Adaptandose al cambio
Capítulo 9
Final
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Agradezco a todos los que siguieron esta historia y a ustedes, les dedico este capítulo final
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Se revolvio entre las cobijas, podía escuchar cada pequeño sonido que se desarrollara a su alrededor, desde el molesto trinido de los pajaros junto a su ventana hasta el frotar de las sabanas contra su cuerpo, y todos esos eran molestos ruidos que lo estaban martirizando, antes si alguien en sus mismas condiciones le hubiera dicho que esos insignificantes sonidos podían ser tan molestos hubiera creido que solo estaban exagerando, pero ahora que era él quien tenía que sufrir por ellos no le quedaba duda de que eran ruidos tremendamente inquietantes, escandalosos y sobre todo dolorosos para lo sensibles que se encontraban sus oidos en esos momentos. Incluso estaba seguro que podía oir hasta un kilometro a la redonda. Los pasos de los chicos en el pasillo, las risas estridentes de un par de chicas en una area lejana e incluso la boba conversación que sostenian.
Separo las cobijas de su cuerpo, al tiempo que empezaba a parpadear para levantarse, pero al abrir los ojos sintio como si un laser poderoso los lastimara e incluso cuando los cerro logró atravesar sus parpados, se tapo con las cobijas conciente de que estaba exagerando, que solo eran unos cuantos pajarillos con su ya mencionado molesto trinar y solo eran unos ligeros rayos de sol los que lastimaban sus ojos.
Nuevamente se levanto y lo primero que hizo cuando lo logro después de haber caido al suelo por el mareo repentino que le llego fue ir a cerrar las persianas de su habitación, y cuando giro para dirigirse al baño lo que llamó su atención fue el pequeño y negro sombrero de punta que se encontraba sobre una silla. ¿Lo había dejado él ahí, ¿de quién era ese sombrero, ¿acaso una chica había dormido con él, no recordaba nada de la noche anterior, y tampoco entendía que hacía un sombrero como ese, ahí. Dudaba mucho que fuera de Trowa, a menos que fuera uno de esos chicos raros, pero lo dudaba mucho, consideraba conocer lo suficiente a Trowa como para que él hiciera ese tipo de cosas.
Entro al baño, abrio la llave de la ducha mientras se mojaba un poco la cara para salir de su sopor, se miro, se veia muy palido, más de lo normal. Se coloco bajo la llave de la regadera y sintio la refrescante agua congelada, eso lo ayudaría a descamorrarse y aclarar su mente, para lograr llenar los huecos vacios que había en su memoria, no recordaba como había llegado a su cuarto, tenía el vivo recuerdo de haber besado a Duo, y ... ya no recordaba nada más, Duo lo había rechazado, si, eso si lo recordaba; claro, era por eso que había ido a comprar alcohol, y aunque fuera menor de edad, en la tienda no fue difícil adquirirla, un par de amenazas y estaba caminando con dos botellas en las manos. También recordaba haber tomado todo su contenido, y haber errado por la escuela... fuera de esos acontecimientos, otra cosa que quisiera recordar le era imposible.
Salio de la ducha y se envolvio firmemente en una toalla, mientras que con otra se seco el cabello, se dirigio a la habitación, mientras pensaba donde rayos estaba Trowa, era muy temprano como para que hubiera salido a algún lado, ¿acaso no había llegado a dormir?; pero su respuesta llego un segundo después cuando el chico alto abrio la puerta, y entro a la habitación con una bolsa de papel repleta de cosas, estaba vestido distinto de como lo recordaba la noche anterior, así que seguramente si había llegado a dormir.
- ¡Al fin te levantaste! - dijo el de ojos verdes mientras dejaba la bolsa sobre una mesa y lo analizaba atentamente con la mirada.
- Siempre me levanto temprano - Trowa alzó una ceja
- Si tu llamas temprano a las once y media - volteo hacia la bolsa y revolvio su contenido hasta encontrar una pequeña caja.
Wufei volteo a ver el reloj, era cierto. Ya eran las once y media, con razón el sol se encontraba tan alto.
- Debes sentirte mejor si no te estas quejando - comento Trowa
- Cuando me has oido quejandome - el otro sólo se encogio de hombros
- Entonces no necesitaras esto - dijo volviendo a guardar la cajita en la bolsa
- ¿Que es eso? - Cuando Trowa se volvio Wufei habría podido jurar que había una pequeñisima sonrisa en sus labios.
- Solo un analgésico muy potente -
- ¿para...? - arrugó la frente al no comprender a que venia al caso.
- el dolor de cabeza - los ojos de Wufei se iluminaron momentaneamente.
- Podrías darmelos -
- ¡Claro! - se los lanzo
Wufei saco dos y se los trago sin agua.
- ¿como sabías que los necesitaba ? -
- Alguien me lo dijo -
Wufei entrecerro los ojos, entonces sí había estado con alguien, y ese alguien se había marchado antes que despertara, o solo lo había traido y ... su curiosidad era mucha.
- ¿Quien? -
- ¡Ni siquiera lo recuerdas! - exclamo sin sorprenderse
- Si fuera así, no estaría preguntando - Su vista recorrio el cuarto, tratando de recordar quien lo había llevado, alguna pista que pudiera indicarselo, y lo primero con lo que se topo fue un pequeño gorro puntiagudo, al fin lo entendio.
