Para evitar problemas de autor y todo esos enrolló. La idea de la historia es totalmente mía como los personajes aquí mencionados con exacción de Salazar Slytherin, Godric Gryffindor, Helena Hufflepuff, Rowena Ravenclaw. Ellos le pertenecen ha J.K.R. y a todos los demás que compraron los derechos. Yo no estoy lucrando con esto, así que no estoy quebrando ninguna ley internacional. No molesten, ni fastidien con ese punto. Solo espero que se diviertan con la lectura, así como yo me divertí escribiéndola en clase. Si quieren pueden dejar su opinión que será bien aceptada. Cuídense mucho Sak.
Los Herederos!!!
Por: Sakura_Corazón
Capitulo IX
El amor al igual que la esperanza es lo ultimo que se debe perder.
El cantar de los ruiseñores llena el ambiente ese día. Las nubes ligeras pasan por el cielo plomizo. Desde la habitación del castillo del Lord Slytherin un hombre observe el descansar de su amada. Errol el gallardo, es una sombra triste de sí. Parece un espectro. El rostro sombrío ya no alberga los brillantes luceros azules que los caracterizan, están faltos de luz; ojeras negras, palidez enfermiza, cabellos descuidados.
El letargo comatoso envuelve a Naira desde que llega al castillo. La curandera a hecho todo lo posible para recuperarla, mas algo le impide regresar. Las heridas han sido tratadas por las hábiles manos de la mujer, mas se niegan a sanar.
- Naira regresa por favor – suplica murmurando – no me dejes, sin ti no soy nada. Sin ti estoy perdido en la oscuridad. – da rienda suelta a sus emociones ahogadas en el dolor y la soledad. Lagrimas agrias se deslizan silentes por la faz del hombre.
- Por favor dioses, si esto es una prueba de nuestro amor, permite que pasemos. – aprieta la mano vendada de la mujer- ¿Cómo pude dejar que esto pasara, cómo?
- Deja de culparte – le contesta el lobo, su fiel amigo. Lo mira serio, sus ojos ambarinos muestran dolor también.- no fue tu culpa, es mas, nadie esperaba que nos traicionara – el lobo trapa en la cama y se echa a los pies de Naira – Además Errol, es Naira, ella sabrá como salir del aprieto en que se encuentra. Confía y ten fe.
- Errol lo mira melancólicamente y después a ella. Un suspiro sale de sus labios. Toma el paño y lo humedece en el agua de la palangana. Con cuidado lo coloca en la frente de ella para bajar la fiebre que ala cosa.
- Confío en ti Naira – le da un tierno beso en los labios. Un susurro se escucha de los labios de Naira cuando Errol sale a cambiar el agua.
- Errol no me dejes.
La puerta de roble macizo se abre dejando pasar a una mujer de cabellos castaños. Se acerca a la cama y mira a la mujer que descansa lánguida. El lobo alza la cabeza y la observa.
- Hola Frey – saluda la mujer. El animal sacude la cabeza en señal de saludo. – donde esta Errol. – el lobo mira hacia la puerta lateral, la mujer deduce que esta ahí. Se abre dejando pasar a un hombre de cabellos negros.
- Aislin – sorprendido de verla - ¿Qué haces aquí? - pregunta
- Vine a hablar contigo. Hay esperanza de recuperar a Naira. – expresa segura.
- ¿Qué has dicho? –
- Lo que escuchaste. Hace unas horas entre en el mundo de los sueños en busca del joven Slytherin. No se como, pero pase a otro nivel, entre en el mundo de la oscuridad y la vi. Una dama me guió a ella. -
- Estas diciendo que Naira esta en el mundo de la oscuridad – confirmando lo dicho.
- Si, esta viva, pero sé esta muriendo poco a poco.
- Porque no la trajiste de regreso
- No puede. Ella me rechazo de una manera un poco ortodoxa. – dice al tiempo que se acaricia un costado de su cuerpo y hace una mueca de dolor - La dama dispuso que lo mejor era sacarme. Me inicie a desgastarme. Fue algo sorprendente.
- Viste, se puede salvarse – manifiesta contento el animal, al ver que hay una esperanza. Errol la mira tratando de ver si es una invención de ella.
- Errol lo que puedo hacer es llevarte al mundo de los sueños y de ahí la dama te guiara al de la oscuridad. – continua con su idea.
- ¿Se puede confiar en ella? – pregunto
- No lo sé. Lo que sé, es que se llama Helena Stanwall – Errol al escuchar ese nombre se palidece mas de lo que estas. El ruido de cristal estrellándose contra el piso se escucha. Los dos miran hacia la puerta principal
- Has dicho Stanwall – pregunta estremecida la anciana dama Adriana por lo que escucha. En el piso resto de cristales están esparcidos.
- Si, la conoce – interroga Aislin. Errol observa la repentina agitación de su señora.
- Ella... te contactó Aislin – ansiosa pregunta. Su rostro muestra alegría.
- Lady Adriana. Esta bien – al verla tan agitada.
- Dioses... gracias... por... escuchar... mis... suplicas – manifiesta entrecortada.
- Aislin pásame esa silla – sostiene a la dama. La respiración tranquila se vuelve inquieta.
- ¿Qué pasa? – jala la silla. La dama se lleva la mano al pecho. Los estertores por conseguir aire se hacen mas fuerte.
- Lady Stanwall era la esposa del hermano menor de Lord Lokë. Hace mucho tiempo murió. – contesta a la pregunta hecha mientras ayuda a sentar a la dama. – Llama a nana, creo que la dama esta sufriendo un ataque de asma.
