Capítulo 21- La Piratería de Destino
"¡Maldición!"
"Te dije que te agacharas."
"¡Dos segundos demasiado tarde!"
Aquarius se encogió de hombros indiferentemente mientras Thanatos frotaba su cabeza. Ambos estaban en el salón principal del castillo de Annuvin. Melania silenciosamente echaba humo en su trono oscuro, ojos azules brillando fuertemente con ira y furia reprimida. Kybele permanecía a un lado con una mezcla de enfado y diversión.
Rin, por otro lado, era un caso completamente distinto.
"¿Cómo puede haber sucedido esto!" la usualmente calmada Diosa de la Magia estaba privada de cualquiera otra emoción que no fuese ira. "¡Les advertí que esto iba a pasar!"
"Y les reventó en la cara," respondió Aquarius sarcásticamente.
Kybele intercedió con, "Bueno, al menos sabemos que Pheta no tiene nada que ver con esto."
"¿Cómo sabes eso!"
Thanatos se apresuró a responder, "De otro modo Sekhmet no estaría involucrado. Sabes que el odio mutuo que existe entre esos dos es considerable."
Rin exclamó, "¡No me importa¡Kardis anda suelto! Esto es malo. ¿Saben cuánta destrucción ese espíritu puede causar!"
"Lo cual es la razón por la que debemos encontrarlo nuevamente," topos se voltearon para ver a Melania. "Pheta no dejará pasar esta oportunidad. El poder de Kardis puede ser el suficiente para abrir la Puerta Oscura."
"Lo tendremos todo bajo control en poco tiempo, hermanita," dijo Thanatos con una sonrisa. "No te preocupes."
"Sí, están en el mar," explicó Aquarius.
Melania suspiró, "Sin ofenderte, Aquarius, pero algo va a salir mal. De algún modo, siempre sucede."
Después de dos largas semanas en el mar, al fin estaban llegando al puerto. Bill estaba exhausto. Le agradaba viajar, pero esto era un poco tedioso incluso para él. Deseaba que hubieran podido aparecerse, pero el Ministerio y los Mortífagos los hubieran encontrado a todos demasiado rápido. Algo que la Orden del Fénix no quería. Todo lo que tenía que hacer ahora era entregar… lo que fuera al Director Dumbledore y luego, al fin, podría tomarse un descanso. Las luces de Londres eran brillantes en contraste con el cielo nocturno, bloqueando toda la iluminación de las estrellas.
"No deberíamos desembarcar," dijo una voz detrás de él.
Dio media vuelta rápidamente, alarmado, pero se relajó una vez que vio que se trataba sólo de Wyvern Irving. El ex Slytherin avanzó hasta quedar a su lado, contra la baranda del barco. Su ojo bueno observaba con preocupación la ciudad que se acercaba. "Sí," dijo con decisión. "No deberíamos desembarcar."
"¿A qué te refieres?"
"Llámalo una corazonada. Pero si desembarcamos, sólo vamos a conseguir problemas," dijo el otro.
Bill esbozó una sonrisa. "¿Con que prestaste demasiada atención en Adivinación?"
Wyvern le dirigió una mirada de desdén. "Piensa lo que quieras. No espero que comprendas de lo que hablo. Después de todo, los Gryffindors son siempre el tipo de gente que actúa antes de pensar. No saben reflexionar o analizar lo que está justo en frente. Eso es lo que separa aun Slytherin de un Gryffindor."
"Sí, claro," respondió Bill arrogantemente. "Harry Potter hace eso todo el tiempo y es un Gryffindor."
Wyvern resopló. "Difícilmente es un Gryffindor." Bill iba a responder, pero Wyvern continuó. "Ese muchacho es un Slytherin d principio a fin."
"¡No seas tonto!"
"¿Yo estoy siendo tonto¿Explica por qué sabe pársel, cómo usualmente logra que las cosas sucedan para su propia ventaja¿Cómo sabe muchas de las cosas que suceden a su alrededor e interpreta el caos correctamente¿De dónde saca su determinación y su ambición¿Por qué desconfía tanto de las autoridades, aún cuando su propio bienestar está en juego?" Bill fue bombardeado con otra pregunta retórica, acompañada de una severa mirada café. "¿Cómo es que puede enfrentarse al Señor Oscuro y predecir más o menos lo que va a hacer, cuando incontables otros, la mayoría de ellos temerarios Gryffindors, han padecido terribles muertes? Dime que no es un Slytherin."