- Schbeiker - murmuro
- ya te volvio la memoria -
- ¿y ella...? -
Como preguntarlo sin que sonara tan obvio. Trowa no se lo hacía facil, alzando las cejas con obvia expresión de duda, casi estaba seguro que él entendia a que se refería; ¿por que no solo se lo confirmaba o negaba?.
- ¿ella...?- volvio a titubear
- No, no se quedo contigo -
Wufei dejo escapar un suspiro de alivio.
- Bien -
- Al menos eso es lo que dijo -
Trowa se dio la vuelta y entro al baño con la bolsa de papel en las manos.
Wufei estaba planteandose como haría otra pregunta sin sonar muy interesado; pero no fue necesario pues Trowa como si le leyera el pensamiento contesto su interrogante.
- Me la encontre temprano, aproveche que estaba fuera e iba a pasar por la tienda para comprar algunas cosas que necesitabamos, ¡Te acabas el jabon y shampoo muy rapido! - dijo en tono de reproche -me la encontre y me comento en el estado en el que te había dejado anoche, ¡no se quedo aquí, aunque cuando se lo mencione se puso nerviosa, eso es raro en ella -
- No se porque - realmente no lo sabía.
Trowa salio del baño y con la bolsa vacia arrugada en las manos.
- Por que te emborrachaste -
- No es asunto tuyo -
El chico se encogio de hombros y salio de la habitación.
- ¡Barton, eh Barton! - lo siguio a la carrera antes de que se escabullera, al llegar a la puerta alcanzó a ver como Trowa le dirigia una mirada cargada de algo... a la puerta de Quatre, eso le extraño, pero enseguida Trowa le presto atención y no dejo espacio para preguntar.
- Dime -
- ¿Que vas a hacer? -
- Tengo que arreglar un asunto -
- Bueno... - empezó a decir pero la mirada que le dirigio una chica que había llegado a tocar en la puerta de enfrente no lo dejo terminar.
- Deberías vestirte antes de exhibirte por los pasillos -
- Como si nunca hubiera visto un torso desnudo - dijo mientras entraba al cuarto seguido por la mirada de ambas personas.
Después de unos minutos regreso vestido y cerro la puerta tras de él, con el gorrito negro en las manos. Trowa lo interrogo con la mirada respecto a esto.
- ¡No voy a conservar esto! - dijo Wufei interpretando la mirada de Trowa.
Caminaron por los pasillos, ambos en silencio. Cuando descendieron hasta los jardines pudieron sentir los rayos del sol cayendo sobre sus cabezas y Wufei apreto los ojos al sentirlos, aunque ya no le dolia tanto la cabeza, aun le molestaba la luz y se sentía un poco cansado. Trato de ignorar el creciente sentimiento de pérdida que se alojaba en su pecho. Seguramente era por Duo, pero no podía decir que realmente le doliera mucho.
- Y bien, ¿de que quieres hablar? - pregunto el chico más alto, mientras observaba como Wufei se había detenido.
- ¿Tenemos que estar en el sol? -
- Supongo que no - dijo adelantandose y tomando asiento en una amplia banca, bajo un gran árbol. Wufei le siguio más dispuesto.
Ambos ya sentados se quedaron en silencio durante algunos instantes, Trowa esperando que Wufei dijera lo que tenía que decir, y Wufei intentando ordenar sus ideas para expresarlas correctamente. Por lo mientras el de ojos verdes tomo el gorrito y empezó a darle vueltas.
- Yo, bueno, crei que sería... - se estaba portando como una verdadera colegiala, tartamudeando como tonto, vaya que si había cambiado en tan poco tiempo, decidido a no permitirlo solto de repente - Maxwell me atrae - acabo diciendo
- Al fin lo admites -
Wufei prosiguio como si no hubiera dicho nada.
- Es algo que no puedo describir... pero me atrae y aproveche la fiesta de ayer para declararle mis sentimientos -
Agacho la cabeza mientras Trowa esperaba que prosiguiera.
- Lo bese... y bueno, no me corresponde -
- No es de sorprenderse -
De nuevo, Wufei hizo como si no hubiera escuchado nada.
- Con él siento como si no fuera yo mismo, me siento desvalido, cursi, si es que puedo llamarlo así, realmente no me siento comodo siendo así -
- ¿Y con Hilde si? -
- ¿Como lo sabes? -
Trowa se encogio de hombros
- En fin, creo que con...debe de ser una locura decir esto, una gran locura, sí de hecho es algo totalmente descabellado y que no tiene ni el más minimo senti...-
-¡Wufei!- era una clara advertencia de que no le diera tantas vueltas al asunto, Wufei la capto y agacho la cabeza un poco para tomar aire.
-Creo que también Schbeiker me atrae, con ella soy más yo, soy más normal, me siento seguro y en cierto grado me trae cierta satisfacción pelear con ella, no recuerdo lo que ocurrio ayer por la noche, pero tengo la vaga sensación de algo importante, y no puedo evitar pensar que tal vez... -
No continuo, aun sin palabras Trowa lo entendio.