- No llames a nadie, estoy bien – contradice la petición hecha por su subordinado - ¿Hace cuánto te contacto Helena? – pregunta la anciana entre resoplidos. Sus ojos brillan expectante por la respuesta.
- Ella me contacto hace un par de horas, mientras estuve en el mundo de los sueños. Me mostró donde esta Naira.- una sonrisa de satisfacción adorna el rostro de la anciana. Cierra los ojos y se obliga a respirar con mas normalidad.
- De verdad no necesita a Nana. No se ve muy bien. – preocupado sugiere Errol.
- No querido, estoy bien. Fue la impresión por lo que escuche – responde dulce la anciana respira con mas tranquilidad. - ¿Te hablo de Salazar? – pregunta más tranquila.
No me dijo mucho. Solo que esta bien donde esta, y que pronto lo encontraremos. – comenta la cazadora de sueños. – solo hay un problema. Yo como cazadora puedo entrar al mundo de los sueños, pero Errol no. Hay que hacer un conjuro y preparar varias pociones de revitalización para Errol y más adelante para Naira. Y tal vez lo más peligroso, será la cantidad de magia que necesitare para hacer el paso de este nivel al otro.
Ordena que pociones necesitas. – indica la dama – serán preparadas al instante. Sobre la magia si necesitas puedes contar conmigo.
No creo que usted pueda, necesito por lo menos dos personas jóvenes y sanas, por una que entren al mundo de los sueños, pero para el mundo de la oscuridad serán más. El peligro esta en que pueden pasar demasiado tiempo dando energía hasta matarlos. Y no sé cuanta energía necesitare para la entrada al mundo de la oscuridad.
- No te preocupes, todo se resolverá en su debido momentos – manifiesta la dama con esperanza.
- ¿Para cuándo puede ser realizado el conjuro? – pregunta Errol
- Esta misma tarde. Solo consigue cuatros personas para realizar el conjuro. –
- Dalo por hecho. – Errol sale de la habitación. Las mujeres siguen hablando sobre lo que hay que hacer.
La tarde llega rigurosa como ella solo saber hacerlo. El silencio es extraño para esa hors tan movida. Pocos hombres y mujeres pasan por ese pasillo que dan a las mazmorras. Dos mujeres pasan con frazada y otras cosas mas que necesitan. Abren la puerta de madera vieja. El olor a humedad se hace patente con su característica fragancia a tierra mojada. Colocaron en el piso las frazadas blancas, sobre ellas crean un gran circulo y dentro de ese circulo crean tres círculos mas, los cuales quedan entrelazados. Dejando ver tres triángulos perfectamente simétricos; en centro del espacio que dejan de los triángulos, forman una estrella de cuatro puntos y dentro de la estrella una cruz formada con varias piedras. De las alforjas sacan incienso y otras piedras de diferentes tamaños y colores. Las colocan en el piso, a medidas que la colocan recitan una invocación especial.
- Esta todo listo – pregunta Aislin
- Sí, pequeña. – responde la venerable mujer. Algo inquieta se siente - Segura que no necesitaras mas ayuda de la que has solicitado.- cuestiona
- No, porque no seré por mucho tiempo su enlace con el mundo de los sueños. – manifiesta tranquila y consciente de lo que sucederá mas adelante - Mas bien nos encargaremos que no pierdan su esencia.
- Ya veo, segura que resultara lo que has propuesto – pregunta algo insegura la Dama. Ya lleva muchos años sin efectuar conjuros de magia tan elevada.
- Tiene que – responde decidida
La puerta se abre dando paso a un hombre que en sus brazos carga a una mujer dormida. Con suavidad la acuesta en el medio de uno de los círculos. Dos hombres y dos mujeres pasan y toman los puntos que indica la cruz que esta en el centro de todo. Cada uno representa un punto cardinal. Con asombro ve quienes son. La posición Norte la toma su hermana, Fionna... El punto Sur se ocupa por Stevan, su guardián fiel... El Este es adquirido por una de las fieles servidoras del señor del castillo Raquel... Y al Oeste se posiciona Anthony, uno de los nietos de Lady Adriana...
- Todo esta listo – pregunta el hombre de cabellos negros, sus ojos apagados están recobrando la luz.
- Si, toma estas dos pociones y acuéstate al lado de Naira – responde la mujer pasándole las botellas, una de ellas contiene una poción amarillosa y la otra azulada.- te dará sueño la amarilla y la azul es para mantenerte vivo, sí tú magia baja mucho. No te prometo nada, posiblemente Frey desaparezca por el desgaste mágico que representara, pero podrás recuperarlo mas adelante. También te digo que si no la saca ahora no lo podrá hacer nunca más.
- No te preocupe, yo la sacare. Por cierto no dejes que mi pupilo participe en este conjuro, él no sabe controlar todavía su poder y no quiero ninguna calamidad más. ¿Iniciamos? – pregunta una vez tomada la primera poción.
- Si... – Errol se acuesta en el duro y frío piso. Aislin sigue hablando- Una vez que estés dormido Errol, yo iniciare el conjuro con ayuda de la Dama Adriana que sé ha ofrecido. Me veras en el mundo de los sueños. Después de ahí veras a la Dama Helena. Me vera diferente, pero me reconocerás por el tatuaje en el rostro – le indica calmada la cazadora de sueños. Errol asiente.
- Aguanta, ya me encontraré contigo amor – dice en un susurro a su amada. Después cae dormido. Aislin lo cubre con la frazada y en su frente dibuja la runa uruz, que le da fuerza y saluda quien la porta. El ambiente se inicia a carga con magia.
- Están listos todos – pregunta a los demás. Todos asienten afirmativamente. – Solo les pido la mayor concentración y precaución con lo que haremos en adelante, este es el momento para retroceder. – manifiesta serie. -
- Adelante hermana – indica Fionna regia en su posición – sabemos lo que pasara si fallamos – Fionna saca su daga y la pone en su mano izquierda. Los demás la imitan.
