Para evitar problemas de autor y todo esos enrolló. La idea de la historia es totalmente mía como los personajes aquí mencionados con exacción de Salazar Slytherin, Godric Gryffindor, Helena Hufflepuff, Rowena Ravenclaw. Ellos le pertenecen ha J.K.R. y a todos los demás que compraron los derechos. Yo no estoy lucrando con esto, así que no estoy quebrando ninguna ley internacional. No molesten, ni fastidien con ese punto. Solo espero que se diviertan con la lectura, así como yo me divertí escribiéndola en clase. Si quieren pueden dejar su opinión que será bien aceptada. Cuídense mucho Sak.
Los Herederos!!!
Por Sakura_corazón
Capitulo VIII
Sleeping Sun
(Sol Durmiente)
The sun is sleeping quietly.
Once upon a century.
Wistful oceans calm and red.
Ardent caresses laid to rest.
For my dreams I hold my life.
For wishes I behold my night.
The truth at the end of time.
Losing faith makes a crime.
El sol depura en el horizonte. El galopar de los caballos es escucha en el ambiente indiferente. El carruaje que jalan avanza por el camino tranquilo. Cubierto por el forraje del árbol el hombre ve el pasar de los escoltas y el carruaje. Cuenta a las personas; son seis. Tres escoltas, el cochero y dos mujeres muy bonitas dentro del carruaje. El hombre se mueve entre los árboles, siguiendo el camino, los escoltas no se han percatado de su presencia. Un silbido sale de sus delgados labios. Se detiene un momento a observar. Alguien le silva de vuelta, la divertida sonrisa cubre rostro.
Tiempo de trabajar.-dice alegre el hombre. De un salto cae sobre le caballo y se dijere hacia el camino.
Las mujeres del carruaje hablan tranquila. Sus ropas de viajes las protegen de la humedad que aflora en ese amanecer. Llevan viajando dos días sin descanso.
Mi Lady que piensa hacer cuando llegue donde su padre – pregunta la doncella preocupada.
Nada, solo espero verlo. Si se molesta, le diré la verdad, no creo que habrá problema. Y por favor deja ya de preocuparte, no es muy saludable para ti –dice algo indiferente por la preocupación de la doncella. Sienten que aminora la velocidad del vehículo.
Pregunta que pasa – indica
Sí mi señora. – abre una ventanita y ve el rostro del viejo cochero. – Porque nos detenemos Adrián.
Diana ahí una carreta atravesada en el camino – contesta el hombre –Las escoltas han avanzado para remover el obstáculo y continuar el camino – la mujer asiente satisfecha por la información.
Mientras el cochero le comunica lo sucedido a la dama de compañía, los escoltas se acercan con cautela a carreta. El frío de la mañana cala hasta los huesos. El silencio es sofocante.
Tengo un mal presentimiento Ion –dice el escolta mas viejo.
Si, esto no es normal. Donde están los dueños. Tu que opinas Adrián – un silbido se escucha, seguido de un golpe seco. Dos silbidos mas, el jinete mas viejo cae al piso muerto. El caballo se encabrita por el súbito movimiento del jinete; logra esquivar una flecha, mas la otra se impacta en el hombro haciéndolo caer. Al abrir los ojos ve una espada enfrente de sus narices.
No te muevas si aprecias tu vida – le dice el portador del amar.- Ormand mira a ver si los otros escoltas están muertos o heridos.
El viejo esta muerto. –respondió el hombre.- el otro muchacho inconsciente, tiene un feo golpe en la cabeza.
Súbelo al caballo. –ordena. Ion miraba atento al carruaje para ver que pasaba con su señora.
Al ver caer al cochero muerto, Helga y la dama de compañía se asustaron.
¿Qué demonios? – exclama la dama. Se queda quieta al advertir la flecha brillante que le apunta directamente al pecho. Observa dos hermosos ojos pardos que la mira con audacia.
Buenos días mis bellas damas – saluda el hombre con galantería, sin dejar de apuntar a Helga – si no es mucha molestia puede bajar del carruaje. – indica.
Diana no ha parado de gimotear desde que vio a como caía Adrián. Helga mira altiva al hombre de los ojos pardos. No es muy alto, promedio; tiene el cabello castaño, con betas doradas, inusual combinación. De todo, lo que más le impresiona es el color de sus ojos, es del color de la tierra con un tiente de rojo amarillento, mas no oscuro que el gris.
El hombre extendió la mano para que la dama bajara del carruaje. Helga la rechazo cortes mente. Diana seguía gimoteando palabras.
Si no es mucha molestia señor, me podría revelar su nombre – pido con su voz suave Helga.
Verdad, disculpe esta falta de modales, dama mía. Usualmente a quien asaltamos son mercenarios y no hermosas damas – respondió galante – Mi nombre es Ulric Mond des Wolfs. Sus nombres ahora.
Soy Glenys Saint du Soleil – contesto recia – la llorona es mi prima segunda Diana Soleil.
¿Qué las trae por estas tierras tan temprano? – pregunta amenamente.
Estamos de paso, hasta que un caballero con falta de consideración se le ocurrió la brillante idea de interrumpirnos el viaje. – contesta igual de amena.
Vaya, vaya una fierecilla total – contesta otro hombre de mal talante.- señor Ulric que hacemos con los escoltas vivos.
Están heridos –pregunta Helga algo inquieta por la suerte de sus servidores – puedo verlo
Sígame – dice estoico el hombre después de haber recibido la autorización del líder. Diana sigue dócilmente a su señora. Ulric la mira, ve la altivez en su rostro, el porte, su forma de hablar. Sabe que una comerciante por mas que quiera, nunca será una dama, una aristócrata, una noble. Presiente que la que identidad que le dio, no es la verdadera, mas decide seguirle el juego. No es un desalmado que lastima mujeres.
Ion –exclama Helga al verlo en el piso. Las manos las tiene atadas y puede ver que el hombro lo tiene mal trecho. El corazón de ella se contrae de angustia.
Señora, esta bien – pregunta mas preocupado el hombre por ella, que por sus heridas – no le han hecho nada a usted o a la doncella Diana.
Estoy bien – contesta ecuánime – déjame ver la herida.
No es nada chiquilla – interrumpe rudamente otro hombre – no se morirá.
Como te atreves a llamarme así – responde arrogante, mirándolo a los ojos de manera soberbia. Diana la detiene de hacer una imprudencia. Helga la mira molesta, ve ansiedad.
No Glenys, no es el momento – Dice temerosa. Ion agudiza la mirada al escuchar como diana llama a su señora y comprende que no saben que ella es la hija del terrateniente del noroeste.
Señor Ulric, le pido que tome todo lo que desee del carruaje, pero que respete nuestras vidas. – solicita Helga.
Así será, pero ustedes tendrán que venir conmigo – dice. La cara de Helga se ensombrece un poco, recupera la postura.
Ir con ustedes, que planea este hombre. Ion no hagas ninguna tontería.- piensa con preocupación.
Dos silbidos salen de los labios gráciles del líder. Un bonito caballo moteado aparece ante ellos. Toma a Helga por la cintura, la sube sobre el caballo y él se monta.
Ormand, Zev llévenlos al campamento. – indica – véndenles los ojos, no quiero que vean donde es. A los heridos atiéndanlos, la mujer esta bajo la protección mía, no la toquen. Y Zev no quiero ninguna estupidez de parte tuya, sabes porque
Si señor, en marcha – indica el aludido de manera ruda. Diana mira con ojos aterrados a Helga. Esta al borde de un ataque de pánico. Ion al ver lo que sucede trata de ponerse de pie y proteger a su ama. Helga con un rápido movimiento se desmonta y se acerca a Ion.
No lo hagas – lo toma por el rostro y Helga le dice al advertir las intenciones de su escolta – será peor Ion, no intentes ninguna tontería.
Pero –trata de refuta el soldado. Ormand toma bruscamente a Helga por la cintura y lo sube de nuevo al caballo de su líder.