- Solo hay una forma de averiguarlo, ¿no crees? - tomo el gorro con el que había estado jugueteando y se lo puso en las manos a Wufei mientras se levantaba. - Tal vez te haria mejor que... olvidaras a Duo, después de todo él... - calló, no queria decir algo que lo pusiera más extraño, no recordaba haberlo visto así alguna vez, a excepción de esa vez que Treize lo había vencido.
Wufei solo alzo la vista y le agradeció con el pensamiento... sabia a lo que se referia con Duo, y sentía gratitud de que su amigo no se lo confirmara. Vio a Trowa alejarse, y en cuanto miro el objeto que tenía entre las manos, decidio hacer lo que le aconsejaba, se levanto y empezo a caminar...
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A pesar de que Wufei lo había entretenido más de lo que esperaba, no estaba arrepentido de haberle aconsejado, él no era muy diestro en cosas del corazón, pero sentía que eso era lo mejor que podría hacer su amigo. Incluso le había ayudado a darse una mejor idea de la situación en la que se encontraba él mismo, le había dado una respuesta útil, un fin a sus dudas. No tituberia más, no se dejaría vencer, ¡Vaya si había piloteado un Gundam y muchas veces estuvo cerca de morir, perdio la memoria y otras cosas más, no tendría por que ser más difícil declararle sus sentimientos a ese angel de cabellos rubios!. Después de todo que era lo peor que pudiera ocurrirle, que Quatre lo rechazara, bueno eso si que era malo. Se detuvo unos instantes para pensar mejor, su duda había vuelto a aparecer pero en unos instantes más se esfumo y siguio caminando aún con más seguridad.
"No creo que sea muy difícil decirselo, él siempre te ha escuchado y no tiene motivos por los que rechazarte, bueno aparte de lo de ayer, pero eso tiene solución, tienes que adentrarte al tema sutilmente, primero que nada ofrecerle una disculpa por los acontecimientos recientes no estaría nada mal. Si eso es lo mejor". Repentinamente se sintio llenó de jubilo, cualquiera que lo viera en esos momentos se preguntaría que le había sucedido a aquel chico como para que reflejara tanta paz, alegria y decisión.
Se adentro a el edificio de los dormitorios de nuevo, no podía recordar si Quatre le había comentado que tuviera algún compromiso a esa hora, esperaba que lo encontrará en su habitación por que si no era así entonces no tendría ni la más mínima idea de donde buscarlo. Había llegado frente a la puerta deseada, se quedo observando durante largos minutos la madera pulida, como hipnotizado.
"Vamos Trowa, ya llegaste hasta aquí, ya tomaste la desición ahora viene lo más fácil tocar y ... y decirselo"
Pero tal vez no era tan fácil como creia. Su puño se alzo dispuesto a golpear con todas sus fuerzas la madera, pero se detuvo a escasos milimetros, bajo el brazo y tras unos segundos volvio a levantarlo estuvo a punto de tocar la puerta pero de nuevo retiro la mano antes de que sucediera. Lucho con su voluntad durante eternos momentos, y al fin sin pensarlo toco la puerta muy suavemente, "tal vez ni siquiera se escuche del otro lado", pensó atribulado.
Una puerta se abrio, pero no, no era la de Quatre, era la de al lado, el sonido de otra puerta, Trowa levanto la cabeza pero no, era la del otro lado del pasillo.
"¿Que no pensará abrir?"
Volvio a tocar, ahora más fuerte.
Nada
"Debi de suponerlo, a estas horas era seguro que estuviera fuera", escuchó del otro lado del pasillo a un joven diciendole a la chica que estaba parada delante de la puerta -Pasa, ahora salgo, estoy bañandome-
Reflexiono.
¿Y si Quatre también estaba bañandose, lo medito por unos instantes.
"Sería grosero que entrara sin avisar mientras esta bañandose, pero es algo que no puede esperar para otro momento, además sí toque".
Giro la perilla, ¡fabuloso, no estaba cerrada con llave, abrio la puerta y asomo la cabeza a el interior de la alcoba, no se veía a nadie. Tal vez podría esperarlo sentado.
Entro a la habitación y cerro la puerta, estaba tal como la recordaba a excepción de la falta del monton de papeles que antes se encontraban sobre su escritorio, ahora solo habia una pequeña hoja de color azul intenso en la orilla. Se acerco a verificar si Quatre realmente se encontraba en el baño, paso junto a el escritorio y toco la puerta del baño, no hubo contestación.
"Bien Trowa, ahora sabes que no está, has perdido tu oportunidad por hoy"
Se giro hacia la salida y al pasar de nuevo junto al escritorio la vio, ese papel azul intenso tenía la inconfundible letra de Quatre en letras grises, se trataba de una simple nota, tal vez.
"¡No has perdido tu oportunidad por hoy, tal vez por mucho tiempo!" pensó Trowa agitado mientras se dirigia hacia la salida y echaba a correr a través del pasillo para salir de los dormitorios y de la escuela. Mientras en su puño apretaba fuertemente la hoja:
-"Quatre:
El vuelo sale a las 12:30, tal como dijo Irea no lleves muchas cosas, el chofer pasará por ti a las 10:45.
atte.