Aislin se sienta en el ultimo circulo libre. De la nada una llama aparece. Cierra sus ojos con calma y parcimonia. Todo su cuerpo se relaja. La respiración es fluida. Levanta su mano derecha lleva un puñal. Todos los demás la acompañan es este movimiento.
Señora de la virtud. Señora del sueño eterno. Concédenos tu gracia y consideración. Permíteme llevarlo a su destino. Deja que yo, tú fiel y leal servidora sea su guía en el tránsito por tu mundo. A cambio te doy mi fuerza mientras este en tu dominio.
Dicha estas palabras corta la palma de su mano izquierda y deja que la sangre fluya por la herida provocada sobre el fuego. Los cuatro mortales que representan los puntos cardinales hacen lo mismo. Su sangre cae justo sobre las piedras, las cuales inician a brillar tenuemente. Crean un vinculo. Aislin cae sobre su espalda instantes después. Sus ojos están en blanco. Ha pasado al otro lado.
La bruma grisácea y espesa se disipa de manera agónica. El repicar sordo de las gotas cayendo se escucha. Pasos calculados se acercan. La mujer aparece ante él. El tatuaje brilla intensamente en el rostro pálido. Su mirada es diferente, más áspera. Lo mira con sus ojos chocolates claros irradian decisión.
- Andando – indica severa. Se da la vuelta e inicia a caminar por el largo pasillo que tiene por delante – que estas esperando. – lo llama nuevamente. – no tenemos tiempo.
Errol la sigue. El pasillo de piedra calcárea. Subieron por las escaleras. Hasta que llegaron a la puerta dañada. Los remaches que unen a los tablones están desprendidos en parte. Se ve vieja.
- Hasta aquí te puedo acompañar.- indica la mujer. De sus ropas saca una botella.- Cuando la encuentres dale esto a beber. La ayudara. – Errol toma el frasco entre sus manos. Lo guarda en los pliegues de su ropa. – cuídate y sobre todo no toques nada. – asiente. Su mano se posa sobre el pomo de la puerta. La intensa luz lo envuelve y todo cambia.
La oscuridad lo envuelve con sus brazos largos. Todo a su alrededor da vueltas. Al horizonte una luz cobriza va cobrando fuerza. Hasta que la oscuridad es absorbida por ella. Al abrir nuevamente los ojos, ve que hay alguien enfrente de él. Es una mujer de largos y negros cabellos como la purpúrea noche. Sus ojos grises como plata liquida lo miran fijamente. Lo analizan, rebuscan en su alma algún defecto.
- Errol McColt bienvenido a mis dominios – dice la mujer con su armoniosa voz. – Lamento que sea de esta manera que no conozcamos.
- ¿En dónde esta Naira? – pregunta serio.
- Sígueme... – la mujer le da la espalda e inicia a caminar. Se detiene. – una advertencia. Si no logras sacarla ahora, no podrá salir nunca.
- Comprendo. – dice tranquilo. Ya se lo han dicho, es ahora o nunca. – si no la puedo sacar, entonces me quedare.
- Tu amor por ella será la cave – sentencia la mujer de manera austera de sentimientos. Reinician a caminar.
Errol la sigue silenciosos, esta absorto en sus pensamientos. A sus alrededores interminables montañas de pierda pulida se alzan majestuosas, el ambiente parece austero de calor, humanidad y sentimientos, pero es todo lo contrario. Recorren los pasillos interminables en silencio. Errol con impaciencia por la travesía larga se acerca a Helena para preguntarle cuando llegara a su destino, pero algo lo distrae. En la pared de roca sólida una imagen cobra forma.
Una niña pequeña se vislumbra; la exquisita prenda que porta, los largos y encantadores mechones de rojo cabello, la piel tostada por el sol cálido y los bellos ojos aguamarina; hermosa como la mujer que la acompaña. Errol deduce que es la madre de la pequeña. El hermoso bosque se muestra en todo su esplendor. La pequeña corre entre los árboles bajo la mirada vigilante de la madre.
- Naira es hora de irnos – dice la mujer de manera dulce.
- Sí mami, ya voy – la infanta corre a los brazos de su madre y las dos desaparecen en al espesura del bosque.
Cambia, otra imagen aparece. La misma pequeña jugando distraída en un hermoso patio. Un hombre de mirada benevolente y dulce se entretiene observándola desde la ventana del castillo. Transforma lo visto, ahora aparece la misma niña, ahora es una joven mujer, lleva una magnífica espada en mano y esta desafiando a un joven de cabello negro
- ¿Dama, que significan estas imágenes? – pregunta intrigado
- Es la vida de ella, de la forma en que las demás personas la ven o veían. –
La imagen se deforma y reforma nuevamente ante sus ojos azures. La reconoce, la una luz lo envuelve y desaparece del lado de Helena. Errol no se da cuenta de lo sucedido, esta absorto reconociendo el lugar donde se encuentra.
El astro rey cabalga raudo por el cielo plomizo del otoño. Las hojas ocres caen al paso de la doncella del viento. La sinfonía del ambiente se llena con las risas divertidas de las jóvenes del antaño que se han mezclado para siempre en el ambiente.
