Disclaimer: Los personajes de HP le pertenecen exclusivamente a J. K.
Rowling. Grey Tower y sus habitantes le pertenecen a Raven Dragonclaw.
AsuSan Snape: gracias, a mi también me encanta este fic. Y no te preocupes, en los proximos caps se explica más la situación.
Nelly Esp: me temo que deberás esperar algún tiempo, porque faltan un par de capítulos para que se sepa la reacción de todos cuando se enteren que Harry desapareció.
Kat basted: gracias por la sugerencia!
Nayade: gracias!
Ithae: gracias! .
N/A: No se preocupen, me aseguraré de enviar sus felicitaciones a Raven D. Éste viernes comienzan mis vacaciones (sólo dos semanas), así que probablemente pueda publicar dos o tres caps por semana. Después de las dos semanas todo dependerá de la tarea, los exámenes, etc, por lo que probablemente sólo pondré un cap por semana. Bueno, también dependerá de la cantidad de reviews!
Capítulo Tres: En las Costas de la Eternidad
¿Dónde estaba? ¿Cómo llegó aquí?
Este lugar no podía ser real. Le daba la sensación de lo imposible siempre sucediendo y las cosas que el consideraba normales eran extraños fenómenos.
Niebla de color gris perlado flotaba tenebrosamente sobre el largo pasto verde. En algunas partes habían flores, pero eran pequeñas, nada espectacular. Avanzando, se encontró a sí mismo en la costa de un océano, en la boca de un ancho río. Extrañamente, parecía que apenas estaba fluyendo. Una rama de éste, más arriba, se desviaba flojamente hacia el este, hacia donde sólo podía distinguir altas montañas entre la oscura neblina. El agua era oscura, pero lazos de brillantes colores manchaban el negro en varios lugares. Desviando su mirada al cielo, notó lo que el agua estaba reflejando: la aurora brillaba a través del cielo negro como tinta.
Una brisa errante sopló mechones de pelo negro sobre brillantes ojos verdes, distrayendo su atención del cielo para mirar al oeste. Meciéndose en la gentil brisa había un árbol solitario, lejos de donde él estaba, cerca de la costa. Su forma oscura era el único detalle visible que distinguía en la serena tarde. No había ninguna otra estructura o árboles por lo que parecían ser millas. Decidiendo que no tenía nada mejor que hacer, se dirigió hacia él.
La gris arena, crujiendo bajo sus pies descalzos (¿dónde estaban sus zapatos? Él sabía que los estaba usando antes de despertarse aquí.), caminaba en el borde del océano hacia el oeste. Aunque evitaba el agua negra. Llámenlo instinto: tenía la impresión de que no debía tocarla. Al acercarse al árbol, lo que tomó menos tiempo de lo que esperaba, comenzó a ver formas... ¡personas!
Espiando a una mujer que parecía ser alrededor de cuarenta años, corrió hacia ella. Hablando tímidamente, le preguntó, "¿Disculpe, sabe usted dónde estamos?"
Ella no le respondió. Lo intentó de nuevo, pero aún no consiguió respuesta alguna. Entonces, notó que los cafés ojos de la mujer estaban vacíos, y en blanco. Ignorando al niño en frente suyo, continuó caminando hacia el árbol. Cuando intento entablar conversación con un hombre anciano algunos metros detrás de ella, obtuvo el mismo resultado. Lo mismo ocurrió con un niño pequeño cercano a él. Todos estaban caminando ciegamente hacia el árbol, como si nada fuera más importante en el mundo que llegar allí.
Finalmente, llegó al árbol. Estaba situado en la cima de una colina de piedra. Había una gran fuente alrededor de este, que se llenaba con la misteriosa agua cada vez que las olas llegaban a la playa. Parecían haber varios canales que llevaban al río alrededor de éste, muelles de madera con botes esperando. Mientras miraba, la mujer y la otra gente que había visto se dirigía a uno de los botes, subiéndose. Cuando ella estaba adentro, navegó en el río. Lo mismo sucedió para los innumerables otros que estaban alrededor, cada uno embarcando su velero individual. Todos se dirigían en la misma dirección: el distante este.