Quatre"-
Trowa se maldecia por no haber actuado antes y bendecia a Quatre por escribirse a si mismo ese tipo de notas. Ahora solo era cuestión de llegar a tiempo.
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Caminaba y eso no lo relajaba en absoluto. Se sentia desenfadado, sí, en definitiva no estaba molesto, aunque tampoco comprensivo, tampoco se sentía agredido y por supuesto mucho menos se sentía furioso, que era la reacción normal cuando uno de tus amigos te besa, o bien te sientes enojado por su acción o te da gracia su comportamiento. Sería absurdo que se sintiera de alguna de esas formas.
Lo que él sentía era sencillamente una pequeña confusión. Sabía que estaba mal que Heero lo hubiera besado, pero algo en su interior le decía que ese suave y candente contacto era lo correcto, lo necesario, le hacía feliz saberse querido.
Por supuesto que un beso no quería decir que su amigo lo amará, pero ese simple contacto viniendo de Heero podía ser considerado como algo realmente serio, y estaba seguro que Heero no estaba borrracho cuando lo había besado.
Sonrio, Heero realmente lo había sorprendido, quien hubiera imaginado que él habia ocultado todas sus pertenencias que infelizmente habia dado por perdidas. En un parpadeo vino a su mente la mirada tan llena de "algo" que le había dirigido Heero cuando develo el "secreto"; iria y le pediria una disculpa, tal vez necesitaria mucho de su poder de persuación para lograr que Heero lo escuchará, aunque, su sonrisa se ensancho, ya habían funcionado muy bien sus encantos aun cuando no los había usado intencionalmente. Por lo que no había que preocuparse demasiado.
Apresuro el paso, no necesitaba de más tiempo para poner sus pensamientos en orden, todo era tan claro como el agua ahora, todo tan ...real.
Se lamento haberse alejado tanto del colegio, ¿así hasta que hora llegaría?. Camino un tramo más y entendio que si no se apuraba quizá ya no encontraría a Heero en su cuarto, comenzo a trotar y después a correr cruzando cercas y evitando niños y ancianas... hasta que un auto se detuvo enfrente de él. Trato de esquivarlo pero enseguida la puerta se abrio y un destello dorado no le dejo lugar a dudas sobre quien se trataba.
-¡Hola Duo! -
- ¡Hola Zech! -
Los sobrenombres familiares habían quedado atrás.
- Por lo que veo estás apresurado -
- Sí, algo así - dijo Duo mientras estiraba el cuello para ver como el semaforo cambiaba de color par dejarles el paso a los coches, ahora tendría que esperar, además de que la entretención de Zech ya le estaba quitando tiempo, pero volvio a mirarlo después de considerar que era una descortesia no prestarle la atención que se merecia, después de todo él siempre se portaba amable y su reciente amistad era agradable, el hecho que había ocurrido antes no era razón para que dejara de ser así.
- Te molesta si te llevo, quiero pedirte una disculpa -
-¿Disculpa? - pestañeo confundido - ¿Por qué? -
Milliardo se limitó a señalarle de forma cortés el auto, en un ademan de invitación para que subiera.
Bueno, no le veia malas intenciones y así llegaría más rápido a el colegio.
- ¡De acuerdo! -
Abrio la puerta del copiloto antes de que Zech pudiera hacerlo y espero mientras él se subio en el asiento del conductor.
- ¿Ibas hacia el colegio, no? -
- ¡Por favor! -
Puso en marcha el auto mientras Duo se abrochaba el cinturon de seguridad.
- ¿Y...? - preguntó Duo una vez que el auto tomo velocidad
- Bueno, tu sabes, lo de ayer. Fue algo tonto -
Duo alzo una ceja, realmente no se esperaba que dijera eso.
- Verás, tu sabes que eres... -
- Un lindo chico, irresistible a todas las miradas - interrumpio burlandose un poco, mientras una gran sonrisa adornaba su rostro
Zech tambien sonrió.
- Sí, captaste la esencia de lo que iba a decir -
Duo chasqueo la lengua en un signo de obviedad, y ambas sonrisas se ensancharon.
- Por eso entenderás que cualquiera puede interpretar el sentimiento de "admiración" ante un chico tan ... -
- Creo que ya estabamos de acuerdo en que la palabra era 'Irresistible' - soltó una breve risa
- Sí, eso, pero tambien eres un chico astuto e intrepido y por ello cualquiera puede confundir el sentimiento de "admiración" con otro más profundo. -
- ¿Como, mmmh, querer? -
- ¿Entonces, entiendes lo que quiero decir? -
- Claro, sabes, no tienes que preocuparte por que empieze a huir o me lo haya tomado muy a pecho -
Dentro de un par de minutos llegarían al colegio
- Pero aún así, quiero pedirte una disculpa por quizá haberte alterado, fue algo realmente precipitado y meditandolo hasta podría reirme -
Duo hizo un ademan con la mano que indicaba que le restaba importancia al asunto.
- No te preocupes, a Duo Maxwell no se le puede alterar con nada - quizá solamente unos profundos ojos azul cobalto y sus labios sobre los de cierto piloto compañero de cuarto.
No pudo evitar una sonrisa luminosa a la que Zech dirigio otra.