ES UNA ORDEN – le exclama - Además tengo la palabra de honor de Ulric, que no me pasara nada. Además tu necesitas atención y alguien debe cuidar a Diana. Hazlo.
El caballo inicia a trotar. Helga mira con atisbo de contrariada como son llevados sus súbditos. Ulric curioso la observa. Ve la delicadeza de su rostro, lo mismo que sus manos, a leguas se ve que es una noble. Helga nota que van a Oeste, mas los otros al sur.
A donde me llevas – su rostro muestra muchos matices, desde molestia hasta preocupación, pero lo mas curioso es serenidad y al final tímido vislumbra algo de cariño. Para una mujer es demasiado, según Ulric.
A donde una amiga, la verdad es que quiero saber quien eres. Y es mejor saberlo lejos de mis hombres, podría ser peligroso para ti. Tengo la leve sensación de que eres una hechicera.
No seas idiota, si fuera hechicera crees que estaría contigo en este momento. –responde de manera brusca a la insinuación – ahora te pido que me sueltes y sueltes a mis amigos.
Amigos, interesante, pensé que eran tus vasallos. – de manera mordaz responde – o algo parecido.
Eso no es de tu incumbencia, ahora suéltame – lo empuja de caballo haciendo caer estrepitosamente al jinete. Toma las riendas y se aleja.
Vaya, vaya te gusta jugar rudo niña – dice divertido desde el piso – bien me toca a mi devolver la cortesía –de un salto se levanta. Se lleva la mano a la boca y silva. Un poco alejado de él, el caballo escucha la señal de su amo. Se detiene en seca. Relincha un poco, se da la vuelta y regresa por donde vino.
No bonito, para aya no. – susurra la mujer al oído - si das la vuelta te daré una gran zanahoria y bastante heno cuando salgamos de este horrible bosque. - El caballo se detiene como si meditara las palabras – si, una suculenta zanahoria, ahora tienes si no quieres.
Jajaja comprando a mi caballo con una zanahoria y heno. Muy gracioso – apareció muy divertido Ulric desde un árbol – eres graciosas Glenys, pero ahí algo que no me gusta es que me ataquen –su voz se vuelve irreflexiva. – tratando de escapar. Mala, muy mala idea niña.
No seas – responde Helga molesta. Desmonta del caballo al saber que no lo podrá utilizar como medio de escape. Mira atenta los pasos que da Ulric, busca una ventana de oportunidad para salir del aprieto. Aprieta con fuerza su varita mágica que oculta entre los pliegues de la ropa.
¿Qué piensas? Ya se buscas una salida. No la encontraras. Estas en mis dominios. – se acerca a ella con cara de pocos amigos. Helga no se mueve para nada. La toma por el brazo y la jamaquea, ella se deja hacer dócilmente. – no hay resistencia, bien sabes lo que te conviene.
Releper – dice bajito Helga, el hombre salio despedido contra un árbol golpeándose de manera fuerte. Helga salio corriendo con todas sus fuerzas. Ulric se levanta nuevamente, su caballo lo mira reído.
Ya se Aidan, por favor no te riás mucho.- el caballo le muestra los dientes divertido y asiente a la petición- Eso me pasa por confiarme. Supuestamente no eras hechicera. No importa me gusta cazar a mi presa.
Las ramas golpean débilmente el cuerpo que las pasa a toda velocidad. Cae y se levanta, tiene que salir de ahí. Se detiene a tomar un respiro. Mira al cielo en busca del sol, necesita orientarse. Las aves se levantan en vuelo, el aullar de los lobos la asustan. El murmullo de un arrollo se escucha en el ambiente.
Lo perdí... lo perdí... –advierte entrecortada por la respiración agitada. Un ruido la alerta, son pisadas de un caballo grande. Rompe a correr, se aleja del sonido. Se detiene, mira hacia atrás. No ve, ni escucha nada. Al devolver la mirada un grito sale de sus labios.
Hola y buenas noches. – dice Ulric - Rimrod. – al tiempo que esta palabra vuela de los labios, ella solo ve una varita apuntando a la cara antes de caer dormida en los brazos de su captor.
El sol golpea de manera tenue la casa en medio del claro. El perro juguetea divertido con la mariposa que pasa en el campo. Se detiene y mira hacia un punto del bosque. Inicia ladrar vigorosamente. Un hombre aparece, en sus brazos trae a una mujer. La puerta de la casa se abre dando paso a una mujer de castaños cabellos. La mirada que porta es de molestia y reproche.
¿Qué haces aquí Ulric? Sabes que no puedes muy bienvenido a mi hogar. – manifiesta de manera cortante y molesta.- no quiero tratos con alguien como tú.
Todavía esta molesta por el ultimo incidente, Rowena no pensé que fueras tan rencorosa – opina el hombre.
No te hagas el idiota. Fuera de mi vista.
¿Rowena porqué has salido de esa forma? – se escucha la profunda voz de un hombre preguntar detrás de ella.
Mark es nuestro aquí presente Mond des Wolfs, con una joven inconsciente – Mark apareció detrás de la figura de Rowena. Desde su perspectiva ve a Ulric y a la mujer en sus brazos. No le gusta lo que ve. Ropas de fina confección y joyas. Noble. Mark fácilmente le saca una cabeza a Rowena, su semblante esta severo, sin la alegría que siempre lo acompaña. Rowena mira a la mujer.
Pasa Ulric – Rowena invita después del incomodo silencio formado - al menor intento de agresión hacia nuestras personas, sabrás las consecuencias.
Esta bien, es tú hogar y tú mandas – algo despreocupado por lo dicho.
¿Supongo que la mujer es una noble? – pregunta Mark mientras atraviesan el pequeño pasillo.
Sí – confirma el hombre. Entran al cuarto de Rowena
Eres un insensato. – manifiesta irritada Rowena.
Calma mujer, no me hables así. – se defiende ásperamente. Con cuidado rescuentra el cuerpo lánguido de la mujer sobre la cama. Rowena la arropa con una frazada.
Te hablo como me da la gana. – experta de malas manera – ahora cuenta que paso.
Esta bien – un suspiro apagado sale de los labios de Ulric – preparamos una emboscada en la ruta principal. Y lo que aparece fue un carruaje escoltados por tres hombres. Atacamos, en el asalto dos de ellos murieron y sobrevivieron tres contando a la dama de compañía de la joven. Dos de los capturados están heridos. Y sin contar que la dama de compañía, que debe estar histérica. La verdad no esperaba que viajaran mujeres, por ello no continué el asalto.
El gran caballero Ulric – responde irónica.
Sabes una cosa Rowena, que seas mi hermana te salva de muchas malas pasadas, pero no abuses de mi paciencia – le suelta molesto por las constantes pullas de la mujer.
¿Qué miedo? – lo reta, Mark entra a la sala donde ellos discuten. Rowena mira con seriedad a Ulric. – sin animo de pelea ¿qué planeas hacer?.
¿Por qué crees que estoy aquí? – responde - No tengo la menor idea de que hacer.
Dios Ulric, crees que te durare toda la vida para sacarte de problemas. No seas tan majadero. – responde más irritada. Un suspiro molesto sale de sus labios. – déjala aquí, mas tarde iré a ver a los otros. Hablare con ella y la encaminare a su reino, eso sí con sus escoltas y la dama de compañía. Entendiste lo que te dije mequetrefe incapaz de hacer algo bueno. Gracias a dios nuestra madre no esta viva para verte lo que haces.
No la metas a ella en esto. Mejor me retiro, no estoy de ánimos para pelear contigo Rowena.
Sabes por donde esta la puerta. – se despide la mujer. Mark lo acompaña a la salida.
Cuídate – un apretón de manos se dan los dos.
Tu también y cuida a la boba esa – el hombre monta con brío a su corcel y desaparece en la espesura del bosque.
Escuchaste lo que dijo verdad Mark. ¿Quién se cree ese mentecato? – rezonga Rowena al lado de Mark.- no tiene cerebro.
No te preocupes, él sabe como salir de sus problemas.