Cuando miró hacia el mar, vio más botes, pero estaban llenos con varias personas, en vez de una. Esperen... no eran como los otros. Estas personas eran felices, hablando animadamente con los otros pasajeros como si no hubiera nada malo en el mundo. Entonces, notó con desilusión, que tan pronto como pisaban tierra firme, ellos también se convertían en zombies. No había esperanza.
Ese algo misterioso lo alertó hacia el árbol de nuevo. ¿Se supone que debo ir ahí? Allí estaba de nuevo. Aparentemente, si. Al borde de la fuente, el notó varios y altos pilares de piedra, que sobresalían sobre las olas, que podría fácilmente usar para saltar hasta la colina. Saltando de piedra en piedra, notó el plateado emblema de un dragón con alas emplumadas en la azul oscura superficie de la piedra.
El árbol fue fácil de trepar, a pesar de su inclinada apariencia. Las piedras tenían vetas doradas que formaban patrones como redes sobre ellas. En la cima estaba el mismo largo pasto verde, interrumpido sólo por otra piedra de dragón, mucho más grande que las otras al pie del árbol. Parándose sobre el sello, miró hacia lo que había estado buscando.
Largas y delicadas ramas se esparcían sobre su cabeza hacia el cielo salpicado de color. Las hojas eran extrañas: en varias tonalidades de azul y púrpura, iluminadas por una extraña luz. La iluminación provenía de las flores que crecían por todas partes. Eran como lilas, pero no lo eran, y estaban amontonadas en grandes ramos. Rojas, doradas, plateadas, y anaranjadas eran algunos de los pocos colores de las flores. Su aroma era profundo, fragante, y pesado. El árbol era claramente antiguo y hermoso, pero no podía comprender por qué se sentía atraído hacia él. Tampoco le ayudaba a comprender dónde estaba, de cualquier modo.
"Bien, no esperaba a otro como yo en este lugar."
Giró abruptamente al escuchar la suave voz. Tenía la misma calidad que la de la Dama, poseyendo el mismo acento misterioso. Aunque pertenecía a un hombre, sentado no muy lejos de él. Lo estaba observando con desvergonzada curiosidad, mientras las olas bañaban sus pies cuando entraba en la fuente. La apariencia del hombre también le recordaba de la Dama: ojos azul oscuros, cabello alborotado en una inusual mezcla de negro y café, y estructura facial similar. Parecía inofensivo, debía tener alrededor de veinte años. Pero... ¿por qué era el único aquí que no parecía un zombie?
El hombre le señaló que se acercara. "Ven aquí, no te preocupes. Tú eres la única persona que no está en un maldito trance y necesito una conversación decente." A esto, se rió: un sonido áspero en el silencio opresor de este lugar.
Viendo que no estaba en ningún peligro, se sentó al lado del hombre en el largo pasto, en la costa. "¿Quién eres?"
"¿Yo? Mi nombre es Tom. Tom Ryddle. ¿Y tu?"
"Yo soy-" Se detuvo. ¡¿Cuál es mi nombre?! Sintió pánico por un momento. "Yo," balbuceó, "¡No lo recuerdo!"
"¿No lo recuerdas?" Tom pensó por un momento, y luego suspiró. "Con razón, supongo, considerando dónde estamos. Algo debió suceder para que terminaras aquí."
"¿A qué te refieres? ¿Dónde estamos?"
"Este lugar es conocido como Lethe, tierra del Olvido. En este momento, estamos sentados en el borde de Lethe, en las Costas de la Eternidad."
"¿Qué? No lo entiendo. ¡¿El Olvido?!"
"Es un concepto bastante difícil de comprender, así que no te culpo por tu confusión. Esta es la Tierra del Olvido, justo al lado del océano de la Eternidad. Lethe es uno de los planos oscuros, el más cercano a las tierras de los vivos."