Las paredes de piedra orgullosa se yerguen de manera mágica, el tiempo ha pasado por ella de manera perceptible. Lo que fue del imponente castillo del terrateniente del sudoeste, es ahora, restos de escombros gallardos que se niegan a caer por el paso del tiempo, a morir, a desapareces, a ser olvidados. La belleza de los restos es increíble. Las mustias enredaderas se mezclan entres las piedras que fueron paredes elevadas. El piso agrietado deja ver pequeños arbustos secos y osadas flores que se niegan a irse aun a su descanso correspondiente del año. Esculturales estatuas se dejan observar entres las columnas caídas. Unas estatuas han sucumbido al paso del tiempo y yacen en el piso como vulgares pedazos de piedra maldita; otras se yerguen aun desafiando al destino cruel que les depara el paso del tiempo, ha pesar de que han perdido pedazos de su apariencia ya; silenciosas guardianas de lo que fue la vida alguna vez el lugar donde están atadas.
El sonido de cascos hiriendo el piso desentona la sinfonía apacible que ejecutada la naturaleza. Todos callan. Un joven aparece montado sobre un galante caballo moteado. El ambiente se viste de tensión. Ya muchos son los años que nadie visita el lugar.
El joven aminora la velocidad al observar los claroscuros que hay en el lugar. La curiosidad lo corroe y desmonta del caballo. Lo que descubre lo sorprende. En el medio de toda la destrucción del tiempo y las guerras, ahí estaba. Erecta sobre su pedestal de mármol, en el centro de la fuente seca, reina silenciosa del lugar.
La expresión plasmada en el mármol es de melancolía por los viejos tiempos olvidados, pero al mismo tiempo de alegría por lo vivido alguna vez en el lugar. Las manos entrelazadas suplicantes y la belleza intrínseca del rostro cincelado lo tiene hechizados. Cada curvatura de la faz fue dada con maestría y audacia, obra de un gran maestro artesano. Siente que lo llama e invita a tocarla. Se acerca como si fuera el dueño del lugar, las manos enguantadas con delicadeza tocan la piedra pulida que asemeja a la tersa piel de una mujer joven.
Errol como una figura etérea observa todo. Y recuerda lo vivido. Hay conoció a Naira. Una sonrisa cubre su rostro pálido y cetrino. La ve tan hermosa y aguerrida como siempre la recuerda.
De pronto el austero metal de una filosa espada lo hace regresar de su ensueño.
- No deberías estar tocando lo que no es suyo – manifiesta molesta la voz de una mujer joven – levanta las manos donde pueda verlas.
- No sabia que tenia dueño la estatua – dice mientras hace lo indicado por la mujer. Su rostro no ha perdido la sonrisa que lo acompaña siempre. No esta preocupado por la situación, es mas le divierte.
- Bien, ahora deseé la vuelta. Despacio y no intente hacer nada – indica.
El joven hombre hace lo indicado. Espera ver una mujer fea y de espantoso aspecto, pero se lleva una sorpresa. Ante sus ojos azules la imagen de un ángel bajado del cielo se revela de manera impetuosa. De largos cabellos rojizos como el fuego eterno del infierno; ojos de mirada intensa tan parecidos al mar bravío del norte; talle perfecto, envidia de las diosas; amplias caderas y piernas torneadas con la infinita paciencia de un artesano. Si la estatua lo había hechizado lo que vio ahora lo ha dejado extasiado y fuera de sus pensamientos.
Los ojos fieros de la joven mujer lo miran desafiantes y molestos. No ha bajado la espada en ningún momento, y la pose de defensa nunca la ha abandonado. Con pasos seguros se acerca mas al hombre. Lo mira con escrutinio riguroso. Advierte, los musculosos brazos y piernas de un perfecto guerrero, la espalda ancha y bien formada; los cabellos negros como la pétrea noche sin luna; los más increíbles ojos azures que en su vida ha visto.
- Debería matarte por lo que has hecho – manifiesta.
- Matarme, eres solo una niña con una espada muy filosa hablando de mas- contesta seguro.
- Encima de irrespetuoso, arrogante – hace un ligero movimiento de la espada y le efectúa una pequeña cortada en el mentón.
- Oye, eso dolió – exclama mientras saca con parcimonia un pañuelo y se lo coloca sobre la cortada.
- Es para que dejes de hablar – mechones de cabello ondean libre de la rigurosa trenza que somete con gracia el resto del abundante cabello.
- No sabes con quien te has metido – dice molesto al ver la sangre sobre el pañuelo blanco. Un movimiento rápido de sus manos y piernas desarman a la mujer de la espada. Ahora Errol esta apoyando su pecho contra la espalda de la mujer. En su mano derecha porta su daga favorita justo sobre la yugular de la mujer, con la izquierda somete la mano derecha de ella.
- Excelente movimiento, porque no lo terminas – manifiesta aguda.
- Por la misma razón que tienes tú. – la joven de entre la manga había sacado una daga y apunta a las partes nobles del hombre.
- Hagamos un trato beneficioso para los dos, te parece. – comenta divertido por la situación.
- Mmm creo que no niño arrogante –un golpe bien dado en sus partes nobles, lo sacar de balance, seguidamente lo toma por el brazo que la sujeta, se agacha y usa el peso del hombre para tirarlo al piso con fuerza y ella quedar sentada sobre él con sus dagas sobre el delicioso cuello blanco.
- Eres buena – manifiesta adolorido por el golpe recibido.
- No tanto, no he podido desarmarte – responde. – donde las tenias escondidas.
- Ah, estas bellezas – dos afilados puñales se pueden ver entre las mangas apuntando justo a sus costillas a la altura del corazón.- no tienes idea de la que me han salvado. Ahora bien, que tal si dejamos las armas y evitamos problemas. Te parece.
- No... – responde
- Toma... – levanta las manos y deja al descubierto sus puñales para que ella los tome.
- Eres valiente o estúpido – ella las toma de manera desafiante. Se levanta.
- Ninguna de las dos. Me ayudas a levantarme. – extiende la mano, ella lo mira incrédula la mano.