Claro que sabe, yo se los resuelvo – Mark suspira, sabe lo inútil que es hablar con Rowena sobre su hermano menor. Levanta la mirada y ve el tiempo ponerse. Los dos entran a la casa.
El sonido del agua correr cubre el ambiente. El humo de la cabaña brota sutil por la chimenea para elevarse al cielo azul de la tarde. La brisa entra conforme puede por las cortinas que se mecen a su contacto. Un hombre observa con absoluta calma a la joven que descansa en la cama.
¡Hola! – saluda el hombre desde la silla al verla despertar. La mujer lo mira recelosa, al ver que no es el criminal que los ataco o los que lo acompañan suspira aliviada. Mas bien observa a un hombre de mirada alegre y juguetones ojos castaños claro. De fuertes brazos. El cabello blanco le cubre parte del rostro.
No tengas miedo. Mi nombre es Mark – se presenta, ella lo sigue vigilando – tus amigos pronto vendrán y después podrán todos seguir su camino. – sigue hablando – Supongo que tendrá hambre, en la mesa a tú derecha ahí un tazón con estofado de liebre. – la mujer mira donde le indica Mark. Todavía esta caliente, la estela de humo se eleva del plato- Te recomiendo que lo comas, esta bueno, lo prepara Rowena. Ya tendrás tiempo para conocerla. A tú izquierda ahí agua y una esponja para que te asees. –lo divisa sin problema- En la silla ahí un traje limpio para que te cambien. Te dejare para que hagas lo que desees. Si quieres después de disponer lo que te hemos dejado, puedes salir a conversar y conocer a Rowena.
Mark se levanta. Se coloca su boina y inicia a retirarse.
Gracias – la mujer le dice – Mark sonríe animado y desaparece detrás de la puerta.
Helga lo ve salir. Toma el tazón de comida y saborea lo vertido en el. Se levante de la cama y se asea con el agua fresca de la palangana. Toma el traje y se lo coloca. Es una falda azul con una camisa sencilla del mismo color.
Con curiosidad observa el cuarto deduce que la gente es humilde por su contenido. La cama esta cubierta por una sabana algo vieja y usada. La pequeña mesa que sirve de escritorio, cubierta con una cartas y otras cosas más. La silla al lado de su cama. Las suaves cortinas mecidas por la brisa que entra.
Llego la hora de conocer a la gente que vive aquí. No creo que sean tan malas personas. Me han cuidado bien. – piensa- además tengo que salir para saber de Ion y los demás.- con timidez abre la puerta. Se asoma, no ve a nadie. Inicia a caminar – Mark se ve que es buena gente, pero y si es amigo del idiota que me secuestro. Vamos no pienses en eso.
Sigue por el pasillo y llega al comedor. Descubre con alegría que Mark esta en la habitación. Lo ve mecerse en la cómoda mecedora. Nota que mira a alguien con mucho cariño. Ve a una mujer de negros cabellos que se mueve con cuidado cerca del fogón. El habiente es tibio y cogedor. Lleno de paz.
Buenas tarde Dama – saluda contenta la mujer desde su posición. En ningún momento sé ha volteado a verla.
Buenas tarde – contesta Helga mirándola atenta. Puede sentir el fluir de su magia en el ambiente.
Ven pasa. Siéntate, la comida estará pronto. Veo que la ropa te ha quedado bien. – le comenta risueña – Mi nombre es Rowena Ravenclaw.
Si, muchas gracias – responde mientras se sienta a la mesa. Rowena coloca sobre la mesa los platos para servir la comida que ha preparado.- puedo saber donde estoy – pregunta curiosa.
Estas en el territorio del Regente del Oeste, si es lo que deseas saber – Rowena se siente enfrente a Helga. Mark se ha levanta. De la chimenea toma el caldero y lo coloca en la mesa.
¿Cómo a cuando días esta el castillo? – pregunta Helga. Mark saca de una cesta un pedazo grande de pan, lo parte en pedazos.
El castillo esta a 4 días de camino por caballo, una semana a pie. Si deseas partir puedes hacerlo, pero te recomiendo que esperes a tus amigos. Llegaran mañana en la tarde. Mond des Wolfs los traerá como me ha prometido. – responde tranquila.
¿Los has vistos, a los heridos? ¿Cómo están? – pregunta al saber que vendrían.
Sí, a los tres que sobrevivieron. El joven de la flecha en el hombro esta bien. Lo mismo que él que se golpeo la cabeza, ya recobro la conciencia. Tú dama de compañía esta muy nerviosa, así que le di un brebaje para que se calmase. No es bueno que este tan alterada.
Diana - suspira con resignación. Mark sirve la comida. Algo de cocido y pan.
Ellos están bien. Se lo aseguro. Ahora te tengo unas preguntas y por favor sea sincera con las respuestas. – Rowena seriamente pide. - Si es por ser bruja no se preocupe, ya lo sentí.
Eres tú, verdad. Yo también te sentí. – contesta tranquila. La mujer frente a ella le da confianza para hablar eso le gusta.- Pregunta lo que quieras, es lo mínimo que puedo hacer por tú desinteresada hospitalidad que me has ofrecido.
¿Cuál es tu nombre? Siento que no te llamas Glenys Saint du Soleil. No va contigo.
Es verdad, ese no es mi nombre. Mas bien es mi seudónimo para secuestros y ataques. Mi nombre real es Helga Hufflepuff – Mark casi se ahoga con el pan que masticaba en el momento al escuchar el nombre – Y sí, soy la hija del Terrateniente del Noreste. Por ello les pido discreción con mi identidad.
No te preocupes, seremos cuidadoso con tu identidad. – honesta responde
Perdona que te interrumpa, ¿cómo puedo ir al castillo del Regente del Oeste?. – interrumpe la mujer.
Mark te guiara a ti y a tus sirvientes. Deja de preocuparte. Como algo que se enfría
¿Podemos saber qué hace la hija del Terrateniente por este lugar, fuera de sus dominios? – pregunta Mark curioso
Estoy de camino al castillo del Lord Slytherin. Ahí se encuentra mi padre. – proporciona Helga de manera mohína –me gustaría llegar lo mas pronto posible, por ello mi urgencia. Ya hubiera llegado al castillo si no es por malandrín que nos ataco. – termina diciendo molesta. Rowena menea la cabeza irritada.
Ulric ya me las pagaras – piensa exasperada para sus adentros – De verdad lamento mucho el inconveniente que has sufrido has hacer esta parada forzosa. La persona que la ataco es un bruto que no tiene nada bueno que hacer.
No se preocupe Rowena. Puedo llamarla Rowena, si no le molesta claro esta.
Sí, no hay ningún problema con que uso me nombre.
Cuando llegue a mi destino haré que se encarguen de ese hombre y su banda de salteadores. Ya los veré arden en la hoguera y espero que su alma se vaya al peor de los infiernos que existan. – sentencia Helga. Mark mira a Rowena, la ve tan calmada y serena comiendo.
Si logra encontrarlo. En especial él, es muy escurridizo – insinúa Mark meloso. – además creo que no debe estar hablando de esa manera.
No sabe con quien sé metió. – manifiesta autoritaria. Mark la mira algo molesto por el comentario lanzado. Helga lo mira suspicaz, se da cuenta que puede haber cometido un error al hacer este comentario.
No, usted no sabe con quien se meterá si lo persigue. – responde peligrosamente dulce.
Comamos en paz – solicita Rowena indiferente. Sus pensamientos están en ver como mata a su hermano y al mismo tiempo lo salva.
No te inquietes Rowena, la dama tiene razón. Acepte mis disculpas – solicita Mark ligero.
No, soy yo la que debe pedir disculpas. Debí ser más humilde al expresar mi opinión.-manifiesta apenada Helga- Ustedes me ayudan al acogerme y lo único que hago es hablar mal de estas personas.