Bill no sabía qué decir. Pero no tuvo que decir nada, pues estaban llegando al puerto. La tripulación del barco estaba comenzando a recoger los paquetes que habían sido ubicados antes en la borda, uno de ellos siendo una jaula. Observó como varios marinos retrocedían y se alejaban del enfadado felino.
"No te engañes a ti mismo," dijo Wyvern. "Sólo porque alguien es colocado en cierta casa no significa que pertenezcan allí." Entonces Wyvern procedió a bajar calmadamente por la rampa hacia el muelle. El rompe-maldiciones pelirrojo estaba falto de palabras. Sacudiendo su cabeza, él también bajo hacia el muelle, justo en frente de la jaula que contenía al gato.
Cuando estaba por llevarse al gato por medio de un traslador hasta Grimmauld Place, todo se detuvo.
"Bien, un Weasley. ¿Por qué no me sorprende encontrarme con uno aquí¿No es éste el lugar donde los rastreros de la sociedad vienen a buscar carroña?" En frente de ellos estaban Mortífagos, amenazantes con sus túnicas negras y pálidas máscaras blancas. Aunque reconocía la voz de ese asesino en específico. Sólo Lucius Malfoy podía hacer un insulto como ese. Por el borde de los ojos, podía ver a los aterrados marinos, sus sorprendidos colegas que apoyaban al Ministerio, y al impasible Wyvern Irving. Malfoy rió detrás de su máscara. "Si nos entregan lo que queremos, nos iremos por nuestro camino y los dejaremos en paz." De nuevo, el aristócrata rió. "Relativamente, quiero decir."
Dijo enfadado, con los puños apretados, "¿Y qué es lo que quieren?"
"Nuestro pequeño amigo felino de allí," Malfoy apuntó tranquilamente al ahora silencioso gato, que lo observaba todo con sus agudos ojos verdes. "Le sería bastante útil a mi Señor," Bill avanzó para impedirle que se acercara, pero uno de los secuaces de Malfoy lo hizo retroceder con una maldición que falló por muy poco.
Así que eso es. Quieren al gato. Observó al elegante gato negro una vez más. La tumba proclamaba que era algo que aumentaba la magia de algún tipo. Bill mismo podía recordar el perturbador torrente de energía que sintió cuando el gato se convirtió en un báculo, aún en Egipto. Parecía imposible, pero era verdad. "No lo obtendrán."
"¿En serio? Me parece que ya lo hice." Arrodillándose para mirar mejor dentro de la jaula, Malfoy dijo con disgusto. "No me sorprende que esté en tu cuidado. Mira lo desagradablemente horrendo que es."
Bill ahora podía sentir el enojo que emanaba del gato. Aparentemente podía comprender cada palabra que decía Malfoy y, comprensiblemente, estaba ofendido. Vio las afiladas garras retraerse y escuchó un suave gruñido de advertencia. Malfoy sólo continuaba insultándolo.
"Evidentemente pertenece en un basurero."
De la nada, el candado de la jaula de hierro se rompió con un destello de luz azul. Y el gato, sin desperdiciar la oportunidad de obtener venganza y libertad, saltó hacia delante. Lo golpeó dos veces con sus garras afiladas como el acero: la primera vez, reduciendo la máscara a tiritas, la segunda sacando sangre.
Malfoy retrocedió a tropezones, gritando y cubriendo su lacerado rostro con sus manos. Como si esa hubiese sido una señal, el desastre comenzó.
Los Mortífagos comenzaron a lanzar maldiciones a diestra y siniestra. Cajas explotaron y se astillaron por la mala puntería. Los marineros escaparon corriendo, gritando sobre el Apocalipsis. Eran muggles, y sus recuerdos tendrían que ser alterados más tarde. Pero al menos tenían una razón para estar asustados. La gente con la que trabajaba era evidentemente cobarde. Estaba solo. Protegiendo a un gato.
"¡Stupefy!" fue afortunado de traer abajo a varios Mortífagos con ese. Alzó un escudo rápidamente para bloquear algunos hechizos de otro brujo oscuro, pero cayó al suelo. Ningún encantamiento escudo, sin importar lo fuerte que fuera, podía bloquear el dolor de la maldición Cruciatus. Bill podía ver los bordes de su visión tornándose rojos mientras los minutos pasaban. Su garganta estaba desgarrada por tanto gritar.