"¿Es por eso que no puedo recordar...?" Terminó allí su oración, temiendo la respuesta.
"Probablemente. Estabas muy cerca de Annuvin, Tierra de los Muertos, cuando llegaste. Sí, he estado observándote. Es un poco difícil NO percatarse de tu presencia. Annuvin es el lugar al este. Tú eres una de las pocas personas que escapó a la muerte. Si llegaste ahí primero, significa que la forma en que moriste fue muy violenta."
"Entonces, ¿por qué se dirigen esas personas allí?"
"Porque, joven, ellos están muertos. En Annuvin, esas almas se quedan o son reencarnadas, o les dan el Juicio Final: irán al Cielo o al Infierno. Esos que toman el otro río," Tom apuntó hacia la boca del río en el que se encontró a si mismo antes. "Ellos regresarán al mundo de los vivos como fantasmas. Annuvin no aceptará a aquellos que están en negación sobre su lugar en el mundo. Yo no he estado allí, sino aquí atrapado en Lethe, pero sé cómo funciona el sistema."
"¿Entonces por qué aún somos nosotros mismos? ¿Porqué no estás nuestras almas siendo atraídas hacia Annuvin?"
"Simple, aún estamos vivos. Nuestros cuerpos, me refiero. Mientras nuestros cuerpos sigan vivos, nuestras almas seguirán aquí. Sólo debemos esperar a regresar."
"¿Cómo estar en coma, o algo?"
"Sí, y no. Aquellos en coma habrían terminado, como tú, entre aquí y Annuvin, dormidos. Tú despertaste, así que deberías estar regresando pronto. Con suerte."
"¿Quién decide eso?"
Tom rió para si mismo "¡Nos parecemos mucho, joven! Siempre preguntando y retando a lo desconocido. La triste verdad es que nuestras mentes mortales nunca lo sabrán todo. Fueron aisladas para protegernos de una gran epifanía que ni siquiera los Dioses conocen. Hasta nos parecemos en apariencia, un poco, pero teniendo en cuenta que estamos distantemente relacionados, eso es de ser esperado."
Frunció el entrecejo. Algo se despertó en su mente con el concepto de "relacionados". Era un mal presentimiento. Estaba extendido a algo más, no a Tom. Le agradaba el hombre. "¿Estamos relacionados?"
"Como dije antes, muy remotamente. Te enterarás pronto. Pero regresando a tu primera pregunta."
"Sí, ¿quién lo decide?"
"La Dama Oscura. En su castillo de Ocaso en el este de Annuvin, ella juzga los destinos de todos los seres, humano o no. Probablemente fue ella quien te envió aquí. No te preocupes, ella te lo explicará. Me lo explicó a mí también.
"Oh. Tom? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Qué te sucedió? De lo poco que puedo recordar, estaba en mucho dolor... Mucho dolor."
"Puedo imaginármelo. Mi infancia no fue exactamente agradable." Centró su atención en el cielo. "El orfanato en el que crecí era horrible. Pero obviamente esa no es la razón por la que estoy aquí. Fui echado de mi propio cuerpo."
"¿Qué? ¿Cómo posesión?"
"Exacto. Normalmente, hubiera sido fácil hacerse cargo de ello. ¡Pero algo, algo muy fuerte, lo estaba ayudando! Mientras el demonio tomaba el control de mi cuerpo, eso estaba tratando de volverme loco. Todo comenzó cuando tenía diez años, más o menos, y cuando fui al colegio, fue mucho peor. Me hubiera matado si la Dama no hubiera salvado mi alma a tiempo cuando tenía veinticinco años."
"Por eso estás aquí. ¡El demonio aún está usando tu cuerpo!"