No te preocupes, lo que sucede es que Ulric es mi hermano menor, por ello Mark lo ha defendido. -informa Rowena, atisbo de fastidio se asoman en la dulce voz de la mujer. Helga la mira sorprendida por la revelación - prefiero que lo sepas desde ahora y no te enteres por otro medio. Fue por el que llegaste a mi hogar. – sigue hablando – no te sorprendas. – el tono de voz cambia, se vuelve sombrío - ese es el precio que tengo que pagar por ser como soy, y te pido que no se te ocurra bajo ningún motivo tratar de utilizarme para capturarlo, porque te será inútil.
Yo... – Helga no sabe que decir –
No es necesario que digas nada Helga – la mirada cálida de Rowena esta manchada con sombras de irritación – por ello, apenas lleguen tus sirvientes podrás partir. Al contrario de las ideas de mi molesto hermano, yo no tengo razón para retenerte aquí, es mas puede ser causante de muchos problemas para mí tu presencia. – Mark mira a Rowena nunca ante la había visto hablar de esa manera tan, como decirlo crispada con una desconocida. Helga baja la vista. El silencio tenso se apodera de la situación reinante. Rowena se levanta de la mesa.
Con su permiso – sale de la habitación. La puerta se cierra lentamente.
Yo... lamento mucho lo sucedido – dice apenada por la situación que se ha dado. Traga despacio, siente como la incertidumbre de haber lastimando a alguien se apodera de su cuerpo.
Tienes que aprender a medir sus palabras como hija del terrateniente que es. – le responde Mark en un tono cargante. Después inicia a recoger los platos de la mesa. Helga mira por donde salió Rowena. Se levanta, he inicia a caminar hacia la salida, se ve la clara intención de ir por Rowena y pedirle disculpas personalmente.
Mark la toma por el brazo y le impide avanzar. Ella lo mira con sus acuosos ojos azules. Mark la observa, la ve morderse el labio superior, la barbilla le tiemble un poco. En su cara se puede leer la incomodidad que siente. También ve algo que le llama la atención. Preocupación.
No te recomiendo que la vayas a buscar en este momento. – le dice para romper el silencio – te sugiero que te quedes y descanses algo. Además no concedes el ambiente y muchos menos el bosque y lo que menos queremos es que te pierdas ahora. – dice relajado. Helga asiente.
Rowena camina seguida de su fiel Fido. Palabras sin sentido salen de su boca. El aliento agitado le da un aire de azoramiento. Fido la mira curiosos. Sigue caminando hasta que llega a un enorme nogal. Con pasmosa agilidad lo sube, deja al can en el piso. Se sienta en la cúspide del árbol cierra sus párpados y se calma.
¿Cómo se atreve? -dice molesta.- esto es tu culpa Ulric. Todo por su gana de tener dinero. No puede ser un simple campesino, no claro que no. Tenia que salir con... con... ¡¡¡¡¡DIOS!!!!! – grita exasperada. Un bufido sale de su boca – habré sido muy dura con Helga al hablarle así. Mmm creo que ahora que regreso le pido disculpa.- los párpados se cerraron un momento. La ligera brisa pasa por su rostro trayendo la frescura de la tarde. Su respirar se vuelve sereno. Inicia a escuchar la sinfonía del ambiente. Su mente inicia a divagar en el pensamiento. El quebrar de una rama la obliga regresar de su abstracción.
Hola Rowena – saluda el hombre – ¿qué haces aquí?
Ulric – contesta simplemente. El hombre se sienta a su lado sin esperara invitación. Se recuesta contra el árbol. Rowena lo ignora sencillamente.
¿Todavía estas molesta conmigo? – pregunta de manera tonta el hombre. Un bufido exasperado brota de los labios de la mujer.
Tú que crees – responde irritada.
No te me irrites – responde viendo al cielo – contigo todo tiene que ser tirando los platos – baja la mirada y ve una lagrima bajar por el pómulo de ella. - ¿qué te pasa? – Rowena lo encara. Un suspiro largo se escucha en el ambiente.
¿Por qué? – dice al aire. Mas parece una pregunta para ella que para él. Levanta la ceja sorprendido, pero comprende la razón. Guarda silencio. Los colores del cielo están cambiando lentamente para dar paso a la negra noche.
Tu y yo no tenemos la culpa por ser como somos. – responde confidente Ulric – no debes desanimarte por ello, simplemente acéptalo y avanza. Yo tome mi decisión de ser como soy. Me gusta. – ella lo mira irritada– si, aunque no lo creas, me gusta lo que hago. Si algún día me atrapan, cosas que dudo y me condenan a muerte, moriré tranquilo. Sabes porque, porque moriré aceptando lo que soy.
No digas estupideces – exclama molesta – hablas tan ligero, que no vez mas delante de tus narices, no entiendes que todo en esta vida tiene un principio y una consecuencia. – un bufido sale de los labios de él. Ella aprieta con rabia la tela de la falda – y sabes algo mas, y lo principal, que eres un maldito desconsiderado... –Ulric levanta la ceja al escuchar esto. Rowena sigue hablando. - Sí... acaso piensa que no te quiero... ¡Demonios eres mi hermano!. Ten mas consideración por quienes te rodean, no crees que sufro. ¿Por qué crees que no te quiero cerca?. Me lastima verte en lo que has convertido. Donde esta mi dulce hermano, dime donde se fue... Me vienes ha hablar de aceptar quien soy, si tu ni siquiera aceptas quien eres. No sabes en quien te has convertido, eres un ladrón, y encima un asesino, mataste a gente inocente. – después de esto rompe a llorar – Ella te buscara y te llevara a la hoguera, te mandara a matar. No debiste haber atacado ese carruaje. Te metiste con alguien poderosa
Ya, ya no me gusta verte llorar. – la abraza tiernamente. Intensifica el llanto – Lamento hacerte sufrir Rowena, pero yo fui quien tome esta decisión. Y si se que soy un asesino y que estoy condenado. Lo que te pido es que me aceptes, tu nunca me perderás. Soy tu hermano.- el silencio los envolvió. El tiempo no pasa ante ellos - Sabes algo, yo también te quiero, aunque no lo parezca. Por ello te prometo que moriré después de que tu mueras. Te parece. – la cálida sonrisa de Ulric reconforta a Rowena.
Lo prometes – confirma. El día a muerto tranquilo.
Lo prometo. Creo que tienes que irte, Mark se preocupara por ti si no llegas pronto. – Rowena asiente.
Una ultima cosa, como están los escoltas de la mujer.
Están bien, aunque agradecería que vinieras mañana para que los veas nuevamente. Uno de ellos me esta dando demasiados problemas, creo que se llama Ion. Ya ha intentado escapar 2 veces, por suerte quien lo detiene es Ormand, si es Zev, no quisiera pensarlo. – Rowena esta de pie en la rama.
Ya veo, ¿los enviaras mañana en la tarde verdad? – pregunta
Sí, los enviare en la tarde. – Rowena lo mira triste
Gracias – se despide y baja del árbol. Fido la espera y desaparecen en la negrura del bosque.
Cuídate... – cierra los ojos y llora amargamente. La luna silenciosa es la única espectadora.
Los ladridos del perro irrumpen el ambiente de manera escandalosa. Rowena lo sigue, sus pensamientos están lejos de ahí. Mira al cielo y ve las incontables estrellas brillar para ella. Ve como una cae. Una diminuta sonrisa se dibuja para ser remplazada por una mueca de tristeza. Ve sentada en el pórtico la delicada imagen de una mujer de rubios cabellos.
La puerta de la casa se abre de par en par. Helga sale al pórtico y se sienta en la pequeña silla que hay ahí. Observa con preocupación las estrellas. No ve como se acerca una mujer.
¿Dónde estas Ion? – piensa preocupada, un suspiro se escapa de su cuerpo. De pronto siente que alguien le lame la mano de manera juguetona. Con curiosidad mira quien es y ve al terrier.
Hola – saluda incomoda Rowena. Helga se levanta inmediatamente. Mark desde la ventana ve que llega su amiga.
Yo... – trata de hablar Helga. Rowena la interrumpe.