"¡Reducto!" El Mortífago quien lo mantenía bajo la maldición fue arrojado violentamente hacia atrás. Bill podía ver a alguien arrodillándose a su lado, todo el tiempo defendiéndose de hechizos. "¿Estás bien?" Cuando Bill no dio respuesta alguna, su salvador le gritó, "¿Acaso no eres un Gryffindor¡Si lo eres, levántate y sigue luchando!"
Wyvern. Wyvern Irving. De todas que no habían escapado, era Wyvern.
"¡Se fue!" una voz asustada gritó por sobre la conmoción.
"¿Qué!"
"¡El gato se fue!"
"¡Maldición¡Deténganse, todos¡No tiene sentido!"
Varios 'POPS!' marcaron la retirada de los brujos oscuros mediante aparición. En cuestión de segundos, el muelle había pasado de estar en estragos a una tensa tranquilidad. Ahora sólo quedaban él y Wyvern. Bill sintió como era ayudado a ponerse en pie, siendo siempre sostenido. Sonrió. "¿Sólo porque algunas personas son colocadas en una casa en específico no significa que pertenezcan allí?"
"Cállate, y dime dónde quedan los cuarteles de la resistencia."
Bill rió.
"Qué enorme sorpresa encontrarte aquí, querida hermana." Erebus salió de las sombras. El tejado sumido en las sombras de la bodega del muelle era el lugar perfecto para observar lo que acababa de acontecer. Su armadura oscura no hacía sonido alguno mientras se acercaba a la mujer parada a pocos pies de distancia. El viento revolvía su cabello oscuro, y sus ojos azules eran inquisitivos. "Cuéntame qué nefasto plan está pasando por tu cabeza en estos momentos." Suspiró. "Estoy seguro que traerá problemas, de todos modos, así que puedes decirme. Y no me digas 'un poco de piratería'."
La mujer se volteó y sonrió serenamente. Sólo sus ojos, del color de avellanas, delataban su diversión. "Querido hermano¿a qué te refieres?" La semejanza era asombrosa. Su cabello era tan oscuro como el de él, pero estaba cortado desordenadamente tan corto como el de un hombre. Dos grandes aros que estaban grabados con varias runas colgaban de sus orejas. Su túnica negra ondulaba con la brisa.
"No creo que necesite explicar a qué me refiero, Destino. ¿Qué has hecho?"
"Mantener a Kardis alejado de Pheta."
"¿Así que fuiste tú quien abrió la jaula? Impresionante. Debo decir que disfruté del pequeño espectáculo con Lucius Malfoy."
"Me alegro que estés de acuerdo. Al menos ahora, Kardis no irá a parar en manos de seguidores de Pheta."
"Sabia movida," concedió Erebus. "Ahora Kardis no estará en posesión de Voldemort, quien apoya a Pheta en su plan para la aniquilación total. También, el espíritu no irá a Dumbledore, el ciego tonto que la venera sólo por ser una diosa de la luz. Brillante."
"Gracias."
"Pero te aseguro que Melania no lo apreciará."
"Eso no importa. Melania no aprueba mucho mis métodos en todo caso. Dudo que esto afecte mucho su opinión."
"Demasiado cierto."
"Por cierto¿cómo están esos mequetrefes? No los he visto en algún tiempo, y tengo la impresión que lo prefieren de ese modo."
Erebus se rió con ganas. "Ciertamente no intentas ponerte en sus lados buenos. Artemio aún está manteniendo un ojo en las cosas desde la luna. Moros es, como siempre, tramposo y confabulador."
"Va a llevar a Nyx a su tumba."
"Si pudiera morir. Hypnos está trabajando a toda hora, como siempre, y Thanatos es…. él mismo."
"Ah. No te molestes, lo entiendo."
"Bien. No quiero entrar en detalles sobre lo que hizo en esa playa nudista."
"Por favor abstente."
"Si debo hacer. Ate está causando problemas porque está en su naturaleza ser traviesa. Phobos y Deimos están haciendo lo que siempre hacen: supervisando el terror y el miedo y cosas por el estilo."
"¿Melania?"
"Preocupándose por Tom y Harry. Y preguntándose por qué no los dejas en paz de vez en cuando."
"¿Cómo podría¡Los hace más fuertes! No deberían depender en nosotros. Y te faltó uno."
"Ah, Pandora. ¿Qué esperas que una diosa de la esperanza haga? Intenta mantener los ánimos en alto. Y está teniendo un tiempo difícil haciéndolo."
Destino miró la ciudad de Londres. "Bien, la humanidad está entrando un periodo de desesperación y depresión."
"Ellos no lo ven de ese modo."