Sonriendo tristemente, Tom asintió. "Correcto. Físicamente debería tener alrededor de setenta años, más o menos. Tendría hijos, quizá nietos de tu edad. Pero, no. Mi alma está atrapada aquí, mientras mi cuerpo está asesinando incontables personas inocentes. Hace algunos años, muchas de las personas que llegaron aquí fueron asesinadas por ese demonio." Mirándolo a él y, en particular a la extraña cicatriz en forma de rayo en su frente, Tom agregó, "Afortunadamente, eso terminará pronto."
Una voz familiar y como plata dijo, "Tom, no puedes decirle todo." Ambos, Tom y el mismo se pararon y giraron inmediatamente. Allí parada bajo la luz del Árbol estaba la Dama Oscura, aún más impactante en su vestido negro y plateado. Hablándole directamente, le dijo, "Joven, es hora de regresar."
Él asintió. Había un tono en su voz que daba a comprender que no debía ser cuestionada. Pero... "Dama, que hay de Tom?"
La Dama le sonrió brillantemente. "No te preocupes. Él regresará pronto y su espera aquí en Lethe se está acabando. Tom, deseas decirle al joven algo más antes de que regrese?"
"Sí." Se arrodilló hasta que sus ojos estuvieran a la misma altura, el hombre le dijo en un tono serio, "Primero, no temas tener miedo, es lo que te hace humano. Segundo, tu nombre no importa, TÚ importas. Lo aprendí de la forma difícil..." Desvió su mirada con una expresión de dolor antes de continuar. "Tercero, si necesitas alguna ayuda o sólo alguien con quien hablar, no dudes en llamarme. Yo encontraré una manera. Lo juro por mi alma. Por último, buena suerte."
Asintió de regreso. Él sabía que Tom iba a ser importante para él. "Lo haré, no te preocupes."
La Dama se aclaró su garganta. "Ya es hora."
"Adiós, joven."
"Nos vemos, Tom."
Él y la Dama estaban parados en una oscuridad absoluta, aunque podía verla tan fácilmente como si fuera mediodía. Ella le dijo, "Joven, recuerda mis palabras. Si necesitas ayuda, no dudes en llamar a Tom o a mí. Nosotros te ayudaremos. Antes de dejarte, te daré un regalo."
Sus ojos se agrandaron. Él no creía ser merecedor de recibir un regalo de Ella. "Dama, no merezco-"
Ella lo cayó con una mirada. Extendiendo su desnudo brazo derecho, hizo un agudo silbido. Una brillante forma blanca con alas voló hasta su brazo. Era una lechuza, una lechuza blanca con las puntas de las alas negras. Lanzando la lechuza en la oscuridad, regresó a descansar en su hombro. Cuando él la miro, ella le devolvió la mirada con afecto. Su cálido peso era agradable.
"Joven, esta es Hedwig. Tú conocías esta lechuza antes de despertar en Lethe, y será tuya de nuevo. Estaba muerta, pero ahora vive de nuevo. Cuídala bien. Verás, ella no sólo será tu amiga, pero también tu guardián espiritual. Si estás en peligro, Hedwig te protegerá. Hay una razón por la que su nombre significa "refugio en batalla."
"Gracias, por dármela. En verdad lo aprecio."
"No hay por qué. Ahora te dejo a un nuevo mundo y un nuevo destino."
"¡Espere!", la llamó.
La Dama, a punto de desaparecer en las sombras, lo miró con curiosidad en sus ojos azules. Ahora que lo observaba con su omnisapiente mirada, perdió su coraje. "¿Sí? ¿Qué sucede?"
Mordiendo su labio, le preguntó suavemente, "¿La veré de nuevo?"
Ella le sonrió. "Por supuesto, joven. Siempre estaré contigo. Ahora, debes regresar al mundo de los vivos. Te deseo lo mejor."
Entonces desapareció.
Girando hacia la lechuza en su hombro, dijo, "Bien, Hedwig, es hora de regresar." El guardián blanco ululó en respuesta.
Abrió sus ojos a la luz del mundo de los vivos otra vez.
N/A: ya lo sé! Este cap es más confuso que los anteriores. Pero no se preocupen, que ya van a entender a medida que lean el fic. Y mientras más reviews, más pronto publicaré los próximos caps.