No te tienes que disculparte, soy yo. No debí haberte hablado como te hable. – dice calmada
No, soy yo. La verdad es que no controlo mucho mi genio. Debería hacerlo, para no lastimar a las personas, de verdad lo lamento mucho. – Rowena siente la sinceridad en las palabras de la mujer. La bondadosa sonrisa que irradia Rowena es la respuesta que desea ver Helga.- Gracias.
Ven entremos, el frío esta acrecentando – Rowena manifiesta. Las dos entran a la casa. - siéntate por favor. – pide. Helga toma asiento en al mecedora. Rowena desaparece un rato, lo mismo que Mark.
Ion – suspira quedamente.
Cierra sus párpados un rato y piensa en lo sucedido. El aroma del anís machacado mezclado con cerezas le llega a la nariz. Los disfruta. Su mente inicia a divagar libremente, se siente cómoda, relajada. Sus pensamientos son dirigidos a quien ama. Escucha como se abre una puerta, el caminar tenue y al mismo tiempo apresurado. Se cierra otra vez la puerta. No lo hace caso, solo se deja abrazar por la incertidumbre de saber a medias sobre su amor.
De pronto sus pensamientos son interrumpidos al siente el fluir de magia. Es salvaje, rabiosa, frenética, monstruosa, excesiva. Siente la ira que emana sin control. La calidez que sentía hacia un momento se pierde. El frío se acentúa feroz, reaclamando dominio. La envuelve la magia, la lastima sin esfuerzo. El vértigo la sacude inclemente. Escucha palabras sin sentido; siente la pesadez y la rabia con que se dicen. Imágenes sin sentidos se aglomeran en su mente. Sangre fluyendo... espadas golpeándose... maleficios chocando contra los cuerpos... gritos de agonía... el olor a la carne quemada... dolor inmisericorde corroyéndolo... muerte inclemente...
"Traidora" escucha de manera escalofriante sus oídos. Tan pronto como inicia, termina.
¿Qué fue esto? –se pregunta perturbada. Su respirar es agitado. Se lleva la mano al pecho, y se aprieta con fuerza. Siente que le falta el aire. Todo se vuelve borroso, trata de levantarse. Lo logra, las piernas le fallan, inicia a caer. La sostiene dos fuertes brazos. La calidez que siente, aleja sin miramiento el frío. Entre la bruma ve un par de ojos castaños... oscuridad.
Rowena – grita Mark – algo le ha pasado a Helga.
Rowena sale del cuarto agitada también. Su rostro muestra miedo. Se lleva la mano a la cabeza. La sacude sin miramiento. Levanta la mirada.
Llévala al cuarto – siente las arcadas que sube por su garganta, se cubre la boca. Mark se alarma al ver en ese estado tan pálido de su amiga. Se acerca.
Estas bien – preocupado pregunta al verla agotada
No... – le empujo débilmente... las nauseas ha acrecientan en su cuerpo.- llévala al cuarto – le pide susurrando – yo estaré bien.
No seas mentirosa – preocupado le reclama. Rowena se levanta resuelta y se inicia a alejar de Mark en dirección del pórtico.
Haz lo que te digo. – le solicita firme Mark desiste la discusión y hace lo que Rowena le pide.
Ella cae al piso apenas Mark desaparece de su vista. Con trabajo se levanta y sale de la vivienda cerrando con cuidado la puerta. Se aleja lo mas que puede de la casa. Ella cae nuevamente al piso. No aguanta mas y vomita con toda su alma. Comienza a llorar al no comprender lo que pasa con su cuerpo. El dolor que siente en el costado se incremente. Se retuerce de dolor. Aprieta sus párpados, su rostro muestra un desagradable rictus de sufrimiento.
Una corriente gélida la rodea inclemente. Una solitaria estrella de la constelación de Ursa Mayor, brilla intensamente en el firmamento. De su centro un destello de luz cae sobre el cuerpo de la mujer. El destello se convierte en un haz de potente luz envolvente. A sus pies, un circulo de luz color índigo se forma. Runas aparecen alrededor fulgurantes. La imagen de un gran oso levantado se aprecia de manera notable en el centro brillando de modo intenso, se transforma. Ahora, un halcón aparece con sus alas extendidas de manera orgullosa. La grácil y etérea forma de una mujer emerge de la luz. La sublime figura, casi un ángel, se acerca flotando a Rowena. Se arrodilla a su lado. Tiene la intención de tocarla, pero se detiene. De sus labios la dulce canción brota como agua de un manantial. Se intensifica mas la luz.
Ya mi niña. Ya todo pasara. –murmura para confortarla- tenia que pasar así, lo siento mucho. Es una tradición en mi familia, nuestra familia. Tu verdadera naturaleza sé ha manifestado. Ya el sol dormido no esta, ahora que el sol ha despertado de su letargo y reclamara lo que es suyo por derecho. Muchos odios tendrás que superar, el clan a quien pertenece esta llegando a su final. Pero sé que al final podrás sortear los obstáculos. Tengo fe en ti mí pequeña niña. No sabes cuanto lamento no poder haber crecido a tu lado.-estas palabras cargadas en melancolía y tristeza inundan el perímetro cubierto por la luz.- en tus manos tienes el poder de cambiar de forma radical el tiempo en que vives. Si, tú junto a los dos jóvenes que están en tu hogar y otro joven que no ha despertado aun. Ya restauraran el orden a sus clanes. Sé que lo realizaran.
El cuerpo de Rowena es levantado por manos invisibles. Aprieta sus dientes para no gritar, siente que su cuerpo se desgarra por el daño que esta recibiendo. Incontables fragmentos de luz se estrellan contra el cuerpo. La luz se vuelve una espiral a su alrededor El ambiente se carga de mas magia.
Algo cambia... La magia se transforma... A diferencia de la magia sentida en la casa que es salvaje y cargada en odio. Esta es acogedora, suave, sublime; cargada de afecto y de un cariño inigualable. El cuerpo de la mujer la acepta. La nueva magia que siente se abre paso con benevolencia; el dolor pasa dando entrada a la más confortable sensación de bienestar.
La abstracta imagen se aleja un poco del cuerpo de Rowena. Sus manos inician a dibujar en el aire una forma geométrica, una estrella. La estrella toma consistencia de un cristal de color cerúleo. Rowena se deja llevar por la placentera sensación que corre por su piel, músculos, nervios, en fin por su cuerpo. Respira con tranquilidad, paz; su rostro muestra serenidad. El cristal inicia a flotar hacia ella, una cadena de argento aparece para ensartase con el cristal y conformar un collar con su respectivo dije. La etérea figura se acerca nuevamente a ella y le coloca en el cuello la cadena, sin tocarla. Una sonrisa de orgullo cubre el intangible rostro. Da la vuelta y se aleja. Al salir del campo de luz se convierte en un imponente halcón de plumaje chocolate con pintas grises. La luz se diluye, el cuerpo de Rowena es dejado suavemente en el duro piso.
Desde el pórtico la casa Mark a contemplado todo lo sucedido. Su rostro muestra admiración, serenidad mezclado con estupefacción y algo de miedo. Se acerca donde esta el cuerpo desfallecido. La ve respirar perfectamente, sin dificultad. Con cuidado levanta el cuerpo inconsciente de su amiga para regresar al interior de la vivienda. La lleva a su cuarto, la recuesta con cuidado sobre la cama y la cubre con el edredón de vivos colores. La revisa para ver si tiene fiebre, un poco solamente. Le da un tierno beso en la frente. Sale del cuarto.
La noche a caído tal cual telón de teatro, para las criaturas de la noche. El hombre camina hasta la chimenea y le echa un par de maderos al fogón para avivarlo. Toma el atizador y se asegura que todos este bien prendidos. Se deleita viendo ha las llamas bailar su escabrosa danza.
Con pesadez se deja caer sobre la mecedora. Mira por la ventana y solo ve la negrura de la noche matizada por los tenues ases de luz de luna. Regresa la vista al fuego, sigue deleitándose. Cierra los párpados para descansar. La sinfonía nocturna baña sutil el ambiente con sus acordes. La tensión que yace sobre sus hombros se dispersa paulatina. Sus dedos largos se mueven rítmicamente sobre el brazo de la mecedora. El tiempo pasa inexorable.