"Por supuesto que no. Están demasiado ocupados 'interviniendo' en las cosas para hacerse más flojos. Cuando se den cuenta, ya será demasiado tarde."
"Como en los viejos tiempo, quieres decir."
"Sí. Entonces era mucho más fácil."
"Pero así es el Universo. Le ha sucedido a innumerables civilizaciones, planetas, estrellas y galaxias. Sucede como un ciclo. Así es como los tres grandes poderes mantienen el orden. Bueno, el Todopoderoso. El Universo y el Caos no han estado activos en estos temas por mucho tiempo."
"Regresarán."
"Por supuesto que lo harán. El cambio es inevitable. Y la ley en sí misma es una paradoja en que nunca cambia."
Dumbledore se encorvó en su asiento. "Así que, hemos fallado."
Remus Lupin lo miró con preocupación. "No. Sabemos que Voldemort tampoco tiene al gato. Esas son buenas noticias."
"Pero es una variable que podría afectarnos más adelante. Posiblemente perjudicarnos."
Bill Weasley había llegado sólo un par de horas antes, sufriendo visiblemente de los efectos de la maldición Cruciatus. Estaba incluso más sorprendido por quién lo había ayudado. El otro no era un miembro de la Orden, pero aún así había ayudado. Después de hacer un alboroto sobre el estado de su hijo, Molly le había agradecido y abrazado al pobre muchacho muchas veces. Remus podía decir que el hombre no estaba acostumbrado a eso, juzgando por su expresión abrumada de sorpresa. Era en general bastante guapo, a pesar del parche en su ojo, y atrajo miradas de muchos miembros femeninos de la Orden. Incluso Ginny, quien se había encerrado en su habitación a llorar desde la desaparición de Harry, se había aventurado fuera de su habitación para echar un vistazo. Ahora, estaba afuera e intentaba ayudar a su hermano, pero sus miradas continuaban desviándose hacia el salvador de su hermano. Remus había hablado con él más temprano.
"¿Tu nombre es?"
"Wyvern Irving."
"¿Te graduaste en Hogwarts?"
"Sip. La Casa de Slytherin." Remus fue enfrentado por una mirada intensa. "Y tampoco voy a negar que estoy orgulloso de eso. ¿Eres tú el hombre lobo que hizo clases hace dos años¿Remus Lupin?"
"Sí." Se sentía desconcertado. "Veo que se corrió la voz."
"Mi molesta prima no podría mantener su boca callada aunque en ello dependiera su vida." El joven hizo una mueca. "Jóvenes, siempre tan frívolos. Como la hermanita de Weasley, por ejemplo."
"¿Te refieres a Ginny?"
"No conozco su nombre, pero me ha estado observando como un cachorro pidiendo amor. Para ser honesto, me está asustando un poco."
"Sólo está contenta que hayas salvado a su hermano."
"No," discutió Wyvern. "Ahora cree que está enamorada de mí, no de Potter. Apuesto que ya no pasará mucho tiempo en su habitación." La mueca de Wyvern se hizo más pronunciada. "No me extraña que esté en Gryffindor. Va detrás de los héroes. Patético."
Remus dejó pasar el insulto que Wyvern hizo sobre Ginny. "Pero tú eres un héroe. Salvaste a Bill."
"No soy un héroe. Sólo soy humano," Wyvern miró por la ventana hacia la calle oscura. "He ahí la diferencia."
"¿Crees que podemos confiar en Irving? Sabe acerca de la Orden."
Dumbledore suspiró. "Creo que podemos. Si fuera uno de esos que apoya al Ministerio o un Mortífago entonces yo ya lo sabría. Es digno de confianza. Un completo Slytherin, puede ser, pero es digno de confianza. Y Severus dice que responde por el muchacho."
"¿Supongo que ahora tendremos que buscar al gato, a Harry, y asegurarnos de mantener a Voldemort alejado, todo al mismo tiempo?"
Dumbledore observó sus arrugadas manos, formando una pirámide triangular. Nunca antes lo había visto Remus parecer tan viejo. "Por agotadora que parezca la tarea, es lo que debemos hacer. Creo que Sirius ya está haciendo las últimas dos. Que Pheta nos ayude."
Sirius aún estaba buscando a Harry. Sin importar qué tan inútiles sus búsquedas parecían ser, no desistía. Incluso Snape tenía que admitir que la determinación de Sirius era admirable. Aunque Snape después lo había convertido en un insulto que resultó en una pelea menor. Ron había alentado a Sirius, a pesar de las protestas de su madre. Hermione había dejado su puesto de centinela en la ventana, pero estaba ahora buscando algún hechizo para localizar a personas perdidas.