AsuSan Snape: gracias, a mi también me encanta este fic. Y no te preocupes, en los proximos caps se explica más la situación.
Nelly Esp: me temo que deberás esperar algún tiempo, porque faltan un par de capítulos para que se sepa la reacción de todos cuando se enteren que Harry desapareció.
Kat basted: gracias por la sugerencia!
Nayade: gracias!
Ithae: gracias! .
N/A: No se preocupen, me aseguraré de enviar sus felicitaciones a Raven D. Éste viernes comienzan mis vacaciones (sólo dos semanas), así que probablemente pueda publicar dos o tres caps por semana. Después de las dos semanas todo dependerá de la tarea, los exámenes, etc, por lo que probablemente sólo pondré un cap por semana. Bueno, también dependerá de la cantidad de reviews!
Capítulo Tres: En las Costas de la Eternidad
¿Dónde estaba? ¿Cómo llegó aquí?
Este lugar no podía ser real. Le daba la sensación de lo imposible siempre sucediendo y las cosas que el consideraba normales eran extraños fenómenos.
Niebla de color gris perlado flotaba tenebrosamente sobre el largo pasto verde. En algunas partes habían flores, pero eran pequeñas, nada espectacular. Avanzando, se encontró a sí mismo en la costa de un océano, en la boca de un ancho río. Extrañamente, parecía que apenas estaba fluyendo. Una rama de éste, más arriba, se desviaba flojamente hacia el este, hacia donde sólo podía distinguir altas montañas entre la oscura neblina. El agua era oscura, pero lazos de brillantes colores manchaban el negro en varios lugares. Desviando su mirada al cielo, notó lo que el agua estaba reflejando: la aurora brillaba a través del cielo negro como tinta.
Una brisa errante sopló mechones de pelo negro sobre brillantes ojos verdes, distrayendo su atención del cielo para mirar al oeste. Meciéndose en la gentil brisa había un árbol solitario, lejos de donde él estaba, cerca de la costa. Su forma oscura era el único detalle visible que distinguía en la serena tarde. No había ninguna otra estructura o árboles por lo que parecían ser millas. Decidiendo que no tenía nada mejor que hacer, se dirigió hacia él.
La gris arena, crujiendo bajo sus pies descalzos (¿dónde estaban sus zapatos? Él sabía que los estaba usando antes de despertarse aquí.), caminaba en el borde del océano hacia el oeste. Aunque evitaba el agua negra. Llámenlo instinto: tenía la impresión de que no debía tocarla. Al acercarse al árbol, lo que tomó menos tiempo de lo que esperaba, comenzó a ver formas... ¡personas!
Espiando a una mujer que parecía ser alrededor de cuarenta años, corrió hacia ella. Hablando tímidamente, le preguntó, "¿Disculpe, sabe usted dónde estamos?"
Ella no le respondió. Lo intentó de nuevo, pero aún no consiguió respuesta alguna. Entonces, notó que los cafés ojos de la mujer estaban vacíos, y en blanco. Ignorando al niño en frente suyo, continuó caminando hacia el árbol. Cuando intento entablar conversación con un hombre anciano algunos metros detrás de ella, obtuvo el mismo resultado. Lo mismo ocurrió con un niño pequeño cercano a él. Todos estaban caminando ciegamente hacia el árbol, como si nada fuera más importante en el mundo que llegar allí.
Finalmente, llegó al árbol. Estaba situado en la cima de una colina de piedra. Había una gran fuente alrededor de este, que se llenaba con la misteriosa agua cada vez que las olas llegaban a la playa. Parecían haber varios canales que llevaban al río alrededor de éste, muelles de madera con botes esperando. Mientras miraba, la mujer y la otra gente que había visto se dirigía a uno de los botes, subiéndose. Cuando ella estaba adentro, navegó en el río. Lo mismo sucedió para los innumerables otros que estaban alrededor, cada uno embarcando su velero individual. Todos se dirigían en la misma dirección: el distante este.