- Muy bien Duo, entonces supongo que podríamos volver a vernos pronto. Hasta entonces ¡Cuidate! - detuvo el auto frente a la entrada principal del colegio.
- ¡Gracias, espero que tu hagas lo mismo. - se bajo del auto y empezaba a caminar cuando recordo un pequeño detalle. - Por cierto, tu ropa, ¿Seguiras en tu departamento?-
- No, la verdad es que pienso hacer un viaje que durará algunos meses, minimo. Por la ropa no te preocupes, es un regalo; te sienta muy bien -
- ¡Esta bien, espero que te vaya bien y ¡Gracias! -
Mientras Duo agitaba la mano en señal de despedida Milliardo le guiño un ojo antes de poner en marcha auto y solamente alcanzo a ver por el espejo retrovisor como Duo entraba en el colegio.
Quizá lo que le había dicho a Duo era verdad, o quizá no; de todas formas sabía que en una situación o en otra el corazón de ese chico de ojos violetas ya le pertenecia a alguien y ... era correspondido.
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Volteó analíticamente hacia todos lados, no era importante, realmente no era importante, pero su alma gustaba de torturarle pensando en que había sido rechazado, si bien no fue con palabras, si con una actitud que no las hacía necesarias; aunque realmente no dolia. Bah, eso era demasiado humano para que lo sintiera.
Desgraciadamente él era humano, y por más que fuera un buen trabajo el que habían hecho para que no sintiera nada, si sentía y era muy intenso lo que bombardeaba su mente en esos instantes.
El viento agitaba sus cabellos, un viento refrescante y tranquilizador si alguien se lo preguntaba, miro de nuevo alrededor y regresó a recostarse sobre el frío suelo, o techo, desde la perspectiva que se viera.
Seguro que ahí nadie lo iba a encontrar, no ... ya se imaginaba a alguien. ¿Donde esta Heero, ¡en el techo de su dormitorio!. Era muy poco obvio o improbable que alguien pudira adivinar donde se encontraba en esos momentos, cerro los ojos relajandose. No quería pensar en nada, ni en nadie, especialmente no en ese chico de cautivantes ojos violeta, de estilizada figura, que lo había rechazado. ¡AH! grandioso no quería pensar en él y sus pensamientos se dirigian inevitablemente a esté. Quién decía que era fácil controlar tus sentimientos. El que lo había dicho sin duda era un farsante, y no había experimentado eso.
Aunque relajandose no era tan difícil.
No, ya no lo recordaba más.
Aunque eso fuera por que estaba quedandose dormido.
Aún antes de ir al mundo de la inconciencia escuchó una lejana puerta azotarse fuertemente, pero no le dio importancia. Quien en su sano juicio lo haría.
Tampoco prestó atención cuando le siguió una voz conocida gritando su nombre.
Y aunque después de mucho tiempo se encontraba totalmente dormido al momento que una caida a unos metros de él se escuchó, ya no lo estaba cuando los pasos resonaron suavemente hacia él en el cemento.
Mantuvo los ojos cerrados y los instintos alerta.
A pesar de que sabía de quien se trataba, y se molestó por haber sido interrumpido en su descanso.
No era necesario abrir lo más minimo los ojos, porque sabía que se toparia con la figura del trenzado y sus inolvidables ojos violeta.
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Era un tonto, un completo tonto, tenía el atrevimiento de haber pensado que Quatre lo estaría esperando toda la vida, bueno en primer lugar porque lo había hecho, era tan absurdo, no era como si Quatre estuviera enamorado de él y estuviera sentado en su cama esperando que él de pronto llegara para decirle que lo amaba, aunque fuera así, no podía tener la esperanza.
Observo por todos lados del aeropuerto, o bueno la entrada del mismo, no podia estar seguro si el coche que trajera a Quatre ya se habia ido, lo más coherente era que no, puesto que seguramente el chofer lo acompañaria en el momento del despegue del avion, para lo que todavía faltaba exactamente veintidos minutos. No podía quedarse ahí parado. Entro.
Su desesperanza no pudo haber crecido más.
A cualquier parte que mirara habia rostros desconocidos, innumerables sujetos que atendian sus propios asuntos, esperaban sus vuelos o parloteaban en grupos por todas partes. Algunos rostros incluso demostraban la misma exasperación que el suyo.
Se abrio paso por un grupo escolar que parloteaba alegremente en un idioma extraño, no fue tan fácil hacerlo por entre unos sujetos con cara de mafiosos que aparentemente llevaba retrasado su vuelo, sufrio de empujones y no se salvo de algunos pellizcos que lo dejaron un tanto azorado por ser infligidos por un par de ancianas. A pesar de eso su vista y oido estaban atentos a cualquier apariencia o voz conocida. El rubio no era fácil de confundir con otras personas, tenía que encontrarlo rapidamente.
Pero no.
Después de recorrer tres salas de espera y toparse con un "Quatre" falso; que dicho sea de paso no se parecia en nada a excepción del color de cabello; empezó a morderse los labios y dirigir una mirada frenetica a todos. Y al ver el reloj gigante que estaba en una de las salidas casi solto una maldición. Faltaban cinco minutos para que el vuelo de Quatre despegara. Y si no habia encontrado a Quatre en los últimos diecisiete minutos solo tenía el once porciento de probabilidades de encontrarlo en esos cinco minutos.