¿Qué ha sido todo lo que presencié esta noche? – se pregunta abstraído del mundo – ¿Qué les abra pasado a ellas dos para dejarlas así?... Habrá sido el frío intenso que sentí cuando estaba en el cuarto del chico. No tiene sentido. ¿Qué esta pasando de verdad? Solo espero que lo que sea Rowena lo pueda afrontar y salga airosa. Muchas cosas cambiaran ya lo creo.-un bufido cansado sale de su boca.
Se sacude el cabello con su mano de manera suave. Posa sus manos detrás de la nuca y las deja ahí tranquilas. Fido que esta a sus pies, levanta la cabeza un momento, mira con atención hacia el pasillo que da a los cuartos, gruñe bajito y vuelve a colocar su cabeza en el piso. Mark percibe que alguien a despertado. La puerta se abre, los pasos son gráciles. El sol inicia su carrera por el cielo despejado de esa mañana.
Rowena – susurra al reconocer los pasos de su amiga.
Se escucha otra vez el abrir y cerrar de puertas. Las suaves voces de las mujeres se escuchan amortiguadas por las paredes de la vivienda. Se abren nuevamente la puerta de la habitación. Ahora sin dos pasos diferentes; unos son gráciles, con decisión; los otros son delicados, deslizándose por el piso como si flotara por el aire.
Se acercan con cuidado al hombre las dos mujeres, no desean asustarlo. Él levanta la mano para que sepan que esta despierto. La rubia se sienta con fragilidad sobre una silla que esta cerca de la mesa. La otra toma una vasija para prepara algo de té caliente. El silencio del ambiente es trastocado con el mover de los utensilios que utiliza Rowena. Helga esta hundida en sus pensamientos. Mira ida el bailar del fuego, la imagen de un hombre aparece en su mente.
Mark se levanta y toma su abrigo del gancho donde colgaba. Se dispone a salir de la vivienda cuando Helga lo retiene. Sus ojos brillantes dicen muchas cosas. Mark la mira de manera fatiga y algo temerosa.
No te vayas – pide con voz extenuada.
Tengo que ir a mi hogar Dama Helga – responde suave – la tierra no se trabaja sola.
Déjalo ir Helga – dice clara Rowena. En su mano lleva dos humeantes tasa de té. – tiene que trabajar, ya lleva mucho tiempo alejado de sus responsabilidades. – se acerca a Mark y le da un tierno beso en la mejilla – Cuídate – él asiente de manera afirmativa.
Vendrás de nuevo – pregunta.
Si vendré en la tarde – se pone el abrigo y sale de la casa. Fido lo sigue hasta el linde del bosque. Helga lo ve desaparecer. Un suspiro molesto sale de sus labios carmín.
No te preocupes por él – dice suave – ya regresara pronto.
No me gusto su mirada, había temor – dice al tiempo que se sienta a la mesa.
¿Quién no tendría temor después de ver lo que sucedió anoche? – responde algo incomoda al no poder recordar nada congruente. Juega con su colgante sin darse cuenta.
Anoche... Yo no me acuerdo de mucho... ¿sabes qué paso?... –Rowena le da un sorbo a tu té. Baja la tasa.
No... yo tampoco recuerdo mucho. Solo imágenes dispersas y sensaciones muy fuertes, tanto que nunca antes las había sentido en mi vida.
Rowena hay alguien más en esta casa aparte de nosotras dos. Otro mago u hechicera... - Rowena la mira suspicaz - Antes de bloquearme o lo que me pasara, sentí odio en su más pura forma. Y las únicas personas que pueden exteriorizar de esta forma los sentimientos que tienen, son los magos. Y creo que tu no odias a nadie de esa manera.
Hay otra persona en mi hogar. – responde de manera simple – lleva ya dos semanas aquí. Lo saque del río. Estaba todo herido, moretones, laceraciones y otro montón de traumatismo. De milagro vive. Vez encima de la repisa de la chimenea, esta su daga y una vara de madera labrada que llevaba encima. – Helga se levanta y toma la vara en su mano. La mira de manera detallista. Ve con sorpresa el escudo. – son sus únicas pertenencias. Estoy esperando a que recupere totalmente la conciencia. Las pesadillas y las abruptas levantadas me tiene preocupada.
Slytherin – susurra. Sus dedos juegan con la vara. – puedo verlo, quiero confirmar algo.
Si supongo que no habrá problema, esta dormido. – se levanta, he inician su recorrido al cuarto donde descansa el huésped. Al entrar al cuarto Helga contiene la exclamación de sorpresa al confirmar la identidad del joven.
¿Todas las heridas han sanado? – interroga
No, la del hombro se niega a cerrar. He tratado de todo, pero simplemente se rehúsa a sanar.
Es mago, tu medicina no funcionara en él. La fiebre como sé a comportado. – se acerca a la cama. Con dulzura mueve un mechón de la frente. La palpa y siente el calor que emana el cuerpo enfermo.
La ha tenido alta hasta el día que llegaste tú. Se la pasa delirando, a mí me confunde con una mujer llamada Helena. – responde.
¿Tienes hojas de manzana o de león?.
Creo que tengo hojas de león. Porque la pregunta
Para preparar una infusión para él. La necesita ya que su magia esta combatiendo contra su propio cuerpo. Esto se debe a un veneno que esta circulando. Le has dado algún tipo de brebaje compuesto con hojas de dragón. – pregunta
No pero si le he dado un té de yerbas verdes. – ve como Helga hace ciertos movimientos con su mano sobre el rostro del joven. La tenue luz cobriza le cubre el rostro
Esto lo ayudara un poco – responde cansada.
¿De verdad sabes quién es él? – interroga curiosa.
Sí, es el regente del oeste. Lord Salazar Slytherin – informa Lady Hufflepuff.
Lord Slytherin – un tenue temblor atraviesa el cuerpo de Rowena cuando menciona el nombre.
El mismo – confirmando lo dicho, se levanta de la cama- ahí algún caballo en tu hogar, hay que traer a una curandera para tratarlo lo mas pronto posible.
Mark podrá partir esta tarde y llevar el mensaje – dice la morena. Mirando detenidamente las facciones del hombre acostado. Ve que esta sufriendo con alguna pesadilla.
¿Tendrás algo donde pueda escribir el mensaje? – solicita. Rowena se da la vuelta. En ese momento Salazar se levanta asustado. Sus ojos vidriosos miran hacia donde están las voces y ahí la ve. La hermosa mujer de cabellos rubios. La misma suavidad de movimiento que siempre acompaña a la bella de Lady Sonne. El miedo pasa a la ira incontrolada. Sus ojos se vuelven fríos, sin vida.
Sí, claro – inician a salir de la habitación Helga va adelante, Rowena la sigue de cerca. – en el cuarto donde duermes ahí. De pronto el ambiente se cargo de pesadez y resentimiento.
Helena aléjate de la traidora – la voz atestada de rencor se escucha en la habitación. Las dos mujeres se voltean a ver que esta pasando. La frialdad en los ojos de Salazar las deja pasmada, inconscientes retroceden unos pasos. Cuantos sentimientos encontrados reflejan las pupilas dilatadas del hombre. Su mirar esta fija en el cuerpo de la Dama Helga. – no lo pienso repetir de nuevo, aléjate de la traidora.
Aquí nadie lo a traicionado – dice Rowena temerosa. Helga traga despacio. El fuego de la chimenea que ahí en el cuarto se apaga, el ambiente se vuelve mortalmente gélido.
Ven a tu dueño varita – dice ignorando las palabras dichas por Rowena. La vara escapa de las frágiles manos de Helga para dar directo a quien la invoca. Se levanta de la cama con dificultad y apunta sin contemplación a Helga con su varita.