Cuando miró hacia el mar, vio más botes, pero estaban llenos con varias personas, en vez de una. Esperen... no eran como los otros. Estas personas eran felices, hablando animadamente con los otros pasajeros como si no hubiera nada malo en el mundo. Entonces, notó con desilusión, que tan pronto como pisaban tierra firme, ellos también se convertían en zombies. No había esperanza.
Ese algo misterioso lo alertó hacia el árbol de nuevo. ¿Se supone que debo ir ahí? Allí estaba de nuevo. Aparentemente, si. Al borde de la fuente, el notó varios y altos pilares de piedra, que sobresalían sobre las olas, que podría fácilmente usar para saltar hasta la colina. Saltando de piedra en piedra, notó el plateado emblema de un dragón con alas emplumadas en la azul oscura superficie de la piedra.
El árbol fue fácil de trepar, a pesar de su inclinada apariencia. Las piedras tenían vetas doradas que formaban patrones como redes sobre ellas. En la cima estaba el mismo largo pasto verde, interrumpido sólo por otra piedra de dragón, mucho más grande que las otras al pie del árbol. Parándose sobre el sello, miró hacia lo que había estado buscando.
Largas y delicadas ramas se esparcían sobre su cabeza hacia el cielo salpicado de color. Las hojas eran extrañas: en varias tonalidades de azul y púrpura, iluminadas por una extraña luz. La iluminación provenía de las flores que crecían por todas partes. Eran como lilas, pero no lo eran, y estaban amontonadas en grandes ramos. Rojas, doradas, plateadas, y anaranjadas eran algunos de los pocos colores de las flores. Su aroma era profundo, fragante, y pesado. El árbol era claramente antiguo y hermoso, pero no podía comprender por qué se sentía atraído hacia él. Tampoco le ayudaba a comprender dónde estaba, de cualquier modo.
"Bien, no esperaba a otro como yo en este lugar."
Giró abruptamente al escuchar la suave voz. Tenía la misma calidad que la de la Dama, poseyendo el mismo acento misterioso. Aunque pertenecía a un hombre, sentado no muy lejos de él. Lo estaba observando con desvergonzada curiosidad, mientras las olas bañaban sus pies cuando entraba en la fuente. La apariencia del hombre también le recordaba de la Dama: ojos azul oscuros, cabello alborotado en una inusual mezcla de negro y café, y estructura facial similar. Parecía inofensivo, debía tener alrededor de veinte años. Pero... ¿por qué era el único aquí que no parecía un zombie?
El hombre le señaló que se acercara. "Ven aquí, no te preocupes. Tú eres la única persona que no está en un maldito trance y necesito una conversación decente." A esto, se rió: un sonido áspero en el silencio opresor de este lugar.
Viendo que no estaba en ningún peligro, se sentó al lado del hombre en el largo pasto, en la costa. "¿Quién eres?"
"¿Yo? Mi nombre es Tom. Tom Ryddle. ¿Y tu?"
"Yo soy-" Se detuvo. ¡¿Cuál es mi nombre?! Sintió pánico por un momento. "Yo," balbuceó, "¡No lo recuerdo!"
"¿No lo recuerdas?" Tom pensó por un momento, y luego suspiró. "Con razón, supongo, considerando dónde estamos. Algo debió suceder para que terminaras aquí."
"¿A qué te refieres? ¿Dónde estamos?"
"Este lugar es conocido como Lethe, tierra del Olvido. En este momento, estamos sentados en el borde de Lethe, en las Costas de la Eternidad."
"¿Qué? No lo entiendo. ¡¿El Olvido?!"
"Es un concepto bastante difícil de comprender, así que no te culpo por tu confusión. Esta es la Tierra del Olvido, justo al lado del océano de la Eternidad. Lethe es uno de los planos oscuros, el más cercano a las tierras de los vivos."