Un rayo de esperanza ilumino su cerebro.
-Deben de anunciar los vuelos, para que los pasajeros comienzen a abordar. ¿Cuantos vuelos pueden salir a las 12:30?. Lo voy a encontrar-
Ya lo iba a averiguar. Y se equivoco.
Era obvio que ya habian dado la primera llamada, pero debian de bocear de nuevo. Solo esperaba que Quatre no fuera tan puntual y aún no se hubiera subido al avion. Escuchó el llamado.
-Pasajeros al vuelo 180 con destino a...-
No escuchó más se dirigio a la salida más cercana. Pero cayo en la cuenta de que ni siquiera había escuchado que puerta era. Podian estar anunciando otro vuelo, y así no encontrar a Quatre a tiempo. Presto atención de nuevo. Aunque ese ya era un nuevo llamado.
-...por favor dirijanse a la puerta número 5, el vuelo saldrá dentro de tres minutos-
Dos minutos, eso no era nada de tiempo como para que encontrará a Quatre. Casi resignado se acerco a la salida 5. Pero no vio a nadie de los que abordaban que se pareciera ni remotamente a Quatre. Se giro lentamente y finalmente lo vio.
Estaba parado junto a unas sillas, con una pequeña maleta en la mano...
... y lo estaba observando.
El corazón de Trowa casi se salio de su pecho, pero no lo hizo porque repentinamente se fue a sus pies cuando Quatre levanto su mano y lo saludo.
Y estaba sonriendo.
Solo tenia aproximadamente dos minutos y medio para decirle todo lo que sentia. Antes de que se fuera. Antes de que lo perdiera.
Sus pasos al fin terminaron y se vio enfrente del rubio, la sonrisa se mantenia en su rostro.
- Quatre - menciono casi susurrante.
- ¡Hola! Crei que tendria que irme sin que me vieras -
¿Acaso eso significaba que lo estaba esperando, que Quatre anhelaba verlo?
Se lo pregunto, un poco desconcertado.
- ¿Tu estabas esperandom...? -
No pudo terminar porque la risa de Quatre lo interrumpio.
Aunque la respuesta de todas formas era negativa.
- Claro que no, es sólo que... -
Se sintio un poco herido, pero no habia tiempo de sentirse despechado.
- Quatre... -
- Si, así me llamo -
Eso disolvio un poco el ambiente cargado que se arremolinaba contra ellos.
- Crei que no te encontraria. -
- Me lo imagine - contesto suavemente
La cara de confusión de Trowa no se hizo esperar, Quatre oculto una sonrisa y contesto la pregunta no formulada.
- Es solo que... desde que entraste al aereopuerto te vi, y debo confesar que me sorprendio verte, y fue divertido observar como casi corrias empujando a las personas para que te dejara pasar; por eso dije que creia que tendría que irme sin que me vieras -
- Si ya me habias visto, porque no atrajiste mi atención -
- Porque era divertido ver que a pesar de que yo estaba a la vista, pase desapercibido para ti. Y además no sabia a quien buscabas -
- ¿Quién más estaria en un aereopuerto a mitad del año escolar?... -
Quatre dirigio una mirada elocuente al grupo de estudiantes que Trowa habia visto al entrar.
- ...y que fuera alguien a quien "yo" estuviera buscando -
- ¿Me buscabas a mi? - se llevo una mano al pecho en ademan de sorpresa fingida
Trowa no contesto, sabia que Quatre decia eso para evitar el tema que en realidad lo habia traido ahí.
Tomo la mano del arabe y la acaricio lentamente, la mirada de ambos se fijo en el gesto.
- ¡No te vayas Quatre! -
Su voz era casi suplicante. La expresión del rubio se torno algo parecido a violenta y su tono de voz era suspicaz.
- No veo porque he de quedarme, después de todo tengo negocios que atender. -
No planeaba 'suplicarle a Quatre que se quedara, pero con el poco tiempo que le quedaba no creia posible decirle todo lo que sentía...
Lo beso. Sus labios acariciaron levemente los de Quatre y se separaron inmediatamente.
...O quizá si era posible.
Solo espero la reacción del arabe, mientras no fuera un golpe porque no lo resistiria.
- Eso si que es elocuente, pero no me deja satisfecho - un leve rubor habia subido a sus mejillas.
Era tiempo de abrir su corazón.
- Desde hace tiempo he comprendido que las cosas que nunca creimos sentir son las que ... cuando llegan sentimos con más intensidad, que alguien con quien te la pasas bien y gozas estando a su lado, no de la forma carnal o por interes sino realmente que te importe por quien es, es algo más que un amigo. Y que por supuesto no importa hijo de quien sea, su posición social o incluso su genero. Mientras sea Quatre, yo lo quiero -
A pesar de que no se esperaba que dijera eso, no le sorprendio mucho puesto que sabia que Trowa era más profundo que simples asentimientos o monosilabos.
Ahora fue su turno para besarlo, y Trowa contesto. No habia recuerdos de chicas molestas o malos entendidos. Solo estaban ellos y el ambiente lleno del sentimiento que ambos se profesaban.
- Tambien te quiero Trowa - dijo al momento de separarse.