"¿Cómo está Snape?"
"Exhausto. Piensa que Voldemort puede estar comenzando a sospechar acerca de sus lealtades. Todo eso mientras se prepara para el comienzo del año escolar. También estoy preocupado por él."
Remus le dio una pequeña sonrisa. "Creo que todos lo hacemos, de una forma u otra."
"No lo dije como una broma,"dijo Dumbledore seriamente. "Ha estado buscando entre los documentos de su familia como si fiera una obsesión."
"¿Documentos de su familia?"
"Para ser más específicos, su abuela. Siente que ella le dijo algo importante y que sabía más de lo que estaba pasando en el mundo que la mayoría de las personas. Pero hasta ahora, no ha encontrado nada. Es como si hubiera aparecido de la nada, lo que según Severus, es como la conoció su abuelo."
"¿Y piensa que su abuela sabía algo que podría ayudarnos?"
"Sí. Pero no hay ningún dato sobre la mujer. Mirage Searle-Snape es un absoluto misterio."
El hombre que vestía túnicas que parecían ser oficiales y que usaba una peluca blanca se alzó para leer el veredicto. "El comité encuentra a Peter Pettigrew… CULPABLE de asesinato, fraude, matanza, espionaje, traición, y por actuar como cómplice de múltiples crímenes."
Sirius Black observaba sin emoción mientras en veredicto era leído. El momento por el que había estado esperando al fin había llegado. Ahora era libre, literal y figurativamente. Ya nadie lo perseguía, y la persona que lo había comenzado todo, toda la tortura y la agonía que había sufrido los últimos catorce años, al fin iba a obtener su castigo. Debería estar eufórico. Pero no lo estaba. El momento estaba vacío ahora. ¿Cuál era el punto? Le había fallado a su difunto amigo en muchas ocasiones. No había podido cuidar a su ahijado, su responsabilidad en el caso que algo le sucediera a sus padres. La escena estaba fallada. Se suponía que Harry estaría allí, a su lado, feliz que Sirius al fin era libre y que podría tener un hogar decente. Ya podía verlo: cabello negro parándose en todas direcciones como el de su padre antes que él, ojos verdes brillando con felicidad como lo hacían los de su madre, so rostro delgado esbozando una sonrisa de verdadera felicidad.
Pero no estaba allí. Harry no estaba. Sirius sólo se estaba engañando a sí mismo. Deseaba que fuera real. Pero la realidad era una dama cruel.
Por otro lado, también lo era la venganza.
"Peter Pettigrew recibirá el Beso del Dementor como castigo por sus crímenes. ¿Alguna objeción¿Ninguna? Entonces, prosigamos."
El ex convicto se encogió por dentro, cuando los monstruos cubiertos por capas entraron a la habitación, arrastrando detrás una ola de frío miedo. Su respiración resonó por el aire y caló los huesos de la audiencia. Como detestaba a los guardias de Azkaban, esos malvados seres que mantenían atrapados a aquellos igualmente malvados para su propio disfrute. Sirius tuvo que luchar contra el fuerte deseo de realizar el encantamiento Patrono y dejar que su perro plateado se encargara de ellos.
No. Peter iba a recibir lo que se merecía. La complexión ya pálida de la rata tomó un color enfermo y sus húmedos ojos azules se abrieron enormemente por el miedo. Continuaba mirando de un lado a otro de la habitación buscando alguna salida, pero no iba a encontrar ninguna en esta habitación subterránea. La única salida era la única puerta, y en todo caso sería acabado antes que pudiese siquiera alcanzarla. Además, no podía cambiar en Colagusano: los grilletes en sus muñecas se lo impedían. Peter Pettigrew era hombre muerto y lo sabía.
"¡NO¡NO, NO PUEDEN HACER ESTO¡POR FAVOR TENED PIEDAD!" Pettigrew continuó gritando por compasión, pero sus súplicas cayeron en oídos sordos. Nadie sentía nada de lástima por este hombre, quien había ayudado a asesinar a tantos.
Fue en ese momento, los ojos de Pettigrew cayeron en su antiguo amigo y compañero Merodeador sentado en la audiencia. "¡SIRIUS¡SIRIUS¡TIENES QUE AYUDARME¡POR FAVOR!"
Todos los ojos se voltearon para mirarlo.