"¿Es por eso que no puedo recordar...?" Terminó allí su oración, temiendo la respuesta.
"Probablemente. Estabas muy cerca de Annuvin, Tierra de los Muertos, cuando llegaste. Sí, he estado observándote. Es un poco difícil NO percatarse de tu presencia. Annuvin es el lugar al este. Tú eres una de las pocas personas que escapó a la muerte. Si llegaste ahí primero, significa que la forma en que moriste fue muy violenta."
"Entonces, ¿por qué se dirigen esas personas allí?"
"Porque, joven, ellos están muertos. En Annuvin, esas almas se quedan o son reencarnadas, o les dan el Juicio Final: irán al Cielo o al Infierno. Esos que toman el otro río," Tom apuntó hacia la boca del río en el que se encontró a si mismo antes. "Ellos regresarán al mundo de los vivos como fantasmas. Annuvin no aceptará a aquellos que están en negación sobre su lugar en el mundo. Yo no he estado allí, sino aquí atrapado en Lethe, pero sé cómo funciona el sistema."
"¿Entonces por qué aún somos nosotros mismos? ¿Porqué no estás nuestras almas siendo atraídas hacia Annuvin?"
"Simple, aún estamos vivos. Nuestros cuerpos, me refiero. Mientras nuestros cuerpos sigan vivos, nuestras almas seguirán aquí. Sólo debemos esperar a regresar."
"¿Cómo estar en coma, o algo?"
"Sí, y no. Aquellos en coma habrían terminado, como tú, entre aquí y Annuvin, dormidos. Tú despertaste, así que deberías estar regresando pronto. Con suerte."
"¿Quién decide eso?"
Tom rió para si mismo "¡Nos parecemos mucho, joven! Siempre preguntando y retando a lo desconocido. La triste verdad es que nuestras mentes mortales nunca lo sabrán todo. Fueron aisladas para protegernos de una gran epifanía que ni siquiera los Dioses conocen. Hasta nos parecemos en apariencia, un poco, pero teniendo en cuenta que estamos distantemente relacionados, eso es de ser esperado."
Frunció el entrecejo. Algo se despertó en su mente con el concepto de "relacionados". Era un mal presentimiento. Estaba extendido a algo más, no a Tom. Le agradaba el hombre. "¿Estamos relacionados?"
"Como dije antes, muy remotamente. Te enterarás pronto. Pero regresando a tu primera pregunta."
"Sí, ¿quién lo decide?"
"La Dama Oscura. En su castillo de Ocaso en el este de Annuvin, ella juzga los destinos de todos los seres, humano o no. Probablemente fue ella quien te envió aquí. No te preocupes, ella te lo explicará. Me lo explicó a mí también.
"Oh. Tom? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Qué te sucedió? De lo poco que puedo recordar, estaba en mucho dolor... Mucho dolor."
"Puedo imaginármelo. Mi infancia no fue exactamente agradable." Centró su atención en el cielo. "El orfanato en el que crecí era horrible. Pero obviamente esa no es la razón por la que estoy aquí. Fui echado de mi propio cuerpo."
"¿Qué? ¿Cómo posesión?"
"Exacto. Normalmente, hubiera sido fácil hacerse cargo de ello. ¡Pero algo, algo muy fuerte, lo estaba ayudando! Mientras el demonio tomaba el control de mi cuerpo, eso estaba tratando de volverme loco. Todo comenzó cuando tenía diez años, más o menos, y cuando fui al colegio, fue mucho peor. Me hubiera matado si la Dama no hubiera salvado mi alma a tiempo cuando tenía veinticinco años."
"Por eso estás aquí. ¡El demonio aún está usando tu cuerpo!"
Sonriendo tristemente, Tom asintió. "Correcto. Físicamente debería tener alrededor de setenta años, más o menos. Tendría hijos, quizá nietos de tu edad. Pero, no. Mi alma está atrapada aquí, mientras mi cuerpo está asesinando incontables personas inocentes. Hace algunos años, muchas de las personas que llegaron aquí fueron asesinadas por ese demonio." Mirándolo a él y, en particular a la extraña cicatriz en forma de rayo en su frente, Tom agregó, "Afortunadamente, eso terminará pronto."