- No. tu puedes levantarte solo. – el se ríe y se levanta con elegancia.
El trotar de los caballos acercándose se escucha.
- Creo que debo continuar. – sus labios se juntaron y un agudo silbido sale de ellos. El gallardo caballo apareció entre las ruinas del lugar. Errol con un rápido movimiento lo monta sin que ella pueda hacer nada para detenerlo – Adiós mi bella dama. – y sin previo aviso le roba un beso.
Todo cambia. El paisaje se vuelve paredes frías, impenetrables. Ya no esta el cálido calor del bosque y mucho menos el suave murmurar de las hojas y que decir de la luz brillante del sol o de la luna. Solo hay oscuridad, amarga como puede llegar a ser. Una luz aparece. Las pareces cobran color, son de madera oscura. Los muebles aparecen, una cama confortable cubierta con sabanas blancas, un asiento cubierto con cuero, la chimenea con su fuego vivo.
La puerta se abre y da paso a un hombre de cabello negro. Su rostro muestra cansancio y fastidio. No ha dormido bien en días y este no será la excepción. Se quita la ropa con desganas y queda con una camisa de franela blanca puesta, deja su espada al lado de la cama y sobre la mesa su varita mágica y dagas, siempre cerca, siempre lista para lo que pueda suceder. Se acuesta, un suspiro apagado escapa de su prisión, la cama que lo espera ansiosa para torturarlo con imágenes perturbadoras de una mujer que le roba la calma. Las horas pasan silenciosas.
Silenciosa entra por la puerta una mujer. Sus largos cabellos negros se confunden con la oscuridad de la noche negra. Con delicadeza camina hasta la cama y ve con lujuria al hombre que yace dormido en ella. Sin pudor se quita la capa que porta y queda desnuda ante los ojos ciegos de la habitación en que se encuentra. El hombre increíblemente sigue dormido a pesar de la presencia femenina. Ella sin miedo se mete entre las sabanas blanca y se acurruca a su lado. Un gruñido sale de los labios del hombre y ella rápidamente se apodera de ellos como una serpiente se apodera de su presa. El beso es brutal, una pelea de fuerzas entre los dos, al final no ha ganadores solo satisfechos. La ropa escasa ropa de él inicia a salir sin problema. De pronto su mente se da cuenta de lo que pasa con su cuerpo. Los ojos azures del hombre miran con asombro e incredulidad a la mujer que yace sobre su cuerpo. El seño se frunce de manera violenta al reconocerla, sin miramiento la separa de manera brusca de su cuerpo y se sienta en la cama.
- ¿Qué haces en mi habitación Laura?
- Tu sabes, recordar viejos tiempo. No puedo olvidar ciertas cosas que hacíamos juntos. Recuerdo muy bien que a ti te gustaba mucho cuando hacia eso. – responde, su lengua juguetona delineo sus propios labios.
- Sal de aquí Laura, no quiero problemas – dice seco
- ¿Qué salga?... por favor Errol... Ah. ¿Es qué acaso esperas a esa mujer?
- No es de tu incumbencia lo que espero o no. Ahora sal de aquí y no regreses nunca mas Laura. No te lo pienso repetir... y métete en la cabeza que no somos nada, nunca lo fuimos.
- No me digas Errol, piensas matarme, lo dudo... no tienes la fuerza y agallas para ello. – de manera irónica le responde. Se acerca a Errol y lo besa de nuevo con pasión y furia. Las manos hábiles de la mujer se enroscan en el cuello del hombre y profundiza el beso. La empuja.
- No provoques lo que esta quieto. – dice levantándose de la cama. – cúbrete, me das asco.
La puerta se abre de par en par. La figura de una mujer aparece. Su rostro blanco se vuelve leche ante la escena que ve. El cabello fuego vibra con intensidad y su mirada se vuelve en desolación contenida. La mujer balbucea unas palabras incompresibles por lo bajo que las dice.. Así como entra sale de la habitación, un fuerte portazo se escucha.
El rostro del hombre cobra un matiz de espanto al darse cuenta de quien era la persona que entro a su habitación, y rabia al darse cuenta de lo sucedido y más al caer en cuenta de que cayo redondo en la trampa de la mujer de cabellos negros. La mujer que esta en la cama sonríe de radiante al instante que sus ojos celestes.
- Satisfecha
- No sabes cuanto Errol, no sabes cuanto... adiós – en un sonoro quebrar desapareció de la habitación.
Cambia el entorno. Ya no es el cuarto, ahora es un establo. El piso lleno de paja. Las pacas de paja en orden. El relinchar de los caballos que están guardado. El sol de la tarde a todo su apogeo sobre el lugar.
Los pasos resuenan en el lugar. La mujer alza la cabeza y reconoces quien es, su rostro dulce se amarga, sigue trabajando sin importarle.
- Hola – saluda con su voz áspera.
- McColt – contesta severa la mujer, mientras prepara su corcel
- Crees que podemos hablar.. – solicita con amabilidad - es sobre lo sucedido en la mañana.
- Salgo en una hora para una misión, así que no creo poder complacerte. Además no tenemos nada de que hablar McColt – su rostro refleja dolor..
- Sabes que no es cierto. Si tenemos que hablar Naira
- Ah, ahora si debemos hablar. Pues yo no tengo nada que hablar contigo. ¿Qué yo sepa? No somos nada, o sí. No lo creo. Permiso.
- ¿Por qué eres tan terca y orgullosa?. Maldición... Quiero pedirte disculpa por lo que viste.