Respondió fríamente, "¿En verdad esperas que yo te salve¿Después de todo lo que les has hecho a todos, en especial a mí? No mereces piedad ni lástima. Tu destino fue sellado el momento que comenzaste a servir a Voldemort."
La mayoría de los presentes reaccionaron mal a la mención del nombre del Señor Oscuro, pero Sirius se había hecho entender. Pettigrew parecía sorprendido y enfadado. Por qué enfadado, Sirius jamás lo sabría. Y tampoco querría. Peter Pettigrew, su amigo 'Colagusano', había muerto hace años. Ahora era tiempo que la parte traicionera que quedaba de él enfrentara las consecuencias.
Las manos escamosas bajaron la capucha y agarraron a Pettigrew por el cuello de su túnica. La mayoría de la gente en la habitación miró hacia otro lado mientras el alma de Pettigrew era absorbida de su cuerpo por el Dementor a través de su boca. Pero Sirius no apartó su mirada.
Al final del espectáculo, Sirius no sintió satisfacción alguna. Había asuntos más importantes que atender. Como encontrar lo que lo hacía importante: Harry.
"¡RÁFAGA DE HIELO!"
Rápidamente levantó un escudo de llamas mientras la Profesora Coulter lo bombardeaba con un ataque de hielo. El asalto era una combinación de hielo y agua, lo que lo hacía aún más difícil de bloquear. Luchando contra el poderoso ataque, se concentró en formar una movida similar a un lanzallamas que había prendido de Abue.
"¡EXPLOSIÓN DE LLAMAS!" El escudo de fuego desapareció al enviar las llamas contra el viento. Como había esperado, el ataque fue neutralizado. Sonriendo en victoria, decidió usar un ataque similar, pero esta vez usando agua para golpear a la Profesora Coulter.
Pero ella había desaparecido.
"¿Qu- gah!" Se encontró a sí mismo con una peligrosamente afilada estalagmita siendo presionada a su garganta. ¿Pero yo tenía la ventaja!
"Nunca pienses que no me moveré después de atacar así," lo regañó la Profesora Coulter. "Y tienes que aprender que no puedes permanecer en un lugar."
"¿Profesora? Creo que lo entendí cuando congeló mis pies en primer lugar."
"Gracioso, Night. Gracioso. ¿Entiendes por qué no puedes pensar que tienes la ventaja sólo porque puedes usar todos los elementos? Tienes que sobreestimar a tus oponentes en toda situación y recuerda que todos los elementos con más o menos equivalentes en fuerza si son empleados correctamente."
Toda la lección, al igual que las clases anteriores, habían ido iguales. Night tembló al pensar en cómo serían sus clases regulares si enseñaba de ese modo.
La Profesora Coulter no creía en ser suave con nadie. "Te hace débil," había dicho, "cuando tienes que estar alerta." Lo había atacado con cada tipo de ataque de hielo y agua que pensó eran posibles. En un punto, había accidentalmente creado una espada de fuego elemental para protegerse de su más fuerte ataque elemental, 'Ventisca', pero pronto se había desvanecido. Le había dicho que eran simplemente sus instintos tomando el control. Estalagmitas, chorros de agua, y en una ocasión un ataque que le había arrojado agua hirviendo. Ella era ciertamente una maestra en el elemento del agua. Night se sentía honrado que ella le estuviera enseñando. Aunque uno podía fácilmente confundirlo con un intento de asesinarlo. Pero le había dicho que le agradaba. Eso era a la vez algo bueno y algo malo. Eran, en su opinión, aquellos que lograban mostrar potencial quienes debían aprender a usarlo y, por ende, ser introducidos a situaciones más difíciles de lo normal. A la vez afortunada e infortunadamente, Night tenía mucho potencial.
Pero cuando habían dicho que era ruda, no estaban bromeando. Profesora Coulter veía todas las debilidades y fortalezas con sólo una mirada y usaba la información para su provecho. No era el Dragón Azul de los Arashi-Tenku por nada. En esos días, Lavinia Coulter era tan respetada como Zylle. Y eso era decir algo. Aunque la fama de la Profesora Coulter era más bien el resultado del miedo. Nunca tenía piedad.
