba y unos labios dulces acallaron la siguiente pregunta que deseaba hacer.

Harry adoró el momento en que descubrió la firmeza de su acompañante.

La simple seguridad de que estaba causándole placer hizo que algo en su interior se regocijara y decidió que quería más.

Causarle más sensaciones placenteras. Provocar más gemidos controlardos hasta desbocarlos y convertirlos en gritos. Ver más de ese precioso rubor que acudía a adornar las mejillas de Draco y lo hacían ver como un milagro hecho realidad.

¡Quería más!

Harry se deshizo de la prenda inferior y tomó el miembro con una mano.

El jadeo que Draco emitió le hizo sonreír con morbosa satisfacción y continuó acariciando.

.-No -Draco jadeó de nuevo -... espera. No me toques ahí.

.-Pareces necesitar especial atención justo "ahí" -reiteró Harry con burla.

.-Es humillante -gruñó el rubio y empujo a Harry. -Detente; esto no está bien.

Harry miró los confundidos ojos del rubio y sonrió.

.-¿No te estás sintiendo bien, Malfoy?

Draco se ruborizó. Pareció imposible dar una respuesta que fuera coherente y se diera a tiempo. Al menos no antes de que ese tierno beso le invadiera la boca.

.-En ese caso... -musitó Harry acariciando sus labios -... está bien.

Harry adoró la manera con la que el rubio humedeció sus labios innecesariamente. Acallando cualquier otra duda trazó una senda de besos por su cuello y pecho. Saboreó la sal que comenzaba a aparecer en ella y detuvo la punta de la lengua en el ombligo para bajar más.

Harry se detuvo justo a ese punto.

Claro que sabía lo que pasaría si continuaba. Sabía lo que debía hacer.

Pero... ¿sería adecuado continuar?

Un agudo dolor en el vientre le dio la respuesta y se incorporó para comenzar a quitarse la ropa.

La mirada atenta de Draco le animó a seguir. Notar ese interés y deseo resultaron un aliciente para terminar de quitarse la ropa y unirse al rubio en la cama.

.-¿Y qué va a pasar? -musitó Draco.

.-Todo -prometió Harry abrazándole y volvió a besarlo.

Dos yemas resbalaron por la ingle del rubio hasta tocar ese punto tan sensible, protegido hacia su interior.

.-No -protestó Draco.

Harry sonrió. Ese juego comenzaba a gustarle.

Excitar al rubio se convirtió en su misión inmediata; así que experimentó con caricias nuevas y más atrevidas. Arrancando sonidos más escandalosos e interesantes. Doblegando su resistencia a cero.

Lo tocaría por completo.

El momento en que Harrry pudo palpar ese aterciopelada intimidad superó todas las acciones anteriores, y el sólo imaginar estar en su interior le hizo arder de incontrolada pasión.

Oh, pero no podía ser impaciente. Prepararía todo con sumo cuidado, como había aprendido, y la parte cumbre sería perfecta.

Todo sería perfecto.

Así que se dio tiempo para tocar y preparar.

Disfrutó de esos sonidos exóticos y varias veces expresó satisfacción en el oído del moreno con pecaminosas palabras.

Se olvidó por completo del recato y de todo aquello que lo había estado frenado. Se olvidó de lo que lo controlaba en situaciones normales.

No atendió aquella voz que le recomendaba analizar la razón de todo eso.

Solo se dedicó a lamer, chupar, morder y acariciar. Solo escuchó y se dejó escuchar.

Solo...

... amó...

La emoción se le galopó de repente.

Resultó tan intensa que solo pudo acomodar ese cuerpo sudoroso y caliente para abrirse paso en su interior con sumo cuidado.

Harry lo encontró irresistible.

Su cuerpo estaba colmado de sensaciones sexuales, pero aquello que más le cautivó se centró en un rubor y una respiración agitada.

Quería más. Provocar y darle más.

Por eso inició esa suave danza que lo adentró al fondo de ese cuerpo para deslizarse fuera de nuevo.

Y lo hizo más veces.

Apoyó la frente en la almohada y las manos en el colchón. No pudo identificar a quien pertenecían los gemidos escandalosos. Solo identificó un dolor. Ese que Draco le provocó al encajarle las uñas en la espalda, instantes antes de que el clímax explotara en ambos jóvenes.

Harry se dejó caer sobre Draco y sonrió.

Se había dado cuenta.

Por fin se había dado cuenta.

.- Te amo... – murmuró emocionado y comenzó a llenar de besos esa cara ruborizada.

No hubo respuesta. Y tampoco la esperó.

El sueño lo venció antes de transformar sus emociones en palabras.

Y justo antes de quedar completamente dormido pensó que estaba bastante relajado.

Mucho, muy relajado.