Una voz familiar y como plata dijo, "Tom, no puedes decirle todo." Ambos, Tom y el mismo se pararon y giraron inmediatamente. Allí parada bajo la luz del Árbol estaba la Dama Oscura, aún más impactante en su vestido negro y plateado. Hablándole directamente, le dijo, "Joven, es hora de regresar."
Él asintió. Había un tono en su voz que daba a comprender que no debía ser cuestionada. Pero... "Dama, que hay de Tom?"
La Dama le sonrió brillantemente. "No te preocupes. Él regresará pronto y su espera aquí en Lethe se está acabando. Tom, deseas decirle al joven algo más antes de que regrese?"
"Sí." Se arrodilló hasta que sus ojos estuvieran a la misma altura, el hombre le dijo en un tono serio, "Primero, no temas tener miedo, es lo que te hace humano. Segundo, tu nombre no importa, TÚ importas. Lo aprendí de la forma difícil..." Desvió su mirada con una expresión de dolor antes de continuar. "Tercero, si necesitas alguna ayuda o sólo alguien con quien hablar, no dudes en llamarme. Yo encontraré una manera. Lo juro por mi alma. Por último, buena suerte."
Asintió de regreso. Él sabía que Tom iba a ser importante para él. "Lo haré, no te preocupes."
La Dama se aclaró su garganta. "Ya es hora."
"Adiós, joven."
"Nos vemos, Tom."
Él y la Dama estaban parados en una oscuridad absoluta, aunque podía verla tan fácilmente como si fuera mediodía. Ella le dijo, "Joven, recuerda mis palabras. Si necesitas ayuda, no dudes en llamar a Tom o a mí. Nosotros te ayudaremos. Antes de dejarte, te daré un regalo."
Sus ojos se agrandaron. Él no creía ser merecedor de recibir un regalo de Ella. "Dama, no merezco-"
Ella lo cayó con una mirada. Extendiendo su desnudo brazo derecho, hizo un agudo silbido. Una brillante forma blanca con alas voló hasta su brazo. Era una lechuza, una lechuza blanca con las puntas de las alas negras. Lanzando la lechuza en la oscuridad, regresó a descansar en su hombro. Cuando él la miro, ella le devolvió la mirada con afecto. Su cálido peso era agradable.
"Joven, esta es Hedwig. Tú conocías esta lechuza antes de despertar en Lethe, y será tuya de nuevo. Estaba muerta, pero ahora vive de nuevo. Cuídala bien. Verás, ella no sólo será tu amiga, pero también tu guardián espiritual. Si estás en peligro, Hedwig te protegerá. Hay una razón por la que su nombre significa "refugio en batalla."
"Gracias, por dármela. En verdad lo aprecio."
"No hay por qué. Ahora te dejo a un nuevo mundo y un nuevo destino."
"¡Espere!", la llamó.
La Dama, a punto de desaparecer en las sombras, lo miró con curiosidad en sus ojos azules. Ahora que lo observaba con su omnisapiente mirada, perdió su coraje. "¿Sí? ¿Qué sucede?"
Mordiendo su labio, le preguntó suavemente, "¿La veré de nuevo?"
Ella le sonrió. "Por supuesto, joven. Siempre estaré contigo. Ahora, debes regresar al mundo de los vivos. Te deseo lo mejor."
Entonces desapareció.
Girando hacia la lechuza en su hombro, dijo, "Bien, Hedwig, es hora de regresar." El guardián blanco ululó en respuesta.
Abrió sus ojos a la luz del mundo de los vivos otra vez.
N/A: ya lo sé! Este cap es más confuso que los anteriores. Pero no se preocupen, que ya van a entender a medida que lean el fic. Y mientras más reviews, más pronto publicaré los próximos caps.