Pero se podía entender con ella. La Profesora Coulter había crecido en condiciones muy similares a las suyas. Ella misma había sido parte de una familia abusiva (bueno, al menos pensaba que era abusado), y había sido menospreciada y maltratada. Según Abue. Había sido un desastre cuando había sido llevada a la ciudad Grey Tower. Los Dragones que la habían encontrado se la habían llevado de su familia, averiguaron sobre sus habilidades y la acogieron. Lavinia había adoptado el apellido 'Coulter' y había trabajado duro para hacerlos orgullosos. Abue dijo que lo había logrado. Cualquier rango como líder de un clan era un gran honor, y Lavinia había tomado el lugar de Dragón Azul. El deseo de pagarles a aquellos que se habían preocupado por ella y la habían cuidado alimentaba esa determinación. Había hecho la conjetura de que al menos en eso tenían algo en común. Night por su parte, quería que Zylle estuviera orgulloso de él.
"Has hecho mucho progreso hasta ahora. ¿Ya te han enseñado cómo formar un arma elemental?"
"Aún no, Profesora. Pero me imagino que pronto me enseñarán. Primero, con viendo, después con fuego."
"Bien. Comenzaremos con armas de agua la semana después de eso. ¿Has estado practicando?"
"Sí… Zylle no esperaba que usara un ataque de hielo hace dos días."
"¿Qué sucedió?"
"Fui arrojado contra la pared."
"Ya veo. Típico de Zylle. Las clases han acabado por hoy. Ya has progresado suficiente en estas últimas dos horas."
Parecieron más bien como cinco. "Gracias, Profesora."
"De nada. El próximo martes, a las tres en punto." Fríos ojos azules se entrecerraron peligrosamente. "No llegues tarde." Sí, la Profesora Coulter detestaba la tardanza.
Había vivido por mucho tiempo.
Tenía muchos nombres diferentes.
Pero a través de las eras su propósito seguía siendo el mismo: encontrar un 'amo' y servirle.
Un hechicero egipcio que deseaba el arma más poderosa lo había creado. Había combinado las habilidades de nundus y otros gatos depredadores para darle habilidades felinas excepcionales. Después de agregó los genes de un gato doméstico regular, los gatos de caza que usaban los nómades, y kneazles para hacerlo leal a él. A continuación había convocado a un espíritu para hacerlo más fuerte.
Pero el hechicero no lo merecía. Su espíritu era antiguo y poderoso, leal sólo a sí mismo y a los dioses loables de ser venerados. Se volvió muy selectivo en cuanto a sus amos. En primer lugar, muchos de ellos murieron después de usarlo un par de veces. Otros parecían no ser afectados. Usaba el poder de la persona y lo amplificaba, a la vez que le añadía del suyo propio. Por lo que gran poder era logrado. Pero venía con un precio.
Entonces habían llegado. El faraón lo había encerrado en la tumba. Pero no estaba molesta. Él era digno de convertirse en su amo. Pero había dicho que debía ser mantenido a salvo, que la gente podría usarlo para fines malignos. Así que selló la tumba en un lugar donde las arenas estaban malditas por la ira de los dioses. Pero el faraón fue lo suficientemente amable para arreglar los encantamientos que lo rodeaban de modo tal que pudiera entrar y salir a su antojo, y así no muriera. Hizo esto bajo el nombre de una diosa llamada Melania Amarna. Había decidido después que esta diosa era digna de su apreciación.
La diosa con ojos color avellana lo había liberado, por lo que estaba agradecido. Fue entonces que aprovechó su nueva libertad y atacó al hombre que lo había burlado. Deseaba tener la oportunidad de matarlo, pero lamentablemente tenía que marcharse. La libertad era de mayor relevancia que la venganza.
Y aquí estaba ahora. Su amo se había ido y no tenía idea de qué hacer. Todo había cambiado. Se había adaptado con facilidad a ese nuevo mundo, pero no podía evita sentir nostalgia por caminos que no estuvieran llenos de las furiosas conchas de metal que comían gente.
Calle Zephyrus. Sí, podía leer. Había aprendido que al leer conocimiento podía ser obtenido. Y cómo esos pequeños símbolos podían significar tanto lo asombraban. El sol estaba apenas sobre el horizonte y continuó caminando en el temprano aire de verano. Éste podía ser un país completamente distinto, uno donde el sol no era muy caliente y no había arena, pero era definitivamente verano.
La puerta de una de las viviendas se abrió, uno con un paquete que descansaba en el pórtico. Un muchacho con revuelto cabello negro y ojos verdes salió a recoger el paquete. Comenzó a desenvolverlo y cuando acabó, sostenía un largo trozo de madera en su mano como si fuese algo sagrado. Al verlo, podía decir que era madera de tejo. Entonces vio que el paquete contenía otras cosas: una bufanda verde y plateada, una larga chaqueta gris que parecía vieja pero tenía el aroma de numerosos encantamientos de protección en ella, además de algunos libros. El muchacho leyó la nota que venía con el mensaje antes de sonreír enormemente. Organizándolo todo en un montón ordenado, regresó a la casa.