- Disculpa. Por favor. No eres mas que un ser ego centrista, orgulloso en ti mismo, no te das cuenta de lo que sucede a tu alrededor, solo te interesa mantener lo que te puede dar provecho momentáneo. Y no me hables de terquedad y orgullo McColt... Puesto que tú lo eres más; de lo que soy yo. Ahora me permites pasar, tengo que buscar a McReed.
- Claro, corre a revolcarte con el estúpido de Ecker – el rostro de Errol es sacudido por la mano que es plasmada por la mujer. Sé da cuenta de lo dicho por su boca traicionera. Dolor en su corazón desesperado.
- Vuélveme a llamar zorra McColt y el filo de mi espada callaras tú boca libertina con gusto. – las pupilas brillan con intensidad la ira de sus pensamientos, lo mismo que su voz aterciopelada susurra con rabia contenida sus palabras.
Sin previo aviso y con rabia, la toma por la cintura con sus fuertes brazos de roble y un rabioso beso la calla, para no sentir mas el dolor que lo carcome por dentro. No le importa lo que suceda, solo desea sentir sus labios seda y carmín de quien le ha robado el corazón sin miedo. Quiere callar a los demonios... Mas no puede y como loco profundiza el beso, en un mudo intento de demostrar que la ama con su alma, corazón y mente. No le importa lo que ella siente por él, solo quiere, solo quiere sentirse amado después de tanta soledad.
Ella forcejea en la prisión de los brazos de él. Trata de negar lo que experimenta su piel, su mente, su cuerpo. Lo niega con fuerza, mas no lo resiste y cede a lo que anhela. Lo acepta. Le corresponde. Son uno solo, aunque su orgullo lo niegue y reniegue que es así, mas la verdad es dicha y los hados trazados desde hacia mucho tiempo atrás. Un ligero temblor y separan sus labios, el suave aliento a menta de Naira y el de vainilla de Errol se mezcla deliciosamente mientras recuperan el respirar normal de ambos. La mujer esconde su rostro en la curvatura del hombro. Errol la sigue abrazando. Ninguno de los dos ha hablado, no es necesario, ya han dicho todo lo que sentían ambos en su corazón.
- Te Amo... – murmura sutil el hombre antes de quebrarse.
- Tengo que partir, Errol – le responde susurrante, antes de escaparse y dejarlo con su soledad..
Todo cambia nuevamente. Un amargo sabor en su boca le recuerda la realidad cruda que vive. Lo que vio es pasado, uno que no regresara, pero es en donde esta cimentado su amor por ella. Parpadea y ve con horror donde esta. Helena lo mira en silencio. Y ve los ojos azures lleno de miedos y pesares, pero también llenos de amor y ternura.
- Continuemos – dice la mujer.
Llegan a las puertas negras de la habitación. Entran. Lo que ve es horrible, las hermosas estatuas de las hadas están completamente destruidas en el impuro piso de mármol ennegrecido. El piso esta lleno de escombros y brechas de diferentes tamaños. La bóveda celestial se muestra austera de luz, austeras de vida propia. La escritura extraña que viste las paredes con sus formas y luces, están ahora manchadas de sangre. Su gracia y delicadeza se pierde, no deslumbra, solo se muestran ante ellos como algo sin vida.
Helena con su rostro triste se detiene ante la gran puerta. La delicada mano de la dama toca la puerta negra y ante ella aparece cientos de líneas rectas y curvas que se entrelazan rápidamente y forman figuras armónicas de tribales. La mujer la empuja sin miedo. Ahora las runas escondidas aparecen y los trazos de una lengua antigua surgen también, todo envuelto en una luz intensa. Errol se cubre la vista para no deslumbrarse ante tanta luz.
- Hasta aquí te puede acompañar McColt. – dice con voz serena, llena de dulzura y paz.
Errol inicia a caminar, es lento, casi penosos. La mano amiga de Lady Helena lo detiene.
- Tú misión es sacar a Naira del abismo en que esta. No lo olvides. – La mirada fría de Errol es quien contesta el recordatoria de la dama. Desaparece en la oscuridad, el hombre dispuesto a enfrentar cualquier tipo de horror o penuria con tal de traer a su mujer de vuelta.
- Suerte – susurra la dama sellando la puerta nuevamente. La indiferente brisa que aparece se la lleva como si fuera pétalos de una rosa negra.
A medida que avanza su caminar por las escaleras, la oscuridad se vuelve en una luz tenue de color azulado. La cama con el hermoso dosel trasparente se forma ante los angustiados ojos de Errol. Una niña pequeña de cabellos rojo como el fuego del infierno, solloza quedamente, alguien la abraza. Y comprende porque no lo acompaña Helena.
Un come almas es quien acompaña a su Naira. Los come almas son espíritus sin descanso, que para subsistir se pegan a una persona, ya sea viva o en camino a morirse, le succionan de manera lenta su espíritu hasta drenarlo y matarlo, después pasan a otra persona y el ciclo inicia de nuevo. La única manera de poder sobrevivir a un come alma, es sentir su presencia y echarla. Ellos no mueren.
- Naira – llama con temor de ver a su amada, de ver en su rostro la palabra fracasó escrita y mucho más en sus ojos.
Se acerca donde ella con cuidado. Al tocar la cama, Naira levanta la mirada y lo que ve Errol en sus ojos de inocente niña es miedo y rabia, la sombra se ríe cínicamente. Un nudo en su garganta se forma al ver la expresión de sus ojos.
-¿Quién eres? – pregunta la vocecita infantil, con un toque de frialdad inhumana para una pequeña de cinco años.
- Ya me olvidaste, Naira – responde el hombre ahogando su dolor.
- ¿Quién eres? – vuelve a preguntar. Sus ojos están vacíos, faltos de vida. Errol trata de tocarla, pero ella lo rehuye. Deja de insistir. No quiere pensar todavía en la palabra derrota.