Volvio a cargar su maleta y tomo de la mano a su acompañante.
-Salgamos de aquí - sus pasos se dirigieron rumbo a la salida.
El ojíverde no pudo evitar preguntar.
- Entonces los negocios no eran tan importantes después de todo - ya habian pasado seis minutos desde que despegara el avion, dejando ahí al rubio.
Le alegraba el hecho de saber que el pequeño no iba a irse, para quedarse con él.
- De hecho sí lo son, pero me llamaron para decirme que la junta se cambiaba para la proxima semana - le brindo un guiño complice a su acompañante atónito. - Después te vi entrar al aereopuerto y por eso no me fui -
Volvio a sonreir.
- Y yo que creia que te quedabas por mi - un tono de reproche fingido.
- Si quieres podemos tomar juntos el vuelo de la proxima semana.-
La sonrisa volvio a fijarse en sus ojos.
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No era difícil saber el punto exacto en donde se encontraba la habitación de esa chica. O mejor dicho donde se encontraba su ventana.
Penso en escalar hasta ella, pero si se encontraba con la compañera de cuarto de Hilde iba a ser difícil explicar sobre esa situacion, omitiendo el hecho de que podia recibir un reporte por eso. Si es que la directora del dormitorio llegaba a enterarse, claro. Y conociendo ese instituto no le extrañaria.
Así que prefirio subir las aburridas escaleras y tocar firmemente la puerta hasta que le dolieron los nudillos, un par de chicas lo observaron con interés desde el otro lado del pasillo, se abrio tres veces la puerta del lado izquierdo, el pequeño gorro que cargaba se resbalo de sus dedos, rodo, lo pateo, lo recogio. Volvio a tocar y nadie le abrio.
Opto por cuatro posibilidades:
Las chicas del cuarto habian decidido suicidarse porque no atrapaban a ningún chico
Estaban dormidas
Lo estaban ignorando
Habian salido
Le parecio que la primera opción era la que tenía mayor posibilidad, pero nada de probabilidad. Y puesto que habia estado tocando como poseso era descartada por completo el que estuvieran dormidas, y por la misma razón tambien que lo estuvieran ignorando; puesto que después de su arranque de golpes a la puerta era imposible que lo ignoraran por mucho tiempo. Seguramente no se encontraban.
- ¡Grandioso! - penso en cuanto se dio cuenta de que ni siquiera podría devolver a Hilde su estupido gorro.
No era la cosa más bonita que hubiera visto en su vida, y a juzgar por las miradas de muchas personas, otros tampoco encontraban galante el susodicho gorrito.
Observo atentamente la puerta en busca de algún resquicio en el que pudiera introducir o al menos atorar la prenda para no tener que cargar con ella... pero no, no habia nada. Pero claro, la posibilidad de entrar por la ventana regreso a su mente. Si Hlde no estaba ahí, bien podia dejarle su tonto gorro e irse. Quizá después podria hablar con ella, o en el mejor de los casos; desaparecer del planeta y evitarse esa pena.
Volvio a rodear el edificio y una vez más se vio frente a la amplia ventana que estaba en el tercer piso. Bien no era gran cosa llegar hasta ahí, y así lo demostro cuando en menos de cinco minutos ya se encontraba abriendo la ventana. No era una gran hazaña abrirla, simplemente golpear en el punto correcto y la manija cederia. Así fue, inmediatamente se vio atravesando el marco de la ventana. Sin embargo casi cayo hacia el jardin, pues en el momento que el entraba, otra persona tambien lo hacia por la puerta. Vio el inconfundible cabello azulado y se quedo pasmado por unos segundos, al igual que Hilde. Ya no esperaba verla, y tenerla a unos cuantos metros lo impacto.
Después de la sorpresa inicial y transcurridos un par de minutos en que solo se sostuvieron la mirada, Hilde entro, dejo su bolso sobre uno de los escritorios y se recargo en el mismo. Wufei permanecio inmóvil.
- Ya que te has tomado la libertad de entrar sin permiso, al menos deberias de terminar de entrar -
- No tienes que decirlo, eso iba a hacer -
- Muy bien, solo espero que lo hagas antes de que el apocalipsis llegue -
El entrecejo de ambos aparecia profundamente arrugado. El de Hilde se suavizo en cuanto vio lo que el chino traia en la mano derecha. Él capto su mirada y le alargo el objeto. Ella lo recibio y lo dejo a un lado. Volvieron a mirarse en silencio.
- Ciertamente de ti, no esperaba un agradecimiento -
Hilde reacciono.
- Eh, ¡Gracias, aunque no te las mereces, puesto que por tu culpa se quedo ahi -
- No es como si lo hubiera retenido en contra de su voluntad -
- ¡Quiza lo secuestraste! - sus manos se afirmaron en su cintura y se adelanto un paso - ¡O lo escondiste! -
- Estas conciente de que estamos hablando de un gorro, ¿cierto? -
- No soy tonta, ¡gracias! -
- Yo no diria lo mismo - Tambien se adelanto un paso.
- ¡Ah! has venido a insultarme -
- No me gusta perder el tiempo -
La chica no encontro replica.