Pero él era más rápido. Este muchacho era su nuevo amo. Lo sabía por instinto. Se parecía a él en muchas cosas. Y tenía poder. Era el mismo poder de la diosa que el faraón había invocado y uno similar al de la diosa de ojos avellanados. Eso significaba que no moriría. Y parecía gentil. Eso era un bono. Se escabulló dentro de la casa antes que cerrara la puerta.
El joven no se dio cuenta. Silenciosamente, subió las escaleras hasta llegar a una habitación decorada en verde y gris que aún contenía en el interior la oscuridad de la noche. Su presentimiento que era una persona gentil pronto fue confirmado. Había una lechuza blanca en una percha, despierta y con sus ojos anaranjados abiertos. El muchacho la acaricio suavemente y la lechuza ululó en respuesta. Había decidido no herirla, entonces, aún si estaba hambriento. El amo una opinión alta del ave, así que no atacaría. La lechuza dirigió su atención a el, pero no reaccionó en ninguna forma. Podía intuir que la lechuza era un espíritu como el, pero su función era proteger, no servir como un arma. Mientras el muchacho guardaba sus cosas en su habitación, saltó a la cama y caminó un poco sobre ésta. Cómoda. Se recostó en el cubrecama verde, enroscó su cola alrededor de sus pies, y ronroneó fuertemente.
Fue entonces que el muchacho lo vio. Podía sentir la sorpresa que emanaba de él mientras se le acercaba cautelosamente y se arrodillaba para verla mejor. Confundido, le preguntó, "¿De dónde saliste?"
Ronroneó antes de pararse y frotar su cara contra su mejilla. Dudando un poco en un comienzo, el joven comenzó a acariciarlo, pero cuando vio que no iba a atacar y que disfrutaba la atención, ganó confianza. "Bien, no sé de dónde vienes, preciosura, pero pareces agradable."
Pensaba que era precioso. Ronroneó más fuerte. Le agradaba.
"Night¿qué es ese sonido?" Una mujer entró a la habitación. Sentía que era una de viento y que se preocupaba mucho por su amo. Y el amo evidentemente también se preocupaba bastante por ella. Y ahora sabía en nombre de su amo: Night. La mujer también parecía sorprendida. "¿Es eso un gato?"
"¿Puedo quedármelo? Parece amigable," la voz de Night era una de súplica. "¿Por favor?"
He aquí el fin de este capitulo. Para responder a algunas preguntas, todavía falta bastante para el torneo. De hecho, sucede en los capítulos finales de este fic, así que faltan al menos diez caps. Voy a intentar actualizar el domingo o antes (lo que significa cuatro días para traducir el fic, entre mi clase de alemán el jueves, el cumpleaños de una amiga, la tarea que nos dejó la vieja de biología para las vacaciones y que ni siquiera he empezado a hacer, y otras cosas, pero voy a hacer lo posible.) Si no es el domingo, será el miércoles, siempre y cuando no empiecen los profes a dar tareas como si fuera el fin del mundo. Para los que están leyendo 'Un Extraño En Una Tierra Impía' lamento decirles que me voy a demorar más en actualizar, mínimo un mes, máximo a mediados de diciembre, cuando terminan los exámenes y empiezan las vacas. Por favor, cualquiera que sepa inglés, les pido ayuda urgente con ese fic! Estoy desesperada, es demasiado largo! Cuando termine de traducir este fic, ya tendré más tiempo para seguir con UEEUTI, pero de momento me quedan trece capítulos más, sin contar la continuación de este fic 'Profecías Elementales'. Después de Diciembre, todo depende si me quedo en Concepción o voy de vacaciones a Iquique a ver a mis primos. Voy a actualizar lo más seguido posible durante estos dos meses y medio de clases que me quedan. Para responder a otra pregunta que me hicieron, sí, la Diosa de la luz, Pheta, esmaltada, y la de la Oscuridad, o sea Melania, es buena. Gracias a Tenshi Lain, tata, Elementh Reload, Arwenej, The angel of the Dreams, y Francisca (no te preocupes con lo del review, eres una de las pocas personas que se preocupan de dejar reviews todos los capitulos) Muchas gracias! Tambien a todos los que dejaron un review para los capítulos anteriores Besos a todos!