- Soy Errol, Naira. Me olvidaste ya. Trata de recordarme.
- Errol... Errol... ÉL esta muerto. ÉL murió hace mucho tiempo, al igual que mamá y papá. Me abandono, me dejo, se marcho y murió, sí, murió. Así que tu no eres Errol. – después de estas palabras, se apretuja contra el come almas, y entierra su rostro entre los pliegues del negro manto que lo cubre. La sombra sonríe cínica, burlona. Errol traga en seco por lo que escucha.
- Sí lo soy. Naira mírame. Dime que no reconoces – la tomo por el rostro, sin importar que el come almas lo tocara. Necesita desesperado que ella lo reconozca, talvez puede haber una oportunidad, una luz de esperanza para su corazón.
- Dije que no eres Errol. No lo ERES. Ahora vete. Márchate.– la pequeña lo empuja con sus manitas y se vuelve a refugiar en el pecho del ser oscuro.
- No, no lo haré. No sin ti – le responde decidido. La sombra con su sonrisa cínica lo mira y abraza mas a la niña.
- FUERA DE AQUÍ. – grita la pequeña
- No. – estoico responde
- Echaste tu suerte. – la voz lúgubre, resuena en la habitación.
Una luz ambarina estalla en la habitación. Fuertes lianas aparecen y sujetan a Errol por los brazos y piernas de manera fuerte, es alejado de la cama. Él se queda quieto, mas su mente trabaja a millón ideando un plan.
- Naira mírame y dime que no me reconoces. Mírame a los ojos y dime que no quieres regresar. Mírame y dime quieres morir aquí, sin los que te aman. Maldición, Mírame.
- Calla... Errol esta muerto. Cómo tú lo estarás pronto. – las cuerdas inician a apretujarse sobre las muñecas y los tobillos. Otras lianas aparecen, estas tenían espinas. Con las gracias de una serpiente se enroscan sobre su cuerpo y se deslizan en una danza perversa de martirio. El piso se baña con la sangre del hombre.
- Tienes razón. Estoy muerto por no estar a tu lado. No te das cuenta, agonizo, eres lo más importante para mí. Naira reacciona, recuérdame. – desesperación, miedo, pavor, ansiedad se mezcla en el cansado corazón del hombre. Sus expresivas pupilas azures, están a punto de derramar todo lo que siente su alma.
- Errol. Estas aquí, ¿cómo?... no estoy muerta, no agonice en esa tienda. Errol amo, me estas buscando. No mueras, no por mí. ¿Qué hago aquí?.
- Hermosas, encantadoras y vanas son tus palabras para mis oídos. Dices que soy importante, pero me abandonaste cuando más te necesite. Ya te lo dije, y lo repito nuevamente: No eres Errol. Él murió. Murió hace mucho tiempo.
- No, no, no, no. Errol no a muerto. No lo ha hecho. Esta aquí. Me esta buscando, se esta arriesgando por mí, por mí.
La niña se levanta de la cama, a medida que se acerca al hombre su cuerpo cambia, se vuelve en la mujer que él conoce y ama locamente. El sedoso cabello cae de manera sensual sobre la espalda mezclándose con el camisón rojo que porta despreocupada. Camina con la cadencia de un ser sin vida, se acerca lentamente hasta el hombre. Inconsciente pasa su lengua por sus labios carnosos y un sonido de placer brota. La sombra la sigue fiel y la sonrisa cínica no la quita. Esta disfrutando el sufrimiento que destila el hombre, le gusta, de su alma.
- Quiero que te calles. Quiero que dejes de hablar. No te quiero escuchar - su voz se escucha seca, impropia.
- No, no, no, no. Sigue hablándome, quiero salir de aquí. Quiero regresar, quiero amarte como siempre le he hecho, no me dejes ERROL.
El cuerpo de ella se pega peligrosamente, con gracia pasa su lengua perversamente por la oreja y le da un ligero mordisco. Errol contiene el gemido.
- Lo siento, no puedo cumplir lo que pide "Sombra" - responde Errol sin miedo.
- Ah, te has dado cuenta que soy quien esta hablando. – la voz profunda y pesada de la sombra responde.
- Claro que me he dado cuenta "Sombra", crees que no la conozco. - responde de manera segura.
Naira cae al suelo inconsciente. La sombra se acerca al hombre. Su andar etéreo es ágil. Lo inicia a rodear como un león a su presa.
- Porque insiste tanto humano. No entiendo tu proceder. Quieres explicarlo.
- Tu fuiste humano en algún momento de tu vida. - la sombra asintió detrás del hombre - entonces conoces el amor, o que es amar. Ese amor es el que hace insistir tanto y no dejarla aquí, contigo.
- Amor. Por ello es que insistes tanto. - Errol mira a naira preocupada, solo el suave subir y bajar de su pecho le indica que vive. la sombra lo observa - La amas
- Con toda mi vida. – responde seguro de ello.- crees que, si no la amara estaría aquí, dando respuesta a un come alma.
- Errol yo también te amo.
- Bien. Al escuchar tus palabras, creo que puedes hacer algo para salvarla. - el rostro de Errol se ilumina un poco.
- Lo que sea. – expresa seguro. Si tiene que besarle el trasero al mismísimo diablo, con tal de traer de regreso a Naira, lo hará.
- Errol.
- Estas seguro de ello, "Lo que sea" es una frase muy comprometida. – la sombra lo mira entretenida, sus manos juntas, y largos dedos tamborilean entre ellos.
- Errol.
- Estoy seguro con lo que he dicho. Lo que sea que quieras te lo daré sin presentar reclamo.