Salazar escúchame – trata de llamar su atención – ella no es ninguna traidora, su nombre es Lady Helga Hufflepuff. – Salazar la mira. Su quijada ligeramente alzada, el rostro con un rictus de animadversión, le dan un aire realmente atemorizante. – gracias a dios – piensa al tener la mirada puesta sobre ella- ella es la hija del terrateniente del noroeste.
Hija de Terrateniente del Noroeste. – repite las ultimas palabras de Rowena – no seas tan mentirosa. – un súbito movimiento y las distancia que lo separan se acortaron peligrosamente. Salazar toma del brazo a Rowena y la empuja a un lado haciendo que cayera al piso. Rowena se golpea contra la mesa y queda inconsciente.
Helga ahoga el grito al ver la cara de Salazar a escasos centímetro de la suya. La sonrisa cínica de una serpiente adorna sus labios. El joven la toma por el cuello y la tira al piso sin piedad. Se pone sobre ella y la inmoviliza con sus piernas. Helga regresa a tomar orientación cuando en su garganta siente la punta de la varita de él.
Mi padre es amigo de tu abuelo. –musita - Se conocen de años. Ya no te he traicionado. Nunca lo haría, mi familia y la tuya...
Calla, sucia embustera – le entierra mas la punta en el cuello. Helga trata de sacudirse a Salazar de encima, pero no puedo porque el cuerpo de Salazar es mas pesado que el de ella. Rowena abre con dificultad los párpados. Con horror ve a Salazar sobre Helga. – Ya pronto podrás encontrarte con tu familia en el otro mundo.
NO – grita Rowena. Salazar mira sorprendido hacia donde escucho el grito. Ve el menudo cuerpo de la mujer levantarse y lanzarse contra él. Los dos caen al piso. Rowena queda encima de él. – HELGA SAL DE AQUÍ. BUSCA A ULRIC O A MARK.
Pero – tartamudea. Salazar abre los ojos y mira quien esta sobre él. Ve a la mujer de cabellos azabaches. Siente el calor que emana. Ve imágenes en su mente. Jamaquea la cabeza desaparecen.
ALZO – Helga se levanta a la carrera y sale de la habitación.
Quítate de encima, no es contigo el problema – dice distante Salazar.
No puedo, harás una barbarie si lo hago – Rowena tiene sus brazos cruzados formando una tijera sobre el cuello de Salazar.- tiene que creerme que ella no es quien te ha traicionado.- Una férrea batalla de miradas se desata. Rowena ve en sus ojos el porque de su ira y odio. Una mujer rubia como Helga, empuñando una daga contra su cuerpo. Se distrae.
No me dejas de otra. – con un movimiento de sus piernas se saca a Rowena de encima. Ahora es él quien la sujeta.
Escúchame, ella no es esa mujer – dice desesperada. Sus manos están sujetas por las de él. – llego hace unas horas a mi hogar. Yo te saque del rió. Hace dos semanas. Acuérdate – siente como afloja un poco el agarre.
Del rió – repite confundido. Inicia a escuchar voces
Caballero por favor, haga un favor a este mundo y mátelo. Seres como él, no deberían contaminar nuestro aire con su aliento rastrero. – la voz aterrada de una mujer pide.
Sí, estabas herido. Te he cuidado desde entonces. – afirma la mujer. Rowena nota el cambio en el rostro de su agresor. Ve miedo, angustia, pánico. De nuevo las imágenes regresan a la mente de Salazar.
La sangre difundida por la piel... El sabor amargo de la desilusión...
Qué se siente ser apuñalado por lo que más idolatras y amas en esta vida – ironiza la voz de un hombre en todo su esplendor.
El dolor de la mentira... Los planes para el futuro destruidos.
Esto es lo que te merece aberración de la naturaleza – manifiesta cruel de nuevo la mujer.
La espada cayendo... El correr por el bosque... Los gritos de aborrecimiento contra su persona...
Eres culpable – la voz de un hombre comenta sin compasión.
La lluvia mísera... Quimeras del falso amor y el juramento incumplido... Traiciones...
¿Entonces por qué no le has dicho tu secreto? – cuestiona
El rostro amado temblando de terror... El caer por un abismo oscuro...
ERES UN MAGO. DIOS SANTO ALÉJATE DE MI ENGENDRO DEL DIABLO. APÁRTATE NO ME TOQUES. ALÉJATE COMO PUDE DEJARME TOCAR POR UN MONSTRUO.-grita rallando en la histeria
El resplandor verde... Muerte injusta...
La sombra de una mujer de ojos verdes brillantes se materializa enfrente de él. - Ella dice la verdad Salazar – manifiesta melancólica. Salazar suelta a Rowena y retrocede asustado.
Rowena se sienta y respira algo aliviada al no tener el peso del cuerpo encima. Se levanta. Escucha el sollozar lastimero. Ve en un rincón oculto a Salazar, se acerca con cuidado. Lo ve temblar como hoja que es mecida por el viento cruel; gruesas lagrimas salen de sus ojos con amargura y miedo. Se abraza ha sí mismo. Repite palabras sin sentido. Un nudo en el estomago se le forma a Rowena al verlo así.
No quiero mas dolor... – susurra impotente. Mas pasa sí mismo, que para la mujer. Ella se sienta con cuidado al lado de él y lo abraza con amor.
Ya... ya... todo paso... - Salazar le devuelve el abrazo y rompen en una llanto desesperanzado sobre su pecho acogedor. Ella le acaricia con suavidad el cabello, palabras de aliento brotan de sus labios. La por el dintel de la puerta pareceré su hermano con cara de alarma y a Helga mostrando toda la preocupación que podría tener para lo que había vivido momentos antes de salir de ahí. Rowena los mira con melancolía y pesar.
Ulric ayúdame para acostarlo en la cama – pide algo cansada. Salazar la abraza con mas fuerza. Comprende que él no desea separarse de ella. – mejor no. Helga prepara lo que ibas a hacer, las hojas de león están en la alacena. – levanto la mano y hizo señal que los dejaran solos.
Así lo hicieron. Ulric al rato le trajo la infusión para que el perturbado mozo bebiera. Salazar momentos después se durmió en los protectores y delicados brazos de Rowena. Ella lo observa con detenimiento, puede ver la cicatriz en el cuello. Desde que había llegado él, nunca sé había preocupado como ahora. Es diferente. Un sentimiento embriagador se ha plantado en su corazón sin que sé diera cuenta. Tantas contradicciones y preguntas afloran. ¿
¿Quién lo habrá lastimado de ese modo? – se pregunta. Sigue acariciando los bermejos cabellos del mozo. La expresión triste de su rostro es palpable.
Mark llega y ve a Rowena en el piso siendo abrazada por un durmiente Salazar. Esto le molesta. Entre Ulric y él lo levanta y acuestan en la cama. Salen del dormitorio. Helga esta en la sala preocupada. Les había contado lo sucedido a los dos hombres sobre la reacción violenta de Salazar hacia ella. Nunca había visto a alguien mirarla con desprecio y rabia. Escucha los pasos de los inquilinos, se levanta y va hacia donde se encuentra Rowena. La abraza con aprensión. Rowena le sonríe y le devuelve el abrazo.
Gracias a los dioses estas bien – dice con voz algo quebrada. – no te paso nada... estas bien...
No te preocupes Helga. Ya todo esta bien. – responde serena – esta durmiendo ahora mismo, no te inquietes.
¿Qué paso aquí? – cuestiona Mark intranquilo. Su mente es una mezcolanza de sentimientos, entre culpabilidad por dejarlas solas con un desconocidos, hasta perdón para su mismo por saber que Rowena esta bien – ¿por qué las ataco?
A mi no me ataco, fue a Helga. – revela tranquila - Pensó que era alguien que lo traiciono. – Ulric levanta la ceja sorprendido por el nombre que escucha brotar de los labios de su hermana.- ¿Helga escribiste la carta? – pregunta. El deseo de estar sola la invade. Necesita llorar y no lo piensa hacer enfrente de ellos.
Sí, aquí esta lista. – se la entrega. Helga ve que la expresión de tristeza no ha desaparecido en del rostro de su amiga.