- Quizá hubiera sido mejor tirar eso a un basurero -
- Quizá eso debi de hacer yo contigo en lugar de llevarte a tu habitación -
- Pude haber llegado sin tu ayuda -
- ¡Seguro!. Tal vez después de que rodaras por las escaleras y te partieras la cabeza. -
- Mis reflejos no estaban tan mal -
- Dile eso a alguien que no te haya visto -
- ¡Yo no dije que me ayudaras! -
- Es obvio, en tu estado no podrías, y aunque hubieras estado sobrio no le pedirias ayuda a alguien -
Era un claro reproche, pero no lo tomo así Wufei.
- Solo vine a dejarte ese tonto gorro y ya me voy -
La distancia que casi habia desaparecido entre ellos volvio a afianzarse cuando el chino camino hasta la ventana.
- Al menos ten la delicadeza de salir por la puerta, no eres un mono para estar escalando las paredes, podrías lastimarte - Hilde sabía que era una forma muy boba de decirle que le importaba, pero no pudo resistirlo.
Wufei hizo una mueca pero no dijo nada. Después de que hubo abierto la puerta y se encontrara afuera, volteo el rostro ligeramente, ojos entrecerrados.
- Si vas al parque después, te acompañaré -
Cerro la puerta.
Quizá esa no fuera una declaración de amor, no que alguno de los dos la estuviera esperando, pero significaba "quizá" el comienzo de algo. Y sonrio, igual que el chico que estaba detrás de la puerta.
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- ¡Espera Heero! -
El chico Yuy se habia levantado de un salto y caminado hasta la puerta que conducia a las escaleras. En seguida Duo se habia apostado atrás de él, sabía que sin importar que movimiento hiciera él, si Heero no quería hablar con él no sería posible sacarle alguna palabra.
- No te había visto -
Sarcasmo y un guiño de indiferencia hicieron a Duo plantearse que debia hacer para que Heero le perdonará, aunque no tenía por que estar enojado. Así se lo dijo.
- No entiendo porque estás enfadado -
- No hay razón suficiente para estar enfadado, no seas paranoico ya dije que no te vi -
- Es mentira -
- Mphff -
En un movimiento sutil Heero hecho hacia atrás el cabello que apenas le alcanzaba los ojos y desvio la mirada. Se recargo en la pared.
Largos minutos o quizá segundos pasaron, a medida que el segundero del reloj de Heero avanzaba ambos se tranquilizaron. Duo fue el primero en hablar.
- Soy consciente de... -
- Bueno, bueno, ya va a comenzar el show, no tienes que decir nada ¿sabes? - La dura mirada de Heero impacto a Duo por un milisegundo, pero fue lo que lo hizo decidirse.
Lo tomo de los hombros gentilmente, casi cuidadosamente y toco su mejilla, la acaricio suavemente en un tierno sube y baja, al mismo tiempo que sus ojos se ablandaban pero los de Heero se mantuvieron ajenos.
- Yo te quiero Heero, lo sabes. - se permitio una pequeña sonrisa al ver que los ojos de Heero se habian vuelto hacia él de manera inmediata, su anterior mirada disuelta en el olvido. - Simplemente es difícil habituarse a lo que no esperamos, aunque lo anhelemos.-
El joven Maxwell esperaba que sus palabras y movimientos no fueran demasiado abruptos, precipitados. Se acercó a Heero para besarlo y éste no lo rechazo, todo lo contrario, lo incito a seguir. Y cuando Heero le tomo la mano y lo condujo escaleras abajo, ambos supieron que sea lo que fueran en el pasado y las modificaciones que hubieran tenido que soportar, ahora eran Duo y Heero, juntos y adaptarse a éste cambio no iba a ser desagradable ni difícil.
Ahora pertenecian a algo más que muerte y destrucción.
wmwmwmwmwmwmwm
Hola!
¿Recuerdan quien soy? (risas).
¡Si!... que milagro verme por aquí, pero así es. Al fin (canción de aleluya, maestro) he aquí el final. Cierto es que estos dos años (¿tanto tiempo?) han pasado muy rapido, y de este capítulo sólo me faltaba una parte de Hilde y Wufei y la escena final de Heero y Duo. Creo que quedo extraña, en cuanto a la chica y el chino modelo, creí que no sería prudente emparejarlos tan de repente. Así que se iran conociendo (eso supongo), aunque la atracción inicial ya está ahí.
Si valio la pena la espera, ustedes diran. En cuanto a mí, si me gusto el final. Aunque lo senti un tanto acelerado. Incluso olvide por completo a la pretendienta de Trowa y la de Wufei. Eran de relleno, así que imaginen que se encontraron otros galanes (¿se los merecian?). UFFF éste es el primer fic largo que termino, así que pido disculpas por no terminarlo exactamente coherente (lo digo por esas dos).
Que lata que Fanfiction ya no acepte la contestación a reviews, pero que se le va a hacer. Las protestas hasta el momento no han funcionado. Me siento culpable porque yo de por si no contestaba.(falta de tiempo).
Y cambiando de tema, ¿alguien sabe donde puedo conseguir Yami no Matsuei subtitulado en español y que no sea para PC, (soy de México y no lo he visto en ningún lado). Agradeceré respuestas y reviews (upss) ¡Gracias!. ¡Cuidense! Y nos leemos.