- No. Te pedirá tu alma.
- Quiero parte de tu alma. – la sombra, le susurras estas palabras al oído con placer. Errol no palidece, ya lo esperaba, es un come alma.
- Llévatela toda entera si te place, pero deja vivir a la mujer que amo.
- Errol, no quiero vivir sin ti.
- Interesante.- dice mas para si mismo, que para el hombre - Solo tomare la mitad de tu alma. El costo será alto humano. Te acortara años de la vida.
- No me importa, si ella regresa con mi persona. Prefiero vivir trece años con ella, que la eternidad sin ella.
- Errol recapacita, podrás encontrar a otra persona a quien amar.
- Así será, pero te advierto algo. Una vez que tome lo que quiero no podrás recuperarlo de ninguna manera, aun si le pides a tu médium que recupere tu alma, entendiste mago.
- Te he dicho que no me importa, tómala.
- No, no. No lo hagas, te lo suplico. Errol. Vive. Por favor vive.
- Si que la ama - la sombra lo suelta de sus amaras. Errol una vez que toca el piso, se dirige a donde se encuentra Naira. La sombra lo sigue tranquila.
- Humano, ella esta muy molesta contigo.
- No estoy molesta, Errol. Vete, no quiero que mueras. Errol
- No me importa, regrésamela.
- Esta bien, primero tomare lo que quiero.
- NOOOOOOOOO
La huesuda mano de ser sale por debajo de la manga de su gruesa túnica azul marino. Errol recuesta a Naira con cariño y se acerca a la sombra. Su rostro muestra serenidad y sobre todo decisión. La sombra posa con deliberada confianza la mano sobre el pecho del hombre, cínicamente sonríe, la empuja y se introduce adentro del cuerpo. Un grito cortado se escucha reverberar en la habitación. Errol cae de rodilla al piso, la mano sigue dentro de su pecho. Su pálido y demacrado rostro muestra el dolor que siente su cuerpo. Le toma el antebrazo a la sombra y la detiene. El come alma lo mira de manera inquisidora por lo que ha hecho.
- Ya ira a fallar. Da igual. De todas forma lo tomare – piensa la sombra con cinismo.
Errol le sonríe y empuja decidido la mano mas adentro de sí. Esta acción sorprende al come alma de manera favorable. La sombra había pensado que la retiraría, por no poder aguantar el dolor que significa sacar el alma de manera consiente.
- Errol
La respiración del hombre se agita, de sus pulmones un silbido aparece, el cuerpo inicia a temblar. Aprieta sus dientes con fuerza, no le dará placer. Con ahínco aguanta el grito de dolor que esta atorado en su garganta.
- Errol
El come alma retira su mano sorpresivamente. Errol cae totalmente al piso con un sonido sordo. Sus manos se tocan con aprensión el tórax. El corazón desbocado late devolviendo a su dueño la respiración habitual. La palidez en su piel que lo abraza es reemplazada por un rubor rosa.
La sombra le da la espalda e inicia a alejarse de ellos. Antes de perderse en la bruma los mira de soslayo.
- Ella nunca me perteneció humano, solo la cuide un tiempo. Tienes amigos muy poderosos entre los grandes dioses. - hizo una pausa - ella saldrá de ese estado cuando acepte que sucedió y vea que tú estas a su lado. - siguió hablando, mas informándolo- tu alma esta completa, por ello no te preocupes. Eres valiente y merecedora de ella, cuando necesites de mi ayuda, solo llámame. – Después de estas palabras desaparece de la habitación.
Errol toma entre sus fibrosos brazos a Naira. La mira, lagrimas contenidas inicia a bañar el pálido rostro del hombre, ya no son agrias como las anteriores, estas son de felicidad al saber que ella puede regresar con él.
- Naira, vamos despierta. Sé que estas ahí.
Nada sucede. Con suavidad la mueve para despertarla. Nada. De pronto un ultimo suspiro brota de sus labios.
- Naira. Naira – la jamaquea con impotencia. La mujer ya no respira. – vamos, se que estas ahí. No de dejes. - Derrota. Amarga derrota. – no, por favor no.
Con desesperación hunde su rostro contra el cuello de ella. Las lagrimas de felicidad se vuelve amargas y duras, sin sentido.
- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? - De pronto una calidez inicia a cubrir el cuerpo de la mujer.
- Naira perdóname. No te quise dejar aquel día Lo siento. Cree estas palabras. Déjame ser tu sol de nuevo, como tú eres el mío. Naira sabes que sin ti no soy nada. No me dejes Mírame No me dejes. Naira. Por favor regresa. Te amo – musito entre las lagrimas.
- No tengo que perdonarte Errol - la dulce y suave voz le responde. Errol levanta la mirada y la ve sonriéndole con amor. No lo puede creer, las cristalinas lagrimas siguen brotando sin miedo. La abraza con la desesperación de alguien que acaba de recuperar lo perdido, no quiere dejarla ir. – aquí estoy amor, aquí estoy. Prométeme que nunca me dejara de nuevo. Prométeme que moriremos los dos juntos.
- Amor, lo prometo - la besa con mesura primero para dar rienda suelta a un beso con pasión. La luz brillante lo cubre y desaparecen de la habitación.
- Bien por ellos. -dice helena detrás de la puerta. - muchas gracias amigo
- Fue un placer Lady Helena - manifiesta la sombra antes de desaparecer.
- Ahora faltas tú mi niño - desaparece en la oscuridad.
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Hola!!!
Sak al Habla!!!
Aquí le traigo este capitulo... Espero que le guste. Me costo algo escribirlo, no tanto como el capitulo de enemigos, pero me costo. Tiene coherencia con la historia, ellos ya lo verán. Créanme..