Excelente. Mark podrías llevar esta carta al castillo del Lord Slytherin. Es de suma importancia que llegue para mañana en la mañana.
¿Dónde Lord Slytherin? No seria mejor a donde Lord Hufflepuff – cuestiona Mark.- además no creo que sea conveniente dejarlas solas de nuevo con él.
No, donde Lord Slytherin. – se acerca a él y en un susurro le dice el nombre del bello durmiente. Un rictus de sorpresa adorna el rostro de Mark.
Parto inmediato – toma la carta. Pasa al lado de Ulric, y como un susurro le dice – Cuídalas – sale por la puerta.
Ulric gracias por haber venido – reconoce. La voz se escucha cansada – podrías cumplir la parte del trato que hablamos ayer – le recuerda.
Sí – responde. Toma su capa y se la pone – regreso en un rato.
La puerta se cierra. Rowena se deja caer sobre la mecedora y rompe a llorar de manera aflictiva. No le importa ya nada, si esta sola o no. Necesita llorar. Se cubre el rostro con sus manos. Su mente quiere dejar de pensar, pero no puede. Tantas cosas han pasado. Demasiadas para su gusto.
A esto te refería madre. ¿Qué ya llegaría la hora de conocer mi descendencia? ¿Quién soy en verdad? No soy tu hija. ¿Qué esta pasando? Mi mundo sé convulsiona y no sé si es para bien o para mal. ¿Qué hago? ¿Qué hago? Dios.
Siente la calidez de un abrazo envolverla. Sé aferrar con desesperación contra el cuerpo que le ofrece la calidez. Llora libre, deja que las presiones salgan. Necesita sentirse segura y esos brazos se le ofrece esa seguridad.
Llorar es bueno – susurra Helga. Rowena la aprieta mas contra si. – shhhh... ya... todo pasara. – Rowena de pronto cae en cuenta donde esta y quien la abraza. Saca su rostro y la mira a la cara. Ve compasión y comprensión en las claras pupilas de su invitada. La empuja suave para separarse, se limpia las lagrimas derramadas. Se levantada, se arregla el cabello y alisa un poco la ropa.
Gracias – regresa la mascara de serenidad que siempre porta desde la muerte de su madre. – ¿Quieres algo de comer? – le pregunta como si nada hubiera pasado. Se dirige a la cocina.
Si... –responde insegura Helga. Se asombra del cambio tan repentino de condición mental.
Vamos, tus escoltas llegaran pronto – la insta ha acompañarla – y creo que un plato de sopa caliente les será reconfortante. - Helga asintió y la sigue.
Las horas pasan. El galopar de caballos se escucha.
Han llegado Helga.- manifiesta Rowena. Se limpia las manos con un trapo. Lo deja en la mesa.- quédate aquí, no quiero que los hombres de Ulric se le ocurran hacer ninguna estupidez. – se coloca la capa sobre sus hombros, pero no la cierra. Sale de la casa. Helga se queda cerca de la ventana viendo como llegan unos caballos. Reconoce el caballo moteado de Ulric y al jinete, es Ion. Su corazón da un salto de alegría al verlo bajar en buen estado. Ve como los hermanos intercambian un par de palabras, hasta que Rowena da su consentimiento para lo que pidió el menor.
Hola Rowena – saluda el hombre – como lo prometí, aquí están los escoltas. ¿Cómo esta ella?.
Esta bien Ulric. ¿Qué deseas de verdad? – le pregunta al verlo mirar insistente a la casa-
Muchas cosas, ninguna me la puedes dar tu – murmura bajo
No te pongas dramático, por favor – responde sarcástica.
No tienes que estar todo el tiempo a la defensa – responde agrio. Un silencio lo envuelve unos momentos. Ella lo rompe.
Ella te agradece que les perdones la vida a sus escoltas. – manteniendo un mismo tono de voz.
Dale esto Rowena – le entrega un sobre. Ella lo mira suspicaz – lo apreciaría mucho. No te preocupes no tiene nada malo, simplemente una carta.
Se lo haré llegar. Ahora puedes irte. No quiero que tus chicos hagan algún disparate.
¿Estas bien? – pregunta ignorando la petición hecha.
Si lo estoy, ahora por favor puedes irte. Tengo que atender a los recién llegados. Yo te haré llegar los caballos mas tarde a tu campamento, no te preocupes por ello.
Que así sea – da media vuelta. Llega a su caballo y lo monta, se retira de la presencia de la mujer. Helga sale de la casa para ayudar a Rowena. Diana esta contenta de ver a su señora sana. Ion ayuda al otro escolta a desmontar.
Entran a la casa. Rowena e Ion llevan a la escolta al cuarto de ella para que descanse en la cama. Diana ayuda a Helga a servir los tazones con sopa. Rowena regresa.
He dejado a Ion en el cuarto que tú usas. Esta agotado por el viaje. –informa la mujer. Diana mira a su señora, sabe de los sentimientos que se profesan ambos.
Gracias Rowena – voy a verlo. – Diana quédate con Rowena, ayúdala en lo que puedas
Si mi Lady – la ve desaparecer por le corredor.
Come, debes tener hambre – le dice al tiempo que le pasa un tazón. Las dos mujeres se sientan a la mesan y degustan lo servido. En la habitación de Helga cosas pasan.
Señora mía, esta bien – pregunta al ver la entrar por la puerta.
Si, estoy bien. ¿Tú cómo estas?, Te trataron bien. – le mira el hombre y ve la mancha de sangre en el vendaje – tu herida no ha sanado verdad. Déjame revisarla.
Por favor, no se rebaje a eso. Le aseguró que no es nada. –
No digas tontería. – enérgica responde – no me obligues a darte una orden. - Ion se deja quitar la camisa. Helga se sonroja un poco al ver el torso desnudo. Le quita los vendajes con cuidado de no haberle daño. Un leve quejido sale de los labios del hombre. Hace su trabajo en silencio.
Los sentimientos de ambos se notan en el ambiente. La suave fragancia de ella. El acentuado respirar de él. Las miradas furtivas de ambos. Sus cuerpos gritando ámame por al aproximación del otro.
Me preocupaste – la mujer manifiesta – pensé que te perdía
Señora, yo... sus palabras llenan de alegría este corazón, pero sabe que el sentimiento que tiene por mí, no le es productivo – dice apesadumbrado.
No puedo evitarlo. – responde rendida
Tiene que tratar, como yo lo hago todo los días
Calla por favor, déjame disfrutar este momento. – le toma el rostro entre sus manos y lo besa dulcemente. Él la atrae contra su cuerpo, profundizan el beso. Son tantos sentimientos negados para ambos. Se separan en busca de aire. Ella recuesta su frente contra la cabeza de él. Ion no la ha soltado aun. La calidez de ambos cuerpos invita a un acercamiento mas intimo.
¿Por qué Ion? – pregunta quedamente. Trata de reprimir las lagrimas.
No lo sé - escuchan pasos por le pasillo. Lady Hufflepuff no lo ha soltado. No quiere apartarse de él, le duele tanto.
Helga alguien viene – dice dulce. Ella mueve a la cabeza en señal de negativa. No desea separarse. El dócilmente la obliga ha hacerlo. – lo siento. – la besa nuevamente. Tocan la puerta. Hace que regresen a su cruda realidad. Ella la hija del terrateniente y él un soldado al servicio de su señor. Se separan. La puerta se abre dando paso a Rowena
Helga todo sin problema. La herida esta bien.
Sí Rowena. La herida esta sanando sin problema. Tendrás alguna camisa para que el se ponga encima. – dice monótona.
Ya se la traigo. Por cierto la Srta. Solei te esta llamando.
Esta bien, iré a verla – se dirige al soldado – puedes descansa en la cama si desea.
Gracias, mi señora – responde con la cabeza gacha. Las dos mujeres salen de la habitación.
Hola Chic@:
Aquí esta otro capitulo de mi historia... Espero que le fuera de su agrado y mucho ;-)
